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Thomas Hobbes

Biografia:
Thomas Hobbes nació el 5 de abril de 1588 en Malmesbury, en Wiltshire, en Inglaterra. Su
padre era vicario de Charlton y Westport, localidades cercanas a Malmesbury, pero una disputa
mantenida a la puerta de la iglesia con otro vicario, provocó su traslado a Londres. Como
consecuencia de ello, a los siete años de edad, Thomas Hobbes, quedó bajo la tutela de su tío
Francis, hermano mayor de su padre, que se dedicaba al comercio y no tenía más familia.

Hobbes realizará sus primeros estudios en Malmesbury y posteriormente en Westport, en la


escuela privada de Robert Latimer, en donde mostró sus dotes intelectuales en los estudios
clásicos. A los catorce años, en 1603, financiados sus estudios por su tío Francis, ingresa en
Magdalen Hall, Oxford, donde predominaba entonces la filosofía escolástica de inspiración
aristotélica, por la que no mostrará ningún entusiasmo.

En 1608 obtuvo el título de Bachiller, siendo nombrado tutor, a instancias del Director de
Magdalen Hall, de William Cavendish, con quien mantuvo en los dos años siguientes una
relación de camaradería. En 1610 emprendió un viaje por Europa, acompañando a William
Cavendish por Francia, Italia y Alemania, pudiendo observar de primera mano el poco aprecio
del que la escolástica gozaba en esas fechas, ya en clara decadencia, y los numerosos
intentos por abrir otras puertas al desarrollo del conocimiento, por lo que decide, a su regreso a
Inglaterra, profundizar el estudio de los clásicos. También pasa de ser tutor de William
Cavendish a ser su secretario y, disponiendo además de algunos ahorros, decide dedicarse lo
más intensamente posible a sus estudios. De esta época son, además, sus relaciones con
Francis Bacon, que le refuerzan en la línea de su propio pensamiento, muy alejado del
aristotelismo y de la escolástica.
En 1628 muere William Cavendish, por lo que Hobbes deja de prestar sus servicios a la familia
Cavendish, no siendo ya requerido para ello, pasando a ser tutor del hijo de Sir Gervase Clinton
de Nottinghamshire, hasta 1631. En 1629 publicará su traducción de Tucídides, en la que había
estado trabajando los últimos años, y con la que Hobbes parece querer transmitir una
advertencia a los ingleses sobre los peligros de la democracia.

De 1629 a 1631 emprenderá un nuevo viaje a la Europa continental, como tutor del hijo de Sir
Gervase Clinton, en el que descubrirá el valor de la geometría y la posibilidad de aplicar su
método a la defensa de sus ideas sociales y políticas.

En 1631 de nuevo la familia Cavendish requiere sus servicios como tutor del tercer Duque de
Devonshire, cargo que desempeñará hasta 1642. En ese período realiza un nuevo viaje al
continente, permaneciendo allí de 1634 a 1637, entrando en contacto con el círculo intelectual
del padre Mersenne, mentor de Descartes y Gassendi, con quien establecerá una cordial
amistad, y entre los que se encontraba Roberval, reputado matemático del círculo. En general,
Hobbes se muestra partidario de las explicaciones mecanicistas del universo, frente a las
teleológicas, defendidas por los aristotélicos y la escolástica. También tiene ocasión de conocer
a Galileo, durante un viaje por Italia en 1636, bajo cuya influencia desarrolla su filosofía social,
basada en los principios de la geometría y de la ciencia natural.

En 1640, a raíz de la guerra civil que estalló en Inglaterra, tras un período de tensiones entre el
rey y el parlamento, Hobbes, temiendo por su vida, al ser un conocido defensor de la
monarquía, viaja de nuevo a París, donde vuelve a ser bien recibido por el círculo de
Mersenne. De esta época son sus objeciones a las "Meditaciones metafísicas" de Descartes, a
solicitud de este, y publicadas también en su obra De Cive en 1642, de la que editará una
nueva versión en 1647.
En 1646, todavía en París, será tutor de matemáticas, durante los siguientes dos años, hasta
1648, del Príncipe de Gales, futuro Carlos II, que se había exiliado también en París. Allí
permanecerá Hobbes hasta 1651, en que regresará a Inglaterra. De este año, también, es su
publicación del Leviatán, lo que provocará el inicio de sus disputas con John Bramall, obispo de
Derry, al que se dirigen varias de su publicaciones de los años siguientes.

En vida Hobbes tuvo dos grandes enemigos contra los que mantuvo fuertes tensiones:
la Iglesia de Inglaterra y la Universidad de Oxford. La obra de Hobbes, no obstante, es
considerada como línea de ruptura con la Edad Media y sus descripciones de la realidad de la
época son brutales. Estuvo siempre en contacto con la Real Sociedad de Londres, sociedad
científica fundada en 1660

La publicación del De Corpore en 1665 dará lugar a una polémica con destacados miembros de
la Royal Society, en la que se criticarán sus aportaciones en matemáticas así como las
posiciones defendidas por Hobbes en el tema de la religión, al entender que defendían el
ateísmo.

En 1668 intenta publicar una historia de los años 1640-1660, titulada Behemoth, pero se le
prohibe su publicación. En 1672 termina su autobiografía, que trasladará posteriormente a
verso, en latín. Tres años después publicará su traducción de la Iliada y de la Odisea. Muere el
4 de diciembre de 1679, en Hardwick may, a la edad de 91 años.

Su Filosofía:
Materialismo y determinismo.

Aunque la fama de Hobbes se debe esencialemte a sus teorías políticas y sociales, su filosofía
constituye la más completa doctrina materialista del siglo XVII.

El universo es concebido como una gran máquina corpórea, donde todo sigue las estrictas
leyes del mecanicismo, según las cuales, cualquier fenómeno ha de explicarse a partir de
elementos meramente cuantitativos: la materia (extensión), el movimiento y los choques de
materia en el espacio.

"El universo es corpóreo. Todo lo que es real es material y lo que no es material no es


real" (Leviatán).

Este fragmento del Leviatán resume la filosofía materialista de Hobbes, estrechamente


vinculada a una postura determinista del mundo que postula que todos los fenómenos del
universo se hallan determinados inexorablemente por la cadena causal de los acontecimientos.
Nada surge del azar; todo acontecer es el resultado necesario de la serie de las causas, y, por
lo tanto, podría ser anticipado, previsto.

El determinismo de Hobbes se fundamenta en un método racionalista de carácter matemático


y geométrico (el método analítico-sintético de Descartes), que parte de la hipótesis de que las
partes de un todo (materiales, engendradas y entendidas como causas) han de
descomponerse y explicar el conjunto o las partes en su totalidad. La teología queda excluida
del ámbito de la filosofía (por no estar compuestas sus partes de elementos corporeos
engendrados), abarcando exclusivamente la geometría, una filosofía de la sociedad y
la física, aunque esta última únicamente pueda proporcionar conocimientos basados en la
mera probabilidad, no necesarios, como posteriormente defenderá el más consecuente y
radical de los empiristas ingleses: David Hume.

La antropología de Hobbes se fundamentará también en el materialismo. Criticando el


dualismo cartesiano, denunciará el paso ilícito del "cogito" a la "res cogitans". Del "pienso"
puede deducirse únicamente que "soy", de lo contrario, de la proposición "yo paseo" se
seguiría análogamente la existencia de una "substancia ambulante", lo cual es ciertamente un
absurdo. El hombre es un cuerpo y, como tal, se comporta a la manera como lo hacen el resto
de los cuerpos-máquinas. El pensamiento o la conciencia no es una substancia separada del
cuerpo: la "entidad" corporal que somos, y su conocimiento de las cosas proviene y se reduce a
la sensación. En polémica con la teoría aristotélica de la sensación, Hobbes postula que ésta
ha de explicarse también a partir de postulados mecanicistas, como producto de los
movimientos de los cuerpos (materia). El apetito y la aversión (repugnancia) provocan
determinados movimientos y acciones en los cuerpos denominados emociones. Los sueños y
la imaginación son explicados, así mismo, como reacciones a una gran variedad estímulos
(corporales), tanto externos como internos.

La libertad humana y el libre arbitrio (albedrío) de la voluntad quedan subordinados y limitados


por el feroz determinismo de Hobbes. Ambos están condicionados por los movimientos de los
cuerpos externos.

El Levitán: la política de Thomas Hobbes


La filosofía política y la teoría social de Hobbes representan una evidente reacción contra las
ideas descentralizadoras (parlamentarismo) y la libertad ideológica y de conciencia que
proponía la Reforma, en la que él avistaba el peligro de conducir inevitablemente a la anarquía,
el caos y la revolución, de forma para él fue necesario justificar y fundamentar la necesidad
del absolutismo como política ideal con la que soslayar dichos "males". Es inevitable instaurar
una autoridad absoluta cuya ley sea la jerarquía máxima y tenga que ser obedecida por todos
sin excepción.

Hobbes en Elementos de la ley natural, De cive y el Leviatán. El (Leviatán), es el hombre


(artificial), el Estado, una manera que tiene el arte de imitar a la naturaleza. Se atribuye a sí
mismo ser el iniciador de la filosofía política, así como Galileo lo es de la física. Si para la
filosofía anterior, basada en Aristóteles, el hombre es un (animal político) o un animal social,
por lo que tiende naturalmente de forma instintiva a la sociabilidad, para Hobbes, ésta no es
más que un acuerdo artificial, egocéntrico e interesado, que persigue como objetivo la propia
seguridad y nace del temor a los demás. Resultado inevitable del acuerdo es el (dios mortal), el
poder absoluto, el gran Leviatán.

Puesto que para el hombre vale la afirmación homo homini lupus (el hombre es un lobo para el
hombre), el hombre sin Estado, o sin sociedad constituida, se halla en un estado de (guerra de
todos contra todos). Ésta es la situación en que se encuentra Inglaterra en la época de las
guerras bajo y contra los Estuardo, y así es cómo cabría imaginar lo que sucedería si
desapareciera el Estado en cualquier época determinada. A esto llama Hobbes Estado de
Naturaleza . En una situación así, el hombre tiene derecho (a todo), incluida la vida de los
demás. La catástrofe, pues, no sólo está en ciernes. Sin embargo, en un estado tal de
naturaleza el hombre no deja de ser racional y, por ello, la razón le impulsa a salir de este
estado; le impulsa a observar unas leyes naturales, las tres primeras de importancia vital:

• El hombre ha de buscar la paz por todos los medios posibles.


• El hombre ha de saber renunciar a sus derechos sobre todo, y a parte de su misma
libertad, de acuerdo con la norma de oro tradicional de no hacer a los demás lo que no
quieras que te hagan a ti.
• Los hombres han de cumplir los pactos establecidos .Pero estas leyes -y otras hasta
un total de 11, que deduce de estas primeras- resultan imposibles de cumplir si no se
establece la fuerza coercitiva de un tercero, del Estado, que obliga a mantener los
pactos. El mejor de los contratos es aquel en que se ceden los propios derechos en
compensación a la cesión que la otra parte hace igualmente de los suyos, a favor de
un tercero -resultante directo de la renuncia de todos-, llamado REPÚBLICA,
CIVITAS, LEVIATÁN o DIOS MORTAL. Al que acepta el resultado se le llama
SÚBDITO, y al que carga sobre sus hombros el poder de la persona moral resultante,
SOBERANO.
El Estado es un "artificio" que surge para remediar un hipotético estado de naturaleza en el que
los hombres, guiados por el instinto de supervivencia, el egoísmo y por la ley del más fuerte (la
ley de la selva), se hallarían inmersos en una guerra de todos contra todos que haría imposible
el establecimiento de sociedades (y una cultura) organizadas en las que reinara la paz y la
armonía. Sin un Estado o autoridad fuerte sobrevendría el caos y la destrucción (la anarquía),
convirtiéndose el hombre en un lobo para los otros hombres, según la célebre frase de Hobbes:
"homo hominis, lupus".

La propia naturaleza nos otorga una razón que nos provee de ciertas "leyes naturales" que son
como "dictados de la recta razón sobre cosas que tienen que ser hechas o evitadas para
preservar nuestra vida y miembros en el mismo estado que gozamos". Por ello, el hombre
encuentra dentro de sí la necesidad de establecer unas leyes que le permitan vivir en paz y en
orden; necesidad que se realiza mediante un pacto o contrato social mediante el cual, los
poderes individuales se transfieren a "un solo hombre" o a "una asamblea de hombres": el
Estado o Leviatán que, como el monstruo bíblico, se convierte en el soberano absoluto y cuyo
poder aúna todos los poderes individuales.

El Estado se presenta así como algo artificial, opuesto a la naturaleza humana, pero
susceptible de garantizar la supervivencia de todos a costa de la pérdida de su autonomía y
libertad. Aunque Hobbes estuvo a favor de la libertad religiosa e ideológica y favoreció el
proceso de secularización de Europa, no obstante defendió el poder absoluto y casi autófago
del Estado, a cuyos intereses ha de subordinarse toda minoría. Hobbes representa el orden
propio del conservadurismo, en el cual, el todo social armonioso ha de estar por encima y
subordinar cualquier acción u apetencia individual.

Como forma óptima de gobierno defendió la monarquía, desaconsejando cualquier reparto


entre los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.

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