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Distribución geográfica de temperaturas y precipitaciones

Distribución de la temperatura.

El reparto horizontal de las temperaturas sobre el globo terrestre, viene


determinado principalmente por la latitud y por la configuración o reparto de las
tierras y de los océanos.

La latitud determina la insolación terrestre. La zona intertropical es la que recibe


mayor insolación por unidad de superficie, al incidir perpendicularmente sobre
ella los rayos solares. Por otro lado, los días tienen casi la misma duración que las
noches, por lo que las variaciones térmicas estacionales son muy suaves. Al
mismo tiempo las amplitudes térmicas se ven también moderadas por la
existencia de gran cantidad de vapor en la atmósfera.

A medida que nos alejamos del Ecuador y


nos aproximamos a los Trópicos, si bien
las temperaturas medias se mantienen
altas, las amplitudes térmicas, tanto
diurna como anual -diferencia entre la
temperatura media del mes más cálido y
la del mes más frío- se van marcando cada
vez más. Ya comienza a diferenciarse la
desigualdad térmica entre los días y las
noches. Ello supone que el régimen
térmico de estas zonas es menos regular
que el ecuatorial.

Ya en las latitudes medias, los rayos solares inciden con mayor oblicuidad sobre
la superficie terrestre, lo que determina temperaturas medias paulatinamente
más bajas. Al mismo tiempo por la inclinación del eje de la Tierra, la diferenciación
es neta, al menos en dos estaciones, una de verano -con una duración mayor de
los días respecto de las noches y, por tanto, con un balance positivo de radiación-
y otro de invierno -con las noches más largas que los días y, por ello un balance
térmico negativo-. Ello conlleva un régimen térmico con importantes variaciones
periódicas y amplitudes térmicas, anual y diurna, bastante marcadas.
Según lo descrito, la zona ecuatorial
debería ser la más cálida y las zonas
polares las más frías. Pero si bien es
cierto que el descenso latitudinal de la
temperatura es una realidad, también
lo es que se produce con grandes
irregularidades, debidas a las
distorsiones producidas por la
distribución de los continentes y los
océanos. La mayor inercia térmica del agua determina que los océanos se
calienten y enfríen dos veces más lentamente que los continentes.

Distribución de las precipitaciones.

Las precipitaciones son otro de los elementos que debemos tener en cuenta para
clasificar los climas. Tres factores determinan básicamente la distribución de la
precipitación total anual en la Tierra: latitud, continentalidad y relieve.

El factor latitud se aprecia al observar el mapa en el que se representa la


distribución de las precipitaciones anuales. Las isoyetas, líneas que unen puntos
que reciben igual cantidad de precipitación, delimitan los grandes "cinturones de
lluvia" de clara disposición latitudinal.

La zona ecuatorial, bajo el dominio de la "zona de convergencia


intertropical", recibe abundantes y continuas lluvias durante todo el año, más de
2.000 mm.

En las zonas tropicales húmedas oscilan entre 2.000 y 500 mm. de precipitación,
disminuyendo a medida que se avanza en latitud, ya que debido al vaivén de la
convergencia intertropical parte del año están bajo su influencia y parte bajo la
influencia de los anticiclones tropicales.

En las zonas tropicales secas las precipitaciones


descienden progresivamente hasta ser inferiores a
250 mm anuales en los desiertos subtropicales.
La cantidad de precipitación aumenta
progresivamente en latitudes medias, donde llega a
superar los 1.000 mm.

Estas precipitaciones van siempre asociadas a las borrascas del frente polar.
Temperaturas y regímenes térmicos

l conocimiento de las temperaturas del aire es fundamental para


cualquier estudio climatológico, sin ellas no se puede establecer una
distribución de temperaturas, y por ende definir los fenómenos del clima.

Para reflejar las variaciones geográficas de temperatura se recurre a los


mapas de isotermas. En éstas se vuelcan los valores de temperaturas medias
y se unen todos los puntos con igual valor. Si lo que deseamos es una visión
global de las temperaturas del planeta, se reflejan entonces las isotermas
anuales; el resultado es una disminución de temperaturas desde el ecuador
hacia los polos, y dentro de la misma latitud temperaturas más frías en los
continentes que en los océanos, precisamente por las características ya
comentadas de capacidad del mar para conservar mejor el calor con respecto
a tierra.

Precisamente, la diferencia entre los climas oceánicos y continentales puede


ser apreciada conociendo la llamada amplitud térmica, consistente en la
diferencia entre temperaturas medias más altas y más bajas de un mes o un
año. Por ejemplo, si comparamos las temperaturas de los meses más
extremos (enero y julio), se obtiene un conocimiento bastante exacto de la
amplitud térmica, permitiendo así establecer los regímenes térmicos.

En una distribución de temperaturas mundiales, éstas


disminuyen conforme nos desplazamos desde el ecuador
hacia los polos. La amplitud térmica es mínima en el
ecuador

El régimen térmico de las regiones próximas al ecuador se caracteriza por


una oscilación térmica anual mínima, es decir, su amplitud térmica es muy
pequeña (no supera lo 3º C); ésta aumenta en las zonas tropicales (de
entre 3 a 10º C.); por su parte, en las zonas templadas ya se aprecian
bastante las estaciones, debido a una amplitud térmica considerada.

Vientos y presiones

Comencemos por decir que el aire pesa, ese peso ejercido en columna sobre
todos nosotros se denominapresión atmosférica, la cual se mide en
milímetros o milibares; se refleja en los mapas del tiempo en forma de
líneas de isobaras, es decir, líneas que unen todos los puntos de igual
presión atmosférica.

La presión atmosférica es máxima al nivel del mar y va


disminuyendo con la altitud

La presión atmosférica está en relación directa con el aire, su temperatura y


la altura del lugar. Esta presión es máxima al nivel del mar y va disminuyendo
con la altitud, pero no es constante, ya que dependiendo de la temperatura
del aire éste pesa más o menos, y por tanto la presión sube o baja. Es decir,
si el aire se calienta pesa menos y tiende a elevarse, mientras que si se enfría
pesa más y tiende a descender.

Vientos constantes

Vientos constantes son por ejemplo los alisios, que soplan y se desplazan por
la parte baja de la atmósfera desde las regiones tropicales en dirección al
ecuador. Los llamados alisios del Norte soplan desde el Noreste en el
hemisferio boreal; y los llamados alisios del Sur soplan desde el Sureste en
el hemisferio austral.

Vientos periódicos

Vientos periódicos son por ejemplo los monzones, que soplan


estacionalmente de forma regular en diferentes regiones del mundo, pero
muy especialmente en las tropicales, causados por la diferencia de
caldeamiento de las tierras continentales y los océanos en distintas
estaciones del año; se distinguen los monzones de los mares de la China y
océano Índico por su notable intensidad.

Durante el monzón asiático de verano se forman bajas presiones en el


continente; el viento sopla húmedo y cálido hacia él procedente del océano,
debido al mayor caldeamiento de éste, y va acompañado de fuertes lluvias
llamadas monzónicas (es la estación húmeda); por su parte, el monzón de
invierno, que es seco, sopla en dirección contraria debido al mayor
caldeamiento del continente, que forma altas presiones y empujan el aire
hacia el océano (es la estación seca).
Vientos variables

Vientos variables son por ejemplo las típicas brisas marinas, y variados
vientos locales como el cierzo (un viento de invierno y primavera del Aragón
español), la tramontana (un viento de la sierra del Marao en Portugal), y
otros numerosos vientos que soplan del Este u Oeste.

Precipitaciones

l estudio de la humedad del aire es fundamental en climatología,


tanto por estar en la génesis de las precipitaciones, como por las
consecuencias para la producción biológica que se derivan de sus
oscilaciones.

El nivel y régimen de precipitaciones son factores trascendentales en lo que


respecta a la vida sobre la tierra; así, de ellos se derivan los diferentes tipos
de vegetación, la formación de los suelos, su productividad, la capacidad de
sedimentación y erosión sobre las rocas, entre otras numerosas cuestiones
de carácter físico, geofísico, biológico, biogeográfico, e incluso de las
actividades económicas de seres humanos.

La atmósfera posee siempre un determinado grado de humedad, es decir, el


aire contiene agua y su movimiento en la atmósfera hace que se renueve
constantemente. Este grado de humedad puede ser medido.

Distribución media anual de precipitaciones. Van desde 0


centímetros (colores claros), hasta 639,5 (colores azul
oscuro), pasando por valores intermedios de 90,4 (colores
verdes oscuros)

Humedad absoluta y relativa


Se define como humedad absoluta el peso del vapor de agua que contiene
una unidad de volumen de aire. Por su parte, la humedad relativa es la
cantidad de agua que el aire todavía puede absorber; por ejemplo, si la
humedad relativa es del 70%, significa que el aire aún puede absorber hasta
un 30% más de vapor de agua.

Capacidad de absorción del aire

La capacidad de absorción del aire está en proporción directa con su


temperatura, es decir, a mayor temperatura del aire mayor capacidad de
absorción; es además un elemento climático fundamental para la
evaporación. Esto significa que el agua del mar, ríos y lagos necesitan calor
para su evaporación y posterior absorción por el aire.

La capacidad de absorción del aire es proporcional a su


nivel de temperatura; éste es además un elemento
climático fundamental para la evaporación del agua del
mar, ríos y lagos

El efecto contrario surge con el descenso de temperatura, es decir, cuando el


aire atmosférico está saturado de agua (contiene el 100% de humedad) una
baja temperatura produce la condensación, constituyendo las nubes y
precipitando en forma de lluvia si existen lo que se llama núcleos de
condensación, consistentes en unas diminutas partículas que se encuentran
en el aire en suspensión, y que facilitan que el vapor de agua pueda pasar al
estado líquido; cuando esto sucede, se unen miles de pequeñísimas gotas
formando una nube, y precipitándose en forma de lluvia cuando alcanzan un
peso y volumen adecuado.

Resumen general de América Latina y el Caribe

Recursos hídricos

La metodología empleada para contabilizar los recursos hídricos de la región en las


diferentes referencias consultadas varía según los países. En general, en aquellos
países en los que había información disponible, los balances hídricos contabilizan los
recursos hídricos a partir de datos de caudales de aguas superficiales medidos en
estaciones hidrométricas. En el caso de las regiones más húmedas, las extracciones
para la agricultura y otros usos representan un porcentaje despreciable si se compara
con los recursos hídricos totales generados, por lo que la diferencia entre el caudal
natural y el actual no es apreciable. Sin embargo, en las zonas áridas o semiáridas,
dichas extracciones representan una parte importante de los RHTR.

En general, en la información recopilada sobre los balances de los recursos hídricos no


se contemplan las aguas subterráneas y los datos hacen mención con frecuencia a los
recursos hídricos explotables más que a la recarga anual. Además, la validez de las
estimaciones de la recarga de aguas subterráneas en algunos países, calculadas en
base a un coeficiente de infiltración global aplicado como un porcentaje de la
precipitación media anual es discutible.

En ausencia de estos datos, se ha tomado para la mayor parte de los países la


información recogida en la publicación Les eaux souterraines dans le monde delBureau
de Recherche Géologique et Minière (BRGM, 1990), asumiendo que la totalidad de las
aguas subterráneas vuelve a los cursos de agua superficiales. Esta hipótesis, que es
válida en el caso de las áreas húmedas de la región y en las grandes cuencas
hidrológicas, es discutible en el caso de las islas (Antillas Mayores y Menores), donde
el caudal de aguas subterráneas que fluye de forma directa al mar constituye la mayor
parte de los recursos hídricos subterráneos.

TABLA 2
Distribución regional de los Recursos Hídricos Internos Renovables (RHIR)

Subregión Precipitación anual Recursos Hídricos Internos Renovables

mm km³ km³ m³ por habitante (1997)

México 772 1 512 409 4 338

América Central 2 395 1 194 6 889 20 370

Antillas Mayores 1 451 288 82 2 804

Antillas Menores 1 141 17 4 -

Subregión Guayanesa 1 421 897 329 191 422

Subregión Andina 1 991 9 394 5 186 49 902

Brasil 1 758 15 026 5 418 33 097

Subregión Sur 846 3 488 1 313 22 389

América Latina y Caribe 1 556 31 816 13 429 27 673

Mondo - 110 000 41 022 6 984

AL y C como % del mundo 29 33

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