Un día del verano de 1940 le dijeron a Sugihara que como Lituania había
sido tomada por los Nazis, que cerrara el Consulado y se fuera del país. Y
cuando estaba haciendo las valijas, le informaron que unos judíos lo
querían entrevistar. Sugihara los atendió y escucho un desesperado
pedido. Le suplicaron que los ayudaran a salir del país, sellando las visas
para cruzar al occidente. El cónsul pidió permiso a su país para hacer esto,
pero como no respondían, Sugihara igual empezó a firmar a sellar las visas
para que los judíos puedan salvarse. 9 días después le informan que no
podía hacer eso pero él ya en ese tiempo había salvado 3500 vida judías
entre ellos rabinos y sabios. Cuando vuelve a su país lo despiden y realizó
trabajos menores el resto de su vida.
Murió dos años después de ser declarado un Justo entre las Naciones.
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