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Protocolo de Montreal

Tiene como objetivo, establecer medidas concretas para la eliminación


del uso de las sustancias que agoten la capa de ozono para evitar los
daños a la salud y al medio ambiente, apoyando con recursos
financieros (Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal) a los países en
desarrollo (denominados en el Artículo 5), a los cuales se les da un
periodo de gracia de 10 años antes de cumplir los compromisos
específicos de eliminación, respecto de los países desarrollados.

Las negociaciones intergubernamentales de un acuerdo internacional


para eliminar gradualmente las sustancias que agotan la capa de ozono
comenzaron en 1981 y concluyeron con la adopción del Convenio de
Viena para la protección de la capa de ozono en marzo de 1985, el cual
fue ratificado por México el 14 de septiembre de 1987. Este instrumento
alienta la cooperación intergubernamental para la investigación, la
observación sistemática de la capa de ozono, el intercambio de
información y el control y eventual eliminación del empleo de las
sustancias agotadoras de la capada de ozono, en primera instancia los
Clorofluorocarbonos (CFCs). Para este fin, se adoptó el Protocolo de
Montreal, el 16 de septiembre de 1987 y entra en vigor el 1° de enero de
1989. México fue de los primeros países en ratificar el Protocolo de
Montreal, el 31 de marzo de 1988.

El Protocolo ha sido ajustado y enmendado al paso del tiempo para


acelerar los calendarios de eliminación, introducir otros tipos de medidas
de control y agregar nuevas sustancias controladas a la lista.
Actualmente cuenta con cuatro enmiendas denominadas por el lugar de
su adopción: Londres, Copenhague, Montreal y Beijing.
Este instrumento divide a los países en dos grandes grupos: los
desarrollados (Art. 2 o No Art. 5) y en desarrollo (Art. 5), sobre esta base
los países asumen compromisos, con diferencia de 10 años entre unos y
otros, de reducción en producción y consumo de las sustancias
agotadoras de la capa de ozono, como los Clorofluorocarbonos (CFCs),
Halones, Hidroclorofluorocarbonos (HCFCs) y el Bromuro de metilo, entre
otros. El Protocolo ha generado instancias, como el Fondo Multilateral
destinado a brindar apoyo financiero a los países en desarrollo para el
reemplazo tecnológico requerido para dejar de usar productos que
dañan la capa de ozono.

México fue el primer país (IV Reunión del Protocolo de Montreal en 1995)
en presentar un calendario de reducción acelerada del uso de estas
sustancias hasta dejarlo en 10% para el año 2000, 10 años antes que el
resto de los países en desarrollo.
Actualmente, nuestro país ha reducido en 90% el uso de CFCs. Desde
1990, los productos en aerosol distribuidos en México utilizan
propelentes alternativos. Todos los refrigeradores domésticos y el 95%
de los equipos de refrigeración comercial producidos a nivel nacional se
encuentran libres de CFCs. El sector de solventes y el de espumas de
poliuretano han eliminado su uso de CFCs en un 80% y 75%,
respectivamente.

México se ha distinguido por cumplir cabalmente los compromisos


asumidos y se ha beneficiado al recibir asignaciones substantivas de
recursos económicos para apoyar al sector industrial en la
transformación que se requiere para reducir la producción y uso de
sustancias agotadoras de la capa de ozono. Desde 1991 a la fecha,
México con el apoyo del Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, ha
implementado más de 100 proyectos demostrativos, de transferencia
tecnológica, capacitación y asistencia técnica por un monto superior a
los 77 millones de dólares.

A nivel mundial, México se distingue como uno de los países con mejor
desempeño en el cumplimiento de los compromisos en el marco del
Protocolo. Por ejemplo, actualmente todos los refrigeradores, aires
acondicionados, aerosoles comerciales y espumas de poliuretano
producidos en el país ya no utilizan CFCs.

En este contexto de cumplimiento, México convino el cierre anticipado


de la producción de CFCs, lo que en promedio redujo en un 60% la
producción de estas sustancias en todo el continente americano y 12% a
nivel mundial. Es importante destacar, que para este fin el Fondo
Multilateral del Protocolo de Montreal otorgó 32 millones de dólares a la
Empresa Quimobásicos, en compensación por cerrar su línea de
producción de CFCs. Este proceso dio inicio en 2003 y culminó en
septiembre de 2005. Con el cierre de esta línea de producción, México
adelantó en casi cinco años el cumplimiento de su compromiso
internacional. La Empresa Quimobásicos abrió líneas de producción de
sustancias alternativas más amigables con la capa de ozono, como son
los HCFCs.

Después de sendas negociaciones con las otras Dependencias


involucradas del Ejecutivo Federal se llegó al consenso para aceptar las
Enmiendas de Montreal y de Beijing, con lo cual nuestro país es parte de
todas las enmiendas del Protocolo y le permite beneficiarse de recursos
para la eliminación de sustancias agotadoras de la capa de ozono.

Durante la 19ª Reunión de las Partes del Protocolo de Montreal se marcó


un hito, al decidir acordar un ajuste al calendario para eliminar de
manera temprana (10 años antes, del 2040 al 2030) la producción y el
consumo de hidroclorofluorocarbonos (HCFCs), que constituyen el otro
gran bloque de sustancias agotadoras de la capa de ozono además de
los CFCs. Actualmente se están negociando los cambios necesarios en
los criterios de elegibilidad relacionados con instalaciones posteriores a
1995 y segundas conversiones para apoyar al cumplimiento de los
compromisos de los países Artículo 5.

http://www.semarnat.gob.mx/temas/agenda-internacional/protocolo-de-
montreal

El 16 de septiembre de 1987, México fue uno de los 24 países reunidos


bajo los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente y firmaron el Protocolo de Montreal, acuerdo internacional que
promueve la eliminación del consumo de las sustancias agotadoras de la
capa de ozono (SAO).

Este Acuerdo es reconocido como uno de los esfuerzos internacionales


más exitosos para preservar el medio ambiente mundial, y México ha
sido un activo promotor y ejemplo a nivel internacional en el
cumplimiento de sus compromisos.

Nuestro país ha demostrado su liderazgo en la protección a la capa de


ozono y en el impulso de importantes enmiendas. Con las acciones
realizadas en 30 años, se ha eliminado el 98% del máximo nivel de
consumo de las SAO, al eliminar totalmente los Clorofluorocarbonos
(CFC), el Tetracloruro de Carbono (CTC), los Halones y el Bromuro de
Metilo; así como impulsar la destrucción de las SAO en desuso.

Actualmente, el Gobierno de la República instrumenta un plan para la


eliminación de Hidroclorofluorocarbonos (HCFC) que, además de dañar
la capa de ozono, tienen un alto potencial de calentamiento global.
Asimismo, está iniciando las acciones para la reducción temprana del
consumo de Hidrofluorocarbonos (HFC), las cuales fueron adoptadas en
la pasada Reunión de las Partes del Protocolo de Montreal en Kigali
Ruanda, marcando un hito en la mitigación de los efectos del cambio
climático.

https://www.gob.mx/semarnat/articulos/protocolo-de-montreal-a-30-
anos-de-su-establecimiento

El objetivo principal del Protocolo de Montreal es la protección de la


capa de ozono mediante la toma de medidas para controlar la
producción total mundial y el consumo de sustancias que la agotan,
con el objetivo final de eliminarlas, sobre la base del progreso de los
conocimientos científicos e información tecnológica.

El Protocolo de Montreal se estructura en torno a varios grupos de


sustancias destructoras del ozono. Los grupos de sustancias químicas
se clasifican de acuerdo a la familia química y se enumeran en los
anexos al texto del Protocolo.

1985 Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono

En este convenio las naciones acordaron adoptar "medidas apropiadas...


para proteger la salud humana y el medio ambiente contra los efectos
adversos resultantes o que puedan resultar de las actividades humanas
que modifiquen o puedan modificar la capa de ozono;" pero las medidas
no se especifican.

El principal cometido del Convenio era alentar la investigación, la


cooperación entre los países y el intercambio de información.

En Uruguay la Ratificación del Convenio de Viena se realizó en 1989 con


la Ley 15.986 del 16/11/88

1987 Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la Capa


de Ozono

El Protocolo es la base práctica sobre la cual las Partes del Convenio de


Viena actúan.

Es un acuerdo sobre las medidas específicas que deben tomarse a fin de


salvar la capa de ozono. El Protocolo fue el primer paso concreto para
proteger la capa de ozono: se acordó una reducción del 50% para 1999
en la producción y consumo de los gases CFC especificados, en base a
las cifras de 1986. Además, se acordó congelar el consumo de halones,
respecto al año 1986.

En Uruguay la ratificación del Protocolo de Montreal fue en 1991 con la


promulgación de la Ley 16.157 del 12/11/90

1990 Enmienda de Londres


Las principales medidas adoptadas mediante esta enmienda fueron: La
inclusión de otras sustancias agotadoras: CFC completamente
halogenados, Tetracloruro de Carbono y Metil cloroformo en la lista de
sustancia agotadoras de la Capa de Ozono

Se realizaron aclaraciones sobre el mecanismo financiero (Fondo


Multilateral) por el cual los países desarrollados colaboran con los países
en desarrollo para que puedan cumplir los objetivos del Protocolo

En Uruguay la ratificación de la Enmienda de Londres se realizó en 1993


con la Ley 16.427 del 19/10/93

1992 Enmienda de Copenhague

Mediante esta enmienda se incluyeron en la lista de sustancias


reguladas por el protocolo los HCFCs, HBFC y el Bromuro de introdujeron
medidas de control para la producción y consumo de bromuro de metilo
y de los HBFC, y HCFC en los países industrializados; calendarios de
eliminación anticipados para los CFC, halones, tetracloruro de carbono y
metil cloroformo en los países desarrollados.

En Uruguay la ratificación de la Enmienda de Copenhague se realizó en


1997 con la Ley 16.744 del 15/05/96

1995 Enmienda de Viena

Se introdujeron medidas de control para el bromuro de metilo tanto para


países industrializados como países en desarrollo, así como control para
el consumo de HCFC y para la producción y consumo de HBFC para los
países en desarrollo.

1997 Enmienda de Montreal

Se acordó el establecimiento de un sistema de licencias para la


importación de las sustancias agotadoras para el control al comercio
internacional. Se acuerda prohibir el comercio de bromuro de metilo con
estados que no sean parte del protocolo y un calendario de eliminación
del mismo en los países parte.

En Uruguay la ratificación de la Enmienda de Montreal se realizó en el


año 2000 con la Ley 17.212 del 14/09/99

1999 Enmienda de Beijing

Se incluyó el bromo cloro metano como una sustancia controlada e


introdujo medidas de control para la producción y consumo de esta
sustancia, controles de producción para los HCFC y se acordaron los
requerimientos para reportar el uso del bromuro de metilo para
aplicaciones en cuarentena y pre embarque.

En Uruguay la ratificación de la Enmienda de Beijing fue en 2003 con la


Ley 17.660 del 16/09/03

2007 Enmienda de Montreal

Se revisaron las medidas de control de los HCFC en los países


desarrollados y en desarrollo. Específicamente, los países en desarrollo
acordaron eliminar los HCFC para el 2030, con la posibilidad de utilizar
ciertas cantidades de HCFC para mantener los equipos de refrigeración y
aire acondicionado hasta el 2040.

2016 Enmienda de Kigali

La Enmienda de Kigali dicta que el consumo de HFC debe comenzar a


reducirse en 2019 en los países desarrollados, mientras que en los
países en desarrollo lo hará en 2024 y 2028. Además, esta medida
puede prevenir un aumento de 0,5ºC de calentamiento global para
finales de este siglo.

En Uruguay la ratificación de la Enmienda de Kigali se realizó en 2018


con la Ley 19.644 del 27/06/18

Sistema de licencias para la comercialización de sustancias agotadoras


del ozono

Ley de Presupuesto, Ley Nº 17.296 del 21 de febrero de 2001.


Artículo 401. “A iniciativa del Mvotma, el Poder Ejecutivo podrá
establecer regulaciones a las que se sujetará la introducción al territorio
nacional de las sustancias controladas por el Protocolo de Montreal y sus
enmiendas a efectos de cumplir con las obligaciones de la República
emergentes de los referidos instrumentos internacionales, incluyendo lo
previsto en los Acuerdos del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y de
la Organización Mundial del Comercio (OMC).”

Sello Ozono Amigo

Decreto Nº 476/993, del 29 de octubre de 1993. Artículo 1. “Créase un


sello para ser utilizado en aquellos productos que no contengan o no
utilicen en sus procesos de producción, las sustancias controladas por el
Protocolo de Montreal, aprobado por la Ley Nº 16.157 del 12 de
noviembre de 1990.”

Programa Nacional de Halones

Decreto Nº 308/994 del 29 de junio de 1994. Artículo


1. “Apruébense los objetivos y etapas del Programa Nacional de
Halones, elaborado por la Dirección Nacional de Medio Ambiente, según
surge del anexo al presente. Cométase al Ministerio de Vivienda,
Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, a través de la Dirección
Nacional de Medio Ambiente, a la implementación del Programa
Nacional de Administración de Halones, de conformidad con las normas
del presente decreto.”

Reglamentación de la producción, importación, exportación de


Sustancias controladas y equipos que las contienen

Decreto 345/004. 24 de Setiembre de 2004. Prohibición de


importación, exportación y producción de equipos que contienen
sustancias Anexo A y B Protocolo de Montreal a partir de 6 y 18 meses
de la publicación del decreto respectivamente. Prohibición de
importación y exportación de las sustancias puras del Anexo A y B del
Protocolo a partir 1º de marzo 2008.

https://www.mvotma.gub.uy/ozono/protocolo-de-
montreal#reglamentacion-de-la-produccion-importacion-exportacion-de-
sustancias-controladas-y-equipos-que-las-contienen

En efecto, el ser humano lleva emitiendo a la atmósfera desde los años


30 del siglo XX (y, de forma masiva, desde mediados de dicho siglo)
diversas familias de compuestos caracterizados por tener en sus
moléculas átomos de cloro (Cl) y/o de bromo (Br). Muchos de estos
compuestos son inertes en la baja atmósfera, pero al llegar a la
estratosfera, la radiación ultravioleta del sol los fotoliza (los rompe),
liberando átomos de Cl y/o Br, que incrementan enormemente la eficacia
de los procesos de destrucción del ozono, lo que provoca el desequilibrio
mencionado en el párrafo anterior, y la destrucción de la capa de ozono.
Todos hemos oído hablar de los CFC, identificados como los primeros
culpables de esta destrucción, pero hay varios tipos más de tales
sustancias, como los halones, HCFC, ciertos hidrocarburos halogenados,
como el bromuro de metilo (Br Me), etc.

Desde 1973 se conoce la capacidad destructora del ozono de


compuestos como los CFC. Para intentar evitar esto, varios países
prohibieron el uso de los CFC en aerosoles durante la década de los 70;
sin embargo, se encontraron nuevos usos para los CFC (como agentes
limpiadores en la industria electrónica, por ejemplo), y la producción
aumentó mucho durante los años 80. Igual que ahora, se consideró que
ya no había problema tras esta prohibición; además, no se detectaban
descensos muy apreciables en la cantidad total de ozono, con lo que la
cuestión de la capa de ozono dejó de ser noticia (si bien si había alguna
medida de fuertes descensos en el ozono antártico). Pero, en 1985, el
inesperado descubrimiento del agujero de ozono antártico volvió a traer
el tema a la atención general.

Es curioso que donde primero se notó el efecto de los compuestos


destructores de la capa de ozono fuera justamente en la parte del
mundo donde prácticamente no había ninguna emisión de los mismos.
Allí, una combinación de procesos químicos (favorecidos por las
bajísimas temperaturas, que posibilitan la formación de nubes
estratosféricas polares), y del aislamiento de las masas de aire
antárticas, favorece una acumulación de cloro y bromo activos (en forma
de moléculas de cloro -Cl2 – y de otros compuestos como el ClOH)
durante la noche polar. Al empezar la primavera austral en septiembre-
octubre, la luz solar descompone estas moléculas, dando radicales cloro
y bromo activos, que producen en pocos días la espectacular
destrucción del ozono estratosférico sobre la Antártida, conocida como
el agujero de ozono. Al avanzar la primavera, el agujero se cierra.
Además de este fenómeno se observó una disminución de la cantidad
global de ozono (del orden de un 3 % cada década), y la aparición de
pequeños agujeros en latitudes altas del hemisferio norte.

Los científicos tardaron menos de dos años en ofrecer pruebas claras de


los mecanismos de destrucción del ozono antártico y del origen humano
de este hecho. Las grandes multinacionales productoras de CFC tardaron
varios años más en reconocer la responsabilidad de sus productos y,
cuando lo hicieron (después de gastar millones de dólares en intentar
demostrar la inocencia de los CFC), se convirtieron en las primeras
defensoras de la capa de ozono (o así lo quisieron presentar). En
realidad, lo que hicieron fue sustituir los CFC por compuestos similares
(HCFC, HFC), que destruyen la capa de ozono, aunque bastante menos
que los CFC en el caso de los primeros, y que son potentes gases de
invernadero (ambos tipos de compuestos). Las multinacionales siguen
apostando fuerte por estos compuestos y despreciando alternativas
mucho mejores para el ambiente, ya que necesitan recuperar sus
inversiones.
Las medidas de control y prohibición del uso de los compuestos
destructores del ozono, que comenzaron en 1987 con el Protocolo de
Montreal, y se fueron endureciendo en la década de los 90, en las
sucesivas enmiendas al protocolo, han evitado probablemente una
destrucción masiva de la capa de ozono, con los consiguientes daños a
personas y seres vivos en general.

El 16 de septiembre de 2009, la Convención de Viena y el Protocolo de


Montreal se convirtieron en los primeros tratados de la historia de las
Naciones Unidas en lograr la ratificación universal.

Las Partes en el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que


agotan la capa de ozono llegaron a un acuerdo en su 28ª Reunión de las
Partes el 15 de octubre de 2016 en Kigali, Rwanda, para eliminar
gradualmente los hidrofluorocarbonos (HFC).

https://www.ecologistasenaccion.org/?p=205

Sustancias agotadoras de la capa de ozono. Protocolo de Montreal -


Oficina Técnica del Ozono

Las sustancias que agotan la capa de ozono (SAO) son sustancias


químicas clorinadas, brominadas o fluorinadas producidas por el hombre
con potencial para reaccionar con las moléculas de ozono de la
estratosfera, provocando su rompimiento y destrucción a través de en
una reacción fotoquímica en cadena. La capacidad de destrucción de
una SAO en la atmósfera puede superar los 100 años.

Los principales tipos son:

Clorofluorocarbonos o CFC: Fueron creados en 1928 como refrigerantes,


propelentes en aerosoles, solventes, agentes espumantes y en otras
aplicaciones menores. En Costa Rica fueron prohibidos a partir del año
2010.

Hidroclorofluorocarbonos o HCFC: Estos compuestos fueron introducidos


en la década de los noventas como sustitutos de los CFC. Entre sus
aplicaciones podemos citar, refrigeración, espumas solventes y
aerosoles. Estas sustancias tienen un menor potencial de agotamiento
de ozono, pero son potentes gases de efecto invernadero. Actualmente
su importación está restringida a través de cuotas de sustancia.
Halones: Estas sustancias son utilizadas principalmente como agentes
extintores de fuego. Su uso se prohibió desde el año 2010.

Bromuro de metilo: Esta es una sustancia de uso agrícola utilizada para


la desinfección de suelos. También se utiliza para la desinfección de
madera de exportación en cuarentena y preembarque.

Alternativas a las SAO

Hidrofluorocarbonos: Estas sustancias han sido promovidas como


alternativas a los CFC y los HCFC ya que no agotan la capa de ozono,
pero presentan un alto potencial de calentamiento global, por lo que
Costa Rica las regula desde el año 2010.

Hidrocarburos (Ciclopentano, Isobutano, Propano entre otros): Estos


compuestos no agotan la capa de ozono y su potencial de calentamiento
global es mínimo, pero algunos de ellos son inflamables por lo que su
utilización está sujeta a la aplicación de medidas de seguridad y
minimización de riesgos.

Protocolo de Montreal

El Protocolo de Montreal Relativo a las Sustancias que Agotan la Capa de


Ozono es una iniciativa que surgió con el objetivo de asistir técnica y
financieramente a los países que forman parte de él, en la reducción de
la producción y el consumo de sustancias que agotan la capa de ozono,
disminuyendo de esta manera su liberación a la atmósfera. El Protocolo
de Montreal se firmó en 1987 y entró en vigor en 1989; Costa Rica lo
ratificó a través de la Ley 7223 en 1991, y actualmente ha sido
ratificado por 196 países más, incluyendo las grandes potencias del
mundo.

La asistencia a los países está dirigida hacia la reconversión industrial,


asistencia técnica, capacitación y creación de capacidades, lo cual se ha
traducido en la eliminación de más de 460.000 toneladas de PAO
(Potencial de Agotamiento de Ozono) de sustancias controladas. En la
actualidad, 148 de los 197 países partes en el Protocolo de Montreal
reúnen estos criterios, y se les conoce como los países Artículo 5.

El Fondo Multilateral está dirigido por un Comité Ejecutivo, con igual


número de miembros de países desarrollados y en desarrollo.

La universalización del Protocolo de Montreal es la culminación de


muchos años de esfuerzos por parte de la comunidad internacional para
garantizar que los tratados sobre la protección del ozono sean aplicados
a nivel mundial.

Proyectos:

Fortalecimiento Institucional de la Oficina Técnica del Ozono

Este proyecto financiado por el Fondo Multilateral del Protocolo de


Montreal inicia su ejecución en 1993 con la Fase I y se extenderá el 2016
en su fase X. La Unidad ejecutora es el Ministerio de Ambiente y Energía
y la agencia implementadora es el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo.

El objetivo del proyecto es coadyuvar en el fortalecimiento institucional


de la Oficina Técnica del Ozono, quien es la encargada de desarrollar
todas las acciones necesarias para reducir gradualmente el consumo de
sustancias agotadoras de la capa de ozono a nivel nacional.

Las acciones desarrolladas se suman a los esfuerzos que ha venido


realizando el país, en coordinación con el Protocolo de Montreal y el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, con el fin de
propiciar la adopción de medidas relacionadas con la protección del
medio ambiente y sus recursos, así como por salvaguardar la salud
humana. Las actividades del proyecto se enlazan con el séptimo
Objetivo de Desarrollo del Milenio que intenta “Garantizar la
sostenibilidad del medio ambiente” y propone como indicador el
consumo de sustancias agotadoras de la capa de ozono, lo cual se
enmarca dentro del Plan Nacional de Desarrollo (PND) de la República de
Costa Rica vigente durante el 2014, en el que se propicia el desarrollo
ambientalmente sostenible, de tal forma que se satisfagan las
necesidades humanas básicas sin comprometer las opciones de las
generaciones futuras.

Con base en los últimos hallazgos en torno a las sustancias que


impactan de una forma negativa sobre la atmósfera terrestre, la Oficina
Técnica del Ozono del Ministerio de Ambiente y Energía, conjuntamente
con los Ministerios de Agricultura, Relaciones Internacionales, Salud,
Educación y Hacienda, apoyan los esfuerzos del Protocolo de Montreal
para eliminar gradualmente el uso de sustancias
hidroclorofluorocarbonadas (HCFC), así como de las
hidrofluorocarbonadas (HFC), que han estado siendo utilizadas como
sustitutos de las sustancias con un mayor potencial de agotamiento de
ozono en las últimas dos décadas. Esta iniciativa responde a una
propuesta de Costa Rica por llegar a ser “carbono neutral” en el marco
de la Agenda de Cambio Climático propuesta por el PND como una
prioridad por atender.

Legislación
DE-35676-S-H-MAG-MINAET. Reglamento de control de sustancias
agotadoras de la capa de ozono (SAO) de acuerdo a la ley N° 7223 y sus
enmiendas. Año 2010.

DE-37614-MINAE. Reglamento para implementar un mecanismo de


cuotas de importación para la eliminación gradual del uso de HCFC
listados en el grupo I del anexo C del Protocolo de Montreal. Abril 2013.

http://www.digeca.go.cr/areas/sustancias-agotadoras-de-la-capa-de-
ozono-protocolo-de-montreal-oficina-tecnica-del-ozono

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