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DEDICATORIA

A mi madre y hermanos que son todo en mi vida, con mucho amor y cariño les

dedico todo mi esfuerzo y trabajo puesto que son el motor y motivo de la realización de

esta tesis.

Richard Oswaldo Quispe Tinta

AGRADECIMIENTO

En primer lugar a Dios por haberme guiado por el camino de la felicidad hasta

ahora; en segundo lugar a cada uno de los que son parte de mi familia a mi Madre mis

hermanos Brenda y Mijael; por siempre haberme dado su fuerza y apoyo incondicional

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que me han ayudado y llevado hasta donde estoy ahora. Por último a mis compañeros de

tesis porque en esta armonía grupal lo hemos logrado y a mi profesor de tesis quién nos

ayudó en todo momento.

Richard Oswaldo Quispe Tinta

INTRODUCCION

La violencia contra las mujeres viene siendo un fenómeno universal, además de


ser el mayor daño que se viene infringiendo en la sociedad porque daña a la familia.
Asimismo, entre los agravios más frecuentes que se observa en los hogares de nuestra
sociedad es la violencia psicológica, que viene a ser uno de los daños más difíciles de
identificar y de evaluar porque la gravedad al no dejar marcas visibles se estima según la
frecuencia e impacto psicológico que ocasiona en la víctima. Ante esta situación, los
síntomas más frecuentes en las agresiones intrafamiliares son las crisis de angustia,
fobias, trastornos por estrés (ansiedad), depresión, abuso de consumo de sustancias, y
en el caso de los menores suelen ser diagnosticados de desórdenes funcionales del
organismo como es no contener la orina, y otros. También, otros autores indican que
entre las secuelas que sufre la mujer maltratada por índole psicológica, es que se ven
obligadas a modificar sus rutinas y padecer trastornos de sueño con pesadillas
relacionados al evento del que fueran víctimas.
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CAPÍTULO I

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

1.1. DESCRIPCIÓN DE LA REALIDAD PROBLEMÁTICA


La violencia contra las mujeres viene siendo un fenómeno universal, además de
ser el mayor daño que se viene infringiendo en la sociedad porque daña a la familia.
Asimismo, entre los agravios más frecuentes que se observa en los hogares de nuestra
sociedad es la violencia psicológica, que viene a ser uno de los daños más difíciles de
identificar y de evaluar por la gravedad, al no dejar marcas visibles, se estima según la
frecuencia e impacto psicológico que ocasiona en la víctima. Ante esta situación, los
síntomas más frecuentes en las agresiones intrafamiliares son las crisis de angustia,
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fobias, trastornos por estrés (ansiedad), depresión, abuso de consumo de sustancias, y
en el caso de los menores suelen ser diagnosticados de desórdenes funcionales del
organismo como es no contener la orina, y otros. También, otros autores indican que
entre las secuelas que sufre la mujer maltratada por índole psicológica, es que se ven
obligadas a modificar sus rutinas y padecer trastornos de sueño con pesadillas
relacionados al evento del que fueran víctimas.
En el ámbito nacional, se observó lo siguiente que en Perú, según las estadísticas
INEI por este tipo de delitos en el 2017 el 66.4% fue por violencia psicología, 32.4% por
violencia física, y 6.8% por abuso sexual, a la fecha ocupamos por delitos de feminicidio
en ranking número dos. Asimismo, según lo refiere el Ministerio de la Mujer y Poblaciones
Vulnerables (MIMP), los más frecuente agravios en un 40% son los insultos, gritos o
amenazas, revela un sondeo del Instituto de Integración realizado en octubre del 2016.

La nueva ley 30364, contra la violencia hacia las mujeres y los integrantes del
grupo familiar, que si bien ha avanzado en términos de enfoques, puesto que permite
agilizar los trámites de las víctimas, quienes deberán ser atendidas inmediatamente para
recibir sus denuncias en solo 24 horas, para así poder ser evaluadas por los profesionales
del Instituto de Medicina Legal. Es decir, cuando se denuncia un caso de violencia
psicológica, el juez debe resolverla en 72 horas. Sin embargo, conseguir una pericia
psicológica requiere de un mes como mínimo, generalmente esto se debe al gran número
de denuncias y el poco personal para esta tarea, pero esta problemática de falta de
profesionales para realizar las pericias psicológicas obstaculiza que las víctimas alcancen
protección judicial. En consecuencia, la implementación de la Ley 30364 corre el riesgo de
que no se aplique adecuadamente, en razón a que se ha generado una incertidumbre en
los operadores de justicia sobre su implementación, puesto que no se ha dado una debida
capacitación de la norma, venimos teniendo un Poder judicial colapsado, una policía no
sensibilizada, y muchas denuncias de las víctimas por violencia psicológica cuyos
procesos quedan archivados.

En nuestra Constitución la violencia familiar no se encuentra regulada, pero, pero


el Cap. I “Derechos Fundamentales de la Persona”, así tenemos que en el Art 2° inc. 1°
establece que “toda persona tiene derecho a la vida, a su identidad, a su integridad
moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar”, la cual se ve

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menoscabada cuando se irrumpe por un acto de violencia psicológica generando
graves daños en la persona víctima de esta.
El “derecho a la paz y tranquilidad” que establece el inc. 21° de la
Constitución se ve alterado cuando una persona con malas intenciones insulta,
grita, amenaza, etc., desequilibrando así la tranquilidad de la mujer afectada. El inc.
24° “libertad y seguridad personal” en su literal “h” nadie debe ser víctima de un
daño psíquico.

Según el manual sobre violencia familiar y sexual, elaborado por el Movimiento


Manuela Ramos y el Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán, violencia familiar es una
práctica consciente, orientada, elaborada, aprendida y legitimada por quienes se sienten
con más poder que otros (as), con mas derecho para intimidar y controlar. En suma es un
patrón aprendido de generación en generación.

Se tiene como antecedente el Un capitán de la Policía Nacional del Perú (PNP),


quien se desempeña como comisario de Jesús María en el distrito de Paucarpata
en Arequipa, fue denunciado por presunto maltrato psicológico hacia una suboficial.

Según la denuncia realizada por la mujer policía, el presunto maltrato


psicológico en su centro laboral empezó en marzo de este año.

A raíz de la denuncia que interpuso, mañana a las 8:30 horas en el Módulo de


Justicia de Paucarpata en Arequipa, se realizará la audiencia contra el capitán de iniciales
G. M. F. de la delegación policial Jesús María por agresión psicológica contra la
suboficial.

Un examen psicológico practicado a la policía mujer dio como resultado que ella
presenta una afectación emocional que estaría interfiriendo en sus actividades cotidianas.

La suboficial de iniciales A. V. B. contó que el domingo 17 de junio ya se iba a


retirar de su centro laboral al promediar las 9 de la noche. El capitán
de Arequipa denunciado, no la dejó a pesar de que ella tenía descanso pasivo por
problemas de salud. El descanso pasivo significa que ella solo puede realizar actividades
administrativas.

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La presunta víctima accedió a quedarse pero quería ir primero a su casa para
traer abrigo ya que no había llevado. Además, se había comprometido con su esposo a
llevar la cena para sus menores hijos.

El capitán le habría empezado a gritar argumentando que es la autoridad. El


superior de la comisaria de Jesús María habría sido testigo, pero no hizo nada más que
decirle a la suboficial que haga un parte de su salida. Cuando ella lo entregó al capitán,
habría sufrido nuevamente el maltrato al ser amenazada de problemas a futuro.

En su relato, agregó que cuando regresó a la delegación policial, el capitán habría


llenado el parte de salida señalando que la presunta víctima nunca regresó. La suboficial
dijo que la hizo sentir minimizada, que no valía nada a su lado.

Ella trabaja en el área de familia y siempre le dice a las mujeres que no se dejen
atropellar, que hagan valer sus derechos, pero ahora se siente humillada y sin
argumentos para aconsejar a las de su género.

La suboficial presentó la denuncia por maltrato psicológico y además señaló,


entre lágrimas, que esta situación le ha ocasionado problemas con su esposo, ya que
siempre regresa a su casa a altas horas de la noche

Tras no existir suficientes elementos probatorios que demuestren el impacto de la


violencia psicológica en las víctimas y formalizar una denuncia, diversas instituciones
siguen trabajando en un proyecto piloto denominado “Justicia Oportuna” que busca que
las pericias psicológicas se realicen en los plazos establecidos por la ley.

El Gerente Regional de Salud de Arequipa, Dr. Gustavo Rondón Fudinaga, indicó


que de las denuncias registradas, el 51 % son casos de violencia psicológica; y por ende
vienen trabajando en conjunto con el congresista Horacio Zeballos Patrón y el instituto U-
manos representado por Fiorela Matos; en la iniciativa que busca que dichos casos no
queden archivados por falta de pruebas.

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1.2. DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA

1.2.1. Delimitación Social


La delimitación social, comprende al grupo de mujeres que son víctimas de
Violencia Familiar ante la impunidad que genera la Violencia Psicológica por su
grado de complejidad esto en la primera fiscalía provincial penal corporativa de
Paucarpata.

1.2.2. Delimitación Espacial


El área de estudio para la presente investigación es el Distrito de Paucarpata,
Provincia y Departamento de Arequipa.

1.2.3. Delimitación Temporal


El tiempo estimado para desarrollar la investigación comprende desde el mes de
Enero del año 2018 al mes de Junio del año 2018.

1.2.4. Delimitación Conceptual


Desde el punto de vista conceptual se definirán las variables relacionadas con la
impunidad de la violencia psicológica. En nuestro país a la fecha este tipo de
agresión psicológica, de acuerdo a la Ley 30364, no está claro qué debemos
entender por lesiones psicológicas contra la mujer, según el especialista en
Derecho Penal, Caro, refiere que, las recientes modificatorias es una suerte de
norma en blanco, en razón al incorporado artículo 124-B (determinación de la
lesión psicológica) del Código Penal (CP) que establece el nivel de la lesión
psíquica será determinado mediante una valoración que es realizado mediante el
instrumento técnico que orienta la labor pericial. Pero hay un problema que este
instrumento técnico oficial no es una ley con carácter impersonal, general y
abstracto; es más bien una suerte de instrumento técnico donde se establecerían
una serie de criterios para diferenciar las faltas, sean estas lesiones leves o
graves, o como es en caso, psicológicas (Caro, C. 2015).

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. En consecuencia la respuesta que encontramos ante aquellas denuncias que
han quedado desatendidas por los operadores, llámese policías, jueces y fiscales,
que de cierto modo pasan a convertirse en cómplices porque probablemente en la
mente de estas personas hay la idea de que esto no es grave, de que es normal,
pero obviamente no se da en todos los casos, pero si en la gran mayoría, por ello
urge que estos operadores tengan una reeducación psicológica porque son las
personas que están directo con las víctimas, de lo contrario seguiremos siendo
testigos de denuncias desatendidas, donde el agresor se siente impune dado que
desde el primer momento no se frenó su actuar (Chinchay, M. 2017).

Los efectos negativos en víctimas de violencia familiar, (Ayvar, C. 2007), los


efectos negativos en violencia familiar son: a) Conductas de ansiedad extrema,
temor. b) Depresión y pérdida de autoestima, culpabilidad. c) Aislamiento social y
dependencia emocional del agresor; vienen un tipo de vergüenza que
experimentada el afectado, lo cual genera que tienda a ocultar los hechos
ocurridos. d) Inseguridad en las víctimas; es un sentimiento que padece la víctima
lo cual tiende a mostrase indecisa e incompetente, e incluso inestable en sus
decisiones. e) Falta de empoderamiento; debido a la gran inseguridad que suelen
presentar esto les imposibilita para tomar decisiones sobre su situación actual. f)
Sentimientos ambivalentes; la víctima se presenta inestable emocionalmente tiene
tendencia de sentimientos entre amor y odio, al recordar experiencias no violentas
vividas. g) En el campo económico - laboral; al no tener la víctima productividad
laboral esta es dependiente económicamente de su agresor.

1.3. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

1.3.1. Problema Principal

 ¿Por qué la difícil probanza del delito de violencia psicológica,


generaría la impunidad del agresor en las víctimas de violencia
familiar ley 30364 Arequipa-2018?

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1.3.2. Problemas Secundarios

 ¿Por qué la falta de celeridad del protocolo de pericia psicológica, viene


obstruyendo las denuncias por maltrato psicológico?

 ¿Cómo el deficiente tratamiento en las víctimas por violencia psicológica,


afecta la atención en la salud integral de las personas agredidas.

1.4. OBJETIVOS DE INVESTIGACIÓN

1.4.1. Objetivo General


 Determinar de qué forma se da la dificultad de probanza del delito de
violencia psicológica, como esta generaría la impunidad de su agresor y
como este viene afectando a las víctimas de violencia familiar, Arequipa
2018.
1.4.2. Objetivos Secundarios
 Identificar de qué forma la falta de celeridad de las pericias psicológicas,
viene obstruyendo las denuncias de violencia psicológica.
 Determinar como el deficiente tratamiento de las víctimas por violencia
psicológica, viene afectando en la atención de la salud integral de las
personas agredidas.

1.5. HIPÓTESIS Y VARIABLES DE LA INVESTIGACIÓN

1.5.1. Hipótesis General


 Es probable que un mejor protocolo de investigación, sanción penal
evitara la impunidad por violencia psicológica, lo cual generara mayor
protección a las víctimas de violencia familiar.

1.5.2. Hipótesis Específicas

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 Es probable que un mayor cumplimiento de la celeridad de las pericias
psicológicas, generara menos archivamiento de denuncias por violencia
psicológica.
 Es probable que cuanto más eficiente sea el tratamiento de las víctimas
por violencia psicológica, más efectiva será la atención en la salud
integral de las personas agredidas.

1.5.3. Variables
a) Variable independiente: La dificultad de probanza de la violencia psicológica.

b) Variable dependiente: la impunidad de su agresor.

Definición de variable

A) La impunidad del agresor por maltrato psicológico, consiste en la falta de


sanción puesto que mientras los maltratos a la mujer sean lesión no hay
posibilidad real de sanción (Palacios, R. 2016)
b) Víctimas de Violencia familiar, es la persona o personas que reciben
violencia injusta en su contra o atropello de sus derechos (Flores, P. 1988).

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1.5.4. Operacionalizacion de las Variables
a) Variable Independiente

Variable Dimensión Indicadores Instrumento Ítems


Independiente
 ¿Considera Ud. la denigración
como una forma de violencia
Denigrar psicológica?

Acoso  ¿Considera Ud. el insulto como una


Efectos negativos forma de agresión psicológica?
Dependencia
 ¿Cree Ud. Que la falta de
Dificultad profesionales en pericia psicológica
Probatoria obstaculiza que las victimas alcance
Violencia Impulsivo  Cuestionario protección judicial?
Psicológica Perfil del victimario
Jurídicas  ¿Considera Ud. Que la impunidad o
falta de sanción por violencia
Sociales psicológica es actual en nuestra
sociedad?

 ¿Considera Ud. que las autoridades


desprotegen a las víctimas de
violencia psicológica?

 ¿Sabe Ud. donde puede denunciar


si es víctima de violencia
psicológica?
 ¿Podría Ud. indicar si conoce que
es un centro de emergencia mujer
(CEM)?

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b) Variable Dependiente

Variable Dimensión Indicadores Instrumento Ítems


Dependiente
Inicio  ¿Considera Ud. Que alguien con baja
En el proceso autoestima, se pude transformar en
penal Archivamiento alguien que puede ser maltratado?
 ¿Considera Ud. Que la violencia
psicológica es una de las más difíciles
de probar?
 ¿Considera Ud. Que una de las
Pericia del daño Celeridad secuelas en las víctimas de violencia
psicológico familiar es la transformación de la
Impunidad del El protocolo de la  Cuestionario personalidad?
Agresor pericia
 ¿Cree Ud. Que la falta de celeridad en
las pericias psicológicas impide la
valoración del daño causado en
víctimas de violencia psicológica?
Tratamiento Terapia
 ¿Considera Ud. Que la salud integral de
Salud integral las víctimas por violencia psicológica
esta desprotegida?

Fuente: Elaboración propia

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1.6. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

1.6.1. Tipo y Nivel de investigación.

a) Tipo de Investigación: este trabajo de investigación por su naturaleza


es básica, puesto que tiene como finalidad realizar un análisis de la
impunidad de la violencia psicológica en víctimas de violencia familiar y así
evitar que esta siga presente y poder conseguir una adecuada
interpretación de la misma

Según Vera A. (2012:2) indica que este tipo de investigación básica recibe
el nombre de investigación teórica y su fin es crear nuevas posturas,
conocimientos dogmáticos, científicos, pero sin llegar a la
experimentación.

b) Nivel de Investigación: En el presente caso el nivel de investigación


corresponde al explicativo, debido a que se tratara de establecer y
explicar, las relaciones de causalidad que existen entre la variable de la
impunidad del agresor, para tratar de establecer las relaciones o
correlaciones de causa y efecto entre dichas variables.

Según Sabino C. (1992) indica que este nivel de investigación va a buscar


la relación de causalidad y trata de explicar el fenómeno que se está
estudiando

1.6.2. Método y Diseño de la Investigación.

a) Método de la Investigación: El método utilizado en la investigación es


un método deductivo, ya que permitirá desarrollar y analizar las variables
del problema de lo general a lo específico, siendo estas, la carencia de

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regulación en la ley 30364 “Ley para prevenir y erradicar la violencia
contra la mujer y integrantes del grupo familiar”

Según el blog METODODEFINICION.DE (2014), indica que este método


deductivo es donde la información a estudiar es de lo general a lo
específico, para luego deducir o concluir en suposiciones lógicas.

b) Diseño de Investigación: La presente investigación se aplicó el diseño


no experimental, debido a que no se van manejar las variables para
alcanzar un resultado y analizaremos el fenómeno tal como se encuentra
en la realidad. Según el Blog Metodologías De Investigación (2012),
indica que este tipo de investigación no experimental, no va a manipular o
experimentar con las variables, ya que el fenómeno ya ocurrió y esté se
observa cómo se está dando en la realidad

1.6.3. Población y Muestra de la Investigación.

a) Población: La presente investigación tomara como población a los


casos de violencia psicológica de la primera fiscalía provincial penal
corporativa de Paucarpata
Para el blog Explorable (s/f), indica que la población es un conjunto de
individuos con características parecidas.

b) Muestra: El presente trabajo de investigación no requiere muestra, ya


que la muestra se consigue a partir de 500 unidades, tal como lo indica las
Naciones Unidades–Departamentos De Asuntos Sociales Y
Económicos-División Estadística (2006: 164).

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1.6.4. Técnicas e Instrumentos de recolección de datos.

a) Técnicas: La técnica que se aplicó en la investigación fue la encuesta,


la misma que está relacionada con el tema de impunidad del agresor
de violencia psicológica en casos de violencia familiar
b) Instrumentos: Se realizó un cuestionario con 15 preguntas cerradas,
las que fueron dirigidas a las víctimas de violencia psicológica que sus
casos fueron archivados.

1.7. JUSTIFICACIÓN Y IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN

a) Justificación

En el ámbito teórico, la presente investigación es fundamental ya que se


aportará la teoría que las víctimas de violencia familiar- maltrato psicológico no
queden impunes ante este agravio de sus derechos fundamentales.

La justificación de este problema en el ámbito Practico, es de vital


importancia ya que es el entorno social y judicial donde se viene dando este
hecho, materia de investigación, y como los operadores de justicia (policía, fiscal,
jueces) carecen de una adecuada capacitación para este tipo de violencia.

Un entorno familiar marcado por la tensión, el miedo, la hostilidad y el


abuso, que innegablemente no favorece bajo ninguna circunstancia el desarrollo
de sus miembros, por ello es importante este estudio porque los resultados
permitirán que nos sirvan para plantear acciones concretas, tendientes a buscar
alternativas de solución ante la desprotección de las víctimas de violencia
psicológica.

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En el ámbito metodológico, ante este tipo de impunidad por maltrato
psicológico en víctimas de violencia familiar el presente trabajo debe aportar
fundamentos y doctrina para el mejoramiento y un adecuado estudio del tema.

En el ámbito Legal, el presente problema es fundamental ya que la


modificación y perfeccionamiento en la ley N° 30364 “Ley para prevenir y
erradicar la violencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar” hará
que esta ley tenga mayor eficacia en el ámbito jurídico, con una adecuada
capacitación y recursos para su adecuada implementación y de esta forma no se
llegue a la impunidad por la vulneración de derechos fundamentales.

b) Importancia

El presente problema de investigación es importante ya que, mediante la


investigación, análisis e interpretación de datos, se podrá modificar la Ley 30364, y
dar las pautas para una adecuada capacitación e implementación a los
operadores de justicia (policía, fiscalía, jueces, etc.) en temas concernientes a la
violencia psicológica de tal manera que se logre la disminución y pronta
eliminación de la impunidad en este tipo de casos de violencia familiar.

1.8. LIMITACIONES DE LA INVESTIGAION


La presente investigación hasta el momento no presento limitación alguna.

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CAPÍTULO II

MARCO TEÓRICO

2.1 . ANTECEDENTES DE INVESTIGACIÓN

A. ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LA VIOLENCIA


PSICOLÓGICA

Huamán, L. (2008), en Lima, “La violencia psicológica y la evaluación


por el Juez especializado de familia del daño moral”, en la Universidad Inca
Garcilaso de la Vega, para optar el grado de magister en Psicología Jurídica y
Forense, y sus recomendaciones fueron: 1) Que, se debe capacitar adecuada a
los operadores de justicia en familia con el fin que valoren adecuadamente un
informe pericial. 2) Que, dado la importancia de las evaluaciones de los
psicólogos, se debe por consiguiente precisar los principios necesarios, con el fin
que los operadores de justicia (magistrados) se les permita evaluar de forma
integral a la víctima del daño moral generado a causa de la violencia psicológica.
3) Por último, se debe implementar charlas, talleres, etc., en violencia psicológica,

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daño moral, para unificar de esta forma criterios que permitan tomar decisiones
acertadas con el fin de lograr brindar la anhelada seguridad jurídica.

Padilla, E. & Torres, A. (2014), en Huaral, “Eficacia de la norma jurídica


en los procesos de violencia familiar en el distrito de Huaral 2014”, en la
Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión, para optar el grado
académico de Abogado, y sus recomendaciones fueron: 1) Que, debería existir
sanciones más drásticas e incluso pena de cárcel, cuando lo amerite, sobre todo
en los denunciados recurrentes. 2) Que, el Gobierno debe mejorar las medidas de
protección, acorde a nuestra situación actual, además se debe hacer frente al
desempleo, a la educación, primero desde el hogar fomentando valores tales
como el respeto, segundo desde el nivel primario, creando conciencia en los
menores niños, para denuncien cuando sean víctimas o vean alguna forma de
maltrato en su entorno, con la finalidad de buscar castigar así al agresor. 3) Que,
se debe realizar campañas sociales informando la importancia de denunciar todos
los actos de violencia, promoviendo lo malo que es vivir en ambientes violentos. 4)
Por último la creación de sistemas para combatir la violencia familiar, deben ser
enfáticos atacando las causas principales, con la finalidad de culturizar y
concientizar a las personas para que así vivan en una sociedad con valores, y
lograr la anhelada paz social.

Arriola, I. (2013), en Lima, “Obstáculos en el acceso a la justicia de


víctimas de violencia psicológica en el procedimiento de violencia familiar
nacional. ¿Decisiones justas con enfoque de derechos humanos y de
género? Análisis de casos con resolución de la Segunda Sala de Familia de
Lima entre setiembre - diciembre 2011”, en la Pontificia Universidad Católica del
Perú, para optar el grado académico de magister en derechos humanos, y sus
conclusiones fueron: 1) Que, cualquier violencia familiar se considera un problema
social que fractura Derechos, entre ellos el de la salud; es más este tipo de delito
no solo afecta la víctima sino también a la sociedad y al Estado. 2) Que, de once
expedientes, que fueran a segunda instancia se advierte una infinidad de

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obstáculos para el acceso a la justicia, donde se observa procesos de larga data,
incumpliendo de esta forma la PNP, el Ministerio Público y el Poder judicial, de
proceder de forma rápida en este tipo de procesos. 3) Que, se advierte demoras a
la hora de obtener medidas de protección a nivel prejudicial, a causa de la demora
de los resultados de la pericia psicológica. 4) Que, otro problema es la Valoración
de la pericia, en los procesos que fueran declarados infundado luego de muchos
años de tramitados se observa que sus conclusiones se basan en pericias
psicológicas que no precisaban si el evaluado tenía daño psíquico, es más no
indican si padece de alguna reacción ansiosa y en que escala. 5) por último, es
necesario la ejecución de los instrumentos internacionales, que tienen por finalidad
velar por las víctimas de violencia familiar, para así conseguir sanción para los
agresores, reparación del daño, rapidez en los procesos y así dejar de tener la
sensación de desprotección de alcázar justicia y protección.

Rodríguez, M. (2015), en Quevedo, “Los delitos de violencia


psicológica generan impunidad”, en la Universidad Regional Autónoma de los
Andes “Uniandes”, para optar el grado académico de magister en derecho penal y
criminología, y sus conclusiones fueron: 1) Sobre la protección a la víctima y la
violencia psicológica se debe aplicar el bloque de constitucionalidad tomando en
cuenta el derecho a la igualdad, y también a la no discriminación. Es decir, el
derecho a tener una vida sin violencia y de acceso a la justicia, toda vez que los
afectados directos no son los únicos que recibe la violencia, sino también, el grupo
vulnerable de los niños, y es a quienes por el interés superior del menor se debe
precautelar su forma de vida, en un ambiente sano, confiable, sin violencia. 2) Es
importante asumir con entereza, y afrontar esta lucha contra la violencia, situada
en un obstáculo de convivencia social, que el resultado es una sociedad
convulsionada, enferma, conflictiva, focalizada desde la concepción por vías del
estrés, y luego se refleja en el estrés postraumático, que sin tratamiento y
prevención adecuado, en el futuro podríamos tener una sociedad altamente
violenta, sometida a los grupos de delincuencia común. 3) En conclusión en el
caso de los derechos de la mujeres, conforme a la visión de los Instrumentos

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Internacionales y el bloque constitucional, la violencia psicológica es una violación
a los derechos humanos, por tanto, implica, en realizar todos los esfuerzos y
acciones en permitir que exista una prevención, información oportuna, con visión
más extensa, es decir con un resultado que no genere un simple pronunciamiento,
sino que provoque además, un seguimiento efectivo de lo ordenado y ejecutado
en el proceso, tomando como eje central en esta actividad a la víctima y su
protección a su integridad de violencia psicológica, por el Estado y por los
operadores de justicia.

Hidrobo, J. (2016), en Ambato, “La falta de una norma eficaz para


sancionar la violencia psicológica, a la mujer o miembros del núcleo familiar
como contravención, a fin de evitar la impunidad del infractor y precautelar
el derecho a la integridad física, psíquica y moral de la víctima, consagrados
en la constitución de la república del Ecuador”, en la Universidad Regional
Autónoma de los Andes “Uniandes”, para optar el grado académico de abogado
de los tribunales de la república, y sus conclusiones fueron: 1) Que, se observa en
los delitos contra la La situación legal de la mujer, según las normas islámicas, es
sumamente discriminatoria mujer y la familia vulneración de derechos a la víctima
puesto que no concluye sus procedimientos por ser largos. 2) Que, la
administración de justicia debe realizar un control y hasta un seguimiento de los
agresores, con el fin de disminuir las agresiones psicológicas y así evitar la
revictimización. 3) Que, la administración de justicia viene siendo inefectiva en
razón a normas inadecuas que se tiene tipificando este tipo de delitos por ellos es
que las agresiones psicológicas vienen siendo impunes.

Escobar, (2011), en Guatemala, investigo su tesis: “perspectiva


jurídica, económica y social de los efectos de las actitudes de la mujer como
víctima y victimaria de la violencia intrafamiliar en Guatemala”, en la
Universidad de San Carlos de Guatemala, para optar el título de licenciado en
ciencias jurídicas y sociales, y sus recomendaciones fueron: a) Que, en las
instituciones donde los afectados por violencia intrafamiliar presentan sus

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denuncias deben tomar las medidas de seguridad sin importar el género femenino
o masculino con el fin de evitar que se propague más violencia dentro de la
familia. b) Que, las instituciones de justicia una vez tomado las declaraciones del
afectado, debe verificar la veracidad de los hechos puesto que no se puede dar
total veracidad lo dicho por uno de los involucrados, como usualmente pasa. c)
Que, se debe crear establecimiento de mediación en donde se permita la ayuda
mutua de carácter psicológico y también jurídico, además se debe crear
Instituciones de carácter preventivo para lograr erradicar los problemas
intrafamiliares puesto que viene siendo una de las causas que origina tantos
asesinatos, como otros tipos de violencia.

Es un problema que siempre ha existido desde la antigüedad, cuando el


pater familias sometía a su mujer e hijos a su voluntad, al extremo que “le confería
facultades para poder disponer sobre el derecho de la vida o la muerte sobre ellos,
además era el único sujeto de derecho patrimonial, y todo aquello que adquirían
los hijos o los esclavos le pertenecían automáticamente” (Montoya, M. 2006, p.
52).

La familia ha evolucionado, y de cierta forma el sexo masculino ha dejado


de detentar la primacía en el reparto del producto social y predominio en las artes,
las ciencias y la cultura, puesto que la mujer ha empezado a emerger de la
reclusión del trabajo doméstico, viniendo ahora a integrarse masivamente en la
vida laboral, social e intelectual, e incluso con un papel protagónico en el ámbito
político (Montoya, M. 2006).

La Organización Mundial de la Salud OMS, (2000), citada por Páez


Cuba, L. (2011), en el año 2000 concluye que una de cada cinco mujeres en el
mundo fue objeto de violencia en alguna etapa de su vida.

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Las noticias más recientes de la violencia de género, relata Páez Cuba, L.
(2011), señalan que esta es la causante de más incapacidades y muertes en las
victimas mujeres de 15 a 45 años que la malaria, el cáncer o los accidentes de
tránsito. En América Latina, Estados Unidos y el Caribe, una de las causas
principales de daño físico en las mujeres víctimas es el maltrato.

B. ANTECEDENTES CIENTÍFICOS

De Lujan Piatti, María (2013), quien determino que la violencia contra la


mujer es una muestra de la trasgresión a los derechos humanos, afirma que el
maltrato de mujeres se puede dar dentro del entorno familiar como fuera de él y
que por lo general el agresor es el varón mientras que la conducta violenta va
dirigida hacia la mujer, añade que origen de la violencia frente a la mujer y la
intrafamiliar es una situación de abuso de poder, por razón de edad y sexo. Busca
establecer la relación entre la violencia hacia la mujer y las consecuencias que se
afirman en el estado psicológico y físico al pasar por experiencias asociadas con
los malos tratos. Agrega que la mayoría de casos, la victima aparte del miedo, por
la agresión recibida, siente vergüenza y dado al estado emocional que tiene, es
que se siente culpable justificando al agresor.

La violencia psicológica, que por lo general acompaña a las otras formas


de violencia y que también tiene como base la desigualdad de género, es definida
en la Ley N° 30364 como “la acción o conducta tendiente a controlar o aislar a
la persona contra su voluntad, a humillarla o avergonzarla y que puede
ocasionar daños psíquicos. Daño psíquico es la afectación o alteración de
algunas de las funciones mentales o capacidades de la persona, producida
por un hecho o un conjunto de situaciones de violencia, que determina un
menoscabo temporal o permanente, reversible o irreversible del
funcionamiento integral previo” (artículo 8 Ley 30364, inciso b).

23
Guillen Flores, Rosa (2012) refiere que la sociedad viene aceptando
ciertas formas de manifestación de violencia de género, como algo normal, algo
cotidiano, lo cual dificulta entenderlo como un problema, como es el caso de la
violencia psicológica.

No obstante, no se debe confundir, ni malinterpretar la violencia


psicológica con la mala relación de pareja, que usualmente se caracteriza
principalmente por la desaparición del afecto, cariño, con broncas esporádicas y
con el deseo de acabar la relación. Entonces la violencia psicológica es más
intensa y permanente, que se caracterizada por las conductas antes indicadas,
que sin duda tienen repercusión clínicamente negativas en toda víctima (Amor,
Echeburúa, Corral, Sarasua & Zubizarreta, 2001).

TEORÍAS DE LA VIOLENCIA

Dollard, citado por Cisneros, encontró que la agresión es provocada por


la existencia de una frustración y, en consecuencia, la frustración siempre conduce
a alguna forma de agresión. Por tanto, las interpretaciones de la agresión pueden
ser divididas en dos grandes tendencias; la teoría biologista o reduccionista y las
teorías sociales o culturalistas.
a) Teoría Biologista
Respecto a la teoría biologista, esta tendencia es catalogada como una
de las aportaciones más importantes en la explicación de la violencia. En la tesis
de Cesar Lombroso, quien en 1876 expuso en su libro El Hombre Delincuente, la
existencia de ciertos rasgos comunes en todos aquellos sujetos criminales, a los
cuales denominó delincuentes natos cuyo comportamiento y rasgos físicos, según
el autor, se encontraban más estrechamente ligados al chimpancé que al hombre.

Esta interpretación de la violencia criminal, fue un elemento esencial para


sucesivas reflexiones desde esta óptica. El efecto inmediato de estas reflexiones
dio como resultado el nacimiento de la frenología, el cual tenía como objetivo la

24
predicción del comportamiento del sujeto a partir de las características particulares
de su cráneo. Entre estas disciplinas, a parte de la genética, se encuentra la paleo
antropología, que tras varios argumentos de demostración, concluyen que a lo
largo de la historia, el hombre ha heredado el comportamiento violento como
resultado de un instinto y de un sistema endocrino cuya fisiología es fuente de
agresión.

Por su parte, la genética es quizá la disciplina que más sustento ha


brindado a las teorías reduccionistas de la violencia, o bien patologistas, ya que
muchas de estas interpretaciones han insistido en catalogar las acciones y
comportamientos violentos del sujeto como una enfermedad propia y heredada en
el género humano, que altera su organismo produciendo cambios estructurales y
funcionales.
b) Teoría Social y Culturalista
Respecto a las teorías sociales, las interpretaciones expuestas por
científicos sociales dedicados al estudio de la violencia no se han cansado de
insistir que tal comportamiento en la sociedad tiene viejas causas; la dependencia,
el subdesarrollo, la pobreza, la marginación, el racismo y la sobre explotación.
Puesto que, la cultura juega un papel fundamental en la configuración del ser
humano como pacifico. También puede hacer lo contrario e hipertrofiar la
agresividad natural convirtiéndola en violencia. Así como las condiciones sociales,
psicológicas, culturales y económicas, las cuales se vuelven un factor que
propician la agresión.

De acuerdo a la teoría de la violencia, la misma se encuentra distribuida


de modo disparejo en la estructura social, encontrando sus más altos índices en
los estratos socioeconómicos bajos. Esta distribución diferencial viene a ser una
función de las normas y valores culturales concernientes a ella, lo que implica que
la violencia es una respuesta aprendida por los miembros de un grupo cultural o
subculturas, formando por eso parte de la socialización. Otro aspecto que
favorece la agresión, según Fromm, citado por Cisneros, es la densidad de la

25
población, la pobreza, la falta de estructura social y de vínculos comunes y de
interés por la vida, que en conjunto provocan estrés como consecuencia de la
disminución y privación del espacio y de las condiciones elementales para la
protección de la intrusión constante y directa de otros sujetos. Por otro lado, la
psicología se ha empeñado en interpretar a la violencia como la expresión de una
agresión.

Entre los efectos a largo plazo asociados a la exposición de menores a la


violencia, y que son fuente de preocupación, no solo por el bienestar y desarrollo
de las propias víctimas, sino por la repercusión social que tienen, se encuentra el
aprendizaje que hacen los menores de las conductas violentas dentro de su hogar.
Por ello, se asume que la violencia es un fenómeno aprendido por el individuo. De
ese modo es vista como producto de la asimilación satisfactoria de conductas
violentas que son las que proporcionan al individuo el conocimiento de las
respuestas y estímulos que debe asumir. Muchos autores que se inscriben en el
marco del psicoanálisis, de la psicología social y del enfoque sistémico, coinciden
en que la experiencia de la violencia parental durante los primeros cinco años de
vida del niño puede traducirse, en la edad adulta, en conducta y en pensamientos
violentos si se priva al niño de la oportunidad de experimentar una relación
positiva y que le brinde seguridad. Efectivamente, los/as menores aprenden a
definirse, a entender el mundo y a relacionarse con él, a partir de lo que observan
en su entorno más próximo y, en este sentido, la familia es el agente socializador
más importante.

De tal modo que, en la dinámica interna de las familias con vivencias de


maltrato o violencia extrema entre sus miembros se establecen normas para
definir el papel de cada uno; dónde la posición del victimario suele ser de alguien
superior o con poder, pero que necesita ciertos atributos personales valorativos,
riqueza o conocimientos, a fin de mantener ese poder frente a los demás
miembros. A falta de recursos valorados, esta persona se vale de la violencia para
mantener su posición de poder en la familia. Farnós de los Santos, citando a

26
Dutton y Hart, refiere que los niños que sufrieron de maltratado cometen altas
tasas de delito violento en sus vidas adultas, identificando que existe una estrecha
relación entre el tipo de maltrato sufrido en la niñez y el tipo de delito cometido.
Resaltando que los hombres violentos habían recibido castigos físicos y los
delincuentes sexuales habían sido maltratados sexualmente. San martin, entre
tanto, acota que es fundamental considerar que haber sido víctima de malos tratos
o haberlos presenciado, únicamente aumenta la probabilidad de convertirse en
una persona violenta, pues la mayoría de los niños maltratados no se convierten
necesariamente en personas violentas, dado que aunque la imitación y la
observación influyen en la vida posterior, no determinan por sí solas la conducta.
Existen muchas experiencias que pueden romper la cadena de la violencia entre
generaciones; sobre todo cuando hay influencia de acontecimientos favorables
que mitigan los efectos de las experiencias negativas tempranas,
denominándoseles «factores protectores» o «amortiguadores». Uno de los más
efectivos es haber tenido en la niñez el apoyo y afecto por parte de otro adulto,
convirtiéndose en modelo de referencia.

C. ANTECEDENTES EMPÍRICOS
En nuestro país a la fecha este tipo de agresión psicológica, de acuerdo a
la Ley 30364, no está claro qué debemos entender por lesiones psicológicas
contra la mujer, según el especialista en Derecho Penal, Caro, refiere que, las
recientes modificatorias es una suerte de norma en blanco, en razón al
incorporado artículo 124-B (determinación de la lesión psicológica) del Código
Penal (CP) que establece el nivel de la lesión psíquica será determinado mediante
una valoración que es realizado mediante el instrumento técnico que orienta la
labor pericial. Pero hay un problema que este instrumento técnico oficial no es una
ley con carácter impersonal, general y abstracto; es más bien una suerte de
instrumento técnico donde se establecerían una serie de criterios para diferenciar
las faltas, sean estas lesiones leves o graves, o como es en caso, psicológicas
(Caro, C. 2015).

27
Asimismo, desde la redacción original del artículo 121º y 122° del CP era
posible reconocer, como variable en el delito de lesiones graves, es decir aquel
daño comprenden "… a la salud física o mental de una persona", pero las
modificaciones que trajo la Ley N° 30364 resultan ciertamente discutibles puesto
en su afán por establecer reglas de concreción del daño psicológico y a partir de
ellos las distinciones entre lesiones graves, leves y la falta de lesiones han
complejizado una regulación que, de por sí, resulta hoy en día y por exclusiva
culpa del legislador- bastante confusa (Reyna, L. 2016).

El ACUERDO PLENARIO Nº 002-2016/CJ-116, en su fundamento jurídico


dieciseisavo, establece que:
El daño psíquico, se consideró según la gravedad de la aflicción
causada, esta división se ve recogida en la Guía para Determinar el Daño
Psíquico, en la que se definió al daño como “la afectación y/o alteración de
algunas de las funciones mentales o capacidades de la persona, producida
por un hecho o conjunto de situaciones de violencia, que determina un
menoscabo temporal o permanente, reversible o irreversible del
funcionamiento integral previo” [Instituto de Medicina Legal y Ciencias
Forenses. Guía de Valoración del Daño Psíquico en Personas Adultas
Víctimas de Violencia Intencional. 2016. p. 40] definición que también se
encuentra en el inciso b, del artículo 8 de la Ley N.° 30364.

El ciclo de la Violencia o teoría Walker.

Actualmente es el modelo más utilizado por los profesionales. Lo más probable es,
que tras aparecer un episodio de violencia de género, esta vuelva a repetirse. Esta
teoría se compone de tres fases, en las que varían el tipo de violencia ejercida
sobre la mujer, la frecuencia en el tiempo y la gravedad de la misma.

a) Fase de formación o acumulación de tensión


Esta puede durar varios días, semanas e incluso meses. La victima percibe
claramente cómo el agresor va volviéndose más susceptible, respondiendo con

28
más agresividad y encontrando motivos de conflicto en cada situación. Aparecen,
por tanto, pequeñas agresiones psicológicas, algún golpe o empujón, amenaza,
etc., hacia la víctima. Existe un aumento gradual de tensión en el hombre de tal
manera que la mujer, como teme que se produzca un nuevo episodio de violencia,
hace todo lo posible para no molestarle y satisfacerlo. Esta situación genera en la
mujer un comportamiento sumiso que llega, incluso a justificar, minimizar o negar
lo sucedido para evitar así una respuesta con consecuencias peores por parte del
maltratador.

b) Fase de agresión o explosión.

Suele durar poco, minutos e incluso algunas horas. Se produce un episodio


violento en el que se descarga la tensión acumulada en la fase anterior y finaliza
cuando el agresor considera que la mujer ha aprendido la lección. La mujer
simplemente acepta la violencia y espera que termine pronto. Al finalizar dicha
fase puede aparecer un estado de incredulidad, de shock sobre lo ocurrido. En
general, cuanta más antigua es la relación de violencia más frecuentes y
peligrosas son las agresiones.

Cuando los agresores describen estos incidentes agudos se concentran en


justificar su comportamiento. Con frecuencia, relatan una gran cantidad de
insignificantes molestias que ocurrieron durante la fase uno. Algunas veces incluso
culpan a la bebida o al exceso de trabajo.

c) Fase de luna de miel o de reconciliación.

Es la fase de calma en la que el hombre se asusta porque tal vez la mujer le deje,
así que le dirá o hará cualquier cosa para que le perdone. Se comporta bien, le
hace regalos, se arrepiente, le pide perdón, le pide otra oportunidad, le promete
que cambiará e incluso que buscará ayuda profesional.

29
El maltratador por un lado cree que será capaz de controlarse y por otro lado que
la mujer ya ha aprendido la lección por lo que no volverá a comportarse de tal
manera que él se vea obligado a maltratarla. La víctima así mismo cree que
cambiará, que él no se pondrá violento nuevamente porque fue un mal día y no
pudo controlarse. Algo esporádico, todo reforzado por los nuevos y buenos
comportamientos de él, que le lleva a creer que en realidad él es así, tal y como se
comporta en esta nueva fase.
La duración de esta fase es variable e incluso en determinados casos no se da el
arrepentimiento del maltratador.

Fase Fase Fase


de acumulación de explosión de reconciliación
de tensión agresión

Inicio de acusaciones y
Agresión física o sexual. El agresor niega la
conductas hostiles en
Amenazas. violencia o promete que no
progresión. volverá a suceder.
La mujer tiende a
La mujer intenta evitar la La mujer perdona, retira la
paralizarse, dificultades de
violencia con conductas de denuncia vuelve con el
autoprotección.
sumisión. agresor.
Exposición a la agresión:
Desculpabiliza y atribuye a Tiende a culpabilizarse, a
”Indefensión aprendida”
factores externos la hostilidad sentirse responsable de la
del agresor situación y a disculpar al
agresor.

El nivel educativo y el estar empleada se convierten en factores que tienden a


“proteger” a las mujeres de la violencia de sus parejas: a mayor nivel de educación
alcanzada y mayor nivel de ocupación laboral, menor es la probabilidad de que
sea sujeto de violencia (Ackerson, 2008). Por otro lado, Ruiz-Pérez (2006)
encuentra que la probabilidad de la violencia es mayor cuando la mujer está
separada de la pareja, la mujer sea más joven y cuando tenga más de tres hijos
menores en la familia.

30
En el Perú, un primer trabajo de corte econométrico fue ejecutado por González
de Olarte y Gavilano (1999), pero sólo para Lima Metropolitana. Dicha
investigación encuentra que, la probabilidad de que la mujer sufra violencia física
es mayor en la medida en que: la pareja tenga trabajo, que se encuentre en
estado de convivencia o separada, el barrio en que radica sea violento y, que la
mujer pertenezca a alguna red social. La variable pobreza no muestra significancia
estadística.

Por otro lado, la probabilidad de sufrir violencia psicológica es mayor en tanto que:
la pareja esté trabajando, cuando la familia viva en estado de pobreza y, cuando la
mujer pertenezca a una red u organización social. La violencia sexual está
condicionada, en sentido directo, por la situación de pobreza de la familia, la
ausencia de embarazo en la mujer, la pertenencia de la mujer a una red social y,
cuando más joven sea ella.

Se debe destacar el hallazgo de que las variables que determinan la violencia


física no necesariamente determinan la violencia psicológica o sexual y viceversa.
Matos y Sulmont (2009) es el único que hizo uso de la técnica econométrica
logística y trabajó con la data de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar
(ENDES).

Con información de ENDES 2007, encuentra que la ocurrencia de la violencia


conyugal contra la mujer está asociada principalmente a los indicadores del
patriarcalismo y el control machista. Específicamente, el consumo recurrente del
alcohol es uno de los factores que incrementa la probabilidad de ocurrencia de
dicho fenómeno.

Esta investigación si bien efectúa regresiones para los tres tipos de violencia
conyugal (violencia física, psicológica y sexual), no se fundamenta en un modelo o
teoría micro que tome en cuenta la racionalidad de los involucrados en general o
del agresor masculino en particular.

31
2.2. DIFICULTAD PROBATORIA DEL DAÑO PSICOLÓGICO
Estándares internacionales aplicables al derecho de las mujeres para acceder a
recursos judiciales idóneos y efectivos cuando son víctimas de violencia. El
sistema interamericano de derechos humanos se basa en la premisa de que el
acceso a recursos judiciales idóneos y efectivos constituye la primera línea de
defensa de los derechos básicos, que incluye los derechos de las mujeres en
casos de violencia. En las Américas, los principios vinculantes de igualdad y no
discriminación representan el eje central del sistema interamericano de derechos
humanos y de los instrumentos vinculantes y aplicables al presente análisis, como
la Convención Americana sobre Derechos Humanos ("Convención Americana"), la
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre ("Declaración
Americana") y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar
la Violencia Contra la Mujer ("Convención de Belém do Pará"). Estos instrumentos
afirman el derecho de las mujeres a acceder a un recurso judicial sencillo y eficaz
que cuente con las debidas garantías cuando denuncian hechos de violencia, así
como la obligación de los Estados de actuar con la debida diligencia para prevenir,
investigar, sancionar y reparar estos hechos.

2.2.1. Obligación de debida diligencia

Comprende que es deber de los Estados de proveer recursos judiciales no se


limita a ponerlos formalmente a disposición de las víctimas, sino que tales
recursos deben ser idóneos para remediar las violaciones de derechos humanos
denunciadas. Los Estados tienen el deber de actuar con la debida diligencia frente
cuatro obligaciones: la prevención, la investigación, la sanción y la reparación de
las violaciones de los derechos humanos y evitar la impunidad.

2.2.2. Debida diligencia y acceso a la protección judicial

Esta referido a que la investigación de casos de violaciones de los derechos


humanos, que incluye los casos de violencia contra las mujeres, deben llevarse a
cabo por autoridades competentes e imparciales. Cuando tales investigaciones no
son llevadas a cabo por autoridades apropiadas y sensibilizadas en materia de

32
género o estas autoridades no colaboran entre sí, se registran retrasos y vacíos
clave en las investigaciones, que afectan negativamente el futuro procesal del
caso.

2.2.3. Violencia y discriminación

La CIDH ha establecido en sus precedentes que la obligación de garantizar la


igualdad y la no discriminación, está íntimamente vinculada con la prevención de
la violencia contra las mujeres. Comprende: El deber de revisión de normas,
prácticas y políticas discriminatorias y la debida diligencia y medidas positivas
contra la discriminación.

La violencia familiar en la legislación nacional Constitución política del Perú.


Consagra el derecho de todo ciudadano a no ser sometido a violencia moral,
psíquica o física, ni ser sujeto de tortura o tratos inhumanos o humillantes, además
del pleno ejercicio de los derechos: A la vida, a la libertad, a la integridad moral,
psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar.

a. Código civil: Reconoce la Violencia Física y Psicológica (manifestaciones de la


Violencia Familiar) como causal para solicitar la disolución del vínculo matrimonial.

b. Código penal: El sistema penal peruano no ha considerado la violencia familiar


como un delito y sanciona estos actos violentos a partir de figuras penales
generales como lesiones graves, lesiones leves, faltas contra la persona, delito
contra la libertad sexual, y en casos extremos el homicidio o lesiones con
subsiguiente muerte. Nuestra legislación penal prevé como agravante la relación
de parentesco que exista entre víctima y agresor (cónyuge, conviviente,
ascendiente, descendiente natural o adoptivo o pariente colateral de la víctima).

2.2.4Las Medidas De Protección

En primer lugar, el Texto Único Ordenado de la Ley N° 26260 “Ley de Protección


Frente a la Violencia Familiar” regula expresamente las garantías, así como las

33
medidas de protección inmediatas y cautelares que se pueden adoptar en favor de
las víctimas, dependiendo del órgano donde se encuentre en trámite la denuncia
por violencia familiar. Así, durante la investigación preliminar, la PNP puede, en
caso de flagrante delito, allanar el domicilio del agresor y detenerlo por un lapso de
24 horas (artículo 7º). Igualmente, el reglamento de la Ley Nº 26260, Decreto
Supremo Nº 002-98 JUS, del 25 de febrero de 1998, dispone que la PNP brindará
las garantías necesarias a la víctima tanto si ésta las solicita como si aquellas
fueran necesarias de acuerdo con la situación (artículo 5º). Asimismo, el TUO
prescribe que el Fiscal de Familia deberá dictar, bajo responsabilidad, las medidas
de protección inmediata que la situación exija. En efecto, el artículo 10º del TUO
señala, con sentido ejemplarizador, que se puede ordenar el retiro del agresor del
domicilio, el impedimento de acoso a la víctima y la suspensión temporal de
visitas, entre otras medidas que garanticen inmediatamente la integridad física,
psíquica o moral de la víctima. A nivel judicial, el TUO reconoce la potestad del
Juez de Familia de determinar, durante el proceso o al momento de emitir
sentencia, las medidas cautelares y de protección necesarias a favor de la víctima
(artículo 21º). En ese sentido, puede establecer las medidas que se reconocen en
el citado artículo 10º, pero, además, otras medidas que requieren potestad
especialmente jurisdiccional, como la suspensión temporal de la cohabitación y
todas aquellas medidas que supongan la afectación de derechos patrimoniales de
alguna de las partes en el proceso. En el caso peruano, el objetivo principal del
TUO es otorgar a la víctima de violencia familiar una efectiva protección frente a
las agresiones. En ese sentido, la naturaleza tutelar de esta norma busca lograr el
cese de los actos de violencia a través de la implementación de las medidas de
protección previstas en ella. Adicionalmente, el/la Juez de Familia está facultado/a
para decidir no sólo las medidas de protección, sino la reparación civil por el daño
ocasionado. Cabe indicar en este punto que las medidas señaladas no sólo
pueden ser adoptadas en el procedimiento tutelar por los órganos vinculados a la
protección establecida por el TUO (Fiscal de Familia y Juez de Familia), sino
también por los/as Jueces de Paz Letrados en el procedimiento penal de faltas
contra la persona por violencia familiar. En efecto, el artículo 26º del TUO es claro

34
al señalar que cuando el/la Juez en lo Penal o el Juez de Paz Letrado conozcan
delitos o faltas cuyo origen sean hechos de violencia familiar, están facultados
para adoptar todas as medidas de protección que señala la presente ley. Dichas
medidas podrán adoptarse desde el inicio del proceso, durante su tramitación y al
dictar sentencia, aplicando en lo que fuere pertinente lo dispuesto por el Código
Procesal Civil. Podrán imponerse igualmente como restricciones de conducta al
momento de ordenar la comparecencia del inculpado y al dictar sentencia bajo
apercibimiento de ordenar detención en caso de incumplimiento.

a. Plazo de la Investigación Preliminar Hasta la época previa a la reforma de


la Ley Nº 27982, de 29 de mayo del 2003, el ordenamiento preveía un plazo
legal para la investigación policial de las denuncias por violencia familiar,
pero sólo para determinados supuestos. En efecto, de acuerdo con el
artículo 7º de la Ley Nº 27306 de 7 de julio del 2000, en los casos de
flagrante delito de violencia familiar o de muy grave peligro de su
perpetración, la policía tenía un plazo máximo de 15 días para remitir el
atestado a la Fiscalía Provincial. Con la reforma introducida por la Ley N°
27982 se establece un plazo más corto para la realización de las
investigaciones preliminares a cargo de la PNP. De acuerdo con esta
norma, aplicable no sólo al proceso tutelar de la Ley Nº 26260, sino también
al proceso de faltas por violencia familiar, las investigaciones policiales se
deberán desarrollar en un plazo no mayor a cinco (5) días hábiles, contado
a partir de la recepción de la denuncia, bajo responsabilidad. El legislador
tiende así a evitar dilaciones injustificadas en la tramitación de las
denuncias por violencia familiar. Sin embargo, este plazo podría resultar
insuficiente para culminar satisfactoriamente la etapa de investigación en el
ámbito policial, sobre todo si consideramos que la investigación en la etapa
policial no se debe limitar únicamente a la toma de las manifestaciones de
la víctima y del denunciado. La brevedad del plazo establecido puede
resultar inconveniente para la investigación efectiva de casos que revisten
cierta complejidad por la naturaleza de los hechos o el número de víctimas.

35
b. Prohibición de Conciliación En tercer lugar, la reforma introducida por la
Ley Nº 27982 elimina expresamente la facultad conciliadora del/de la Fiscal
de Familia en el procedimiento tutelar sobre violencia familiar. Asimismo,
prohíbe la conciliación sobre esta materia ante las Defensorías Municipales
del Niño y del Adolescente. Por otro lado, mediante Ley N° 29990 publicada
el 26 de enero del presente año, también se suprimió de manera expresa la
facultad conciliadora de los/as Jueces en el procedimiento tutelar y en el
procedimiento penal por faltas. El fundamento de esta eliminación se puede
encontrar en los argumentos esgrimidos por la profesora Leonor Walker en
el sentido de que la igualdad de poder y la mutua cooperación, esenciales
en la mediación y en la conciliación, no existen en una relación violenta,
pues el agresor busca controlar a su víctima a través del abuso físico y
psicológico. Por lo tanto, en este contexto es imposible arribar a un acuerdo
conciliatorio justo para ambas partes, debido a que la mujer agredida se
encuentra en evidente situación de desventaja respecto de su agresor y sin
plena capacidad de expresar válidamente su voluntad. Asimismo, con
respecto al proceso legal de Violencia Familiar debemos apreciar lo
siguiente:

Estos procesos legales deben ser eficaces para las víctimas de Violencia Familiar.
- Deben caracterizarse por un mínimo de formalismos. - Deben tender a brindar
medidas cautelares y resarcimiento por los daños y perjuicios causados. - Deben
facilitar la atención gratuita en los reconocimientos médicos requeridos por la
Policía, Ministerio Público y Poder Judicial.

2.2.5. La integridad psicológica como parte del derecho a la Salud.

Para abordar el tema de la violencia familiar en la modalidad de violencia


psicológica, es importante entender a la persona como un todo, con derecho a su
integridad personal, la que incluye su salud; de ese modo, es importante lo que
entendemos por los derechos a la salud y a la integridad personal. La Constitución

36
Política del Perú, en su artículo 7, reconoce el derecho a la salud de las personas
como derecho fundamental y por lo tanto el Estado es garante de su respeto y
disfrute. Al respecto, el Tribunal Constitucional ha señalado en el punto 6 de la
sentencia N.º 03425-2010-PHC/TC. Lima:

“Nuestra Constitución en el artículo 7° reconoce el derecho de toda persona a la


protección de su salud, es obligación del Estado contribuir a la promoción y
defensa de aquella. Si bien el derecho a la salud no está contenido en el capítulo
de derechos fundamentales, su inherente conexión con los derechos a la vida, a la
integridad personal y el principio de dignidad de la persona, lo configura como un
derecho fundamental innegable y necesario para el propio ejercicio del derecho a
la vida, conforme el artículo I del Título Preliminar de la Ley N.º 26842 - Ley
General de Salud, constituye “condición indispensable del desarrollo humano y
medio fundamental para alcanzar el bienestar individual y colectivo”.

Así, en nuestro medio, (Sotelo M. 2009) refiere que el daño psíquico no se agota
en el trastorno de estrés postraumático, sino que se puede manifestar de otras
formas como los trastornos de ansiedad, los trastornos psicosomáticos, los
trastornos de personalidad, la depresión y las fobias”, lo que cobra importancia al
tener en cuenta que en la mayoría de los casos escogidos para su análisis en el
presente trabajo, la conclusión de los informes psicológicos realizados a las
víctimas indica que presentan “reacción ansiosa”.

Una nota interesante respecto al daño psicológico ha sido trabajada por un perito
en Psicología Forense para quien, antes de definir el concepto de daño psíquico,
psicológico o emocional, es necesario tomar en cuenta 5 elementos:
1) El daño causado es originado por uno o varios eventos o sucesos inadecuados
o inesperados que alteran el equilibrio emocional, psicológico o psíquico de la
víctima.

2) El evento, suceso, vivencia traumática, hecho dañoso o acto delictivo establece


una relación causal entre agresor y víctima, directa o indirecta.

37
3) La vivencia traumática puede causar un desequilibrio o perturbación
permanente, transitoria, periódica o pasajera en mayor o menor grado en todas o
diferentes áreas de la personalidad de la víctima, pudiendo existir alteraciones en
el área emocional, cognitiva, afectiva, volitiva, espiritual, que afectan la capacidad
de desarrollo o goce individual, familiar, laboral, social, espiritual o recreativo.

4) Las perturbaciones pueden o no ser diagnosticadas de acuerdo con los


catálogos de las psicopatologías como el DSM-IV o el CE 10, o simplemente
consistir en síntomas de alteraciones emocionales sin naturaleza patológica
permanente.

5) No se debe caer en el extremo de establecer la decisión categórica de la


existencia o no del daño psicológico, más bien de debe entender que pueden
existir diferentes niveles del daño psicológico.

Nótese que dentro de los elementos antes descritos, un aspecto importante a


tomar en cuenta es que aquella no necesariamente será permanente, pudiendo
ser transitoria, pasajera, siempre y cuando afecte la capacidad de desarrollo o
goce de la víctima. Asimismo, es importante lo acotado en tanto toma en cuenta
que pueden existir diferentes niveles de daño psicológico, que es precisamente lo
que se debe medir. Además, nos interesa lo referente a la relación causal, cuándo
estamos ante la presencia de uno o varios hechos perturbadores que terminan
agravando la afectación o enfermedad que ya presentaba la víctima y, cuándo la
afectación diagnosticada es el resultado directo del hecho.

Ahora bien, ya que es necesario medir entre otros, los síntomas de la víctima,
como el nivel de daño que pueda sufrir aquella, para el peritaje psicológico se
requieren directrices o determinadas escalas de valores que den como resultado
un informe confiable y no sujeto a la subjetividad del evaluador, y en ese sentido,
es importante tener en cuenta que al momento de la toma de muestras para el

38
presente estudio, aún no se contaba con un protocolo o guía de valoración del
daño psicológico, lo que será materia de análisis en el capítulo III, para determinar
si constituyó un obstáculo para que las víctimas de violencia psicológica alcancen
sentencias justas.

Cabe indicar, que a la fecha tenemos una “Guía de valoración frente al daño
psíquico en víctimas adultas de violencia familiar, sexual, tortura y otras formas de
violencia intencional”, herramienta que si bien era necesaria, aún no podemos
advertir la eficacia que tenga en nuestro medio, donde los recursos económicos
tienen una trascendental importancia para realizar una evaluación exhaustiva con
diferentes pruebas que permitan medir el estado emocional de la víctima, siendo
importante contar con una cantidad considerable de peritos en psicología.

En la referida Guía, se hace referencia al daño psíquico, al que se define como “la
afectación y/o alteración de algunas de las funciones mentales o capacidades de
la persona, producida por un hecho o un conjunto de situaciones de violencia, que
determina un menoscabo temporal o permanente, reversible o irreversible del
funcionamiento integral previo”. Resaltando en esta definición que al referirse al
menoscabo del funcionamiento integral previo de la víctima, se considera que
aquél puede ser “temporal” como “reversible”, términos que permiten una
protección más amplia de los derechos humanos protegidos en los tratados
internacionales y consagrados como derechos fundamentales en nuestra
Constitución, entre ellos el derecho a la integridad física y psicológica de toda
persona, acorde con el más alto grado de bienestar y la dignidad humana.

Con elementos similares, pero incluyendo como patrones de reacción común en


las víctimas, la presencia de ansiedad, angustia, entre otros, se ha referido en la
doctrina: “antes de evaluar a una víctima de maltrato psicológico en los casos de
violencia familiar, es importante tener presente que el daño psicológico puede
manifestarse en diferentes grados, que la reacción frente al maltrato puede
aparecer de forma inmediata a la comisión del delito, así como también a corto,
mediano y /o largo plazo; que un patrón de reacción común en las víctimas, es la

39
presencia de ansiedad, angustia, shock generalizado, confusión, sentimientos de
impotencia, rabia, perturbaciones en el sueño y cambios en el estilo de vida, por
tanto el tipo de personalidad, la presencia o no de ansiedad, defensas
predominantes, características afectivas previas y los cambios en el estilo de vida
se requieren para saber cómo han afectado los hechos de violencia familiar en la
víctima, un conocimiento del funcionamiento psicológico previo, durante y después
de los hechos de violencia familiar”.

Las definiciones y trabajos antes referidos, fueron escogidos en tanto en todos


ellos se tomaron en cuenta elementos que considero indispensables al hablar de
daño psicológico como resultado de la violencia familiar, esto es una perturbación
que modifica el estado anterior de la persona, reacciones de ansiedad y otros que
alteran su estabilidad emocional. En ese sentido, considero adecuada la definición
que del daño psíquico se hace en la Guía de Valoración del Daño Psíquico antes
citada, sin embargo para un tratamiento procesal efectivo en la lucha contra la
violencia familiar, es necesario que se incluya en la ley la graduación del daño
psicológico.

Así pues, para una mayor protección de los derechos de las personas afectadas
por la violencia familiar en la modalidad de violencia psicológica, es necesario
determinar en el informe psicológico, tanto del grado de incapacidad como la
temporalidad del daño psicológico ocasionado, para lo cual es necesario
diferenciar la intensidad del mismo en leve, moderado y severo, identificando la
cantidad de días que requerirá la persona afectada para reponerse, lo que
permitirá identificar cuando nos encontramos frente a una falta o delito y, cuando
frente a un caso que no lo es y amerita una investigación dentro del ámbito civil
tutelar.

2.2.6. El Derecho de Acceso a la Justicia y el Principio de Debida Diligencia.

40
Respecto al derecho de acceso a la justicia, uno de los informes realizados por la
Secretaría General de la Organización de Estados Americanos lo define como el
acceso de iure y de facto a instancias y recursos judiciales de protección frente a
los actos de violencia, de conformidad con los parámetros internacionales de
derechos humanos.

Refiere (Facio A. 2008), en uno de sus artículos que el acceso a la justicia se


entiende como un derecho humano fundamental que involucra tanto el deber
estatal de proveer un servicio público, como el ejercicio de un derecho que debe
ser satisfecho en el caso de hombres y mujeres. Esto, a razón del artículo 8° de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde el “derecho a un recurso
efectivo ante los tribunales nacionales competentes…” ya no se entenderá como
el deber en abstracto del Estado, ya que ahora el Estado debe garantizar que se
cumpla. Derecho que, además, se ha analizado desde la óptica de los derechos
humanos desde la Conferencia Mundial de Viena.

Refiere además la autora, que este derecho se entiende en 3 aspectos de la


norma: la legislativa, la surgida de la interpretación en cada caso y, el aspecto
político y cultural, y, por este último aspecto, serían los operadores de justicia
quienes decidirían quiénes, cuándo y cómo se tiene acceso a la justicia, es ésta la
norma creada al administrar justicia, donde juega un papel importante la posición
de aquellos que investigan un caso, por lo que es importante en nuestro medio,
trabajar en el conocimiento de los instrumentos internacionales, pero también en
desterrar la discriminación, de esta forma se tendrá en cuenta una nueva visión
del acceso a la justicia jurisdiccional, considerando la violencia contra la mujer
como una violación de derechos humanos.

El Informe de la OEA antes referido, ha analizado cada uno de los instrumentos


que norman lo relativo al derecho de acceso a la justicia y a la actuación de los
Estados con la debida diligencia, además del desarrollo de estos, derecho y

41
principio, a través de algunos casos que han llegado a la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos(CIDH), como a la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (La Corte) en el que se ha aplicado la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer – Convención Belém
Do Pará, instrumento que como se dijo antes tiene gran importancia al tratar
específicamente el tema de la violencia contra la mujer que a menudo, las mujeres
víctimas no logran un acceso oportuno y efectivo a recursos judiciales, cuando
denuncian los hechos, por lo que la mayoría de estos actos de violencia
permanecen en la impunidad, mientras que los derechos de las víctimas son
desprotegidos.

El punto II) de dicho Informe, contempla las deficiencias en la respuesta judicial en


relación a los casos de violencia contra las mujeres: obstáculos para cumplir la
obligación de debida diligencia y combatir la impunidad, destacando entre las
deficiencias advertidas, el retraso injustificado en las diligencias por parte de las
instancias encargadas de efectuar la investigación y, vacíos e irregularidades en
las diligencias que obstaculizan el proceso de juzgamiento y la sanción eventual
de los casos, antecedente importante para el análisis del presente trabajo sobre
los obstáculos que presentan las víctimas de violencia familiar en la modalidad de
violencia psicológica.

Ahora bien, el principio de la “debida diligencia” en los casos de violencia contra la


mujer es una obligación de los Estados parte de la Convención Belém Do Pará.
Así también, respecto a esta obligación del Estado, se ha indicado que, dentro del
sistema regional de derechos humanos, los Estados tienen la obligación de actuar
con la debida diligencia frente a las violaciones a los derechos humanos, deber
que comporta 4 obligaciones: la prevención, la investigación, la sanción y, la
reparación de las violaciones de derechos humanos y evitar la impunidad, sobre
los cuales, la Corte Interamericana ha indicado que se trata de los derechos
reconocidos en la Convención y, respecto a la reparación del daño, que el Estado
debe procurar el restablecimiento, si es posible, del derecho conculcado y, en su

42
caso la reparación de los daños producidos por la violación de los derechos
humanos.

El principio de debida diligencia también ha sido desarrollado por la Corte


Interamericana de Derechos Humanos en otras sentencias, indicando en una de
ellas que “ante un acto de violencia contra una mujer, resulta particularmente
importante que las autoridades a cargo de la investigación la lleven adelante con
determinación y eficacia.”

Así, en el caso Campo Algodonero, la Corte analizó el estándar de la debida


diligencia “258. […] Los Estados deben adoptar medidas integrales para cumplir
con la debida diligencia en casos de violencia contra las mujeres. En particular,
deben contar con un adecuado marco jurídico de protección, con una aplicación
efectiva del mismo y con políticas de prevención y prácticas que permitan actuar
de una manera eficaz ante las denuncias...”. Como se indica, la Convención
Belém Do Pará refuerza la obligación de los Estados frente a la debida diligencia
en los casos de víctimas mujeres.

2.2.7. La Psicología forense, pericial o psicología aplicada a los tribunales

es la rama de la Psicología Jurídica que aplica sus conocimientos y técnicas para


ayudar a jueces y tribunales en su toma de decisiones (Muñoz et al., 2011).

El psicólogo forense es, por tanto, el especialista en la realización de valoraciones


psico-legales, actividad técnica que consiste en poner en relación aspectos del
funcionamiento psicológico con cuestiones jurídicas. Esta actividad técnica se
lleva a cabo a través del pro- ceso de evaluación pericial psicológica y es
transmitida al operador jurídico demandante a través del informe psicológico
forense, que se convierte en un medio probatorio más dentro del proceso judicial
(Muñoz et al., 2011).

43
La valoración del daño psíquico se contextualiza dentro de la jurisdicción penal y
es de interés jurídico principalmente por tres aspectos (Esbec, 2000):

- Facilita la calificación del hecho al Ministerio Fiscal

- Facilita al juez el establecimiento de las indemnizaciones

- Puede ser tenido en cuenta para fundamentar hechos probados

En relación con el último aspecto, no debe confundirse la utilización de la


valoración del daño psíquico para fundamentar hechos probados con valoraciones
sobre la credibilidad de las alegaciones de las víctimas. En este sentido, la
investigación proveniente de la Psicología del Testimonio insiste en lo inadecuado
del uso de algunas técnicas de análisis de credibilidad, incluso para el campo para
el que originalmente fueron propuestas, el abuso sexual de menores o personas
con discapacidad (Diges, 2010; Manzanero, 2010).

La valoración psicolegal implica que el perito debe transformar cuestiones


jurídicas a términos psicológicos. El concepto legal de daño psíquico haría
alusión a todos aquellos desajustes psicológicos derivados de la exposición de la
persona a una situación de victimización criminal (psicopatología traumática).
Debe diferenciarse, en este sentido, entre el concepto de daño psíquico y daño
moral. El primero haría referencia a las consecuencias psicológicas derivadas del
delito, siendo un concepto con base empírica, mesurable y objetivable y, por
tanto, objeto de la intervención pericial. El segundo, haría referencia a
todo aquel sufrimiento de la persona derivado del perjuicio a bienes
inmateriales como el honor o la libertad siendo un concepto impreciso,
no científico y sin posibilidad de cuantificación empírica y, por tanto,
objeto de valoración por el juez y no por el perito (Esbec, 2000).

El daño psíquico puede adoptar dos formas en terminología jurídica:


lesión psíquica, que hace referencia a una alteración clínica- mente
44
significativa que afecta en mayor o menor grado la adaptación de la
persona a los distintos ámbitos de su vida (personal, social, fa- miliar o
laboral), y secuela psíquica, que se refiere a la estabilización y
consolidación de esos desajustes psicológicos (Echeburúa, De Corral
y Amor, 2004). Para delimitar la secuela psíquica debemos introducir
un elemento cronológico (2 años desde la exposición al delito) y
valorar la intervención clínica realizada. La cristalización de la lesión
psíquica (secuela) suele expresarse, desde el punto de vista
psicopatológico, mediante la aparición de rasgos desajustados en la
personalidad de base que dificultan la adaptación del sujeto a su en-
torno (i.e., dependencia emocional, suspicacia, hostilidad y aislamiento
social).

2.2.8. Psicopatología y victimización criminal

Evaluar el impacto psíquico derivado de la exposición a una su-


puesta situación de victimización criminal implica un amplio manejo
por parte del perito de la psicopatología asociada a la vivencia
traumática.

Siguiendo la perspectiva traumatogénica, una situación de


victimización criminal es un estresor psicosocial de primera magnitud
en la vida de una persona, ya que es algo infrecuente en las
experiencias humanas, desborda las estrategias de afrontamiento del
sujeto y su- pone un grave riesgo para su seguridad. Estas situaciones
son experimentadas, en la mayoría de los casos, con una fuerte
emocionalidad negativa (vivencia traumática), susceptible de
desestabilizar el estado psicológico del sujeto (Echeburúa, 2004).

45
Frente a otras vivencias traumáticas (i.e., desastres naturales,
accidentes, muerte repentina de un ser querido, etc.) las situaciones
de victimización criminal tienen una mayor probabilidad de producir un
impacto negativo en el estado psicológico del afectado (la probabilidad
pasa de un 15-20% para los primeros casos, al 50-70% en los
segundos) ya que provocan sensación de indefensión y vulnerabilidad,
suponen la pérdida de la confianza en nuestros semejantes y
despiertan sentimientos de ira y vergüenza (Echeburúa, 2006).

Para valorar adecuadamente el impacto de una situación de


victimización criminal debemos recurrir a la teoría del estrés
transaccional (Lazarus y Folkman, 1986). Desde esta perspectiva el
efecto de la exposición a un estresor de elevada magnitud estará en
función de la interacción entre variables individuales y contextuales de
la persona y la propia situación de victimización, donde se incluyen
procesos cognitivos, emocionales y comportamentales, previos al
suceso criminal, propio del mismo y posterior a este. La víctima desde
este modelo teórico no es un agente pasivo en relación al suceso, sino
que tiene un papel activo en el proceso de ajuste (Soria, 2002).

Por otro lado, estudios realizados desde la psicología positiva están


evidenciando que la respuesta más común ante una experiencia
traumática, aún de corte delictiva, es la resiliencia (35-55%), seguida
de la recuperación espontánea (15-35%); únicamente un reducido
grupo de personas desarrollarían una patología traumática, bien de
carácter demorado (5-10%) o crónico (10-30%) (Bonanno, 2005). Des-
de esta perspectiva se critica el modelo traumatogénico por la sobre-
estimación de la respuesta traumática y los posibles efectos
iatrogénicos derivados, al facilitar la perpetuación del afectado en el rol
de víctima y ralentizar su proceso de readaptación (Vázquez, 2005).

46
La magnitud del impacto psíquico asociado a una situación de
victimización criminal estará modulada por distintos factores, que
tradicionalmente se han agrupado en tres grupos: factores
relacionados con el delito, factores de protección o resiliencia y
factores de vulnerabilidad (Echeburúa, 2004).

A partir de los criterios de la teoría del estrés1, se han descrito tres


fases en la evolución del daño psíquico derivado de una situación de
victimización criminal.

El aspecto temporal del proceso de victimización también ha de


ser tenido en cuenta por el perito. Así, el periodo más idóneo para
evaluar el daño psíquico se sitúa en torno a los 3-4 meses
posteriores al hecho delictivo. Dicho lapso temporal facilita una
adecuada valoración del curso y pronóstico del cuadro clínico (Soria,
2002). En las primeras actuaciones procesales inmediatas al delito
puede demandarse la intervención del psicólogo forense para valorar
la capacidad procesal de la persona denunciante, evitando
situaciones de inseguridad jurídica. También puede solicitarse al
perito psicólogo una intervención en crisis que permita, tras la
estabilización del estado psicológico de la persona, el desarrollo de
la diligencia judicial oportuna con las adecuadas garantías
procesales (i.e., toma de declaración, reconocimiento en rueda, etc.).
En esa circunstancia, si se diera el caso de que posteriormente se
solicitara del técnico una evaluación pericial, ésta debería ser
realizada por otro psicólogo forense para salvaguardar la objetividad
e imparcialidad que la actuación asistencial pudiera haber
contaminado.

47
2.2.8. Simulación, sobresimulación y disimulación

Simular implica la invención consciente y deliberada de un


trastorno mental o físico con el propósito de obtener un beneficio
personal (Inda, Lemos, López y Alonso, 2005). En ocasiones lo que se
simula ya no es la patología en sí, sino su intensidad
(sobresimulación). Los trastornos mentales más propicios para el
fingimiento son el TEPT, los cuadros psicóticos, las demencias, las
toxicomanías, los trastornos disociativos y el retraso mental (Esbec y
Rodríguez, 1994). Estos fenómenos cobran en el contexto forense
una especial relevancia como demuestran sus altos índices de
prevalencia (González, Santamaría y Capilla, 2012).

La detección de la disimulación, ocultación de síntomas para


obtener un beneficio, resulta especialmente compleja, ya que la
persona evaluada adopta una actitud defensiva tanto hacia la
exploración pericial psicopatológica como a la administración de
pruebas complementarias. Sin acceso a la historia clínica, la
exploración forense puede verse seriamente limitada (Echeburúa,
Muñoz y Loinaz, 2011). La disimulación suele llevarse a cabo con
objeto de evitar un interna- miento involuntario, en procesos de
incapacitación civil, en la evaluación de la aptitud para el
desempeño de un puesto de trabajo y la capacidad contractual, en
procesos para valorar la idoneidad de guarda y custodia de
menores o en procesos de tutela/curatela de incapacitados (Esbec,
2012).

En el campo de la victimología forense se puede dar la paradoja


de que personas que sufren daño psíquico, por la exposición a una
situación de victimización, disimulen su estado clínico para evitar

48
perjuicios en otros ámbitos legales (i.e., mujer víctima de violencia
en su relación de pareja que se esfuerce por ocultar su
sintomatología por temor a que sea valorada negativa- mente en el
procedimiento civil de guarda y custodia). Los cuadros clínicos más
tendentes a la disimulación son la depresión, el trastorno por ideas
delirantes y el consumo de tóxicos (Delgado, 1994.). Los criterios
clínicos (i.e., DSM) para detectar simulación presen- tan escasa
validez predictiva (80% de falsos positivos, Roger, 1990), por lo que
se aconseja una estrategia multimétodomultisistema para afrontar este
diagnóstico diferencial. El proceso de evaluación de la simulación
implica el uso de criterios diagnósticos múltiples en oposición a la
utilización de una única prueba, la combinación de pruebas de
screening de simulación (Inventario Estructurado de Simulación de
Síntomas, SIMS), junto a pruebas de amplio espectro
psicopatológico que cuenten con indicadores de validez

2.2.9 El proceso de evaluación pericial psicológica

La evaluación psicológica forense comparte, desde el punto de vista


metodológico, características comunes a toda evaluación psico- lógica,
a la vez que presenta una serie de particularidades que con- forman la
idiosincrasia de esta actividad técnica. Las importantes consecuencias
derivadas del informe pericial psicológico obligan al perito psicólogo a
cuidar escrupulosamente las cuestiones técnicas y deontológicas de
su intervención (Ackerman, 2010).

Al igual que cualquier otra evaluación psicológica, la desarrollada en


el contexto forense debe regirse por los mismos principios que
cualquier otra actividad científica, es decir, debe ser un proceso
estructurado que permita su replicabilidad (transparencia en el proceso

49
de evaluación), requiere de la formulación y contraste de hipótesis e
implica un proceso de toma de decisiones para llegar a la solución de
un problema evaluativo (Fernández-Ballesteros, 2007).

Además las características propias del contexto de exploración


forense y el objeto de la intervención del psicólogo en este ámbito
delimitan las características propias y claramente diferenciales del
proceso de evaluación pericial psicológica (Echeburúa, 2011):

- La persona evaluada está inmersa en un proceso judicial, motivo de


la intervención del psicólogo, no existiendo, por tanto, voluntariedad
por parte de la persona sujeta a la exploración o se trata de una
voluntariedad mediada por la estrategia de defensa de su letrado
(informes periciales de parte).

- El paso por un proceso judicial es un estresor de primera magnitud


para las personas, lo que supondrá un factor distorsionador de los
datos de la exploración. Especialmente importante para el psicólogo
será atender al error fundamental de atribución (explicar los des- ajustes
psicológicos atendiendo principalmente a factores de la persona,
subestimando la incidencia de los factores situacionales).

- Las ganancias secundarias derivadas del carácter probatorio de


todo informe psicológico forense aumentan la probabilidad de
manipulación de la información aportada por los evaluados, ya que
pueden obtener un beneficio o evitar un perjuicio. Por tanto, será
funda- mental para el perito psicólogo contrastar los datos
expuestos por los peritados con múltiples fuentes de información.
Por otro lado, el profesional debe estar atento para no sugerir
respuestas, así como a cualquier indicador de distorsión de la

50
información.
-

- El objeto de toda exploración pericial psicológica es dar respuesta a


la demanda realizada desde el ámbito jurídico, es decir, realizar una
valoración psico-legal. Desde un punto de vista técnico, esta
intervención implica conocer qué áreas del funcionamiento
psicológico han de ser exploradas a tenor del objeto de la pericial y
conocer la investigación científica en el campo para poder aplicar
criterios decisorios basados en la evidencia empírica.

En victimología forense el perito psicólogo trabajará con dos tipos


de hipótesis: hipótesis basadas en el supuesto de cuantificación
(comprobar la existencia de desajustes psicológicos en la persona
evaluada y delimitar su entidad clínica) e hipótesis basadas en el
supuesto de semejanza (comparar hasta qué punto el perfil
psicopatológico encontrado en un grupo de sujetos expuestos a una
situación de victimización criminal semejante a la denunciada por la
persona evaluada se encuentra presente en ésta). El perito
psicólogo siempre trabajará con una hipótesis y la contraria,
evitando así fenómenos como la profecía autocumplida o el efecto
Pigmalión (Rosenthal, 2002).

El instrumento vertebrador de todo el proceso de evaluación


psicológica forense será la entrevista pericial que adopta un
formato semiestructurado con un estilo indirecto de recogida de
información. Además de su riqueza, la entrevista, al ser una
técnica interactiva, orientará al perito sobre qué contenidos deben
ser evaluados mediante otros instrumentos.

En el transcurso de la entrevista el psicólogo forense realizará la


exploración pericial psicopatológica. En el proceso de objetivar el

51
daño psíquico el perito atenderá a la diferencia entre signo y
síntoma. El signo, a diferencia del síntoma, es observable de forma
objetiva y cuantificable o mesurable a través de procedimientos
distintos a la apreciación subjetiva del evaluado.

No obstante, el perito no debe centrarse únicamente en la


detección de signos/síntomas, sino que debe aplicar criterios para
valorar la significación clínica de los mismos (Mesa y Rodríguez,
2007):

2.2.10. Diseño del proceso de evaluación pericial del daño psíquico

Atendiendo a la demanda psico-legal podemos protocolizar la evaluación


pericial del daño psíquico en los siguientes pasos:

1.- Análisis de la potencialidad del hecho delictivo denunciado para producir


desajustes en el estado mental de la persona (capacidad traumática); para ello
el perito psicólogo se servirá de las descriptivas aportadas por la persona
denunciante en relación a la su- puesta situación delictiva vivida. Cuando
existe una desproporción clara entre el suceso y los indicadores clínicos
detectados, una vez descartada la simulación el suceso puede ser necesario
pero no suficiente y habría que atender a los factores de vulnerabilidad del
sujeto en la explicación de su estado psicológico actual (Robles y Medina,
2008).
Para el caso de determinadas situaciones de victimización criminal (i.e.,
violencia de pareja o acoso laboral) en las que se cuenta con criterios
definitorios de las mismas, según distintas investigaciones al respecto, esta
descriptiva también servirá para realizar los oportunos análisis diferenciales,
por ejemplo entre violencia de pareja o relación disfuncional (Johnson, 2008),
o entre mobbing y burnout (González-Trijueque, 2007).

52
2.- Detección de desajustes psicológicos en la persona evaluada a través del
proceso de evaluación pericial psicológica (valoración de la lesión psíquica,
perspectiva idiográfica) y establecer un diagnóstico nosológico con arreglo a
las clasificaciones internacionales de los trastornos mentales (OMS o APA). De
especial interés será descartar posible simulación o sobresimulación.

3.- Análisis de la relación de causalidad. Para ello el perito deberá comparar,


a modo de guía, los desajustes encontrados en la persona evaluada con los
datos encontrados en grupos de sujetos expuestos a situaciones de
victimización criminal similares (perspectiva nomotética).

Para establecer la relación de causalidad se atenderá a la coherencia entre


los síntomas y su evolución con la experiencia victimizante descrita por la
persona evaluada. En este análisis resulta fundamental realizar una valoración
de posibles concausas. Las concausas hacen referencia a factores
biopsicosociales que, aunque necesarios, no son suficientes para generar los
desajustes psicológicos detecta- dos en la persona evaluada, pero complican
el cuadro clínico (Esbec, 2000). Las concausas pueden ser pre-existentes (i.e.,
desajustes en la personalidad de base, revictimización o presencia de una
psicopatología previa), simultáneas (consecuencias negativas múltiples
derivadas del delito) o posteriores (exposición a otros estresores vitales
importantes, uso de alcohol/drogas como estrategia de afrontamiento
inadecuada, reacción negativa del entorno o contar con una pobre red social).
La dificultad principal está en delimitar la incidencia de las concausas en el
estado psicopatológico actual de la persona evaluada (Echeburúa, 2004). En
algunos casos, en los que existe una psicopatología previa (i.e., trastorno
límite de personalidad), es especialmente complicado delimitar si la clínica
detectada en el momento de la exploración corresponde a la propia dinámica
del cuadro o se trata de una desestabilización producida por los supuestos
hechos denunciados.

53
De especial complejidad para el perito psicólogo resulta también descubrir la
exposición de la persona evaluada a otros estresores psicosociales con
capacidad para generar el cuadro clínico detectado. Por ejemplo, en un caso
trabajado por el autor se objetivó sintomatología traumática compatible con los
supuestos hechos denuncia- dos (i.e., violencia por parte de la pareja), si bien
la investigación posterior señaló que dicha vivencia traumática se debía a la
posibilidad de que se descubriera la doble vida que llevaba la persona
evaluada (se anunciaba en páginas web para mantener relaciones
masoquistas).

4.- Valoración del impacto psíquico: tiempo de curación y secuela. Son los
dos factores relacionados directamente con la indemnización económica
derivada del delito (Guija, 2009).
La valoración de la secuela psíquica incluye atender a tres criterios:

- Criterio cronológico (dos años después de la exposición a la situación de


victimización denunciada). Como esperar dos años dilataría en exceso el
proceso judicial, además de contribuir a la victimización secundaria, lo que
suele realizarse por el perito psicólogo es una estimación del tiempo de
curación y posible secuela, para lo cual resultará imprescindible contar con
información clínica del paciente.

- Estabilización de la sintomatología

- Estancamiento de la terapia aplicada. El perito valorará si la intervención


clínica ha sido la adecuada y si ha existido adherencia al tratamiento por parte
de la persona evaluada (vide infra).

54
El tiempo de curación ha de fijarse por el perito en número de días, cuestión
altamente difícil en el campo psicopatológico. Para realizar dicha valoración es
fundamental que el perito pondere la siguiente información:

a) si la persona evaluada se ha sometido a tratamiento clínico,

b) si este tratamiento ha sido dirigido por el profesional/dispositivo adecuado,

c) si la intervención seguida es la apropiada según la evidencia empírica


disponible (i.e., guías de tratamientos psicológicos eficaces) y

d) si ha existido adecuada adherencia al tratamiento por parte de la persona


evaluada. En el caso de que no se cumplan estas condiciones será difícil
valorar si el estado clínico residual se debe a la situación de victimización
denunciada, a una inadecuada intervención clínica o a la desidia de la persona
evaluada.
5.- Valoración del grado de incapacidad funcional. Al no existir baremo
específico para las situaciones de victimización criminal el baremo de
responsabilidad civil de vehículos a motor (Ley 21/2007, de 11 de julio) ha sido
reconocido por la jurisprudencia (STS, de lo Civil, de 14 de junio de 2007)
como orientativo para supuestos distintos a los de tráfico (Guija, 2009). La
valoración de la secuela psíquica debe realizarse, en primer lugar, atendiendo
a un diagnóstico recogido en las clasificaciones internacionales de los
desórdenes mentales y, después, atendiendo a la disminución de la capacidad
funcional de la persona evaluada, derivada del cuadro clínico y reflejada en los
diferentes ámbitos de su vida: social, personal, laboral y familiar (Robles y
Medina, 2008).

2.3. LA IMPUNIDAD DEL AGRESOR DE VIOLENCIA PSICOLÓGICA


2.3.1. La violencia psicológica

Para Fernández Godenzi, A. (2009:1) citando a Ulloa, (1995) la violencia


en la historia de los seres humanos, recalca que cada sociedad va construyendo

55
diferentes conceptos sobre la violencia y a si mismo crea diversos medios
culturales que ayudan a que estos perduren.

Se refiere a las acciones que pueden afectar la salud mental de la víctima,


sea adulta o menor de edad, alterando su equilibrio emocional y generando un
efecto destructivo sobre su personalidad depresión, disminución de las
capacidades para enfrentar situaciones difíciles, propensión al suicidio. La
violencia psicológica puede manifestarse mediante insultos, amenazas,
humillaciones, malos tratos o inclusive a través del silencio.

Asimismo, la Ley 30364, refiere que se debe entender por violencia


psicológica a “la acción u omisión, tendiente a controlar o aislar a la persona
contra su voluntad, a humillarla, avergonzarla, insultarla, estigmatizarla o
estereotiparla, sin importar el tiempo que se requiera para su recuperación”
(artículo 8).

Asimismo, Ayvar, C. (2007), señala que, este tipo de agresión presente


características tales como amenazas de agresiones físicas, insultos,
humillaciones, penurias, infidelidades, incluso agresiones sexuales, etc. Otras
veces se manifiesta en chistes, con bromas, desprecio e intimidación e incluso con
comentarios de mal gusto. En consecuencia, este tipo violencia psíquica se
identifica por operar sobre la mente y porque no en el alma de las víctimas.

No obstante, no se debe confundir, ni malinterpretar la violencia


psicológica con la mala relación de pareja, que usualmente se caracteriza
principalmente por la desaparición del afecto, cariño, con broncas esporádicas y
con el deseo de acabar la relación. Entonces la violencia psicológica es más
intensa y permanente, que se caracterizada por las conductas antes indicadas,
que sin duda tienen repercusión clínicamente negativas en toda víctima (Amor,
Echeburúa, Corral, Sarasua & Zubizarreta, 2001).

56
La violencia psicológica: Tiene dos facetas que pueden llamarse
maltrato pasivo y maltrato activo. El maltrato pasivo es la falta de atención hacia la
víctima, cuando ésta depende del agresor, como sucede con los niños, los
ancianos y los discapacitados o cualquier situación de dependencia de la víctima
respecto al agresor. Hay una forma importante de maltrato pasivo, que es el
abandono emocional. Ancianos, menores o discapacitados abandonados por sus
familias en instituciones que cuidan de ellos, pero que jamás reciben una visita,
una llamada o una caricia. Víctimas de abandono emocional son los niños que no
reciben afecto o atención de sus padres, los niños que no tienen cabida en las
vidas de los adultos y cuyas expresiones emocionales de risa o llanto no reciben
respuesta. Son formas de maltrato no reconocido.

El maltrato activo es un trato degradante continuado que ataca a la


dignidad de la persona. Los malos tratos emocionales son los más difíciles de
detectar, porque la víctima muchas veces no llega a tomar conciencia de que lo
es. Otras veces toma conciencia, pero no se atreve o no puede defenderse y no
llega a comunicar su situación o a pedir ayuda.

Es una forma de violencia que se ejerce sobre una persona, con una
estrategia, una metodología y un objetivo, para conseguir el derrumbamiento y la
destrucción moral de la víctima. Acosar psicológicamente a una persona es
perseguirla con críticas, amenazas, injurias, calumnias y acciones que pongan
cerco a la actividad de esa persona, de forma que socaven su seguridad, su
autoafirmación y su autoestima e introduzcan en su mente malestar,
preocupación, angustia, inseguridad, duda y culpabilidad. Para poder hablar de
acoso tiene que haber un continuo y una estrategia de violencia psicológica
encaminados a lograr que la víctima caiga en un estado de desesperación,
malestar, desorientación y depresión, para que abandone el ejercicio de un
derecho. Hay que poner de relieve que una de las estrategias del acosador es
hacer que la víctima se crea culpable de la situación y, por supuesto, que así lo
crean todos los posibles testigos.

57
La segunda condición imprescindible para que se produzca el acoso moral
es la complicidad implícita o el consentimiento del resto del grupo, que, o bien
colaboran, o bien son testigos silenciosos de la injusticia, pero callan por temor a
represalias, por satisfacción íntima o simplemente por egoísmo: “mientras no me
toque a mí”.

En muchas ocasiones, la víctima apenas tiene conciencia de que lo es y ni


siquiera es capaz de verbalizar lo que está sucediendo. Solamente percibe una
sensación desagradable, insuficiente para ella como para calificar el caso de
acoso.

A. El acoso afectivo
Dentro del acoso psicológico, hay que hablar del acoso afectivo, que es
una conducta de dependencia en la que el acosador depende emocionalmente de
su víctima hasta el punto de hacerle la vida imposible. El acosador devora el
tiempo de su víctima o bien la devora con sus manifestaciones continuas y
exageradas de afecto y sus demandas de afecto. En cualquiera de los casos, el
acosar le roba a su víctima la intimidad, la tranquilidad y el tiempo para realizar
sus tareas o para llevar a cabo sus actividades, porque el acosador la interrumpe
constantemente con sus demandas y, apenas la deja respirar entre petición y
petición, pero siempre con mimos, con arrumacos y con caricias inoportunas y
agobiantes. Si la víctima rechaza someterse a esta forma de acoso, el verdugo se
queja, llora, se desespera, implora, amenaza con retirarle su afecto o con “cometer
una tontería”, llegando incluso a intentos de suicidio y a explosiones realmente
espectaculares que justifica diciendo que todo lo hace por cariño. Esto supone
añadir el chantaje afectivo a la estrategia de acoso.

B. La manipulación mental
Esta forma de violencia supone el desconocimiento del valor de la víctima
como ser humano, en lo que concierne a su libertad, a su autonomía, a su derecho

58
a tomar decisiones propias acerca de su propia vida y de sus propios valores. La
manipulación mental puede comprender el chantaje afectivo. En la manipulación
se da una relación asimétrica entre dos o más personas. Es asimétrica porque una
da y la otra recibe, una gana y la otra pierde. Las tácticas de manipulación
incluyen amenazas y críticas, que generan miedo, la culpa o vergüenza
encaminados a movilizar a la víctima en la dirección que desea el manipulador.

C. La agresión insospechada

La agresión insospechada es una forma de violencia psicológica tan sutil y


elaborada que se disimula y oculta entre las fibras del tejido social. La agresión
insospechada es la que muchos agresores ejercen disfrazándola de protección, de
atención, de buenas intenciones y de buenos deseos.

Una forma de agresión insospechada es la que ejercen las personas


sobreprotectoras sobre sus protegidos. Les rodean de atenciones, de mimos y de
cuidados, pero no les permiten desarrollarse como personas autónomas, no les
permiten ejercer su derecho a la libertad, no les permiten escapar del entorno
artificial que han fabricado para ellas. Todo lo hace el protector por el bien de su
protegido, eliminando de su camino el menor escollo, para librarle de todas las
desazones de la vida. Y el protegido no llega a crecer ni a independizarse nunca.
Y el día que el protector falte o no pueda seguirle protegiendo, su integridad valdrá
bien poco.

Otra forma de agresión insospechada es la que ejercemos sobre nuestros


mayores, cuando creemos que les mostramos amor y consideración dándoles
tareas para “que se sientan útiles”, como si no se hubieran ya ganado el derecho a
dejar de ser útiles. Muchas personas agobian a sus mayores con demandas de
ayuda, sin tener en cuenta que los mayores ya se han jubilado de esas tareas y
tienen derecho a vivir sin trabajar. Muchos jóvenes tienen a sus padres como
canguros continuos, privándoles del derecho de salir con sus amigos, de viajar a

59
su gusto o de sentarse a no hacer nada, que bien se lo han ganado. Muchos
jóvenes llevan a sus mayores a vivir con ellos para que no estén solos y los
convierten en chica para todo, privándoles de libertad, de descanso y, muchas
veces, de lugar de residencia, pues muchos ancianos viven una temporada con
cada hijo, con lo cual carecen de referencia y de vivienda fija. Los convierten en
nómadas y en sirvientes sin paga. Y la sociedad se hace lenguas de lo que esos
hijos quieren a sus padres, mientras que otros los “meten” en una residencia.

Otra forma de agresión insospechada que todos practicamos alguna vez


son los consejos. Los consejos tienen a veces un matiz de amenaza y otras veces
son una forma de acoso contra la persona que se empeña en no dejarse
aconsejar. Hay mucha gente que necesita dar su visto bueno a las acciones de los
demás, ofrecer su consejo sapientísimo o, por el contrario, oponer su veto a los
proyectos de los demás. Hay gente que se permite dar su beneplácito a que otros
sean homosexuales, a que otros se enamoren a la vejez, a que otros no sean
creyentes o a que otros realicen actividades poco comunes. Hay gente que se
permite aconsejar lo que hay que hacer en una u otra situación y hasta previene el
desastre si no se siguen sus recomendaciones. Hay gente que se opone con
todas sus fuerzas a que otros hagan algo que ni les va ni les viene, pero en lo que
ellos no pueden dejar de intervenir.

La violencia psicológica es más difícil de demostrar que la violencia física,


porque las huellas que quedan en el psiquismo no son visibles para el profano.
Además, en los casos de violencia psicológica, el maltratador suele manipular a su
víctima para que llegue a creer que todo son exageraciones suyas que tiene la
culpa de lo que sucede. Lo mismo suele hacer con su entorno, de manera que
todo el mundo opine que es un excelente cónyuge, compañero o amigo y que la
otra persona se queja por quejarse. En el supuesto de que se queje.

El maltrato psicológico, por sutil e insospechado que sea, siempre deja


secuelas. Existen casos en que la agresión es tan sutil y sofisticada que parece

60
casi imposible detectarla. Pero deja marcas indelebles en el organismo de la
víctima. En su cuerpo o en su psiquismo, porque el cuerpo y el psiquismo
interactúan y forman una unidad psicosomática.

Las secuelas de los malos tratos psíquicos provocan, según distintos


estudios, el desarrollo de personalidades adictivas, psicóticas o violentas. Si un
niño maltratado desarrolla una personalidad de maltratador, es más que probable
que a su vez engendre hijos que también serán maltratados y, de adultos,
maltratadores, por lo que el patrón de conducta agresiva se va repitiendo hasta
que alguna circunstancia favorable rompa la cadena.

Por otro lado, nos encontramos con la indiferencia policial, puesto que las
víctimas de violencia psíquica en primer lugar suelen acudir a las comisarías, y
usualmente es lamentable que en estas dependencias no se encuentre la ayuda
que se busca, uno porque estas dependencias aún no cuentan con un espacio
adecuado que permita garantizar la privacidad de las víctimas, otro es que estas
dependencias tienen recelo para recibir tales denuncias al no haber evidencias
físicas del maltrato en las victimas (Sausa, M. 2014).

En consecuencia la respuesta que encontramos ante aquellas denuncias


que han quedado desatendidas por los operadores, llámese policías, jueces y
fiscales, que de cierto modo pasan a convertirse en cómplices porque
probablemente en la mente de estas personas hay la idea de que esto no es
grave, de que es normal, pero obviamente no se da en todos los casos, pero si en
la gran mayoría, por ello urge que estos operadores tengan una reeducación
psicológica porque son las personas que están directo con las víctimas, de lo
contrario seguiremos siendo testigos de denuncias desatendidas, donde el agresor
se siente impune dado que desde el primer momento no se frenó su actuar
(Chinchay, M. 2017).

61
En nuestro país, la violencia ha sido y es resultado de una sociedad
clasista y machista a través de la historia. Es en esta sociedad donde está
enmarcada la violencia contra la mujer, basándose en fundamentos racistas,
clasistas y sobre todo machistas.

En la Declaración de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de la


Violencia contra las Mujeres, adoptada por la Asamblea General de la ONU
en 1993y la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial
celebrada en 1995 en Beijing, se define a la violencia psicológica hacia la mujer
como una forma de violencia fundada en el género, el cual pueda producir daños
psicológicos a la mujer, así como también todos aquellos actos que priven de la
libertad y atenten contra su integridad.

Ambos conceptos, coinciden en que la violencia hacia la mujer, abarca


tanto la violencia sexual, física, así como también la psicológica, la misma que se
da tanto en la casa como en los espacios públicos. Fue reconocida como un
problema social, debido a la forma cotidiana de violentar los derechos humanos de
las mujeres.

La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la


Violencia Contra la Mujer define que la violencia contra la mujer de la siguiente
manera: “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause
muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el
ámbito público como en el privado”

De esta definición se puede entender que la violencia hacia la mujer no


está limitada a que se practique en un determinado espacio, ni condicionada a que
solo sea propiciada por su pareja o un familiar, sino que se amplía la delimitación
siendo que puede darse también en un espacio público y que el agente agresor
pueda ser cualquier persona.

62
Cuando el cuerpo de la mujer se convierte según Fernández Godenzi, A
(2009:5) citando a Espaventa (2010), en un objeto de deseo sexual y se limita a
que la palabra “mujer” sea asociada a su sexualidad, sensualidad o cuerpo, a
través de mensajes y comunicaciones persistentes e incomodas, se está dando
una forma de violencia de género en la que las víctimas ven afectada su
integridad.

En efecto, como señala Guillen Flores, R. (2014) citando a Velázquez y


Fernández, (2013), la violencia de género se puede percibir mediante conductas
sutiles que las mujeres aceptan, haciendo que el hombre ejerza su autoridad.

En general, para Guillen Flores, R. (2014) citando a Hendell, en


Struminger, (2010) todo aquello que atropella la intimidad de las personas es
violencia, incluyendo los gestos obscenos o la sexualidad pornográfica expuesta
en palabras.

Sobre lo anterior, María Ysabel Cedano, de la institución ONG Demus,


plantea que los actos de violencia se tipifiquen como delitos y que no haya la
posibilidad de que sean solo faltas, también propone cursos obligatorios para
jueces sobre formación de género y justicia (Berríos, M. 2016).

En general entre los inconvenientes que tienen las víctimas de


cualquier tipo de violencia familiar es que se encuentran con un poder judicial
misógino, indiferente al dolor, corrupto, que se mueve a través de influencias, con
un pésimo departamento de medicina legal, el cual requiere ser reformado, con
una necesidad de gente capaz de atender este tipo de casos, puesto que venimos
viviendo una situación de emergencia (Berríos, M. 2017).

En consecuencia, como dice, Palacios, R. (2016), el principal problema


para que se dé la impunidad, es que el maltrato a la mujer sigue siendo
considerado dentro del tipo penal “lesiones”, puesto que no hay posibilidad de

63
sanción real, mientras no te den una paliza que te incapacite para el trabajo
mandándote al hospital, no pasa nada.

Si bien, se viene teniendo grandes avances en el proceso judicial desde la


ley 26260 veía los procesos de familia desde el proceso único el cual era regulado
por el Código del Niño y adolescente, concluyendo con un proceso penal sea por
faltas o lesiones, poniendo de esta forma el fin del proceso con una sanción al
infractor (agresor), a la fecha la ley 30364 el proceso judicial es un proceso mixto
el cual cuenta con dos fases la 1era la de protección y la ultima la de sanción,
asimismo el actual gobierno de Kuczynski, a la fecha desde el 6 de enero del
presente año ha reformado respecto a la falta de maltrato para que incluya a la
violencia física, psicológica sin lesiones, con la finalidad de erradicar con la
impunidad, a habrá que ver cuán efectiva sea la presente reforma.

Para Blanco, J. (2009), la violencia de género


“supone la articulación de toda una serie de
violencias, que irían desde una violencia simbólica que construye
los cuerpos culturalmente tensionándolos, hasta esa violencia
física que amenaza a las mujeres por el mismo hecho de serlo”.

Esto nos lleva a entender que según Blanco la violencia de genero puede
ser tanto verbal, es decir basándonos en comentarios de connotación sexual
referidos principalmente al cuerpo de una mujer, y la violencia física, la cual ya se
refiere a agresiones como golpes, cachetadas, etc.

Además, según Quiros Rodríguez, V. (2009) citando a Lagarde (1998),


indica que el acoso sexual “cumple funciones políticas para lograr la
dominación de las mujeres y mantenerla cada día, al debilitar a las mujeres y
menguar así su capacidad de respuesta, de defensa y de acción”

64
2.3.2. Causas de violencia entre parejas
Son múltiples las causas que generan la violencia en la pareja, en este
aspecto Ramos, M. (2013), refiere que, las agresiones propiamente entre las
personas se justifican con diversos razonamientos sean estos o psicológicos,
sociales, biológicos, económicos, culturales, filosóficos, políticos, militares y
religiosos, etc.
Según, Yépez, A. (2015), refiere que, la mayoría de mujeres son
violentadas en su vida diaria de diversas formas, en su hogar (privado) y fuera de
este (público). Durante 40 años hemos estudiado cuales son las causas, teniendo
como resultado que, en nuestro país esto se debe a dos realidades establecidas:

El Prelado o Jefe de familia, “es el macho protector, que cuida y abastece.


Puede gritar, escarmentar, se permite golpear a las mujeres que están bajo su
autoridad, creyendo que de esta forma protege a la mujer y el hogar”, están
situados en las tres regiones de nuestro Perú, principalmente en la zona andina,
donde la violencia es parte de la vida de la mujer andina (costumbres arraigadas)
que, viene de generaciones anteriores.

Machos prepotentes respecto a las mujeres: es una exageración del


prelado. Este individuo recure al golpe para someter a la mujer, la humilla y es
capaz de matarla, dice salvaguardar el bien del hogar; y lo único que protege es
su propio poderío. No es responsable, no abastece, ni protege, no demuestra
afecto a sus hijos, es un individuo ausente. Es un cobarde que va procreando hijos
y no se hace cargo de ellos.

Por otro lado, teniendo en cuenta lo prescrito por la Convención


Interamericana para advertir, castigar y eliminar la crueldad contra la mujer de
1994, las poblaciones más vulnerables de violencia son; las mujeres, y niñas y
niños; La violencia contra la mujer según el artículo 1 del presente convenio refiere
que: es una acción o conducta establecida en su género, que produzca su deceso,

65
perjuicio o padecimiento físico, sexual o psíquico, dentro de su hogar, como fuera
de él, y es efectuada o permitida por su nación.

Asimismo, sin embargo, se ha estudiado muy poco sobre las relaciones de


parejas, y menos aún sobre el aspecto emocional, en este aspecto el factor básico
para entender la violencia hacia la mujer en el ámbito familiar, es considerar la
existencia de un sistema o sistemas de género en la sociedad, que viene rigiendo
culturalmente las relaciones entre las parejas, en este aspecto tenemos el
machismo que consiste en ser la actitud que adoptan ciertos varones
considerándose superiores a las mujeres, es más estos supuestos se ven
reflejados, se trasmiten y se establecen principalmente a través de las costumbres
y leyes (Guillén, J. (2006).

2.3.3. Efectos negativos en las victimas por violencia psíquica

Antes que todo sobre el tema de estudio el objeto material del delito será
la salud psíquica, la libertad, el honor y la dignidad de la persona, pero como
podemos ver la familia es quizá el grupo social más violento con o sin resultado de
agresión física, o agresiones verbales, sea cual el modo genera daños como
trastornos mentales, psíquicos a causa de un trato degradante, y otras vejaciones
al proyecto de vida de las personas (Ramos, M. (2013).

Además, en esta problemática, se suele encontrar como un efecto


negativo que muchas víctimas, es que usualmente evitan denunciar a su pareja o
hacer público su problema por diferentes motivos, entre ellos podemos mencionar
el miedo a agresor(a), la vergüenza, por sus hijos(as), el temor a perder a su
pareja, por falta de orientación, porque creen que es un problema privado entre la
pareja, entre otros motivos. También se reporta que algunas mujeres después de
denunciar los hechos de violencia, tienden a retíralo e incluso abandonan los
procesos, debido a que amistan con su pareja, por amenazas, por no recibir la

66
atención adecuada, por no castigar al agresor o por otros motivos Espinoza, M.
(2000).

Ayvar, C. (2007), los efectos negativos en violencia familiar son: a)


Conductas de ansiedad extrema, temor. b) Depresión y pérdida de autoestima,
culpabilidad. c) Aislamiento social y dependencia emocional del agresor; vienen un
tipo de vergüenza que experimentada el afectado, lo cual genera que tienda a
ocultar los hechos ocurridos. d) Inseguridad en las víctimas; es un sentimiento que
padece la victima lo cual tiende a mostrase indecisa e incompetente, e incluso
inestable en sus decisiones. e) Falta de empoderamiento; debido a la gran
inseguridad que suelen presentar esto les imposibilita para tomar decisiones sobre
su situación actual. f) Sentimientos ambivalentes; la víctima se presenta inestable
emocionalmente tiene tendencia de sentimientos entre amor y odio, al recordar
experiencias no violentas vividas. g) En el campo económico - laboral; al no tener
la victima productividad laboral esta es dependiente económicamente de su
agresor.

Para, Asensi, L. (2008), entre los padecimientos, secuelas,


psicopatológicas que sufre una víctima por violencia psicológica son: trastornos de
ansiedad tales como ataques de pánico, agorafobia, además de baja autoestima,
inadaptación social, abusos y dependencias de sustancias, depresiones,
insomnios, problemas de socialización, trastornos de alimentación, estrés
postraumático, etc.

Como podemos ver, son profundas las heridas que deja la violencia en las
víctimas, ciertamente el daño incluso puede ser desde una discapacidad
permanente que ni con tratamiento y cuidados se remite, es decir las alteraciones
emocionales puede ser irreversibles al punto de generar trastornos de estrés
postraumático en la victima (Echeburúa, Corral y Amor, 2000).

67
Sin duda quien sea víctima de violencia psicológica, tendrá una baja
autoestima, tendrá tendencias al aislamiento y porque no un comportamiento
suicida, pero lo peor de este delito es que el daño sin duda es muy difícil de
cuantificar comparado con la evidencia física.

Pero no hay olvidar, como refiere la psicoterapeuta Pissani, A. (2016),


dejar una relación violenta de pareja no es un asunto sencillo, seguir adelante
supone un esfuerzo mayor porque la autoestima queda destruida, lo cual queda
por tarea es unir cada uno de esos pedazos, pero la buena noticia es que, aunque
cuesta, te puedes recuperar.

2.3.4. La víctima, el victimario y su relación en la sociedad

Como observamos, la violencia contra las mujeres viene siendo un


problema de talla mundial, que afecta el bienestar de millones de féminas en el
mundo entero, entonces a quienes llámanos víctima; la palabra victima proviene
etimológicamente del latín víctima, es decir se refiere al animal o persona que sea
sacrificado o que se destine al sacrificio Ezaine, A. (1973).

Según, Matos, M. (2016), refiere que, para la victimología, es aquel ser


humano que sufre una afectación en los bienes jurídicamente protegidos en
nuestra norma penal: honor, salud, honestidad, e incluso la vida, etc., también son
considerados víctimas aquellos que padecen daños por hechos fortuitos o factores
humanos.

La ONU, (1985), definió, a la víctima en la declaración sobre los principios


fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y del abuso de poder que se
llaman a “las personas que, individual o colectivamente, hayan sufrido daños,
incluidos lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o
menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de

68
acciones u omisiones que violen la legislación penal vigente en los Estados
miembros, incluida la que proscribe el abuso del poder”.

Ley N° 30364 Ley Para Prevenir, Sancionar y Erradicar La Violencia


Contra Las Mujeres y Los Integrantes Del Grupo Familiar. Diario Oficial El
Peruano, Lima, Perú, 22 de noviembre de 2015, en su artículo 4 precisa que
debemos entender por el término víctima: a la mujer, a los menores o a cualquier
integrante de la familia entre los pueden ser del entorno inmediato e incluso de
aquellos que estén a cargo de las víctimas, que vengan padeciendo daños de
cualquier índole.

En cambio, los victimarios, según, Gómez, Salazar & Ocampo, (2005), es


aquel, que asesina, el que mata (de caédere, matar) y homo: hombre. Por lo tanto,
asesino es, conforme con su definición etimológica, el matador del sujeto.

Matos, M. (2016), refiere que, son aquellos individuos que generan daño,
e incluso sufrimiento o quizá padecimiento al agraviado, además se debe tener
presente que victimario es el género y delincuente la especie, lo cual es muy
distinto al autovictimización, porque en esta figura se fusionan la víctima y
victimario.

Mendelsohn, B. (1958), es aquel, que produce el daño y sufrimiento de la


víctima. Es incorrecto asemejar el victimario al delincuente se puede ser victimario
por acción u omisión que no sea antisocial o delictiva, es decir “victimario” es el
género y delincuente es la especie.

Larousse, (2005), dícese, de la persona que espontáneamente causa la


muerte de alguien o con otras circunstancias agravantes.

Visto la diferencia de cada una de estas figuras, cabe señalar que, según
la Organización Mundial de la Salud, en sus estadísticas indican que a la fecha al

69
menos 3 de cada 10 mujeres han sido atacadas físico, psicológica y sexualmente
por sus parejas; generando costos económicos y sociales entre ellos a nuestra
sociedad, pero en particular a las empresas. Es evidente que la violencia contra
las mujeres se extiende de las fronteras del hogar al contexto laboral y afecta el
rendimiento de las colaboradas agredidas; causando pérdidas significativas en
materia de productividad laboral (Santi, I. 2016).

Según, la Organización de las Naciones Unidas (ONU,2007), a la fecha la


violencia contra la mujer viene reduciendo tanto la producción económica, puesto
que drena recursos del servicio público, de sus empleadores, y además de todo
genera una disminución en la formación del capital humano. En consecuencia,
todos los estudios realizados sobre esta materia dan por resultado que sus
consecuencias económicas son graves de seguir sin abordar a fondo este tema.
Para nuestro sistema económico el ser humano viene siendo un factor de
suma importancia, puesto que el talento humano es clave para el desarrollo de un
país, pero si este componente humano no se encuentra satisfecho, en armonía no
solo en su entorno, si no en el aspecto personal no producirá y menos generará
ganancias, en consecuencia, la violencia en el hogar será arrastrado a su centro
de labores.

2.3.5. Perfil del victimario

Cada agresor, tiene determinadas características que a través del paso


del tiempo van formando su propio perfil. Estas características van siendo parte de
la personalidad de los individuos, tomando en cuenta algunos factores como el
genético, social, biológico, educacional, etc.

Para la Psiquiatra y Médico Legista, Pino, M. (2011), los victimarios


tienen tres características básicas: a) Disminución de la autoestima, creen que no
satisfacen las expectativas de la sociedad, por consiguiente les es difícil
expresiones que indican resolver conflictos. b) Es inmaduro, son inestables,

70
impulsivas y toman decisiones riesgosas, narcisistas, histriónicos, disóciales. c)
Mal manejo de los impulsos, siendo hiperbólicos (exageración).

Lorente, M. (s/f), indica que, existen tres formas de ponerse en manifiesto


una conducta violenta, asimismo estas agresiones se ponen en manifiesto según
el resultado de su comportamiento y son: 1) En un 5-8%, tenemos individuos con
tendencia a perpetrar actos excesivos con violencia física y sexual, tipologías de
un temperamento insociable. 2) En un 30-40 %, tenemos sujetos de naturaleza
antisociable, con instintos a efectuar actos con intensa crueldad verbal y física,
más no sexual. 3) En 52-65%, tenemos personas que cometen abuso físico y
verbal, pero no tienen un perfil psicológico marcado, con elevaciones menos
crueles que los grupos antes mencionados.

Mora, H. (s/f), refiere que, existen diversas tipologías en estos individuos,


evidenciado que podemos encontrarlas ejerciendo cualquier actividad, ya sea en
una escala económica, cultural, social, etc.; señalando que pueden padecer una
afección, sintomatología o alteración psíquico determinado, en consecuencia,
tenemos las siguientes características: a) Suelen ser dependientes emocionales.
b) Es fragilidad Emocionalmente (Inseguridad). c) Falta de empatía. d) No se
quiere así mismo (desvalorización). e) No tiene control de impulsos. f) Celotípicos
(los celos hacia la pareja se convierten en una obsesión), con carácter posesivo y
autoritario. g) Para sentirse protector se comporta de manera: racional (“aun así,
ella es feliz a mi lado”), minusvalora sus actos (“fue un pequeño golpe”),
exculpación (“y todo lo que yo he tolerado)”, traslada la culpa a terceros, negación.

Asimismo, según, la Defensoría del Pueblo, (2015), entre los perfiles que
tiene un agresor son: a) En su mayoría los agresores tienen entre 18 y 44 años de
edad, períodos que coinciden con la fase en que las personas forman relaciones
amorosas de pareja. Relaciones violentas que acaban con la vida de las mujeres o
las dañan gravemente. b) Mayormente son hombres solteros, que sostienen
relaciones de convivencia, enamorado y/u otros. c) El mayor registro de agresores

71
son aquellos individuos con educación segundaria y superior completa;
corroborando lamentablemente que, la educación en nuestro país no asegura
ciudadanos juiciosos y respetuosos del derecho a una vida libre de coacción hacia
las mujeres. d) Sobre las ocupaciones de los agresores, las principales en orden
son: construcción civil, agricultor, chofer, comerciante, empleado, obrero,
profesional dependiente, vigilante, policía y militar, desempleado, estudiante,
carpintero, estibador y zapatero. e) En la mayoría de casos estos sujetos no tenían
ningún tipo de antecedentes ya sea policiales o penales; mientras que en menor
rango si cuentan con historiales por violencia familiar.

2.3.6. Perfil de la Víctima

Según, Del Águila, J. (2017), refiere que, en relación a las mujeres


víctimas de coacción, expresan las consecutivas características: nerviosa con
perfil depresivo, desconfiada, sin una motivación, incierta, desencantada,
apenada, sin esperanza (autoestima baja, se siente culpable, con ansiedad e
irascible); siente vergüenza y es poco comunicativa, descuidada en su arreglado
personal. Estas víctimas llegan a padecer de trastorno de estrés postraumático
que se determina concretamente a través de variaciones orgánicas y funcionales
en el cerebro y sus diferentes áreas en la víctima, mujeres que han atravesado
experiencias traumáticas. Empero, es frecuente diagnosticar trastorno cambiante,
degradantes, ávidos, y demás.

Para, la Defensoría del Pueblo, (2015), entre los perfiles que tiene una
víctima tenemos: a) Frecuente las agraviadas tiene entre 17 y 40 años de edad,
dato que manifiesta la edad reproductiva de las damas, así como la formación de
relaciones amorosas, de pareja y sexuales. b) En proporción a su estado civil la
mayoría son solteras y un menor porcentaje son casadas, existiendo relaciones
disímiles a las conyugales, como la convivencia, unión de hecho y otros modelos
de relaciones de pareja. c) El grado de instrucción se las victimas es variado, se
puede señalar que casi la mitad de las agraviadas tenía segundaria completa o un

72
grado superior. d) Con respecto a su ocupación y oficio en las agraviadas se
observó el siguiente orden: ama de casa, comerciante, estudiante, trabajadora del
hogar, cosmetóloga, empleada de limpieza, profesora, ambulante, profesional
dependiente representan. e) En un gran porcentaje las agraviadas tiene hijos
menores de edad y en menor número hijos mayores edad y, Asimismo, podemos
encontrar mujeres agraviadas en estado de gestación durante un ataque.

Asimismo, por lo general según, un reportaje RPP Noticia, (2015), son


mujeres sometidas emocionalmente: necesita sentirse atendida y segura, suele
ser afectiva inmadura, sin interés en su propio desarrollo, con conducta pueril; no
sabe amar, es indiferente, no expresa afecto y lo recompensa fingiendo amor,
desea ser el punto de interés, es egoísta; Soledad exagerada, necesita sentirse
acompañada. Igualmente, se siente ansiosa e imagina estar enferma, le tiene
miedo a todo. Tiene arrebatos; es incapaz de sobrellevar los desengaños, está en
una constante disyuntiva entre resistir y dejar de padecer.

Pero, según, el Servicio Murciano de Salud, (2011), refiere que, no


existe un determinado perfil en el caso de las mujeres maltratadas, puesto que un
tipo de creencias, así como actitudes sobre el amor, matrimonio, específicamente
un tipo de creencia de amor romántico, puede respaldar que cualquier mujer que
se encuentre sometida sea por dominación, coerción e incluso control puede
quedar atrapada en un tipo de violencia, generalmente las victimas que son más
vulnerables son aquellas mujeres que han sufrido algún tipo de abuso físico en su
infancia, en consecuencia estas víctimas son individuos que han sufrido algún tipo
de violencia inusual y han procedido a reaccionar de forma usual.

73
2.3.7 Víctima de Violencia Familiar

Es la mujer o integrante del grupo familiar que ha sufrido daño ocasionado


por cualquier acción u omisión. Las niñas, niños y adolescentes, que hayan estado
presentes en el momento de la comisión del delito, o que hayan sufrido daños por
haber intervenido para prestar asistencia a la víctima o por cualquier otra
circunstancia en el contexto de la violencia, son consideradas víctimas. Se incluye,
además, de acuerdo al caso particular, a la familia del entorno inmediato o a las
personas que están a cargo de la víctima. A efectos de las 100 reglas de Brasilia
se considera víctima toda persona física que ha sufrido un daño ocasionado por
una infracción penal, incluida tanto la lesión física o psíquica, como el sufrimiento
moral y el perjuicio económico. El término víctima también podrá incluir, en su
caso, a la familia 34 inmediata o a las personas que están a cargo de la víctima
directa (Iberoamerica, 2008).

Personas en estado de vulneralidad: son las personas que por razón de


su edad, género, estado físico o mental, o por circunstancias sociales,
económicas, étnicas o culturales, se encuentren con especiales dificultades para
ejercer con plenitud sus derechos reconocidos por el ordenamiento jurídico.
Pueden constituir causas de vulnerabilidad, entre otras, las siguientes: la edad, la
discapacidad, la pertenencia a comunidades indígenas o a minorías, la migración
y el desplazamiento interno, la pobreza, el género, la orientación sexual y la
privación de libertad. Para la Cumbre Judicial Iberoamericana se consideran en
condición de vulnerabilidad aquellas personas que, por razón de su edad, género,
estado físico o mental, o por circunstancias sociales, económicas, étnicas y/o
culturales, encuentran especiales dificultades para ejercitar con plenitud ante el
sistema de justicia los derechos reconocidos por el ordenamiento jurídico
(Iberoamerica, 2008).

2.3.8 La víctima en el proceso penal

74
La presente temática de la Victimología es muy reciente dentro de la
dogmática del Derecho, dado que ha permanecido por largo tiempo olvidada, en
nuestro caso son pocos los juristas que vienen haciendo o han hecho un
exhaustivo análisis sobre la materia, en consecuencia, conocer las ventajas y sus
desventajas dentro de nuestra realidad fáctica resulta muy crucial, además esta
área de estudio se respalda en ciencias tales como sociología, el derecho penal,
también en la medicina e inclusos en la psicología, con el propósito de contribuir
en mejorar la condición de las víctima de algún tipo de acto delictivo, englobando
todos los aspectos que puedan reparar los traumas y esclarecer los hechos (Paz
& Anglas, 2012).
El Código de Procedimientos Penales de 1940, no contiene un solo
artículo que haga referencia a la víctima y sus derechos, sin embargo, algunas
modificaciones posteriores nos han permitido encontrar algunas precisiones sobre
derechos de víctimas, aunque sólo en referencia a los delitos de violación sexual,
a la fecha en el NCPP (Nuevo Código Procesal Penal) a la víctima se le otorga
mayores facultades de intervención en el proceso penal, así como asistencia y
protección en caso de ser necesario, asimismo en el NCPP el directamente
agraviado participa de forma activa desde la investigación penal, como también de
forma activa en la ejecución de la pena, es más puede proponer inclusive
alternativas para el cumplimiento de la reparación civil (Paz & Anglas, 2012).

Asimismo, si bien en el NCPP mejora el papel de la víctima dentro de un


marco de garantías y lo saca del olvido en que se encontraba en el sistema
procesal penal mixto, predominantemente inquisitivo y mínimamente acusatorio.
Sin embargo, hay mucho por hacer especialmente por los derechos a ser oído y
de tener una adecuada protección (Bustos, 2005).

Por último el NCPP a la víctima, como vemos le otorga mayores


facultades de intervención en el proceso penal, así como asistencia y protección
en caso de ser necesario, asimismo en el 2004 se implementó una estructura
penal especializada en el procesamiento y juzgamiento de delitos de lesa

75
humanidad y de ilícitos comunes que hayan constituido violaciones de los
derechos humanos que ha venido conociendo de los casos de violaciones a los
derechos humanos con algunas dificultades pero también con avances
significativos si consideramos que en el corto tiempo que lleva implementada ha
logrado procesar y sentenciar casos de una gran complejidad (Bustos, J. 2005).

2.3.9. La pericia en el daño Psicológico

La pericia es el dictamen emitido, a solicitud de parte o de oficio, es más


este informa es realizado por una persona con especializados conocimientos, en
determinada materia, vale decir un experto en determinada área. En este sentido
cabe señalar la diferencia con un testigo, puesto que el experto no declara sobre
hechos concretos que pudo percibir u oír, sino que nos refiere sobre principios y
reglas que puedan regir determinados actividades o fenómenos, en el cual
comprensión tiende a resulta inaccesible al no especialista en determinada
materia (Horvitiz, & López, 2004).

Se debe entender por pericias o peritajes, a aquel medio moderno del


proceso penal, sin el cual los operadores judiciales podrían emitir sus fallos,
puesto que sin la pericia que es un medio de prueba trascendental le impedirá
cumplir su función de solucionar el conflicto social con equidad (Quintanilla, R.
2011).

Perito es llamado a ese profesional experto que tiene conocimientos


científicos y técnicos en determinadas materias, su función será dar un informe
sobre algún hecho que debe ser probado, otras veces este especialista puede ser
un tercero idóneo llamado a dar opinión acerca de la comprobación de hechos
(Falcón, E. 2003).

Respecto al tipo de pericias se pueden realizar diferentes estudios


tendientes a verificar su autenticidad o no, en esta oportunidad veremos que es la

76
pericia médico legal (psicológica), según el Código de Ética Profesional del
Colegio Médico del Perú indica que: “El peritaje médico legal, acto mediante el
cual, las autoridades judiciales solicitan el aporte de conocimientos técnicos, con
el fin de evaluar el estado físico, mental y el grado de incapacidad de determinada
persona, deberá ser realizado por personal idóneo. El Colegio Médico del Perú
pondrá a disposición del Poder Judicial, la relación de médicos especialistas en los
diferentes campos de la medicina” (Art. 17).

En tal sentido se entiende por pericia psicológica son un conjunto de


procedimientos realizados por autoridades competentes, que tienen por finalidad
dar cuenta en su estudio, el estado psíquico y conducta de una persona (Hidalgo,
H. 1999).

En los casos por violencia familiar - psicológica lo que este examen


médico demostrara es la existencia de la violencia, puesto que el daño psíquico
como sabemos es invisible en consecuencia imperceptible a una simple
auscultación visual, pero no difícil de explorar, para ello el especialista en este tipo
de exámenes médicos es el encargado de la División Médico Legal del área de
psicología. Este especialista procederá a realizar el Examen Médico mediante los
protocolos de actuación y los dictámenes, mediante el cual demostrara los daños
psicológicos provenientes de agresiones y sus efectos que pueden ser desde
crisis de angustia, fobias, trastornos por estrés también conocidos como trastornos
de ansiedad, o también puede padecer la victima de estados depresivos también
conocidos como trastorno en el estado de ánimo, o un tipo de trastorno disociativo
como son el tener un miedo insuperable, etc. (Ramos, M. 2013).

Para la realización de un informe psicológico se utiliza una metodología


científica, utilizando medios tales como: entrevistas, la aplicación de la
observación de conducta, también se procede a la historia psicológica, e incluso
se procede a la aplicación de test, con el objeto de poder realizar una debida y
rigurosa exploración, evaluación, que permita un diagnóstico de las relaciones,

77
además de pautas de interacción, aptitudes y demás aspectos de la personalidad
del individuo (Ayvar, C. 2007).

Por último, no hay que olvidar según la “Casación N° 632:2015-Arequipa:


no es suficiente un certificado médico que acredite la existencia de lesiones o
maltrato emocional, sino que es necesario determinar” (Grande, A. 2016, p. 170).

Asimismo, la “Casación N° 2812-2014- Piura, precisa: la pericia


psicológica constituye una instrumental de trascendencia (…) también lo es que
(…) no constituye la única prueba a ser analizar, o dicho de otro modo, su
contenido no desvirtúa automáticamente cualquier otra posibilidad respecto a la
ocurrencia de los hechos y la existencia o no de tal maltrato” (Grande, A. 2016, p.
167).

Con vemos respecto a la materia de violencia Psicología se requiere la


celeridad puesto que su accionar debe ser oportuno, para que así la victima tenga
oportunidad de tener una respuesta rápida por parte de nuestra justicia (Mazacón,
M. 2016).

2.3.10. Tratamiento en la salud de las víctimas por violencia familiar

Según Walker, L. (2009), al iniciar la terapia es importante preparar a la


mujer a los posibles cambios que rápidamente notará ella misma, su entorno y en
especial, su pareja o ex pareja. Si continúa con la relación se debe clarificar que ir
al psicólogo no tiene como fin terminar la relación, sino favorecer que la mujer viva
en un entorno seguro sin violencia.

Asimismo, no hay que olvidar que la Organización Mundial de Salud si


bien viene prestado ayuda a muchos países del mundo con el fin de reforzar su
respuesta a la violencia, es largo el camino que viene recorriendo desde el año
1990, y con nuevo plan de acción mundial de últimas fechas sin duda vienen

78
contribuyendo a situar sin duda iniciativas en prevención de la violencia en un
nuevo nivel, además tal como refiere Krug se puede prevenir la violencia con
iniciativas de salud pública muy parecidas a las utilizadas para controlar
enfermedades (Krug, E. 2014).

Pero, se observa que la salud mental es la gran variable descuidada en


nuestro país, dado que no hay muchos profesionales en salud mental
suficientemente integrados al sistema de salud público y privado. Siendo la gran
pregunta dónde están los psicólogos egresados anualmente de las universidades,
lo más probable es que quizá haciendo otras cosas, que le impiden desarrollar sus
habilidades (Chinchay, M. 2017).

Si bien sobre esta materia el colegio de psicólogos es consciente de la


necesidad de acompañar a las víctimas, sobre atender la salud mental de los
peruanos, hay leyes que no se cumplen, como la que exige a las instituciones
educativas públicas contar con al menos un psicólogo, puesto que son 53 mil
colegios y existen 26 mil profesionales colegiados, lo cual simplemente no se dan
las plazas para ser cubiertas (Chinchay, M. 2016).

Asimismo, no hay que olvidar que los agresores también sufren las
consecuencias de su propia violencia, que se dan desde el rechazo, de los
miembros de la familia, de la sociedad y por su puesto la perdida de la pareja, los
hijos, concluyendo con la detención y la condena (Guía de atención sanitaria,
2005).

Una vez que se ha detectado un caso de violencia psicológica, lo primero


que hay que hacer es concienciar a la víctima para que llegue a darse cuenta de
que su situación no es normal ni tiene la culpa ni se lo ha buscado. De alguna
manera, la verdad suele hacerse camino por entre las barreras que levantan los
mecanismos de defensa y la víctima puede llegar a asumir su situación siempre y
cuando se le asegure que su supervivencia no corre peligro. Los psicodinamismos

79
que la víctima desarrolla para negar su situación tienen el objetivo de proteger su
supervivencia y librarla de la angustia. Por tanto, la única forma de que la víctima
llegue a tomar conciencia de lo que le está sucediendo y acepte que su verdugo la
está maltratando y que ella se está sometiendo por terror y no por amor o
necesidad, es garantizarle de alguna manera que su situación tiene remedio y que
la toma de conciencia es el primer paso hacia la liberación. Y que ésta es factible.
Porque después de la toma de conciencia, viene el segundo pasó que es la
identificación del agresor y de la agresión. Y luego el tercero que es la búsqueda
de ayuda profesional, tanto psicológica como jurídica. La primera le devolverá la
fortaleza que ha perdido y la conducirá de nuevo a la realidad y la segunda la
ayudará a denunciar su situación y a defenderse de su agresor.
Un método importante para ayudar a la víctima a tomar conciencia es
realizar la segunda lectura del mensaje de la agresión. La agresión es una
conducta y, por tanto, ha de tener una finalidad. Si analizamos la conducta de
quien agrede, podemos encontrar en ella un mensaje más o menos claro. Si
aprendemos a localizar el mensaje que el agresor quiere comunicar, nos resultará
más fácil entenderle y, por tanto, defendernos. El manipulador está recibiendo un
beneficio a costa del sometimiento de su víctima, el maltratador está satisfaciendo
su necesidad de mostrarse fuerte a costa de la debilidad de su víctima, el
acosador está siguiendo una estrategia para que su víctima se anule a sí misma y
desaparezca de su camino. Rubio, Ana (2011).

2.4. BASES TEÓRICAS


TEORÍAS DE LA VIOLENCIA

Dollard, citado por Cisneros, encontró que la agresión es provocada por


la existencia de una frustración y, en consecuencia, la frustración siempre conduce
a alguna forma de agresión. Por tanto, las interpretaciones de la agresión pueden
ser divididas en dos grandes tendencias; la teoría biologista o reduccionista y las
teorías sociales o culturalistas.
a) Teoría Biologista

80
Respecto a la teoría biologista, esta tendencia es catalogada como una
de las aportaciones más importantes en la explicación de la violencia. En la tesis
de Cesar Lombroso, quien en 1876 expuso en su libro El Hombre Delincuente, la
existencia de ciertos rasgos comunes en todos aquellos sujetos criminales, a los
cuales denominó delincuentes natos cuyo comportamiento y rasgos físicos, según
el autor, se encontraban más estrechamente ligados al chimpancé que al hombre.
Esta interpretación de la violencia criminal, fue un elemento esencial para
sucesivas reflexiones desde esta óptica.
El efecto inmediato de estas reflexiones dio como resultado el nacimiento
de la frenología, el cual tenía como objetivo la predicción del comportamiento del
sujeto a partir de las características particulares de su cráneo. Entre estas
disciplinas, a parte de la genética, se encuentra la paleo antropología, que tras
varios argumentos de demostración, concluyen que a lo largo de la historia, el
hombre ha heredado el comportamiento violento como resultado de un instinto y
de un sistema endocrino cuya fisiología es fuente de agresión. Por su parte, la
genética es quizá la disciplina que más sustento ha brindado a las teorías
reduccionistas de la violencia, o bien patologistas, ya que muchas de estas
interpretaciones han insistido en catalogar las acciones y comportamientos
violentos del sujeto como una enfermedad propia y heredada en el género
humano, que altera su organismo produciendo cambios estructurales y
funcionales.

b) Teoría Social y Culturalista


Respecto a las teorías sociales, las interpretaciones expuestas por
científicos sociales dedicados al estudio de la violencia no se han cansado de
insistir que tal comportamiento en la sociedad tiene viejas causas; la dependencia,
el subdesarrollo, la pobreza, la marginación, el racismo y la sobre explotación.
Puesto que, la cultura juega un papel fundamental en la configuración del ser
humano como pacifico. También puede hacer lo contrario e hipertrofiar la
agresividad natural convirtiéndola en violencia.

81
Así como las condiciones sociales, psicológicas, culturales y económicas,
las cuales se vuelven un factor que propician la agresión. De acuerdo a la teoría
de la violencia, la misma se encuentra distribuida de modo disparejo en la
estructura social, encontrando sus más altos índices en los estratos
socioeconómicos bajos. Esta distribución diferencial viene a ser una función de las
normas y valores culturales concernientes a ella, lo que implica que la violencia es
una respuesta aprendida por los miembros de un grupo cultural o subculturas,
formando por eso parte de la socialización.

Otro aspecto que favorece la agresión, según Fromm, citado por


Cisneros, es la densidad de la población, la pobreza, la falta de estructura social
y de vínculos comunes y de interés por la vida, que en conjunto provocan estrés
como consecuencia de la disminución y privación del espacio y de las condiciones
elementales para la protección de la intrusión constante y directa de otros sujetos.
Por otro lado, la psicología se ha empeñado en interpretar a la violencia como la
expresión de una agresión. Entre los efectos a largo plazo asociados a la
exposición de menores a la violencia, y que son fuente de preocupación, no solo
por el bienestar y desarrollo de las propias víctimas, sino por la repercusión social
que tienen, se encuentra el aprendizaje que hacen los menores de las conductas
violentas dentro de su hogar.

Por ello, se asume que la violencia es un fenómeno aprendido por el


individuo. De ese modo es vista como producto de la asimilación satisfactoria de
conductas violentas que son las que proporcionan al individuo el conocimiento de
las respuestas y estímulos que debe asumir. Muchos autores que se inscriben en
el marco del psicoanálisis, de la psicología social y del enfoque sistémico,
coinciden en que la experiencia de la violencia parental durante los primeros cinco
años de vida del niño puede traducirse, en la edad adulta, en conducta y en
pensamientos violentos si se priva al niño de la oportunidad de experimentar una
relación positiva y que le brinde seguridad. Efectivamente, los/as menores
aprenden a definirse, a entender el mundo y a relacionarse con él, a partir de lo

82
que observan en su entorno más próximo y, en este sentido, la familia es el agente
socializador más importante.

De tal modo que, en la dinámica interna de las familias con vivencias de


maltrato o violencia extrema entre sus miembros se establecen normas para
definir el papel de cada uno; dónde la posición del victimario suele ser de alguien
superior o con poder, pero que necesita ciertos atributos personales valorativos,
riqueza o conocimientos, a fin de mantener ese poder frente a los demás
miembros. A falta de recursos valorados, esta persona se vale de la violencia para
mantener su posición de poder en la familia. Farnós de los Santos, citando a
Dutton y Hart, refiere que los niños que sufrieron de maltratado cometen altas
tasas de delito violento en sus vidas adultas, identificando que existe una estrecha
relación entre el tipo de maltrato sufrido en la niñez y el tipo de delito cometido.
Resaltando que los hombres violentos habían recibido castigos físicos y los
delincuentes sexuales habían sido maltratados sexualmente. San martin, entre
tanto, acota que es fundamental considerar que haber sido víctima de malos tratos
o haberlos presenciado, únicamente aumenta la probabilidad de convertirse en
una persona violenta, pues la mayoría de los niños maltratados no se convierten
necesariamente en personas violentas, dado que aunque la imitación y la
observación influyen en la vida posterior, no determinan por sí solas la conducta.

Existen muchas experiencias que pueden romper la cadena de la violencia


entre generaciones; sobre todo cuando hay influencia de acontecimientos
favorables que mitigan los efectos de las experiencias negativas tempranas,
denominándoseles «factores protectores» o «amortiguadores». Uno de los más
efectivos es haber tenido en la niñez el apoyo y afecto por parte de otro adulto,
convirtiéndose en modelo de referencia.

83
2.5. DEFINICION DE TERMINOS BASICOS
A) IMPUNIDAD.- Estado por el cual queda un delito o falta sin el castigo o
pena que por la ley le corresponde. Cabanella de Torres, Guillermo
(2012)
B) DAÑO.- Por daño hemos de entender todo menoscabo que a consecuencia
de un acaecimiento o evento determinado sufre una persona, ya en sus
bienes, ya en su propiedad, o en su patrimonio, y del cual haya de
responder otro. Cabanella de Torres, Guillermo(2012)
C) PROBATORIA.- Averiguación o prueba que jurídicamente se hace de algo.
D) VICTIMARIO.- Es aquel que, por su accionar, convierte a otro ser vivo
en víctima (alguien que sufre algún tipo de daño por culpa de otro sujeto o
por una situación azarosa). Las ideas de victimario y víctima, por lo tanto,
funcionan por oposición. Cabanella de Torres, Guillermo(2012)
E) PERICIA.- Como decimos, este término procede del latín y más
concretamente de un vocablo que se encuentra conformado por dos partes
claramente identificadas: la palabra periens, que puede traducirse como
“probado”, y el sufijo –ia, que es indicativo de cualidad. Pérez Porto,
Julián (2010)
F) PSICOLOGÍA.- La psicología era una disciplina que investigaba los
procesos mentales de las personas y los animales. Freud Sigmund
G) VIOLENCIA FAMILIAR.- es un concepto que designa a aquellos actos
violentos recurrentes que uno o más integrantes de una familia ejercen
contra uno o varios de sus miembros. En tanto, esa violencia puede
consistir en ataques físicos o en su defecto puede implicar acoso
psicológico y hasta amenazas. Ruiz Carbonell, Ricardo (2009)
H) VICTIMA.- Persona o animal que sufre un daño o un perjuicio a causa de
determinada acción o suceso.
I) PSQUICO.-
J) MATERIAL
K)

84
CAPÍTULO III

PRESENTACIÓN, ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS

3.1.- ANALISIS DE TABLAS Y GRAFICOS


Para analizar la siguiente herramienta se utilizó la Técnica del cuestionario
y se aplicó a la población de manera no probabilística por la cantidad de casos
de violencia psicológica que quedan archivados en la Primera Fiscalía
Corporativa de Paucarpata en la provincia y departamento de Arequipa, que
como se mencionó en el capítulo anterior, está constituida por unos 1200 casos
archivados en lo que va la primera mitad del año 2018

85
Tabla Nº1

Considera Ud. la denigración como una forma de violencia psicológica

CRITERIO f %

Si 1080 90,00

No 120 10,00

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

86
90.00%
100%

80%

60%
Porcentajes 10.00%
40%

20%

0%
Sí No
Escalas

87
Tabla Nº2

Considera Ud. el insulto como una forma de agresión psicológica

CRITERIO f %

Si 1140 95,00

No 60 5,00

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

88
95.00%

100%

80%

60%
Porcentajes
5.00%
40%

20%

0%
Sí No
Escalas

89
Tabla Nº3

Cree Ud. Que la falta de profesionales en pericia psicológica obstaculiza que las
victimas alcance protección judicial

CRITERIO f %

Si 900 75,00

No 300 25,00

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

90
75.00%

80%

60%
25.00%
Porcentajes 40%

20%

0%
Sí No
Escalas

91
Tabla Nº4

Considera Ud. Que la impunidad o falta de sanción por violencia psicológica es


actual en nuestra sociedad

CRITERIO f %

Si 1092 91,00

No 108 9,00

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

92
91.00%
100%

80%

60%
Porcentajes
9.00%
40%

20%

0%
Sí No
Escalas

93
Tabla Nº5

Considera Ud. que las autoridades desprotegen a las víctimas de violencia


psicológica

CRITERIO f %

Si 948 79,00

No 252 21,00

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

94
79.00%

80%

60%

Porcentajes 21.00%
40%

20%

0%
Sí No
Escalas

95
Tabla Nº6

Sabe Ud. donde puede denunciar si es víctima de violencia psicológica

CRITERIO f %

Si 624 52,00

No 576 48,00

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

96
52.00%

52%

50%
48.00%
Porcentajes

48%

46%
Sí No
Escalas

97
Tabla Nº7

Podría Ud. indicar si conoce que es un centro de emergencia mujer (CEM)

CRITERIO f %

Si 492 41,00

No 708 59,00

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

98
41.00%
60%
59.00%
50%
40%
Porcentajes 30%
20%
10%
0%
Sí No
Escalas

99
Tabla Nº8

Considera Ud. Que alguien con baja autoestima, se pude transformar en alguien
que puede ser maltratado

CRITERIO f %

Si 804 67,00

No 396 33,00

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

100
67.00%
80%

60%
33.00%
Porcentajes 40%

20%

0%
Sí No
Escalas

101
Tabla Nº9

Considera Ud. Que la violencia psicológica es una de las más difíciles de probar

CRITERIO f %

Si 999 83,25

No 201 16,75

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

102
83.25%
100%

80%

60%
Porcentajes 16.75%
40%

20%

0%
Sí No
Escalas

103
Tabla Nº10

Considera Ud. Que una de las secuelas en las víctimas de violencia familiar es la
transformación de la personalidad

CRITERIO f %

Si 516 43,00

No 684 57,00

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

104
79.30%

80%

60%

Porcentajes 20.70%
40%

20%

0%
Sí No
Escalas

105
Tabla Nº11

Cree Ud. Que la falta de celeridad en las pericias psicológicas impide la valoración
del daño causado en víctimas de violencia psicológica

CRITERIO f %

Si 931 77,58

No 269 22,42

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

106
79.30%

80%

60%

Porcentajes 20.70%
40%

20%

0%
Sí No
Escalas

107
Tabla Nº12

Considera Ud. Que la salud integral de las víctimas por violencia psicológica esta
desprotegida

CRITERIO f %

Si 952 79,30

No 248 20,70

Total 1200 100%

Fuente: Cuestionario De Preguntas. (2018).

Descripción:

Interpretación:

108
79.30%

80%

60%

Porcentajes 20.70%
40%

20%

0%
Sí No
Escalas

109
Discusión de resultados

Sobre la base de este trabajo estadístico, podemos señalar que los operadores logísticos
consideran necesaria la aplicación del Protocolo de Instalación de los medios
tecnológicos, en el desarrollo e instalación de audiencias en los procesos penales,
mediante el uso de videoconferencias y otros aplicativos tecnológicos de comunicaciones
con el fin de garantizar el Principio de Legalidad, por lo que consideramos que estos los
Lineamientos para el Desarrollo e Instalación de Audiencias, realizadas en los procesos
penales bajo los alcances del Nuevo Código Procesal Penal, mediante el uso de
videoconferencias y otros aplicativos tecnológicos de comunicación - redes sociales, se
encontraría en una vulneración del principio de legalidad, al no contar con un protocolo
técnico por parte de los operadores logísticos del Poder Judicial, el mismo que al ser
reconocido legítimamente protegería y tutelaría el principio de legalidad, contemplado en
el Art. 2, numeral 24, literal d., de la Constitución Política del Perú

Los resultados indicaron que en cuanto a las Medios Tecnológicos los funcionarios del
Poder Judicial no manejan los procesos establecidos para la adquisición de materiales y
equipos de oficina, la cual corresponde a los Operadores Logísticos desarrollar un
ambiente Web en las audiencias penales mediante el uso de videoconferencias y otros
aplicativos tecnológicos de comunicación - redes sociales, se encontraría en una
vulneración del principio de legalidad

Los resultados permiten concluir que la importancia que los funcionarios de la rama
judicial como los jueces y los Operadores del área de Logística dan al uso de los Medios
Tecnológicos en el control del cumplimiento de metas y en el tema de los avances
judiciales frente a los planes de descongestión es moderado. Básicamente, el nivel de uso
de los Medios Tecnológicos ha alcanzado a la fecha responde a las presiones que tiene la
rama judicial para descongestionar los procesos represados en los diferentes despachos,
para lo cual el consejo

110
111
CONCLUSIONES

Recomendaciones

Las recomendaciones que se sugieren están en relación con los resultados de la investigación y es
como sigue:

Primero: Que, en nuestro marco normativo es indispensable la implementación de políticas de


prevención sobre todo orientadas a modificar aquellos patrones culturales que vienen tolerando la
violencia contra las mujeres como un hecho sin importancia, lo cual viene generando la sensación
de violencia institucional por parte de quien debe dar protección administración de justicia.

Segundo: Que, en las instituciones públicas: Poder Judicial y Ministerio Público, Medicina Legal,
con el fin de erradicar la impunidad se debe capacitar constantemente a los operadores de
justicia: jueces, fiscales, profesionales Psicólogos del Instituto de medicina legal para que así
comprendan el sentido de la nueva norma ley 30364 y su reglamento y aplicarlo con justicia.

Tercero: Que, en el poder judicial, se debe crear la especialidad de los juzgados sobre todo en
casos de violencia contra las mujeres, dado que ello permitirá una más rápida administración de
justicia, disminución de carga procesal, es decir se evitará la vulneración de los plazos establecidos
en la norma y de esta forma se garantiza procesos de investigación que cumplan con los
estándares internacionales de acceso a la justicia y, actúen con la debida diligencia, a fin de evitar
impunidad.

Cuarto: Que, en el sector educación nivel inicial y primaria, se debe brindar charlas en los centros
educativos ya sean particulares o estatales, con el fin de promover en ellos la igualdad y el respeto
a la familia, no solo a los niños sino también a los padres, puesto que la educación es base
fundamental para erradicar hechos de violencia mayor que el de sancionar. Asimismo, en el sector
educación superior: se debe encomendar a las universidades públicas y privadas la integración de
cursos sobre perspectiva de género, en la formación de los estudiantes de todas las
especialidades, principalmente en la carrera de Derecho, a fin de garantizar que los futuros
profesionales apliquen estos conocimientos en la investigación y resolución de casos.

Quinto: Que, en los centros de emergencia mujer deberán tener un profesional capacitado para
brindar tratamiento psicológico a las víctimas y que este sea más accesible, además de brindar
asesoría permanente en todo el proceso que debe atravesar la víctima, asimismo deberán insertar
a las víctimas en una actividad económica para que ya no dependan emocionalmente ni
económicamente del agresor.

Sexto: Que, en el sector tratamiento salud de las víctimas, en los casos de violencia familiar, las
víctimas tienen hijos menores de edad. De acuerdo a diversos estudios, el impacto de la violencia
se da en todos los miembros de la familia entre ellos de más cuidado en los niños y niñas involucra
un riesgo en su ideal de vida, en consecuencia, por ello es ineludible contar con estrategias
públicas orientadas en la recuperación de la salud integral oportuna de las víctimas entre ellos los
y las menores de edad, a fin de evitar la repetición de estos patrones de violencia. Asimismo, en

112
este sector debe haber una mayor participación de los profesionales psicológicos de los sectores
que están facultados para emitir pronunciamientos de acuerdo a la Ley 30364, como es el sector
salud y los centros de emergencia mujer, por ello en este aspecto es requerible un presupuesto
por parte del gobierno en las instancias correspondientes (Medicina Legal) para la contratación de
más personal (Psicólogos).

113
114
115
116
117
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123
ANEXOS

ANEXO 1

124
oblema Principal Objetivo General Hipótesis General CONCLUSIONES

n qué medida se da la Determinar de qué forma se da la Es probable que una mayor PRIMERA: Se analizó la ley
punidad del agresor por impunidad por maltrato psicológico, sanción penal evitara la 30364 “ley para prevenir y
olencia psicológica, en las y como este viene afectando a las impunidad por violencia erradicar la violencia contra la
ctimas de violencia familiar víctimas de violencia familiar, psicológica, lo cual generara mujer y integrantes del núcleo
y 30364 Arequipa-2018? Arequipa 2018. mayor protección a las víctimas familiar” así como su respectivo
de violencia familiar. reglamento para determinar en
que casos se da esta impunidad
del agresor por violencia
psicológica
oblemas Secundarios Objetivos Específicos Hipótesis Secundario

125
or qué la falta de celeridad Identificar de qué forma la falta de Es probable que un mayor SEGUNDA: Se determinó la
l protocolo de pericia celeridad de las pericias insuficiencia que presenta el
cológica, viene obstruyendo psicológicas, viene obstruyendo las cumplimiento de la celeridad estado peruano y sus
denuncias por maltrato denuncias de violencia psicológica. de las pericias psicológicas, respectivos organismos que
cológico? imparten justicia empezando
generara menos archivamiento con el poder judicial y
ministerio público. Ya que
de denuncias por violencia debido a una falta de
psicológica. presupuesto y material
humano es que no se pueden
realizar acabo adecuadamente
los protocolos de pericia
psicológica y el tratamiento a
Cómo el deficiente Determinar como el deficiente Es probable que cuanto más las víctimas de este tipo de
tamiento en las víctimas por tratamiento de las víctimas por violencia invisible pero muy
lencia psicológica, afecta la violencia psicológica, viene eficiente sea el tratamiento de predominante en nuestra
ención en la salud integral de afectando en la atención de la sociedad
las víctimas por violencia
personas agredidas. salud integral de las personas
agredidas. psicológica, más efectiva será
la atención en la salud integral
de las personas agredidas.

126
127
Fuente: RICHARD OSWALDO QUISPE TINTA (2018) LA IMPUNIDAD DEL AGRESOR POR
VIOLENCIA PSICOLÓGICA EN VICTIMAS DE VIOLENCIA FAMILIAR EN EL AMBITO DE LA
LEY 30364 . Tesis presentada para optar el Título Profesional de Abogado. UAP-Filial Arequipa.

128
ANEXO 2

CUESTIONARIO

1.- ¿Considera Ud. la denigración como una forma de violencia psicológica?

SI NO

2.- ¿Considera Ud. el insulto como una forma de agresión psicológica?

SI NO

3.- ¿Cree Ud. Que la falta de profesionales en pericia psicológica obstaculiza que las victimas alcance
protección judicial?

SI NO

4.-¿Considera Ud. Que la impunidad por violencia psicológica es actual en nuestra sociedad?

SI NO

5.- ¿Considera Ud. que las autoridades desprotegen a las víctimas de violencia psicológica?

SI NO

6.- ¿Sabe Ud. donde puede denunciar si es víctima de violencia psicológica?

SI NO

7.- ¿Podría Ud. indicar si conoce los centros de emergencia mujer (CEM)?

SI NO

8.- ¿Considera Ud. Que alguien con baja autoestima, se pude transformar en alguien que puede ser
maltratado?

129
SI NO

9.- ¿Considera Ud. Que la violencia psicológica es una de las más difíciles de probar?

SI NO

10.- ¿Considera Ud. Que una de las secuelas en las víctimas de violencia familiar es la transformación
de la personalidad?

SI NO

11.- ¿Cree Ud. Que la falta de celeridad en las pericias psicológicas impide la valoración del daño
causado en víctimas de violencia psicológica?

SI NO

12.- ¿Considera Ud. Que la salud integral de las víctimas por violencia psicológica esta desprotegida?

SI NO

130
ANEXO 3

131
132
133

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