PROCESOS DE EJECUCIÓN
Ciclo: VIII
Docente.
URPY GAIL ESPINOZA SILVA
Integrante:
HUARAZ - PERU
2018
LAS NUEVAS CONVOCATORIAS
Pago al ejecutante.- Ahora bien, estamos con un capital obtenido en la subasta pública,
así como, con una liquidación aprobada que se relaciona con los gastos por costos y
costas y, además los intereses legales que son frutos civiles. La forma como debe
llevarse a cabo la ejecución de la resolución que aprueba la liquidación es conforme a
los siguientes presupuestos:
a.- Si la suma recauda cubre el capital más los costos y costas y, los intereses, dicha
cantidad se le entrega al ejecutante y en consecuencia el crédito ha sido pagado, la
obligación ha quedado cumplida.
b.- Si la suma recaudada no cubriese el capital, los costos y costas e intereses, se pagan
los costos y costas e intereses y después el capital, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo mil doscientos cincuenta y siete del Código Civil, es el caso de la imputación
al pago.
c.- Si son varios los ejecutantes con derechos distintos; el producto del remanente se
distribuirá en atención al derecho respectivo de cada uno, previa resolución motivada
por el Juez.
d.- Si con la suma recaudada se cubren, los gastos por costos, costas, intereses y capital,
el saldo quedará a disposición del ejecutado en su condición de deudor.
Los autores argentinos SIBURU y FERNÁNDEZ, sostienen que cada puja constituye
una aceptación de la oferta del vendedor. Se produce, entonces, el acuerdo de
voluntades que concluye el contrato entre vendedor y comprador; pero sujeto a la
condición resolutoria de que no se ofrezca una suma mayor. Con cada puja se forma un
contrato de compraventa, que se resuelve o consolida según se haga o no una nueva y
mayor puja por otros oferentes.
Para DEMOGUE, en cambio, no hay tales contratos bajo condición resolutoria con cada
puja. Para él las cosas son de otra manera.
El rematador hace una propuesta de contrato. Ella se reputa aceptada por aquél que
ofrece el último precio, pero éste queda obligado por su oferta recién cuando el
rematador acepta el precio ofrecido.
Las pujas se extinguen desde que una puja superior es emitida o cuando se suspende el
remate sin que se pronuncie la adjudicación.
Fuera de esos casos, conforme al carácter ordinario de la oferta, la postura es
irrevocable; pero el contrato no se forma sino con la adjudicación pronunciada y ello
sucede con la caída del martillo.
Nosotros consideramos que el rematador ofrece un bien en venta, con un elemento sin
fijar: el precio. Cada oferente ofrece un precio; pero con ello no se perfecciona la
compraventa pues falta que el rematador acepte ese precio. La compraventa se
perfecciona cuando el rematador acepta el precio propuesto por el último o mejor
postor.
Sobre este tema transcribimos pasajes de una consulta de HURVICH, respecto al remate
judicial.
El plazo dentro del cual los peritos deberán cumplir con su dictamen, bajo
apercibimiento de ser subrogados sin perjuicio de una multa no mayor de cuatro
unidades de referencia procesal. Sin embargo, de conformidad con lo que señala el
artículo setecientos veintinueve, la tasación no será necesaria si las partes en el
documento de la constitución de garantía convinieron en un valor especial en caso de
ejecución forzada. No obstante el Juez de oficio o, a pedido de parte puede disponer
una nueva tasación de los bienes si considera que la tasación que contiene el documento
de la garantía está desnaturalizada como resultado de una economía inestable, generada
por alguna circunstancia política o inestabilidad económica.
La convocatoria del remate: Esta palabra derivada del verbo transitivo convocar, que
significa reunir, acercar y, desde el punto de vista procesal la convocatoria también
significa reunir y acercar personas para vender o transferir bienes en el acto procesal
llamado subasta. El artículo setecientos treinta y uno del Código Adjetivo, precisamente
dice que una vez aprobada la tasación presentada del bien o bienes, en el dictamen a
cargo de los peritos o en todo caso sin necesidad de tasación, el Juez convoca a remate
nombrándose al martillero, que lo designará en el orden y número correlativo del
Registro de Martilleros Judiciales de cada Corte. El martillero nombrado por el Juez
tiene la facultad de llevar a cabo el remate previo señalamiento de lugar, día y hora para
hacer efectivo dicho acto procesal, dentro de la brevedad posible. La subasta la lleva a
cabo el martillero público del bien mueble en el lugar donde está ubicado dicho bien,
pero si el bien a rematarse es un bien inmueble la subasta se lleva a cabo en el local del
juzgado. Sin embargo, ateniéndonos a nuestra realidad nacional se da el caso que en
todas las Cortes no existe Martillero Público por lo tanto la subasta la lleva a cabo el
Juez del proceso en las oficinas del juzgado si el bien es inmueble, pero si fuera mueble
y estuviese fuera de su jurisdicción, por comisión, la efectuará el Juez de su mismo
nivel y jerarquía. En cuanto a los honorarios del martillero serán fijados por el Juez,
conforme al arancel establecido en el Reglamento de la Ley del Martillero Público. El
pago será de cargo del comprador del bien en la subasta, tal como lo señala el artículo
setecientos treinta y dos del Código Procesal Civil.
a.- Si el bien a rematarse es inmueble se pondrá un aviso en lugar visible del mismo
bien, así como en el local del Juzgado bajo responsabilidad del Secretario.
b.- Si el bien es mueble se pondrá aviso en el local del juzgado y en el lugar específico
donde se llevará a cabo el remate. Estas exigencias coadyuvan a la publicidad del
remate bajo responsabilidad del secretario, que el remate como acto procesal debe
llevarse a cabo como la ley señala bajo sanción de nulidad. La nulidad se interpondrá
dentro del tercer día de realizado el acto, caso contrario, por aplicación del principio de
la preclusión y de convalidación el acto del remate queda firme e inalterable. La
publicidad del remate no se puede omitir aunque medie renuncia del ejecutado, bajo
sanción de nulidad.
Requisitos esenciales.- La publicidad en los remates, sean judiciales o privados, es el
medio indispensable para asegurar su éxito. La ley comercial dispone que los remates
deban anunciarse con la publicidad necesaria.
Contenido del aviso para el remate.- El remate como acto procesal y por el
principio de la publicidad los avisos tienen sus propios requisitos que deben
cumplirse imperativamente, para los efectos de la eficacia, seriedad y la seguridad
jurídica del acto.
h.- El nombre del Juez y del Secretario del juzgado y la firma de éste. Esta información
vía publicación en el diario de los avisos judiciales del distrito, garantiza además de la
publicidad el cumplimiento de los principios del debido proceso, de vinculación y
formalidad a que se contrae el artículo noveno del título preliminar del Código
Adjetivo.