Anda di halaman 1dari 13

Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales

Escuela de Psicología
Seminario de Investigación

Teoría psicoanalítica sobre el origen de la


bisexualidad comparada a percepciones de
mujeres que se autodenominan bisexuales

Alumna: Carolina Reyes

Docente: Raudelio Machín

Santiago, Septiembre de 2018

Introducción
Es posible encontrar en la red variadas investigaciones sobre la bisexualidad, pero ninguna
trata en profundidad o entrega una explicación amplia y clara (ya sea teórica o no) sobre el
origen de esta orientación sexual, o de su elección del objeto de amor, hecho que
posiblemente sea determinado en la niñez temprana, o como se cree en la teoría
psicoanalítica, luego de la fase del complejo edípico. Es entonces que se podría teorizar -
siguiendo los postulados freudianos- que la bisexualidad sería una orientación sexual
“regresiva” de este evento, siendo vista como algo más bien primitivo, sin embargo estas
teorías en la actualidad se verían bastante afectadas en su aplicabilidad a la propia realidad
chilena, así como tampoco en la latinoamericana.

En su tiempo Freud teorizó una bisexualidad originaria universal tanto del individuo
humano como del animal (Freud, 1920, pp.164) de la cual se sirve para dar explicación a la
constitución sexual del sujeto y la elección de su objeto sexual mediante su reconocida
teoría; el complejo de Edipo. De esta teoría también se desprende que, una bisexualidad
adulta sería el resultado –entonces- de una fijación en esta etapa de la niñez, ya que la
salida “exitosa” de la misma, sería por medio de la represión de la bisexualidad para
concluir en una heterosexualidad, o por otro lado menos frecuente a una homosexualidad.
Pero esta explicación teórica, y tal como el mismo Freud (1930) menciona en “El malestar
en la cultura” al pie de página, “La doctrina de la bisexualidad sigue siendo todavía muy
oscura, y no podemos menos que considerar un serio contratiempo que en el psicoanálisis
todavía no haya hallado enlace alguno con la doctrina de las pulsiones.” (pp. 103) ya que
tampoco explica la bisexualidad adulta.

Según la Asociación Americana de Psicología (APA) tampoco existe un consenso entre


científicos sobre las razones que llevan a un individuo a desarrollar una orientación sexual
de otra, ya sea homosexual, heterosexual y/o bisexual, ni tampoco estudios o
investigaciones con hallazgos que permitan explicar la orientación sexual a partir de un
factor o de varios factores en particular. (APA, 2018)
Según la forma en que está organizado tu trabajo, sugiero acá colocar la pregunta(s) o
problema que guía tu investigación y sus objetivos. Puede por supuesto, ser parte dela
redacción de uno de los párrafos, pero debe estar más o menos claro el qué de tu estudio.

Marco Teórico

Según la Asociación Americana de Psicología la orientación sexual “se refiere a un patrón


duradero de atracciones emocionales, románticas y / o sexuales para hombres, mujeres o
ambos sexos.” (APA, 2018)

Las personas expresan su orientación sexual a través de comportamientos con otros,


incluidas acciones tan simples como tomarse de las manos o besarse. Por lo tanto, la
orientación sexual está estrechamente vinculada a las relaciones personales íntimas
que satisfacen necesidades profundamente sentidas de amor, apego e intimidad.
Además de los comportamientos sexuales, estos vínculos incluyen afecto físico no
sexual entre socios, objetivos y valores compartidos, apoyo mutuo y compromiso
continuo. Por lo tanto, la orientación sexual no es simplemente una característica
personal dentro de un individuo. Por el contrario, la orientación sexual de uno
define el grupo de personas en el que es probable encontrar las relaciones
románticas satisfactorias y satisfactorias que son un componente esencial de la
identidad personal de muchas personas. (APA, 2018)

Entonces la bisexualidad podría definirse como una atracción duradera a ambos sexos, y
además agrega que la bisexualidad sería “tener atracciones emocionales, románticas o
sexuales para hombres y mujeres” (APA, 2018).

Freud en cambio al referirse sobre la bisexualidad habla de un carácter originario del ser
humano, en cuanto a su corporalidad biológica que, contiene aspectos tanto femeninos
como masculinos independiente del género sexual, por lo que se apoyó en estos supuestos
de anatomía para dar origen a su teoría, como bien cita el diccionario de psicoanálisis de
Laplanche y Pontalis;
«Cierto grado de hermafroditismo anatómico es normal. En todo individuo, sea
varón o hembra, se encuentran vestigios del aparato genital del sexo opuesto [...].
De estos hechos anatómicos, conocidos desde hace ya mucho tiempo, se desprende
el concepto de un organismo originariamente bisexual, el cual, en el curso de su
evolución, se orienta hacia la monosexualidad, aunque conservando algunos restos
del sexo atrofiado» (Laplanche & Pontalis, 2004, pp. 46)

Podemos decir que para Freud hay una bisexualidad constitutiva en la estructura de los
sujetos, ya que ambos sexos tienen la pasividad que se le designa comúnmente a la mujer y
lo activo que se le designa comúnmente a lo masculino, esto en otras palabras, quiere decir
que el individuo en las primeras etapas del desarrollo libidinal no tiene diferencias que se le
atañen propiamente a lo masculino o a lo femenino, por ende, la constitución del ser-
humano es la bisexualidad. (Freud, 1924)
Siguiendo las postulaciones de Freud es que Butler (2007) nos dice entonces que la
bisexualidad sería la base psíquica anterior a todo discurso que es reprimida posteriormente
a través de producciones discursivas, de costumbres generativas y obligatorias excluyentes
de la heteronorma. (pp. 133)

Podemos entonces volver a reflexionar sobre las nociones de masculinidad y


feminidad construidas aquí como fundadas en investiduras homosexuales no
resueltas. La negación/dominación melancólica de la homosexualidad acaba en la
incorporación del objeto de deseo del mismo sexo y vuelve a emerger en la
construcción de «naturalezas» sexuales distintas que exigen y establecen sus
opuestos por medio de la exclusión. Considerar la superioridad de la bisexualidad o
la caracterización principal de la libido como masculina sigue sin explicar la
elaboración de estas diferentes «superioridades». Algunos ensayos psicoanalíticos
afirmarían que la feminidad se funda en la exclusión de lo masculino donde lo
masculino es una «parte» de una composición psíquica bisexual. Se reconoce la
coexistencia de lo binario, y entonces la represión y la exclusión actúan para
elaborar «identidades» de género diferenciadas a partir de lo binario, con el
resultado de que la identidad siempre es ya propia de una disposición bisexual que,
por medio de la represión, se fragmenta en sus partes componentes. (Butler, 2007,
pp. 132)
Sería interesante que realizaras un análisis propio de esta cita, que justifique su colocación
in extenso.

Y a partir de acá es que la bisexualidad se puede entender como algo más bien reprimido
por la sociedad y sus costumbres, tal y como lo postula Foucault (2007) en la Historia de la
sexualidad, el siglo XVII sería un siglo marcado por la represión donde hablar de sexo era
condenado y mal visto, por lo que su prohibición no se tardó en ser declarada por las
creencias religiosas que en ese entonces dominaban en gran parte no solo a las clases
sociales, sino también el pensamiento de la mayoría.
Mucho tiempo antes, la civilización griega aceptaba normalmente las características
bisexuales entre su población, siendo el primer acercamiento sexual de tipo homosexual
entre los hombres, que muchas veces derivaba en relaciones con mujeres

Así, los antiguos concebían el deseo de un modo unitario desde el que no era
posible pensar en términos de atracción homo o hetero, sino en una dirección del
deseo en función de belleza y prestigio, por lo que en algunos casos –como el de los
varones griegos-, había de volcarse primero en los jóvenes y después en las mujeres
(Mendoza, 2018)

En este sentido se podría comparar esta represión posterior de la bisexualidad que en un


principio era considerada normal, análogamente como ocurre con la bisexualidad originaria
en Freud, con una historicidad de represión ya no a través de épocas históricas, sino de
etapas propias de cada individuo y la norma social.
La bisexualidad entonces podría ser vista como una elección ya sea conciente o inconciente
de las opciones culturales disponibles en el ambiente del sujeto, una elección del objeto de
amor que no muy clara deja la teoría psicoanalítica, ya que no existe una explicación ni
causas demostrables de esta elección, solo podemos seguir asociando esta orientación a
partir de los caracteres sexuales femeninos y masculinos que el niño puede reconocer en su
madre y padre, con los cuales puede identificarse o rechazar y, a partir de estas dos
opciones es que podría nacer una multiplicidad de opciones más.
Butler más adelante cita a Rubin, para decirnos cual es para él el origen de la bisexualidad,
exponiendo que:

la bisexualidad es el resultado de las costumbres de crianza en las que padres y


madres intervienen y se encargan del cuidado de hijos e hijas, y en las que el
rechazo de la feminidad ya no puede usarse como una condición previa para la
identidad de género, ni para hombres ni para mujeres. Rubin (citado en Butler,
2007)

Es por esto que se podría teorizar que la bisexualidad sería una especie de escape a lo
binario impuesto por la cultura y la sociedad, la elección de objeto ya no sería dada solo por
la feminidad materna o la masculinidad paterna, sino más bien iría más allá, dándose por
ejemplo, una mezcla de ambas que simultáneamente podría arrojar variados resultados
distintos.
Si bien el ser-humano podría tener múltiples causas subjetivas dada por las historias de vida
de cada sujeto, en la bisexualidad podría no haber un enmarcamiento de homosexual o
heterosexual, hay un escape a lo binario, a la lógica binaria, porque además:

Con la nominación y la adjetivación no sólo de las prácticas sexuales sino de quien


las realiza, se inaugura la era de las identidades sexuales y, en la misma medida,
de la constitución de la sexualidad como dominio, como un espacio en el que los
sujetos, a través de la “familiaridad con un mundo simbólicamente estructurado”
vamos conformando habitus sexuados y sexuantes que se aplican desde el cuerpo
mismo en su realidad biológica, hasta la relación erótica y social. Bourdieu (citado
en Mendoza, 2018)
Le vamos dando a un sentido a las prácticas e identidades sexuales imperantes, por más que
estas no tengan sentido, para tratar de dar respuestas adaptativas (Bourdieu, 1982), entonces
se nos pone un sentido imperante para tratar de adaptar a los sujetos a una norma, por lo
que se podría decir psicoanalíticamente que la bisexualidad se reprime, ya que no es
socialmente aceptado ni socialmente adaptativo. La bisexualidad al igual que todo lo que
embarca la sexualidad, podría ser una expresión de variadas causas siempre relacionadas
con la historias de los sujetos, donde interfieren las familias, el ambiente, el colegio, la
sociedad, las amistades y todo el entorno social donde se desenvuelven los sujetos.

Comparaciones con los resultados.

Los siguientes datos fueron arrojados por una encuesta realizada en mayo de 2018 a
mujeres bisexuales pertenecientes a grupos activistas LGBT, donde las edades fluctúan
entre los 23 y 31 años, y que no necesariamente representan el pensamiento total de la
comunidad LGBT, ni de grupos minoritarios bisexuales, ya que las percepciones obtenidas
en dicha encuesta son propias de este grupo de encuestadas.

Según los resultados obtenidos en la encuesta, las percepciones propias de este grupo son
que en un 88,9% las respuestas apuntan a posibles causas psicológicas de la bisexualidad.
Por lo que se deduce que hay una idea freudiana presente hoy en día, a pesar de que las
participantes -no todas- han leído a Freud (Esta si, y no otras afirmaciones que tienes más
abajo, es una afirmación pertinente para tu estudio)

Nuestra libido, dice Freud, oscila normalmente durante toda la vida entre el objeto
femenino y el masculino y considera tarea del psicoanálisis investigar cuál es el
factor especial que favorece decisivamente uno de estos factores, dejándonos la
tarea de descubrir los mecanismos psíquicos que determinan la decisión de la
elección de objeto y enlazar tales mecanismos con las disposiciones instintivas.
(Freud, citado en Montero “Acerca de la génesis de un caso de homosexualidad
femenina”),

Además también consideran en un 66,7% que las causas que se suman a la psicológica son
además de tipo biológica y experiencial, mientras que 55,6% de las respuestas indican una
causa social sumada a todas las anteriores, por lo que es posible evidenciar que hay una
clara inclinación a una percepción sobre causas complementarias, es decir que, de la
totalidad de respuestas un 72% percibe que las causas de una bisexualidad residen en
múltiples factores que llevarían a la concepción de la bisexualidad, mientras que el 28%
restante considera que las causas son puramente psicológicas, esto también se puede leer en
Freud ya que como se señala en el texto tres ensayos sobre teoría sexual están estos tres
factores (Idem a lo anterior. Revisar todas las afirmaciones. Apuntar en tu análisis y en tus
conclusiones a la idea de caracterizar a estos grupos según las percepciones y atribuciones
de causalidad y la posible recepción –no siempre consciente o intencional- de las
tendencias del gremio científico. Este tipo de análisis le daría mayor enjundia y rigor a tu
estudio.
1) En un sentido biológico, masculino se refiere a la presencia de glándulas
espermáticas, y femenino a la presencia de los óvulos.
2) En un sentido psicológico, se refiere a la connotación de activo y pasivo y aclara
que es en este sentido que el psicoanálisis considera “masculina” a la libido, en
tanto ésta es siempre activa aún en aquellos casos que persiga fines pasivos y se
presenta indistintamente en el hombre y la mujer, sea cual sea, el objeto de su
elección.
3) En un sentido sociológico, donde encontramos que ni desde el punto de vista
biológico ni tampoco el psicológico, podemos hallar la pura masculinidad o la pura
feminidad. Freud nos dice, que todo ser humano presenta una mezcla de
características sexuales biológicas tanto del propio sexo como del contrario, así
como una combinación de actividad y pasividad en sus conductas. (Freud, citado en
Montero “Acerca de la génesis de un caso de homosexualidad femenina”)

En Freud podemos ver que hay igual estas 3 explicaciones para la bisexualidad, por lo que
creemos que se puede deber a que como se explica la sexualidad en la modernidad tiene un
cimiento freudiano.
Estas respuestas pueden ser comparables a una teoría más bien de carácter integrativo de
múltiples variables sobre la bisexualidad, es decir, su origen estaría dado por diversos
motivos no conocibles en primera instancia, que podrían estar sujetos a la historia personal
de cada uno, sumándose a aquello no sólo lo vivencial/experiencial, sino además de los
tipos de crianza, modelos o estereotipos a seguir, entorno social, la norma, valores o
creencias impuestas o aprendidas, desarrollo físico peri y post natal, hormonal y
psicológico, también variables como el carácter, estados de ánimo, formas de vivenciar y
percibir, su posición en tanto a lo binario (masculino y femenino), y por sobre todo a la
época y cultura en la cual están insertos y un largo etcétera más. Por lo que no sólo la
bisexualidad, sino el campo completo de las elecciones sexuales y de género, (estarían
determinadas (las atribuciones de causalidad, no las determinaciones en sí mismas…
revisar comentarios que te coloco más abajo) por los límites que la propia cultura y el
ambiente nos impone, así como también la constitución misma del sujeto y su identidad en
donde múltiples variables están puestas en juego.
Es por esto que estas respuestas podrían estar influenciadas por los actuales movimientos
feministas y LGBT que de cierto modo amenazarían los postulados freudianos por nuevas
formas de pensamiento, y por lo tanto de desarrollo y elección de objeto, la psicoanalista
argentina Lola López habla sobre esto diciendo que:

La existencia del movimiento feminista actual, así como del movimiento gay y
lesbiano ha puesto de manifiesto la diversidad de opciones, tanto en las formas de
"ser mujer" como en la orientación del deseo sexual. Todo ello ha contribuido a la
idea de que la identidad –tanto de género como sexual- no es un destino, sino, en
gran medida, una cuestión de elecciones personales. (López, 2003)

Por lo que es posible dilucidar que esta orientación sexual, como otras, podrían estar
altamente influenciadas por el medio en el que se desarrollan la personas y la cultura en la
que están insertas, de la información que se tiene a la mano y de la aprobación de sus pares,
sin embargo, no es posible tampoco asegurar esta hipótesis en tanto se dan casos de
bisexualidad en culturas altamente conservadoras y que no aprueban estas conductas o
formas de vida. (No creo que ningún estudio de este tipo autorice a hacer afirmaciones
sobre causalidad, sino que sobre atribuciones de causalidad en ciertas comunidades.Creo
que en ningún sentido este ha sido, ni debería ser el objetivo de tu investigación)

Además es importante agregar que un 55,6% de las respuestas niegan que la bisexualidad
sea reprimida en una primera instancia, por lo tanto, este grupo no estaría de acuerdo en su
mayoría con la premisa freudiana sobre una bisexualidad originaria universal e innata. Sin
embargo, el 44,4% restante declara estar de acuerdo con la misma, por lo que sigue siendo
poco clara la relación entre el carácter psíquico que ellas refieren que podría ser el origen
de su bisexualidad y el carácter de represión de la bisexualidad que son parte de la misma
teoría freudiana, pero que a su vez nos hace pensar en que la postura actual estaría
mayormente regida por los movimientos LGBT y la causa feminista, pero sobre una base
freudiana popular. (Esta afirmación tuya, va más en el sentido en el que conversamos sería
tu investigación, que lo que sigue en el párrafo siguiente. El espíritu que debe guiar tu
estudio es este y no el del párrafo que sigue.)

Por otro lado los resultados respecto a posibles causas genéticas y/o heredables, es
descartada al no tener un porcentaje de respuestas concluyente (Esta afirmación no es
“rigurosa” el hecho de que no se hayan identificado en las respuestas, antecedentes de esta
orientación, no permite afirmar ni negar nada sobre la “causa”. Revisar esto en todo tu
trabajo, creo que ya lo conversamos, más que sobre “causalidad real” tu investigación es
sobre “atribuciones de causalidad” en el discurso de los sujetos investigados), ya que un
55,6% declara no tener familiares con esta orientación, y un 22,2% responde no estar
seguro de si posee familiares bisexuales. Sin embargo y considerando que a pesar de que la
mayoría de las encuestadas creen en una causa biológica de su orientación sexual, la
mayoría no tiene o no conoce casos de bisexualidad en su familia, es posible hacer una
comparación de estas respuestas con la dimensión científica tras el psicoanálisis, que podría
avalar la creencia sobre una base biológica tras esta orientación.
Tal como lo explica Fernando Lama (2001), en la etapa del complejo de edipo y por lo
tanto en el momento de la elección del objeto amoroso que se instaura en todos nosotros y
por la cual definimos nuestra orientación sexual, habría de base un funcionamiento cerebral
de gran importancia, lo que se resume en que a partir de estos cambios en el cerebro,
específicamente en el hemisferio izquierdo podrían llevar al sujeto a decidir entre una
orientación u otra.

La mielinización interhemisférica comienza a ser suficiente para que se produzca un


notable intercambio de informaci6n. Aunque esta mielinización interhemisférica es
todavía incompleta a los 9 o 10 años de vida, durante el tercer año las relaciones
interhemisféricas cambian drásticamente y el hemisferio izquierdo -el hemisferio
del lenguaje- se vuelve dominante respecto al hemisferio derecho. Por tanto, el
comienzo de la etapa edípica, un periodo evolutivo crítico psicológica y
neuroanatómicamente, coincidiría con un cambio radical en el procesamiento de la
información. La maduración del SNC permitiría a los hemisferios cerebrales
funcionar de una manera más coordinada y consolidaría el funcionamiento de los
sistemas mnémicos relacionados con el logro de un self cohesivo. (...) el éxito de la
transición desde la etapa preedípica a la edípica dependería de la capacidad cerebral
para coordinar diversas funciones interhemisféricas, entre ellas, la integración del
funcionamiento según el proceso primario -hemisferio derecho- con el
funcionamiento según el proceso secundario -hemisferio izquierdo-. Otra
consecuencia de la colaboración interhemisférica sería la puesta en marcha de
nuevos y más maduros -neuróticos- mecanismos de defensa. (pp. 105-106)

Los procesos biológicos, entonces, que rigen el paso entre la etapa preedípica a la edípica,
serían fundamentales a la hora de entender el mundo que nos rodea y con esto, todo lo
anterior nombrado (experiencias, cultura, aprendizajes, sociabilidad, ambiente, etc.), por lo
que dependiendo del desarrollo que se tenga a nivel cerebral, sumado además a las
características propias de cada sujeto (carácter, temperamento y por tanto personalidad) es
que es posible acercarse a una probable causa de las orientaciones sexuales, y con ello la
propia bisexualidad, y esto además podrían ser derivados de la genética que esté en cada
cual, lo que -a pesar de la negación por parte de las encuestadas- podrían ver su causa en lo
heredable. Siendo esto, aún una especulación.

Finalmente es importante destacar que los resultados de la encuesta arrojan que el 44.4% de
las encuestadas descubre su orientación sexual en un rango etario entre los 11 y 18 años,
mientras que un 33.3% lo hace siendo mayor de edad, por lo que esto podría ser un
indicador de que la población selecta femenina, con respecto a su percepción la orientación
sexual no es definida en la infancia, sino más tarde en la pubertad o preadolescencia, siendo
esta información no concluyente para ellas, para re pensar la problemática sobre una
bisexualidad dada por una fijación infantil. Pero también, es posible hacer otra lectura de
esto que pueda parecer contradictoria, pero que es más bien complementaria, como sería -
por ejemplo- que el “descubrimiento” y mas no la instalación de la bisexualidad como tal,
está dado por el inicio de la pubertad y las relaciones más de carácter sexual ya no tan
infantilizadas, que las personas comienzan a experimentar en esta etapa de la vida, y esto a
su vez coincide con el término del proceso de mielinización cerebral como anteriormente se
explica, y que, además, podría compararse con la etapa de latencia que Freud menciona y
que podría darse alrededor de los 10 años de edad.

Referencias
Por la relevancia para tu estudio, sugiero, además de la edición revisada, colocar la fecha de
la edición príncipe de cada texto.
American Psychological Association. (2018). Answers to Your Questions For a Better
Understanding of Sexual Orientation and Homosexuality. Recuperado de
http://www.apa.org/topics/lgbt/orientation.aspx
Bourdieu, P.(1982) La distinction, critique social du jugement . Paris: Les Editions de
Minuit.
Butler, J. (2007). El género en disputa. Buenos Aires: Paidós.
Foucault, M. (2007). Historia de la Sexualidad. México, D.F.: Siglo XXI editores.
Freud, S. (1920). Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina. En Obras
Completas Vol. XVIII. Buenos Aires: Amorrortu Editores.
Freud, S. (1924). El sepultamiento del complejo de Edipo. En Obras completas: Vol. XIX.
Buenos Aires: Amorrortu editores.
Freud, S. (1930). El Malestar en la Cultura. En Obras Completas Vol. XXI. Buenos Aires:
Amorrortu Editores.
Freud, S. (1933 [1932]). 33° conferencia. La feminidad. En Obras completas: Tomo XXII.
Buenos Aires, Argentina: Amorrortu editores.

Lama, F. (2001). La dimensión científica del psicoanálisis.Revista de la Asociación


Española de Neuropsiquiatría. Recuperado de:
http://www.revistaaen.es/index.php/aen/article/view/15758

Laplanche, J., Pontalis, J. (2004). Diccionario de Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.


Lopez, L. (2003). Amores en fuga. Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría.
Recuperado de: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-
57352003000300007
Mendoza, S. (2018). Identidades sexuales: la bisexualidad como ruptura. Recuperado de:
http://www.academia.edu/4145510/IDENTIDADES_SEXUALES_LA_BISEXUALIDAD
_COMO_RUPTURA._PUEG
Montero, O. (2006). Aproximaciones a LA BISEXUALIDAD Freud y los Debates actuales.
Recuperado de: http://fepal.org/images/2006otrogenero/montero.pdf

Anda mungkin juga menyukai