SINTESIS:
Hay que considerar que cuando se habla del aprendizaje lingüístico del niño estamos ante
una expresión que se refiere a dos realidades distintas que no conviene mezclar ni
confundir.
El conocimiento de la lengua implica:
Es evidente que el dominio pasivo de la lengua precede y supera al dominio activo, y que
la relación entre ambas capacidades encierra a menudo bastante complejidad. Por
consiguiente, las respuestas que demos a las tres cuestiones anteriores exigirán bastantes
matizaciones. Al no quedar más que insinuadas, tendrán que ser completadas por la
reflexión y la experiencia del educador.
Podemos asociarlas en torno a algunos centros de interés. Entre ellas podemos distinguir:
Nombrar objetos;
Contar cuentos;
Distinguir colores
c) Ejercicios de motricidad.
Reproducir onomatopeyas
d) Ejercicios de espacio.
Dibujar frisos
Saltar a la comba
Para todos estos ejercicios existe material preparado y a disposición en el comercio, pero
también es conveniente que el educador se construya y organice el suyo.
BIBLIOGRAFIA: