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CONJUNTIVITIS ALÉRGICA

CONJUNTIVITIS ATÓPICA
La queratoconjuntivitis atópica (QCA) es una
rara enfermedad bilateral que aparece de
forma típica en adultos (incidencia máxima
entre los 30 y 50 años) con antecedentes de
dermatitis atópica prolongada; también es
extremadamente frecuente que padezcan
asma. Cerca del 5% han sufrido QCV en la
infancia. Apenas hay predilección por sexo. La
QCA tiende a ser crónica y persistente, con poca posibilidad de remisión espontánea, y
se asocia a afectación visual significativa. Mientras que la QCV suele seguir un patrón
estacional con empeoramiento en primavera y verano, la QCA tiende a ser perenne, y a
menudo se agrava en invierno. Los pacientes son sensibles a una amplia va riedad de
alérgenos aéreos del ambiente.

Cuadro clínico:
o Prurito bilateral
o Lagrimeo
o Escozor
o Fotofobia
o Visión borrosa
o Secreción mucosa espesa
o Edema de párpados, descamación persistente, sequedad ocular.
o Conjuntiva → hiperémica y edematosa

Diagnóstico → Clínico

• Párpados

○ Las alteraciones cutáneas, más ostensibles que en la QCV, son normalmente de tipo
eccematoide: eritema, sequedad, descamación y liquenificación, a veces con grietas y
lesiones por rascado (excoriaciones), estas últimas por el intenso prurito.

○ A menudo se asocia una blefaritis estafilocócica crónica con madarosis.

○ Puede haber queratinización del borde palpebral.

○ Signo de Hertoghe: pérdida de la parte lateral de las cejas.


○ Pliegues de Dennie-Morgan en la piel de los párpados por el frotamiento continuado.

○ La contracción de la piel facial puede dar lugar a ectropión palpebral y epífora.

○ No es rara la ptosis.

• La afectación conjuntival suele predominar en el párpado inferior

○ La secreción acuosa

○ Hiperemia y, en fases de inflamación activa,


quemosis frecuente.

○ Las papilas inicialmente son más pequeñas que


en la QCV, aunque con el tiempo se forman
lesiones mayores.

○ La infiltración y la cicatrización difusa de la conjuntiva pueden conferirle un aspecto


blanquecino y desdibujado

○ Los cambios cicatriciales pueden llevar a la formación de simbléfaron moderado,


contracción de fondos de saco y queratinización de la carúncula.

○ Puede verse afectación del limbo similar a la de la QCV, incluso con puntos de Horner-
Trantas.

• Queratopatía

○ Son frecuentes las erosiones epiteliales punteadas en el tercio inferior de la córnea, a


veces muy acusadas.

○ Defectos epiteliales persistentes, a veces


asociados a ade lgazamiento focal que
puede progresar a perforación con
formación de descemetocele.

○ Pueden formarse placas

○ La vascularización periférica y la cicatrización estromal

○ Predisposición a infecciones bacterianas y fúngicas secundarias, así como a queratitis


por herpes simple más agresiva.

○ Es frecuente el queratocono (cerca del 15% de los casos)

• Catarata

○ Son frecuentes las cataratas preseniles en escudo de localización subcapsular anterior


o posterior, que pueden agravarse por la corticoterapia prolongada.
○ Debido a la intensa colonización del borde
palpebral por S. aureus, la cirugía de catarata
comporta un mayor riesgo de endoftalmitis.

• El desprendimiento de retina es más frecuente


que en la población general, sobre todo tras la
cirugía de catarata.

CONJUNTIVITIS VERNAL O PRIMAVERAL


La queratoconjuntivitis vernal (QCV) es un trastorno
bilateral recidivante en el que intervienen
mecanismos inmunitarios mediados tanto por IgE
como de tipo celular. Afecta principalmente a niños
varones y suele comenzar desde los 5 años de edad
en adelante. El 95% de los casos remiten antes de
los 20 años, aunque gran parte del resto sufrirán queratoconjuntivitis atópica. La QCV
es poco frecuente en los países templados, pero es bastante común en climas cálidos y
secos como el Mediterráneo, África subsahariana y Oriente Próximo. En las regiones
templadas, más del 90% de los pacientes tienen otras enfermedades atópicas como
asma y eccema, y en dos tercios hay antecedentes familiares de atopia. La QCV a
menudo se presenta con un patrón estacional, con la máxima incidencia al final de
primavera y en verano, aunque puede haber síntomas leves de modo perenne.

Clasificación
• La QCV palpebral afecta principalmente a la conjuntiva tarsal superior. Puede asociarse
a una queratopatía significativa por la aposición de la conjuntiva inflamada con el
epitelio corneal.

• La forma límbica afecta típicamente a pacientes negros y asiáticos.

• La QCV mixta aúna manifestaciones de las formas palpebral y límbica.

Síntomas
o Prurito bilateral intenso
o Lagrimeo
o Fotofobia
o Sensación de cuerpo extraño
o Escozor
o Secreción mucoide
Formas clínicas
Forma palpebral

○ En fases precoces se observan hiperemia


conjuntival e hipertrofia papilar aterciopelada por
todo el tarso superior.

○ Las macropapilas (< 1 mm) tienen la parte superior


aplanada y poligonal, lo cual les da un aspecto
adoquinado; en casos graves, pueden verse
infiltrados inflamatorios blanquecinos focales o
difusos.

○ Pueden progresar a papilas gigantes (> 1 mm) por


confluencia de lesiones más pequeñas al romperse los tabiques que las separan.

○ Depósito de moco entre las papilas gigantes.

○ Al disminuir la actividad, se observa congestión conjuntival más leve y menor


producción de moco.

• Forma límbica

○ Papilas conjuntivales gelatinosas en el limbo que pueden presentar acumulaciones


transitorias de leucocitos en su parte superior
(puntos de Horner-Trantas).

○ En las regiones tropicales, la afectación


límbica puede ser Intensa.

• La queratopatía es más frecuente en la


variedad límbica y puede adoptar las
siguientes formas:

○ Erosiones epiteliales punteadas asociadas a


capas de moco en la córnea superior.

○ Macroerosiones epiteliales causadas por un mecanismo mixto que conjuga la toxicidad


epitelial por mediadores inflamatorios y el efecto mecánico directo de las papilas.

○ Pueden verse placas y úlceras «en escudo» en la variedad límbica o mixta. Se forman
si la membrana de Bowman expuesta se recubre de moco y fosfato cálcico, por lo que
no se humedece bien y se retrasa su reepitelización. Es una complicación seria que debe
tratarse urgentemente para evitar sobreinfecciones bacterianas.
○ Cicatrices subepiteliales, típicamente grises y ovaladas, que pueden afectar a la visión.
Puede aparecer seudogerontoxón en la forma límbica recurrente. Se caracteriza por una
banda paralímbica de cicatrización superficial que recuerda al arco senil, junto con un
área previamente inflamada del limbo.

○ La vascularización no suele ser importante, aunque es normal cierto crecimiento de


neovasos superficiales periféricos, sobre todo superiormente.

○ El queratocono y otras formas de ectasia corneal son más frecuentes en la QCV, parece
que, en parte, por el frotamiento continuado de los ojos.

○ La queratitis por herpes simple es más frecuente de lo normal, aunque no tanto como
en la queratoconjuntivitis atópica. Puede ser agresiva y a veces bilateral.

• La afectación palpebral suele ser leve, a diferencia de la queratoconjuntivitis atópica.

Tratamiento
Tratamiento sistémico

• Los antihistamínicos orales alivian el prurito,


favorecen el sueño y reducen el frotamiento
nocturno de ojos. Como intervienen otros
mediadores inflamatorios aparte de la
histamina, no siempre son eficaces. Algunos
antihistamínicos (p. ej., loratadina) provocan
relativamente poca somnolencia.

• Pueden administrarse antibióticos (p. ej.,


doxiciclina, 50- 100 mg al día durante 6
semanas; azitromicina, 500 mg diarios
durante 3 días) para mejorar la inflamación
agravada por blefaritis, normalmente en la
QCA.

• Los inmunosupresores (p. ej., corticoides,


ciclosporina, tacrolimús, azatioprina) pueden
ser eficaces a dosis relativamente bajas en
casos de QCA que no respondan a otras
medidas. Pueden requerirse pautas cortas de
corticoides a dosis altas para conseguir un
control rápido en la enfermedad grave. Los
anticuerpos monoclonales contra linfocitos T parecen prometedores para los casos
refractarios.
• Otros tratamientos que podrían ser eficaces son la aspirina en la QCV (hay que evitarla
en niños y adolescentes por el riesgo de síndrome de Reye), la desensibilización
alergénica y la plasmaféresis en pacientes con altos niveles plasmáticos de IgE.

CONJUNTIVITIS POR PARÁSITOS


INFECCIÓN POR ASCARIS LUMBRICOIDES (CONJUNTIVITIS DE
BUTCHER)
Los Ascaris pueden causar un tipo raro de conjuntivitis violenta.
Cuando los carniceros o personas que realizan exámenes post
mortem cortan tejido que contiene Ascaris, el jugo del tejido
puede salpicar accidentalmente el ojo. Ocurre una conjuntivitis
violenta y tóxica, marcada por quemosis extrema y edema de los
párpados.

Tratamiento

El tratamiento consiste en irrigación rápida y abundante del saco conjuntival.

OFTALMOMIASIS
Es la infestación con larvas de mosca. Muchas especies
diferentes pueden producirla. Los tejidos oculares pueden
lesionarse por la transmisión mecánica de los organismos
productores de la enfermedad y por las actividades locales de
las larvas. Éstas son capaces de invadir tejido necrótico o sano.
Muchos individuos se infestan por accidente al ingerir los huevecillos o larvas o por
contaminación de heridas de la piel. Los bebés y niños menores, alcohólicos y pacientes
débiles descuidados son blancos comunes para esta infestación. Las larvas pueden
afectar la superficie ocular, tejidos intraoculares o los orbitarios profundos.

La afectación de la superficie ocular puede ser causada por Musca domestica (la mosca
casera), Fannia sp. (mosca de la letrina) y Oestrus ovis (el moscardón del borrego). Esos
insectos depositan sus huevos en el margen del párpado inferior o canto interno y las
larvas pueden permanecer en la superficie del ojo causando irritación, dolor e hiperemia
conjuntival.

Tratamiento

El tratamiento de la miasis de la superficie ocular es la remoción mecánica de las larvas


después de aplicar anestesia tópica.

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