Anda di halaman 1dari 8

ANALISIS NARRATOLOGICO DE EL BESO DE LA MUJER ARAÑA. M.

PUIG
El beso de la mujer araña narra la historia de dos seres humanos singulares y diferentes;
Molina una mujer transgénero y, la de Valentín arquitecto intelectual de izquierda. El
escenario ficticio donde Manuel Puig ubica a estos dos personajes es una minúscula
celda de la Argentina de los años ’70.
Esta obra, marcada por su complejidad estructural: el discurso directo y coloquial; la
ausencia aparente de un narrador y la convergencia de multiplicidad de voces,
expresadas en distintos tipos de textos que, irrumpen en la obra desde los géneros
literarios menores, como el cine de los años treinta y cuarenta, los boleros, informes y
acotaciones del autor; evidencian de algún modo el rechazo a la autoridad canónica a
partir de la experimentación constante de Manuel Puig a la hora de contar historias,
como la de estos dos seres humanos.
Entonces a partir de estas características es posible pensar que: ¿la estructura compleja
de El beso de la mujer araña determinada, por la utilización de la categoría tiempo, la
intromisión de diferentes discursos, la polifonía, el estilo directo y coloquial y la
ausencia aparente del narrador, inciden o intervienen a la hora de alcanzar el sentido e
interpretación de la novela? Partiendo de presupuestos teóricos se procurará dar una
respuesta conjetural a esta pregunta, desde algunas de las categorías de la narratología.
La construcción narrativa de la novela El beso de la mujer araña, incluye tanto su
estructura externa como la interna. En cuanto a la estructura externa, la obra está
dividida en dos partes (cada una incluye ocho capítulos). La primer parte concierne a la
permanencia de los dos presos, en una cárcel de Buenos Aires: Molina por corrupción de
menores y Valentín preso político. Además, sitúa al lector ante la relación entre Molina
y Valentín. Puig construye el relato desde la narraciones de películas, en forma de
intertextos narrativos contadas por Molina; la maquinación entre Molina y el director de
la cárcel en contra de Valentín y, el papel de doble espía que se adjudica Molina. La
segunda parte toca temáticamente la evolución en la relación entre ambos personajes
hasta, su culminación en un encuentro sexual. Por ultimo se narra: la liberación de
Molina y su muerte cuando pretende entregar el mensaje político a los compañeros
militantes de Valentín. Al final cuenta un sueño del joven arquitecto después de la tortura
a la que fue sometido sin dar indicios de la supervivencia de este.
La estructura interna de la novela, de El beso de la mujer araña, permite determinar las
categorías de: tiempo y modo que desempeñan el nivel de las relaciones entre historia y
relato, y la categoría de voz que señala las relaciones entre narración y relato y entre
narración e historia (Genette 1989). En la Categoría tiempo. Genette hace referencia al
el orden temporal: “se entiende como la disposición de los acontecimientos en el relato
en relación con su orden de sucesión en la historia” (Genette.1989). En la novela El beso
de la mujer araña, la ordenación de los sucesos concuerdan con el tiempo de la historia:
el presente. Porque como lo expresa Genette (1989): “Las oposiciones temporales,
anacronías narrativas, no desfiguran el orden temporal entre los sucesos relatados y su
ordenación en la historia.” Todorov (1970) sostiene: No hay que creer que la historia
corresponde a un orden cronológico ideal. Basta que haya más de un personaje para
que este orden ideal se aleje notablemente de la historia “natural”. En cuanto a la
duración: este concepto es comprendido por Genette, como la correspondencia que se
establece entre la duración de la historia narrada y la del relato, y esta relación depende
de las asincronías, es decir como se va articulando narrativamente y la cronología interna
de la historia. Puig hace uso de catorce capítulos para narrar diecisiete días, pero solo
utiliza el capitulo quince para narrar otros diecisiete días, por ultimo en el capitulo
dieciséis nos presenta parte de narración, de la que no se puede establecer el tiempo de la
historia. De aquí deriva la necesidad de romper la sucesión “natural" de los
acontecimientos.” La voz narrativa. Describe a la correspondencia entre narración y
relato y entre narración e historia, es decir como se manifiesta el discurso en el relato.
Genette (1989) asegura que, la narración es un sistema diverso y extenso e incluye las
relaciones que actúan entre el acto narrativo, sus protagonistas, la situación espacio-
temporal y su relación con otras situaciones narrativas en el relato. “(…) es decir las
relaciones entre el narrador, su/s narratario/s y la historia que cuenta” (Genette 1989). El
tiempo de la narración se define según su posición relativa respecto a la historia y en El
beso de la mujer araña la narración simultanea, es la que se da en correspondencia con
esta clasificación. (…)-¿Y por qué no dormís? -No sé, Valentín. -Mirá, yo sí tengo un
poco de sueño y me voy a dormir enseguida. Y para que vos agarres el sueño te tengo
una solución. -¿Cuál? -Pensá en la película que me vas a contar.i
Como se ha notado El beso de la mujer araña es en sí una estructura compleja, a ello
debe sumarse la forma que eligió Puig para narrarla, alejarse por completo de la
estructura básica de la novela y a la que cualquier lector está acostumbrado, el de
encontrarse con la existencia de un narrador externo, alguien que cuente los sucesos; ya
que el relato en estilo directo y coloquial, sede a los personajes mismos desde una
característica escénica, la potestad de contar sus propias historias y configurar de ese
modo la diégesis; y para ello recurre a textos de consumo de masas: películas y boleros
para contrastarlos con sus propias historias, y convertirlos en el punto cero para hablar
sobre sus construcciones y deseos. -A ella se le ve que algo raro tiene, que no es una
mujer como todas. Parece muy joven, (…)-¿Y los ojos?ii
Este confluir de voces originados en la inclusión de los intertextos relacionados unos con
otros y, que a partir de los personajes actúan como eje en la novela, enfrenta al lector a
una literatura polifónica. Como lo señala Bajtín (1999): "En nuestro discurso, todos
nuestros enunciados están llenos de las palabras de otros con diferentes grados de
alteridad o de asimilación, diferentes grados de conciencia y de manifestación. Las
palabras del otro, dan su propia expresividad, su propia tonalidad que es asimilada,
elaborada, y acentuada por nosotros" Cuando en la novela los personajes, citan las
palabras de otros, se evidencia inmediatamente su suscripción en un acontecimiento
comunicativo anterior, aquel que se construye con la interacción. Así ambos, ratifican su
presencia en un suceso anterior (lo que Genette denomina evocación) y que en el relato
la reconstruyen o la rescriben, al mismo tiempo, reconstruyen y rescriben la de los otros.
En El beso de la mujer araña el discurso directo, o reformado, consienten imprimir
aquellos enunciados que corresponden al pasado, identificar su autoría y precisar la
intervención de los personajes en ellos; que a su vez solapadamente circunscriben, al
destinatario o lector como interlocutor de esa gran unidad conversacional. Todo el texto,
inclusive las demás voces que irrumpen en el decir de Molina o Valentín, reconstruyen
los actos que componen la secuencialidad de los eventos narrativos. -«Querido, vuelvo
otra vez a conversar contigo... (…) » -¿Qué es eso, Molina? -Un bolero, Mi carta. (…)
Lo que sí perdóname si fui inoportuno. -¿Por qué?-Porque recibiste esa carta y te
quedaste tan caído.iii La Teoría de la Enunciación, permite analizar modos de inscripción
del sujeto en los enunciados y como estos se conforman en manifestaciones de la
polifonía y de la intertextualidad. La dimensión ideológica de la literatura no es extraña a
su naturaleza intertextual: la intertextualidad se convierte, de acuerdo a la visión de
Kristeva (1968), en "índice del modo en que un texto lee la historia y se interesa por
ellaiv"
Los personajes y sus relaciones cobran gran importancia ya que, los protagonistas de El
beso de la mujer araña en toda la obra están íntimamente ligados a la configuración del
texto narrativo; aunque en el inicio esas relaciones están marcadas por una estructuración
binaria opuesta que definen tanto a Molina como a Valentín: deseo/deber,
sentimiento/razón, entre otras; con el transcurrir de la novela y el devenir de los
personajes cada uno de ellos, poco a poco van acercándose e identificándose con las
posiciones del otro. Parafraseando a Todorov, todo personaje se define en la relación que
establece con otro personaje. “Las relaciones, entre personajes, en todo relato, pueden
siempre ser reducidas a un pequeño número y que esta trama de relaciones tiene un papel
fundamental en la estructura de la obra.v” Tododrov (1970). Tomando en cuenta a este
teórico, el deseo, la comunicación y participación son los ejes más importantes; los que
se reflejan en la novela. El deseo se da en todos los personajes, Molina desea ser por
sobre todas las cosas ser mujer: -Sí, (…) las mujeres son lo mejor que hay... yo quiero ser
mujer. (…) porque yo sé lo que me pasa y lo tengo todo clarísimo en la cabeza.vi.
También desea (amor) a Valentín, y este desea poder cambiar la sociedad, seguir su
lucha y que Molina sea quien le ayude: -¿No te gustaría que un día yo también saliera? -
¿De acá? -Sí, libre. -Cómo no me va a gustar... -Entonces me tenés que ayudar.vii, el
director de la cárcel también desea obtener algo: alguna información que Molina podía
obtener de Valentín. La comunicación está presente en toda la novela, cada secreto y
confidencia, cada cosa que va surgiendo en las voces de sus personajes lo permite y,
expresa los deseos últimos de cada uno de ellos. -¿Con quién te identificás?, (…) -Con
Irena, qué te creés. Es la protagonista, pedazo de pavo. Yo siempre con la heroína. (…) -
¿Y vos Valentín, con quién(…) -Reíte. Con el psicoanalista. (…). Por último la
cooperación (va de la mano con el deseo), este eje es el que permite el acercamiento
final de los personajes, el punto en que se funden, Molina accede a ayudarlo, y Valentín
por su parte la hace sentir mujer. -Valentín, ¿ya te dormiste? (…)-Decime. -Tenés que
darme todos los datos... para tus compañeros (…) -Tenés que decirme todo lo que tengo
que hacer. -Bueno.viii -Vos sos la mujer araña, que atrapa a los hombres en su tela.ix
Volviendo al narrador, el cual se ha mencionado antes, ambos personajes se asumen
narradores. Manuel Puig durante el dialogo de Molina y Valentín (aunque la
omnisciencia no desaparece, ya que posee el control total), se corre de la narración por
completo y permite que los personajes mismos sean quienes cuenten la historia; renuncia
a la calidad omnisciente y desde lo objetivo y externo otorga a ambos la potestad narrar,
“La intervención directa de los personajes en el discurso narrativo, su palabra, es, en
realidad, una ilusión: ella también pasa por la alquimia del narrador. Aun en el diálogo
está tan presente éste como aquéllos. La verdad 'oral' de un personaje es una verdad
tamizada por el narrador (Tacca 1973) “(…) como técnica, es decir, como instrumento
fundamental para la visión o exploración de ese mundo.x” “(…) si renunciando a la
mirada omnisciente opta por ver el mundo con los ojos de ellos, la narración gana en
vibración humana.”xi Y continua expresando: “El narrador no decreta, sino que muestra
el mundo como lo ven sus héroes. Distribuye, pues, un caudal de información
equivalente al de éstos.xii” Puig entonces ha optado por lo que Tacca nombra como
punto de vista, y así Molina y Valentín desde su grado de participación, logran
invisibilizar o apartar narrador, aunque nunca ausente, pues siempre habla velado tras sus
personajes y convierte a los protagonistas paulatinamente en los canales fundamentales
del caudal dramático. Tacca (1973) afirma: “Más que el tema mismo de la novela han
pasado a ser fuentes de información, juego de espejos, puestos de observación. Del
narrador, de su manejo de los estilos (directo, indirecto, indirecto libre) depende nuestra
relación de lectores con los personajes”. Pero paralelamente Puig, despliega a un
“narrador editor” aquel que introduce las notas al pie de las páginas, sin disimular su
subjetividad al resumir e interpretar; además al agregar (lo cual se ha mencionado
anteriormente) las conversaciones telefónicas, las películas, cartas, informes judiciales, al
que se suma el monólogo interior de Valentín provocado por la morfina. A esta técnica
Tacca (1973) denomina “autor-transcriptor”, cuya finalidad es la de alcanzar la
credibilidad e imparcialidad de lo que se narra: Como límite de un creciente afán de
objetividad, cuyas etapas serían: a) el autor interviene en el relato con sus juicios u
opiniones; b) el autor desaparece del relato, limitándose a narrar; (…). Además aquí se
debe agregar, la estructura de “caja china” El beso de la mujer araña es, la historia dentro
de la historia, a lo que Tacca (1973): “En fin (si no como la derivación) como la
hipertrofia o más bien la extrapolación de los antiguos relatos 'enmarcados' (los franceses
hablan de 'enchassement' o de 'encar1age') a través de tres modos diferentes: a) una
historia es insertada dentro de otra principal, como en las novelas del Quijote, los cuentos
de Don Segundo Sombra (…)”. Con este recurso Puig, logra otorgarle a la historia
verosimilitud, al acumular y sumar pruebas e indicios de la realidad.
Hasta aquí se han explicado y analizado, a la luz de la narratología alguno de los
elementos que hacen de El beso de la mujer araña, una obra literaria marcada por la
complejidad que, inicialmente originó la pregunta: sí seria motivo para alcanzar o no, lo
que Todorov denomina el sentido y la interpretación de una obra literaria. Para lograr
una respuesta conjetural es necesario recordar como define a estos dos puntos el teórico.
El sentido (o la· función) de un elemento de la obra es su posibilidad de entrar en
correlación con otros elementos de esta obra y con la obra en su totalidad. (…) El
sentido de un monólogo puede ser el de caracterizar un personaje. (Todorov. 1970).
La interpretación de un elemento -de la obra es diferente según la personalidad del
critico y su posición ideológica, y según la época. Para ser interpretado, el elemento es
incluido en un sistema que no es el de la obra sino del crítico.
En El beso de la mujer araña, cada elemento de la obra que Manuel Puig incorpora, es
claramente el reflejo intencional de la experimentación en el relato y la manera en la que
decide desarrollar el discurso literario. Cada uno de los intertextos a los que recurre, son
elementos que aparentemente se suponen aislados pero que, poco a poco van uniéndose
en un todo hasta alcanzar una unidad en el discurso y la historia. Para tener un sentido la
obra debe estar incluida en un sistema superior. Si no se hace esto, hay que confesar,
que la obra carece de sentido: sólo entra en relación consigo misma siendo así un index
sui, se indica a si misma, sin remitir a nada fuera de ella. (Todorov. 1970) Ese sistema
superior con el que se relaciona El beso de la mujer araña, esta marcado por la realidad
histórico-social de la Argentina de los años 70 caracterizada fundamentalmente por la
represión y las relaciones de poder, además de las concepciones de genero, las
construcciones culturales en torno a lo femenino y masculino, las corrientes ideológicas,
la lucha social y la dignidad humana.
Entonces, aun cuando Puig somete al lector a la complejidad, determinada por los
elementos narratológicos expuestos y analizados en este trabajo, logra que todos las
piezas se unan para alcanzar el sentido final, narrar el drama de dos seres humanos
segregados por el poder imperante en la Argentina de los años 70 y “la represión” como
unidad temática de la ficción, pero no de la unidad narrativa al incluir otras historias y
discursos diferentes pero que una vez articulados o unidos alcanzan un sentido total.
En cuanto a la interpretación; como lo expresa Todorov, esta depende de cada sujeto y de
sus propias construcciones, que a su vez responden a su tiempo. La interpretación de El
beso de la mujer araña, sin dudas ha variado según las épocas. La actualidad permite, una
interpretación que va mas allá de las dicotomías que ofrece el relato: opresor/oprimido;
heterosexual/homosexual; arte culto/cultura popular de masas; racionalidad/sensibilidad;
masculino/femenino. La interpretación, esta en plena relación con los constructos del
lector o, del critico. Actualmente leer las líneas siguientes: -Sí, (…) las mujeres son lo
mejor que hay... yo quiero ser mujer. (…) porque yo sé lo que me pasa y lo tengo todo
clarísimo en la cabeza.; no alcanzan la misma interpretación que en 1976.
Finalmente es posible decir que los elementos complejos y aparentemente extra
diegéticos que Manuel Puig, incorpora en la novela, son las que al integrarse en el
sistema que es la obra y, trascender fuera de ella como parte de un sistema mayor,
adquieren finalmente un sentido y permiten una interpretación mas allá del discurso
narrativo y la forma que toma el relato.
BIBLIOGRAFIA
 KRISTEVA, Julia. Problemas de la estructuración del texto., en teoría general. 1968.
Editorial Umbral. Paris. Francia
 TACCA, Oscar. Las voces de la novela. 1973. Editorial Gredos. Barcelona. España.
 TODOROV, Tzvetan. Categorías del relato literario. 1970. Editorial Tiempo
Contemporáneo. S.R.L. Buenos Aires. Argentina.
 PUIG, Manuel. El beso de la mujer araña. 1976. Editorial Seix Barral. Barcelona.
España.

i
El beso de la mujer araña. pág. 35. Puig Manuel.
ii
El beso de la mujer araña. pág. 6. Puig Manuel.
iii
El beso de la mujer araña. pág. 94. Puig Manuel.
iv
Problemas de la estructuración del texto. Pág.305. Kristeva Julia
v
Categorías del relato literario. pág. 12. Todorov Tzvetan.
vi
El beso de la mujer araña. pág. 16. Puig Manuel.
vii
El beso de la mujer araña. pág. 175. Puig Manuel.
viii
El beso de la mujer araña. pág. 183. Puig Manuel.
ix
El beso de la mujer araña. pág. 181. Puig Manuel.
x
Las voces de la novela. Pag. 65 Tacca Oscar..
xi
Las voces de la novela. pág. 38 Tacca Oscar.
XI
as voces de la novela. pág. 77. Tacca Oscar.

Anda mungkin juga menyukai