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"2018- Año de la Reforma Universitaria”

BILLETE DE CURSO LEGAL 35 AÑOS DE DEMOCRACIA “Raúl


Ricardo Alfonsín, Padre de la democracia argentina”

ARTÍCULO 1º: Se dispone la emisión y puesta en circulación de un billete de curso legal


en conmemoración de los 35 años de la recuperación democrática.

ARTÍCULO 2º: Se establece como requisitos mínimos que en el anverso del billete o en el
reverso figure la imagen del Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, y la inscripción “Raúl Ricardo
Alfonsín, Padre de la democracia argentina”.

ARTÍCULO 3º: El Poder Ejecutivo, a través del área que corresponda, dispondrá los
mecanismos necesarios para hacer efectivos los preceptos de los artículos precedentes

ARTÍCULO 4º: El gasto que demande el cumplimiento de la presente ley será imputado a
la partida presupuestaria correspondiente.

ARTÍCULO 5º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.


"2018- Año de la Reforma Universitaria”

FUNDAMENTOS
Señor Presidente:

El presente proyecto de ley tiene por objeto la conmemoración de los 35 años de la


recuperación democrática con la figura de Raúl Ricardo Alfonsín, quien lideró el gobierno
democrático, que se inició el 10 de diciembre de 1983 hasta el 8 de julio de 1989.

Este cambio de trayectoria política iniciada, representaba no sólo la vuelta a la


democracia, sino el desafío de poner fin al período más cruento de la historia política
argentina y con ello el cierre de la inestabilidad política estructural de Argentina. En efecto
no sólo era volver a construir un pacto de convivencia social sino hacerlo durar, luego de
165 años de sanción de una constitución nacional que se disputó mucho más de lo que se
cumplió. Con la promesa de juzgar y condenar a los comandantes de la Junta Militar que
gobernó el país entre 1976 y 1983, Alfonsín inició un proceso inédito y fundacional de
transformación de la práctica política de los gobiernos democráticos, teniendo como
emblema la democracia para siempre.

En 2019 se cumplirán 10 años de su muerte. Y sin embargo, a 35 años de aquella


transición a la democracia, Raúl Alfonsín sigue siendo el Presidente de este ciclo político
que convoca a la unidad más que a la división, que nombra a todos los partidos y no sólo su
fuerza política. Una presidencia fundacional que abarcó lo que todos los ciudadanos y
dirigentes, más allá de sus partidos, necesitaban poder transitar y construir, el inicio de la
democracia como un logro colectivo en el que todos estuviéramos incluidos.

Raúl Alfonsín representa además al modelo de político profesional propio de las


democracias. Su trayectoria política exhibe el recorrido de un político de origen civil que
conoció las instituciones democráticas desde dentro, pudiendo enseñarla en todos sus
niveles. Así su actividad política se inició formalmente en el año 1950, en el Movimiento
de Intransigencia y Renovación de la Unión Cívica Radical y continuó con diferentes
cargos electivos, como concejal de Chascomús (1954), diputado por la Provincia de Buenos
Aires (1958), diputado nacional (1963), y partidarios como presidente del Comité de la
provincia de Buenos Aires de la UCR (1965).

En 1966 fundó el Movimiento de Renovación y Cambio; y en 1973 fue electo


nuevamente como diputado nacional. En diciembre de 1975 funda la Asamblea Permanente
por los Derechos Humanos (APDH) y manteniendo una constante y persistente defensa de
los derechos humanos comienza a ser la voz política más representativa para la transición
democrática. Ejemplo de ello es su oposición a la acción militar en las Islas Malvinas en
1982. Este recorrido le vale la elección como presidente de la Unión Cívica Radical en
1983, el liderazgo partidario y el liderazgo social que va a culminar en su elección ese
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mismo año como presidente de la Argentina. Su último cargo electivo fue en 2001, cuando
es elegido senador por la provincia de Buenos Aires, cargo al que renuncia al año siguiente.

Entre sus obras de gobierno destacables e imposibles de olvidar se encuentran: la


Creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CO.NA.DE.P.), con
la misión de relevar, documentar y registrar las violaciones a los DD.HH., que serán
presentadas, posteriormente, en el informe de reconocimiento internacional titulado “Nunca
Más”; la anulación de la llamada “ley de autoamnistía”, dictada por el gobierno militar; el
Juicio y condena a militares, a cargo de tribunales civiles. Encaró la Nueva Ley de Defensa
Nacional, promulgando leyes difíciles como las de Obediencia debida y Punto Final, que
permitían contribuir a la estabilidad política y la paz social.

En su compromiso por la paz y la democracia regional, participó en el Acta de


Integración Argentino-Brasileña, en el grupo de Contadora, por la paz en Centroamérica,
ingresó al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y convocó en 1984 a una
Consulta popular no vinculante sobre el diferendo del Canal de Beagle. Así pudo conseguir
el Tratado de Paz y Amistad con Chile.

Trabajó arduamente por la eliminación de la censura, y puso también en marcha


del Plan Nacional de Alfabetización y realización del Congreso Pedagógico Nacional.

Durante su gobierno hubo avances en materia de los derechos civiles con la sanción
de las leyes de Divorcio Vincular y Patria Potestad Compartida. Y buscó fervientemente
mejorar la calidad de las instituciones democráticas a través de la Creación del Consejo
para la Consolidación de la Democracia.

Raúl Alfonsín entendió como nadie el significado de la democracia, y su legado es


haber practicado y enseñado la ética de la política democrática. Su relevancia política e
histórica excede su gobierno, y un ejemplo de ello es haber logrado el Pacto de Olivos de
1993, que dio origen a la reforma constitucional de 1994.

Disponer la emisión y puesta en circulación de un billete de curso legal en


conmemoración de los 35 años de la recuperación democrática con la imagen de Raúl
Alfonsín significa poner en valor la historia política que debe enseñarse y recordarse. Al
igual que como ocurre en las democracias contemporáneas donde la moneda nacional es
utilizada como una de las herramientas clave que permite a los ciudadanos compartir y
aprender de su historia política a través de grandes liderazgos y actores sobresalientes que
proyectan un sentido de Nación compartida y sus procesos políticos fundantes. Liderazgos
que ofrecen docencia en cómo hacer y qué hacer. Es el caso de Australia, Canadá, Chile,
Costa Rica, Estados Unidos, Uruguay, entre otras. No hay razones para que Argentina se
aleje de esa trayectoria ya compartida. Como en otros casos y con próceres y dirigentes
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que tuvieron un lugar destacado en la historia argentina, la emisión de este billete permitirá
que algunas generaciones recuerden, pero lo más importante que las nuevas aprendan.

Por lo expuesto, dado que el 10 de diciembre de 2018 se cumplirán 35 años de la


recuperación democrática, es que solicito a mis pares acompañen con la aprobación del
presente proyecto de ley.

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