Directores
Blanca Solares
Manuel Lavaniegos
Consejo Asesor
Roger Bartra Mauricio Beuchot
Bolívar Echeverría Lluís Duch
Julieta Lizaola Andrés Ortiz-Osés
Eugenio Trías Carmen Valverde
CUADERNOS DE HERMENÉUTICA 2
INTRODUCCIÓN: APUNTES EN TORNO A LA NOCIÓN DEL IMAGINARIO 5
ISBN: 978-607-2-00041-4
ÍNDICE
Presentación 11
I
Un acercamiento a la
antropología simbólica de Lluís Duch
1. La aventura logomítica
o la gramática de la esperanza
1
Véase Lluís Duch, Mito, interpretación y cultura. Aproximación a la logomítica.
Herder, 1998, p.15.
20 LLUÍS DUCH: ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA
2
Una de las nociones más importantes de E. Neumann (1905-1960), desarro-
llada en la introducción a su obra The Great Mother (Princeton University Press-Bo-
llingen, 1991) es la de psicohistoria con la que alude a la necesidad de una relativización
de los relatos dominantes de la ciencia histórica y su ordenación cronológica progresiva
y ascencional. Para Neumann, la historia de la humanidad registra en épocas pasadas
momentos de una clarividencia excepcional, de la misma manera que la modernidad
racionalista y científica, momentos regresivos derivados en masacre y exterminio. Neu-
mann aboga por el enlazamiento del registro de los hechos de la historia con la dinámi-
ca de la psique, que no me parece ajeno al esfuerzo de Duch de enlazar al mythos con el
logos en el estudio del hombre.
3
Duch, op. cit., p. 15.
UN ACERCAMIENTO A LA ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA 21
4
Id., p. 18.
5
Véase T. W. Adorno y M. Horkheimer, Dialéctica del Iluminismo, Sur, Buenos
Aires, 1970.
6
Duch, op. cit., p. 407.
22 LLUÍS DUCH: ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA
7
He trabajado este aspecto del pensamiento de Francfurt en Tu cabello de oro
Margarete. Fragmentos sobre odio, resistencia y modernidad, UIC/M. A, Porrúa, México,
1996.
8
Michel Maffesoli, “Vida y Existencia” en, Andrés Ortiz-Osés y P. Lanceros
(Dirs.), Diccionario de la existencia, Anthropos, 2006, p. 18.
24 LLUÍS DUCH: ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA
Por supuesto que las cosas se dejan como están. Desde la perspec-
tiva de los nuevos “buscadores de espiritualidad” de lo que se trata es
de ver la vida sin prejuicios y sin nada que la clausure a priori. ¿Pueden
los objetos “fetiche” tales como la ropa, el coche o el teléfono portátil
-que conforman a la “persona” (máscara) en la teatralidad cotidiana que
representa-, suscitar la “participación mística”, tal y como lo interpreta
Maffesoli?
No me parece factible, desde la perspectiva que venimos mencio-
nando, ni el discurso totalizador, único y ovni-explicativo de la ciencia,
ni la “remitización salvaje” 9 en la sociedad de mercado tecno-económi-
ca e hiperracionalizada a través de una nueva expresión que deja intacta
la irreconciliación fundamental entre mythos y logos, típica de la cultura
occidental.
Se puede plantear así que la logomítica estaría en la línea de res-
tablecer una dialéctica ilustración-romanticismo, lo mismo la del siglo
XVIII que la del siglo XX, aspirando a resolverse a través del ejercicio
de la complementariedad (mythos-logos) de la palabra viva y en constante
movimiento.
La resolución no es ni “la revancha de lo dionisiaco”, ni la impo-
sición sin alternativas de un sin fin de máximas exclusivas y excluyentes
sino, a decir de Duch, “aprender a administrar dialógicamente la pala-
bra”. Sería un comienzo.
En ese sentido, la logomítica, aparece efectivamente como “un
acto de salvamento” por concretarse en nuestro hic et nunc mediante la
“curación” en primer lugar “de la crisis gramatical” que atravesamos y
padecemos en el momento presente,10 o en la que nos precipitamos en
9
Bastaría recordar la denuncia ya realizada en el film de Francis Coppola, Apo-
calipsis Now (1979), donde la consiga típica a partir de los sesenta, “sex, drogs and
rock and roll”, funcionaba como enervante real de los marines durante las incursiones
genocidas en Vietnam. En esta película, basada en la novela de J. Conrad, Heart of
darkness, el propio personaje Kurtz se convierte en una especie de santón “orientalizado”
del horror, acerado en su inhumanidad. El fenómeno no ha hecho sino extenderse entre
las tropas de diversos bandos de la diseminada guerra permanente y estratégicamente
localizada que sigue viviendo el planeta.
10
Duch, op. cit., p. 501.
UN ACERCAMIENTO A LA ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA 25
2. Antropología de la vida
cotidiana: el lugar como
destino y los recursos del cuerpo
El lugar es destino: genius loci
11
C. Hugo Sierra Hernández, “Cuerpo” en, Andrés Ortiz-Osés y P. Lanceros
(Dirs.), Diccionario de la existencia, op. cit., p. 112.
UN ACERCAMIENTO A LA ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA 27
12
Jean Francois Billeter, Cuatro lecturas sobre Zhuangzi, Siruela, España, 2003,
pp. 177-180.
13
M. Bernant, Le corps, Paris, 1976, p. 8.
28 LLUÍS DUCH: ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA
14
Lluis Duch, La educación y la crisis de la modernidad, Paidós Ibérica, Barcelona,
1997, p. 119.
UN ACERCAMIENTO A LA ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA 29
15
Es importante indicar aquí que el tomo 2/1 de la Antropología de la Vida Coti-
diana. Escenarios de la corporalidad (Trotta, Madrid, 2005) es en realidad una co-autoría,
se trata de una colaboración de Lluís Duch con Joan-Carles Mèlich (1961), Profesor
de Antropología y Filosofía de la Educación de la Universitat Autònoma de Barcelo-
na, autor de Antropología simbólica y acción educativa (1996), Totalitarismo y fecundidad
(1998), Filosofía de la finitud (2002) y La lección de Auschwitz (2004).
30 LLUÍS DUCH: ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA
16
Hans Jonas, El principio responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización
tecnológica, Herder, segunda edición, 2004, p. 14.
17
Id., p. 15.
UN ACERCAMIENTO A LA ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA 31
18
Jonas, op. cit. p. 16.
19
Id., p. 80.
32 LLUÍS DUCH: ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA
20
Citado por Billeter, op. cit., p. 73.
UN ACERCAMIENTO A LA ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA 33
21
Acerca de esta decidida orientación de la investigación antropológica de Lluís
Duch hacia la “horizontalidad” de las estructuras de acogida, del transcurso a un tiempo
lento y vertiginoso de la cotidianidad, resultaría, ciertamente en otra ocasión, significativo
reflexionar sobre su específica diferencia de perspectiva respecto de otras propuestas muy
relevantes en su momento de caracterización de la vida cotidiana en el mundo moderno.
Piénsese, por ejemplo, en las contribuciones elaboradas desde el pensamiento crítico, por
el teórico francés Henri Lefèbvre, La vida cotidiana en el mundo moderno, Alianza, Ma-
drid, 1972 y la filósofa húngara Ágnes Heller, Sociología de la vida cotidiana, Península,
Barcelona, 1997, ambas realizadas bajo la óptica de renovación de una interpretación
marxista; así como también en los enfoques que se derivan hacia la dimensión cotidiana
desde los planteamientos de Michel Foucault a partir de su categorización de una micro-
física del poder. Por lo pronto, tan sólo observar que en estos mencionados enfoques priva
aún el privilegiamiento de las generalidades político-económicas e ideológicas subordi-
nadas al “gran tiempo” o “verticalidad” de un meta-relato del “fin” de la historia, lo cual
tiende a opacar y suprimir aquella fenomenología de los días del “oficio de ser hombres
y mujeres” que tendría que aparecer en las propias modalidades de su autodevelamiento.
Es decir, de la vida cotidiana comprendida como la dimensión en donde los hombres en
la cinemática de sus situaciones elaboran su espacio-tiempo como un proceso de auto-
configuración y autocontextualización, siempre provisorio, para asumir y dar forma a su
condición básicamente contingente. Esto es, siempre dotada de un margen de libertad y
responsabilidad respecto de los órdenes condicionantes ya sean éstos las “objetivaciones
genéricas” (Heller) o los dispositivos diseminados de los poderes y sus discursividades.
34 LLUÍS DUCH: ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA
Codescendencia (familia)
Los significados cordiales que las palabras, los gestos o las alusiones
puedan llegar a tener, nos vienen dados por ósmosis afectiva de la lengua
materna, el “lugar natural” donde se aprende la gramática de los senti-
mientos. Su atrofia puede generar dislocación o descolocación afectiva y
efectiva con el mundo, consigo mismo y con los otros o la Naturaleza.
La revolución más importante y más profunda de nuestros días,
afirma Duch, siguiendo las investigaciones de Jean Poirier, tiene lugar
en el marco de la codescendencia como estructura de acogida fundamen-
36 LLUÍS DUCH: ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA
Corresidencia (ciudad)
22
Véase, Lluís Duch, Antropología de la vida cotidiana. Simbolismo y salud, V.1,
Trotta, Madrid, 2002 p. 23.
23
Véase, Jonas, op.cit., p. 28.
UN ACERCAMIENTO A LA ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA 37
Cotrascendencia (religión)
24
Véase, Marc Augé, Los “no-lugares” espacios del anonimato. Una antropología de
la sobremodernidad, Gedisa, Barcelona, 1996.
25
Véase Duch, Antropología…op. cit., p. 28.
38 LLUÍS DUCH: ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA
26
Véase, Duch, Antropología…, op. cit. p. 30.
27
Id.
28
Duch, La educación y las crisis de la modernidad, op. cit., p. 104.
29
Lluís Duch, Un extraño en nuestra casa, Herder, Barcelona, 2007.
UN ACERCAMIENTO A LA ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA 39
Coda
30
G. Steiner, Errata. El examen de una vida, Madrid, Siruela, 1998, p. 173, cita-
do por Duch en, Un extraño… op. cit., p. 23.
31
Jonas, op. cit., p. 16.
Duch, el problema radicaría sobre todo en el cómo. Pues el hombre
—centro neurálgico de toda antropología verdadera— no vive de forma
directa en la naturaleza sino que se relaciona con ella mediante unas de-
terminadas formas culturales o históricas, “con sus imágenes caracterís-
ticas, su riqueza o pobreza léxica, su gramática de los sentimientos y de
los instintos,… etc.”, configurados, para bien o para mal, en el interior
de sus estructuras vitales de acogida, de la calidad de las cuales, quizá,
pueda aún emerger la esperanza.
Lluís Duch: antropología simbólica y corporeidad cotidiana,
se terminó de imprimir en septiembre de 2008 en Solar
Servicios Editoriales S. A de C.V., Calle 2, núm. 21, Col.
San Pedro de los Pinos, México, 03820, en papel cultural
de 90 gramos y cartulina couché de 300 g. Se utilizaron
en la composición tipos Adobe Caslon Pro 6/9, 11/14 y
15/18. El cuidado de la edición estuvo a cargo de Blanca
Solares; la corrección de estilo, de María G. Giovannetti
y la formación tipográfica, de Irma González Béjar.
Captura de imágenes: Guillermo Morales.
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