Anda di halaman 1dari 19

IX Los árabes e Israel

hasta la guerra
de Suez

En el siglo VII de nuestra era, los árabes, unidos por una sola lengua y una sola fe,
salieron en oleadas de la península arábiga y crearon un dilatado imperio que se exten·
día, en el momento de su máximo apogeo, desde los Pirineos, a lo largo del norte de
África, pasando por lo que se llamó más tarde Oriente Medio y hasta el interior del Asia
central. Los sucesores de Mahoma, o califas, no lograron mantener la unidad de este
dominio tan vasto y cada vez más políglota, pero impusieron su religión a pueblos no
árabes, de forma que en el siglo XX había musulmanes bajo la dominación rusa después
de que hubiera dejado de haber árabes bajo el dominio de otros europeos. Este imperio
árabe perdió primero su unidad y luego su independencia, y por espacio de unos 1.000
años los árabes estuvieron sometidos a los kurdos, turcos, británicos y franceses. Pero
jamás perdieron sus lazos -tremendamente poderosos- de un idioma y una fe comunes,
y cuando comenzaron a recuperar su independencia estos lazos sirvieron para reanimar
y dar solidez y consistencia a los sueños de una unidad renovada. El hundimiento del
imperio otomano en Asia en 1918 ofreció a sus súbditos árabes unas perspectivas com·
pletamente distintas de las ofrecidas, por la más gradual retirada de este mismo imperio
en Europa, a los cristianos de los Balcanes, racial y lingüísticamente divididos.
Pero en 1919, los árabes se sintieron defraudados. El imperio otomano fue prácti-
camente repartido entre británicos {que ya poseían Egipto y Chipre) y franceses, y uno
de los efectos de esta balcanización de Oriente Medio fue favorecer particularismos
árabes independientes {el sirio, el iraquí, el jordano, etc.) y enemistades dinásticas a
expensas de la unidad árabe. El mundo árabe estuvo más unido bajo el dominio turco
que sin él. Los nuevos dirigentes de Occidente, atraídos por la política internacional y
por el petróleo a volver al escenario de sus aventuras de cruzada, se convirtieron en
obstáculos para la unidad e independencia árabes, particularmente por los efectos
demoledores de su abrumador poderío sobre la voluntad árabe de luchar por esas aspi·
raciones; fue necesaria la Segunda Guerra Mundial pata expulsar a los occidentales. El
dominio francés fue eliminado por los británicos cuando las autoridades francesas en
Siria y Líbano se declararon a favor de Vichy; el dominio británico, por otra parte, se

319
mantuvo e incluso se fortaleció temporalmente, a pesar de las poderosas corrientes
antibritánicas en Egipto y de un intento de golpe de Estado pro germánico en lrak en
1941 por parte de Rashid Ali el-Gailani. La velada ocupación del vecino Irán por
Gran Bretaña y la URSS no supuso inmediatamente una afrenta para los árabes. Cuan-
do acabó la guerra los británicos fueron, pues, el único blanco superviviente del
'·-·-¡ nacionalismo árabe, cuya cólera se vio agudizada no sólo por el hecho de estar con-
\ \ centrada en un solo enemigo, sino también por la administración británica del man-
---'\
....

:J
( dato en Palestina, donde, como consecuencia del respaldo de Gran Bretaña, en 1917,
....
i i ¡- a la aspiración sionista de una Patria Nacional Judía (la Declaración Balfour), se había
\ \ .r \. -.
\ . / ido progresivamente arraigando y afianzando una nueva comunidad no árabe y no
1.
\
-·, .- -i/IJJ musulmana, que reivindicaba el derecho a ser no ya una patria sino un Estado.
''\
I Q Enfrentados con este poderoso y tenaz residuo de los siglos imperialistas y con la
o~
. r ./
nueva y vigorosa amenaza del sionismo, los árabes se encontraron excepcionalmente
(
/1- - -
G:¿
IJJ o::
divididos entre sí.
i
{
i z ~~ Los monarcas reinantes, saudí y hachemita, estaban divididos por rivalidades
heredadas; y lo que era más importante aún, existía un litigio entre un viejo orden,
i\ e: -~ ~ en gran parte monárquico y tradicionalista en sus puntos de vista sobre sociedad y
•ro
.....
\ Q) religión, y un orden nuevo, cuyos orígenes estaban en los movimientos intelectuales
'" ..e: árabes del siglo XIX, que aspiraba a modemizar el pensamiento y las formas religiosas
~ y políticas, y a reducir las enormes diferencias entre el estilo de vida de los muy ricos
ID

y de los muy pobres. Esta nueva valoración produjo dentro del mundo árabe inevita-
bles conflictos y tensiones internas que debilitaron su capacidad para expulsar a los
británicos o derrotar a los judíos. Los británicos pudieron, pues, emprender la retira-
da a su propio ritmo, que fue lento; y los judíos crearon su Estado de Israel.

LA CREACIÓN DE ISRAEL

Los británicos se habían esforzado durante una generación entera por reconciliar
\
los compromisos asumidos con judíos, por un lado, y con árabes, por otro (compromi-
sos estos últimos reforzados por el deseo de Gran Bretaña de mantener buenas relacio-
nes con los estados árabes productores de petróleo y de conservar bases en el mundo
árabe), pero unos y otros eran irreconciliables y el intento de encontrar una fom1a de
hacerlos compatibles fue dando paso imperceptiblemente a una evasión de las dificul-
i
i tades imperantes más fastidiosas hasta que en 1948 abandonó toda responsabilidad de
i mandatario. En un momento determinado, Gran Bretaña intentó la solución del
i -~ reparto. La Comisión Peel propuso (1937) una división tripartita, con la creaci6n de
i o::
i un Estado árabe y otro judío, dejando a Gran Bretaña un mandato sobre una reducida
-·- - -·-·-·-·- -·- _¡_ --"-: zona que incluiría los Santos Lugares de Jerusalén y Belén, con acceso al Mediterrá-
7- -.. - -·-.1
. neo. Pero examinado más detenida y atentamente, este plan resultó ser inaplicable, y
I -. Gran Bretaña, obligada a tomar partido ante la amenaza de una inminente guerra en
/ .....
/ "'-.)
Europa, optó por los árabes y se comprometió, mediante el Libro Blanco de 1939, a
i mantener al elemento judío de la población de Palestina en una proporción de un ter-
/
I cio del total (desde 1919 había aumentado del 10% a casi el 30%), y de esa forma, a
/
detener la inmigración judía después de que otros 75.000 judíos hubiesen sido admiti-
9.1. El Oliente Medio. dos. Así, Hitler desvió hacia Gran Bretaña el oprobio de negar el asilo a los judíos ale-
manes perseguidos porque la inminencia de una guerra contra Alemania hizo a los bri-
/ tánicos todavía más sensibles a la necesidad de la amistad árabe: la estrategia global y
/
/ Cll la estrategia petrolífera fueron las que dictaron los términos del Libro Blanco.
/! Da~asco Después del Libro Blanco de 1939, los sionistas habían desviado sus principales
Zona de ... ~ , ..... esfuerzos de Gran Bretaña a Estados Unidos, abandonando la esperanza de conseguir sus
/ !'J< /
propósitos mediante la persuasión de Londres para emprender, por el contrario, uha polí-
....... /,.\SIRIA tica activamente anti británica que sería financiada (tras la guerra) con dinero estado-
....... ~- \
~ unidense. Durante la contienda, la eficacia política del sionismo se incrementó enor·
,..... ·Altos del memente en Estados Unidos, y la causa sionista fue abrazada por los dos estadounidenses
,,,__.::.'" Golán
MAR más poderosos de los años cuarenta, Franklin n Roosevelt y Harry S. Truman. Al mis·
MEDITERRÁNEO ..........·..·:·......j mo tiempo, otros americanos comenzaban a sentir los viejos alicientes del petróleo y de
f 1 la estrategia, con el resultado de que Estados Unidos, medio sin saberlo y desde luego sin
f i quererlo, se 1~ncontró en la misma situación que Gran Bretaña. Inicialmente y a causa
l ¡
Tel Aviv :.:::·........ ~! •
Amman
del sionismo, la implicación esdadounidense en este asunto enfrentó a Estados Unidos
......:y· . 1 y a Gran Bretaña. La primordial preocupación estadounidense era persuadir al Reino
Gaza e·: J erlf"'ª en / Unido de que admitiese a los judíos en Palestina tan generosa y rápidamente como
( . . . C::. . . /·1 fuera posible. En la presunción, más o menos verificable, de que unos 100.000 judíos
. \" ¡5 habían sobrevivido al holocausto nazi, Estados Unidos aprobó la petición de David Ben
Gurión, formulada en agosto de 1945, para que se facilitase ese mismo número de
\ i permisos de entrada. Tanto Churchill como Attlee, ambos hombres de generosa dispo-
1 /
\ I sición y probadas simpatías hacia la causa sionista, deseaban hacer algo en favor de los
\ i JORDANIA infortunados supervivientes y esperaban -lo cual no era incompatible- obtener al
······ \ i
\ i mismo tiempo el apoyo estadounidense al conjunto de la política británica en Oriente
\ j Medio. Pero esta cooperación no había de producirse. Los estadounidenses deseaban
1 i ayudar a los judíos pero sin verse complicados en posiciones británicas de naturaleza
\ I
\ i I sospechosamente imperialista (desde el punto de vista estadounidense, los británicos
\ i I
I
sólo llegaron a ser respetables aliados en estos lugares en función de una amenaza sovié-
Eilat ~1 A d / tica en un contexto de guerra fría); no fueron capaces de apreciar el verdadero alcance
Sinaí • qa a /
/ de las dificultades de Gran Bretaña en Palestina teniendo en cuenta la cesión del poder
/

-·~
/
en la India en 194 7 y el desafío, en 1948, a la posición occidental en Berlín; y acepta·
EGIPTO
ron sin críticas las acusaciones de antisemitismo que se lanzaron contra el nuevo minis·
tro de Asuntos Exteriores británico, Ernest Bevin, y que el propio estadista contribuyó
a promover en no poca medida.
ARABIA SAUDI La campaña para conseguir que Gran Bretaña expidiese los 100.000 permisos de
entrada fue considerada en Londres como una extravagancia basada en la irresponsabi-
lidad y la ignorancia, e inspirada en m,otivos ocultos. El apoyo estadounidense .a la cam-

()º~
O 100 km paña se tomó como una ofensa, especialmente cuando los judíos se entregaron al terro-
Islas rismo en Palestina, como una parte de ellos hizo inmediatamente después de finalizar la
Sharm liran
guerra. De todos modos, el gobierno británico optó por un enfoque conjunto angloesta-
El Sheikh
dounidense del problema y en octubre de 1945, un comité de seis británicos y seis ame-
.. · '. .... Avance israelí
ricanos hizo sondeos en Palestina, en cinco estados árabes y en los campos de concen-
1975
tración europeos en los que se hayaban internados a la espera los supervivientes del
nazismo. Su informe, publicado en abril de 1946, confirmaba la estimación de los
I' ~ 1 Territorio ocupado 100.000 judíos sin hogar en Europa, y respaldaba la petición para su inmediata admisión
en Palestina; al mismo tiempo, rechazaba la división de la zona, recomendaba la conti·
nuidad del mandato británico y, además de propugnar una masiva inmigración judía,
9.2. Israel y sus vecinos. proponía la abolición de las limitaciones existentes para la compra de tierra por parte de
los judíos. El comité esperaba haber podido elaborar un aceptable acuerdo global con

322 323
concesiones mutuas, pero Truman aceptó solo la petición de los 100.000 permisos de ridícula (tres sectores árabes y tres judíos vinculados por una especie de unión econó-
entrada y los árabes y el gobierno británico rechazaron las propuestas en su conjunto. La mica, con una tutela internacional sobre Jerusalén), afirmaron que se irían.
aparición del informe del comité coincidió con un ataque terrorista judío en Tel Aviv El plan del Unscop fue aprobado con modificaciones por la ONU en noviembre.
que parecía no tener otro fin que el asesinato, cuyo resultado fue la muerte de siete per- Fue aceptado con recelo por los judíos y rechazado por los árabes. Poco importaba,
sonas. Este ataque provocó el contraterrorismo por parte británica, que era indicativo de puesto que la cuestión iba a decidirse mediante una guerra y no mediante la nego-
que la sangre fría y el aplomo británico estaban empezando a fallar en Palestina en la ciación. La lucha comenzó en seguida, con el intento por parte de los judíos de hacer-·
misma medida en que comenzaban a resquebrajarse su serenidad y su paciencia en el se con el control de los sectores que les habían asignado. Hubo también desórdenes
Whitehall. Mientras que por lo general se seguía creyendo que las atrocidades ju· en ciudades árabes. Los británicos se sintieron impotentes y perdieron incluso su
días eran obra aislada de comandos especiales (el grupo Stem y la organización lrgún reputación de imparcialidad que ellos consideraban como una de sus especiales apor·
Zewa í Leumí), llevadas a cabo sin la aprobación de la principal fuerza de defensa judía raciones a la moral política. El 11 de diciembre declararon que renunciarían al man-
(Haganá) ni de los órganos políticos acreditados (la Agencia Judía y las organizaciones dato el 15 de mayo de 1948. La lucha se agudizó. Los judíos se las arreglaron para
sionistas), lo cierto es que existían ya pruebas de que esto no era así y de que las autori- obtener, en cantidades considerables, armas con las que hacer frente a la esperada
dades británicm: se enfrentaban a un intento nacionalista concertado para coaccionar· invasión de los ejércitos regulares de los estados árabes vecinos. En abril de 1948 rea-
las o expulsarlm;. El alcance de la violencia que iba a desencadenarse se puso de mani- lizaron una masacre en Deir Yasin que puso en marcha un éxodo de refugiados que
fiesto en junio de 1946 cuando una parte del hotel King David de Jerusalén voló por los iba a constituir, con su progenie aún por nacer, uno de los puntos de fricción más
aires 'y a raíz de la explosión murieron indiscriminadamente noventa y una personas. amargos entre árabes y judíos y uno de los espectáculos humanos más tristes de todos
Después del rechazo por parte de Gran Bretaña del iriforme elaborado por el comi- los tiempos. Ciento cincuenta mil habían huido a finales de mes, y más de medio
té angloestadounidense, renació y cobró nuevo impulso la idea de la división. El emba- millón antes de finalizar el año. Entonces y posteriormente, la propaganda árabe sacó
jador de Estados Unidos, Henry Grady, y el ministro británico de Asuntos Exteriores, el mayor provecho de esta historia, mientras que un telegrama de condolencia de Ben
Hebert Morrison, presentaron en julio un plan en favor de la creación de dos provin- Gurión al rey Abdullah de Jordania pasó y permaneció prácticamente inadvertido.
cias autónomas aunque no soberanas, y de la expedición de 100.000 permisos al aijo El último funcionario británico abandonó Palestina el 14 de mayo de 1948. El Esta-
tras el establecimiento de este Estado híbrido. Truman rechazó el plan y a continua- do de Israel fue proclamado conmovedoramente por Ben Gurión, que se convirtió en
ción el gobierno británico recurrió al expediente de convocar una conferencia de mesa su primer ministro y en su encamación e inspiración. Chaim Weizmann, el veterano
redonda, pero los judíos se negaron a comprometerse a todo lo que no fuesen discu- líder del sionismo que gozaba de respecto mundialmente, se convirtió en el primer ~re·
siones bilaterales con los británicos. Esta vez no hubo participación estadounidense y sidente a pesar del hecho de que, en el mes de diciembre anterior, el XXII Congreso
la reiteración de Truman de su apoyo a los 100.000 permisos durante su campaña por sionista celebrado en Basilea había señalado el fin de su influencia e incluso le había
la presidencia no supuso una ayuda. Las discusiones, a pesar de todo, continuaron.espo· hecho objeto de ciertas descortesías. Truman reconoció .inmediatamente al nuevo
rádicamente entre septiembre de 1946 y febrero de 1947. No llegaron a resultado algu· Estado y lo mismo hizo muy pronto Stalin. En sus primeros años, Israel estuvo más en
no. La realidad de la situación se reflejó en un creciente terrorismo y en la ejecución deuda con la URSS, por su ayuda práctica, que con Estados Unidos, pero pronto obser-
en la horca del joven judío Don Gruner, primera víctima de la exasperación británica. vó que éstos ofrecían más dinero y armas y, aproximadamente desde 1~50, la alianza
En febrero de 1947, Gran Bretaña anunció que el problema, y posiblemente tam· con Estados Unidos se convirtió en la tabla de salvación del nuevo país. Durante esos
bién el territorio (aunque esto no quedó claro) iba a ser transferido a las Naciones Uni· años, Israel estableció una alianza igualmente duradera, si bien menos crucial, con
das. En mayo, una sesión especial de la Asamblea General creaba el Unscop (Comité Irán, que dio asilo a los judíos procedentes de Irak a finales de la década de 1950. Esta
especial de las Naciones Unidas sobre Palestina) y sus once miembros se dirigieron alianza se fortaleció en los años siguientes con vínculos comerciales e intercambio de
hacia Jerusalén. Mientras se encontraban allí, y posiblemente porque estaban allí, inteligencia militar y, sobreviviendo a la caída del sha, contribuyó a la resistencia de
4.554 refugiados a bordo del Exodus 1947 llegaron a Haifa después de haber sido reco- Jomeini al ataque de Irak sobre Irán de 1980. El punto de unión lo constituyó la hos-
gidos por la Agencia Judía en Sete, en el sur de Francia, y de haber sido provistos de tilidad contra los árabes, la cual había sido un tema persistente en la historia de Irán y
documentos para su viaje hasta Colombia. A estos juguetes o instrumentos de la se convirtió en un factor determinante en la lucha de Israel por la supervivencia.
maniobra sionista las autoridades británicas les negaron el permiso de desembarco y En 1948, cinco países árabes atacaron Israel, pero la rapidez de su acción no impli-
hubieron de regresar en barco a Sete de donde, al serles nuevamente denegado el per- caba eficacia ni entusiasmo por la misma; los sirios no hicieron mucho, y los libane-
miso para desembarcar, fueron dirigidos con horrible insensibilidad a un puerto ale- ses menos; los iraquíes se retiraron pronto y los egipcios llegaron tarde; la defensa
mán. En julio, el número de víctimas inocentes que sufrían un inmerecido calvario se judía de Jerusalén, que frustró los planes de los jordanos, se combinó con la falta de
incrementó dramáticamente cuando dos sargentos británicos fueron colgados por un coordinación árabe para dar la victoria a los israelíes. La ONU intervino con la desig·
comando Irgún. Incapaces de resolver su problema, o de mantener el orden, o incluso nación del conde sueco Folke Bemadotte como mediador. Consiguió que se pactara
de defenderse, los británicos estaban ahora más que dispuestos a marcharse. Cuando el una tregua que duró del 11 de junio al 9 de julio, cuando se entabló de nuevo una
Unscop aprobó por mayoría y presentó un nuevo plan de división de una complejidad lucha en la que los israelíes alcanzaron una victoria decisiva. Bemadotte fue asesina·
do el 17 de septiembre por la banda de Stern; le sucedió un funcionario de la ONU,

324 325
el estadounidense Ralph Bunche. Los israelíes obtuvieron más éxitos después de que ron congregarse y mantenerse reunidos gracias al poder unificador de un renacimiento
la lucha se renovara en octubre, pero a finales de año la guerra prácticamente había hebreo y gracias a una comunidad de raza y de esperanza (aunque no de religión, pues-
acabado, Palestina y el propio .Jerusalén se habían dividido por la fuerza de las armas, to que la religión judía significaba poco para muchos ciudadanos israelíes). La Ley sobre
y durante la primera mitad de 1949 se firmaron armisticios entre Israel y cuatro de los el Retomo de 1950 dio a todos los judíos el derecho de emigrar a Israel. La Ley de Ciu·
invasores (Irak fue el quinto ausente). En la segunda fase de la lucha, Israel se había dadanía de 1952, sin embargo, les concedió ciudadanía judía, no israelí, y a los árabes
consolidado como Estado soberano derrotando a los palestinos y a los ejércitos regu- residentes en Israel se les designó como personas con nacionalidad árabe, no como ciu-
lares árabes, y estaba dispuesto a mantener sus logros. dadanos israelíes. Estos árabes sufrieron ciertas desventajas: por ejemplo, en la adquisi-
Exceptuando a los palestinos, los árabes nunca se sintieron muy atraídos por la ción y propiedad de tierras. Israel dependía de la ayuda extranjera, y la recibió, en gran·
guerra con Israel. Estaban dispuestos a aceptar un Estado israelí, pero Ben Gurión y des cantidades, de los judíos estadounidenses y de otros países y, a modo de reparación,
otros líderes israelíes, más intransigentes, pusieron su fe en la dominación militar. de la República Federal de Alemania; y su vida como país estaba condicionada por la
Durante la guerra, Ben Gurión reprendió a sus generales por no expulsar a más pales- hostilidad de los árabes, que se negaron a aceptar su existencia e insistían en que, dado
tinos de Palestina, y durante 1948-1950 la propiedad palestina fue sistemáticamente que era un subterfugio imperialista para el mantenimiento del poder angl6estadouni-
destruida y se expulsó o, según la terminología sionista, trasladó a 700.000 palestinos. dense en Oriente Medio, era necesario destruirlo. Adoptó, a pesar de sus dificultades
Cuando el rey Farouk de Egipto intentó abrir negociaciones, durante la guerra, Ben económicas y militares, una forma de gobierno básicamente democrática. Hacia el
Gurión las rechazó y cuando, después de hacerse con el poder en Siria, en 1949, Hus- exterior, sin embargo, estableció una política, forjada por sus victorias y su continua
ni Zaim ofreció la paz, junto con una alianza y viviendas en Siria para 300.000 pales- precariedad, que solamente permitía asegurar la perspectiva de nuevas victorias.
tinos, Ben Gurión, que acertadamente consideraba a Zaim inestable, no respondió ni Para defender sus fronteras contraatacó con las unidades especiales mandadas (inicial-
intentó obtener estas propuestas con los sucesores de Zaim. (Israel hizo caso omiso de mente) por el general Ariel Sharon cualquier ataque, grande o pequeño, de manera
posteriores intentos de acercamiento del bando árabe, incÍuida la OLP; durante los rápida, contundente y a menudo indiscriminada. Esta escalada de la violencia fue
años setenta, y Estados Unidos los desdeñó.) Pero la beligerancia israelí no consigui~ "' eficaz a corto plazo pero a costa de agudizar la psicología agresiva del nuevo país, pro-
sus objetivos, a corto o largo plazo, de obtener una paz formal con seguridad y reco- vocar la reacción árabe, y prolongar una cadena de operaciones ofensivas y defensivas
nocimiento. Los árabes, profundamente humillados y justamente preocupados por los contra enemigos cada vez más endurecidos. El hecho de que estas operaciones se lan-
refugiados palestinos, se negaron a firmar la paz con Israel o a reconocer su existen- zaran contra países árabes, ayudó a oscurecer el problema básico de los palestinos, que
cia, y continuaron la guerra por medios económicos: principalmente cerrando el carecían de Estado.
canal de Suez a la navegación israelí y a las mercancías que tuvieran Israel como pro-
cedencia o destino. El Consejo de Seguridad condenó infructuosamente esta acción
y declaró, también sin resultados, que Israel debía readmitir o compensar a los refu- NASSER Y LA REVOLUCIÓN
giados. Dado que estos refugiados superaban en número a los judíos establecidos en
Palestina, los israelíes argumentaron con lógica que no se podía esperar de ellos que Para los árabes nada de esto era admirable. Que los judíos hubiesen sufrido a
los readmitieran mientras las naciones árabes en su conjunto proclamaban su inten- manos de los cristianos europeos a lo largo de los tiempos parecía una ra,zón de poco
ción de eliminar a Israel. Los propios árabes tomaron pocas medidas para integrar a peso para permitirles expropiar una parte del mundo árabe y expulsar de ella a un
los palestinos, ya que, desde el punto de vista político, la principal fuerza de un refu- millón de musulmanes.
giado estaba en su condición de tal y en las dificultades que ello le provocaba. De El fracaso de los ejércitos de cinco estados árabes por no haber podido evitar el esta·
700.000 en 1949, su número ascendió, por causas naturales, a más de 1.250.000. blecimiento de Israel era una humillación que sólo podía aplacarse volviéndose, por
La creación del Estado de Israel fue un fenómeno político de lo más extraordinario. una parte, contra los líderes que tan visiblemente habían fracasado y declarando, por
El nacimiento de Israel fue resultado del tenaz recuerdo de un pueblo perseguido, cuyas otra parte, que el veredicto de 1948 era sólo provisional y que se revocaría más ade-
desventuras en diversas partes del mundo les habían imbuido de un enorme entusias- lante. Aquellos -generalmente personas no implicadas directamente- que pensaban
mo por las palabras de sus libros sagrados; fue resultado tambien de los atroces críme- que el tiempo curaría las heridas o al menos limaría las asperezas de este conflicto,
nes que, ante los ojos de Europa y del mundo entero, se habían perpetrado contra la tuvieron que retroceder hacia una visión más pesimista a medida que la propaganda
comunidad judía europea; y fue asimismo resultado de los tremendos esfuerzos de des- árabe promovida oficialmente se lanzó a un antisionismo virulento y a medida que la
tacados judíos que trabajaron con vigor e inteligencia por capturar un trozo de territo· nueva generación de los campos de refugiados comenzó a ser conscientemente ali-
rio que no les pertenecía, y que probablemente no hubieran conseguido de no haber mentada de sueños de un regreso a Palestina tras una guerra en la que se conseguiría
creído que su fin era de los que justifica cualquier medio y de no haber gozado de las una gloriosa victoria que borraría a Israel del mapa. El nacionalismo y el extremismo
ventajas de actuar bajo el manto protector de Gran Bretaña. El Estado que fundaron sionista tenían su equivalente en el nacionalismo y el extremismo árabes. Aunque la
era casi tan excepcional como sus orígenes. Al adoptar el principio de que el acceso al situación permaneció congelada por factores externos -en particular por la Declara-
mismo debía estar abierto a todos los judíos de cualquier lugar, se convirtió en un ción Tripartita de 1950 en virtud de la cual Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia
mosaico de lenguas y culturas, y de saberes y habilidades técnicas sin igual, que pudie· se comprometían a mantener un equilibrio de armamento entre árabes y judíos y a

326 327
consultarse sobre cualquier infracción fronteriza- las actitudes básicas dentro del área taron de ganarse la amistad de Turquía (sin éxito hasta 1944, fecha en la que Turquía
de conflicto variaron poco, o más bien nada. Lo que sí hubo como consecuencia de la rompió las relaciones con el Eje, entrando en la guerra en febrero del año siguiente);
guerra de 1948 fueron cambios de poder en los estados árabes más inmediatamente también impusieron al rey Farouk el nombramiento del pro británico Nahas Pasha como
implicados. La derrota de 1948 aceleró la caída de algunos antiguos regímenes. En primer ministro. Nahas esperaba que, a cambio, al finalizar la guerra, los británicos libe-
Siria, Husni Zaim asumió el poder en marzo de 1949 y lo conservó durante unos meses rarían a Egipto de sus cadenas y le concederían por fin la independencia que habían pro-
antes de ser derrocado por Sami al-Hinnawi, que, a su vez, fue derrocado al cabo de metido más de sesenta veces desde 1881, pero el rey, que prefirió arriesgarse en vez de
pocos meses por Adib Shishakli, que gobernó hasta febrero de 1954. En julio de 1951, esperar a ver qué pasaba, destituyó a Nahas en octubre de 1944.
Abdullah, que había transformado su emirato de Transjordania en el reino de Jorda- Aproximadamente por entonces, Eden preparaba una posición posbélica para Gran
nia, fue asesinado a la entrada de la mezquita de El Aqsa en Jerusalén. Más significati- Bretaña en Oriente Medio, basada en una asociación de estados árabes pro británicos.
vamente todavía, en el mes de julio del año siguiente, la monarquía egipcia fue derro- Eden alentó al inveteradamente pro británico Nuri es-Said, primer ministro de Irak, a
cada por jefes militares que sentían un amargo rencor por la falta de preparación e resucitar el concepto del Creciente Fértil como una unidad política cuya capital fuera
ineptitud con que se habían llevado a cabo las operaciones de su país en 1948 y envia- Bagdad y que abarcase a las comunidades autónomas sionistas y cristiana maronita.
ban ahora al exilio al último representante de la línea de Mohamed Ali. Eden promovió también una Liga Árabe pro británica pero, en septiembre de 1944,
El líder nominal de la revolución egipcia de 1952 era el general Mohamed Naguib, Egipto, junto con Irak, Siria, Líbano y Transjordania, concertaron en Alejandría el lla-
pero<:![ verdadero líder era el coronel Gama! Abdel Nasser, que se convirtió en pri- mado Protocolo de Alejandría que precedió al tratado de marzo de 1945 en virtud del
Ii1er ministro en abril de 1954 y suplantó a Naguib como presidente de la nueva repú- cual estos cinco estados, además de Arabia Saudí y Yemen, constituyeron la Liga
blica unos meses después. Nasser era un hombre joven, de treinta y seis años, que Árabe: esta liga más amplia no era la liga diseñada por Gran Bretaña. Desde el princi-
había hecho carrera en el ejército desde unos orígenes que podrían denominarse de pio, Egipto fue con mucho su miembro más importante por su mayor población, su
clase media baja. Contaba con el ímpetu y la indignación necesarios para convertir- modernización y adelantos, y por la influencia que irradiaba desde las universidades de
se en un revolucionario nacionalista, pero poseía asimismo las cualidades de la sere- El Cairo, las imprentas y la radio. Pero los intereses británicos y egipcios en la Liga
nidad, la astucia y el humor, que mantienen al revolucionario en sus cabales una vez Árabe estaban fatalmente enfrentados. Para Gran Bretaña, la Liga debía ser una alia-
conseguido el éxito. Era también lo suficientemente despierto para mantenerse más o da y un pilar de apoyo. Sin embargo, Egipto -obsesionado con la persistente ocupación
menos al corriente de los problemas con que debía enfrentarse cuando se le requería, británica, no sólo de la Zona del Canal, sino también de las posiciones de El Cairo y
como cabeza del más importante de los países árabes, para elaborar y ejecutar medi- Alejandría, donde la bandera del Reino Unido (Unión Jack) había sido izada durante
das políticas en el ámbito de los asuntos mundiales. El primero de estos problemas era la guerra- consideraba la Liga como un instrumento antibritánico y no como un sím-
la todavía pendiente cuestión de desembarazarse de los británicos. Además, tenía que bolo de hermandad. La difícil situación de Gran Bretaña en Palestina ayudó a unir a
encontrar su sitio en el mundo árabe, tanto africano como asiático, y tomar partido los árabes en una misma actitud antibritánica que favorecía a Egipto y defraudaba las
en la guerra fría a favor de Occidente, o de los rusos, o ni de unos ni de otros. esperanzas de Eden. (Palestina, o más bien Israel cuando comenzó a existir, también
La ocupación británica de Egipto empezó en 1881 con una expedición cuya misión afectó a la Liga Árabe haciendo que pasara, de ser una organización regional -que, en
era recaudar deudas, pero su verdadero motivo era y siguió siendo estratégico: garantizar opinión de sus miembros, no importaba a nadie salvo a ellos mismos- a ser una alian-
el control del Mediterráneo oriental (amenazado cuando la influencia británica sobre el za de objetivos más amplios y, por consiguiente, de significación internacional.)
gobierno del sultán de Constantinopla se vio desafiada por la influencia alemana), y ase- Después de la guerra, Gran Bretaña se dio cuenta de la necesidad de una revisión
gurar asimismo el control de la ruta a la India y a Oriente, y del Valle del Nilo. Egipto de sus relaciones de tratado con Egipto -y también con Irak y Transjordania-, pero
siguió siendo formalmente una provincia del Imperio otomano bajo el gobierno heredi· no tenía ninguna intención de llevar a cabo un abandono radical de Oriente Medio.
tario de los descendientes de Mohamed Ali, pero, de hecho, en lugar de semiindepen- Sólo lenta y tardíamente fueron las fuerzas británicas evacuadas del delta del Nilo y
diente bajo el poderío turco, pasó a ser semiindependiente bajo el poderío británico. emplazadas en la Zona del Canal. Seguía pareciendo axiomático que Gran Bretaña
Cuando Gran Bretaña y el Imperio otomano entraron en guerra en 1914, la primera de fuese y continuase siendo una potencia de Oriente Medio, después de haber obteni-
estas potencias proclamó un protectorado sobre Egipto que se transformó en 1922, do la victoria en una guerra en la que sus tremendos esfuerzos y tenacidad en esta par-
cediendo a la presión nacionalista, en una relación de tratado. Gran Bretaña obtuvo en te del mundo habían desempeñado un papel de la mayor importancia. Además, su
1936 el derecho a destacar a 10.000 hombres en la zona del canal de Suez por espacio retirada de la India en 1947 habría hecho difícil para el nuevo gobierno laborista bri-
de veinte años, acuerdo que los egipcios consideraron aceptable porque esta base podía tánico, acusado por la oposición de llevar a cabo una política de abandonismo en la
servir para proteger a Egipto contra las ambiciones de Mussolini, que estaba dedicado en India, proponer nuevas abdicaciones sustanciales en Oriente Medio. Pero la posición
este preciso momento a la conquista de Etiopía. Durante la Segunda Guerra Mundial, británica se había debilitado gravemente. Gran Bretaña debía a Egipto 400 millones
Churchill decidió mantener y fortalecer la posición de Gran Bretaña en Oriente Medio. de libras y a Irak 70 millones; y estas deudas eran sólo una parte de las tensiones eco-
Los árabes habían mostrado cierta inclinación pro germánica que amenazaba con con- nómicas, que se vieron intensificadas al ponerse fin bruscamente a la ley estadouni-
ferir a Alemania el dominio de Oriente Medio después de la conquista alemana de los dense de Préstamo y Arriendo (Lend-Lease Act), e iban a obligar muy pronto a Gran
Balcanes y de Creta en 1911. Los británicos ocuparon, pues, Siria, el Líbano e Irán y tra- Bretaña a pedir a Estados Unidos que asumiera las responsabilidades británicas en

328 329
Grecia y Turquía. En 1948, la tensión se agravaría todavía más por el abandono de bien tendrían derecho a volver si cualquier miembro de la Liga Árabe o Turquía era
Palestina y por la necesidad de defender la posición occidental en Berlín mediante el atacado por un enemigo exterior, excepto Israel. Irán no estaba incluida en la cláu·
puente aéreo. Tales fueron las circunstancias en las que Bevin se puso a negociar nue- sula de reversión a pesar de los intentos británicos de que figurara en ella. Este trata·
vos tratados con Egipto, lrak y Transjordania. Obtuvo éxito en seguida en el último do representaba considerables -aunque desde luego sensatas- concesiones por parte
caso ( 1946), pero el rey Abdullah fue muy criticado por permitir a las tropas británi- de Gran Bretaña que eran inadmisibles para un sector del Partido Conservador gober-
cas otros 25 años de ocupación de suelo jordano. Con los gobiernos egipcio e iraquí, nante, pero que fueron aceptadas por el gobierno, en parte por la consideración de
Bevin consiguio también llegar a un acuerdo, pero los proyectos de tratados acepta· que la aparición de la bomba atómica había convertido la base en una trampa mor·
dos por Sidky Pasha para Egipto, y por Salih Jabr para lrak (Tratado de Portsmouth, tal, y en parte -si bien en menor medida- cediendo a las presiones de Estados Unidos
1948) fueron rechazados por sus parlamentos y pueblos respectivos porque no conte· que consideraban que las malas relaciones permanentes entre Gran Bretaña y Egipto
nían la estipulación de una completa evacuación británica. eran un grave impedimento para la política mundial estadounidense en Oriente
Hubo a continuación un período intranquilo e infructuoso al que puso fin en 1951 Medio. Pero para Egipto, el acuerdo de 1954 con Gran Bretaña no constituía un pri·
un enfrentamiento entre dos conceptos opuestos. Por estas fechas, la guerra de Corea mer paso para la alineación con Occidente. Occidente, por otra parte, creyó durante
había comenzado y los aliados occidentales estaban deseosos de crear en Oriente Medio los años 1952-1954 que una mejora de las relaciones con Egipto pasaba por dicha ali-
una alianza antisoviética similar a la OTAN. Con este objeto a la vista, los gobiernos neación. Por consiguiente, las relaciones empeoraron en vez de mejorar.
estadounidense, británico, francés y turco presentaron planes para la creación de una En 1955, el año en que los países neutrales celebraron la Conferencia de Bandung,
Organización de Defensa de Oriente Medio (MEDO) que incluiria Egipto y la base del Egipto optó por la no alineación. La cuestión no surgió en los primeros años de la pos·
canal de Suez; los británicos evacuarían la base pero los aliados, adaptando una idea pre· guerra porque alineación significaba alineación contra los rusos y, por aquel entonces,
sentada por Bevin en otro tiempo, tendrían derecho a volver en ciertos supuestos. Este todavía no existía una presencia soviética en el mundo árabe contra la cual alinearse. Las
plan, cuyas raíces se encontraban en la situación mundial, chocaba con la concepción tradicionales esferas de actividad rusa en Oriente Medio eran los estados no árabes de
egipcia de que una guarnición extranjera en el canal era un símbolo de indignidad, y Turquía e Irán y, en ambos, la URSS había sufrido-y aparentemente aceptado-desaires
puesto que Egipto no actuaba impulsado por un temor a la URSS como el que anima· al final de la guerra; las reivindicaciones de devolución de Kars y Ardahan (perdidas en
ba a Occidente, rechazó la MEDO. Al mismo tiempo y por añadidura, Egipto denunció favor de Turquía en 1921) y de revisión de la Convención de Montreux que regulaba el
en octubre de 1951 el tratado anglo-egipcio de 19.36, al que quedaban todavía cinco tránsito a través de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos no surtieron efecto, mien·
años de vigencia, y emprendió ataques guerrilleros a la Zona del Canal. En enero de tras que los intentos de derrocar el régimen de Irán, respaldando a la república de Azer·
1952, los disturbios antibritánicos en El Cairo ocasionaron graves daños. baiján y fomentando asimismo una tentativa de independencia del Kurdistán, fracasaron
Cuando Naguib y Nasser se hicieron con el poder unos meses más tarde, tuvieron por la inesperada astucia de Qavam es-Sultaneh y las imprevistas reacciones de firmeza
que enfrentarse, pues, no sólo con el tradicional problema de los británicos, cuya ocu· de Estados Unidos y Gran Bretaña. Los rusos no sacaron provecho de su rápido reconoci·
pación del suelo egipcio constituía una permanente afrenta nacional, sino también miento de Israel y parecía que Moscú lo había considerado como un callejón sin salida.
con el nuevo problema creado por el deseo del conjunto de Occidente de inducir a Cuando el plan MEDO fue por consiguiente presentado por primera vez a Egipto,
Egipto a participar en la guerra fría y hacer de la Zon,a del Canal una base y un arse· pareció fuera de lugar y ajeno a los intereses egipcios. Tenía también cierto aspecto
nal anti-soviéticos. Los líderes egipcios estaban impacientes por llegar a un acuerdo vagamente repulsivo. La guerra de Corea, que subyacía en él, fue considerada por la
con Gran Bretaña siempre y cuando pudieran lograr la total evacuación británica, mayor parte de los árabes como un asunto 'que no les incumbía hasta tal punto que
pero tenían ideas menos positivas sobre una asociación cbn Occidente. todos los miembros árabes de las Naciones Unidas excepto lrak se abstuvieron de
En los dos años siguientes a la revolución, Egipto y Gran Bretaña zanjaron sus dife· votar sobre la cuestión en la Asamblea General. El propio Nasser se dejó influir por
rencias pendientes. No comenzaron por la Zona del Canal sino por Sudán, que había Nehru, especialmente tras la visita de este último a El Cairo en agosto 9e 1953 y
sido un condominio anglo-egipcio desde que se reconquistó a los mahdistas en 1899. durante la embajada de K. M. Pannikkar en dicha capital en 1953-1954. Pero el fac·
Egipto deseaba restablecer su unión con Sudán por la vital importancia de las aguas del tor principal en la trayectoria de Nasser hacia el neutralismo y hacia el espíritu de
Nilo y por la antigua perspectiva faraónica de la unidad de todo el valle. Los británicos, Bandug de 1955 le fue proporcionado por las propias potencias occidentales.
que habían sido los gobernantes efectivos de Sudán durante medio siglo, insistieron en
que los sudaneses debían decidir su futuro por sí mismos, y los egipcios, creyendo erró·
neamente que Sudán optaría por la unidad con Egipto, accedieron a ello en febrero de IRAK: EL PACTO DE BAGDAD
1953. En estas circunstancias, Sudán optó por la independencia a pesar (o a causa) de
la propaganda y las presiones egipcias, y se convirtió en un Estado soberano en 1956. En 1954, los estadounidenses estaban suministrando armamento a Turquía y a
Nasser aceptó este primer revés en el terreno internacional con una conformidad prag· Pakistán. Decidieron ayudar a lrak de la misma forma, e integrar a estos países y a Irán
mática que iba a tener que mostrar nuevamente en ocasiones futuras. en una nueva organización antirrusa que se extendiese desde el Bósforo hasta el Indo.
En julio de 1954 se alcanzó acuerdo sobre la Zona del Canal (y se firmó un trata· La inclusión de lrak fue entusiásticamente acogida por Gran Bretaña, que vio despe·
do en octubre) basado en la retirada de los británicos en un plazo de veinte meses, si jado el camino para la obtención de un nuevo tratado con lrak que sustituyese al

330 331
existente, el cual expiraba en 1957 sin que las negociaciones de Bevin con los ami- en el momento en que acababa de morir su otro principal adversario, Ibn Saud, y las
gos de Gran Bretaña lo hubiesen conseguido prorrogar. Pero la inclusión de lrak fue potencias occidentales preparaban su nuevo tratado con lrak. De momento, la oposi-
un error capital. En 1953, Foster Dulles había decidido que no era conveniente tra- ción de los sirios a la familia real iraquí y a sus conexiones con Gran Bretaña, puesta de
tar de lograr que los árabes se uniesen a un frente de guerra fría (la política MEDO) manifiesto en las elecciones de 1954, impidió la consumación de la unión.
y que, en lugar de ello, Occidente debía crear un grupo no árabe de aliados a lo largo El primer paso formal hacia los Pactos de Bagdad fue el tratado del 4 de abril de 1954
de la llamada hilera septentrional de países fronterizos con la URSS. lrak no era un entre Turquía y Pakistán. Fue seguido de acuerdos de ayuda militar estadouniden5e con
miembro necesario de este grupo, puesto que no tenía frontera con la URSS y, en lrak (21 de abril) y Pakistán (10 de mayo). Turquía e lrak firmaron un pacto de ayuda
cualquier caso, era un Estado árabe. Además, la atracción de lrak hacia esta órbita mutua el 24 de febrero de 1955. Éste fue el Pacto de Bagdad propiamente dicho y se
septentrional despertó las más profundas sospechas en El Cairo, tanto a causa de las declaró abierto a todos los miembros de la Liga Árabe y a otros estados interesados en
tensiones existentes entre Egipto e lrak como por considerarse una maniobra extran- la paz y la seguridad en Oriente Medio. Gran Bretaña se adhirió el 5 de abril de 1955 y
jera para quebrantar la unidad del mundo árabe. Los estadounidenses se proponían Pakistán e Irán en septiembre y octubre, respectivamente. Pero ningún otro Estado ára-
armar a lrak (y a Pakistán) contra la URSS, pero Egipto interpretó estos acuerdos be siguió el ejemplo de Nuri de orientarse hacia el campo occidental. Los árabes recha-
como un reforzamiento del flanco iraquí en la política árabe (del mismo modo que la zaron la creencia de Nuri de que la salvación radicaba en la alianza con los viejos ami-
India consideraba el rearme de Pakistán como una amenaza para sí misma en Cache- gos de Occidente, en parte porque, para una generación más joven, Gran Bretaña no
mira). parecía ser un amigo. Siria, al rechazar el pacto, hizo oscilar el paso del mundo árabe
Egipto e lrak defendían diferentes formas de unidad árabe muchb antes de que la hacia El Cairo, alejándolo de Bagdad, y en marzo de 1955 se constituyó una contra-
revolución egipcia de 1952 convirtiese a Egipto en una república socialista en contras- alianza entre Egipto, Siria y Arabia Saudí. Esto suponía una victoria de Nasser sobre
te con la monarquía tradicionalista que estuvo entronizada en lrak hasta 1958. Antes y Nuri y los británicos. También marcaba el final de la mejora de relaciones entre Egipto
después de 1952, los líderes egipcios deseaban serlo de todo e'l mundo árabe y proyecta- y Occidente y el comienzo de violentas polémicas dentro del mundo árabe. Poco des·
ban utilizar la Liga Árabe para este fin; eran conscientes de la natural aspiración de pués de la firma del tratado de marzo de 1955, Nasser emprendió viaje hacia Bandung,
Egipto al liderazgo y se daban cuenta de las ventajas que se derivarían para ellos en sus donde, obedeciendo a la corriente anticolonialista y neutralista imperante entonces, se
tratos con el mundo exterior si Egipto era la cabeza reconocida de una comunidad de censuró a lrak por adherirse al Pacto de Bagdad y a Pakistán por asociarse a la Seato.
países árabes a la vez que un Estado soberano independiente. Su enfoque de la política Cualesquiera que sean los relativos méritos de los enfoques británico y estadouni-
árabe era primero egipcio y después árabe, y sus planes distaban mucho de la unidad ára- dense de los problemas de Oriente Medio en aquel tiempo, el fracaso de Londres y
be en un sentido tanto orgánico como institucional. Los iraquíes, por su parte, hereda- Washington al no lograr encontrar una política común fue manifiesto y significativo.
ron otras ideas, singularmente el sueño de un vasto reino árabe que británicos y france- Gran Bretaña puede haber estado acertada o desacertada al utilizar el Pacto de Bag-
ses les habían inculcado durante la Primera Guerra Mundial y les habían frustrado dad para fines especiales propios en lrak, y Estados Unidos puede haber estado igual-
después. Aunque los descendientes del jerife de la Meca -los hachemitas- llegaron a mente acertada o desacertada al adherirse únicamente a los comités económico y
reinar en Bagdad y Ammán y brevemente en Damasco, habían sido expulsados de Ara- antisubversión del pacto, pero las consecuencias más obvias a los ojos de los árabes
bia Saudí a raíz del levantamiento de lbn Saud y, más al norte, se habían visto defrau- fueron la discrepancia entre las dos potencias occidentales y el intento de los estado·
dados por el sistema de mandatos {que no preocupaba a los egipcios). De todas fonnas, unidenses -al no firmar el pacto ni adherirse a sus órganos centrales- de marcar las dis-
el sueño persistió, abarcando en sus distintas y cambiantes formas -ya se tratase de la tancias con los británicos. Una política est.adounidense más enérgica podría haber
Gran Siria o bien del Creciente Fértil- a lrak, Siria, Líbano y Palestina. Pero cualquier logrado persuadir a las monarquías jordana y saudí a unirse a una alianza pro occiden-
unión entre lrak y Siria privaría a Egipto de la hegemonía en el mundo árabe. tal en 1954, pero en aquel tiempo el antiimperialismo estadounidense (no enterrado
El regente hachemita de lrak, Abd al-llah (que nunca olvidó que hubiera debido ser aún en Vietnam) y las rivalidades petrolíferas angloestadounidenses seguían haciendo
el sucesor de su padre y de su abuelo corno rey de Hiyaz) aspiraba a ser rey de Siria cuan- que Washington se mostrase cauteloso a la hora de verse complicado con Gran Breta-
do dejara de ser regente de lrak. De haberlo conseguido, los hachemitas hubieran for- ña en Oriente Medio, con el resultado de que tardaron mucho en ser esencialmente
mado un poderoso grupo, ya que el joven primo de Abd al-llah, Faysal, llegó al trono idénticas las políticas adoptadas primero en Londres y luego en Washington.
en Bagdad y su tío Abdullah fue emir y más tarde rey en Ammán. Después de la primera
'.""Í revolución siria de la posguerra. Husni Zaim se volvió hacia lrak, aunque más tarde en
su breve período de mandato cambió de rumbo y se inclinó hacia Egipto y Arabia Sau- LA GUERRA DE SUEZ
dí; su sucesor, Sami al-Hannawi, favoreció una unión sirio-iraquí pero al hacerlo preci-
pitó su caída y el que ocupó su lugar, Adib Shishakli (1949-1954), el hombre fuerte del Aparte de la división dentro del mundo árabe, Nasser estaba preocupado por la
mundo árabe antes del advenimiento de Nasser, rechazó toda asociacion estrecha con permanente enemistad entre los árabes e Israel y por el hecho de que las represalias
Irak por tratarse de un país monárquico y pro británico. El derrocamiento de Shishakli israelíes contra la propaganda y las incursiones provocativas de los árabes se estuvie-
en febrero de 1954 por parte del ejército sirio, ayudado por el oro iraquí y, como poco, sen volviendo contra Egipto. Poco antes de la firma del tratado de marzo de 1955,
por la benevolencia británica, resucitó para Nasser el peligro de una unión sirio-iraquí Egipto sufrió un ataque israelí excepcionalmente duro en la zona de Gaza. La amena-

332 333
za de Israel, donde Ben Gurión recuperó el poder (primero como ministro de Defensa meses. Fue la gran presa de Asuán la que sirvió de prueba y demostró que no sólo
y luego como primer ministro una vez más), alarmó a Nasser, que había tomado Francia sino también Gran Bretaña y Estados Unidos se habían vuelto contra Nasser.
conciencia de que Israel estaba tratando de conseguir armas de Francia. Esta aso- La gran presa fue diseñada para transformar la economía y la sociedad egipcias al
ciación franco-israelí, aunque nunca se formalizó en una alianza, llegó a ser un factor añadir 860.000 hectáreas a la zona de tierra cultivable, haciendo navegable el Nilo
suplementario primordial en la política de Oriente Medio y uno de los principales hacia el sur hasta la frontera sudanesa y generando electricidad para alimentar plan-
ingredientes de la guerra de Suez de 1956. La declaración tripartita de 1950, cuyo obje- tas industriales que proporcionarían un medio de vida a parte de la creciente pobla·
to era evitar una carrera armamentista en Oriente Medio, fue burlada por Israel, que ción. Iba a costar 1.400 millones de dólares, de los cuales 400 habían de pagarse en
encontró en Francia simpatizantes dispuestos a ayudarle en secreto. Las motivaciones dinero efectivo (el Banco Mundial adelantaría 200 millones y Estados Unidos y Gran
francesas eran diversas: existía un sentimiento de obligación hacia los judíos, como Bretaña, 56 y 14 millones, respectivamente, de inmediato, aportando ambos países
puéblo que había sufrido demasiadas calamidades; un sentimiento de admiración por los restantes 130 millones más adelante). En el transcurso del año 1955, las nego-
lo que habían conseguido en Israel; un sentimiento de solidaridad socialista entre ciaciones con este fin parecieron desarrollarse sin más impedimentos que los habi·
hombres como Guy Mollet y Ben Gurión. Estas afinidades fueron explotadas por hábi- tuales. Durante la primera mitad de 1956, sin embargo, se quedaron en agua de borra·
l~s grupos de presión o lobbies israelíes que encontraron muy facilitada su tarea cuan· jas. Gran Bretaña y Estados Unidos decidieron no prestar su ayuda. El crédito de
do la revuelta argelina de 1954, y la ayuda de Nasser a los rebeldes llevó a muchos fran- Nasser, en los dos sentidos de la palabra, estaba agotándose, especialmente como con·
ceses a la conclusión de que un golpe contra Nasser era la mejor forma de resolver sus secuencia de sus compras de armamento comunista.
probl~mas en Argelia, o al menos una necesaria condición previa. Por añadidura, algu- Durante 1956, Nasser dio nuevos argumentos a sus enemigos, contribuyendo a for-
nos franceses compartían la opinión de Eden de que Nasser era una amenaza semejante talecer la actitud de éstos, al reconocer al régimen comunista de Pekín, una medida
a la que había supuesto Hitler y que debía ser derrocado antes de que fuese demasiado que produjo especial irritación en el Congreso de Washington, a pesar de que la ver·
tarde. La política francesa, tradicionalmente pro árabe, fue por consiguiente impulsa- dadera razón de Nasser pudiera haber sido, como así parece, su temor a que los nue-
da en una nueva dirección. Francia accedió en 1954 a suministrar a Israel aviones de vos dirigentes rusos pudiesen ser persuadidos, en su visita a Londres, a unirse a las
combate. potencias occidentales en un nuevo embargo de armas a Oriente Medio. El co~trato
A su regreso a Bandung, Nasser comenzó también a buscar armamento seriamen- checo de suministro de armas había quebrantado el embargo de 1950 para satisfac-
te. Los tres signatarios de la declaración tripartita rehusaron suministrar a Egipto o a ción general del mundo árabe, que lo consideraba como una traba ofensiva para su
Siria lo que pedían. Siria se volvió hacia los rusos y obtuvo éxito, ya que éstos habían soberanía, pero dicho embargo podía volver a imponerse si los rusos buscaban form~s
comenzado a interesarse en la posibilidad de desempeñar un papel más activo en poco costosas de mostrar su buena voluntad hacia Occidente y, en ese caso, Pekm
Oriente Medio desde que la incursión de Gaza había puesto de manifiesto la debili· sería la única fuente alternativa de suministros. Por añadidura, al lobby algodonero del
dad egipcia. Pero Nasser se mostraba reacio a comprar a los rusos. Después de inten· Congreso estadounidense no le gustaba prestar dinero estadounidense para ayudar a
tarlo en Pekín (donde se le insinuó que probase con Moscú) y más tarde en Was- Egipto a cultivar más algodón que compitiese con el alg,odón estad~unid_:nse. Se c~l­
hington y Londres una vez más, acabó finalmente por aventurarse con los rusos y en paba a Egipto de no ponerse de acuerdo con los demas estados nberenos. del Nilo
septiembre de 1955 anunció que iba a recibir armamento checo sin condiciones. (Sudán, Etiopía y Uganda) y de empeñar en la compra de armamento el cimero que
Ahora le tocaba a Israel el turno de alarmarse. Mediante el contrato con los checos, sería necesario para atender al pago de los préstamos exteriores. En Estados Unidos se
Egipto iba a conseguir una amplia gama de armas entre las que estaban comprendidos argumentó que era imprudente destinar tanto dinero americano a un úni,co pr~y.ecto,
80 Mig-15 (los cazas utilizados en Corea), 45 Ilyushin, 28 qombarderos y 115 tanques puesto que Estados Unidos tendría entonces que rechazar todas las ciernas pet1c1ones
pesados equivalentes a los mejores del ejército ruso y superiores a todos los que Israel de ayuda a Egipto durante muchos años, dando de este modo vía libre a los rusos. para
poseía. Israel ejerció presión sobre Francia para que revisase el contrato de 1954 y aceptarlas. Pero detrás de todos estos razonamientos se encontraba el hech~ eviden-
suministrase cazas a reacción Mystere-4 en vez de Mystere-2. Francia accedió e Israel te de que ni a Washington ni a Londres les gustaba Nasser y pensaban (al igual que
recibió en abril de 1956 un suministro de los mejores aviones caza de Europa. (Su lle- los franceses, aunque por una razón diferente y más específica) que estaría muy bien
gada, inmediatamente después de que el ministro de Asuntos Exteriores francés, hacerle un desaire y bajarle los humos. Esta actitud era más fuerte en Gran Bretaña,
Christian Pineau, hubiese hecho una fructífera visita a El Cairo provocó en Nasser donde se vio alentada por las malas interpretaciones obsesivas y los errores de cálcu-
una explosión de indignación antifrancesa y destruyó cualquier posibilidad que pudie· lo del primer ministro Eden, que confundió a Nasser con un dictador fascista Y pen·
se haber de que la corriente árabe prevaleciese sobre la israelí en el gabinete francés.) que podía ser fácilmente sustituido. (La animosidad de Eden se había agudizado en
Del mismo modo que la mayor parte de los países, Egipto quería tanto armas como marzo por la destitución del general sir John Glubb y de otros oficiales británicos de
ayuda económica. Nasser había esperado obtener ambas cosas de Occidente pero se la Legión árabe de Jordania, de la que Glubb era el comandante en jefe. Esta med'.d.a
había visto obligado a comprar armamento comunista o a prescindir de la garantía antibritánica llevada a cabo por el rey Hussein coincidió fortuitamente con una v1s1·
que buscaba. A continuación se enfrentó con el interrogante de si podría conseguir ta a El Cairo del ministro británico de Asuntos Exteriores Selwyn Lloyd, y fue por
ayuda económica de Occidente después de haber aceptado ayuda militar del bloque tanto erróneamente considerada por Eden como una afrenta deliberada a Gran Bre-
comunista. La respuesta resultó ser negativa pero estuvo en duda durante algunos taña, ideada por Nasser.)

334 335
El 19 de julio de 1956, Foster Dulles informó al embajador egipcio en Washington tra Occidente. Eisenhower mandó un enviado especial a Londres que informó el 31 de
de que se revocaba la oferta estadounidense de financiar la presa. El embajador fran- julio de 1956 que los británicos estaban resueltos a utilizar la fuerza y a continuación
cés en Washington, Couve de Murville, había predicho que si esto ocurría, Nasser se produjo un duelo entre Eden y Dulles, enemigos desde la crisis de 1954 en Indochina,
tomaría represalias apoderándose de los ingresos del canal de Suez. El 26 de julio, en en el que Eden hacía maniobras con vistas a obtener la aprobación estadounidense
un discurso pronunciado en Alejandría, anunció que haría exactamente eso. para emprender una política más atrevida, y Foster Dulles trataba de esquivar el asunto
El canal de Suez era indudablemente parte del Estado egipcio, pero también obje- para ganar tiempo.
to de dos instrumentos jurídicos muy diferentes uno de otro: un contrato de canee- En un primer momento, británicos y franceses, con el apoyo estadounidense, con·
. sión y un tratado internacional. El primero, otorgado a Fernando de Lesseps por el vacaron una conferencia de las principales naciones usuarias del canal en Londres y pre-
jedive o virrey de Egipto, Said Pasha, y confirmado por el sultán otomano, concedía sentaron en ella un plan para crear un nuevo consejo de explotación que garantizase el
el derecho a explotar el canal durante noventa y nueve años que empezarían a con- control internacional del canal. La conferencia no aprobó por unanimidad este plan, al
tar a partir de su apertura, la cual tuvo lugar en 1869. La concesión había pasado de que se acusó de ser una injustificable violación de la soberanía egipcia. De todas formas,
Lesseps a la Compañía Universal Marítima del Canal de Suez, que era una sociedad el primer ministro australiano Robert Menzies y cuatro miembros más, en representa·
egipcia con sedes en El Cairo y en París y que tenía una diversidad de accionistas, ción de la opinión mayoritaria, fueron a El Cairo a presentar el plan a Nasser, que lo
comprendidos el gobierno británico y un gran número de habituales rentiers france- rechazó y señaló que el canal estaba funcionando con normalidad. Acto seguido Foster
ses. A esta valiosa concesión le quedaban todavía doce años de vigencia en 1956. Dulles, quizá solamente para lograr que las conversaciones continuasen y evitar la gue·
Después, los derechos de explotación revertirían al Est.ado egipcio. La medida de rra, propuso crear una Asociación de Usuarios del Canal de Suez facultada para organi·
Nasser equivalía a la nacionalización de los derechos de la compañía, pero, puesto que zar convoyes y cobrar derechos de tránsito a los barcos que los integrasen. Este plan
prometía una compensación, era difícil mantener que hubiese hecho algo ilegal, o sedujo a los británicos, que vieron en él una oportunidad de hacer pasar un convoy a
algo particularmente insólito en el siglo XX, aunque la compañía pudiera muy bien través del canal enfrentándose a la oposición egipcia y pudiendo culpar de ese modo a
preguntar de dónde iba a salir el dinero para la compensación. Nasser estaría, sin Egipto a los ojos de los estadounidenses. Foster Dulles, que dio muestras de un constan·
embargo, incumpliendo la ley si quebrantaba los términos del segundo instrumento te pragmatismo a lo largo de toda esta fase, asestó un golpe mortal al plan cuando sos·
fundamental. Era éste el convenio suscrito en 1888 entre nueve potencias, incluido pechó que Gran Bretaña y Francia podrían utilizarlo para abrir fuego e iniciar la con·
el Imperio otomano, que era en aquella época Estado soberano protector de Egipto. frontación; señaló que el gobierno estadounidense no tenía poder para obligar a los
Las partes se comprometieron a mantener abierto el canal a todos los navíos mer- capitanes de los barcos americanos a pagar derechos de tránsito a la asociación en vez
cantes y militares, tanto en tiempos de paz como de guerra, y a no bloquearlo nunca. de al gobierno egipcio. Gran Bretaña y Francia llevaron entonces la disputa al Consejo
Si Nasser no mantenía el canal abierto, estaría incumpliendo el convenio y los sig- de Seguridad al tiempo que declaraban explícitamente que se reservaban el derecho a
natarios tendrían derecho a adoptar medidas para volverlo a abrir. Había cierta mal hacer uso de la fuerza. Cuando el Consejo se reunió, el 5 de octubre; Egipto propuso
fundada esperanza de que si los pilotos del canal eran retirados, el canal dejaría de negociaciones mientras que Gran Bretaña y Francia presentaron un plan para el con·
funcionar y se podría decir que existía ya derecho a intervenir, pero de hecho y a pesar trol internacional del canal. Las negociaciones extraoficiales que se llevaban a cabo al
de que prácticamente todos los pilotos de la compañía fueron retirados como conse- margen del Consejo hicieron sustanciales progresos, pero Egipto persistió ¡;n su negati·
cuencia de la presión ejercida por potencias extranjeras, el canal continuó funcio- va a aceptar el control internacional y el plan anglo-francés fue derrotado por un veto
nando sin novedad hasta que fue bombardeado por británicos y franceses. soviético.
La nacionalización de la compañía del canal dio a Gran Bretaña y a Francia la dis- Durante estos meses, los franceses se habían ido exasperando progresivamente con
culpa para emprender contra Egipto la enérgica acción que deseaban. El gabinete británi- los británicos. Se habían organizado comandos conjuntos anglo-franceses a comien·
co asignó cinco millones de libras (el imperialismo en la miseria) y decidió emplear la zos de agosto, pero las perspectivas de actuacióri de las tropas, que se iban congre-
fuerza en el plazo de una semana sólo para descubrir que la preparación militar de Gran gando lentamente, se redujeron ante las dudas y vacilaciones de los británicos que,
Bretaña era tal que Úo podía arriesgarse a emprender acción alguna antes de mediados de por una parte, deseaban moverse a compás de los franceses pero, por otra, estaban
septiembre ni sin llamar a filas a los reservistas. Este retraso pennitió intervenir a Estados deseosos de no enturbiar sus buenas relaciones con los estadounidenses. A finales de
Unidos. Eisenhower y Dulles coincidían con los gobiernos británico y francés en el deseo septiembre o a principios de octubre, los franceses comenzaron a volver a su antigua
de poner el canal bajo control internacional, pero, aunque sentían muy poca simpatía por línea de cooperación con Israel, de la que les había apartado el aliciente de una ope·
Nasser, se oponían al uso de la fuerza hasta que todos los demás métodos se hubiesen ración conjunta anglo-francesa como réplica a la nacionalización de la compañía del
intentado y se hubiese visto que se habían intentado. Eisenhower, que dejó clara su posi· canal.
ción en varias cartas escritas a Eden y en declaraciones públicas, era connario por tem- Israel tenía excelentes razones para desear entrar en guerra contra Egipto. Las
peramento al uso de la fuerza y estaba asimismo convencido de que era inoportuno utili- incursiones a Israel por parte de los fedayines, con base en la península del Sinaí, se
zarla porque conduciría al sabotaje de los oleoductos, alentaría a otros líderes (por habían hecho más audaces y frecuentes. Empezaba a ser demasiado peligroso cultivar
ejemplo a Jiang Kaishek y a Syngman Rhee) a pedir también el apoyo estadounidense las tierras próximas a la frontera y al gobierno israelí temía atropellos incluso dentro
para utilizar la fuerza en sus disputas, y haría que el mundo no alineado se volviese con· de las ciudades situadas en esa zona. Sólo un gesto espectacular podía poner término a

336 337
estos golpes criminales. Además, Israel deseaba romper el bloqueo del golfo de Akaba ban a cierta distancia del canal y no tenían intención de desplazarse hasta allí. El 2
impuesto por los árabes, y obtener así una salida segura a los países de Asia y África de noviembre la campaña israelí prácticamente había concluido, una vez cumplidos
desde el puerto de E_ilat que languidecía en el extremo del golfo; incluso los enlaces sus principales objetivos: el desmantelamiento de las bases de los fedayines, la aper-
aéreos de Israel con Africa eran inseguros. La apertura del estrecho de Ttrán, a la entra- tura del estrecho de Ttrán y una resonante victoria sobre Egipto.
da del golfo, compensaría a Israel de la negativa egipcia a permitir que los barcos con Unas cuantas horas después del ataque inicial israelí, el Consejo de Seguridad se
destino a ese país o procedentes de él utilizasen el canal de Suez. Pero las posibilidades reunió para considerar una resolución estadounidense requiriendo a los israelíes para
de Israel no estaban a la altura de sus intenciones. Los nuevos bombarderos rusos de que retrocediesen a sus fronteras. Gran Bretaña y Francia vetaron esta resolución pero
Egipto estaban en disposición de bombardear las ciudades de Israel y causar el pánico la Asamblea General, convocada en virtud de la resolución «Uniéndose por la Paz»
de los más recientes inmigrantes, no acostrumbrados todavía a la vida en un Estado (un procedimiento adoptado en 1950 por iniciativa occidental para capacitar a la
asediado. Las fuerzas aéreas de Israel apenas eran capaces de defender estas ciudades Asamblea a considerar y hacer recomendaciones sobre asuntos en los que el Consejo
ni siquiera con sus nuevos cazas franceses, o de proteger a las fuerzas terrestres que ope~ de Seguridad se encontrase incapacitado por un veto), adoptó en las primeras horas
raban en pleno desierto, y eran desde luego totalmente incapaces de bombardear los del día 2 de noviembre un llamamiento instando al inmediato cese de la lucha. En la
aeródromos egipcios e impedir así que los aviones egipcios pudieran despegar. Por con- ONU, un pequeño grupo en el que estaban integrados el secretario general, Dag
siguiente, cuando los franceses volvieron una vez más a la idea de un ataque israelí a Hammarskjold, y el ministro canadiense de Asuntos Exteriores, Lester Pearson, hizo
Egipto 1 para el que ellos habían estado suministrando armamento, se encontraron con esfuerzos por detener el inminente ataque anglo-francés a Egipto por tierra y mar
que los israelíes querían algo más que armas. Querían una activa participación de Fran- (que, a diferencia del israelí, no se había lanzado todavía) y por recuperar el control
cia en la guerra mediante unidades de las fuerzas aéreas francesas estacionadas en los sobre una situación alarmante imponiendo un alto el fuego y enviando a una fuerza
aeródromos israelíes para la defensa de las ciudades de Israel, y querían asimismo la par- pacificadora internacional a la zona. El ataque anglo-francés comenzó con un lanza·
tidpación beligerante de Gran Bretaña y el bombardeo de los aeródromos egipcios por miento de paracaidistas el 5 de noviembre. Al día siguiente una flota procedente de
parte de los únicos bombarderos con base en la zona capaces de realizar dicha tarea, es Malta desembarcó tropas, pero ese mismo día Gran Bretaña proclamó el alto el fue-
decir, los bombarderos británicos que utilizaban las bases británicas de Chipre. go y Francia, tras cierta vacilación, suspendió también las operaciones.
Los franceses se esforzaron por concebir y organizar esta operación tripartita com- La decisión británica fue resultado de un cúmulo de presiones, de las cuales una
binada y lo lograron. Durante el mes de octubre, ministros franceses comunicaron el fue decisiva. En Gran Bretaña, a diferencia de Francia, las opiniones estaban dividi-
plan de Israel a ministros británicos; particularmente importante fue al parecer una das. La oposición parlamentaria, gran parte de la prensa y una porción sustancial de
reunión celebrada en París el 16 de octubre entre Mollet y Pineau, Eden y Lloyd, sin la opinión pública eran contrarios a la política del gobierno. El propio partido del
que ninguna otra persona estuviese presente. Los ministros británicos, sin embargo, Eden y en general la mayoría del país le apoyaban incondicionalmente salvo en lo
eran reacios a embarcarse en una colaboración con Israel que no fuese absolutamen- relativo al uso de la fuerza, que nunca contó con un apoyo popular mayoritario. La
te encubierta, a causa de las repercusiones que podría tener en el mundo árabe. Pero existencia de dudas en el senó del propio gobierno era del dominio público. Los
Ben Gurión insistió en obtener un compromiso formal por parte de Gran Bretaña, de miembros independientes de la Commonwealth también estaban divididos; Austra-
la que no se fiaba, y lo consiguió en una reunión secreta celebrada en Sevres en la lia y, con menos entusiasmo, Nueva Zelanda, apoyaban a Eden, pero no así Canadá y
que, el 23 o el 24 de octubre, el ministro británico de Asuntos Exteriores se encontró los dominios más recientes (por aquel entonces no había aún miembros africanos
con los ministros francés e israelí, autorizando a continuación la firma de un tratado independientes}. Esta oposición, sin embargo, había sido prevista y no tenida en
tripartito secreto. Al llegar a este punto, el comandante en jefe israelí alteró sus órde- cuenta, y por esta razón se omitieron los procedimientos habituales de consulta a la
nes de combate, según las cuales estaba prevista una incursión israelí de fuerza simi- Commonwealth y se mantuvo al margen y en la ignorancia a los gobiernos de dicha
lar a la de otras anteriores pero de mayor alcance, y en lugar de ello propuso enviar comunidad, así como a los veteranos asesores del Whitehall y a todos los embajado-
sus fuerzas a mitad del desierto dando por supuesto que los ataques británicos a los res británicos en el extranjero pertinentes; Pero la razón decisiva para suspender la
aeródromos egipcios harían a las tropas inmunes a un ataque aéreo. operación fue el no haber logrado el respaldo estadounidense y el no haber compren-
Israel atacó el 29 de octubre y recibió en efecto el previsto apoyo de Gran Bretaña dido lo que la oposición norteamericana significaba.
y Francia (los franceses impidieron también que la flota egipcia atacase la costa israelí}, El ataque a Egipto dio lugar a la mayor crisis financiera de Gran Bretaña desde 1945.
pero en cualquier caso las fuerzas aéreas egipcias estaban incapacitadas puesto que los Haciendo balance, Gran Bretaña resultó haber perdido 400 millon~s de dólares du-
rusos, que ejercían aún el control operativo de los llyushin-28, ordenaron a sus pilo- rante el último trimestre de 1956. Las retiradas de fondos ascendieron probablemente a
tos que abandonasen la zona de combate. Gran Bretaña y Francia dirigieron también 600 millones, pero quedaron parcialmente compensadas por unas cuantas entradas
un ultimátum a Israel y a Egipto conminando a ambas partes a que retirasen sus tro- excepcionales que se ingresaron durante el trimestre. La libra esterlina estaba en buena
pas a una distancia de diez millas del canal. Se trataba de un ardid cuyo objetivo era situación y las reservas eran más que adecuadas para fines ordinarios, pero pérdidas de
mantener la ficción de que Gran Bretaña no estaba en convivencia con Israel. Nin- esta magnitud sólo podían soportarse durante contadas semanas sin recurrir a la ayuda
guna de las dos partes hizo caso del ultimátum, Egipto porque el canal a lo largo de externa para preservar el valor de cambio de la libra. Quedó claro que Gran Bretaña
sus 161 km discurría dentro de sus propias fronteras, e Israel porque sus fuerzas esta· tendría que pedir dinero prestado para salvar la libra (que, al margen de la guerra, no

338 339
estaba amenazada) y que ni Estados Unidos ni el FMI prestarían las sumas necesarias
De Suez a la muerte
hasta que suspendiese la lucha. Gran Bretaña no podía mantener una divisa intema-
cional y al mismo tiempo llevar a cabo independientemente una política exterior
agresiva.
X de Nasser
Había en estos cálculos otro elemento subsidiario que es posible que tuviera algún
efecto sobre determinada gente. Se trataba de la entrada en escena de los rusos: has-
ta el 5 de noviembre, los rusos estuvieron demasiado ocupados en sofocar la rebelión
húngara corno para tornar parte en los asuntos de Oriente Medio, pero en esa fecha
propusieron a Washington una acción conjunta para obligar a Gran Bretaña y a Fran-
cia a desistir de su ataque y amenazaron vagamente con utilizar cohetes contra estas
dos potencias. También señalaron que podrían autorizar la salida de voluntarios hacia
Oriente Medio, pero las declaraciones en este sentido sólo se hicieron una vez que
hubieron cesado las hostilidades, salvo en una ocasión en que Kruschev, durante una
recepción diplomática ofrecida en Moscú, hizo observaciones sobre los voluntarios de
las qu\! la prensa soviética no se hizo eco. La amenaza rusa de utilizar cohetes fue con-
trarrestada con una amenaza estadounidense de tornar represalias, a raíz de lo cual no
se volvió a oír hablar de este asunto. Con su intervención, los rusos obtuvieron una
considerable victoria propagandística en el mundo árabe; es muy improbable que en
algún momento hubieran pretendido otra cosa. ·
La guerra de Suez elevó mucho el prestigio de Nasser. No fue hasta 1954 cuando
consiguió el liderazgo en Egipto. Suez le confirmó en esa posición y le convirtió en un
líder popular y en un dirigente militar. Había sabido conservar la serenidad y la digni·
dad, había logrado salir indemne de una violenta embestida imperialista y de una inva·
sión israelí, y había demostrado su poder en el mundo árabe en un momento en que
incluso el Irak de Nuri se había visto en la obligación de condenar la acción británica
y de proponer la expulsión de Gran Bretaña del Pacto de Bagdad. Jordania también
rechazó sus tradicionales vínculos con Gran Bretaña y las subvenciones que venían apa·
rejadas, denunció su tratado cori el Reino Unido y se adhirió en su lugar a la alianza
sirio-egipcia de 1955 (a la que también pertenecían ahora Arabia Saudí y Yemen). Nas·
ser conservó el canal y demostró que sabía cómo explotarlo, consiguiendo asimismo la
presa. Los estadounidenses, a los que se podía hacer responsables de haber precipitado
todo el asunto al abandonar el proyecto de la presa, habían tenido que acudir en ayuda
de un régimen al que ostensiblemente habían dejado de admirar y el resultado fue que
al final se encontraron con que se habían quedado sin política. Los rusos reivindicaron
con júbilo para sí mismos todo el mérito, sacando buen provecho de él, y fueron ellos
los que se comprometieron a financiar la presa, en lugar de los estadounidenses y britá·
nicos.
Cuando todavía resonaban los ecos del conflicto, Estados Unidos trató de empren·
der una nueva vía a través de lo que vino a llamarse la Doctrina Eisenhower. Era una
aventura que partía del supuesto de que la derrota de Gran Bretaña había hecho indis-
pensable que Estados Unidos tornase algún tipo de iniciativa, y de que la decadencia del
poderío británico había creado un vacío que debía llenar Estados Unidos si no se que·
ría que lo llenase la URSS. Iban a desembolsarse de 400 a 500 millones de dólares en
dos años en forma de ayuda económica y militar a bien dispuestos y complacientes
receptores que quisieran suscribir acuerdos con Estados Unidos autorizando e invitan-
do al uso de armamento estadounidense para proteger la integridad e independencia de
los signatarios en caso de que fuesen amenazados con una abierta agresión por parte de

340 341
cualquier nación controlada por el comunismo internacional. No se esperaba que ni Bagdad, desplazaron inmediatamente fuerzas al Líbano y a Jordania para impedir que se
Egipto ni Siria concertasen ningún acuerdo con Estados Unidos en estos términos, pero extendiera el conflicto. El presidente del Líbano, Camille Chamoun, invocó la doctrina
el presidente Eisenhower mandó a un enviado especial a hacer una gira por Oriente Eisenhower, y el rey Hussein de Jordania el tratado anglo-jordano. La intervención bri-
Medio para conseguir tantos adeptos como fuera posible. Su único éxito lo logró en el tánica en Jordania salvó a la monarquía en un momento en que su caída hubiese produ-
Líbano, donde, más por cortesía que por entusiasmo, un líder cristiano concertó el cido desórdenes dejando al país a merced de un ataque de Israel. En el Líbano había ya
acuerdo pertinente e iba a lamentar más tarde esta decisión. El rey Saud de Arabia Sau- una guerra civil en curso que estaba amenazando el equilibrio religioso en que se habían
dí tuvo también una actitud cortés y realizó una visita a Washington, pero eludió la fir- basado durante décadas la vida y la prosperidad del país. El gobierno libanés había recu-
ma de acuerdo alguno. En Jordania hubo disturbios antiestadounidenses. La doctrina rrido a las Naciones Unidas en mayo, pero para el mes de julio, fecha en que se produjo
Eisenhower era una nueva versión del antiguo plan de construir un frente antisoviéti· la revolución en lrak, los peligros de una creciente lucha civil y religiosa habían llegado
co en Oriente Medio, y su fracaso se debió a la difusión del neutralismo entre los ára- a ser tan grandes que los marines enviados allí por el presidente Eisenhower fueron reci-
bes que, especialmente después de la lección de la guerra de Suez, se dieron cuenta de bidos favorablemente por una amplia mayoría. En ambos países la intervención extran-
que no estaban ya indefensos frente a las grandes potencias extranjeras y de que la jera fue, pues, un factor estabilizador que no se recriminó a los países interviniéntes, espe-
decadencia de Gran Bretaña no iría seguida de ninguna otra nueva dominación extran- cialmente por haberse esforzado éstos en retirarse rápidamente con la ayuda de
jera. Hammarskjold. En el Líbano un nuevo presidente, el general Fuad Shehab, miembro de
una antigua familia maronita, logró restablecer el equilibrio tradicional del país.
La revolución de Bagdad parecía a primera vista un eslabón más en la cada vez más
LA REVOLUCIÓN IRAQU! larga cadena de oportunidades para los rusos en la que había que incluir la hostilidad ára-
be al Pacto de Bagdad, el convenio de armamento checo, la guerra de Suez, la finan-
Durante los últimos años de la década de los cincuenta, estadounidenses y rusos ciación de la presa de Asuán, la asistencia rusa a la conferencia afroasiática de El Cairo
hubieron de aprenderse bien esta lección. Para los rusos la prueba se presentó en Siria y en diciembre de 1957, y una visita realizada por Nasser a la URSS en abril-mayo de 1958.
luego, de manera más decisiva, en Irak, donde los acontecimientos parecían ofrecer lrak abandonó el Pacto de Bagdad (que fue rebautizado con el nombre de Organización
oportunidades para la intervención según el modelo clásico pero que trajeron, por el del Tratado Central-CENTO-y que trasladó su sede a Ankara). Pero el propio Kassim
contrario, desilusión. Los trastornos ocurridos en estos dos países dieron a Moscú la posi- no era comunista y su mandato, que duró hasta que fue asesinado en febrero de 1963, se
bilidad de establecer alianzas e incluso bases en Oriente Medio desde las que poder ejer- vio obstaculizado por una ineficacia general y por incitar a una revuelta kurda en el nor-
cer el poder a la manera imperialista. Siria, de donde en 1957 llegaban informes de un te. Dependía en parte de los comunistas pero obtuvo un éxito mucho menor que Sukar-
comunismo en expansión, concertó acuerdos de naturaleza tanto económica como .mili- no, en circunstancias similares, en la tarea de desenvolverse entre las fuerzas comunistas
tar con la URSS, expulsó a tres diplomáticos estadounidenses y llevó a cabo una depu- y nacionalistas -mutuamente hostiles- que le habían llevado al poder y, tras un período
ración en el ejército. Turquía, inquieta por estos alarmantes indicios, concentró fuerzas de gran caos, los comunistas no lograron consolidar ni mejorar su posición ventajosa e
en sus fronteras meridionales. Egipto envió tropas que fueron aclamadas a su llegada a Irak se convirtió también en un Estado más o menos neutralista en el que la URSS era
Damasco. Durante un tiempo la tensión disminuyó, pero en enero de 1958 algunos ofi- tan mal acogida como cualquier otra gran potencia. Los rusos, que habían t.enido cuida-
ciales sirios fueron a Egipto y pidieron a Nasser que declarase una unión entre los dos do de no ofender a los nacionalistas comprometiéndose con los comunistas, tuvieron que
países para evitar la toma del poder por los comunistas en Damasco. Entre los naciona- tragarse su desilusión y se adaptaron al temperamento del mundo árabe. Volvieron tam-
listas panárabes del partido sirio Baath había cundido la alarma ante la creciente bién a un terreno que les era más familiar. En 1959 trataron de inducir sin éxito al sha
influencia de los rusos y del principal y un tanto solitario comunista sirio Khaled Bak- de Irán a abandonar el campo occidental, y comenzaron a mostrar interés por mejorar
dash. Puesto que preferían antes a los egipcios que a los comunistas, instigaron una juga- sus relaciones con Turquía tras la caída de Menderes en 1960, intento éste en el que iban
da política que Nasser, aunque turbado y vacilante, no se sintió capaz de rechazar al ser- a ser ayudados más tarde por la decepción de Turquía ante la negativa estadounidense a
le presentado el argumento de que una negativa egipcia no dejaría alternativa al permitir la invasión turca de Chipre. La URSS reconoció a Kuwait en 1963 y a Jordania
comunismo. El 1 de febrero de 1958 se proclamó la creación de una República Árabe en 1964, y la presencia de Kruschev en la inauguración de la presa de Asuán en 1964
Unida, compuesta por Egipto y Siria. Yemen quedó más o menos vinculado a ella en reafirmó la utilidad de la presencia rusa en el mundo árabe.
marzo. La revolución iraquí provocó también la intervención de China en los asuntos de
Los monarcas hachemitas de Irak y Jordania respondieron constituyendo una Federa- Oriente Medio o, según la terminología china, Asia occidental. Hasta este momento, los
ción Árabe. Esta unión fue, no obstante, poco sólida y de corta duración, puesto que el intereses estadounidenses y rusos en Oriente Medio habían sido abiertamente antagóni-
14 de julio de aquel mismo año el rey Feisal 11, el ex regente y otros miembros de la fami- cos. La política rusa en Irán en 1945, por una parte, y, por otra, la doctrina Truman, el
lia real, así como Nuri al-Said, fueron asesinados en el curso de un levantamiento militar Pacto de Bagdad, las bases americanas en Dhahran (Arabia Saudí} y en Weelus Field
dirigido por los generales Aref y Kassim. Entre los revolucionarios había comunistas cuya (Libia}, y la VI Flota de los EE.UU. en el Mediterráneo, hicieron que Oriente Medio
presencia en los órganos del poder alarmó a Occidente y complació a los rusos. Los esta- pareciese un anexo de la guerra fría. En 1956, sin embargo, estadounidenses y rusos se
dounidenses y los británicos, consternados por esta revolución en el corazón del Pacto de habían puesto de acuerdo sobre la necesidad de desbaratar los planes de los británicos y

342 343
los franceses en Suez, y los rusos habían propuesto incluso una acción conjunta ruso-esta- Egipto. La unión con Siria no fue un éxito: Egipto y Siria no tenían fronteras comunes;
dounidense; y, en la situación creada tras la revolución iraquí de 1958 surgió cierta pers- Nasser y el Baas tenían muy poco en común al margen de un socialismo superficial, y la
pectiva de un acuerdo expreso o tácito entre las dos superpotencias, un reconocimiento afluencia de egipcios a Siria y la política de Nasser de reforma agraria y de obligar a todos
de que las dos tenían legítimos intereses en Oriente Medio y que algunos de estos inte- los partidos políticos a fundirse en un único movimiento o frente, crearon tensiones en
reses podían ser coincidentes. Este acuerdo no fue del agrado de los chinos, y cuando se una unión que había sido desde el principio un casamiento a la fuerza; los sirios cam-
propuso una conferencia internacional sobre asuntos de Oriente Medio, Pekín se opuso biaron de dirección y volvieron a la idea de que una unión con lrak les convenía más
a que tuviese lugar dicha conferencia sin la participación china. La conferencia no llegó (especialmente después de que el Baas iraquí ayudase a expulsar a Kassim). En 1961 una
a celebrarse nunca. Aunque la eficacia c;hina en Oriente Medio era mínima, China revolución derechista de corta vida en Siria provocó la disolución de la unión.
comenzó a aventurarse en esa zona en 1958. Mantuvo una política exclusivista al con- En Yemen, vagamente vinculado a la República Árabe Unida de.sde el principio, un
ceder apoyo por su cuenta a los comunistas iraquíes cuando, sin embargo, los rusos abo- intento de derrocar el imanato e instaurar una república condujo a una guerra civil en la
gaban por una política de bloque; defendió a los comunistas encarcelados en Egipto, que Nasser respaldó al líder republicano y general de brigada Salla!, sin darse cuenta de
asunto al que los rusos estaban haciendo oídos sordos; prestó cierta ayuda a los republi- que de esta forma se estaba complicando y embrollando en los asuntos del Yemen por un
canos del Yemen¡ y, adoptando una actitud más antiisraelí que los rusos, China recibió período de varios años y destinando finalmente tropas cuya cifra ascendió a la friolera de
al líder palestino árabe Ahmed Shuqueiri en Pekín casi con los honores de un jefe de unos 50.000 ó 60.000 soldados. El imán era por otra parte ayudado por Arabia Saudí, de
Estadoy le prometió ayuda militar. Zhou En-lai visitó El Cairo en diciembre de 1963 y modo que la guena civil yemení empezó a adquirir el carácter de una contienda entre dos
de nuevo en abril de 1965. Pero los chinos no demostraron ser mucho más estimados que de los principales estados árabes. Transcurridos dos años, ambos contendientes considera-
otros extranjeros. ron infructuoso el esfuerzo bélico y en 1965 Nasser viajó a la capital saudí de Riyadh para
Dentro del propio mundo árabe, la revolución iraquí, de la que se esperaba equivoca- reunirse con el rey Faysal (un miembro de la casa real relativamente progresista que había
damente que adelantara la desaparición de la monarquía jordana, creó un nuevo mode- desplazado a su hermano Saud el año anterior), puso fin a la guerra civil e incluso llevó a
lo, transformando a lrak de monarquía tradicional en república revolucionaria. Pero el cabo una aproximación entre Egipto y Arabia Saudí, protagonistas, respectivamente, de
derrocamiento de la monarquía dio lugar a décadas de inestabilidad política en las que las tendencias opuestas socialista y tradicionalista en el mundo árabe. A comienzos de
los polítii:os civiles y el poder militar predominante padecían disensiones internas ade- este mismo año, Nasser había iniciado también un acercamiento a Jordania.
más de estar enfrentados entre sí. Los primeros líderes civiles, Abdul Karim Kassim y Este resurgimiento del tema de la unidad árabe probablemente se debía por lo menos
Abdul Salem Aref, eran mutuamente hostiles y mantenían diferencias sobre muchos tanto al temor en relación con los planes de Israel de desviar las aguas del río Jordán como
temas,_ principalmente las relaciones con el Egipto de Nasser y con la floreciente Repú- al cansancio bélico en el Yemen. Un proyecto estadounidense en 1955 para una distri·
blica Arabe Unida. El Baas, uno de los principales partidos civiles, era hostil a Kassim, y bución equitativa de estas valiosas aguas había sido rechazado por los árabes utilizando
éste intentó por ello utilizar a los comunistas para contrarrestarlo, pero fracasó. El Baas para ello argumentos políticos, después de lo cual Israel había comenzado a construir
intentó matar a Kassim en 1959, consiguió su destitución en 1963 y nombró a Aref, más obras de ingeniería que llevarían el agua desde la región de Galilea en el norte hasta el
como figura decorativa que ejecutiva, para la presidencia. Un año más tarde, sin embar- desierto del Néguev en el sur. Israel sostenía que la cantidad de agua que debía extraerse
go, Aref se hizo con plenos poderes en un régimen militar abierto. En 1966 murió en de la corriente principal del Jordán no excedería el cupo asignado a Israel en el plan de
accidente y le sucedió su hermano Abdul Rahman Aref, menos firme que él. Al cabo de 1955 ni dejaría la cuenca inferior del río con un nivel de salinidad indebido. Los árabes
otros dos años el Baas retomó el poder, decidido a corregir el equilibrio entre civiles y negaban la veracidad de ambas afirmaciones. T~mbién se dieron cuenta de que las obras
militares, si bien bajo la presidencia del general Hassan Bakr. Pero los políticos del Baas de ingeniería israelíes entrarían en funcionamiento en 1964 y en enero de ese año con-
fracasaron. Apoyado por el nuevo presidente, Saddam Hussein se dispuso a crear un vocaron una conferencia en El Cairo, a la que asistieron tanto las monarquías tradicio-
poderoso y moderno ejército profesional, y a convertir a lrak en una autocracia totalita· nalistas como las repúblicas progresistas para concertar medidas de respuesta. Estas medi-
ria controlada por él mismo y por su extensa familia. Los planes de Saddam Hussein para das comprendían el desvío de dos de los afluentes del Jordán, el Hashani, en el Líbano, y
lrak no eran, sin embargo, meramente familiares, ya que también aspiraba a emplear la el Banias, en Siria, este último en puntos a la vista y al alcance de la frontera israelí;
base de su poder personal como motor de una nación-Estado que se convirtiera en actor incluían también la creación de un alto mando árabe conjunto que, con una ambivalen-
principal en Oriente Medio, a través del poder militar, de la riqueza económica y del sen· cia provechosa, podía interpretarse bien como un medio de evitar ataques israelíes en los
timiento nacionalista; durante unos años intentó atraer a chiítas y sunníes. lugares donde se efectuaban las obras de Banias, o bien como una forma disimulada de
impedir que los sirios -los más imprevisibles y volubles de los aliados árabes-- emprendie-
sen alguna acción por su propia cuenta; y, en tercer lugar, las medidas árabes en respues-
EL DECLIVE DE NASSER ta a los israelíes incluían la promoción de los árabes palestinos a una condición que se
aproximaba al status soberano, con una Organización de Liberación, un ejército y un
En el transcurso de los primeros años de la década de los sesenta, el prestigio de Nas· cuartel general en Gaza.
ser comenzó su declive desde el punto culminante alcanzado después de Suez. La caída Esta unidad de los países árabes era, sin embargo, imperfecta. Para el rey Hussein
de la rama más antigua de la casa real hachemita no había reportado ninguna ventaja a las pretensiones de los palestinos suponían una amenaza de desmembración del Esta·

344 345
do jordano y de destrucción de la monarquía. Siria, Líbano y Jordania se oponían a la Las maniobras egipcias que dieron lugar al inicio de la tercera fase de la guerra fue-
idea de tener tropas egipcias estacionadas en sus territorios. Faysal resultó ser un ron impulsadas en gran medida por la situación de la política siria. El partido Baas, fun-
dudoso aliado. No sólo se quedó en nada el acuerdo de 1965 sobre el Yemen, sino que dado en Siria a comienzos de los años cuarenta como un movimiento panárabe partida-
Faysal comenzó a crear un bloque tradicionalista o islámico dentro del mundo musul. rio de un socialismo laico y de tibias reformas -no antirreligioso pero sí opuesto a la
mán. Realizó visitas al sha de Irán y a Hussein y solicitó armamento a Occidente en injerencia de los mullahs en la política y al fanatismo de todo tipo- se había fundido en
cantidades alarmantes. Así pues, a pesar de las conferencias panárabes de Alejandría 1950 con el Partido Socialista árabe, de izquierdas. Se disolvió (en Siria) en 1958 tras la
en 1964 y de Casablanca en 1965, la unidad árabe y el papel de Nasser como líder y unión con Egipto, pero estaba aliado con un grupo del ejército dirigido por el general
promotor de la misma se vieron debilitados en estos años. Salah Jedid, un alawí. Los alauitas, grupo derivado de los chiítas, una de las principales
comunidades de Siria, fuertes en la parte occidental del país, de los que desconfiaban los
ortodoxos sunníes, los drusos y los cristianos, habían sido favorecidos por Francia duran·
1967: LA TERCERA FASE te su mandato. El grupo alawí, dominante en el ejército, estableció una activa asociación
con los civiles del Baas¡ los elementos marxistas y ateos del ala izquierdista del Baas per-
En la década posterior a la guerra de 1956, Israel disfrutó de sus ganancias sin confir- turbaron esta asociación pero, por otra parte, a los líderes militares les resultaba conve-
marlas. La tranquilidad de la frontera egipcia conseguida con la extirpación de los feda- niente la inclinación antiparlamentaria de esta ala izquierdista y se las ingeniaron en
yines se mantuvo, y durante algún tiempo también estuvieron tranquilas el resto de las cualquier caso para conseguir el control de gran parte de la organización provincial del
fronteras de Israel. Eilat floreció, creciendo hasta convertirse en un próspero puerto de Baas. En 1996, Jedid dirigió un golpe militar pero perdió gradualmente terreno frente a
más de U.000 habitantes, cuando antes no era más que una pequeña ciudad de menos su ministro de Defensa, más sutil, el general Haffiz Assad. En 1970, Siria se encontraba
de 1.000, y manteniendo relaciones comerciales con una gran parte del mundo al tiem- en un dilema (especialmente grave, ya que no tenía más aliados que Argelia) debido al
po que hacía inofensivo el permanente bloqueo del canal de Suez. El belicoso espíritu de conflicto entre el rey Hussein de Jordania y su ejército, por un lado, y los palestinos,
Israel también se mantuvo, lo que unido a su capacidad técnica le situaron en posición acampados en Jordania y de quienes se sospechaba que pretendían tomar el país, por
de convertirse en una potencia nuclear si así lo deseaba. Aunque los árabes continuaron otro. Los palestinos pidieron la ayuda siria, algo que Jedid estaba deseoso de conceder.
hablando sin cesar de eliminar a Israel, algunos creían que era sólo una máscara que encu- Assad, sin embargo, más circunspecto, envió tanques, pero no aviación, y los jordanos
bría la secreta convicción de que Israel estaba allí y allí se quedaría. La confianza de consiguieron frenar a los desprotegidos tanques y obligarlos a retroceder. Mientras Jedid
Israel en su propia fuerza y las divisiones de sus enemigos se vieron reforzadas en un segun- intentó culpar de esta humillación a Assad, éste dio un golpe de Estado, encarceló a
do momento por la continuación de la alianza franco-israelí que había precedido a la gue· Jedid, y lo mantuvo en prisión hasta su muerte, veinte años más tarde.
rra de 1956 y por los nuevos compromisos de Estados Unidos y Gran Bretaña, así como Al mismo tiempo, Jedid se vio amenazado por el escándalo provocado por la publi-
de Francia, que vinieron a continuación. Estos estados declararon en marzo de 1957 que cación de un artículo ateo que originó manifestaciones contra su gobierno. Impaciente
consideraban el estrecho de Tirán como una vía navegable internacional y que tomarían por desviar estos ataques, el gobierno trató de echar la culpa a los sionistas y a los esta·
medidas para asegurar el libre tránsito a través de él hasta el golfo de Aqaba. (Los estre· dounidenses, a los que acusó de inventar mentiras para destruirlo. Los rusos, alarmados
chos eran indudablemente aguas territoriales pero el derecho internacional exigía a las ante la posibilidad de que la caída de Jedid acarrease una reacción conservadora, fornen·
potencias ribereñas que permitieran el tránsito inofensivo a todos los navíos a través de taron la historia de que Siria era víctima de una amenaza exterior. Lo mismo hicieron
dichos estrechos si éstos conducían a aguas no territoriales o al territorio de otro Estado.) por razones semejantes los palestinos. El grito de alarma cundió y fue recogido por todo
Hasta 1967, por tanto, hubo ciertas esperanzas de que la tercera fase del conflicto ára· el mundo árabe, e incluso los reyes faysal y Hussein fueron inducidos a protestar y pro-
be-israelí pudiera aplazarse sine die, pero al llegar ese año las crecientes amenazas de Siria metieron ayuda. Se habló de que Israel había trasladado tropas a la frontera siria; noti-
y de la organización terrorista Al Fatah apoyada por Siria habían modificado el clima. cia que en un principio se pensó que habría llegado a Siria desde el Líbano, pero es posi-
Un ataque israelí sobre Siria, que conduciría posiblemente a una guerra tanto con Siria ble que fueran los rusos los que se la comunicaran a los sirios. En Israel, el embajador
como con Egipto, llegó a ser un asunto sobre el que se especuló. La respuesta de Israel a soviético rechazó una invitación para ir al lugar de la supuesta concentración de tropas
las incursiones de Al Fatah, que comenzaron en 1956, fue la de represalias masivas y a la y comprobar por sí mismo que no se había producido ningún movimiento.
luz del día con unidades regulares del ejército contra pueblos de Jordania y del Líbano En este clamor, Nasser no había ocupado en absoluto el primer puesto. No le gus·
desde los que se habían acometido estas incursiones. Las embestidas y ataques empren· taba el gobierno sirio pero no podía mantener una actitud contraria a la corriente del
didos a través de la frontera siria presentaban mayores problemas porque la configuración sentimiento árabe y, como en 1958, no estaba bien informado de cuál era la verdade-
del terreno favorecía a los sirios y también porque no existían objetivos limitados y espe· ra situación dentro de Siria y temía que el gobierno de este país estuviera realmente
cíficos para las fuerzas israelíes¡ una expedición dentro de Siria hubiera constituido una a punto de caer y de ser sustituido por otro que le gustase todavía menos. Su prestigio
abierta promenade militaire sin una meta precisa que no fuera Damasco. El peso de las en el mundo árabe se había visto disminuido durante los últimos años, sobre todo
medidas que Israel llevó a cabo como respuesta recayó por tanto sobre Jordania, funda- como consecuencia de su fallida aventura yemení¡ jordanos y saudíes le reprochaban
mentalmente en el curso de una incursión al pueblo de Es Samu, en noviembre de 1966, sarcásticamente su inactividad; poco a poco se convenció de que debía hacer algo, así
en la que dieciocho jordanos resultaron muertos y gran parte de la ciudad destruida. que salió a la palestra. El 16 de mayo presentó una demanda de retirada de la Fuerza

346 347
de Emergencia de la ONU (UNEF) que había permanecido en el Sinaí desde 1957, la UNEF en suelo egipcio mediante un acuerdo mutuo. Por otro lado se habló de que
y envió tropas para hostigar las posiciones de la ONU. Dos días después, al haber sido esta limitación -si es que se pretendía y hasta donde se pretendiese- únicamente tenía
rechazada su demanda por el comandante de la ONU que alegó no tener autoridad validez en tanto en cuanto la UNEF estuviera cumpliendo su función original de lograr
para considerarla, Nasser reiteró la misma petición a U Thant. Tras consultar a su el cese de las hostilidades de 1956-1957, función que indudablemente había concluido
comité de asesoramiento sobre la UNEF, U Thant accedió, y el día 23 las fuerzas de mucho antes de 1967. (Nunca formó parte del papel de la UNEF el mantener abierto
la ONU se retiraron en Sharm esh-Sheikh, dejando a Egipto con el control del estre- el estrecho de Tirán. Si era de alguien esta obligación, lo era de las potencias occiden-
cho de Tirán. El día anterior, Nasser había declarado que el estrecho se cerraría para tales.) Pero cualquiera que pudiera ser la correcta interpretación de los documentos per-
los barcos en los que ondease bandera israelí y para el contrabando de guerra en cual- tinentes, U Thant tenía que considerar también las cuestiones prácticas. Las opiniones
quier barco (pero no para el comercio israelí en barcos no israelíes). de su Consejo de Asesoramiento estaban divididas, las fuerzas de la ONU en campaña
las maniobras de estos días crearon un claro peligro de guerra entre Egipto e Israel. estaban siendo forzadas a abandonar sus posiciones, dos de los gobiernos que propor-
Los problemas de Siria se rebasaron. En 1957, Israel se había retirado de Sharm esh- cionaban las fuerzas indicaron que se retirarían cualquiera que fuese la decisión de
Sheikh confiando en las promesas occidentales de que se garantizaría el libre tránsito a U Thant. En estas circunstancias no parece que a U Thant le quedase otra salida. Aún
través del estrecho, cuya apertura había sido uno de los primordiales objetivos de Israel al admitiendo que su actitud fuese evasiva y dilatoria, como mantenían algunos de los que
emprender la guerra contra Egipto en octubre de 1956. Israel había declarado que el cie- le criticaban, lo cierto es que de otra forma probablement1~ no hubiera hecho otra cosa
rre del estrecho constituiría un casus belli y el día que las tropas de la ONU se marcharon, más que conseguir que sucumbiesen parte de sus propias fuerzas.
el primer ministro israelí, Levi Eshkol, hizo un llamamiento público a las potencias occi- Las nuevas conquistas de Israel proporcionaron mayor seguridad al país. Aunque su
dentales para que cumplieran la garantía. Washington y Lóndres publicaron relaciones territorio era ahora mucho mayor, sus fronteras eran más cortas y más fáciles de defender.
sobre vías navegables internacionales y el ministro británico de Asuntos Exteriores, Sus tropas se quedaron junto al canal de Suez y el estrecho de Tirán, mientras en el norte
George Brown, presentó una declaración marítima cuya conexión con la c.risis parecía, los imponentes Altos del Galán pasaron de manos sirias a manos israelíes. Pero para la
sin embargo, remota. De Gaulle propuso conversaciones cuatripartitas, pero los rusos las mayoría de los israelíes (aunque cada vez menos, con el paso del tiempo) el objetivo de
rechazaron. En las primeras horas de la mañana del día 26, el embajador soviético en El este nuevo territorio no era mantenerlo, sino utilizarlo para negociar. Israel esperaba tener
Cairo sacó a Nasser de la cama para advertirle que se anduviera con cuidado, pero las ahora el poder necesario para obligar a sus vecinos a acordar la paz y a reconocer un Esta·
maniobras egipcias habían originado una ola de entusiasmo y de insensato optimismo en do de Israel con fronteras definidas no muy distintas a las de antes de la guerra. Dejando
el mundo árabe que llevó a Nasser aún más lejos. El rey Hussein llegó a El Cairo para aparte los detalles estratégicos, la única ganancia a la que Israel tenía la intención de afe-
hacer las paces con Nasser, se firmó un pacto defensivo y se estableció un mando con- rrarse con una tenacidad innegociable era Jerusalén, la vieja ciudad cargada de emoción.
junto, lrak se unió al pacto pocos días después, tropas egipcias se trasladaron a Jordania. Durante algunos meses esta actitud prevaleció pero no se vio respaldada por ninguna
Israel, que había observado las primeras maniobras de Egipto con serenidad, llegó a la acción efectiva, a pesar de que muchos observadores pensaban que Egipto y Jordania
conclusión de que el peligro de guerra era real y unas horas después de que lrak entrase a habían dado señales de buena voluntad para negociar. En agosto, los dirigentes árabes se
formar parte del pacto egipcio-jordano -tras demorarse, en parte a causa de las presiones reunieron en Jartum. Arabia Saudí y Kuwait acordaron compensar a Egipto por las pér-
estadounidenses, más de lo que algunos miembros del gabinete juzgaban prudente- ases- didas derivadas del cierre del canal y a Jordania por las ocasionadas con la conquista de
tó el primer golpe. La victoria israelí fue inmediata y total. Aunque desde entonces se todo su territorio al oeste del río Jordán. Entre otros ingresos, se les indemnizaría con las
designó esta guerra con el nombre de Guerra de los Seis Días, de hecho Israel derrotó tan- rentas públicas procedentes de los turistas y de los peregrinos que visitasen Jerusalén. A
to a Egipto como a Jordania en un plazo de dos días, anexionándose Jerusalén y ocupan- cambio, Egipto aceptó salir de Yemen y no armar mucho alboroto en relación con la reti-
do todo el territorio jordano al oeste del río Jordán y la pení~ula del Sinaí en su totali- rada del ineficaz y oneroso boicot que los países productores de petróleo habían impues-
dad. Siria fue castigada más tarde pero no menos rápidamente. Nasser, que había vuelto to a los consumidores occidentales. Se dio autorización de fomia oficiosa para que, por
al centro de la escena sólo para hundirse y fracasar de manera más humillante que Faruq separado y con carácter secreto, Jordania llevase a cabo conversaciones con Israel. Se
veinte años antes, dimitió, pero se encontraron (y fueron ejecutadas) varias cabezas de sometieron a discusión diversos términos de paz, incluidos el libre tránsito para la bande-
turco, de fomia que Nasser pudo sobrevivir para acabar por caer en una guerra posterior. ra israelí a través del estrecho de Tirán y del canal de Suez y el posible reconocimiento
Se ha debatido mucho la cuestión de la COITección legal y las consecuencias políti- egipcio de Israel. Pero este acercamiento por partes no satisfizo a Israel, que continuó
cas de la decisión de U Thant de proceder a la evacuación de la UNEF y de hacerlo de inflexiblemente resuelto a la celebración de una conferencia formal de paz y a llevar a
forma apresurada. La UNEF se había desplegado con el acuerdo de Egipto, el cual era cabo negociaciones directas árabe-israelíes sin intermediarios (en oposición a la llamada
necesario desde el momento en que la operación se emprendió en virtud del capítu· fórmula Rhodes según la cual las partes habrían de comunicarse entre sí a través de la
lo VI y no VII de la Carta de las Naciones Unidas. Pero Hammarskjold había hecho un ONU o de otro mediador). La lucha comenzó de nuevo. La URSS, que había perdido
pacto con Nasser y se suscitó la cuestión de si, mediante este acuerdo, Nasser había prestigio así como, de manera indirecta, material bélico, decidió proceder al rearme de
hecho en alguna medida dejación del derecho soberano de Egipto a exigir la retirada de Egipto. En octubre, los egipcios hundieron un destructor israelí utilizando armas rusas. Al
dicha fuerza. Se ha alegado por un lado que el sentido y finalidad de la corresponden- verse incrementado el intercambio de ataques de un lado a otro del canal, Israel resolvió
cia Nasser-Hammarskjéild era hacer que sólo se pudiera poner fin al estacionamiento de obligar a Egipto a volver a un alto el fuego amenazando con profundas y masivas repre-

348 349
salias, pero Egipto, en lugar de aceptar, pidió a los rusos y obtuvo de ellos más ayuda. La statu quo¡ y el resurgimiento de un poderío palestino independiente, hostil a gobiernos
posición rusa en Egipto se vio fortalecida; los estadounidenses por consiguiente se alar· árabes que mantenían relaciones amistosas con la URSS, y en parte sustentado por Chi-
maron. na, amenazaba con complicar los problemas diplomáticos de Moscú si no se alcanzaba
En el frente jordano, los principales cambios efectuados por la guerra fueron, además la paz. Moscú deseaba también la reapertura del cánal para el paso de suministros a Viet-
del desplazamiento de la frontera, la afluencia de más de 250.000 refugiados palestinos nam del Norte y para su flotilla en el océano Indico. Francia, que no dependía ya del
a Jordania, una organización más efectiva de las fuerzas guerrilleras palestinas y, como petróleo de Oriente Medio tras la apertura de los yacimientos petrolíferos de Argelia y
consecuencia, la conversión de Jordania en un blanco esencial de los ataques israelíes. Libia, había conseguido salir de la órbita israelí en la que el gobierno Mollet le había
El humillante hundimiento de los ejércitos regulares de los estados árabes había inten· introducido y, alarmada por el crecimiento del poderío naval ruso en el Mediterráneo
sificado la creencia de los palestinos de que era inútil contar con estos estados para la oriental y (presumiblemente) en el Mediterráneo occidental, trató de romper el mono·
recuperación de los territorios y derechos que habían perdido en Palestina. Decidieron polio soviético en el mundo árabe y dar a los árabes cierta libertad de maniobra diplo·
valerse por sí mismos y, puesto que su causa ejercía un compulsivo atractivo emocional mática y comercial ofreciéndose a vender armas a Irak y a Libia. Del mismo modo que
sobre todo el mundo árabe, disfrutaron de un grado de influencia política en las capita· en 1956, también en 1967 la preocupación primordial de Francia en Oriente Medio era
les árabes desproporcionado en relación con su efectividad militar y se creyeron en situa- la de las implicaciones que los acontencimientos que allí se desarrollasen pudieran tener
ción de obstaculizar propuestas de reconciliación con Israel que no se ajustasen a sus en el equilibrio de fuerzas en el Mediterráneo occidental. Gran Bretaña, todavía depen-
demandas irredentistas. Su principal arma era la amenaza de desintegración del reino de diente del petróleo de Oriente Medio y aún involucrada en el Golfo Pérsico, quería la
Jordania donde, además de constituir más de la mitad de la población, contaban ahora paz en términos generales y en particular por las ventajas comerciales que se derivarían
también con fuerzas armadas. Militarmente no suponían una seria amenaza para Israel de la reapertura del canal. Pero la resolución de noviembre de 1967 no dio fruto.
-una razón más por la que tenían que perseguir sus objetiv~s amenazando a Jordania- En 1968-1969 se inició una guerra de desgaste en el frente de Suez a la que Israel deci-
pero las tácticas de su guerrilla provocaron represalias de Israel contra los países que les dió poner fin, a comienzos de 1970, mediante incursiones aéreas a Egipto que llegaron a
daban asilo. En 1968, una facción de los palestinos empezó a secuestrar aviones. En julio, tan sólo unas millas de El Cairo. Esta tactica fracasó porque condujo a la URSS a refor-
el avión de las líneas aéreas israelíes El Al fue obligado a aterrizar en Argel, donde se zar las defensas de Egipto con misiles y pilotos rusos y dotaciones de proyectiles: al final
retuvo a los pasajeros israelíes hasta ser finalmente liberados por mediación italiana y, en del año, la URSS había estacionado en Egipto a 200 pilotos y a unos 15.000 hombres
diciembre, las fuerzas aéreas israelíes destruyeron trece aviones en tierra, en Beirut, como encargados de los misiles, y estaba abasteciendo de personal a 80 bases de misiles, ade-
respuesta a un ataque palestino a otro avión de El Al en Atenas. más de las bases anteriores dotadas de personal egipcio pero equipadas también con misi-
En noviembre de 1967, Gran Bretaña había logrado obtener el apoyo de Estados les soviéticos. Israel se vio obligada a desistir. El combate quedó limitado una vez más al
Unidos, la URSS y Francia para aprobar una resolución del Consejo de Seguridad que canal y sus alrededores. Estados Unidos y la URSS presionaron a sus clientes para que
condenaba la adquisición de territorios por la fuerza, exigía a Israel que abandonara comenzasen a dialogar en vez de luchar. Israel aceptó dialogar sobre la base de una reti-
las tierras recientemente conquistadas y abogaba por un arreglo que incluiría el reco· rada a los límites anteriores a 1967 y Nasser afirmó que Egipto reconocería a Israel. Los
nacimiento de Israel y un trato justo para los refugiados palestinos. Esta resolución israelíes aceptaron que las conversaciones pudiesen ser indirectas (a través de un nego-
(242/67) fue aceptada por los árabes (con la excepción de Siria) tras ciertas dudas; ciador de la ONU, el embajador sueco Gunnar Jarring) o directas. En junio, por consi·
Israel la rechazó. Esta desacostumbrada solidaridad entre las mayores potencias -que guiente, el secretario de Estado estadounidense William Rogers presentó un plan para el
Francia había propiciado infructuosamente desde hacía tiempo- se vio facilitada por alto el fuego como paso previo a negociaciones indirectas cuyo objetivo era una retirada
el miedo de Washington y Moscú de verse luchando en lados opuestos en un conflicto israelí y un reconocimiento egipcio de Israel. A este último país no le s~tisfizo este plan,
armado que, afortunadamente para ambas, sólo duró seis días. Las dos superpotencias ni tampoco a los palestinos; Nasser lo rechazó. Pero en el mes de julio Nasser pasó d.os
deseaban la paz en Oriente Medio. Mientras durase el estado de guerra, los estadouni· semanas en Moscú y tanto Egipto como Israel aceptaron la idea de un alto el fuego. En
denses estarían comprometidos, si bien en una medida indeterminada, con Israel, y agosto se alcanzó un acuerdo de cese de hostilidades y alto el fuego de nueve días; en un
por consiguiente incapacitados para mejorar sus relaciones con los estados árabes. Por área de 50 kilómetros a ambos lados del canal se detendrían los combates y no serían
su parte, los rusos podrían mejorar enormemente su posición como potencia de introducidas nuevas unidades; las conversaciones comenzarían bajo los auspicios de
Oriente Medio y perfeccionar las instalaciones y servicios militares que tenían allí. Jarring. El acuerdo se renovó en noviembre y de nuevo en febrero de 1971, pero fue
El cese de la ayuda estadounidense a Egipto en 1966 (incluidos alimentos gratuitos inmediatamente infringido por Egipto, que desplazó misiles a la zona de alto el fuego.
en virtud de la Ley Pública 480) había arrojado a este país en los brazos de la URSS antes Israel respondió abandonando las conversaciones Jarring, y solicitando ayuda estadouni·
incluso de los desastres de la campaña de 1967, y había permitido de esa forma a Mos· dense masiva. Obtuvo sólo parte de sus demandas, se indignó con Washington y se vio
cú llevar a su punto culminante la conquista de posiciones ventajosas que había comen· obligada a volver a las conversaciones antes de que hubiese finalizado el año.
zado después de que Eden, con su adhesión al Pacto de Bagdad, y Ben Gurión, con la Estas conversaciones alarmaron enormemente a los palestinos, que previeron un
incursión de Gaza de 1955, hubiesen dado origen a la alianza ruso-egipcia. Los benefi- acuerdo egipcio-israelí, seguido quizá de un acuerdo jordano-israelí, que les dejaría a
cios obtenidos en este breve período hicieron que los rusos se interesaran por la esta· ellos al margen. Decidieron hacer que los debates se fueran a pique y no prosperasen.
bilidad de Oriente Medio, donde habían llegado a ser algo así como una potencia del El Frente Popular para la Liberación de Palestina del doctor George Habash, un gru·

350 351
po reducido -pero activo y extremista- de entre más o menos una docena de organi· izquierda- que constituían claros e inequívocos centros de poder. Fueron suprimidos casi
zaciones palestinas distintas, secuestró cuatro aviones de línea estadounidenses y bri- tan rápidamente como los pachás del antiguo orden. Se prohibieron los partidos políti·
tánicos, retuvo como rehenes a los pasajeros y a la tripulación e incendió los aviones. cos. Nasser desbancó al líder nominal del golpe, Naguib, que se hizo sospechoso de no
En Ammán, el rey Hussein, cediendo a las presiones de sus consejeros antipalestinos ser suficientemente implacable con algunas elites prerrevolucionarias. Antes de 1954, la
radicales, optó por someter a una prueba de fuerza a los palestinos, que estaban con· posición de Nasser se había consolidado. En ese año consiguió los objetivos nacionales
virtiendo su país y su capital en un campamento armado y exponiéndolo a los ataques de Egipto al negociar con Gran Bretaña la retirada de las fuerzas británicas de la zona del
enemigos. Hussein puso de manifiesto el poder de su ejército, que causó muchas bajas canal y la supresión de su dominio en Sudán. Parecía haber llegado el momento para las
a los palestinos, pero conmocionó al mundo árabe con el espectáculo de una guerra reformas económicas que convertirían el golpe de 1952 en una auténtica revolución.
fratricida y hubo de sufrir un desaire político al restaurarse la paz mediante la inter- La economía egipcia era débil en el interior y en el exterior. Egipto disponía de esca-
vención de otros estados árabes (fundamentalmente de Siria, que invadió Jordania) y sísima tierra cultivable, una economía de monocultivo (algodón), una agricultura estan·
tener que firmar, en la embajada de un país extranjero, lo que era de hecho un trata- cada, ningún recurso mineral, una pequeñísima participación en el comercio interna-
do de paz con el líder palestino Yassir Arafat, al que se concedía de esta forma la con· cional, una reducida industria, poco capital con el que poder desarrollarla, y una
dición de jefe de Estado sin los inconvenientes de tener un territorio que defender y población que crecía a un ritmo de un 3% anual. El relativamente reducido sector de la
controlar. El rey se comprometió a apoyar las aspiraciones de los palestinos, aunque industria modernizada estaba en manos extranjeras. Había, no obstante, una burguesía
poco después inició conversaciones secretas con Israel de las que con poca probabili- autóctona con ciertos recursos de capital y Nasser se propuso en un principio obtener su
dad ihan a extraerse términos de paz aceptables ni para Israel ni para los palestinos. cooperación para el desarrollo y diversificación de la economía egipcia. Pero esta clase no
En el transcurso de los combates en Jordania, las tropas iraquíes estacionadas en tenía fe en el nuevo régimen y prefería atesorar su dinero en ahorros improductivos, bien
ese país no hicieron ademán de socorrer a los palestinos. Siria, por otra parte, había dentro del país o bien fuera de él, en vez de arriesgarlo invirtiéndolo en la industria. Hacia
enviado un pequeño destacamento de tanques al otro lado· de la frontera pero lo reti- finales de la década de los cincuenta, la situación de desempleo masivo y de abrumadora
ró, probablemente bajo presiones rusas inducidas a su vez por la perspectiva de una pobreza apenas se había modificado y Nasser tuvo que ensayar nuevas vías. La negativa
intervención israelí o americana contra la intervención siria. El gesto desafortunado occidental a financiar la presa de Asuán y el ataque anglo-francés a Egipto de 1956 le
del general Jedid recordaba su fracaso de 1967 en la defensa de los Altos del Galán habían dado razones para incautarse del activo de compañías extranjeras y, a comienzos
contra Israel y contribuyó al posterior derrocamiento del gobierno sirio en ese mismo de los sesenta, fue aún más lejos y estableció un control estatal sobre la mayor parte de la
año por parte del propio ministro de defensa, el general Assad, un líder no menos economía (salvo el comercio al por menor). También amplió la reforma agraria con medi-
anti-israelí que Jedid pero más preocupado por mantener buenas relaciones con Egip· das que iban más lejos que los modestos y en gran parte ineficaces primeros pasos de 1952
to y otros países árabes. Mucho más importante fue, entre las consecuencias de h1 gue· (cuando se había fijado un límite de ZOO feddan para propiedades particulares, una refor·
rra interna de Jordania, el súbito fallecimiento de Nasser, víctima de un ataque car- ma que se eludió recurriendo a diversas estratagemas como la transferenda de propieda-
diaco provocado por sus tremendos esfuerzos por restablecer la paz en Jordania. Fue des a parientes¡ esta reforma no era de aplicación para tierras estatales o religiosas). Un
sucedido con fluidez constitucional por el vicepresidente, Anuar él-Sadat. plan quinquenal para el período 1960-1965 se proponía incrementar el producto nacional
bruto en un 7%, anual y de hecho hubo un aumento de un 5,5%, pero repercutió escasa-
mente sobre una población activa cuyas cifras aumentaron en los mismos años en un 4%.
MUERTE DE NASSER El problema económico al que hubo de hacer frente Nasser no fue nunca fácil, pero
su política exterior hizo que su solución fuese imposible. Es probable que en 1954 inten-
La muerte de Nasser eliminó de la escena al primer egipcio que gobernó en Egipto tase dedicar más atención y recursos a los asuntos internos, pero la resolución en ese año
desde antes de los días de Alejandro Magno. El movimiento que le llevó al poder había de sus diferencias con Gran Bretaña fue casi inmediatamente seguida de una política
tenido unos orígenes complejos. Perseguía la emancipación nacional, un renacimien- israelí más agresiva y de la adhesión de Gran Bretaña al Pacto de Bagdad, que Nasser
to espiritual (islámico), reformas sociales y modernización económica. Nasser quería interpretó como una intervención británica en la política árabe a favor del propósito de
despojar a Egipto de una monarquía y una clase alta parasitarias, acabar con la domi· los adversarios de Egipto de sofocar la revolución egipcia. Así pues, Nasser se vio cre-
nación británica sobre Egipto y Sudán, y elevar el miserable nivel de vida del pueblo cientemente inmerso en los asuntos externos en vez de lo contrario. Los artífices de la
egipcio a través de una distribución más equitativa de la tierra, una ampliación del área revolución habían pretendido siempre crear un ejército más fuerte, más eficiente y mejor
cultivable y el fomento de la industria. Consiguió los objetivos adicionales de dirigir a equipado que el de Faruk. Este objetivo recibió un nuevo impulso ante la aparente nece-
todos los árabes contra Israel y contra los regímenes árabes juzgados reaccionarios. sidad de defender al país contra Israel y a la revolución contra el lrak de Nuri y sus ami-
El movimiento revolucionario, del que él fue al principio únicamente uno más de gos británicos. La consiguiente búsqueda de armamento por parte de Nasser -y de los
entre una serie de líderes, era predominante aunque no exclusivamente una colectividad medios necesarios para pagarlo- elevó en un principio los gastos de defensa de Egipto por
militar en la que pronto Nasser pasó a ser la figura principal y dirigente por la fuerza de encima de cualquier porcentaje normal en relación coh los ingresos del Estado, y obligó
su personalidad y por la eliminación de posibles rivales. Entre los enemigos del viejo régi- más tarde a Nasser a recurrir a préstamos que Egipto tenía pocas perspectivas de devol-
men había elementos -la Hermandad Musulmana a la derecha y los comunistas a la ver. Las ayudas y otros recursos que podrían haberse dedicado al desarrollo económico

352 353
fueron destinados a financiar un déficit de la cuenta externa que se vio incrementado de
forma alarmante a partir de 1961. La guerra del Yemen vino a empeorar las cosas. La
permanente guerra con Israel privó a Egipto de la ayuda y los alimentos gratuitos esta-
dounidenses. En el momento de la muerte de Nasser, el nivel de vida material de los
XI Acercamiento
al Líbano
egipcios no era mucho mejor de lo que lo había sido dieciocho años antes {si bien se
había producido cierta mejora en las condiciones de vida de las ciudades), y el país esta-
ba en manos de la URSS.

Cuando Nasser murió, en 1970, la política de Oriente Medio {excluido Irán) esta·
. 1
ba dominada por una estructura bipolar: Israel/Estados Unidos versus Egipto/URSS .
En el plazo de unos cuantos años esta política había cambiado mucho. La alianza
Egipto-URSS se había roto. Estados Unidos, si bien no abandonó a Israel, dejó de
considerar la protección de Israel como el único y decisivo eje de su actuación en
Oriente Medio. Los palestinos habían adquirido una nueva fuerza, que en seguida
hubieron de ver seriamente amenazada. Los países árabes exportadores de petróleo
habían hecho una asombrosa demostración de la eficacia de las sanciones económi·
cas. Un más antiguo esquema de poder estaba resurgiendo de nuevo, basado en las tres
capitales históricas de El Cairo, Damasco y Bagdad a las que se añadía el nuevo cen-
tro de poder de Riad. El Estado libanés estaba práctic~mente en ruinas.
Sadat, al igual que Nasser, se vio sometido a presiones de Moscú para alcanzar algún
acuerdo con Israel en la suposición de que Is~ael estaba bajo presiones equivalentes por
parte de Washington. De hecho, tanto Estados Unidos como la URSS fluctuaban entre
ejercer presión sobre sus clientes y acceder al menos en parte a sus demandas de ayuda y
armamento: hacia finales de 1971 la ayuda estadounidense a Israel, tras haberse visto fre-
nada por razones políticas, era de nuevo considerable. Después del combate en Jordania
en 1970 y de la muerte de Nasser, Egipto, Siria, Libia y Sudán habían acordado formar
una nueva federación de repúblicas árabes, pero la diplomacia de Sadat tenía múltiples
facetas. Deseaba mejorar las relaciones de Egipto con las monarquías saudí y jordana y
efectuar asimismo una reconciliación entre Siria y Jordania, que habían estado a punto
de enzarzarse en una lucha a causa de los palestinos. Sadat estaba bien dotado para este
tipo de actuaciones, puesto que temía menos que Nasser a los jefes de otros estados, y
aunque cometió el error de asumir y afirmar que lograría una solución de la cuestión
árabe-israelí en un plazo de un año, consiguió no sólo afianzarse en el poder en su país,
sino también reforzar gran parte de mundo árabe mientras perseguía al mismo tiempo
una política tendente a alcanzar un acuerdo bilateral con Israel. Habiendo heredado el
cese de hostilidades y el alto el fuego de agosto de 1970, así como las consiguientes con-

354 355

Anda mungkin juga menyukai