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Introducción al Antiguo Testamento II

Seminario Teológico Bautista Mexicano

INTRODUCCIÓN A LA PROFECÍA HEBREA.

Introducción

Por su extensión y por su contenido significativo, los textos proféticos exigen un


estudio especial que nos permita interpretarlos con máxima claridad. Su lenguaje
suele ser figurado, poético o simbólico, lo que origina las consiguientes
dificultades; y estas aumentan cuando el pasaje tiene un carácter predictivo. De
ahí que, en la exégesis, no solo debe extremarse el cuidado en la aplicación de las
normas generales de la hermenéutica, sino que es imperativo tener en cuenta
principios propios de este tipo de literatura bíblica. 1

I.- Naturaleza y lugar del profetismo israelita.

La palabra más usual en el Antiguo Testamento para designar al profeta es


nabi’ (pl.nebi’im) aunque su etimología es incierta la estrecha relación con el
término hebreo nbh, que significa “llamar” o “proclamar”, ha conducido a la
hipótesis generalizada de que el profeta es aquel “que llama o que es llamado por
Dios. 2 Robert D. Culver en el Theological Wordbook of the Old Testament,
reconoce que la etimología de la palabra ha sido motivo de controversia; algunos,
por motivo de la estructura de la palabra la traducen como “burbujear” o “hervir” o
“derramar en” y de aquí, en nabi’ es “aquel que derrama palabras, como aquellos
inspirados por Dios, hablando, meditando y amonestando con gran fervor como
profetas y poetas.” La manera de profetismo del nabi’ es activa. Escritores
anteriores (S. Davidson y otros) enseñaron la manera pasiva, recibir el mensaje de
Dios y proclamarlo, enfatizando la recepción de la comunicación divina por el
nabi’3

Existen términos paralelos a nabi’ como roeh, traducido generalmente como


“vidente” y que describe a “aquel que ve” En el Antiguo Testamento es utilizado
12 veces en este sentido general, sin embargo, se utiliza también como alternativo
de nabi’. Aparentemente este término fue el utilizado antiguamente para describir
a los profetas (1º Samuel 9:9). Otro término paralelo es jozeh que también es
traducido como “vidente” 2 sam. 24:11; por la evidencia. José es un término más
elegante que roeh. Estos tres términos son utilizados juntos en un solo pasaje en
el Antiguo Testamento. 1º Crónicas 29:29.4 El vidente se caracteriza por la
capacidad de revelar hechos secretos y profetizar acontecimientos futuros. 1º
Samuel 9:6-20, mientras que el profeta es el mensajero que comunica la palabra
de Dios en sus

1. José M. Martínez. Hermenéutica Bíblica


2 Ibid. 293-4
3 Robert D. Culver “naba’ TWOT. Vol. II, 544
4 Robert D. Culver “ ra’a “ TWOT Vol. II. 823

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Dimensiones religiosa y moral. Isaías 30:10. 5 Sin embargo, estos términos


llegaron a ser sinónimos. El verdadero vidente o profeta de Israel no es nunca un
adivino al estilo de los otros pueblos.6 El adivino es más bien la antítesis del
verdadero profeta de Dios, y sus prácticas de magia, encantamientos, sortilegios o
hechicería son enérgicamente reprobadas. 7 Los llamados “videntes” nunca
podrán ser aceptados como “enviados del Señor”, ya que utilizan medios de
adivinación claramente condenados en la Biblia, tales como la astrología, la
adivinación, la hechicería y demás. Deut. 18:10-12

El sustantivo nabi’ aparece por primera vez en la Escritura en Génesis 20:7, Sal.
105:5 en referencia a Abraham, donde significa un hombre que conoce a Dios.
Gen. 18:18, y no todavía uno que funcione como maestro oficial. El profetismo
regular inicia con Moisés Deuteronomio 18:18; Os. 12:13; cp. Números11:25;
12:2, y llegó a organizarse más bajo Samuel 1º Samuel 10:5; 19:20. En el tiempo
de David los cantores del santuario fueron aquellos “quienes profetizaron dando
gracias y adorando a Jehová. 1ª Crónicas 25:3; ver vv. 1 y 5). Pero sea que entre
estos, o entre los profetas reformadores del siglo IX a. C. (p.e. Elías), o entre los
profetas escritores del siglo VIII a. C., el nabi’ fue un hombre que ministró la
palabra de Dios.

5 Los profetas eran personas históricas que hablaban a sus contemporáneos sobre
situaciones contemporáneas. El significado básico de “profeta” es “declarar” y predecir no
es más que una faceta de “declarar”. Gran parte de los escritos proféticos de la Biblia se
ocupan no primordialmente de la predicción de cosas que irán a suceder, sino del juicio
de Dios sobre la conducta de su pueblo. Es un error, empero, negar o ignorar el elemento
predictivo de la profecía, puesto que al declarar el juicio de Dios el profeta declara lo que
Dios advierte que hará, y cual será el resultado de tal juicio de Dios (William Sanford
LaSur, Interpretation of Prophacy” Heremeneutics. Ed. Bernard Ramm. 95).

6 Nunca estos “videntes” dan la Gloria y el honor a Dios, regularmente son presuntuosos y
arrogantes. Ellos se oponen a la Palabra y a la voluntad de Dios y a la persona o a la
obra de nuestro Señor.

El doctor Walter Kaiser Jr. , en su libro Back Toward the Future, Hints for Interpreting
Biblical Profecy, establece que de acuerdo a Jeremías 23, los “falsos profetas” se
caracterizan por algunas cualidades particulares. Primero, los falsos profetas pueden ser
detectados por su forma de vida inmoral: “profetizaban en nombre de Baal, e hicieron
errar a mi pueblo Israel… cometían adulterios y andaban en mentiras” vv.13-14. De aquí
que, la fuente de sus palabras no es Dios, sino algún ídolo o el mal, o el mismo reino
satánico. Una segunda característica, es el hecho que los falsos profetas complacen a
las multitudes. Si la gente quiere escuchar, “Paz, paz” ellos seguramente predecirán eso,
ganándose así el favor de todos los que los escuchan (Káiser, Back Toward the Future
307

7 Martínez, Hermenéutica, 294

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Profetas escritores del siglo Viii a. C., el nabi’ fue un hombre que ministró la
palabra de Dios a sus contemporáneos. Entonces, la profecía es primordialmente
histórica: revelada orgánicamente a la conciencia del profeta, mediada a través de
la cultura del antiguo Cercano Oriente y hablada en términos de sus días con las
formas y propósitos que fueron correspondientes a la situación actual. 8

II. Tipos principales del profetismo bíblico

a. Profetismo extático 9
Existe un precedente en Núm. 11:24-30, pero los casos más relevantes los
encontramos en I Samuel 10 y 19:20-24.

Este tipo de profetismo presenta algunos puntos de paralelismo con fenómenos


similares registrados en la historia religiosa de otros pueblos antiguos.10 El culto
Cananeo a Baal, por ejemplo, contaba con esta clase de profetas, 1º Reyes 18:19-
40. Características de este fenómeno era su manifestación en grupos más que en
individuos y su asociación a determinados preparativos ambientales como música

8 J. Barton Payne, Encyclopedia of Biblical Profecy: The Complete Guide to Scriptural


Predictions a there Fulfillment 4.
9 Éxtasis, utilizado en el griego profano desde el siglo V a. C., designa originalmente la
locomoción, y, en sentido figurado, la confusión, el enajenamiento y también la locura. El
significado de éxtasis, en el que la conciencia, por la influencia de un poder divino, se
interrumpe total o parcialmente, se encuentra especialmente en Filón (W. Mundle,
“Éxtasis,” DTNT, Tomo II, 154) Filón tomo la idea del éxtasis de la religión oracula griega
y la declaro como la marca decisiva del profeta. Para él, el profeta es un jerofante, un
término para el más alto oficial de las religiones de misterio. El estado profético es
descrito como “la posesión divina (gr. Entheos) y el frenesí (gr. Manía) a la que los
profetas, como clase, son sujetos: “o como” la experiencia divino-inspirada y divino-
poseída que provee el Señor para ser profeta. “Filón aplica a Moisés en particular su
principio fundamental: “No hay profecía sin éxtasis” El profeta es un instrumento pasivo
del Señor. El recibe la iluminación en una condición totalmente pasiva e inconsciente
(Abraham J. Heschel, The Prophets, Vol. 11, 115).

10 Por ejemplo, el frenesí en la adoración a Dionisio y el trance Neoplatónico entre los


griegos. De Fenicia, en el llamado “papiro Golenischeff”, del siglo XI, un egipcio relata
que en una ocasión cuando el Príncipe de Biblos estaba “haciendo una ofrenda a su dios,
el dios atendiendo a la ceremonia se apodero de uno de los jóvenes y lo poseyó”. En
Egipto, Plinio registra, “un buey era adorado como una deidad llamada Apis. Durante las
procesiones relacionadas con su culto, asistieron un grupo de muchachos que cantaban
himnos en su honor. El grupo. Repentinamente fue inspirado y predijeron eventos
futuros” (Abraham J. Heschel. The Prophets, Vo. II. 110-111)

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y danza, las cuales predisponían el estado de éxtasis y las comunicaciones orales


de quienes lo experimentaban era un mero fenómeno psíquico, como resultado
más o menos mecánico de determinados ritos.11 En todas las formas del
profetismo bíblico la causa no esta en lo que el profeta hace, sino en la acción
inspiradora del Espíritu de Dios12 (cp. Os. 12:10; Am 2:11)13
B. Profetismo de las “comunidades proféticas”

Otra forma de profetismo se encuentra en tiempos de la monarquía israelita, en


las “escuelas” o grupos que formaban en torno de destacadas figuras proféticas,
como Elías o Eliseo (2º Reyes 2:3ss; 4:38; 6:1) y se mantenían viviendo
comunitariamente. Esta forma colectiva se relaciona, por lo general, con un
santuario (Bet-el, Gilgal o Jericó – (1º Reyes 13:11; 2º Reyes 2:1, 54-5).

La influencia de estas escuelas fue notable, pese a la fuerza impresionante que


había alcanzado el sincretismo, especialmente en la corte de Israel. A pesar de
que fueron objeto de persecución en algunos momentos, los líderes de estas
comunidades mantuvieron vivo el testimonio de Jehová, y el llamamiento al pueblo
para que renunciara al baalismo y renovara su lealtad a Jehová. Sin duda el
representante más distinguido de estas comunidades fue Elías, quien ocupaba un
lugar encumbrado entre los profetas israelitas.14
C. Profetismo institucionalizado

Encontramos en el Antiguo Testamento dos modalidades de actividad profética


que casi desde el principio de la monarquía gozaron de reconocimiento oficial: la
de los profetas que podríamos denominar cortesanos y la de los cúlticos.

Los cortesanos eran personas muy próximas al rey, a quien aconsejaban


comunicando el mensaje de Dios, entre ellos se encontraba Gad, Hemán

11.Ni el éxtasis, ni las visiones, ni el hecho de haber recibido la palabra, son signos
inequívocos que distingan a los profetas auténticos de los falsos: lo decisivo es
únicamente el contenido del mensaje (W. Mundle, “Éxtasis,” DTNT, Tomo II, 154)

12.Sin embargo, Yates menciona que una de las pruebas mejores acerca del verdadero
profeta, era que conservaba un dominio consciente sobre sí, tanto cuando recibía, como
cuando pronunciaba el mensaje. No eran instrumentos ciegos e inconscientes al servicio
de Dios. Parece que Jeremías puede ser citado como un ejemplo de quién recibió sus
mejores y más sublimes revelaciones mientras más consciente se encontraba (Kyle M.
Yates, Los Profetas del Antiguo Testamento. Proclamando su mensaje para el día de
hoy. 9)

13. Martínez, Hermenéutica.


14. Ibid 295

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y Natán en los días de David (I Sam. 24:11; I Cron. 21:9; 25:5; 29:29). 15 El
testimonio general parece indicar que esta modalidad profética degenera hasta
extremos vergonzosos16 y que muchos de sus adeptos ejercían su ministerio
pensando más en el beneplácito del rey que en la fiel transmisión de la palabra de
Dios (Jer. 14:13-15; 37:17-19; cp. Am. 7:10-17).

Los llamados profetas cúlticos eran considerados como oficiales del santuario y
ocupaban un lugar de honor junto a los sacerdotes y demás funcionarios
religiosos. De modo expreso se menciona a Jahaziel, sobre el cual “vino el
espíritu de Jehová en medio de la asamblea” para poner en sus labios un mensaje
de aliento (2 Cron. 20:14). En esta ocasión la acción profética está estrechamente
relacionada con un gran culto de oración (20:3,4). 17
D. Profetismo clásico

El fenómeno profético del Antiguo Testamento es como un proceso. Es un


movimiento dinámico, inspirado y regido siempre por el Espíritu de Dios. los
diferentes modos de manifestarse guardan cierta relación entre si; pero es obvio
un progreso ascendente que tiene su punto máximo en los días de “los profetas
clásicos.”

La gran época de la profecía llega con los ministerios de Amós y Óseas en el


siglo VIII a. C. A pesar de que algunos eruditos fechan a Joel y/o a Jonás más
temprano, muchos apoyan a Amós y Óseas como los primeros de aquellos
profetas que escribieron y cuyo ministerio influenció poderosamente los siguientes

15. Varios otros profetas son mencionados teniendo alguna clase de deber oficial o no-
oficial en relación con los monarcas de Israel. Su exacta relación con la corte no siempre
es clara ni necesariamente parece ser la misma. Ahijah aparece en un lugar especial
como el único transmisor de la palabra de Dios al primer Jeroboam (I Rey. 11:29-39),
mientras que Elías, Micaias el hijo de Imlah y Eliseo funcionaron en la corte pero
aparentemente más independientes de ella. La figura solitaria y majestuosa de Eliseo ha
fascinado a los estudiosos de la Biblia, por su brusca aparición frente a Acab (I Rey. 17:1)
con su solemne mensaje, “Vive Jehová, Dios de Israel, a quién sirvo, que no habrá en
estos años ni rocío ni lluvia sino por mi palabra.” Como y por qué fue admitido delante de
la presencia del rey nunca es explicado, pero es obvio por los capítulos subsiguientes que
el rey sabía del papel profético de Elías y le extendió la inmunidad de la clase de
persecución que normalmente se hubiera hecho acreedor. Acab podía llamar a Elías un
“hacedor de problemas de Israel” (I Reuy. 18:17) pero fue sólo Jezabel la fenicia quién
trato de acabar con la vida del profeta (Carl Edwin Armerding, “Prophecy in the Old
Testament,” A Guide to Biblical Prophecy. 63)

16 Cp. 2 Cron. 18:4ss

17 Martínez, Hermenéutica. 296

doscientos años. Contrariamente a ciertas teorías de la generación anterior, ni los


profetas se vieron a sí mismos como innovadores ni tampoco consideraron a la

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profecía como un movimiento desafiante de la teología previa (cp. Am. 2:11s; 3:7).
Lo que Amos hizo en la esfera social, Óseas lo hizo en la esfera religiosa. Cada
profeta desafió las normas aceptadas al proclamarlas como violaciones a la ley
dada por Moisés y la elección testamental que había creado a la nación. La
historia de Israel, particularmente la actividad redentora de Dios en el Éxodo,
provee “la piedra de toque” para evaluar toda la vida subsiguiente. El período
antiguo, cuando el amor de Israel para con Dios era puro y sin mancha, es
descrito como ideal. Para Amos, esta relación ha sido corrompida por la caída de
la justicia social básica, una caída que hizo a todos peor y que se reflejo en una
falsa piedad. Para Óseas, probablemente un contemporáneo joven de Amós,
Israel ha prostituido su relación con Jehová al ir tras otros amantes.

Ambos profetas, Amós Óseas, participaron el día en que Israel sería


abandonada por Dios, pero así mismo, vieron la restauración del pueblo de
Dios.18 Para Amos, el día de la restauración de Dios es precedido por “el día de
Jehová” (5:18-20) en el cual el juicio y la ira son derramados sobre los enemigos
de Dios. Este concepto, prominente tanto en Joel como en Sofonías, ya era
conocido por la gente común en los días de Amós, aunque pensaran que era el
día del triunfo de Israel en lugar de un día de juicio.19

Los miembros del profetismo clásico se distinguen por una serie de


características comunes:

1.- Su ministerio no surge de su asociación a un grupo o de un cargo oficial. Es


resultado directo de un poderoso llamamiento de Dios.20
2.- Esta vocación. Alimentada por la palabra divina, dará sentido incomparable a
su misión. 21

18. Varios comentaristas consideran que los “pasajes de restauración” especialmente en Amós,
proceden de un escritor posterior al profeta. Cp. J. A. Motyer, El día del León: El mensaje de
justicia del profeta Amós. 154n: Giorgio Touin. Amós, el profeta de justicia, 235-6

19. Carl Edwin Armerding, “Prophecy in the Old Testament,” A Guide to Biblical Prophecy. 64

20. Éste fue precisamente el argumento de Amós presentado frente a Amasías (7:14). Radaq
interpreta la expresión “yo no soy profeta” como “yo no he sido profeta desde mi juventud” y “ni hijo
de profeta” como “ni alguno me enseñó los diversos modos de profecías.” Rasi interpreta la
primera como “yo no soy del gremio de vuestros falsos profetas, que sacan su salario de sus
profecías” (Gregorio Ruiz González, Comentarios Hebreos Medievales al libro de Amós, 240-1)

21. Jeremías fue el profeta de “la palabra de Jehová” (Jer.1:2) De acuerdo a J. S. S. Thomson,
Jeremías uso la expresión “entonces dijo el Señor” o frases similares 157

3.- La misión sólo podrá cumplirse en total sumisión a Dios. Ahí radica la grandeza
de los profetas, para quienes lo más importante es la majestad de Jehová.

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4.- Un temor santo se apodera de ellos y mientas Dios así lo disponga, ellos
permanecerán a su escucha, prestos a decir o hacer lo que el espíritu de Jehová
les indique.

5.- Su ministerio a veces ocupaba prácticamente toda su vida; en algunos casos,


solo una parte breve de ella. Pero siempre constituyó lo más importante de su
existencia.

6.- El ministerio del profeta clásico es un ministerio individual y solitario.

7.- El fenómeno más sobresaliente no es el éxtasis ni la adivinación 22 ni la


operación de milagros, sino la recepción de la palabra de Dios.

veces de las 349 que son usadas en el Antiguo Testamento (Walter C. Kaiser, Jr., Toward
an Old Testament Theology, 228).

22.-El término “adivinación” (Heb. gasam) describe cualquier arte de vaticinio. Al igual
que otras manifestaciones de lo oculto, estas estaban prohibidas en Israel y se hablaba
de ellas con desprecio. En Lev. 19:31 se dice, “No os volváis a los encantadores, ni a los
adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová” En Lev. 20:6 se dice,
“Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para prostituirse tras ellos, yo
pondré mi rostro contra tal persona, y la cortaré de entre su pueblo”. Levítico 20 es
principalmente un código penal) que puede ser dividido en dos secciones: la penalización
para los adoradores de Moloc o los que van a consultar a mediums o espiritistas (vv.9-26).
Ambas secciones concluyen con una fuerte exhortación a una vida de santidad (vv, 1-8,
27), y penalizaciones por pecar contra la familia (vv. 9-26. Ambas secciones concluyen
con una fuerte exhortación a una vida de santidad (vv. 7-8 y vv. 22-26) (Kaiser, DT Ethics.
124.

Profetas mayores como Isaías, Jeremías y Ezequiel, y profetas menores como Miqueas y
Zacarías mencionan la adivinación (heb.qesem) en un sentido negativo (Alden. 805. El
termino hebreo “adivinación” (qasam) y sus derivados, aparece en los escritos proféticos
en Isa. 3:2; 44:25; Jer. 14:14; 3:6, 11 (lisowsky, 1264-1265.

Josías desterró de Judea a los astrólogos como parte de su obra reformadora. En 2


Reyes 23:25 se dice, “Y quitó (Josías) a los sacerdotes idolatras asimismo a los que
quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a “los signos del zodíaco” (Heb. mazzalot;
lit. “Constelaciones”) y a todo el ejército de los cielos.” El término “constelaciones” (heb.
mazzalot) aparecen en 2 Rey. 23:5 y en Job 38:32. El Acadio se refiere a las fases de la
luna, pero su uso en el hebreo indica los signos del zodiaco. En Reyes, la palabra es
usada como su significado astrológico
.
8.- La vinculación con el culto y las instituciones nacionales se van debilitando, y
no pocas veces el mensaje condenará agudamente la corrupción de la vida
religiosa y política del pueblo.

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9.- Ocasionalmente en sus palabras hay predicciones: pero básicamente el


oráculo no es predicción sino predicación.

Walter C. Kaiser pregunta, ¿Es la palabra “predicción” la mejor manera de


describir y hablar de cómo las profecías del Antiguo Testamento se relacionan con
el Nuevo o su cumplimiento? Una predicción es un vaticinio o un presagio. Este
término frecuentemente concentra la atención de los lectores o de los oyentes,
solamente en dos aspectos: 1. la palabra hablada antes del evento al cual se
refiere, y 2. el cumplimiento del evento en sí mismo. Ahora, mucho en este
método es recomendable y apropiado donde la exégesis legitimiza dichas
afirmaciones. Pero tiene algunas serias deficiencias. Una deficiencia es que su
foco es demasiado angosto, que obliga a una concentración en los dos extremos
del espectro, anulando virtualmente todo lo que queda entre dichos extremos.

La corrección sugerida para evitar esta y otras deficiencias, es introducir la


categoría de “promesa”. La diferencia en entre una mera predicción y una
promesa es expuesta por Willis J. Beecher:

“La promesa, los medios y el resultado están todos en la mente conjuntamente.


Si la promesa envolvió una serie de resultados podemos conectar cualquiera de
los resultados con la cláusula predictiva como una predicción cumplida. Pero si
nosotros preeminentemente confinamos nuestro pensamiento a estos artículos en
la promesa cumplida, seremos guiados a una inadecuada y problablemente a una
falsa idea de la promesa y su cumplimiento. Para comprender correctamente el
elemento predictivo lo debemos ver a la luz de los otros elementos. Toda
promesa cumplida es una predicción cumplida: pero es extremadamente
importante verla como una promesa y no como una predicción”

Esta contribución puede revolucionar razonablemente la manera en la que


muchos intérpretes manejan los pasajes proféticos. Así, mucho de la profecía del
Antiguo Testamento no será vista como una serie de palabras, sino también como
una serie de resultados emanando de aquellas palabras antes de que su
cumplimiento climático venga.23
10.- La palabra divina no es tanto respuesta a la preocupación por el futuro como
llamamiento a la piedad y a la rectitud moral, pues lo importante o es el
conocimiento de lo venidero, sino el conocimiento de Dios y su voluntad.

23.- Walter C. Kaiser, Jr., The Uses of the Old Testament in the New. 61-2

11.- La palabra de Dios (heb. d”bar YHWH) actúa en el profeta con una fuerza
prácticamente irresistible: a menudo lo llevara a serios enfrentamientos con la
sociedad de su tiempo, incluso con las autoridades políticas y religiosas.

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12- El carácter sagrado del d”bar YHWH será una y otra vez reafirmado por los
profetas auténticos frente a la frivolidad de los profetas cortesanos, quienes
habían sucumbido a la presión corruptora de los reyes y sacerdotes.

III:- Contenido y mensaje del Profetismo Clásico

El mensaje global de los profetas del período clásico debe examinarse a la luz
de su marco histórico. Israel, que un día conoció la experiencia portentosa del
Éxodo, avanza hacia el desastre, el principio del cautiverio en Asiria (Reino del
Norte) y en babilonia (Reino del Sur).

En el período de los profetas clásicos, la conducta nacional alcanzó caracteres


de gravedad, pues no se trataba de deslices esporádicos, sino de un deliberado y
constante vivir de espaldas a Dios; una rebeldía profunda, enraizada en falsos
conceptos que el pueblo tenía acerca del carácter y naturaleza del Señor, y del
modo de relacionarse con él. Ello constituía el colmo de la ingratitud (Isa. 1:2 ss).
A menos que Israel se arrepintiera de sus pecados, la justa ira de Dios habría de
recaer sobre el pueblo. La obstinada impenitencia haría inevitable la catástrofe.
De nada serviría la prudencia política de algunos reyes que buscaban alianzas
ventajosas. Y más inútil sería la falsa religiosidad que se apoyaba en la elección
divina o en la práctica de un culto que, por haber perdido su esencia espiritual,
resultaba abominable a los ojos de Dios (Isa. 1:20:20)25

24 “He aquí he puesto mis palabras en tu boca” (Jer. 1:9; 5:14) Jeremías diría que la base de su autoridad
profética es la palabra de Dios. Pero si se insiste demasiado en la mecánica de esta recepción de la
revelación divina, el describiría no solamente como algo hablado sino también escrito (36:1-2). Esta palabra
era más que una revelación objetiva hablada para el beneficio de otros. Esta era alimento para el propio
profeta (15:16s;. 1:4ss). “La alegría y el gozo a su corazón” Por otro lado, la palabra de Dios llega a ser
reproche para él. (20:8) (Kaiser. OT Theology, 228).

25. El pasaje de Amos 5:21-23 es uno de los más ásperos en presentar el repudio del Señor por las
celebraciones cúlticas. En este versículo aparecen tres expresiones de repudio que emite el Señor a las
alabanzas del pueblo de Dios.

(1)El término “aborrecer” ((heb. sane’) expresa una actitud emocional hacia personas o cosas que son
opuestas y que se detestan. Se incluye el deseo de no tener ningún contacto con aquello que se odia. Este
término es lo opuesto amar. De esta forma, el Señor esta estableciendo que no quiere tener ningún contacto
con las alabanzas del pueblo.

(2)El término “abominar” (heb.ma’as) describe la acción de despreciar algo. Dios esta despreciando las
prácticas religiosas externas de su pueblo. Quien tenía estas prácticas más por tradición y satisfacción propia
que por buscar una relación con el Señor.
Este es el tiempo que les tocó vivir a los profetas clásicos. Ante tal situación, su predicación debería tener
características especiales y elementos distintivos. Entre ellos se pueden destacar los siguientes .

A.- La autoridad y la fuerza de la palabra de Dios

La frase “así dice Jehová” o alguna equivalencia es mucho más que una
formula estereotipada introductoria al mensaje del profeta. No es pronunciada
mecánicamente, a la ligera. Es indicación de que la declaración que va a seguir

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tiene su origen no en la mente del propio profeta sino en Dios. la palabra que se
va a pronunciar no es fruto de la reflexión personal; es resultado de una
revelación. En otras palabras. No surge de adentro sino de arriba.

B. La denuncia del pecado del pueblo.

Esta denuncia se hace de modo directo, incisivo, mostrando todas las


agravantes de la rebelión espiritual del pueblo contra Dios. 26 Esta rebelión
espiritual del pueblo contra Dios.26 Esta rebelión equivalía a un rechazo de todo
lo que implicaba la elección y el pacto establecido por el Señor con su pueblo.

La esencia del pecado no era la mera trasgresión de unas cuantas normas


morales sino la ofensa inferida a Dios en la relación con él. Israel es el hijo ingrato
que no reconoce a su padre (Ksa. 1:2; Os. 11) la viña delicadamente cuidada que
produce “uvas apestosas” (Isa. 5:2) el rebaño (Sal. 80:1) que desconoce la voz del
pastor, el barro que resiste las manos del alfarero (Isa. 29_16; Jer. 18:1-6) la
esposa adúltera que se prostituye con múltiples amantes (Isa. 50:1; Jer 3:11-12;
Os. 1-3).

Como una agravante más, se expone la detestable religiosidad de Israel. Por


un lado, el pueblo se mostraba abierto a la práctica del culto cananeo; por otro,
mantenía las formas externas al culto a Jehová. El sincretismo no constituía a los
ojos de Israel un gran problema las prácticas religiosas eran totalmente
superficiales, inspiradas en concepciones materialistas del culto, ajenas a la
verdadera piedad y completamente desligadas de todo compromiso ético.

(3)La expresión “no complacerse” (heb. riaj) que literalmente dice “no oleré” o “no gustaré” sus sacrificios.
El pueblo tenía una religión escrupulosa y elaborada, pero el Señor quiere que su pueblo haga algo mucho
más allá de una externa alabanza.

26 El profeta Jeremías fue especialmente áspero con este tipo de descripciones. En su capítulo 2 utiliza
imágenes que representan el amor de Judá por la idolatría: 1. Un buey con el yugo roto (2:20ª): 2. Una mujer
infiel (2:20b); 3. Una vid escogida que no da fruto (2:21); 4. Una mancha irremovible (2:22); 5. Una dromedaria
en celo que no tiene control,
2:23b); 6. Una asna montes en brama (2:24-25); y 7. Un ladrón avergonzado pero no arrepentido (2:26) (para
una aceptación de estas figuras ep. F. B. Huey.Jr., Jeremiah and Lamentationes, 66-7).

C. La proclamación del Juicio Divino

Dios, en su santa soberanía, no pudo permanecer indiferente ante las


provocaciones de la soberbia de su pueblo. No podía, por consiguiente, tolerar de
modo indefinido los pecados graves de los pueblos; mucho menos los de su
propio pueblo, Israel. Su juicio era una necesidad moral. Este es un punto central
en la proclamación profética27
El juicio tiene por objeto vindicar la justicia, enderezando lo que la injusticia
había torcido, condenando y abatiendo lo que los nombres habían ensalzado y
ensalzando lo que los hombres habían despreciado. Las intervenciones judiciales
de Dios asumirán formas diversas. Unas veces serán resultado de la propia

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iniquidad humana: revoluciones, guerras, deportaciones, torturas, hambres,


destrucción y muerte. Otras veces, consecuencia de calamidades naturales;
seguías, plagas, etc. Pero todos estos infortunios estarían dirigidos por Dios hacia
el cumplimiento de sus propósitos.

Sobre todas estas calamidades prometidas por Dios en boca de sus profetas,
sobresale una de incomparable magnitud: el desastre que pondría fin a la vida
nacional del pueblo escogido. Esta enorme desgracia tendría lugar en dos
tiempos; primeramente la caída del Reino del Norte bajo la expansión asiria en el
siglo VIII a. C.; y posteriormente, la de Judá, invadida y asolada por los ejércitos
caldeos siglo V medio después. Así, Israel política y geográficamente dejaba de
existir. Es horrible el porvenir que se avecina sobre Israel. Pero es más horrible
su pecado contra Dios. No hay desproporción entre la causa y el efecto.

D. El anuncio de la Salvación

El juicio no invalida la compasión de Dios. Su ira es temporal; su fidelidad es


eterna. Por eso, a los anuncios de la catástrofe se une la proclamación de la
intervención restauradora de Dios. El final que se acerca no será un final
definitivo.

27. El término “castigar” (heb. yasar) en la LXX se traduce principalmente cómo paideuo.
Que enfatiza la noción de educación. El ugarítico relacionado ysr significa “instruir, corregir”.
De sus usos y paralelos en el AT. Uno puede concluir que yasar y musar denotan corrección que
resulta en educación. La base teológica para la disciplina es establecida en la relación testamental
que Jehová establece con su pueblo. Estas palabras son encontradas casi noventa veces en el
AT; nueve en el Pentateuco, 26 en los profetas y 50 veces en los Escritos.
Los profetas desarrollaron el tema de musar como en Deut. 11:2, revelando la disciplina de Dios a
través de sus actos poderosos en la historia de su pueblo Israel y Juda. Así, la severidad del exilio
debe ser entendida bajo esta consideración (Os. 5:2; 7:12; Isa. 8:11) (Silcrist. Paul R., “yasar,”
TWO, I, 387)

En la base de esta actuación compasiva encontramos la infinita misericordia de


Dios, su jessed incomparable, clave de la perpetua validez del pacto en el plan
divino. Dios podía haber anulado la alianza con su pueblo, como se anula el
matrimonio mediante el divorcio cuando hay infidelidad por parte de alguno de los
cónyuges; pero el Señor no opta por la anulación sino por la renovación.

Algunos profetas incluyen ese aspecto de la revelación divina de la renovación y


restauración. Pero quizá el que resume con más conmovedora vehemencia la
buna nueva del amor de Dios es Óseas: “¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín?
¿Cómo podré entregarte, oh Israel? Mi corazón se revuelve dentro de mí; se
inflama toda mi compasión” (Os. 11:8).

Todo el panorama salvífico esta iluminado por la figura del Mesías 28 por quién
será consumada la obra redentora de Dios. Él será el Ungido por excelencia. No

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sólo será investido de la máxima autoridad profética, en cumplimiento de


Deuteronomio 18:15, asumirá también las funciones de Rey y Juez como “Hijo de
David” Pero el Mesías no será solamente Rey y Juez, sino será también siervo.
“el Siervo de Jehová”
Conclusión

El mensaje de los profetas es tanto de juicio como de esperanza>: juicio para


aquellos que ignoran la justicia social y que corrompen la actividad religiosa; pero
de esperanza para aquel “rebaño pequeño” que es fiel a las normas del pacto del
Señor. El futuro. Como el pasado, es una parte integral de su mensaje, porque
sólo un Dios que controla el futuro y lo guía a su propia consumación puede
efectivamente advertir de juicio u ofrecer esperanza realista. Ya que el contexto
para cada uno de los profetas esa nacional, sea Israel o Judá, el desarrollo
histórico y el significado teológico de estas dos naciones es central para la
profecía bíblica. Instituciones como la monarquía, el sacerdocio, y el templo con
sus formas de adoración, todas tienen parte en la historia, tanto presente como
futura.29

28 Walter C. Kaiser Jr. pregunta. ¿Qué nombre es usado más frecuentemente para
designar a este Rey-redentor? Casi universalmente, hoy es referido como el Mesías.
Esto es algo extraño, pues si uno lo juzga simplemente por la frecuencia de los términos
usados, seguramente se seleccionaría el nombre bíblico “Siervo del Señor” Este es el
nombre más prominente, apareciendo en Isaías 40-66 treinta y una vez en conexión con
el Rey-redentor que habría de venir. Más aún, estos pasajes de Isaías fueron citados
más frecuentemente por los escritores del NT que cualquiera otro, excepto por las
promesas que fueron dadas a Abraham y a David. La designación de “siervo” sin
embargo, aparentemente fue conectada con mucha frecuencia sólo al aspecto de los
sufrimientos y a la muerte del que habría de venir, pero el uso de término “Mesías” es más
majestuoso y real (Walter C. Kaiser, Jr. , “Messianic Prophacies” 760.

28Carl Edwin Armerding, “Prophecy in the Old Testament,” A Guide to biblical Prophecy,
68

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