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LOS FINES DE LA PENA Y MEDIDAS DE SEGURIDAD

INTEGRANTES
 GAONA TIRADO
JHONATAN
 HERNANDEZ CASTAÑEDA,
JONATHAN
 PAREDES EDQUEN, KELY
 PUSCAN CULQUI, ELVIA
 TORRES BAZAN, DEISI
CURSO
 EJECUCION PENAL
DOCENTE
 DR. JUAN VARGAS
CARRERA
CICLO
X
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 2
FINES DE LA PENA Y MEDIDAS DE SEGURIDAD ................................................. 3
1. ASPECTOS GENERALES ...................................................................................... 3
2. ALCANCES SOBRE LAS FUNCIONES DEL DERECHO PENAL Y LAS
PENAS ............................................................................................................................. 3
3. TEORÍAS DE LOS FINES DE LA PENA ............................................................... 5
3.1. Teorías absolutas ................................................................................................ 5
3.2. Teorías relativas ................................................................................................. 6
3.3. Teoría heterogénea o mixta................................................................................ 6
4. PREVENCIÓN GENERAL ...................................................................................... 7
4.1. Subdivisión en cuanto la prevención general de la pena ................................... 8
5. PREVENCIÓN ESPECIAL ...................................................................................... 8
5.1. Subdivisión en cuanto la prevención especial de la pena .................................. 8
6. LOS FINES DE LA PENA SEGÚN LA NORMATIVIDAD PERUANA .............. 8
6.1. Constitución política .......................................................................................... 9
6.2. Código penal ...................................................................................................... 9
6.3. Código de ejecución penal ............................................................................... 10
7. MEDIDAS DE SEGURIDAD ................................................................................ 10
7.1. Fines de las medidas de seguridad ................................................................... 12
7.2. Aplicación de las medidas de seguridad .......................................................... 13
CONCLUSIONES .......................................................................................................... 15
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ........................................................................... 16

1
INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo desarrollaremos lo concerniente a los fines de la pena y las medidas


de seguridad, para lo cual daremos algunos alcances respecto los fines de las penas según
las teorías absolutas, las teorías relativas y las teorías homogéneas o mixtas. Según las
teorías absolutas basándose en una concepción de justicia material, conciben la pena
como retribución por el mal causado y rechazan la búsqueda de fines fuera de la propia
norma por considerar que estas lesionan la dignidad del ser humano y la teoría relativa
encontramos a la teoría de la prevención general, apunta a la generalidad de los
individuos de una sociedad, en su versión negativa, impulsada se dice que el conjunto de
normas jurídicas está respaldado por la coerción o amenaza de sanción que conllevaría el
incumplimiento de tales normas y la teoría preventiva especial el principal objetivo de
esta clase de prevención será evitar que aquel que ya haya cometido un acto ilícito vuelva
a tener tal actitud en el futuro y por último de la teorías es la teoría mixta, estas reconocen
que la retribución es la esencia de la pena, pero creen que ha de perseguir
simultáneamente los fines preventivos. Además, hemos considerado abordar los fines de
las penas desde la perspectiva normativa del país es decir desde el punto de vista de la
constitución política del Perú, el código penal y el código de ejecución penal, para
concluir con las medidas de seguridad.

2
FINES DE LA PENA Y MEDIDAS DE SEGURIDAD

1. ASPECTOS GENERALES
Los que han sido estudiantes de Derecho y los que todavía lo son, seguramente, en algún
momento han recibido clases sobre “los fines de la pena”. Lo más probable es que, de
cierta forma, las personas que han decidido inclinarse por la especialización en ciencias
penales, sean las más allegadas a dicho tema; no obstante, es necesario que todos los que
forman parte de la comunidad jurídica cuenten con un panorama general sobre este
asunto. A decir verdad, por más que el Derecho penal no llame la atención de un sector
de dicha colectividad, ello no implica que los que forman parte de esta no puedan repasar
los tópicos esenciales sobre aquella temática: tan antigua pero que -por criterios de
contexto y tiempo- se encuentra en constante actualización.

2. ALCANCES SOBRE LAS FUNCIONES DEL DERECHO PENAL Y LAS


PENAS
En los últimos tiempos la colectividad se ha convertido en una sociedad de constante
trance. Por dicha razón es que el sociólogo alemán Ulrich Beck, en su momento, acuñó
a la comunidad actual el término de “sociedad de riesgo”. De allí que se haya buscado
intensificar las herramientas de control: por ejemplo, el Derecho penal.

Este último, precisamente, al cumplir un rol de control social, interviene en la protección


de los intereses más relevantes de las personas que, una vez asumidos en el ordenamiento
legal, se convierten en bienes jurídicos, tal como lo señala Villavicencio Terreros y, así
también, como lo sostuvieron Bustos Ramírez y Hormazábal Malarée; pues, una de las
finalidades de esta rama del Derecho, es buscar la convivencia satisfactoria para, así,
poder lograr un curso armónico de socialización.

En igual sentido, es necesario tener en consideración que este no cumple, únicamente, el


desempeño de protección de bienes jurídicos, sino -a decir de Morillas Cueva- también el
de prevención, ya que “la función preventiva es el modus operandi que el Derecho penal
tiene para cumplir la misión de protección”: hasta la actualidad, eso es lo que se viene
afirmando.

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Por todo ello, no le falta razón a Mir Puig, al apuntar que “la función del Derecho penal
depende de la función que se le asigne a la pena”. De esa manera, la sanción penal, a tenor
de lo que dice Alcácer Girao, viene a constituir “la carta de presentación del Derecho
penal, así como su factor diferenciador esencial frente a otras instancias de control.
Además, la restricción coactiva de derechos esenciales que la pena conlleva (…). En
consecuencia, la legitimación misma del Derecho penal se hará depender, en gran medida,
de la legitimación de la institución social de la sanción penal”.

Ahora bien, tenemos que mencionar que la problemática existente entre los fines de la
pena (aunque un sector de la doctrina afirme que no existe colisión entre estas), proviene
desde mucho tiempo atrás; afirmación aquella que se refleja, sin lugar a duda, en lo
apuntado por Von Liszt -según Silva Sánchez- al señalar que “la pena es una espada de
doble filo: protección de bienes jurídicos mediante lesión de bienes jurídicos”.

Es notable que, actualmente, en la sociedad se trata de brindar una suerte de respuesta


legitimadora del Derecho penal (escudo colectivo), cuando este priva la libertad de las
personas que infringen el correcto funcionamiento del Derecho en la sociedad, siendo por
ejemplo- uno de los principales factores: la perturbación que, en cierto grado, se difunde
en los medios de comunicación, toda vez que “la noticia del delito irrumpe y perturba un
modelo ideal de vida, el familiar, y eso genera una alteración social que no permite
pensar”, sobre todo si se tiene en cuenta que los medios de comunicación masivos
“desempeñan un papel determinante en las disputas cognitivas y exegéticas sobe las
violencias y los delitos”; perturban a la gente para que éstas opten por el Derecho penal.

Vale decir, hoy en día, no existe reparo en prejuzgar o juzgar algunos actos de
personas que malogran, si se podría decir así, el entorno social de otros o, mejor dicho,
de la mayoría de habitantes. No por ello queremos sostener que no deba existir una
regulación legal que, en buena cuenta, trate de neutralizar o prevenir los actos
perturbadores del entorno social: dejamos en claro que no compartimos la idea del
abolicionismo del Derecho penal.

Por ello, concordamos con la idea sostenida por Ferrajoli, cuando afirma que el Derecho
penal debe lograr ser un “instrumento de defensa de garantía de todos: de la mayoría no
desviada, pero también de la minoría desviada, que por ello se configure como derecho

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penal mínimo, o sea, como técnica de minimización de la violencia en la sociedad (…)
que cumpla un doble objetivo: no sólo la prevención y minimización de los delitos, sino
también la prevención de las reacciones informales a los delitos y la minimización de las
penas”. Aunque, claro está, dicha regulación debe ser razonable y no llegar a extremos
que se vuelvan incontrolables. Por eso, en su momento, Roxin apuntó que “un Estado de
Derecho debe proteger al individuo no sólo mediante el Derecho penal, sino también del
Derecho penal”. En este orden de ideas, en párrafos posteriores vamos a difundir los
esquemas actuales de la doctrina contemporánea respecto a los fines de la pena:

3. TEORÍAS DE LOS FINES DE LA PENA


3.1. Teorías absolutas

Primordialmente, en el carácter retributivo; es decir, se basan en el mal impuesto hacia


una persona por la comisión de un hecho delictivo. Dicha concepción se apoya en los
criterios de justicia que estableció Kant, pues, como señala Lesch, “si la justicia se
extingue, ya no tiene valor que el hombre siga viviendo en la tierra”.

En ese sentido, la pena deber ser concebida como “el resultado mediato e incondicional
de toda acción contraria a la ley práctica, no es otra cosa que el restablecimiento de aquel
orden, esto es, el resultado racionalmente necesario a la trasgresión de la ley.

O, en todo caso, su fundamento viene a ser el ánimo de poder recobrar o restaurar la


vigencia de un ordenamiento jurídico en específico, como lo sostuvo, en su momento,
Hegel: contradecir el delito infringiendo dolor. Por esta razón es que Jakobs expone que
“el dolor sirve para la salvaguarda cognitiva de la vigencia de la norma; éste es el fin de
la pena, como la contradicción de la negación de la vigencia por parte del delincuente es
su significado”.

Por eso Mir Puig menciona que esta clase de teoría responde “a la arraigada convicción
de que el mal no debe quedar sin castigo, y el culpable debe encontrar en él su merecido”:
si el delito queda sin pena, arruinaría a la sociedad.

Se ha expuesto que esta teoría direcciona su finalidad a que “la culpabilidad del autor sea
compensada mediante la imposición de un mal penal. La justificación de tal
procedimiento no se desprende para esta teoría de cualesquiera fines a alcanzar con la

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pena, sino sólo de la realización de una idea: la justicia. La pena, pues, no sirve para nada,
sino que lleva su fin en sí misma”.

Es una suerte de restricción de la libertad al estilo de un Derecho penal del enemigo que,
a criterio del Cancio Meliá, sería la autolimitación y estigmatización de las personas
privadas de su libertad.

No configuran un medio idóneo que permita combatir al delito y, por tanto, a la


delincuencia, dado que el mal de la pena se adhiere directamente al mal del delito. No
debe existir Ley del Talión, lo que se debe buscar un fin utilitario para la sociedad en
general.

3.2.Teorías relativas

Debemos dejar en claro que estas teorías exponen el carácter “preventivo” de la función
de la pena, por ello es que en su distribución se las mencionan como prevención general
y prevención especial; sin embargo, desde una perspectiva global, estas han llegado a ser
denominadas, mayoritariamente, como “relativas”, toda vez que son concernientes –por
citar algún término- a cada contexto (temporalidad y ubicuidad), de forma distinta de las
teorías absolutas que son categóricas o tajantes.

A propósito de lo mencionado, según Roxin, estas teorías apuntan, transversalmente, a


una forma unificadora, cuyos ejes se sostienen en tres pilares: el fin, exclusivamente
preventivo de la pena; la renuncia a la retribución del castigo; y, el principio de
culpabilidad como medio de limitación de la intervención.

3.3. Teoría heterogénea o mixta

En ésta se considera que “la pena debe reprimir tomando en cuenta la culpabilidad y la
proporcionalidad con respecto al hecho delictivo y a la vez prevenir la comisión de nuevos
delitos”. La crítica global que hay que destacar sobre ésta es que no posee “un criterio
determinado, va de acá para allá entre diferentes finalidades de la penal, que hace una
concepción unitaria de la pena como medio de satisfacción social imposible”. Y, sobre
todo, porque “reside en definitiva en su carácter ambiguo: no están en condiciones ni de
dar a la finalidad de la pena estatal una dirección y un fundamento”.

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Así pues, una postura de crítica en general -aunque no hay que descartar que posee puntos
a favor como, también, en contra- es la de Zaffaroni, pues arguye que sea cual sea la pena,
en uno u otro sentido, no se deja cumplir cabalmente los derechos de las personas internas.
Llegando a criticar que se esté dando más fuerza al discurso tradicional -por no decir
barato- con el que los penitenciaritas se enaltecen mañana, tarde y noche. Así pues, el
citado profesor, apunta que “el fin de la ejecución penal de la pena se ha cubierto, se ha
anestesiado, se ha pretendido anestesiarlo –para que los operadores de la ejecución de la
pena no tengan mala conciencia- con un discurso re-socializador, re-personalizador, re-
educador, todas las ideologías “re” que se han inventado. Esto ha llevado al absurdo, por
supuesto. Como se suele decir, enseñarle a vivir en libertad a alguien privado de libertad
es como enseñarle a jugar fútbol a alguien adentro de un ascensor, o sea, el resultado
obviamente lo tenemos a la vista y mucho más en la cárcel latinoamericana”.

Si bien todos los operadores del Derecho son constantes estudiantes: ya sea de forma
autodidacta o por charlas de preparación incesante; sin embargo, apuntamos que “han
sido”, a fin de poder establecer una suerte de comparación con los estudiantes actuales,
de pre o post grado.

4. PREVENCIÓN GENERAL

Está dirigida a la colectividad. Roxin arguye que esta “ve el sentido y fin de la pena, no
en la influencia –sea retributiva, sea correctiva o asegurativa sobre el autor mismo, sino
en sus efectos intimidatorias sobre la generalidad”. Esto es, la pena debe cumplir una
función social: “motivar al delincuente o a los ciudadanos a no lesionar o poner en peligro
bienes jurídicos penalmente protegidos”.

En consonancia a esto, si optáramos por colocar en un dilema a la prevención general con


la prevención especial, la primera rebasaría –casi siempre- a la segunda, ya que la
sociedad en general prevalece, por sí, sobre el individuo (criterio de preferencia universal)
y, asimismo, porque “el Derecho Penal, como todos los sistemas de control social, está al
servicio de la protección de intereses sociales y todas sus instituciones procuran cumplir
esa función”.

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Se da una suerte de critica a la prevención, ya que “o cae en la utilización del miedo como
forma de control social, con lo cual se entra en el Estado del terror y en la trasformación
de los individuos en animales, o bien en la suposición de una racionalidad absoluta del
hombre pensamiento de costos y beneficios, lo cual es una ficción como el libre albedrío”.

4.1. Subdivisión en cuanto la prevención general de la pena

 Prevención general negativa (intimidar)


 Prevención general positiva (integrar)

5. PREVENCIÓN ESPECIAL

Está dirigida a un determinado agente generador de ilícitos. Roxin apunta que prevención
especial “no quiere retribuir el hecho pasado, sino que ve la justificación de la pena en
que debe prevenir nuevos delitos del autor”. Se enfoca en el criterio de peligrosidad. Esta
prevención tiene como común denominador a la intimidación, la corrección.

Este extremo subjetivista llegar a demostrar le nivel o lo criterios de peligrosidad. De ahí


que no extrañe que haya sido dejado de lado -por citar algún ejemplo- la criminología
positivista, aunque, todavía quede muchas secuelas.

5.1. Subdivisión en cuanto la prevención especial de la pena

 Prevención especial positiva (corregir)


 Prevención especial negativa (inocuizar)

6. LOS FINES DE LA PENA SEGÚN LA NORMATIVIDAD PERUANA

En el Derecho Penal la finalidad es la protección de los bienes jurídicos, se manifiesta


como la privación o la restitución de derechos al condenado en la cual el juez lo señala
en la sentencia, las penas por tanto pueden restringir la libertad ambulatoria del
sentenciado, pueden suspenderle en el ejercicio de sus derechos políticos y civiles pueden
afectar su economía personal o patrimonial.

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6.1. Constitución política
Como norma suprema fija los principios del ordenamiento jurídico a las que deben
ajustarse las demás siendo una garantía del condenado a una pena privativa, se encuentra
tipificado en el artículo 139 inc. 22, en la cual reconoce el principio del régimen
penitenciario, que tiene por objeto la reeducación, rehabilitación y reincorporación.
 Reeducación. _ Hace referencia al proceso por el cual la persona adquiere
determinadas actitudes que le permitirán desarrollar su vida en comunidad.
 Rehabilitación. _ Hace referencia aún proceso a través del cual se reeduca,
reincorpora y, finalmente, se rehabilita al condenado, por lo que este
sistema existe como una opción seria y eficiente para los condenados que
decidan optar por resocializarse.
 Reincorporación._ Hace alusión a la recuperación social de la persona
condenada a determinada pena
6.2. Código penal._ establecido en el artículo IX del Título Preliminar señala
las siguientes:
 Preventiva _esta hace referencia a que, la convivencia humana se desarrolla bajo
un conjunto de reglas, que se conservan y trasmiten por tradición y costumbre, esto
es lo que constituye EL ORDEN SOCIAL. Ya que existe también, una serie de
mecanismos que la sociedad ha creado para preservarlo, así mismo, éstos
mecanismos son: "El Control Social" integrado por: La Familia, El Colegio, etc.
De tal modo que, este tipo de protección es beneficiosa para la sociedad ya que es
imprescindible para la supervivencia misma de la generalidad y de sus integrantes,
la misma que le confiere al Derecho.

 Resocializadora._ se pretende un cambio positivo en el condenado, se debe


tener encuentra algunas consideraciones surgidas dentro de la práctica
penitenciaria en el sentido de que el tratamiento no debe ser concebido
como una medida de obligatoriedad o coercitiva.
“si se recuerda que el tratamiento no corresponde a la finalidad
retributiva de la pena y que no hay tratamiento médico, educativo o
psicológico que puede tener éxito sin la voluntaria cooperación del
interno” (francisco bueno, Carlos. Los deberes y derechos del recluso en
la ley general penitenciaria, p. 343)

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6.3.Código de ejecución penal

 Reeducación Nos dice que, en cada Establecimiento Penitenciario se


promueve la educación del interno para su formación profesional o capacitación
ocupacional. así mismo los programas que se ejecutan están sujetos a la
legislación vigente en materia de educación.
 Rehabilitación_ este viene a ser un proceso mediante el cual, el interno
busca cambiar, a través de diferentes sistemas de rehabilitación el cual el
centro penitenciario ofrece y de esta manera poder reincorporarse a la
sociedad al momento de haber cumplido la totalidad de la pena.
 Reincorporación. Lo que se busca con este sistema, es que, se le haga más
fácil el reincorporarse al condenado desde el momento en que consiga
cumplir con la pena atribuida al mismo, para lo cual se integraría a la
sociedad sin mayores dificultades.
(Peña Cabrera Freyre, Alonso R;)Los fines de la pena desde una perspectiva
constitucional se sintetizan normativamente en tres estadios fundamentales:
 En el momento de la conminación penal en abstracto,

 La pena despliega un fin únicamente preventivo general,

 Disuadir a los potenciales infractores con la imposición de un mal (la pena)

En el momento de la determinación judicial de la pena, la pena ejerce una


doble función -prevención general positiva y prevención especial negativa-
, por un lado, de restablecer la vigencia fáctica de las normas, y por otro
lado, la comunicación que se tiende con el condenado, de hacer suyos los
valores que desconoció con su obrar antijurídico.

7. MEDIDAS DE SEGURIDAD

La internación y su duración
Consiste en el ingreso y tratamiento del inimputable en un centro hospitalario
especializado u otro establecimiento adecuado, con fines terapéuticos o de custodia. Sólo
podrá disponerse la internación cuando concurra el peligro de que el agente cometa delitos
considerablemente graves.

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La duración de la medida de internación no podrá exceder el tiempo de duración de la
pena privativa de libertad que hubiera correspondido aplicarse por el delito cometido.(*)
Sin perjuicio de que el Juez lo solicite cada seis meses, la autoridad del centro de
internación deberá remitir al Juez una pericia médica a fin de darle a conocer si las causas
que hicieron necesaria la aplicación de la medida han desaparecido.
Tratamiento ambulatorio y sus Requisitos
El tratamiento ambulatorio será establecido y se aplicará conjuntamente con la pena al
imputable relativo que lo requiera con fines terapéuticos o de rehabilitación.

Las medidas de seguridad se aplicarán en concurrencia con las circunstancias siguientes:

1. Que el agente haya realizado un hecho previsto como delito; y

2. Que del hecho y de la personalidad del agente pueda deducirse un pronóstico de


comportamiento futuro que revele una elevada probabilidad de comisión de nuevos
delitos.

La doctrina española, ANTÓN ONECA y LANDROVE DÍAZ, nos dicen que las
medidas de seguridad son medios de privación y restricción de bienes jurídicos aplicadas
en función de la peligrosidad del sujeto que ha cometido un hecho definido por la Ley
penal como delito", orientadas a la prevención especial y aplicadas por órganos
jurisdiccionales

ROMEO CASABONA, también desde España, nos dice que la medida de seguridad es
la reacción del ordenamiento jurídico frente a la peligrosidad criminal revelada eJmcuente
tras la comisión de un delito por el mismo, teniendo como sivo evitar que la persona
concreta sobre la que actúa vuelva a delinquir así los conflictos con la sociedad

(Perez Arroyo, 2000). Señala que “las medidas de seguridad como forma de reacción
penal aparecen por primera vez de la mano del suizo Carl STOOS y su anteproyecto de
código penal para ese país en 1893, propuestas sobre las cuales giran y se fundamentan
los sistemas dualistas (del que participo el Código penal peruano de 1924), binarios o de
doble vía y cuyas bases partieron tres criterios básicos”:

La pena se impone al culpable de un delito, mientras que la medida de seguridad y


rehabilitación social tiene como razón de ser la peligrosidad del sujeto.

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La pena es un mal, que se explica con el propósito de producir sufrimiento a quien la
padece. Las medidas son, en cambio son, un resorte asegurativo, cuyo fin directo no es
producir el sufrimiento alguno, aunque impliquen una restricción de los bienes jurídicos
y derechos de la persona.

El cuantun de la pena viene dado por la gravedad de la lesión (principio de


proporcionalidad) del bien jurídico afectado por el delito, además la culpabilidad del
autor, en cambio las medidas de seguridad se especifican en la ley conforme al fin de las
mismas y su duración es indeterminada ya que depende del resultado obtenido según los
casos.

7.1. Fines de las medidas de seguridad

En el moderno Derecho penal, a la pena se ha añadido, como consecuencia jurídica del


delito de naturaleza específicamente penal, las medidas de seguridad1. Así como la pena
tiene como fundamento la culpabilidad del sujeto, las medidas de seguridad se basan en
su peligrosidad.

Las medidas de seguridad son, por tanto, la consecuencia jurídica establecida para
aquellos sujetos que han puesto de manifiesto su peligrosidad con un comportamiento
delictivo, pero del que no pueden ser culpables. Son un mecanismo complementario a la
pena y suponen, como ésta, la previa realización de un hecho previsto en la ley como
delito. Comportan, como la pena, una restricción de derechos y son impuestas, al igual
que la pena, de conformidad con lo previsto en la Ley, por los órganos de la jurisdicción
penal. Lo que diferencia claramente la pena de la medida de seguridad es su fundamento;
como ya hemos dicho, la culpabilidad en las penas, la peligrosidad en las medidas de
seguridad son dos los presupuestos materiales que deben fundamentar la imposición de
las medidas: la peligrosidad criminal del sujeto y la comisión de un delito previo. Estos
presupuestos constituyen también criterios limitadores de la gravedad y duración de las
medidas. Éstas no podrán ser más gravosas que la pena correspondiente al delito previo
realizado, ni exceder del límite necesario para prevenir la peligrosidad del autor (art. 6.2
CP). Si las medidas se fundamentan en la peligrosidad criminal del sujeto a quien se
imponen, desaparecida la peligrosidad, dejará de tener sentido el cumplimiento de la
medida.

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El tema de las medidas de Seguridad se relaciona de manera directa con la Imputabilidad.
Nuestro Código Penal parte de la presunción de que todas las personas son imputables,
ha establecido ciertos casos de inimputabilidad, los cuales se encuentran en el Art. 20.1 y
2, la anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia y alteraciones en la percepción;
el sujeto menor de 18 años es inimputable. Cuando el sujeto está incurso en alguna de
estas situaciones en forma parcial, es considerado como un inimputable relativo o
disminuido.

Las medidas de seguridad son tratamientos que se brindan a los sujetos cuando están
dentro de alguno de los supuestos del Art.20 y tiene como fundamento evitar que estas
personas consideradas como peligrosas, cometan nuevos delitos.

Justificación De Las Medidas De Seguridad

BERISTAIN diferencia en dos bloques las opiniones de los penalistas que buscan la
justificación de las medidas de seguridad a través de diversas argumentaciones:

 Los vinculados a orientaciones neoclásicas exigen una justificación ético moral,


y por tal motivo aceptan solo aquellas medidas que privan de sus derechos a
quienes no pueden o no saben ejercerlos con libertad interior, o a quienes esa
privación de derechos resulte en conjunto provechosa para superar la demora en
su desarrollo personal;
 Los más cercanos a las orientaciones positivistas que las justifican en su necesidad
y utilidad social, desde el momento en que la pena por sí sola no es suficiente para
alcanzar las metas del Derecho penal actual.

7.2. Aplicación de las medidas de seguridad


Las condiciones generales de aplicación de las medidas de seguridad están recogidas en
el art. 95 CP: i) haber cometido un hecho previsto como delito; ii) no ser culpable por
carecer de imputabilidad (ex art. 20.1.1.ª, 2.ª o 3.ª); y iii) peligrosidad por la probabilidad
de comisión de nuevos delitos. A su vez, es posible aplicarlas en casos de imputabilidad
disminuida (o semi-imputabilidad): art. 104. El art. 97 CP establece la posibilidad de que
durante la ejecución de la sentencia el juez o tribunal sentenciador pueda cesar, suspender
o sustituir la medida que se está cumpliendo. Las medidas de seguridad privativas de
libertad no tienen fijados límites de duración determinados numéricamente, sino que se
deducen de los principios generales que las fundamentan, según los cuales las medidas
no pueden durar más que la pena señalada para el delito correspondiente (seguridad), ni

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exceder de lo necesario para prevenir la peligrosidad del autor (dignidad). En resumen,
no tienen límite mínimo alguno, aunque sí máximo. Otra cosa es que, por falta de
necesidad de tutela, se evite una medida de seguridad de tan corta duración que resultaría
ineficaz. La medida concluye cuando el juez, a petición del Juez de Vigilancia, decrete el
cese por haber desaparecido la peligrosidad criminal del sujeto, o cuando se alcance el
límite máximo de cumplimiento. En caso de quebrantamiento de una medida de seguridad
de internamiento, el juez podrá ordenar el reingreso del sujeto en el mismo
establecimiento. Si se incumplen otras medidas el juez podrá acordar la sustitución de la
quebrantada por la de internamiento, siempre y cuando se demuestre su necesidad. Las
medidas aplicables se determinan según si el sujeto está exento de responsabilidad
criminal conforme al art. 20.1 CP (enajenación y trastorno mental transitorio), en cuyo
caso se impondrá el internamiento o tratamiento; si lo está conforme al art. 20.2 CP
(intoxicación), que corresponderá el internamiento en un centro de deshabituación; y, en
el caso de sujetos exentos de responsabilidad criminal conforme al art. 20.3 CP (alteración
de la percepción), la medida consistirá en el ingreso en un centro educativo especial. (arts.
101, 102, 103 CP, respectivamente). En estos casos se podrán imponer también las
medidas previstas en el art. 105 CP.

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CONCLUSIONES

 Dentro del sistema social se persigue el cumplimiento de los fines de la pena


como es la resocialización, la reeducación y la reincorporación a la sociedad.
 En nuestro código procesal penal sólo se consideran como mediadas de seguridad
a la internación y al tratamiento ambulatorio.
 Dentro de los temas tratados anteriormente se busca la reinserción del sujeto que
delinquió a la sociedad.
 Las teorías absolutas basándose en una concepción de justicia material, conciben
la pena como retribución por el mal causado y rechazan la búsqueda de fines fuera
de la propia norma por considerar que estas lesionan la dignidad del ser humano
 La teoría relativa esta la teoría de la prevención general, apunta a la generalidad
de los individuos de una sociedad, en su versión negativa, impulsada se dice que
el conjunto de normas jurídicas está respaldado por la coerción o amenaza de
sanción que conllevaría el incumplimiento de tales normas.
 De la teoría preventiva especial su principal objetivo es evitar que aquel que ya
haya cometido un acto ilícito vuelva a tener tal actitud en el futuro.
 Las teorías es la teoría mixta, estas reconocen que la retribución es la esencia de
la pena, pero creen que ha de perseguir simultáneamente los fines preventivos.
 las medidas de seguridad se imponen en los casos de casos de inimputabilidad, a
los de anomalía psíquica, grave alteración de la conciencia y alteraciones en
la percepción; el sujeto menor de 18 años es inimputable.

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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
ALCÁCER GIRAO, Rafael. (1998). “Los fines del Derecho penal. Una
aproximación desde la Filosofía Política”. En: Anuario de Derecho penal
y Ciencias Penales. Vol. LI. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
Pág. 369.
Loranca Muñoz , C. (2008). individualizacion judicial de la penas y medidas de seguridad.
(2008, Ed.) 106.
Perez Arroyo, M. (2000). Las medidas de seguridad en el derecho penal peruano (Vol.
III). Praia.Cabo Verde: Creative Commons. Obtenido de
http://www.cienciaspenales.net/files/2016/07/4las-medidas-de-seguridad-en-el-
derecho-penal-peruano-perez-arroyo.pdf
http://www.cienciaspenales.net/files/2016/07/4las-medidas-de-seguridad-en-el-derecho-
penal-peruano-perez-arroyo.pdf
ROXIN, Claus. (2008). Fundamentos político-criminales del Derecho penal. Buenos
Aires: Editorial Hammurabi. Pág. 59.
Loranca Muñoz, C. (2008). individualización judicial de la penas y medidas de
seguridad. (2008, Ed.) 106.

MIR PUIG, Santiago. (2008). Derecho penal. Parte general. 8va edición.
Barcelona:Editorial Reppertor. Pág. 77.

Peña Cabrera Freyre, A. R. (sf). los fines de la pena segun el tribunal constitucional.
Lima.

VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. (2006). Derecho penal. Parte general. Lima:


Editorial Grijley. Págs. 62-64.
JAKOBS, Günther. (2006). La pena estatal: significado y finalidad. Traducción y estudio
preliminar de Manuel Canco Meliá y Bernardo Feijoo Sánchez. Madrid: Editorial
Thomson Civitas. Pág. 141.

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