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PRESENTACIÓN

NOMBRE
Yeimi Polanco
NÚMERO
36
CURSO
3ero C
ASIGNATURA
Cívica
PROFESORA
Sintia Medrano
TEMA
La violencia contra la mujer
FECHA DE ENTREGA
2/11/2018
INTRODUCCIÓN

La violencia contra mujeres y niñas es una violación grave de los derechos


humanos. Su impacto puede ser inmediato como de largo alcance, e incluye
múltiples consecuencias físicas, sexuales, psicológicas, e incluso mortales, para
mujeres y niñas. Afecta negativamente el bienestar de las mujeres e impide su
plena participación en la sociedad. Además de tener consecuencias negativas
para las mujeres, la violencia también impacta su familia, comunidad y el país. Los
altos costos asociados, que comprenden desde un aumento en gastos de atención
de salud y servicios jurídicos a pérdidas de productividad, impactan en
presupuestos públicos nacionales y representan un obstáculo al desarrollo.

Tras varias décadas de movilizaciones promovidas por la sociedad civil y los


movimientos de mujeres, se ha conseguido incluir la erradicación de la violencia
de género en las agendas nacionales e internacionales. Nunca tantos países han
contado con leyes contra la violencia doméstica, las agresiones sexuales y otras
formas de violencia. Sin embargo, continúan existiendo desafíos en la aplicación
de estas leyes, resultando en una limitada protección y acceso a la justicia por
parte de mujeres y niñas. Asimismo, no se hace lo suficiente para prevenir la
violencia, y cuando ésta ocurre a menudo queda impune.

Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como «todo acto de
violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico,
sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la
coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la privada».

La violencia de pareja se refiere al comportamiento de la pareja o ex pareja que


causa daño físico, sexual o psicológico, incluidas la agresión física, la coacción
sexual, el maltrato psicológico y las conductas de control.

La violencia sexual es cualquier acto sexual, la tentativa de consumar un acto


sexual u otro acto dirigido contra la sexualidad de una persona mediante coacción
por otra persona, independientemente de su relación con la víctima, en cualquier
ámbito. Comprende la violación, que se define como la penetración, mediante
coerción física o de otra índole, de la vagina o el ano con el pene, otra parte del
cuerpo o un objeto.
DESARROLLO

Violencia contra la mujer es la que se ejerce por su condición de mujer. Siendo


ésta «consecuencia de la discriminación que sufre tanto en leyes como en la
práctica, y la persistencia de desigualdades por razones de género».1

En esta violencia se presentan numerosas facetas que van desde la


discriminación y el menosprecio hasta la agresión física, sexual, verbal o
psicológica y el asesinato, manifestándose en diversos ámbitos de la vida social ,
laboral y política, entre los que se encuentran la propia familia, la escuela, las
religiones, el Estado, entre otras.2

En 1993, en asamblea general, las Naciones Unidas (ONU) aprobaron la


Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, y en 1999, a
propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países más, declararon
el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la
Mujer.

En 2008 el Secretario General de la ONU puso en marcha la campaña «Unidos


para poner fin a la violencia contra las mujeres» apelando al «imperio de la ley»
como vehículo para su erradicación. Uno de sus objetivos fue el de procurar que
para 2015 todos los países hubiesen adoptado leyes específicas contra este tipo
de violencia de conformidad con las normas internacionales en materia de
derechos humanos.

En febrero de 2008 el Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-moon lanzó


la campaña ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres, proclamando
el 25 de cada mes Día Naranja. Entre otras actividades, en ese día se invita a
llevar alguna prenda de ese color para resaltar el llamado a erradicar la violencia
contra la mujer.

Desde 1975 se celebra la Conferencia Mundial sobre la Mujer como una forma de
incorporar el tema a la política pública, y en 1993 las Naciones Unidas ratifican la
Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer8 en la que se
afirma que esta violencia es un grave atentado contra los derechos humanos de la
mujer y de la niña, reconociendo «la urgente necesidad de una aplicación
universal a la mujer de los derechos y principios relativos a la igualdad, seguridad,
libertad, integridad y dignidad de todos los seres humanos»; también reconociendo
el papel desempeñado por las organizaciones en pro de los derechos de la mujer,
organizaciones que facilitaron dar visibilidad al problema.
Siendo la violencia contra la mujer un problema que afecta a los derechos
humanos, que «constituye una manifestación de relaciones de poder
históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la
dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e
impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno
de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una
situación de subordinación respecto del hombre», ve la necesidad de definirla con
claridad como primer paso para que, principalmente los Estados, asuman sus
responsabilidades y exista «un compromiso de la comunidad internacional para
eliminar la violencia contra la mujer».

La declaración incluye seis artículos en los que se define la violencia contra la


mujer y las formas y ámbitos de esta violencia, al tiempo que enumera los
derechos de las mujeres para alcanzar la igualdad y su pleno desarrollo e insta a
los Estados y organizaciones internacionales a desarrollar estrategias y poner los
medios para erradicarla.

En el mismo sentido, el 5 de marzo de 1995, se adoptó la «Convención


Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer:
Convención de Belém do Pará».

En 1999, a propuesta de la República Dominicana con el apoyo de 60 países más,


se declaró el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer. La fecha del 25 de noviembre se eligió para conmemorar a las
hermanas Mirabal, tres activistas políticas que fueron brutalmente asesinadas en
1960 por orden del gobernante dominicano Rafael Trujillo.

En Canadá se celebra el Día nacional del recuerdo por las víctimas de la violencia
contra la mujer el 6 de diciembre, en conmemoración de la masacre de la Escuela
Politécnica de Montreal.

«Violencia contra la mujer» es el término que utiliza la ONU para referirse a la


violencia ejercida contra las mujeres por razón de su sexo, la define como: «todo
acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda
tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la
mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria
de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada».10
Es un término ampliamente utilizado.
Otro término de gran difusión es «violencia de género» si bien este otro término
sería menos específico, ya que englobaría toda la violencia determinada por el
sexo o género, «se refiere a aquella dirigida contra una persona en razón del
género que él o ella tiene, así como de las expectativas sobre el rol que él o ella
deba cumplir en una sociedad o cultura.» Uno y otros términos suelen emplearse
indistintamente.

El término «violencia de género» surge a mediados del siglo XX desde ámbitos del
feminismo para dar visibilidad a la violencia ejercida contra las mujeres por su
condición de mujer como consecuencia del hecho histórico del patriarcado. Este
término tendría el inconveniente de su posible abstracción si no se contextualiza
en las relaciones de poder entre sexos que penaliza a la mujer y es causa de que,
aunque se pueda ser víctima de la violencia de género independientemente del
sexo, son las mujeres y niñas las mayoritariamente afectadas.

También es de uso «violencia machista», término más explícito que no designaría


la violencia cometida necesariamente por hombres, sino la ejercida por
motivaciones machistas.

Términos más específicos, según los tipos de violencia, son: violencia doméstica,
violencia en la pareja, violencia en la familia, feminicidio, etc.

Actualmente la familia patriarcal puede aparecer borrada; en sus orígenes,


convirtió a la mujer en objeto propiedad del hombre, el patriarca. Al patriarca
pertenecían los bienes materiales de la familia y sus miembros. Así, la mujer
pasaba de las manos del padre a las manos del esposo, teniendo ambos plena
autoridad sobre ella, pudiendo decidir, incluso, sobre su vida. La mujer estaba
excluida de la sociedad, formaba parte del patrimonio de la familia, relegada a la
función reproductora y a las labores domésticas.

En la Roma clásica, en sus primeros tiempos, es manifiesta la dependencia de la


mujer, debiendo obediencia y sumisión al padre y al marido.

Este modelo de familia patriarcal ancestral sufrió durante la República y el Imperio


numerosas modificaciones. El derecho sobre la vida de la mujer fue abolido. A ésta
se le seguía reservando la pena de muerte en determinados supuestos, pero ya
no era el marido el que decidía sobre ello, siendo la comunidad la encargada de
juzgarla. En determinados momentos la mujer llegó a conseguir una cierta
emancipación: podía divorciarse en igualdad de condiciones con el hombre, dejó
de mostrarse como la mujer abnegada, sacrificada y sumisa y en la relación entre
esposos se vio matizada la autoridad del marido. Esto ocurría principalmente en
las clases altas y no evitó que la violencia siguiese dándose en el seno del
matrimonio «dirigida a controlar y someter a las mujeres mediante la agresión
física o el asesinato».

Los avances que pudieron darse durante la República y el Imperio romanos


desaparecieron en el periodo oscuro del medievo. Una sociedad que rendía culto
a la violencia, la ejerció también contra las mujeres y éstas se convirtieron
frecuentemente en moneda de cambio para fraguar alianzas entre familias. «En
las clases más bajas, además de cumplir con la función reproductora, constituían
mano de obra para trabajar en el hogar y en el campo».

En esta historia han jugado un papel importante las religiones, suponiendo una
justificación moral del modelo patriarcal: «Las casadas estén sujetas a sus
maridos como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es
cabeza de la Iglesia y salvador de su cuerpo».

La violencia contra la mujer por parte de su pareja o ex-pareja está generalizada


en el mundo dándose en todos los grupos sociales independientemente de su
nivel económico, cultural o cualquier otra consideración. Aun siendo de difícil
cuantificación, dado que no todos los casos trascienden más allá del ámbito de la
pareja, se supone que un elevado número de mujeres sufren o han sufrido este
tipo de violencia. Estudios realizados en países por desarrollar arrojan una cifra de
maltrato en torno al 20 %, encontrándose los índices más bajos en países de
Europa, en Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón con cifras en torno al 3 %.

Las cifras de mujeres víctimas de violencia familiar llevada a cabo por quien sea o
haya sido su pareja señalan que anualmente decenas o cientos de mujeres son
asesinadas a manos de sus parejas en diferentes países del mundo.

En la pareja el maltrato es mayoritariamente ejercido por él contra ella. Tiene unas


causas específicas: los intentos del hombre por dominar a la mujer, la baja estima
que determinados hombres tienen de las mujeres; causas que conducen a
procurar instaurar una relación de dominio mediante desprecios, amenazas y
golpes.

Los rasgos más visibles del maltrato son las palizas y los asesinatos, son los que
trascienden del ámbito de la pareja; sin embargo, los maltratos de «baja
intensidad», los maltratos psíquicos que mantenidos en el tiempo socavan la
autoestima de la mujer, son los que mayoritariamente se dan.
CONCLUSIÓN

La violencia de género es un problema mundial, que se han acrecentado en


Centroamérica en los últimos años. En Guatemala se han perdido cerca de 6000
vidas de mujeres en los últimos cinco años, más las estadísticas de otras
violencias: acoso, violaciones, y muchos más no reportados pero sufridos cada
días por las mujeres, solos por el hecho de ser mujeres.

La violencia y la violencia de género han sido materia constante de estudio de los


científicos sociales, aun cuando existen momentos en los cuales la tragedia se
intensifica. Esto ha ocurrido en la última década, cuando se ha convertido
nuevamente en uno de los temas prioritarios de reflexión y causa de alta
inseguridad en el país.

El origen cultural de esta violencia es la transmisión cultural de actitudes


masculinas (masculinidades) y de actitudes femeninas (feminidades) a tal nivel
que se constituye uno de los problemas sociales que emerge en la interacción
humana en las relaciones de pareja y/o con el prójimo. Esta cultura transmitida
considera la superioridad de los varones sobre las mujeres, es decir la
desigualdad y la discriminación considerando a la mujer como un ser inferior que
debe estar en un lugar menor de la "escala de género".

Estas masculinidades son parte del sistema social llamada "Masculinidad


Hegemónica" con que se educa al varón creando una polarizada descripción
genérica de las personas que alude a lo que significa ser (o no ser ) hombre. Esta
ideología propone valores como la ideología patriarcal con poder sobre los hijos y
mujeres y afirma el dominio masculino del mundo. También la idea de que el
hombre ejerce un individualismo de la modernidad, creando un sujeto centrado en
sí, autosuficiente que se hace a sí mismo capaz, racional y cultivador del
conocimiento, que puede hacer lo que le venga en gana, imponer su voluntad, y
que usa el poder para conservar sus derechos y no los de los demás. Su tercera
ideología es la de exclusión y subordinación de la otredad, con deseo de eliminar
al otro, con lo que se considera ser un guerrero, valeroso y superior.

Su última ideología es la del heterosexismo homofóbico que practica la


heterosexualidad y rechaza a los homosexuales y a los hombres que estén en
posiciones pasivas, y a las mujeres. Con estos valores logran la organización
social con los hombres y las mujeres.

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