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Aspectos éticos de las intervenciones con menores

Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo

Luzmila Monteza Barrantes

Sandra Prado Cruz

Chiclayo - Perú
RESUMEN

SUMARIO
Resumen

Sumario

Introducción a la Bioética

Naturaleza de la Bioética

Definición de Bioética

Principios de la Ética

Aspectos éticos de las intervenciones con menores.

Precedentes Históricos

Aspectos éticos en las intervenciones con niños y adolescentes

Proceso de informacion y consentimiento informado

Confidencialidad

Conclusiones

Referencias bibliográficas
INTRODUCCIÓN A LA BIOÉTICA

Naturaleza de la Bioética

Definición Bioética

El neologismo de Van Rensselaer presenta una concepción amplia de la bioética

refiriéndose que dentro de ella se involucran dos culturas -ciencias y humanidades- que parecen

incapaces de hablarse una a la otra y si ésta es parte de la razón de que el futuro de la humanidad

sea incierto, entonces posiblemente podríamos construir un "puente hacia el futuro" construyendo

la disciplina de la Bioética como un puente entre las dos culturas. Los valores éticos no pueden ser

separados de los hechos biológicos” (Van, 1970; citado en Osorio, 2005, p.7).

La Bioética es el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de

la vida y del cuidado de la salud, en cuanto que esta conducta es examinada a la luz de los valores y

principios morales (León, 1995)

Decir que es la intersección entre la ética y las ciencias de la vida, entendiendo biología en

su más amplia concepción, es innegable correcto en términos de precisar un campo de la

investigación humana, pero a la vez deja abierta al menos la configuración de una disciplina, de

una vertiente política y de una perspectiva cultura. (Viesca, 2007)

Una definición más reciente y acertada de bioética incluye fundamentalmente los conceptos

anteriores agregando que es una disciplina que intenta relacionar la naturaleza biológica humana y

el mundo biológico con la formulación de políticas encaminadas a producir el bien social en el

presente y futuras generaciones. Por eso se dice que la bioé- tica consiste en un diálogo

interdisciplinario entre ética y vida. (Morales, Nava, Esquivel &Díaz Pérez, 2011)
Principios bioéticos

J. Escobar & C. Aristizabal (2011) Refiere que para poder analizar los diferentes conflictos

éticos y establecer el proceso de toma de decisiones, la bioética utiliza como herramientas los

principios establecidos de:

Autonomía

El verdadero respeto exige no sólo no interferir en los asuntos de los demás, sino construir y

fortalecer las capacidades de las personas para la elección autónoma y alejar temores y otras

condiciones que impidan la toma de decisiones, Los pacientes tienen derecho a decidir lo que ellos

entienden por «sus intereses» y a participar en las decisiones que les atañen

Beneficencia

Se refiere en general a la obligación de realizar el bien (no solo de desearlo), que coincide

con el principio cardinal de utilidad de las éticas teleológicas y consecuencialistas, destinada a

prevenir y eliminar el daño y a promover el bien así como lograr un balance positivo entre

beneficios y daños, los pacientes deben ser tratados con el objetivo de lograr su mejor interés.

No maleficencia

Incluye obligaciones de no matar, no causar dolor ni sufrimiento, no incapacitar, no privar a

otros de bienes de la vida, no imponer riesgos de daños. La vulneración de este principio conduce a

actos de mala práctica como negligencia, imprudencia o impericia

Justicia

El principio de justicia expresa la exigencia de una regulación ética de las relaciones entre

seres humanos que viven en sociedad. Existen diversas interpretaciones, pero es un principio muy

importante en bioética porque tiene en cuenta las dimensiones sociales y políticas de los problemas.
Aspectos éticos de las intervenciones con menores

Precedentes Históricos

El Código de Núremberg, 1947, hace referencia específicamente a que, en la medida de lo

posible, no se involucren menores de edad en las investigaciones cínicas, salvo que su participación

sea indispensable para nuevas conclusiones o nuevos conocimientos de la medicina que se

traduzcan en una mejor atención al paciente. (M. Sáenz, M. Escobar & C. Aristizábal, 2016)

Según M. Sáenz, M. Escobar & C. Aristizábal (2016) en 1964, la Declaración de Helsinki,

dejó establecido en el punto 11 que, cuando el sujeto de investigación es un menor de edad, se

requiere autorización de su pariente responsable. Sin embargo, “siempre que el menor esté en

condiciones de dar un consentimiento, este debe ser obtenido adicionalmente al otorgado por el

responsable legal” (E. Carsi, 2010)

Además M. Sáenz, M. Escobar & C. Aristizábal (2016) Refiere que el Informe Belmont en

1978, promulgó los tres principios fundamentales para la protección de humanos sujetos a las

investigaciones biomédicas y de conducta: respeto a las personas; beneficencia y justicia. El

mecanismo de protección y sopesar riesgo/ beneficio, se delega en los comités de investigación.

The Council of International Organizations of Medical Sciences (CIOMS), en sus ediciones

de 1993, 2002, y 2008 se refiere en la pauta 13 a la participación de población vulnerable donde

están incluidos los niños, y en la pauta 14 específicamente a la investigación en que participan

niños. Se remite a la vulnerabilidad y al cuidado de los menores en investigación clínica. Las

indicaciones con respecto al consentimiento informado y la capacidad o incapacidad para autorizar

y dar el asentimiento se incluyen en las pautas 4 y 9.


La Academia Americana de Pediatría (AAP) publicó en 1976 los criterios para el

consentimiento y el asentimiento informado en la práctica diaria. Evitó la estandarización

cronológica y la correlacionó con la madurez y la inteligencia, e incorporó la corresponsabilidad

delos padres o los representantes legales.

En 1995, la AAP adoptó la normatividad del permiso de los padres, consentimiento

informado, junto con el asentimiento de los menores. Además, considera el disentimiento en

cualquier momento de una investigación o procedimiento médico (M. Sáenz, M. Escobar & C.

Aristizábal, 2016).

Aspectos éticos en las intervenciones con niños y adolescentes

Para Sant Joan de Déu, coordinador de la Guia Practica Clinica sobre el transtorno del TDH en el

2010, refiere que; desde la Convención de Derechos del Niño, promulgados por la ONU en

el año 1989, ha habido una serie de cambios en la visión de la infancia, caracterizados

por el reconocimiento de la capacidad de participación en el proceso de decisión sobre

la salud y enfermedad del propio niño, que han dotado de peculiaridades a la atención

sanitaria del niño y del adolescente.

La infancia y la adolescencia son los tramos de edad en los que el modelo

preventivo tiene mayor importancia, y la relación asistencial siempre está modulada por

la figura de un tercero, los padres o tutores, que son quienes van a realizar o transmitir la

demanda y van a intervenir en el proceso diagnóstico y terapéutico junto con el

paciente.

Nuestra labor asistencial debe estar modulada desde los principios básicos que

rigen la bioética No maleficencia, Justicia, Beneficencia y Autonomía. Estos principios

son considerados como principios prima facie, es decir moralmente obligatorios si no

entran en conflicto entre ellos, pero que deben ser jerarquizados para aquellas
situaciones en que, por entrar en conflicto, no pueden ser preservados todos ellos. Según

esta jerarquía interna, la No Maleficencia y la Justicia serían principios de primer nivel

y marcarían los mínimos éticos exigibles, incluso recogidos en la ley.

Es de particular importancia hacer un diagnóstico claro y ajustado del niño ya que algunos diagnósticos

como por ejemplo los psiquiátricos y psicologicos van a tener una implicación en su futuro y pueden

influir en su integración o segregación del grupo.

Los tratamientos tienen especial repercusión ya que estamos hablando de sujetos en proceso de

maduración, en los que la cronificación o noresolución de la patología puede implicar una situación de

discapacidad durante toda la vida.

El pediatra deberá plantearse su actuación clínica desde el conocimiento técnico, la utilización

de las prácticas asistenciales comunes conocidas como “las buenas prácticas clínicas”, la formación

continuada y el ejercicio profesional dentro de ellas para favorecer o al menos no perjudicar al niño.

Proceso de informacion y consentimiento informado

La presidenta del CEA Salus Mental, indica que; la cantidad de información científica y su

comprensibilidad para el paciente y su familia es uno de los predictores más importante de la

satisfacción con la asistencia recibida. Esto nos da una idea de la importancia que los pacientes

confieren a la información.

Aunque el Consentimiento Informado fue proclamado entre los derechos que se recogen en el

articulo 10 de la ley General de sanidad de 1986, es en la actualidad cuando está alcanzando su

desarrollo. En este artículo se recoge textualmente:

"... derecho a que se le dé en términos comprensibles, a él y a sus familiares o allegados,

información completa, verbal y escrita sobre su proceso, incluyendo diagnóstico, pronóstico y

alternativas de tratamiento...".

"... a la libre elección entre opciones que le presente el responsable médico de su caso, siendo
preciso el previo consentimiento escrito del usuario para la realización de cualquier intervención,

excepto en los siguientes casos:

 cuando el paciente no esté capacitado para tomar decisiones en cuyo caso el derecho

corresponderá a sus familiares o allegados.

 cuando la no intervención suponga un riesgo para la Salud Pública.

 cuando la urgencia no permita demoras por poderse ocasionar lesiones irreversibles o existir

peligro de fallecimiento...".

En el decreto 175/89 del Gobierno Vasco, se recoge la Carta de Derechos y obligaciones de

los pacientes y usuarios de Osakidetza, en la que se ratifica la obligación de dar información.

El Consentimiento informado es uno de los elementos básicos de una buena relación clínica.

Pero cuando se utiliza solamente como documento escrito, se puede correr el riesgo de empelarlo con

fines, exclusivamente, defensivos ante futuras reclamaciones y perder sus características. Así pues, no

debe confundirse Consentimiento Informado con documento escrito de Consentimiento Informado, pues

no necesariamente todo proceso de información ha de concluir en documento escrito. Esta aplicación

escrita debería reservarse para aquellas exploraciones o medidas terapéuticas que pudieran comportar

un riesgo para la salud del paciente. En todo caso, previo a cualquier consentimiento escrito es

imprescindible una explicación verbal y siempre se ha de confirmar que la información aportada ha sido

comprendida por el informado.

El Consentimiento informado o como propone y se denomina en la “Guía práctica para la

elaboración de documentos de información y consentimiento”, el “Proceso de información y

consentimiento” consiste en la explicación a un paciente atento y mentalmente competente, de la

naturaleza de su enfermedad, así como el balance entre los procedimientos diagnósticos y

terapéuticos recomendados, para a continuación solicitar su aprobación para ser sometido a esos

procedimientos. La presentación al paciente debe ser comprensible y no sesgada; la


colaboración del paciente debe ser conseguida sin coerción; el médico no debe sacar

partido de su potencial dominio psicológico sobre el paciente.

El Consentimiento informado no es un documento o papel que se entrega al paciente, ni

un hecho aislado de la relación clínica, sino un proceso continuo que se da entre personas ( el

equipo sanitario y el paciente y/o su familia) en el que se transmite información y se facilita la

toma de decisiones.

En el Proceso de consentimiento se van a ver implicados los siguientes elementos: la

cantidad y calidad de la información, la competencia /capacidad, la voluntariedad, la validez y

autenticidad, veremos cada una de ellas a continuación.

Confidencialidad

Según Arteaga, A. (2009), cuando se habla de mantener una relación con el

adolescente basada en la confianza en el profesional, desde un enfoque motivacional,

resulta básico y es indis- pensable que el joven conozca, desde la primera entrevista, este

requisito para dicha relación: la confidencialidad de cuanto se conozca en dicha relación

profesional. El adulto que mantiene el secreto profesional de manera estricta puede conver

tirse en una persona digna de confianza, depositaria de información relevante y con una

carga emocional importante para el joven.

De este modo la relación profesional iniciada con el joven, que acude en las

primeras entrevistas sin interés, puede ir experimentando una progresiva ganancia de

confianza y motivación. Se trata de que el joven constate un tipo de relación dife- rente, en

la que es tenido en cuenta lo que dice, sin ser utilizado en su contra, sin usarse para

informar a sus padres de determinados hechos o datos. Sólo de este modo el joven puede

comprobar que la relación con el profesional puede serle útil, ya que parte de su

información, de sus intereses y no está dirigida a informar a terceras personas.


Bibliografías

Arteaga, A. (2009). Aspectos éticos en intervención con adolescentes en riesgo.

Donostia: Eusko Ikaskuntza. P. 115 - 128.

Morales, C. Nava, J. Esquivel & L. Pérez (2011) Principios de ética bioética y


conocimiento del hombre. Primera edición. Universidad Autónoma de Hidalgo

C. Viesca (2007) Bioética. Concepto y métodos.eds. Bioethics, Cambridge University


Press, 2002.

CIOMS (2016) Poblacion vulnerable Geneva: 2002.


http://www.cioms.ch/publications/guidelines/guidelines_nov_2002_blurb.htm (Consulta de 8
agosto de 2016)

E. Carsi (2010). “Deber profesional de obtener el asentimiento del niño para


participar como sujeto de investigación”. Boletín Médico del Hospital Infantil de México 64
(2010): 306- 314.

Hernanz. M (2007). Problemas Eticos en el Trabajo con niños y adolescentes

J. Escobar & C. Aristizabal (2011) Los principios en la Bioética, propuestas y

prácticas múltiples , Revista Colombiana Bioética

J. León (1995) Dignidad Humana, Libertad y Bioética

Sant. J (2010). Guía de Práctica Clínica sobre el Trastorno por Défi cit de Atención
con Hiperactividad (TDAH) en Niños y Adolescentes. Ministerio de Ciencia e Innovación.

M. Sáenz, M. Escobar & C. Aristizábal (2016) Los menores y adolescentes en la

investigación clínica. Tensiones y aspectos éticos Escritos / Medellín - Colombia / Vol. 24, N.

53 / pp. 345-367 Julio-diciembre, 2016 / ISSN 0120-1263 / ISSN: 2390-0032

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