Alejandría se ha vaciado.
Los eruditos han abandonado el Museo y la
iblioteca. Las salas de retórica, de filosofía, de
medicina, de anatomía, de geometría, de
hidroestática, de geografía, de astronomía, de
cosmetología..., de repostería están desiertas.
¿Dónde se han ido?
Cleopatra señala unos vetustos rollos.
—¿Sabías que Zenódoto, el primer editor de
Homero, dirigía la Biblioteca?
César se enfrasca en los textos que explican
cómo medir el tiempo y concibe la forma en que
modificará el calendario romano, menos exacto
que el egipcio.
¡Ve!
Mañana —suplica él incorporándose—.
Permítenos esta noche que apenas despunta.
Ella rodea su cuello con dos brazos ardiendo en
un deseo compartido, se separa a su pesar y,
cuando él intenta retenerla:
—Vete en el acto —afirma—, ¡es lo que deseas
realmente!
Él la besa con ardor y se aleja corriendo.