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CONAGUA 2017 XXVI Congreso Nacional del Agua

NECESIDAD DE LA ELABORACIÓN DE UN MAPA


HIDROGEOLÓGICO INTERACTIVO DE LA REPÚBLICA
ARGENTINA
Adrián Silva Busso 1,2, 3 y Sergio Amato1,3
1: Dpto. de Geología, FCEN, UBA, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
2: GIICMA, UTN, Regional Concordia, Concordia, Entre Ríos, Argentina
3: Instituto Nacional de Agua. (DSH), Ezeiza, Buenos Aires Argentina

RESUMEN

El presente trabajo trata de una propuesta de elaboración de un producto a realizar que


creemos indispensable e impostergable en el siglo XXI. Esto se debe a su utilidad en el campo
de las actividades productivas de carácter agropecuario, minero, industrial e incluso en el
ordenamiento territorial de regiones en expansión urbanística o de nuevas áreas a poblar. Este
producto es el Mapa Hidrogeológico Argentino. Se detallan aquí aspectos relacionados con los
requisitos necesarios para su elaboración y las condiciones generales que deberían cumplir la
cartografía y todos sus subproductos. Se propone una cartografía temática que brinde una
información sencilla y confiable sobre las condiciones generales de nuestro recurso hídrico
subterráneo. Este mapa debe ser digital, periódicamente actualizado y a disposición del público
en general además de ser consultable en internet. Se proponen criterios para su integración y
sistematización como producto único a nivel nacional. Se contempla una amplia diversidad a
los colaboradores e investigadores que creemos indispensables para la ejecución de este
verdadero emprendimiento. La propuesta es seguramente perfectible y está abierta al debate y
a la crítica constructiva para su discusión, una tarea que le debemos a la nación desde
principios de siglo XX.

ABSTRACT

This paper deals with a proposal for the elaboration of a product that we believe to be
indispensable and indispensable in the 21st century. This is due to its usefulness in the field of
productive activities of agricultural, mining, industrial, and even in the territorial ordering of
regions and in urban expansion or of new areas to be inhabited. This product is the Argentine
Hydrogeological Map. We will detail aspects related to the necessary requirements for its
elaboration and the general conditions that the mapping and all its sub products. We propose a
thematic cartography that provides simple and reliable information on the general conditions of
our groundwater resource. This map must be digital, periodically updated and available to the
people in addition to being searchable on the internet. We will propose criteria for its
integration and systematization as a unique product at a national level. We believe that a wide
diversity of collaborators and researchers are indispensable for the execution of this real
enterprise. Undoubtedly, the proposal is open to debate and constructive criticism for its
discussion and is surely to be improved. We owe this work to the nation since the beginning of
the 20th century.

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

El presente trabajo trata de una propuesta metodológica para la elaboración del Mapa
Hidrogeológico Argentino, un producto cuya realización creemos indispensable e
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impostergable en el siglo XXI. Este producto es de fundamental utilidad en la gestión del


recurso hídrico subterráneo para diferentes actividades productivas (consumo humano,
agropecuaria, minero, industrial, otras). Incluso también para el ordenamiento territorial de
regiones en expansión urbanística o agropecuaria, siendo además una base fundamental para
los estudios de protección ambiental del recurso. Diversos sectores públicos y privados,
académicos y profesionales de una u otra forma lo han reclamado, especialmente en los últimos
20 años, un instrumento cartográfico de este tipo. Se propone un producto cartográfico
hidrogeológico que brinde información sencilla y confiable sobre las condiciones generales de
nuestro recurso hídrico subterráneo. Se propone un producto digital, periódicamente
actualizado y a disposición en internet para el público en general; sean o no especialistas en la
disciplina. Se establecen criterios para su integración y sistematización de la cartografía como
producto único a nivel nacional donde es imprescindible una amplia participación e integración
de grupos de investigación, empresas privadas e instituciones provinciales. El objetivo de este
estudio es proponer y discutir pautas específicas para la realización del mapa hidrogeológico y
justificar cada una de las mismas sobre la base de experiencias internacionales y nacionales
previas. El resultado es una propuesta metodológica pautada y organizada capaz de abordar
con éxito la terea adaptada a las necesidades del siglo XXI.

ANTECEDENTES

En principio existe una deuda histórica con respecto a la confección de un mapa


hidrogeológico nacional dado que el Congreso de la Nación 1909 sancionó la Ley Nacional
N°6816 por la cual se asigna, en aquel tiempo a la vieja División de Minas, Geología e
Hidrología la confección del Mapa Hidrogeológico de la República Argentina, los estudios
hidrogeológicos y perforaciones de exploración. Si se continúa a lo largo del tiempo
transcurrido la evolución institucional, este mandato fue competencia e injerencia de la
Secretaría de Minería de la Nación hasta 1970, para luego pasar al recién fundado INCYTH
(Instituto Nacional de Ciencias y Técnicas Hídricas), luego a partir de mediados de la década
del noventa del pasado siglo hasta hoy día pasar a la esfera de actividades del INA (Instituto
Nacional del Agua) heredero final de este mandato. Dicho esto podemos resumir los diferentes
aportes realizados por las diferentes instituciones mencionadas a la largo del tiempo. El primer
antecedente a nivel nacional corresponde al Mapa Hidrogeológico de la República Argentina
del año 1963 a escala1 1:5.000.000 realizado por la División Hidrogeología de la ex Dirección
Nacional de Geología y minería (DNG y M, 1963). Para la elaboración del mismo se utilizó
como base el Mapa Geológico de 1950 a escala 1:2.500.000 en el que se considera
fundamentalmente la permeabilidad de las distintas formaciones geológicas. Por otra parte,
desde 1964 y hasta 1971 la Dirección Nacional de Geología y Minería publicó una serie de 11
Boletines de estudios hidrogeológicos y su correspondiente cartografía a escala 1:200.000.
Estos se realizaron en las localidades de Bahía Blanca (Buenos Aires), Puerto Deseado (Santa
Cruz), Valle del Río Conlara (San Luis), Marcos Juárez (Santa Fe), Arias, Venado Tuerto y
Colón (Córdoba - Santa Fe), Firmat, Casilda y Cañada de Gómez (Santa Fe). Cañada Rosquin
(Santa Fe), El Trébol (Santa Fe), Olavarría - 16 de Julio (Buenos Aires), Líbano, Laprida,
Pedro P. Lasalle (Buenos Aires) y Valle Antinaco - Los Colorados (La Rioja). Una de las
últimas obras de este tipo terminada en 1975 por la ex Dirección Nacional de Geología y
Minería fue el estudio realizado mediante el Convenio Argentino-Alemán de Aguas
Subterráneas (CAAAS, 1975) a escala 1:500.000. Durante el mismo se ejecutaron trabajos de
carteo hidrogeológico regional entre los cuales mencionaremos el mapa de posibilidades de
explotación y uso del agua subterránea en la Llanura Pampeana, y publicado por el Servicio
Geológico Federal de Alemania (CAAS, 1975).
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Han existido también estudios estudios hidrogeológicos de alcance regional realizados por la
nación fuera de la órbita de la ex Dirección Nacional de Geología y Minería que han propuesto
o representado cartográficamente sus resultados. Entre los más conocidos se destaca el estudio
hidrogeológico del área metropolitana de Buenos Aires (EASNE, 1972) financiado por el CFI
(Consejo Federal de Inversiones) que presenta algunos aspectos cartográficos de tipo
hidrogeológico. También el Ejército Argentino en las décadas del cuarenta y cincuenta del
pasado siglo publicaba las Cartas Geológica e Hidrológica Militar de diferentes regiones donde
sobre la base de la cartografía del IGM a escala 1:100.000 se volcaban datos de tipo
hidrogeológico a la manera de un gran censo de pozos existentes.
Para la misma época y paralelamente han existido esfuerzos a nivel provincial. El mapa
denominado “Contribución al Mapa Geohidrológico de la provincia de Buenos Aires” también
de 1974, elaborado por el Programa de Desarrollo y Manejo del Agua Subterránea (DYMAS,
1974). El mapa hidrogeológico de la provincia de Córdoba de 1978, confeccionado por la
Dirección Provincial de Hidráulica (DPH, 1978). También se cuenta para aquella época con
mapas regionales en otras provincias pero de escalas mayores a 1:500.000 pero inéditas. Con
el objeto de contar con una cartografía hidrogeológica de alcance regional hacia principios de
la década del ochenta del pasado siglo el Instituto Nacional de Ciencia y Técnica Hídricas
vuelve a tomar la iniciativa proponiendo la confección del Mapa hidrogeológico Nacional
planteada a escala 1:1.000.000 (INCYTH, 1984). La propuesta fue dividir el territorio nacional
en secciones lo que dio la suma total de 21 mapas cartográficos (incluyendo la porción
reclamada del continente antártico) acompañados cada uno de ellos de un informe sintético de
las características hidrogeológicas y generalidades de la región comprendida (ver figura 1). La
primera y única hoja hidrogeológica publicada a escala 1:1.000.000 fue la Nº 10 Rio Quinto
con un esquema de hojas base 1:500.000 que la componen. Se trabajó en la publicación de las
Hojas Nº9 Rio Desaguadero y la Nº 11 Rio de la Plata pero no se alcanzó el objetivo de
publicación previsto.
Unos años después, en 1989, el INCYTH publica un mapa Hidrogeológico General de la
República Argentina teniendo en cuenta las consideraciones generales del Comité de
Coordinadores Generales de América del Sur y de los especialistas de la UNESCO, con la
dirección del hidrogeólogo a escala 1:2.500.000 (Bitesnik et al., 1989). Vale aclarar que estas
consideraciones cartográficas fueron establecidas para el Mapa Hidrogeológico de América del
Sur a escala 1:10.000.000. Girau y Ludueña (1995) actualizan y corrigen algunos de estos
aspectos de la presentación cartográfica de este mapa integrándolo a un Sistema de
Información Geográfica (SIG) pero no agregan más información que la representada
previamente por Bitensnik et al., (1989). También hacia mediados de la década del noventa
(1996-1998) del pasado siglo se materializan algunos productos cartográficos en la esfera
provincial. Con financiamiento del SEGEMAR en el marco del proyecto PASMA el CRAS
(Centro Regional de Aguas Subterráneas) realiza la cartografía de provincias cuyanas de
Mendoza y San Juan escala 1:500.000 que aún no han sido publicadas sistemáticamente.
En el 2001, a instancias del Proyecto BID-PICT (SECYT-INTA), se confecciona una
cartografía hidrogeológica con el modelo de repartición territorial del mapa INCYTH, (1984)
pero metodológicamente adaptada a las normas de la AIH (Struckmaier and Margat, 1995).
Así se edita, digitalmente y en SIG, la denominada hoja hidrogeológica N°14 Río Quequén
(Silva Busso et al, 2004) que presenta una caracterización de los recursos hídricos
subterráneos del área SE de la provincia de Bs.As.
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Figura 1.- Mapa Hidrogeológico de la Rep. Argentina (INCYTH, 1984)

El material cartográfico y el texto presentados son el resultado de la recopilación, análisis e


informatización de datos disponibles y tareas de campo utilizados para identificar áreas
hidrogeológicas claramente definidas. Este último trabajo presenta además ciertas
adecuaciones metodológicas que puede resultar la base par aun abordaje moderno de la
cartografía hidrogeológica (ver figura 2).
Más recientemente Venencio y Sosa, (2015) realizan una cartografía de aguas subterráneas en
el marco de un estudio hidrogeológico regional en la Prov. del Santiago del Estero. Aunque en
el mismo no se respetan las unidades estratigráficas del mapa geológico constituye un
importante aporte a la hidrogeología regional.
Cabe mencionar también que a través de trabajos académicos y tesis doctorales se han
realizado diversos mapas de carácter hidrogeológico de acuíferos específicos o regiones
específicas que también constituyen un aporte importante, entre ellos se mencionan Bonorino
(1988), Silva Busso (1999), García (1998) sin desmedro de otros que por razones de espacio
sería imposible detallar. Finalmente, se mencionará que a lo largo de los últimos años e incluso
actualmente ha habido propuestas e intentos de publicación de mapas hidrogeológicos de
diferentes provincias y regiones, o bien, se encuentran como obras aún inéditas.
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Figura 2.- Hoja Hidrogeológica N°14 Río Quequén (Silva Busso et al, 2004)

DISCUSIÓN

Se han mencionado los emprendimientos de cartografía hidrogeológica de diverso origen.


Algunos, dentro de una propuesta de proyecto de alcance nacional que buscaba integrar al
país, otros, han sido producto de esfuerzos parciales, de alcance provincial e incluso personal
que incluso aún no han sido publicados. Esta diversificación de los esfuerzos lleva a considerar
que como experiencia adquirida las siguientes observaciones caracterizan un cuadro de
situación, a saber:
 A lo largo del tiempo y en particular los últimos 50 años ha existido un constante
interés por cartografiar este tipo de recurso. Esto se ha visto manifestado en la
demanda permanente desde diversos sectores “no especializados” en una cartografía de
este tipo. No obstante, los productos cartográficos logrados para suplir la demanda de
dichos sectores fueron discontinuos en tiempo y fragmentarios en alcance.
 El resultado de la demanda antes mencionada derivó en proyectos cartográficos de
diferente tipo. Algunos desde la nación en el marco de sus institutos especializados
(Secretaría de Minería, INCYTH, etc), otros desde las provincias atendiendo a
demandas específicas de sus reparticiones vinculadas con el recurso (DIPAS, DPH,
etc.) y otros desde las universidades (trabajos de investigación científica). En síntesis, el
resultado es una atomización y disparidad del esfuerzo y los recursos, centrando la
discusión sobre “quien” debía cartografiar el recurso más que sobre el “como” sería la
mejor forma de hacerlo y hacia “donde” dirigir los resultados.
 En los últimos 25 años las propuestas de cartografía hidrogeológica han sido
fundamentalmente de tipo provinciales o parciales relacionados con estudios
individuales o proyectos específicos, pero se observa una aguada dificultad y
consecuente fracaso para coordinar un proyecto integral y sistemático de la cartografía
hidrogeológica argentina desde entidades nacionales que coordinen el esfuerzo de
todos.
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 A esto se suma cierto grado de desinterés desde lo formal y lo presupuestario de entes


e instituciones nacionales, ya sea porque se alude al carácter federal del país y el
recurso, prioridades cortoplacistas, falta de recursos humanos especializados y
actitudes segregativas y prejuiciosas de grupos de trabajo provincial por razones ajenas
a la hidrogeología y naturaleza del producto cartográfico.
 Desde una mirada hidrogeológica aún no se ha alcanzado consenso sobre las bases
documentales del producto, la metodología de adquisición y tipo de datos de campo,
densidad de información y alcance de la obra, sistemas de representación cartográfica y
presentación, accesibilidad y criterios de continuidad en la actualización futura. No
obstante en este sentido actualmente no hay demasiada disparidad de criterios.
El Mapa Hidrogeológico de la República Argentina deberá estar pensado para su consulta por
parte de los más diversos usuarios, como podrían ser: entes gubernamentales del propio estado
nacional, las provincias o los departamentos e incluso universidades. También organismos
oficiales nacionales de diverso tipo y función, organismos provinciales, entes municipales,
organismos internacionales y organismos de países limítrofes. Además de las actividades
privadas e independientes como empresas perforistas, productores agrícolas y ganaderos,
empresas mineras, petroleras, industrias de diverso tipo, consorcios urbanísticos, empresas
viales, empresas inmobiliarias y particulares en general. Sin olvidar las proyecciones
pedagógicas y docentes que el producto podría tener. Entonces, la metodología que se
implemente debe incluir los aspectos relacionados con los requisitos necesarios para su
elaboración y las condiciones de calidad que debería cumplir el producto cartográfico
obtenible. Esto se aplica tanto a la información como a los recursos humanos. En principio, el
mapa hidrogeológico es un producto de calidad realizado por especialistas con experiencia
hidrogeológica acreditada, pero destinado en gran medida a usuarios cuya formación en la
disciplina es escasa o incluso nula. De esto se desprende que es necesario recurrir a recursos
humanos específicos y ya formados donde su experiencia en la interpretación regional de datos
es clave para lograr un producto cartográfico sólido. En Argentina no existe un solo grupo de
especialistas que pueda tener esta experticia en todo el país simultáneamente. Pero, si existen
grupos de investigación en diferentes sitios del país cuya experticia local o de determinadas
regiones los hace invalorables al momento de producir la cartografía deseada. De esto resulta
que una adecuada coordinación e integración de estos grupos en un proyecto de cartografía
nacional es una propuesta más eficaz que la tradicional mirada sectorizada y excluyente que
primo a lo largo del tiempo. Por lo que sería sugerible la creación de una Comisión Permanente
del Mapa Hidrogeológico Argentino integrada por especialistas, que pueden ser rotativos, con
el fin de coordinar los esfuerzos y una vez logrado el producto cartográfico colaborar en su
actualización. Esta comisión es la gestora de las potencialidades técnicas y humanas en la
realización del producto cartográfico. Esto permitiría establecer la bases técnicas desde el
principio de manera consensuada (tipo de tareas de campo, densidad de información, escalas,
etc), establecer plazos adecuados de realización frente a las diferencias en el estado de
conocimiento regional del recursos (evitando plazos genéricos en la ejecución del proyecto
pueden ser suficientes en un caso y escaso en otros), coordinar en cómo resolver los problemas
derivados de integración de la información entre diferentes grupos que trabajan en zonas
lindantes, evitar superposiciones o trabajos duplicados, además de entre otras funciones que
permitan mejorar el producto final deseado. Un aspecto importante en este matiz del proyecto
es determinar las unidades territoriales de trabajo. Como se ha mencionado previamente han
primado dos propuestas y se ha propuesto una tercera de perfila más académico. La primera es
la de dividir el territorio en áreas limitadas geográficamente inspirado en los criterios del IGN
(división de sectores en hojas a diferente escala). Esta propuesta goza de antecedentes
centenarios y de algunos proyectos previos (como los realizados en la Secretaría de Minería, el
INCyTH y el INA). Tiene la ventaja de disponerse de cartografía de base oficial y permite con
facilidad trabajar a escalas más detalladas en el futuro, pero estas áreas no suelen coincidir con
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unidades de gestión políticas como municipios, departamentos o provincias convirtiéndola en


un producto cartográfico de más difícil acceso para los potenciales usuarios. La segunda
propuesta, frecuentemente mencionada en publicaciones o estudios de carácter científico es
dividir el territorio siguiendo provincias hidrogeológicas (Auge, 2009), áreas con una
hidroestratigrafía común (Santa Cruz y Silva Busso, 1999), criterio estructurales y/o
estratigráficos (Struckmaier and Margat, 1995). En general estas propuestas son propuestas de
especialistas en hidrogeología bien justificadas desde lo disciplinar pero que generan productos
cartográficos que solo son accesibles para dichos especialistas en hidrogeología. En términos
generales los recursos humanos abocados a la gestión de recurso desconocen estos aspectos y
nunca o rara vez suelen ser un criterio territorial de gestión. Incluso desde entidades de gestión
se ha propuesto informalmente las cuencas hídricas superficiales las cuales en la mayoría de los
casos no guardan relación territorial con la hidrogeología resultando inadecuadas como unidad
territorial. Una tercera propuesta es la de realizar una cartografía considerando las divisiones
políticas del país, en provincias al menos. En principio en los últimos 25 años esta parece haber
sido la tendencia desde las diferentes propuestas mencionadas de alcance provincial. Esto se
debe a diversos factores, uno no menor es que la geología del país se encuentra cartografiada
por provincias y la geología es la base cartográfica del mapa hidrogeológico. Otra razón es que
las provincias son unidades de gestión claramente definidas en el contexto de un país federal, lo
que facilita el acceso de los potenciales gestores o usuarios del recurso a una cartografía
presentada en ese formato. La última es que los grupos de investigación en aguas subterránea
también suelen circunscribirse a territorios provinciales por diversos motivos. Es claro que los
límites provinciales pueden estar determinados por algún rasgo geomorfológico del terreno
(ríos, montañas) o bien ser límites arbitrarios de tipo geográfico (meridanos y paralelos
específicos) y que en muchos casos estos límites no guardan relación con la geología e
hidrogeología. No obstante, la unidad territorial provincial vista desde la percepción humana,
incluso de los grupos de especialistas, resulta en un contexto de trabajo muy establecido.
Desde la gestión la provincia es una unidad política y territorial claramente establecida y
definida. Para que una cartografía sea exitosa desde la misión de alcanzar a los usuarios este
último formato de unidad territorial de trabajo resulta ventajoso, pero necesita de una
coordinación eficiente antes, durante y después de la obra cartográfica. En una jerarquía de
trabajo subordinada los grupos de producción directa de cartografía deberán también ajustarse
a criterios en común. A tal efecto deberán realizar una validación de los distintos tipos de
información que debería emplear, los alcances del levantamiento de datos en el terreno, los
criterios de implementación de la información antecedente, la base de datos que lo conformaría
y los criterios de calidad en el procesamiento de datos y elaboración de la cartografía.
Tomando en las cuenta internacionales propuestas más recientes (Struckmaier and Margat,
1995; UNESCO, 1981) siendo esta es una metodología clásica y general de abordaje del tema.
Resulta así que un mapa hidrogeológico de alcance nacional debe constar como mínimo de las
siguientes etapas de realización:
 Recopilación de datos hidrogeológicos
 Definición de la cartografía base, soporte de datos y acceso a los mismos y soporte
 Definición de la escala de trabajo y presentación
 Trabajo de campo complementario, geológico, hidrológico, geomorfológico, datos de
perforaciones, censo de pozos, ensayos hidráulicos y muestras para hidroquímicas, etc.
 Interpretación de la información de campo y de antecedentes hidrogeológicos
disponibles
 Cartografía hidrogeológica, temática y memoria anexa
Para ir comprendiendo lo que significa cada uno de estos procedimientos debe analizarse cada
ítem y establecer los alcances. La recopilación de información debe estar ceñida a lograr una
adecuada descripción de los aspectos regionales poniendo menos énfasis en aquellos trabajos
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que son puntuales temática o arealmente. La elección de una escala de representación


adecuada requiere de más análisis pero a priori debe saberse que la Argentina posee cartografía
geológica de todo su territorio a escala 1:500000, lo que significa que la cartografía
hidrogeológica encontraría dificultades para trabajar escalas mayores y de mejor detalle que
ese. La razón es que la hidrogeología del país se encuentra, en el mejor de los casos, relevado y
publicado al 1:2500000 y raramente en forma parcial a escalas mayores que 1:1000000. Este
elemento apoya la idea dar continuidad a la escala propuesta en el proyecto de mapa
hidrogeológico de ICYTH, (1984) que todavía es una propuesta vigente permitiendo trabajar a
escalas 1:1000000 con relativa uniformidad en la representación. Resulta así que sería más
conveniente para la gestión una división cartográfica provincial de forma similar a la empleada
por el SEGEMAR en el mapa geológico argentino. Independientemente de las escalas de
trabajo las tareas de campo son una condición sine qua non si este aspecto no es posible lograr
una adecuada cartografía hidrogeológica. Las tareas de campo no solo permiten recuperar
información que puede ser inédita, sino que es importante porque los censos de pozos permiten
al menos obtener un mapa piezométrico, datos hidroquímicos e hidráulicos compensando la
falta de los mismos o su disparidad y dispersión territorial, algo que siempre debe intentar
homogenizarse para alcanzar un mínimo de densidad de y temporalidad de datos que hagan
posible una cartografía bien representada a la escala de trabajo. La validación de información
en el terreno y la corrección y adecuación de las unidades hidrogeológicas es otro factor de
ponderación que se resuelve con las campañas hidrogeológicas. Paso siguiente es la
interpretación de resultados. En principio, un mapa hidrogeológico no es un documento
enciclopédico como tampoco es de carácter científico, sino que, por el contrario es un
documento síntesis que intenta dar en una rápida observación del mismo un panorama de la
hidrogeología de la región bajos ciertas pautas y normas de edición (rastras, colores, signos,
etc.) acompañado de un texto que sintetice la hidrogeología. Esta interpretación debe ir
focalizada bajo este objetivo generando productos que faciliten la comprensión de la
ocurrencia, disposición y características del recurso agua subterránea. Finalmente, dado que la
cartografía es el objetivo y eje central de la obra el criterio de representación se basa en los
estándares internacionales ya propuestos para mapas hidrogeológicos (Struckmaier and
Margat, 1995; UNESCO, 1981) consisten en representar unidades geológicas cuya litología
condicione el tipo de acuífero (clástico, karst o fisurado) y permitan estimar cualitativamente
las variaciones de permeabilidad (si se trata de acuíferos poco o muy permeables, acuítardos,
acuícludos o acuífugos). Esta discriminación toma como base los mapas geológicos previos y
es en este punto donde debemos definir una de las primeras premisas, y es que la escala y
detalle de los mapas geológicos condicionará la escala y detalle de los hidrogeológicos.

PROPUESTA DE ORGANIZACIÓN DEL MAPA HIDROGEOLÓGICO ARGENTINO

La propuesta consiste que el Mapa Hidrogeológico Nacional no debe ser solo un mapa sino un
verdadero atlas de referencia a nivel nacional, vinculado a un sistema dinámico de actualización
que constituiría un Sistema de Información Hidrogeológica. Para simplificar la propuesta se
presenta el diagrama de flujo de la figura 3.
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Figura 3.- Diagrama Organizativo propuesto para el Mapa Hidrogeológico Argentino

En principio, como ya se propuso previamente, la Comisión Permanente del Mapa


Hidrogeológico sería un espacio conformado por diferentes especialistas en aguas subterráneas
del país. Sería recomendable que sean rotativos y dado los medios de comunicación actuales
pueden evitarse reuniones periódicas. La comisión colaborara con la coordinación técnica y
revisa el producto final denominado Mapa Hidrogeológico Nacional, o sea edita y compendia
la cartografía. La coordinación técnica del Mapa Hidrogeológico es un espacio previsto para
especialistas en agua subterránea y sistemas de información geográfica encargados de gestionar
la realización de proyecto. Esta unidad también gestionaría el flujo de fondos del proyecto, los
aspectos administrativos, la conformación de los grupos y otros que involucre la operatividad.
Este espacio puede ser cubierto por una institución nacional como el INA, sin desmedro de su
participación en otros sitios. De la coordinación técnica dependerán los grupos de trabajo.
Estos grupos son los responsables directos de la elaboración de los mapas provinciales, de uno
o varios, dado que su conformación reúne a elementos muy diversos. La responsabilidad de la
ejecución deberá recaer en un grupo de hidrogeólogos formados que trabajen,
preferentemente, en el ámbito provincial. Existen grupos en universidades e instituciones
provinciales que pueden llevar a delante la cartografía. No obstante las características de estos
grupos no son solo académicas, también deberán incluir reparticiones, organismos gestores del
recurso, autoridades de cuenca consorcios de usuarios, cooperativas o empresas de suministro
de agua, empresas privadas de diverso tipo (perforistas, empresas de riego, etc.) e inclusive
ONGs. Los grupos serán es su organización muy horizontales, flexibles y dinámicos siendo la
cantidad de los mismos la resultante de la estrategia final de abordaje del proyecto (puede
haber n cantidad de grupos). Estos grupos de trabajo deberán evaluar propuestas de ajustes del
mapa a partir de nuevos trabajos regionales de carácter científico-técnicos, universidades,
centros de investigación o aportes de empresas privadas realizadas a algún ente oficial. Se
podrán actualizar mapas preexistentes o elaborar mapas a escala mayor en áreas donde por
ausencia de información, no pudieron haber sido elaborados con anterioridad. Las escalas de
trabajo locales deberán ser previamente acordadas para todo el país. Todos los productos
cartográficos provinciales convergen en el Mapa Hidrogeológico Nacional siendo la
Coordinación Técnica y la Comisión Permanente las encargadas de su edición y adecuación
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final cuidando evitar superposiciones, áreas ausentes de registro o interminaciones y


contradicciones interpretativas en los límites provinciales o nacionales. Como se discutió
previamente la información hidrogeológica contenida deberá ser accesible para la ciudadanía en
general, con trazos claros, simbología entendible y expresada en distintos planos o capas según
el tipo de información que se esté buscando en la obra cartográfica. La cartografía provincial
debería corresponder a un producto principal integrado a nivel nacional a la escala propuesta y
de subproductos a nivel provincial en la medida que la densidad de información lo permita. Un
paso final es la construcción de un Sistema de Información Hidrogeológico. Este es un recurso
administrado por la Coordinación Técnica con el fin de dar conectividad, accesibilidad y
actualidad al Mapa Hidrogeológico Nacional. Debe tenerse presente que ningún producto
cartográfico hidrogeológico obtenido a partir de este emprendimiento será definitivo y todos
podrán ser modificados en el tiempo a medida que la información actualizada lo permita.
Actualmente, un mapa hidrogeológico nacional debería tener su acceso desde una plataforma
digital y/o página web creada para tal caso, por lo tanto estamos proponiendo un producto
accesible desde cualquier lugar del mundo. Se podría cumplimentar incluso con el acceso a una
base de datos hidrogeológicos usados para la confección del mapa y otros que puedan ser de
interés para el usurario como ser e incluidos a posteriori. Las consultas de los usuarios a su
vez, quedarán reseñadas en una base de consulta, que podrá servir estadísticamente para definir
tipo de falencias que podría contener el mapa o sus subproductos, así como para la
delimitación de áreas donde dirigir esfuerzos de investigación básica necesarias, establecer
prioridades de trabajo y estudio o ampliar o mejorar la información existente, según la
frecuencia o importancia de los requerimientos observados. La obra podría proyectar su
funcionalidad en aspectos educativos a partir de la confección de manuales especificando el
alcance en su uso que podrían tener los datos representados en la cartografía. Podría incluirse
manuales con contenidos sobre conceptos básicos de la hidrogeología, principios a considerar
en el cuidado del recurso hídrico y el ambiente, reglas a tener en cuenta en la construcción,
mantenimiento y saneamiento de perforaciones de explotación acuífera de agua potable,
agropecuaria, minera, etc. y la legislación vigente sobre estos temas en cada provincia. Incluso
puede proveerse una función docente como elemento de consulta y estudio, para escuelas de
nivel primario y secundario.
Es difícil determinar un análisis de costos detallado de una emprendimiento de estas
características. Es indudable que solo será posible si se lo considera parte de una política de
estado. Es claro que puede separase dos etapas, una inicial de puesta en marcha, nivelación de
información y génesis del proyecto; y una segunda relacionada con el mantenimiento y
actualización en el tiempo de la obra. El primer aspecto requerirá un desembolso inicial de
magnitud similar, por ejemplo, al invertido en el Proyecto PASMA (Secretaría de Minería)
probablemente con un tiempo de ejecución similar (del orden de una década). La actualización
y mantenimiento sería una etapa posterior la cual dado el carácter interactivo del Mapa
Hidrogeológico Nacional o mejor, el Sistema de Información Hidrogeológica es decir la
conectividad vía internet prevista para este producto, lo convierte en una herramienta de
consulta para los usuarios donde los mismos podrán tener acceso directo vía web, vía
telefónica , mediante correo electrónico a la formulación de consultas, aclaraciones u
orientación sobre distintos temas que pueden grabarse con el pago de un canon en función del
servicio solicitado. Esto último puede cofinanciar los costos de actualización del mismo.
CONCLUSIONES

Como evidencian los antecedentes los proyectos de esta naturaleza no fracasaron por
cuestiones técnicas sino por falta de continuidad y ausencia de una planificación clara e
integradora del territorio nacional, los grupos de investigación y los recursos económicos. La
realización de un mapa hidrogeológico no constituye un proyecto de investigación científica,
pero involucra metodología y recursos humanos que si son científicos. La Argentina posee una
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disparidad de información territorial y temporal grande y este será uno de los desafíos a
cumplir, para lo cual, una adecuada organización, una política de inclusión de grupos
interesados en participar, tareas de campo y gabinete con objetivos definidos y un proceso de
retroalimentación del trabajo durante la ejecución del proyecto que logre un producto útil para
la sociedad y reconocido por los especialistas. Resulta evidente es que un proyecto de esta
naturaleza debe estar enmarcado en una clara política de estado sobre el recurso hídrico
subterráneo que supere las contingencias electorales o sectorismos ideológicos. Sin lugar a
dudas el objetivo a cumplir puede implicar un gran esfuerzo, pero creemos que su realización,
cumpliría con varios logros, por un lado sistematizar la información disgregada en diversas
formas que hoy se halla plasmadas en innumerables estudios y obras realizadas por
investigadores y profesionales de nuestra actividad, nos ayudaría a orientar fondos económicos
con un destino que es de mucha importancia para la realización de mapas hidrogeológicos a
escala acorde a las necesidades. Por otra parte implicaría iniciar un camino real para poder
ajustar realmente la cubicación de nuestras reservas acuíferas y su manejo consciente, con
proyección a plazos determinados. Cumpliríamos con reclamos de potenciales usuarios que
muchas veces no saben dónde recurrir cuando se ven en la necesidad establecer estado de
situación del agua subterránea, costos de producción, o potencialidad y manejo del recurso que
ya están usando, etc.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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