Trilce Chávez
Los cuartos realta la historia de una señora que vive con un grupo peculiar de personajes
en los cuartos de un conventillo. Hasta que un día;
Dentro de esta que es la historia, fábula o acción principal, existe una insistencia en darle
cierto protagonísmo a los objetos que llama la atención. Es por esto que voy a hacer una
clasificación de las cosas que van interrumpiendo la narrción, usando como criterio la
manera en que el lenguaje poético las trata.
1. Las cosas y sus personas: En este apartado mostraré la menera en que las cosas
definen a las personas que, en vez de poseer las cosas, parece que estas los
poseen. Esta manera de leer los objetos es similar a la que Barthes propone, donde
a veces, los objetos dan cuenta de ciertos aspectos al estar instaurados en una
estructura semántica más grande;
Es así, que las cosas producen un extrañamiento no sólo sobre sí mismas, por su
peculiaridad, sino también el personaje de la señora, que desde un inicio se nos
presenta como un personaje cotidiano; y no solo eso, también el ropero se vuelve
extraño, qué dimensión tendrá un ropero para poder contener todas esas cosas.
Otro fragmento en el que se explicita esta extraña relación con las cosas es la
parte donde la chica Soledad Vaca aprende la diferencia entre el almanaque de la
tía y la tía del almanaque. (pp34-35)
II. Las cosas como ingredientes: Otra manera en la que en Los cuartos se
singularizan las cosas es cuando las cosas se mezclan para un fin transmutativo.
En un espacio esotérico, las cosas se tornan extrañas:
(...) El primer viernes del mes que viene, voy a leer la fecha y la hora del
cataclismo. Pero tengo que llevar carbón, brasero, incienso y copal, pisco,
chiuchi y camareta, misterio pasterio, y cigarro y fósforo. Hay tiempo; la
señora Débora me ha de dar sombrero y linterna, y don Damián me ha de
prestar lente de aumento; el motorista me ha de dar lámpara de carburo, y
el Alejo Carvajal me ha de regalar para comprar; y usted me tiene que dar
para llevar"
pp27
Esto de la pertenencia lo podemos ver también en el aura que adquieren las cosas
cuando el autor las marca como heredadas regaladas o viejas.
Por ejemplo, vemos zapatos viejos, sables de la guerra del Chaco, colchones de
pura lana, etc
III. Las cosas y la muerte: Otra forma en que las cosas dejan de ser simplemente
cosas es cuando se las relaciona con la muerte. Por ejemplo, podemos leer en Los
cuartos la isotopía de muerte en la página 8 de mi edición, cuando se describe
"una especie de pasadizo, oscuro como una tumba", donde "la señora y su hija
aprovechan para colgar la carne y el hueso"; el mismo pasadizo donde Ismael,
disfrazado de San Nicolás, se encontró con un fantasma y se desmayó. Y donde,
"Al cabo despertó, palido y bruto, rodeado de tinieblas, y con el alma en un hilo",
se hechó una borrachera y al día siguiente lo encontraron "colgado junto a la
carne y el hueso". Como vemos, la carne y el hueso no sólo nos recuerda a la
muerte, sino que es eso mismo, el cuerpo muerto no es más que carne y hueso.
Incluso, en la narración misma se explicita esta relación cuando la tía dice:
Conclusión
En el texto de Jaime Sáenz, Los cuartos encontramos distintas maneras de tratar los
objetos, a través de las cuales podemos acceder al relismo que las cosas otorgan a la
narración y a diferentes usos del lenguaje poético en favor de una lectura estética de la
obra.
Bibliografía
Saenz, J. (1985). Los cuartos. La Paz, Bolivia: Altiplano
Shklovski, V. (2002). "El arte como artificio", Teorìa de la literatura de los formalistas
rusos. D.F., Mexico. Siglo veintiuno editores, s.a. de c.v.
Roland Barthes.(1987) “El efecto de realidad” en El susurro del lenguaje. Barcelona.
Paidós.