HISTORIA MUJERES ROMANAS éSUMISAS O EMANCIPADAS? ALEJANDRO MAGNO WANN On GAUGAMELA VSL Or Nl 1 6 @ yee EL NACIMIENTO iN Par oielg al rae mA Dyce tae j we EL TRASLADO DE LOS i 4 fi TEMPLOS DE NUBIA: Ps | NABUCODONOSOR EL REY QUE DEVOLVIO LA GLORIA A BABILONIA: GENGIS KAN EL ULTIMO VIAJE DEL GRAN CONQUISTADORPara quitarte un peso de encima en tu Camino de Santiago, en Correos te llevamos la mochilao maleta etapa a etapa, alos alberc su hoteles que nos vayas ind ho Correos Paq Mochila Contratalo desde 4€ po: tapa > Online: elcaminoconcorreos.com/pagmochila > Por email: pagmochila@correos.com > Por teléfono o whatsapp: 683 44.00 22EDITORIAL & 20UE PODRIAN TENER EN COMON un grave pensador romano del siglo III aC. yun respetable burgués parisino de finales del siglo XIX? Su mundo distaba mas de dos mil afios. La luz de gas y la electricidad habfan expulsado las tinieblas, los hombres podian volar, los médicos vefan el interior del cuerpo humano con los rayos X, las ametralladoras podian terminar con cientos de personas sin necesidad de echar mano de la espada y el vapor movia fabricas gigantescas, barcos enormes y ferrocarriles humeantes. Si el romano hubiera despertado en aquel Paris de fin de siglo, lo que habria visto le podria parecer un suefio prodigioso —0 quizés una pesadilla aterradora—, Pero algo le habria resultado familiar: la humanidad seguia dividida en dos géneros: masculino y femenino. Uno mandaba, el otro no. Uno podia votar, el otro no. Unos llegaban a ser jefes de Estado... arquitectos; las otras, no (sin ir mas lejos, la seccién de arquitectura de la Escuela de Bellas Artes de Paris no admitié mujeres hasta 1898). Seguramente nuestro fil6sofo y nuestro burgués encontrarfan todo esto de lo mas natural, y ambos se sentirian igualmente horrorizados ante el afin de las mujeres por entrar en terrenos vedados, En aquel Parfs de fin de siglo, tan innovador en ciencia, técnica y arte, pocas cosas habrfa tan espantosas como ver @ una mujer pedaleando en bicicleta iy vestida con pantalones! Aunque fuesen unos holgados bloomers que (para nuestra retina del siglo XXD no tenfan nada de escandaloso. jAja!, pensarfa el burgués: «Lo que realmente quieren las mujeres es la libertad sin restricciones; 0, para decir verdad, el libertinaje. eQué no intentaran?», palabras que habria podido suscribir nuestro fil6sofo romano. De hecho, son de un romano: del severo moralista Cat6n el Viejo; aparecen en nuestro articulo sobre las mujeres en Roma. Hoy, en Occidente, donde la mujer ha alcanzado la libertad, asin no ha llegado a la igualdad; y en muchos lugares del mundo sigue siendo valida la pregunta que en el afio 1700 se hacia la pionera feminista inglesa Mary Astell: «Si todos los hombres nacen libres, apor qué las mujeres nacen esclavas?» JOSEP MARIA CASALS recor