El Código Civil regula la capacidad en los artículos 1445 y siguientes del Código Civil,
consagrándolo como un requisito de validez de los actos jurídicos. La capacidad legal de
una persona consiste en poderse obligar por sí misma, y sin el ministerio o la autorización
de otra. Luego, el artículo 1446 prescribe que toda persona es legalmente capaz, excepto
aquellas que la ley declara incapaces.
Junto a los menores de edad y a quienes padecen demencia, el código señala como
incapaces de administrar con autonomía su patrimonio a los “disipadores que se hallen
bajo interdicción de administrar lo suyo”, quienes reciben también el nombre de
“pródigos”. Éste individuo es plenamente capaz de administrar lo suyo y solo quedará
incapacitado para administrar sus bienes cuando se haya tramitado y declarado
judicialmente su interdicción en razón de dilapidar sus bienes sin una finalidad lógica.
El artículo 1447 nombra a los dementes como incapaces absolutos, esto es, que sus
actos no producen ni aun obligaciones naturales, y no admiten caución.
El artículo 456 señala que el adulto que se halla en un estado habitual de demencia,
deberá ser privado de la administración de sus bienes, aunque tenga intervalos lúcidos.
La importancia del decreto de interdicción respecto del disipador radica en que, mientras
no se declare, el sujeto puede con toda libertad seguir malgastando los bienes que tenía o
los que por cualquier razón siga adquiriendo; además, puede pedir créditos y realizar otro
tipo de actos que comprometan su patrimonio y de este modo su estabilidad financiera,
familiar, etc. El objeto del decreto es impedir estos actos irresponsables, pudiendo ser
impugnados de nulidad desde que este se dicte, sea declarando la interdicción provisoria
o definitiva.
I.II.- Sanción en caso de concurrir una y otra.
El demente es un incapaz absoluto, motivo por el cual sus actos son sancionados con
nulidad absoluta, no producen ni siquiera obligaciones naturales y no admiten caución
alguna por parte de terceros.
El interdicto por disipación es un incapaz relativo, por lo que sus actos pueden ser válidos
en ciertas circunstancias y en ciertos casos determinados por la ley. Los actos del
disipador son sancionados con nulidad relativa.
II.- Efectos de la nulidad entre las partes y respecto de terceros. Indicar todas
las consecuencias que se generan.
Para que la nulidad produzca sus efectos, esta debe haber sido declarada.
-Art. 1567 n°8, las obligaciones se extinguen además en todo o en parte: por la
declaración de nulidad o por la rescisión.
-Otorga excepción en contra de las acciones derivadas del negocio y que estén
destinadas a obtener el cumplimiento de éste.