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Lo guardado de las cosas: Análisis del lenguaje poético usado en la

descripción de los objetos en Los cuartos de Jaime Saenz

Trilce Chávez

En el texto El efecto de verdad, Roland Barthes nos habla sobre la supuesta


insignificancia que tendrían los objetos al momento de realizar el análisis de una obra.
Dentro de la descripción, los objetos parecerían jugar el papel de relleno. Sin embargo, el
autor nos muestra cómo en realidad, estas cosasque aparecen numeradas serían los
elementos que le darían a las narraciones ese efecto de verdad. Por su parte, Viktor
Shklovsy en su texto El arte como artificio, nos dice que el arte, el lenguaje
poéticotendría la función de liberar a los objetos de su automatismo; "los procedimientos
del arte son los de la singularización de los objetos, y el que consiste en oscurecer la
forma, en aumentar la dificultad y la duración de la perepción", esta singularización,
según el autor sería posible gracias al lenguaje poético. A partir de estas dos lecturas de la
relación de los objetos y el arte es que realizaré una lectura de la obra de Jaime Sáenz,
Los cuartos.

Los cuartos realta la historia de una señora que vive con un grupo peculiar de personajes
en los cuartos de un conventillo. Hasta que un día;

A raíz de las lluvias que cayeron en Caranaval, y que cobraron una


violencia pocas veces vista.
la señora y su hija vivieron una verdadera pesadilla.
La casa se rajó, y las puertas se desquiciaron; y como si eso fuera poco, las
aguas inundaron el recinto.
pp.10
Es por eso que la señora se traslada, pero necesita recuperar sus cosas, "a las que
asignaba gran valor" (pp. 14). Es a raíz de esta acción que se desatarán el resto de sucesos
y encuentros de la señora.

Dentro de esta que es la historia, fábula o acción principal, existe una insistencia en darle
cierto protagonísmo a los objetos que llama la atención. Es por esto que voy a hacer una
clasificación de las cosas que van interrumpiendo la narrción, usando como criterio la
manera en que el lenguaje poético las trata.

1. Las cosas y sus personas: En este apartado mostraré la menera en que las cosas
definen a las personas que, en vez de poseer las cosas, parece que estas los
poseen. Esta manera de leer los objetos es similar a la que Barthes propone, donde
a veces, los objetos dan cuenta de ciertos aspectos al estar instaurados en una
estructura semántica más grande;

La notación insignificante (tomando este término en sentido fuerte:


aparentemente sustraída a la estructura semiótica del relato) se vincula con
la descripción, incluso si el objeto parece no ser denotado sino por una
sola palabra (en realidad, la palabra pura no existe: (...) : está situado,
incluido en un sintagma a la vez referencial y sintáctico); (...)
pp. 1-2
En el caso de Los cuartos, podemos ver un ejemplo en la primera parte, cuando la
señora va finalmente a recoger sus cosas con Ismael. la variedad de cosas que
Ismael extrae del ropero donde las cosas estaban atrapadas, nos señala
directmente a su dueña. Quién es esta señora que guarda en un ropero
(...) un costal de harina, una bolsa de azúcar, tres latas de aceite, y
una olla de manjar blanco;
y también (...) la ropa, los abrigos, los zapatones de alpaca y una
novela de Alejandro Dumas.
Y también (...) una pierna de cordero, una botella e oporto, un
manual de tiro al blanco, y una máquina de moler carne.
Y luego, de muy profundos rincones, (...) una muñeca, un paquete
de erpientes, una porción de folletos de propaganda política, y una
bayoneta;
y como si fuera poco, (...) un busto del Mariscal de Zepita, una
talega de orejones, un Quevedito, un frasco de vidrio con una guaguita de
carne y hueso, y una casa de Alasitas.
pp159

Es así, que las cosas producen un extrañamiento no sólo sobre sí mismas, por su
peculiaridad, sino también el personaje de la señora, que desde un inicio se nos
presenta como un personaje cotidiano; y no solo eso, también el ropero se vuelve
extraño, qué dimensión tendrá un ropero para poder contener todas esas cosas.

Otro fragmento en el que se explicita esta extraña relación con las cosas es la
parte donde la chica Soledad Vaca aprende la diferencia entre el almanaque de la
tía y la tía del almanaque. (pp34-35)

II. Las cosas como ingredientes: Otra manera en la que en Los cuartos se
singularizan las cosas es cuando las cosas se mezclan para un fin transmutativo.
En un espacio esotérico, las cosas se tornan extrañas:

(...) El primer viernes del mes que viene, voy a leer la fecha y la hora del
cataclismo. Pero tengo que llevar carbón, brasero, incienso y copal, pisco,
chiuchi y camareta, misterio pasterio, y cigarro y fósforo. Hay tiempo; la
señora Débora me ha de dar sombrero y linterna, y don Damián me ha de
prestar lente de aumento; el motorista me ha de dar lámpara de carburo, y
el Alejo Carvajal me ha de regalar para comprar; y usted me tiene que dar
para llevar"
pp27

Como vemos, todas estsa cosas, individualmente podrían no tener ninguna


relevancia en la narración, pero dentro de este marco, el sentido esotérico, aunque
llevado al absurdo por la acumulación, está marcado. Además del hecho de tener
que juntar cosas que pertenezcan a alguien; habiendo visto en el apartado anterior
la relación extraña que se establece, el misterio se incrementa.

Esto de la pertenencia lo podemos ver también en el aura que adquieren las cosas
cuando el autor las marca como heredadas regaladas o viejas.

Por ejemplo, vemos zapatos viejos, sables de la guerra del Chaco, colchones de
pura lana, etc

III. Las cosas y la muerte: Otra forma en que las cosas dejan de ser simplemente
cosas es cuando se las relaciona con la muerte. Por ejemplo, podemos leer en Los
cuartos la isotopía de muerte en la página 8 de mi edición, cuando se describe
"una especie de pasadizo, oscuro como una tumba", donde "la señora y su hija
aprovechan para colgar la carne y el hueso"; el mismo pasadizo donde Ismael,
disfrazado de San Nicolás, se encontró con un fantasma y se desmayó. Y donde,
"Al cabo despertó, palido y bruto, rodeado de tinieblas, y con el alma en un hilo",
se hechó una borrachera y al día siguiente lo encontraron "colgado junto a la
carne y el hueso". Como vemos, la carne y el hueso no sólo nos recuerda a la
muerte, sino que es eso mismo, el cuerpo muerto no es más que carne y hueso.
Incluso, en la narración misma se explicita esta relación cuando la tía dice:

"Dios escucha mis oraciones; pero el silencio y la oscuridad son muy


grandes. Y te diré que la muerte se acerca, poco a poco; y yo no tengo ojos
para mirar, ni oídos para escuchar, ni manos para tocar. Pero conozco la
muerte; en mi ropa, en mis zapatos, y en mi talega; presiento la muerte. La
ropa de la muerte; los zapatos de la muerte; mis canas. Será lo que Dios
disponga" pp. 22
Es así que la muerte habita en los personajes a través de las cosas, y su caracter de
vejez.

Conclusión

En el texto de Jaime Sáenz, Los cuartos encontramos distintas maneras de tratar los
objetos, a través de las cuales podemos acceder al relismo que las cosas otorgan a la
narración y a diferentes usos del lenguaje poético en favor de una lectura estética de la
obra.

Bibliografía
Saenz, J. (1985). Los cuartos. La Paz, Bolivia: Altiplano
Shklovski, V. (2002). "El arte como artificio", Teorìa de la literatura de los formalistas
rusos. D.F., Mexico. Siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.
Roland Barthes.(1987) “El efecto de realidad” en El susurro del lenguaje. Barcelona.
Paidós.

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