Esta antología se inicia con una brevísima selección de las Elegías de varones
ilustres de Indias de Juan de Castellanos, cuya primera parte se publicó en Madrid
en 1589. Castellanos nació en Alanís, Sevilla, en 1522 y murió en Tunja en 1607.
Vino a Indias como soldado y luego se ordenó de sacerdote, llegando a ser
Beneficiado de Tunja.
que Domínguez Camargo, deseando el mejor juicio y placer de sus lectores en los
poemas de Góngora, manejaba la lengua de éste por condensación de sus
visiones poéticas o por combinación de las diversas fracciones de las mismas. A
tal texto pertenece el siguiente aparte:
Como ocurre a una gran mayoría de poetas, Jorge Isaacs debe ser leído no en la
totalidad sino en selección estricta de sus versos. Que fueron de lo simple y
Fernado Charry Lara
En 1886 se publicó, con el título La lira nueva, una antología de los entonces
jóvenes poetas colombianos. Se ha supuesto que los allí seleccionados
representan, de un lado, la finalización de la herencia romántica y, de otro, los
comienzos del modernismo. Esto último se debería a que varios de ellos muestran
la influencia de Gustavo Adolfo Bécquer cuyo verso, así como su prosa, anuncian
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ya, visionarios, lo que más tarde sería definido como simbolismo: el amor al
misterio, a lo inefable, al sueño, a la alusión. Es difícil, no obstante, hablar de
aquella colección como principio del modernismo en Colombia. Muy pocos de
esos poetas estuvieron verdaderamente próximos a la aventura modernista: el
logro de una expresión nueva, personal e inconfundible, con la mayor libertad
artística, atraída por literaturas antiguas y modernas de otras lenguas.
Ocho primiciales poemas de José Asunción Silva figuran en La lira nueva. Acaso
está sola inclusión haya justificado la conjetura a que nos referimos.
José Asunción Silva perteneció, junto con los cubanos José Martí y Julián del
Casal y el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera, principalmente, a la que se ha
Fernado Charry Lara
El poeta es el ser que descubre lo que está más allá de las apariencias, gracias al
instrumento mágico, la palabra. Silva, al deducir este poder del lenguaje, cumplía
entre nosotros una de las hazañas del espíritu moderno. Su poesía representó en
Hispanoamérica y en España el intento más definido y mejor alcanzado, antes de
finalizar el siglo XIX, de impregnar a la lírica castellana de la estética simbolista.
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Francisca Josefa del Castillo y Guevara (1671-1742)
Afecto 195
8
Francisco Álvarez De Velasco Y Zorrilla (1647-1704)
ENDECHAS
Componiendo en su modo,
en danzas desmedidas,
saraos de sus retozos,
con que todas salían a recibirla.
Fernado Charry Lara
A cuál agasajando
con agradable risa
daba a lamer la mano;
y a cuál se la pasaba enternecida.
de su nueva alegría,
por el suelo postrados,
parece la adoraban de rodillas.
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Y abrazándolos tierna
otra vez les volvía
el tributo a sus madres,
que de sus nuevos partos le ofrecían.
Así en aclamaciones
de músicas festivas,
y en las escaramuzas
que haciéndole delante todas iban.
Llegábamos a aquesta
nuestra choza pajiza,
que adornada de ramos
el mayoral gustoso nos tenía.
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Las ovejillas mudas,
mustias las Pastorcillas,
las unas tristes lloran,
las otras melancólicas suspiran.
Dolor, y no consuelo,
les es ya mi venida,
porque al verme sin Tirse,
en mis recuerdos su dolor se aviva.
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Francisco Álvarez De Velasco Y Zorrilla (1647-1704)
Soneto
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Francisco Álvarez De Velasco Y Zorrilla (1647-1704)
Soneto
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Francisco Álvarez De Velasco Y Zorrilla (1647-1704)
Soneto
15
Francisco Álvarez De Velasco Y Zorrilla (1647-1704)
Soneto
Epitafio anticipado,
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Francisco Álvarez De Velasco Y Zorrilla (1647-1704)
Soneto
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Francisco Álvarez De Velasco Y Zorrilla (1647-1704)
Soneto
Anónimo
Al precipicio se acerca
tan altiva su arrogancia,
que chocando con un risco
un monte de espuma exhala.
se rematan en desgracia.
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Juan de Castellanos (1522-1607)
Un soberbio Panche
Y antes de comenzarse la subida
vieron venir un panche dando voces
de gran disposición y horrible gesto,
solo, sin otras armas en la mano
que macana de palo poderoso;
y los nuestros creyendo ser mensaje
o para dar la paz o mayor guerra,
pararon todos e hicieron alto,
con intención de conocer la suya.
Y aunque mozo,
robusto y animoso, faltóle fuerza
para sustentarse sobre sus pies,
y con oscura nube de que sus ojos
fueron ocupados, cayó desacordado
y aturdido.
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Juan de Castellanos (1522-1607)
24
Juan de Castellanos (1522-1607)
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Martín de Saavedra Guzmán (1594-1654)
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Martín de Saavedra Guzmán (1594-1654)
Rendimiento de su Dama
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Francisca Josefa del Castillo y Guevara (1671-1742)
Afecto 46
Su melíflua palabra
Corta como rocío,
Y con ella florece
El corazón marchito.
Al monte de la mirra
He de hacer mi camino,
Con tan ligeros pasos,
Que iguale al cervatillo.
De su cabeza el pelo,
Aunque ella es oro fino,
Difusamente baja
De penas a un abismo.
El rigor de la noche
Le da el color sombrío,
Y gotas de su hielo
Le llenan de rocío.
El corazón herido.
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Francisca Josefa del Castillo y Guevara (1671-1742)
Poema
De la salud la fuente,
coronada de juncos punzadores,
un corazón ardiente
buscaba triste y lleno de dolores,
y hablando con la cruz, que atento mira,
así gime, así llora, así suspira:
Ya se acabó la guerra,
no más pecar, Señor,
no más, te ofrezco;
vea el cielo y la tierra
que aunque el perdón que pido no merezco,
me lo da tu bondad; y en tanta gloria
Fernado Charry Lara
A mi Padre he enojado
por las culpas que ingrata he cometido;
la llaga del costado
me la puedes mostrar, amante herido,
que con su vista no has de ser, espero,
tremendo, rigoroso, justiciero.
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Y de tu Madre Santa
mira los limpios pechos, mi sagrado;
¿qué daré en dicha tanta,
sabiendo ya por quien me ha perdonado?
Pues se acaban (poniendo allí los ojos)
las iras, los rigores, los enojos.
32
Hernando Domínguez Camargo (1606 - 1659)
Es el pelo de su cuerpo
De aljófar, tan claro y limpio,
Que por cogerle los pelos,
Le almohazan verdes mirtos.
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Un corcovo dio soberbio,
Y a estrellarse ciego vino
En las crestas de un escollo,
Gallo de montes altivo.
Escarmiento es de arroyuelos,
Que se alteran fugitivos,
Porque así amansan las peñas
A los potros cristalinos.
34
Hernando Domínguez Camargo (1606 - 1659)
A la muerte de adonis
En desmayada beldad
De una rosa, sol de flores,
Con crepúsculos de sangre
Se trasmonta oriente joven.
De la herida a la ventana
El alma, al golpe, asomóse
Y aunque halló en la sangre escalas
35
Saltó atrancando escalones.
36
Espoléale a su desgracia
Con la espina y arrojase
Desde el risco del amor
Al zarzal de confusiones.
Trajinaría de distancias,
La vista escudriña el orbe,
Ve un atleta con la muerte
Luchando en rojas unciones.
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Mas las víboras de sangre,
Que se arrastran por las flores,
Nueva Eurídice, la muerden,
Miembros de mármol la ponen.
Rabiosamente se arroja,
Y es el remedio que escoge,
Beberle en la boca el mismo
Veneno que la corrompe.
Y en la roca de la muerte
Te estrellas ya sin tu norte».
38
Hernando Domínguez Camargo (1606 - 1659)
do de Europa, de América,
fecundos puertos le expone aquel,
este costado, que al sur remite,
al norte le desata la plata en ropas
y la ropa en plata.
39
en una y otra torre que edifica;
norte que mudo los abetos rige;
40
Hernando Domínguez Camargo (1606 - 1659)
A Guatavita
41
Hernando Domínguez Camargo (1606 - 1659)
Poema Heroico
Libro Primero-Canto Primero (fragmento)
BANQUETE
LII
LIII
LIV
LV
LVI
LVII
LVIII
LIX
LX
LXI
LXII
LXIII
Fernado Charry Lara
LXV
LXVI
LXVII
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Bruno Solís y Valenzuela (Fernando Fernández de Valenzuela) (1616 - 1677)
Canción
Y si es la mayor suerte
llegar a conocer su suerte el hombre,
mi suerte quiero ver puesta en mi nombre,
que siempre el Cielo a esclarecidos pechos
puso en el nombre cifra de sus hechos,
y con este consejo
mi nombre a mí me servirá de espejo.
He de llevar presente
que no hay en mí querer, pues la cabeza
del degollado nunca se endereza.
47
Francisco Antonio Vélez Ladrón De Guevara (1721 - ? )
Décimas
Si he de morir de no verte
Moriré por contemplarte.
49
Francisco Antonio Vélez Ladrón De Guevara (1721 - ? )
52
Francisco Antonio Vélez Ladrón De Guevara (1721 - ? )
ENDECHAS
O si acaso en la tierra
Su luz se me ha escondido,
Que por hallarle solo
Iré a los Garamantas y a los Indios.
Espaciosa la frente,
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Cabellos de oro rizo,
En sus cejas se mira
En dos iris un orbe repartido.
Tu risa me demuestre,
Entre el coral partido
De tus labios, los dientes
De alabastro y aljófares bruñidos.
55
Julio Arboleda (1817 - 1862)
Gonzalo de Oyón
(fragmentos)
PUBENZA
He aquí a Pubenza;
56
en ella el alma, todo
Respira amor, pureza y hermosura;
57
Julio Arboleda (1817 - 1862)
El Caballo
60
Rueda por largo trecho enmarañado
Entre el arzón y estribo maldiciendo;
Sordo retumba el monte al bronco estruendo,
Y húndase el mundo en sepulcral pavor.
61
Julio Arboleda (1817 - 1862)
Nunca te hablé
Nunca te hablé... Si acaso los reflejos
de tus ojos llegaron desde lejos
mis fascinados ojos a ofuscar,
de tu mirada ardiente, aunque tranquila
no se atrevió mi tímida pupila
los quemadores rayos a encontrar.
63
Ismael Enrique Arciniegas (1865 - 1938)
En Colonia
En la vieja Colonia, en el oscuro
rincón de una taberna,
tres estudiantes de Alemania, un día
bebíamos cerveza.
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Ismael Enrique Arciniegas (1865 - 1938)
66
Ismael Enrique Arciniegas (1865 - 1938)
En el silencio
Cortina de los pilares
es la enredadera verde.
¡Cuál se amontonan pesares
cuando la ilusión se pierde!
De noche en el corredor
te hablaba siempre en voz baja.
¡Cómo murió nuestro amor!
¡Qué triste la noche baja!
67
Ismael Enrique Arciniegas (1865 - 1938)
***
Fernado Charry Lara
En jardines primaverales
las libélulas entre aromas;
rosas rojas en los rosales
y destilando miel las pomas.
68
Y van surgiendo en un ensueño
amores de la juventud.
Pasan con el labio risueño
en concento de arpa y laúd.
***
Fernado Charry Lara
A la claridad matutina
fragante erguíase el rosal...
ya sobre el agua gris se inclina
la amarilla rama otoñal!...
***
70
La frente apoyo en la vidriera...
Un claro sol el cielo dora,
riega rosas la primavera...
El otoño en el alma llora.
71
Ismael Enrique Arciniegas (1865 - 1938)
El anochecer
72
Ismael Enrique Arciniegas (1865 - 1938)
Las garzas
73
José Eusebio Caro (1817 - 1853)
El Ciprés
¡Y hoy, huérfano,
Del mundo desechado,
Aquí en mi patria misma
Solitario viajero,
Desde lejos contemplo acongojado
Sobre los techos de mi hogar primero
El humo blanquear del extranjero!
Despedida de la Patria
Lejos ¡ay! del sacro techo
Que mecer mi cuna vio,
Yo, infeliz proscrito, arrastro
Mi miseria y mi dolor.
77
José Eusebio Caro (1817 - 1853)
En alta mar
Aparición
80
José Eusebio Caro (1817 - 1853)
Estar contigo
82
José Eusebio Caro (1817 - 1853)
Héctor
83
José Eusebio Caro (1817 - 1853)
84
y soy capaz de cosas buenas, grandes,
85
Miguel Antonio Caro (1843 - 1909)
La flecha de oro
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Miguel Antonio Caro (1843 - 1909)
Patria
87
Miguel Antonio Caro (1843 - 1909)
Pro senectute
¡Bolívar! no fascina
a tu escultor la Musa que te adora
«Sobre el collado que a Junín domina»,
Donde esclavos fulmina
tu diestra, de los Incas vengadora.
No le turba la fama,
alada pregonera, que tu gloria
del mundo por los ámbitos derrama,
y doquier te proclama
Genio de la venganza y la victoria.
Fernado Charry Lara
El no supo el camino
por do el carro lanzaste de la guerra
que de Orinoco al Potosí argentino
impetuoso vino
temblar haciendo en derredor la tierra.
Ni sordos a tambores
oyó, ni en las abiertas capitales
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entrar vio tus banderas tricolores
bajo lluvia de flores
y al estruendo de músicas marciales.
No en raptos de heroísmo,
no en vértigo de triunfos y esplendores
admiró tu grandeza. El a ti mismo
te buscó en el abismo
de recónditas luchas y dolores.
Te vio, si adolescente,
ya en el silencio de la gran ruina
que Roma encierra, apacentar tu mente,
la soñadora frente
doblada al peso de misión divina;
Y puesto el pensamiento
allí donde visión mortal no alcanza,
Nuevo Colón en pérfido elemento,
con profético aliento
avivar en tinieblas la esperanza.
O llevar de un segundo
palante el corazón al templo santo,
mientras responde a tu dolor profundo
con eco gemebundo
fiel muchedumbre derramando llanto;
Ya el obcecado hermano
el arma revolvió contra tu pecho,
y en el confín postrero colombiano
te brinda hidalgo hispano
si patria te faltó, su honrado techo.
hondas melancolías
exhalabas a veces en lamentos.
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En sordos aquilones
oías como lúgubres señales:
«¿Si caerán sobre mí las maldiciones
de cien generaciones?
¡Ay, desgraciado autor de tantos males!».
Brotar la alevosía
viste, y a empuje de discordia brava
bambolear la Libertad. Gemía
Colombia en agonía;
tu espíritu radioso declinaba.
El noble estatuario
apartando fulgentes aureolas,
de dudas en tu pecho solitario
vio aquel tumulto vario:
¡Vio el hondo abismo, las amargas olas!...
Callando respondiste
a la íntima efusión con que él te nombra
cuando en fijar tu semejanza insiste,
y hermosa, pero triste,
Apareció tu venerable sombra,
Inclinando tu espada
tu brazo triunfador parece inerme;
terciado el grave manto; la mirada
en el suelo clavada;
mustia en tus labios la elocuencia duerme.
No tremendo, no adusto
revives; del fragor de la pelea
descansas ya... Mas tutelar, augusto,
doquier se alce tu busto,
con plácida elación se enseñorea;
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Y en tu serena altura
mártir perdonas, y recibes
culto sublime en tu dolor sin amargura,
de lisonja perjura
libre por siempre, y de cobarde insulto.
Y tu nombre en su vuelo
más que el de antiguos semidioses crece
en tu edad misma y en tu propio suelo;
¡Y tu historia sin velo
las grandezas que fueron obscurece!
El divinal aliento,
que anima a la materia y transfigura;
nobilísimo humano sentimiento;
final recogimiento;
cuanto a el alma enaltece o la depura,
En mística amalgama,
cual vago nimbo de tu excelsa frente,
no imitación, veneración reclama:
el que Padre te aclama,
mezcla de orgullo y de vergüenza siente.
¡Libertador! Delante
de esa efigie de bronce nadie pudo
pasar, sin que a otra esfera se levante,
y te llore, y te cante,
con pasmo religioso, en himno mudo.
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José Joaquín Casas (1865 - 1951)
La tarde
93
José Joaquín Casas (1865 - 1951)
De noche
94
José Joaquín Casas (1865 - 1951)
La casa en Ruinas
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Diego Fallon (1834 - 1905)
La luna
99
Diego Fallon (1834 - 1905)
100
Do no se escuchan trinos ni el murmullo
De fuentes, ni el arrullo
De palomas, ni brilla flor galana,
Verde sembrado ni lozano huerto:
¡Sólo tú... y el desierto!
¡El rojo sol... y errante caravana!...
Prolífica adereza
Reparador manjar en blando nido
Que próvida recata en su corona;
La que el óleo sazona
Que de la pingüe oliva pone olvido;
104
Julio Flórez (1867 - 1923)
Ojos
105
Julio Flórez (1867 - 1923)
Fulminado
106
Julio Flórez (1867 - 1923)
Resurrecciones
107
Julio Flórez (1867 - 1923)
108
Julio Flórez (1867 - 1923)
¿Quién oye?
109
Julio Flórez (1867 - 1923)
A mi madre
110
Antonio Gómez Restrepo (1867 - 1923)
La gran tristeza
111
Dime: ¿Bajo la nada de los cielos,
alguna noche la tormenta impía
cayó sobre el juncal, y entre los velos
de la niebla, sin vida tus polluelos
flotaron sobre el agua... al otro día?
112
Joaquín González Camargo (1865 - 1886)
Viaje de la luz
114
Gregorio Gutiérrez González (1826-1872)
A Julia
116
Gregorio Gutiérrez González (1826-1872)
Aures
118
Gregorio Gutiérrez González (1826-1872)
120
Envainado y pendiente del costado
Va su cuchillo de afilada punta;
Y en fin, al hombro, con marcial despejo,
El calabozo que en el sol relumbra.
***
121
Ni ven los saltos de la inquieta ardilla,
Ni las nubes de insectos que pululan,
Ni los verdes lagartos que huyen listos,
Ni el enjambre de abejas que susurra.
***
122
Y sobre ellos gallarda se levanta,
Meciendo sus racimos en la altura,
Recta y flexible la altanera palma,
Que aire mejor entre las nubes busca.
***
***
Las tres partidas observad. A un tiempo
Para echar una galpa se apresuran;
En tres faldas distintas, el redoble
Se oye del hacha en variedad confusa.
123
Una fila de árboles picando
Sin hacerlos caer, está la turba,
Y arriba de ellos, para echarlo encima,
El más copudo por madrino buscan.
124
Jorge Isaacs (1837 - 1895)
Las hadas
125
Jorge Isaacs (1837 - 1895)
Saulo
II
IV
VI
VII
VIII
129
Jorge Isaacs (1837 - 1895)
Elvira Silva
II
III
IV
VI
VII
133
Jorge Isaacs (1837 - 1895)
Después de la victoria
II
134
Jorge Isaacs (1837 - 1895)
Río moro
137
Jorge Isaacs (1837 - 1895)
La tumba de Belisario
Y dejamos su tumba para siempre
En el jaral de la marina selva,
Sola con los mugidos de los vientos
Y el fragor de la mar en la ribera!
Aquel postrer adiós que no responden
Los mudos labios ni las manos yertas,
Ahogó mis sollozos... y la fosa
Lentamente colmó la extraña tierra.
138
Jorge Isaacs (1837 - 1895)
Ten piedad de mí
139
Epifanio Mejía (1838 - 1913)
Serenata
140
Epifanio Mejía (1838 - 1913)
141
Luis María Mora (1869 - 1936)
A un ánfora antigua
¿En qué arcilla preciosa
modelaron tu nítido contorno
que seduce a la mente y a la vista?
¿En Hélade, en Etruria se alzó el horno
do trabajaba tu paciente artista?
Y después so el follaje
rumoroso y radiante de verdura
que a trechos cubre el cauce del Iliso,
a tu lado narraban con ternura
Fernado Charry Lara
Y si temblaba el bosque
que misterios y mitos atesora,
súbito, con el ánimo perplejo,
creían que tras Diana cazadora
pasaba de las ninfas el cortejo.
142
Y copiaba ese río
de las hijas del Atica, al instante,
el flotar de las túnicas ligeras,
la insólita mudanza del semblante
y la curva feliz de las caderas.
En tu fondo escondías
el exquisito zumo con que al hombre
dotaron de las uvas los racimos,
el que oculta los crímenes sin nombre,
la locura, los celos y los mimos.
143
Rafael Núñez (1825 - 1894)
Que sais-je?
Est quedan fiere voluptas. Ovidio
El corazón del hombre es un arcano
Inescrutable, imagen del Océano,
Laberinto sin límites ni fin;
A saber la verdad.
El insecto coral labra su ruina,
Al elevar el suelo que hoy domina
El hombre y el océano ayer cubrió;
No sé si la ignorancia y la pobreza
Dan al pecho del hombre más tristeza
Que el influjo del oro corruptor;
Si es la ciencia dudosa que aquí hallamos
Escala vacilante en que pasamos
De un error a otro error.
147
Candelario Obeso (1849 - 1884)
.................................................
148
José Joaquín Ortiz (1814 - 1892)
Lo contemplamos en silencio;
había muerto en la flor de edad bella y lozana;
¡así acababa tan risueño día,
antes de que pasara la mañana!
151
Belisario Peña (1834 - 1906)
Dios en el alma
152
Rafael Pombo (1833 - 1912)
La hora de tinieblas
Eli, Eli, lamma sabachthani
Salmo LXXVI
Carvajal-Salmo
II
III
IV
154
VI
VII
VIII
IX
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
Fernado Charry Lara
XVII
XVIII
XIX
XX
XXI
XXII
Si tu infinita bondad
Presidió a cuanto hay creado,
¿Por qué le diste al pecado
Sombra de felicidad?
¿Por qué de la adversidad
Hiciste hermano al delito?
¡Ah! con verdad está escrito
Que cuando tu ángel bajó
Sólo un Lot, un justo, halló
En la ciudad del maldito.
XXIII
Nula es mi sabiduría,
Pobre mi benevolencia;
Pero si la Omnipotencia
Fernado Charry Lara
159
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
XXIX
XXX
XXXI
XXXII
XXXIII
XXXIV
Fernado Charry Lara
XXXV
XXXVI
XXXVII
XXXVIII
XXXIX
Un tiempo la idolatría
Preces y altares te alzó,
Y al Dios del bien lo negó
Y en ti a Dios reconocía;
Te palpaba, te tenía,
Mal, soberano iracundo,
Cual si con desdén profundo
Dios de su obra avergonzado
Hubiera en tu pro abdicado
El triste imperio del mundo.
XL
XLI
164
XLII
XLIII
XLIV
XLV
XLVI
XLVII
XLVIII
Es un tormento mayor,
Y a fin de que su rigor
No diese treguas al pecho,
Dios en el recuerdo ha hecho
La eternidad del dolor.
XLIX
Duda y exasperación
Dejan los padecimientos,
Y tedio y remordimientos
Deja el goce al corazón.
Lágrimas a un tiempo son
De angustia y risa despojos,
Y cuando libres de enojos
Más inocentes reímos,
Bien nos dice que mentimos
El llanto que hay en los ojos.
LI
LII
Fernado Charry Lara
LIII
LIV
No es un sueño, es un delirio,
Es pesadilla infernal
De un despierto, un criminal
Que envejece en el martirio.
En vano irónico cirio
Nos alumbra la razón:
Entrevemos salvación,
De dicha y paz hay asomo;
Mas ¡ah! los pies son de plomo
Y es Tántalo el corazón.
LV
LVI
LVII
LVIII
LIX
169
LX
LXI
170
Rafael Pombo (1833 - 1912)
Elvira Tracy
172
Rafael Pombo (1833 - 1912)
174
Un corazón que para el nuestro sea
Luz de esa vida y centro de ese mundo;
Hogar del alma, santa panacea
Y abrevadero al labio sitibundo...
176
Rafael Pombo (1833 - 1912)
Noche de diciembre
Noche como ésta, y contemplada a solas
No la puede sufrir mi corazón:
Da un dolor de hermosura irresistible,
Un miedo profundísimo de Dios.
179
Rafael Pombo (1833 - 1912)
De noche
La vieillese est une voyageuse
de nuit.
Chateaubriand
No ya mi corazón desasosiegan
Las mágicas visiones de otros días.
¡Oh Patria! ¡oh casa! ¡oh sacras musas mías!...
...Silencio! Unas no son, otras me niegan.
180
José María Rivas Groot (1863 - 1923)
Constelaciones
El Hombre
Las Constelaciones
El Hombre
182
Diego Uribe (1867 - 1921)
El templo arruinado
Repite mis pasos, sonoros y lentos,
del templo arruinado la nave sombría,
y místicas notas o tristes lamentos,
al dar en las grietas, remedan los vientos,
los vientos que soplan de la serranía.
183
Luis Vargas Tejada (1802 - 1829)
Al Anochecer
Ya muere el claro día
tras la cumbre empinada de los cerros,
y en rústica armonía
saludan su esplendor que se despide
los sencillos pastores.
Ostenta su hermosura,
en medio al tachonado firmamento,
la cándida lumbrera
que desde su alto asiento
refleja suavemente la luz
que esparce la encendida esfera.
Vamos a la colina
que baña suave la sidérea lumbre,
al pie de aquella encina
que erguida allá se empina,
coronando del cerro la alta cumbre,
o allá donde el torrente,
saliendo de la breña,
por el peñón tajado se despeña.
185
José Asunción Silva (1865 - 1896)
El espíritu sólo
al conmoverse canta:
cuando el amor lo agita poderoso
tiembla, medita, se recoge y calla.
186
José Asunción Silva (1865 - 1896)
¡Aserrín!
¡Aserrán!
188
José Asunción Silva (1865 - 1896)
Esta noche
solo, el alma
llena de las infinitas amarguras y agonías de tu muerte,
separado de ti misma, por la sombra, por el tiempo y la distancia,
por el infinito negro
donde nuestra voz no alcanza,
solo y mudo
por la senda caminaba,
y se oían los ladridos de los perros a la luna,
a la luna pálida,
y el chillido
de las ranas...
Y mi sombra
por los rayos de la luna proyectada,
iba sola
iba sola
¡iba sola por la estepa solitaria!
Y tu sombra esbelta y ágil,
fina y lánguida,
189
como en esa noche tibia de la muerta primavera,
como en esa noche llena de perfumes, de murmullos
y de músicas de alas,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella,
se acercó y marchó con ella...
190
José Asunción Silva (1865 - 1896)
Poeta, Di Paso
¡Poeta, di paso
¡Poeta, di paso
191
¡Poeta, di paso
el último beso!
192
José Asunción Silva (1865 - 1896)
193
José Asunción Silva (1865 - 1896)
Vejeces
194
guardáis de lo pasado los reflejos;
196
José Asunción Silva (1865 - 1896)
...?...
de lo ignorado y de lo inmenso,
asemejáis en el vacío
197
José Asunción Silva (1865 - 1896)
Un Poema
199
José Asunción Silva (1865 - 1896)
Midnight Dreams
.....................................................................................
200
José Asunción Silva (1865 - 1896)
Muertos
201
de lo que fue y ya no existe.
202
José Asunción Silva (1865 - 1896)
Día de Difuntos
melancólicas y oscuras
y tristísimos e inciertos
de los muertos!
203
hoy lo mismo que mañana,
ríe, no llora.
escéptica y burladora,
no la oigáis, campanas!
rítmica y serena,
205
en una sala enlutada
en dolorosa actitud
alumbraba el ataúd
207
y eso es lo angustioso y lo incierto
de vibraciones de cristal,
melancólicas y oscuras,
y tristísimos e inciertos
de los muertos!
208
José Asunción Silva (1865 - 1896)
Gotas Amargas
Avant-Propos
209
José Asunción Silva (1865 - 1896)
El Paciente:
El Médico:
210
José Asunción Silva (1865 - 1896)
La Respuesta de la Tierra
211
José Asunción Silva (1865 - 1896)
Cápsulas
212
José Asunción Silva (1865 - 1896)
Madrigal
213
José Asunción Silva (1865 - 1896)
215
Maximiliano Grillo (1868 - 1949)
Razas Vencidas
Olvidados de Chía,
de su padre Zuhé,
fabuloso Dorado,
noblemente los vi
216
pasar indiferentes, con las pupilas duras
en selecto metal;
en la melancolía
217
Víctor M. Londoño (1870 - 1936)
Aniversario
218
Víctor M. Londoño (1870 - 1936)
En el Puesto de Guardia
Bajo la sombra del portal vetusto,
el arma fija en el costado, vela,
alta la frente y el semblante adusto,
firme en su puesto, el rudo centinela.
219
Víctor M. Londoño (1870 - 1936)
Navidad
220
Guillermo Valencia (1873 - 1943)
Hay un Instante...
Hay un instante en el crepúsculo
en que las cosas brillan más,
fugaz momento palpitante
de una morosa intensidad.
221
Guillermo Valencia (1873 - 1943)
Leyendo a Silva
...............................................................................
...................................................................................
..................................................................................
.....................................................................................
..................................................................................
226
Guillermo Valencia (1873 - 1943)
Los Camellos
Lo triste es así...
Peter Altenberg
227
Ni las sutiles mirras, ni las leonadas pieles,
ni las volubles palmas que riegan sombra amiga,
ni el ruido sonoroso de claros cascabeles
alegran las miradas al rey de la fatiga:
228
Guillermo Valencia (1873 - 1943)
Judith y Holofernes
(Tesis)
***
***
Salomé y Joakanann
(Antítesis)
***
230
La palabra de Dios
(Síntesis)
A la Memoria de Josefina
231
II
232
Luis Carlos López (1879 - 1950)
Hongos de la Riba
II
233
Luis Carlos López (1879 - 1950)
Tarde de Verano
El rico es un bandido.
sedante, dominical...
234
Luis Carlos López (1879 - 1950)
Nueva York
¡Pepito, Pepito, hay pelea!
Una cartagenera
II
De Sobremesa
según y cómo... Yo
como si se pudiera
vivir a la manera
236
Luis Carlos López (1879 - 1950)
Frente a mi Casa
237
Luis Carlos López (1879 - 1950)
A mi Ciudad Nativa
Ciudad triste, ayer reina de la mar.
J. M. de Heredia
238
Luis Carlos López (1879 - 1950)
Versos a la Luna
239
Luis Carlos López (1879 - 1950)
Muchachas Solteronas
Susana, ven:
tu amor quiero gozar.
(Lehar: Opereta
"La Casta Susana").
leyendo folletines
Muchachas de provincia,
Muchachas de provincia,
Muchachas de provincia,
melancólicamente
Fernado Charry Lara
A un Bodegón
241
Luis Carlos López (1879 - 1950)
Medio Ambiente
242
Porfirio Barba Jacob (1883 - 1942)
Futuro
243
Porfirio Barba Jacob (1883 - 1942)
245
Porfirio Barba Jacob (1883 - 1942)
Soberbia
246
Porfirio Barba Jacob (1883 - 1942)
ardorosos, baldíos,
248
mozuelos de la grata Cuscatlán -¡oh ambrosía!-
y mozuelos de Honduras,
249
Porfirio Barba Jacob (1883 - 1942)
de placer.
250
como una piñuela en sazón,
de avidez en el corazón.
bogaba mi fantasía
del dolor.
y su arrebato de carmín.
Fernado Charry Lara
Y lo demás de mi vida
252
Y errar, errar, errar a solas,
en vaivén.
el Ashaverus de tu poesía...
253
Porfirio Barba Jacob (1883 - 1942)
254
Porfirio Barba Jacob (1883 - 1942)
Lamentación de Octubre
y ya no es hora de aprender.
y ya no es hora de aprender.
Fernado Charry Lara
255
Mi sien rendida en ese seno blando,
y ya no es hora de aprender!
256
Porfirio Barba Jacob (1883 - 1942)
Elegía de Septiembre
un día...
yo tuve el ensueño.
la ardiente esperanza.
257
¡nadie supo en la tierra sombría
[músculos,
y voy al olvido...
258
Porfirio Barba Jacob (1883 - 1942)
como los mares de Grecia, como las islas que ellos ciñen.
¡Evanaam! ¡Evanaam!
260
Juan Rafael Agudelo era fuerte. Su fuerza trascendía
261
Gregorio Castañeda Aragón (1886 - 1960)
Rumbo Río...
Rumbo Río...
Rumbo Río...
262
Gregorio Castañeda Aragón (1886 - 1960)
Barrio de Pescadores
263
Gregorio Castañeda Aragón (1886 - 1960)
No cierren la puerta,
déjenlo pasar.
déjenla llegar.
la estrella polar.
Y nieve de espuma
te parió mamá.
el viento a cantar.
te meció al pescar.
Grumete, primero,
264
luego capitán,
tendrás un balandro
volando volar.
A darles su almuerzo
de migas de pan.
oro de fanal,
buen marinerito,
lobezno de mar,
solito a viajar,
Fernado Charry Lara
y mamá la vieja
se pondrá a cantar,
a cantar canciones
que tú ya no oirás,
266
Gilberto Garrido (1887 - 1978)
Corazón de Azucena,
de Ti fluye la vena
de la que se presume
el resplandor supremo
267
una brasa de mí le estaba ardiendo.
Él se iba apagando,
y en mí iba encendiendo
en la propia medida
y el milagro procura
de conservar entera
tiene ya logrado
269
Miguel Rasch-Isla (1887 - 1953)
Tu Palidez
Tu noble palidez forma tu encanto:
270
Miguel Rasch-Isla (1887 - 1953)
Tu Boca
271
Leopoldo De la Rosa (1888 - 1964)
272
Leopoldo De la Rosa (1888 - 1964)
Nocturno XXV
romántico y feliz...?
la fortuna ilusoria...
273
de ilusión y de cándido portento,
274
José Eustasio Rivera (1888 - 1928)
275
José Eustasio Rivera (1888 - 1928)
Cantadora Sencilla...
276
José Eustasio Rivera (1888 - 1928)
Atropellados...
277
José Eustasio Rivera (1888 - 1928)
Vibradora Cigarra...
278
José Eustasio Rivera (1888 - 1928)
En la Estrellada Noche...
279
José Eustasio Rivera (1888 - 1928)
Sintiendo...
280
José Eustasio Rivera (1888 - 1928)
.
Mientras las palmas tiemblan, un arrebol ligero
281
José Eustasio Rivera (1888 - 1928)
Cubre el Silencio...
282
Eduardo Castillo (1889-1938)
El Sueño Familiar
283
Eduardo Castillo (1889-1938)
Dualidad
284
Eduardo Castillo (1889-1938)
Incertidumbre
285
Eduardo Castillo (1889-1938)
Difusión
Ya el otoño llegó, y aún busco aquella
286
Eduardo Castillo (1889-1938)
Ella
287
Eduardo Castillo (1889-1938)
Al Oído
Aterciopelada de melancolía,
288
Eduardo Castillo (1889-1938)
Desfile Blanco
Frágil como una lámpara que apenas ilumina. Fernado Charry Lara
289
Eduardo Castillo (1889-1938)
El Ídolo
290
Eduardo Castillo (1889-1938)
Arieta
y su voz musical?
Nadie responde
291
Eduardo Castillo (1889-1938)
Sensación Crepuscular
292
Eduardo Castillo (1889-1938)
Bajo el Angelus
293
Eduardo Castillo (1889-1938)
Interrogante
en la amarilla calavera
y me invade, trágicamente
295