2014
PREFACIO
La filosofía es […] una práctica de conceptos [que] debe ser juzgada como una
función de otras prácticas con las que interfiere. […] Es al nivel de la interferencia
entre muchas prácticas que las cosas pasan, los seres, las imágenes, los conceptos,
los acontecimientos de cualquier tipo.
Este libro hace interferencia. Su meta es abrir la filosofía hacia su exterior, desafiarla a
que componga con los conceptos que están ya en camino en otro modo, en el modo de
la práctica artística, en el modo de la formación-de-acontecimiento, del activismo, de la
danza, de la percepción de todos los días. Se inscribe en esta diferencia, componiendo a
través del resquicio entre la filosofía y el arte, la filosofía y la danza, la escritura y la
pintura, el habla y el movimiento.
Nuestra meta: experimentar con el resquicio. No para explicarle al arte cómo pensar, o
a la danza como comprenderse. Sino para suscitar el relevo de las técnicas, en la pintura,
en la danza, en la creación de acontecimientos, desde las que una proposición singular
pueda traspasar. Porque es en el traspasar que el pensamiento actúa más intensamente,
en las prácticas que co-componen.
Para nosotrxs, escribir filosóficamente no es arrojar una red barredera conceptual,
predefinida, en las aguas de la práctica exterior. Se parece más a una inmersión en el
mismo estanque creativo. Dos piedras arrojadas en el mismo estanque producen dos
estelas de ondulación. Allí donde las ondulaciones se intersecan, emerge una estela
nueva y compleja, no reductible a ninguna de las dos. Este es el modelo de interferencia
conceptual al que aspira la escritura del libro. No simplemente escribir sobre la danza.
Como dice William Forsythe, la danza pensada por ahí. La danza que pensó
coreográficamente por ahí, en el acto filosófico de la escritura.
En nuestros actos de escritura conjunta, tuvimos que aprender a rizar la diferencia entre
dos cabezas duras como piedras. Mientras negociábamos nuestras distintas maneras de
dejarnos caer en la abertura de las prácticas, hallamos modos de toparnos juntos con el
encuentro. Aprendimos a componer un irritante pensar en acto con dos cabezas, a través
de la multiplicidad de las prácticas. Irritante, porque escribir en el pensar es un arte
intrínsecamente frágil, sin importar cuántas sean las cabezas implicadas. Irritante, pero
bellamente intenso. Porque cuando los cráneos se chocan, las estelas de interferencia de
las ondas cerebrales pueden constituirse como una revelación para ambxs.
Unx nunca escribe solx. Como dicen Deleuze y Guattari, con unx solo que escriba ya
hay una multitud. Nuestras voces en este libro no están nunca sin los ecos de las voces
de aquellos con cuya diferencia elegimos escribir. Por no mencionar los movimientos,
los gestos, los colores, las arquitecturas, y los acontecimientos de las prácticas creativas
con las que nos topamos. Una verdadera cacofonía. O mejor: una ecología. Componer
cada uno de los capítulos supuso una reinvención de nuestras técnicas para escribir
juntxs de un modo que pudiera destilar de la ecología cacofónica de nuestras
experiencias conjuntas una línea compartida de pensamiento, una que anhelamos haya
hecho justicia a los pensares-en-acto que tuvimos la buena suerte de experimentar de
primera mano, a través de las residencias y las interacciones con practicantes creativos.
La esperanza es que este pudiera ser visto como un libro de técnicas –técnicas
para componer con la práctica creativa, para componer colectividades emergentes, para
componer pensamiento en el acto multíplice. La técnica, según la entendemos a lo largo
de estas páginas, pertenece al acto. Las técnicas no son dispositivos descriptivos –son
trampolines. No son dispositivos de encuadre –activan las prácticas desde adentro.
Ponen en movimiento.
Gracias, Bracha Ettinger, por abrirnos tu hogar y compartir el proceso de pintura que
habita allí. Gracias, William Forsythe y Forsythe Company, por aguantar con nosotrxs
un mes de preguntas y participación cacofónica en tus movimientos de pensamiento.
Gracias, Arakawa y Gins, por su curiosidad aguda, su generosidad en el diálogo y por
facilitarnos una panoplia de procedimientos de cuerpo-pensamiento para la escritura.
Gracias, DJ Savarese, Amanda Baggs, y Tito Mukhopadhyay, por la agudeza perceptiva
con la que comparten su mundo.
Gracias a todos los miembros del SenseLab con quienes tuvimos el privilegio de
experimentar en la organización colectiva de acontecimientos que exploren los modos
en que el arte y la filosofía se co-componen. Para ambxs, las actividades variadas del
SenseLab fueron una incubadora privilegiada para pensar-en-acto todo aquello de lo que
en este libro se trata. En el transcurso de los últimos diez años, tuvimos la buena fortuna
de reunir a nuestro alrededor y circular entre filósofos, artistas, activistas, e
investigadores que fueron indefectiblemente entusiastas en el proceso de desarrollar
técnicas nuevas para la invención de modos de pensar una ecología de la experiencia
basada en el acontecimiento. Este libro está dedicado a ustedes.