Los títulos de deuda también son conocidos como bonos. Las condiciones de emisión se fijan
en un documento denominado prospecto en el que se definen al menos los siguientes
elementos:
El que emite un bono (deudor o emisor) busca financiarse recaudando dinero en el mercado.
Por lo tanto, el emisor del título se endeuda y se obliga a devolver el capital tomado en
préstamo más los intereses correspondientes al inversor.
Hay tres formas de adquirir este tipo de activos, que se pueden compar en mercados
primarios (emitidos por el estado) y mediante mercados secundarios (comprándole el
activo alguien que ya lo posee).
Los Bonos del Estado se emiten a tres y cinco años y son una forma de inversión a
medio y largo plazo. Además la forma de pago de intereses es explícita, por lo que se
emiten especificando la rentabilidad que se dará. Se suelen emitir mensualmente y
también se pueden adquirir en los mercados secundarios. , por tanto nos podemos
deshacer del activo si fuera necesario. La inversión mínima es de mil euros y
múltiplos.
Hoy en día ese sistema de cupones impresos ha quedado obsoleto, pero el nombre
se conserva. La ventaja de este sistema es que no tenemos que esperar al
vencimiento, sino que recibimos el pago periódico en nuestra cuenta corriente.
Además existe un mercado secundario de cupones (que se pueden separar de los
títulos) denominado strips.
Las Obligaciones del Estado son muy similares a los bonos del estado, siendo el
plazo la mayor diferencia. Se emiten a 10, 15 y 30 años, por lo que se trata de
inversiones a muy largo plazo.
Por último existen las Emisiones en Moneda Extranjera, aunque están destinadas a
inversores institucionales. Este tipo de deuda se emite principalmente en yenes
japoneses, seguido de dólares y en menor medida libras esterlinas francos suizos.
Para el pequeño y mediano inversor este tipo de deuda es difícil de conseguir y tiene
el defecto de que se corre el riesgo de tipo de cambio, por lo que no resulta
recomendable.
Como hemos visto sólo el tesoro público español nos permite una gran cantidad de
oportunidades de inversión a distintos plazos. Además cómo hemos visto, aunque se
trata de inversiones a plazo fijo, se puede obtener liquidez si fuera necesario. Por
último recordar que la inversión en deuda pública suele ser una de las inversiones
más seguras que nos ofrece el mercado.
Son títulos de interés periódico que se adquieren en forma de cupón. Ésta es la principal
diferencia con las denominadas Letras del Tesoro, otra figura de deuda conocida cuya principal
características es que los intereses derivados de esta operación se pagan al vencimiento.
Otras veces se emiten mediante subasta competitiva y el cupón que se devenga se paga cada
año, representando de este modo el denominado tipo de interés nominal del bono o de la
obligación adquirida.
Son los más conocidos en el mercado crediticio y financiero. Su rentabilidad está fijada de
antemano para la vida del título y se paga mediante cupones periódicos. El riesgo de esta
operación depende de la calificación de la entidad que lo suministra, así como de los plazos de
reembolso y los tipos de interés.
Son esencialmente del mismo tipo que los bonos y la obligaciones simples, salvo por la
diferencia de que en caso de que el emisor de la financiación quiebre o no pueda seguir
suministrando los créditos periódicos, éste no tendrá la influencia que en condiciones normales
le correspondería sobre el poder de decisión de la empresa. Al tener mayor riesgo que un bono
simple, ofrecen un mayor nivel de rentabilidad.
En este caso, hablamos de una figura claramente beneficiosa para los tenedores de estos títulos
de deuda, quienes pueden cambiarlos por acciones de la empresa en un plazo determinado. El
método mediante el cual se hace efectivo incluye el pago de cupones periódicos hasta una
determinada fecha, que oficia como límite de canje o conversión. Llegado ese momento, el
tenedor puede hacer efectivo el canje por acciones o esperar hasta el próximo período de
conversión o hasta el vencimiento.