OBJETIVO:
EL LENGUAJE:
El lenguaje ayuda a clarificar el mensaje por eso resulta importante siempre utilizarlas
palabras correctas, para lograr una mejor comunicación.
Esto requiere un amplio vocabulario que se pueda usar responsable y apropiadamente
de acuerdo con cada situación.
Por lo tanto hay que evitar:
Los modismos.
Jerga o el argot.
LA ATENCIÓN:
Para atraer la atención del paciente hay que considerar el nivel intelectual, su
padecimiento, conflictos emocionales etc.
Se necesita cautivar a la persona pues mientras más interesada este más fácil podrá
convencerla y persuadirla.
COMPORTAMIENTO VISUAL:
Saber mirar es la habilidad más importante en el impacto personal. Los ojos son la única
parte del sistema nervioso central que tiene contacto directo con otra persona. En el
comportamiento visual hay que evitar desviar la mirada ya que el paciente puede sentir
que no está bien atendido o puede sentir algún tipo de temor.
POSTURA Y MOVIMIENTO:
La posición física puede ser un reflejo de la posición mental y esto puede afectar la
efectividad frente a las personas que te observan o te escuchan. Un lenguaje corporal
inapropiado puede ser interpretado como falta de interés hacia el otro y por lo tanto
distanciamiento.
GESTOS Y EXPRESIÓN:
Las expresiones de la cara son las que hacen que parezcamos más abiertos o más
cerrados, distantes o más cercanos ante las personas con las que nos comunicamos.
LA SONRISA:
A través de la sonrisa se puede transmitir confianza, seguridad, energía, emoción y
entusiasmo ante el paciente.
Estudios demuestran que la sonrisa natural en las personas causa que sean mejor
aceptadas.
La base para toda relación Enfermera/ usuario (según Peplau)
Respeto.
Interés positivo.
Aceptación del individuo tal como es.
Trato a la persona como un Individuo con capacidad emocional (hasta existir
evidencia de un Trato distinto).
ETAPAS DE LA RELACIÓN:
Las relaciones terapéuticas no son prolongadas. Comienzan con un propósito definido y
terminan cuando el objetivo sea alcanzable. Lo importante es que el paciente se oriente
bien en su situación dentro del hospital y se beneficie de manera constante en las
relaciones con la enfermera, no importando la duración de su estancia.
Esta relación consta de tres etapas:
1. ETAPA INTRODUCTORIA: La relación entre paciente-enfermera comienza por un
periodo de familiarización.
2. ETAPA ACTIVA: Cuando la enfermera y el paciente han llegado a un acuerdo en
torno a los objetivos y los pasos para conseguirlos, se dice que esta etapa está
en fase activa.
3. ETAPA TERMINAL: Se debe entender que estos tipos de relaciones tienen un
límite, que se da cuando los problemas han sido resueltos (generalmente es una
experiencia satisfactoria para ambas partes). Las enfermeras deben de
prepararse a si mismas y al paciente para la separación final.