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, 1 'íimu.

s: La p r o fe cía
r e v o lu c io n a ria . -B enito M i­
lla : R ea lid a d es am erica n a s.
■vi¡inane* Y itiu ales: L a vida y
los lib ros. N otas sob re la n o­
vela n ortea m erica n a . -Etigei!
R elgis: O p tim ism o b io ló g ico .
C erebro e in telig en cia .—Dr.
Juan L a za rte: En torn o al
n uevo lib r o de R. R oton da ro.
El m o v im ie n to o b r e r o o r g a ­
nizado en la R ep ú b lica A r ­
gentina. -J . M. P u y o l: La
r uta sin fin. N ov ela fan tá stica
y rea l.—C a rlos M. R am a: El
ultim o lib r o de B ertran d
R ussell.— M aría L ó c e n la de
■Mo.ura: ¿ T ie n e sex o la in te li­
gencia? L a s dos g ra n d es r a ­
zas socia les. -Dr. P ed ro Vn-
1|lina: U n cin a ria sis. — T o n y
Libsun: El n iñ o rebelde.
I go F e d e li: B ib lio g r a fía de
p u b lica cion es an arqu ista s en
lengua italian a. - B joern son
"jo crn slcrn t* : P oeta s de a y er
y de h oy. El A rb ol. La P a sto­
ra. Fi i t z lJi u p b a ch er: M arx
y B akun ín fo lle tó n en cu a-
«loi na ble).— \ u e s lr a portada :
"La v ic to r ia de S a m oth race».

(£ e i ú i t a Q tT ie n a iu il
Ayuntamiento de Madrid
“ /¿ a ^ i c l ó t i c i d e o S a n m lljt a c e ”
En e s c u ltu ra , co m o en a rq u ite c tu ra , las escuelas asiáticas p re d o m i­
nan so b re las restantes. A l p a re c e r, los maestros d e l s ig lo IV a g o ta ro n
to d a la ga m a d e las exp re sio n e s. Y p o r lo ta n to sus sucesores h e lé nico s
s u p ie ro n e n c o n tra r nuevos acentos y aun a c a b a r d e c ie rta m anera la
e v o lu c ió n e m p e z a d o p o r a q u e llo s maestros.
B a jo la in flu e n c ia d e la lite ra tu ra e ró tic a las estatuas d e los dioses
v a n a ce rcá n d o se al h u m a n ism o . Los v ie jo s dioses, más q u e v ie jo s d e v ie
nen d e c ré p ito s . La e sc u ltu ra va p e rd ie n d o s e v e rid a d en aras d e la
g ra c ia y a rm o n ía hum anas. Las diosas e m p ie z a n a re in a r so b re los dioses,
la sonrisa so b re e l ce ñ o y el ric tu s . Y e n tre estas diosas, la musa po-
e x ce le n cia d e los p o e ta s d e la p ie d ra e s c u lp id a es V e n u s A fr o d ita . Exis­
te n in fin id a d d e venus q u e son lo g ra d a s m a ra v illa s d e l m a g n ífic o a rte
d e la e s ta tu a ria . De a q u e lla so c ie d a d g a la n te es te s tig o la « V ic to ir e d e
S a m o th ra c e » q u e se p u e d e c o n te m p la r en el L c u v re , y q u e según la
tra d ic ió n fu é e s c u lp id a en co n m e m o ra c ió n d e una v ic to ria naval h e lé n ic a .
R e p re s e n ta esta o b ra una c ie rta tra n s ic ió n e n tre el s ig lo IV y la
é p o c a h e lé n ic a p ro p ia m e n te d ic h a . La e sta tu a , d e m ayor ta m a ñ o q u e
el n a tu ra l, p riv a d o e l c u e rp o d e ca b e za , p a re ce rem o n ta rse en v u e lo
m a g n ífic a m e n te con las alas a b ie rta s y la tú n ic a a zo ta d a p o r la brisa
m a rin a . P arece a rre b a ta d a p o r un b río fo g o s o q u e c o n tra sta , p o r e je m ­
p lo , con la « V ic to ria d e P a co n io s» . D e una a o tra se p e rc ib e e l tre c h o
re c o rrid o en la e v o lu c ió n d e este a rte . Se a trib u y e la o b ra a un n a tiv o
de la isla d e R odas.

LA PENSÉE (HINOISE ET SON ROLE


DANS

LA GRANDE SYNTHÉSE HUMAINE


REVISTA MENSUAL
por Paul G IL L E DE SOCIOLOGIA. CIENCIA
Se tra ta d e un b re v e e s tu d io d e p sico ­ Y LITERATURA
Comisión de Redacción: José
lo g ía , en d o n d e , d e una m a n e ra clara
Peirats, Juan Ferrer, Federica
y concisa, q u e d a re fle ja d o e l fo n d o m o­ Montseny.
ra l q u e ha c a ra c te riz a d o , d e sd e los tie m ­ Adm inistrador: P. M ontseny, 4,
pos más re m o to s, la filo s o fía d e los p e n ­ rué B elfort, TOULOUSE (Haute-
Garonne).
sadores chinos. Es u n a e x c o s ic ió n o b je ­
Precios de suscripción: Francia,
tiv a q u e ha d e in te re s a r a to d o a q u e l 204 francos trimestre; Exterior,
q u e se c o m p la zca en e s tu d ia r la e v o lu ­ 240 francos.
ció n d e l p e n s a m ie n to é tic o al través d e Número suelto, 80 francos.
Paqueteros. 15 por 100 de des­
los tie m p o s y d e los p u e b lo s . cuento a partir de cinco ejem ­
Este o p ú s c u lo , in c lu id o s gastos d e e n ­ plares.
v ío , se sirve a 6 0 fra n co s. P e d id o s a Giros: «CN T», hebdomadaire.
« C E N IT » . 4, rué B e lfo r t, T oulouse C.C.P. 1197-21, 4, rué Belfort,
TOULOUSE (Haute-Garonne).
(H a u te -G a ro n n e ).

Ayuntamiento de Madrid
¡«VISTA O í S O C I O I O G I A . C iíM C JA Y LITERATURA
A ño lli T o u lo u se , O c tu b re 1 9 5 3 N .° 3 4

I.A P R O Í Í C I A V \ N 'V W *«'W »/^ > V

KEVOIUCIONAKIA »^VVW*VVVVW *VVV<

A profecía de Marx también es revolucionaria mente, se distingue de la naturaleza porque la transforma


en su principio. Encontrando su origen la por los medios de la voluntad, de la ciencia y de la pa­
realidad humana en las relaciones de produc- sión. Marx no es, pues, un materialista puro, por la eviden­
ducción, el devenir histórico es revoluciona­ te razón de que no existe el materialismo puro ni absoluto.
rio porque la economía lo es. En cada nivel Llega a serlo tan poco, que reconoce que si las armas ha­
de la producción la economía suscita los an­ cen triunfar la teoría, la teoría puede también suscitar las
tagonismos que destruyen, en provecho de armas. La posición de Marx podría llamarse con más jus-
^ j[j. un nivel superior de producción, la sociedad teza un determínismo histórico. El no niega el pensamien­
correspondiente. El capitalismo es el último to, lo supone absolutamente determinado por la realidad
de estos estadios de producción porque produce las condi­ exterior. «Para mí, el movimiento del pensameinto sólo es
ciones en las que todo antagonismo será resuelto y en las la reflexión del movimiento real, transportado y transpuesto
que no existirá más economía. Ese día nuestra historia pa­ en el cerebro del hombre». Esta definición particularmente
sará a ser prehistoria. Bajo otra perspectiva, este esquema grosera carece de sentido. ¿Cómo y por quién un movi­
es también el de Hegel. La dialéctica es considerada bajo miento exterior puede ser «transportado en el cerebro»?
el ángulo de la producción y del trabajo, y en vez de serlo Esta dificultad no es nada al lado de la que consiste en
bajo elángulo del espíritu. Marx no habló nur.ca de ma­ definir la «transposición» de ese movimiento. Pero Marx
terialismo dialéctico. D ejó a sus herederos el cuidado de poseía la corta filosofía de su siglo. Cuanto él quiere decir
glorificar ese monstruo lógico. Pero dijo al mismo tiempo se puede definir sobre otros planos.
que la realidad es dialéctica y también económica. La rea­ Para él, el hombre sólo es historia y, particularmente,
lidad es un perpetuo devenir, puntuado por el choque fe­ historia de los medios de producción. Marx acentúa, en
cundo de antagonismos, siempre resueltos en una síntesis efecto, que el hombre se distingue del animal porque pro­
superior que, a su vez, suscita su contrario y hace avanzar duce los medios para su subsistencia. Si no se alimenta pre­
de nuevo la historia. Esto que Hegel afirmaba de la reali­ viamente, si no se viste ni se abriga, no existe. Este priman
dad en marcha hacia el espíritu, Marx lo afirma de la eco­ vivere es su primera determinación. Lo poco que piensa en
nomía en marcha hacia la sociedad sin clases; toda cosa es ese momento está en relación directa con esas necesidades
a la vez ella misma y su contrario, y esta contradicción la inevitables. Marx demuestra en seguida que esta depen­
obliga a convertirse en otra cosa. El capitalismo, porque dencia es constante y necesaria. «L a historia de la indus­
es burgués, se revela revolucionario y prepara el terreno tria es el libro abierto de las facultades esenciales del hom­
del comunismo. bre». Su generalización personal consistirá en extraer de esa
La originalidad de Marx es la de afirmar que la historia, afirmación, en suma aceptable, que la dependencia eco­
al mismo tiempo que es dialéctica, es economía. Hegel, más nómica es única y suficiente, lo que está por demostrar.
soberano, afirmaba que ella era a la vez materia y espíritu. Se puede aceptar que la determinación económica juega
No podía, desde luego, ser materia nada más que en la un papel capital en la génesis de las acciones y los pen­
medida en que era espíritu, y a la inversa. Marx niega el samientos humanos sin concluir, por ello, com o lo hace
espíritu com o substancia última y afirma el materialismo Marx, que la insurrección de los alemanes contra Napo­
histórico. Se puede señalar en seguida, con Berdiaeff, la león se explica solamente por la penuria de azúcar y café.
imposibilidad de conciliar la dialéctica y el materialismo. En conclusión, el determinismo puro también es absurdo.
Sólo puede haber dialéctica del pensamiento. Pero el ma­ Si no lo fuera, bastaría una sola afirmación verdadera para
terialismo en sí es una noción ambigua. Hasta para for­ que, de consecuencia en consecuencia, se llegara a la ver­
mar esta palabra hay que decir que en el mundo existe dad entera. Com o esto no es así, o bien nosotros no hemos
algo más que la materia. Con más justa razón, esta crítica formulado jamás una afirmación verdadera, incluso la asen­
se aplicará al materialismo histórico, ha historia, precisa­ tada por el determinismo, o bien nos sucede que decimos

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la verdad, pero sin consecuencias, y el determinismo es fal­ económica de la historia que Marx emprende. Si se puede
so. Sin embargo Marx tenía sus razones, extrañas a la pura demostrar de inmediato que es suficiente para explicar el
lógica, para proceder a una simplificación tan arbitraria. pasado y el porvenir del hombre, los principios serán des­
Situar en la misma raíz del hombre la determinación eco­ truidos para siempre al mismo tiempo que la sociedad que
nómica es resumirlo a sus relaciones sociales. Que no exis­ los sustenta. Tal será la empresa de Marx.
te el hombre solitario es el incontestable descubrimiento El hombre nació con la producción y con la sociedad. La
del siglo XIX. Una deducción arbitraria conduce entonces desigualdad de las tierras, el perfeccionamiento más o me­
a decir que el hombre sólo se siente solitario en la sociedad nos rápido de los medios de producción, la lucha por la
por razones sociales. Si, en efecto, el espíritu solitario debe vida han creado rápidamente desigualdades sociales que han
ser explicado por alguna cosa aparte del mismo hombre, cristalizado en antagonismos entre la producción y la dis­
está entonces en el camino de una trascendencia. Lo social, tribución: en luchas de clases. Estas luchas y estos antago­
por el contrario, sólo tiene al hombre por autor; si, ade­ nismos son los motores de la historia. La esclavitud antigua,
más, se puede afirmar que lo social es al mismo tiempo el la servidumbre feudal, han sido las etapas de una larga ruta
creador del hombre, se cree tener la explicación total que que conduce hasta el artesanado de los siglos clásicos don­
permite expulsar la trascendencia. El hombre es entonces, de el productor es dueño de los medios de producción. En
com o quiere Marx, «autor y actor de su propia historia». aquel momento, la apertura de rutas mundiales y el des­
La profecía de Marx es revolucionaria porque termina el cubrimiento de nuevos mercados exigen una producción me­
movimiento de negación comenzado por la filosofía de las nos provincial. La contradicción entre el modo de produc­
luces. Los Jacobinos destruyen la trascendencia de un dios ción y las nuevas necesidades de la distribución anuncia ya
personal, pero la reemplazan por la trascendencia de los el fin del régimen de la pequeña producción agrícola e in­
principios. Marx funda el ateísmo contemporáneo destruyen­ dustrial. La revolución industrial, la invención del vapor, la
do también la trascendencia de los principios. La fe es competencia por los mercados terminan necesariamente en
reemplazada en 1789 por la razón. Pero esta razón, por su la expropiación de los pequeños propietarios y en la cons­
fijeza, es a su vez trascendente. Más radicalmente que He­ titución de grandes manufacturas. Los medios de producción
gel, Marx destruye la trascendencia de la razón y la pre­ se centralizan en manos de los que han podido comprarlos;
cipita en la historia. Antes de ellos, era reguladora; hela los verdaderos productores, los trabajadores, no disponen
aquí conquistadora. Marx va más lejos que Hegel y apa­ más que de la fuerza de sus. brazos que pueden vender
renta considerarlo com o un idealista (lo cual no es, cuando al hombre de dinero. El capitalismo burgués se define así
menos de la misma manera que Marx no es materialista) por la separación del productor de los medios de produc­
en la medida, precisamente, donde el reino del espíritu res­ ción. D e este antagonismo va a salir una serie de conse­
tituye de una cierta manera un valor supra-histórico. El cuencias ineluctables que permiten a Marx anunciar el final
Capital vuelve a tomar la dialéctica de señorío y servidum­ de los antagonismos sociales.
bre, pero reemplaza la conciencia de sí por la autonomía A primera vista, notémoslo de inmediato, no hay razón
económica, el reino final del espíritu absoluto por el comu­ para que el principio firmemente establecido de una lucha
nismo. «El ateísmo es el humanismo mediatizado por la dialéctica de las clases cese de un golpe de ser verdadera.
supresión de la religión;' el comunismo es el humanismo O es siempre verdad o no lo fué jamás. Marx asegura que
mediatizado por la supresión de la propiedad privada.» La n o existirán más las clases después de la revolución como
alienación religiosa tiene el mismo origen que la alienación no hubo órdenes después de 1789. Pero las órdenes han des­
económica. No se termina con la religión si no es realizando aparecido sin que desaparecieran las clases, y nada asegura
la libertad absoluta del hombre respecto de sus determi­ que las clases no cederán el sitio a cualquier otro antago­
naciones materiales. La revolución se identifica al ateísmo nismo social. Sin embargo lo esencial de la profecía mar-
y ai reino del hombre. xista está contenido en esa afirmación.
He aquí por qué Marx se ve obligado a poner el acento Se conoce el esquema marxista. Marx, después de Adam
sobre la determinación económica y social. Su esfuerzo más Smith y Ricardo, define el valor de toda mercancía por la
fecundo ha sido descubrir la realidad que se esconde detrás cantidad de trabajo que la produce. La cantidad de trabajo
de los valores formales de los que hacía ostentación la bur­ vendido por el proletario al capitalista es ella misma una
guesía de su tiempo. Su teoría de la mixtificación es válida mercancía cuyo valor será definido por la cantidad de tra­
aún porque vale universalmente, es cierto, y se aplica tam­ bajo que la produce, es decir, por el valor de los bienes
bién a las mixtificaciones revolucionarias. La libertad que de consumición necesarios a su subsistencia. El capitalista,
soñara Thiers era una libertad de privilegio consolidada por comprando esta mercancía, se compromete a pagarla su­
la policía; la familia exaltada por los diarios conservadores ficientemente para que el que la vende, el trabajador, pue­
se mantenía en un estado social donde mujeres y hombres da alimentarse y reproducirse. Pero recibe también al mis­
eran descendidos a la mina medio desnudos, atados a la m o tiempo el derecho de hacer trabajar a este último todo
misma soga; la moral prosperaba a costa de la prostitución el tiempo que pueda.. Puede hacerlo mucho más tiempo del
obrera. Que las exigencias de la honestidad y de la inteli­ que es necesario para pagar su subsistencia. En una jomada
gencia hayan sido colonizadas para fines egoístas por la hipo­ de doce horas, si la mitad es suficiente para producir el
cresía de una sociedad mediocre y cupida, es una desgracia equivalente de los productos de subsistencia, las otras seis
que Marx, incomparablemente, denunció con una fuerza des­ horas no pagadas, una plus-valía que constituye el benefi­
conocida antes de él. Esta denuncia indignada comportó cio propio del capitalista. El interés del capitalista es el
otros excesos que exigen otra denuncia. Pero hace falta, an­ de •alargar al máximo las horas de trabajo o, cuando no
tes, antes que nada, saber, y decir, dónde nació, en la san­ lo puede conseguir, acrecentar lo más posible el rendimien­
gre de la insurrección aplastada en 1834 en Lyon y, en to del obrero. La primera exigencia es cuestión de policía
1871, en la innoble crueldad de los moralistas de Versalles. y de crueldad. La segunda de organización del trabajo. Con­
«El hombre que no posee nada no es nada hoy». Si esta duce en principio a la división del trabajo, en seguida a la
afirmación es falsa, ciertamente, era casi verdadera en la utilización de la máquina, que deshumaniza al obrero. Por
sociedad optimista del siglo XIX. La decencia extrema pro­ otro lado, la competencia por los mercados exteriores, la
ducida por la economía de la prosperidad debía forzar a necesidad de inversiones cada vez mayores en nuevo mate­
Marx a otorgar la primera plaza a los asuntos sociales y rial, producen los fenómenos de concentración y de acumu­
económicos y a exaltar todavía más su profecía del reino lación. Los pequeños capitalistas son primeramente absorbi­
del hombre. dos por los grandes que pueden mantener, por ejemplo, pre­
Se comprende entonces mejor la explicación puramente cios deficitarios durante un tiempo más largo. Una parte

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cada vez mayor de los beneficios es finalmente invertida en


bres, si debe servir para el bienestar de la humanidad en­
nuevas máquinas y acumulada en la parte estable del ca­
tera. El progreso se parece «a este horrible dios pagano
pital Este doble movimiento precipita primero la ruina de
que únicamente quería libar el néctar en el cráneo de los
las clases medias, transformadas en proletariado, y concentra
enemigos muertos». Por lo menos se trata del progreso que
después, en manos cada vez menos numerosas, las riquezas
cesara de ser torturante, tras el apocalipsis industrial, en el
producidas únicamente por los proletarios. Así crece siem­
día de la reconciliación.
pre más el proletariado a medida que aumenta su despojo,
Pero si el proletariado no puede evitar esta revolución ni
t i capital termina concentrándose en las manos de unos
el entrar en posesión de los medios de producción, ¿sabrá,
cuantos amos cuyo creciente poder está basado en el robo.
cuando menos, hacer uso de ello para el bien de todos?
Agitados por las crisis sucesivas, desbordados por las con­
¿Donde está la garantía que nos permita creer que en
tradicciones. del sistema, estos amos acaban por no poder
asegurar siquiera la subsistencia de sus esclavos, que de­ su mismo seno no surgirán desórdenes, clases y antagonis­
mos. La garantía está en Hegel. El proletariado está obli­
penden entonces de la caridad oficial o privada. Un día lle­
gado a utilizar su riqueza para el bien universal. No es el
ga, fatalmente, en el que un inmenso ejército de esclavos
oprimidos se encuentra en presencia de un puñado de amos proletariado sino lo universal oponiéndose a lo particular,
es decir, al capitalismo. El antagonismo del capital y el
indignos. Este es el día de la revolución. «La ruina de la
proletariado es la última fase de la lucha entre lo singular
burguesía y Ja victoria del proletariado son igualmente in­
evitables». y lo universal, tal y com o anima la tragedia histórica del
Esta descripción, hoy en día célebre, no da cuenta toda­ 3m0 esclavo. Al término del esquema ideal trazado
por Marx, el proletariado ha englobado previamente todas
vía del fanal de los antagonismos. Después de la victoria del
las clases y no ha dejado, al margen de él mismo, más que a
proletariado, la lucha por la vida podría jugar y hacer na­
un puñado de amos, representantes del «crimen notorio»
cer antagonismos nuevos. D os nociones intervienen enton­
que la revolución, justamente, destruirá. Además, el capita­
ces, una de las cuales es económica, la identidad del des­
arrollo de la producción y el de la sociedad, y la otra pu­ lismo, despojando hasta el extremo al proletariado, lo sus­
trae poco a p oco a todas las determinaciones que podían
ramente sistemática, la misión del proletariado. Estas dos
separarlo del resto de los hombres. No posee nada, ni pro­
nociones se unen en lo que pudiéramos llamar el fatalismo
activo de Marx. piedad, ni patria, ni moral. Sólo se siente unido entonces a
Ja especie de la que es el representante desnudo e implaca­
La misma evolución económica, que en efecto concentra
ble. Afirmándose él mismo, afirma todo y a todos. No por­
el capital en un reducido número de manos, hace más
que los proletarios sean dioses, sino porque son reducidos
cruel el antagonismo y, hasta cierto punto, más irreal. Pa­
a la condición más inhumana. «Sólo los proletarios excluidos
rece ser que en el punto más alto del desarrollo de las
totalmente de esta afirmación de su personalidad son capa­
fuerzas productoras, bastaría un ligero movimiento para que
ces de realizar la completa afirmación de sí mismos».
el proletariado se encuentre solo en posesión de los medios
de producción, ya sustraídos a la propiedad privada y con­ j j f m ’s‘° n del proletariado: hacer surgir la suprema
dignidad de la suprema humillación. Por sus dolores y sus
centrados en una enorme masa, desde entonces común. La
luchas se convierte en el Cristo humano que rescata el pe­
propiedad privada, cuando está concentrada en manos de
cado colectivo de la alienación. Es, en principio, el por­
un solo propietario, se separa solamente de la propiedad
tador innombrable de la negación total y él heraldo de la
colectiva por la existencia de un solo hombre. El resultado
afirmación definitiva inmediatamente. «La filosofía no pue­
inevitable del capitalismo privado es una especie de capi­
de realizarse sin la desaparición del proletariado, el prole­
talismo de Estado que bastará ponerlo de inmediato al ser­
tariado no se puede liberar sin la realización de la filosofía»;
vicio de la comunidad para que nazca una sociedad en la
todavía más: «El proletariado sólo puede existir sobre el
que el capital y el trabajo, confundidos, producirán, en un
mismo movimiento, justicia y abundancia. plano de la historia mundial... La acción comunista sólo pue­
de existir en tanto que realidad histórica planetaria». Pero
Considerando esta salida feliz, es por lo que Marx exal­
este Cristo es al mismo tiempo vengador. Ejecuta, según
tó siempre el cometido revolucionario que asume, incons­
Marx, el juicio que la propiedad privada emprende contra
cientemente, desde luego, la burguesía. El habló de un
ella misma. «Todas las casas de nuestros días están mar­
«derecho histórico» del capitalismo, fuente de progreso a la
cadas con una misteriosa cruz roja. Eí juez, es la Historia,
vez que de miseria. La misión histórica y la justificación
el ejecutor de la sentencia es el proletario.» Así se hace in­
del capital, según su manera de ver, son las de preparar
evitable el cumplimiento. Las crisis sucederán a las crisis (1),
las condiciones de un m odo de producción superior. Este
Ja indigencia del proletariado se ahondará, su número se
modo de producción no es en sí mismo revolucionario; será
extenderá hasta la crisis universal en la cual desaparecerá
solamente el corolario de la revolución. Solas, las bases de
el mundo del cambio y la historia, por una violencia su­
la producción burguesa son revolucionarias. Cuando Marx
prema, cesará de ser violenta. El reino de los fines será es­
afirma que la humanidad se plantea únicamente enigmas tablecido.
que ella misma puede resolver, muestra al mismo tiempo
Se comprende que este fatalismo haya podido ser empujado
que la solución del problema revolucionario se encuentra
(como sucedió con el pensamiento hegeliano) hasta una es­
en germen en el mismo sistema capitalista. Por eso reco­
pecie de quietismo político por ciertos marxistas como Kauts-
mienda sufrir el estado burgués, e incluso ayudar a cons­
ky, para el cual existía igualmente la posibilidad para los
truirlo, antes que retornar a un sistema de producción me­
proletarios de hacer la revolución com o para los burgueses
nos industrializado. Los «proletarios pueden y deben acep­
impedirla. Incluso Lenin, que debía escoger el aspecto acti-
tar ja revolución burguesa com o una condición de la revo­
lución obrera». vista de la doctrina, escribía en 1905, en un estilo de ex­
comunión: «Es un pensamiento reaccionario buscar el bien­
Marx es así el profeta de la producción y podemos per­
estar de la clase obrera de otra manera que por el desarro­
mitirnos pensar que a partir de ese punto preciso ha hecho
llo masivo del capitalismo». La naturaleza económica, se­
pasar el sistema antes que la realidad. Nunca cesó de defen­
gún Marx, no procede a saltos, ni hay que obligarla a que­
der a Ricardo, economista del capitalismo manehesteriano,
mar las etapas. Es absolutamente falso afirmar que los so-
contra los que le acusaban de querer la producción por sí
cialistas reformistas siguiendo siendo Heles a Marx en esto.
misma. («¡Con justa razón!», exclama Marx) y de quererla
El fatalismo, por el contrario, excluye todas las reformas
además sin preocuparse de los hombres. «Ese es justamen­
en la medida que ellas podrían atenuar el aspecto catas­
te su mérito», responde Marx, con la misma desenvoltura
trófico de la evolución y, consecuentemente, retrasar el des­
que Hegel. Qué importa, en efecto, el sacrificio de los hom­
enlace inevitable. La lógica de semejante actitud buscaría

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la aprobación de cuanto puede aumentar la miseria obrera. porvenir. Identifica entonces el porvenir con la moral; el
N o hay que darle nada al obrero para que pueda un día único valor es lo que sirve al porvenir. Por eso ha sido
conseguirlo todo. casi siempre sometedora y autoritaria. Marx, com o utopista,
Esto no impide que Marx sintiera el peligro de tal quie­ no difiere de sus terribles predecesores, y una parte de su
tismo. El poder no se espera o se espera indefinidamente. enseñanza justifica a sus sucesores.
Llega un día en que hay que tomarlo y ese es el día que Ciertamente han existido razones para insistir sobre la
queda envuelto en una claridad dudosa para todo lector de exigencia ética que está en el fondo del anhelo marxista.
Marx. En este punto no cesó de contradecirse. Notó que Hay que decir, justamente, antes de examinar el fracaso
la sociedad estaba «históricamente obligada a pasar por la del marxismo, qué es lo que constituye la grandeza ver­
dictadura proletaria». En cuanto al carácter de esta dic­ dadera de Marx. Situó el trabajo, su desgracia injusta y
tadura, sus definiciones son contradictarias. Es seguro que profunda dignidad, en el centro de su reflexión. Se levantó
condenó el Estado en términos claros, diciendo que su exis­ contra la reducción del trabajo a mera mercancía y el tra­
tencia y la de la servidumbre son inseparables. Pero protes­ bajad r a un objeto. Recordó a los privilegiados que sus
tó contra la observación, m uy juiciosa, de Bakunin, que en­ privilegios n '' eran divinos, ni la propiedad un derecho
contraba la noción de una dictadura provisional contraria eterno. Turbó la conciencia a los que carecían del derecho
a cuanto se sabía de la naturaleza humana. Marx pensaba, de conservarla en paz y denunció, con sin igual profundi­
es cierto que las verdades dialécticas eran superiores a la dad, a una clase cuyo crimen no es tanto el haber deten­
verdad psicológica. ¿Que decía la dialéctica? -«Que la abo­ tado el poder, com o haberlo utilizado para los fines de una
lición del Estado sólo tiene sentido entre los comunistas, sociedad mediocre y sin nobleza. Le debemos esta idea
como un resultado necesario de la supresión de las clases que provoca la desesperación de nuestro tiempo— pero aquí
cuya desaparición comporta automáticamente la desaparición la desesperación vale más que cualquier esperanza—que
de la necesidad de un poder organizado de una clase para cuando el trabajo es una desgracia, él no es la vida aunque
la opresión de la otra.» Según la fórmula consagrada, el cubia todo el tiempo de la vida. ¿Quién, a pesar de las
gobierno de las personas cedía el sitio a la administración pretensiones de esta sociedad, puede dormir en paz sabien­
de las cosas. La dialéctica era, pues, formal y no justifica­ d o desde ahora que alimenta sus diversiones mediocres
ba al Estado proletario nada más que por el tiempo en el con el producto del trabajo de millones de almas muer­
cual la clase burguesa debería ser destruida o integrada. tas? Exigiendo para el trabajador la verdadera riqueza, que
Pero la profecía y el fatalismo autorizan, por desgracia, no es la del dinero, sino la de la satisfacción o de la crea­
otras interpretaciones. Si es seguro que el reino debe lle­ ción, él reclamó, a despecho de las apariencias, la calidad
gar, ¿qué importan los años? La desgracia nunca es pro­ de hombre. Puede decirse con fuerza que él no quiso la
visional para el que no cree en el porvenir. Pero cien años degiadación suplementaria que en su nombre se ha im­
de dolor son fugitivos para quien anuncia, para el año cien­ puesto al hombre. Una frase de él, clara y cortante por
to uno, el advenimiento del mundo feliz. En la perspectiva una vez, les niega para siempre a sus discípulos triunfan­
de la profecía, nada cuenta. D e cualquier manera, desapa­ tes la grandeza y la humanidad que eran las suyas: «Un
recida la clase burguesa, el proletariado establece el reino fin que tiene necesidad de medios injustos no es un fin
del hombre universal en la cúspide de la producción, por justo».
la lógica misma del desarrollo productivo. ¿Qué importa Pero la tragedia de Nieztsche vuelve a encontrarse aquí.
que esto se haga por la dictadura y la violencia? En es.» La ambición, la profecía, son generosas y universales. La
Jerusalén rumosa de máquinas, ¿quién se acordará del grito doctrina era restrictiva y cualquier reducción de cualquier
de los degollados? valor solamente a la historia autorizaba las más extremas
La edad de oro diferida para el fin de la historia y coin­ consecuencias. Marx creyó que los fines de la historia, al
cidiendo, por doble atracción, con un apocalipsis, lo justifica menos, se revelarían morales y racionales. Esa es su uto­
todo. Hay que meditar sobre la prodigiosa ambición del pía. Pero la utopía, como muy bien lo sabía él, tiene por
marxismo, valorar su desmesurada prédica, para compren­ destino servir al cinismo con el cual él no quería saber
der que semejante esperanza obliga a descuidar problemas nada. Marx destruye toda trascendencia y después realiza
que aparecen entonces com o secundarios. «El comunismo en él mismo el pasaje del hecho al deber. Pero este deber sólo
tanto que apropiación real de la esencia humana por el tiene principio en el hecho. La reivindicación de justicia
hombre y para el hombre, en tanto que retomo del hom­ conduce a la injusticia si no se fundamenta primeramente
bre a sí mismo a título de hombre social, es decir, de en una justificación ética de la justicia. A falta de eso, el
hombre humano, retomo completo, consciente y que con­ crimen también, un buen día, se convierte en deber. Cuan­
serva todas las riquezas del movimiento interior, este c o ­ do el mal y el bien son reintegrados en el tiempo, confun­
munismo, siendo un naturalismo acabado, coincide con el didos con los acontecimientos, nada es ya bueno o malo,
humanismo: es el fin verdadero de la querella entre el sino prematuro o caduco. ¿Quién decidirá sobre la opor­
hombre y la naturaleza y entre el hombre y el hombre... tunidad, sino el oportunista? Más tarde, dicen los discípu­
entre la esencia y la existencia, entre la objetivación y la los, podréis juzgar. Pero las víctimas ya no estarán allí para
afirmación de sí mismo, entre la libertad y la necesidad, juzgar. Para la víctima, el presente es el mayor valor y la
entre el individuo y la especie. Resuelve el misterio de la rebelión la única acción. El mesianismo, para realizarse,
historia y sabe, además, que lo resuelve.» Sólo el lenguaje debe edificarse contra las víctimas. Es posible que Marx no
pretende ser aquí científico. En el fondo, ¿qué diferencia lo haya querido, pero es su responsabilidad la que hay que
existe con Fourier, que anuncia «los desiertos fertilizados, examinar: El justifica, en nombre de la revolución, la lucha
el agua de mar potable, y sabiendo a violetas, la prima­ desde ahora sangrienta contra todas las formas de la re­
vera eterna...»? La eterna primavera de los hombres se nos belión.
anuncia en un lenguaje encíclico. ¿Qué puede querer y es­ A íb e rf CAM US
perar el hombre, el hombre sin dios, sino el reino del hom­
bre? Esto explica el éxtasis de los discípulos. «En una so­ (Traducción de B. MILLA.
ciedad sin angustia es fácil ignorar la muerte», dice uno (D e «L ’Homme Revolté», Albert Camus. Ed. Gallimard.
de ellos. Sin embargo, y esto es la verdadera condenación París).
de nuestra sociedad, la angustia de la muerte es un lujo
que afecta mucho más al ocioso que al trabajador, asfixiado
por su propia tarea. Pero todo socialismo es utópico, y pri­ (1) Cada diez u once años, según la previsión de Marx.
meramente el científico. La utopía sustituye a Dios por el Pero la periodicidad de los ciclos «se acortará gradualmente».

Ayuntamiento de Madrid
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CENIT 1033

R ealidades

A m erica n a s
ú ltim o sa n g r ie n to su ceso q u e v iv ió E u­ segú n los países. P e ro es p re d o m in a n te en B o liv ia y
rop a h a v ita liza d o el in terés p o r A m é­ P e r ú y m u y im p orta n te en C e n tro a m é rica y M éxico.
rica . P e r o A m é r ic a a p a rece c o n tra d ic ­ L a A r g e n tin a d e s lu m b ra c o n u n a s cu a n ta s ciu d a ­
to r ia y d escon certa n te. Y lo es, en des d e p r im e r ord en , p e r o en v a sta s zon a s de la
efecto, p u es está co m p u e sto de r e a lid a ­ R e p ú b lic a d o m in a n co n d icio n e s de v id a m u y la m en ­
des d iv e rsa s y n o pu ed e tom a rse en b lo ­ tables. B u en os A ire s es u n a ciu d ad in m en sa rodeada
que. E l e r r o r c o m ie n z a cu a n d o se q u ie­ p o r u n c in tu r ó n d e r a n ch e río s con stru id os c o n tablas
re in te g ra r en un c o n ju n to im p osib le a y la tas de todas clases, en los q u e p r o life r a n la s upa-
tod os lo s pu eblos a m e rica n o s , o lv id a n d o
totas» d e d elin cu en tes. L a a u sen cia d e estadística s
m a tices y d ife re n cia s, tan p erfila d a s y c o n c re ta s c o ­
seg u ra s escon d e u n a rea lid a d e v id en te: q u e la d elin ­
m o en la s re g io n e s d e E uropa.
c u e n cia ju v e n il n o es u n a pla ga eu rop ea d eriv a d a
L os teoriza n tes se em p eñ a n e n v e r A m é r ic a a tr a ­ de la s dos g u e r r a s m u n d ia les ú n ica m en te, s in o u n a
v é s de los idea les q u e la in sp ira ro n en la lu ch a pol­ p la g a so cia l fom en ta d a p o r la c r is is u n iv e r sa l de
la in d ep en d en cia . T o d o s estos p u eblos, u n id os en ton ­ v a lo r e s m o r a le s a u tén ticos. L as g ra n d e s ciu d ades
ce s e n u n m ism o fe r v o r , se d ife r e n c ia r o n pron to. En a m e rica n a s c o n o c e n bien este p rob lem a , a tisb a d o con
m u ch os, la v id a co lo n ia l s ig u ió p o r la r g o tiem po, n ota b le a c ie r to p o r L u is B u ñ uel e n su trem en d o film
a u n q u e b a jo b a n d e ra n u e v a y g o b ie r n o p rop io. E n «L o s olv id a d os».
a lgu n os, el ré g im e n p o lític o y e c o n ó m ic o ha ca m b ia ­ S a lie n d o de la A rg en tin a , el P a r a g u a y n o s o fr e ce
d o apenas. U n fe u d a lism o a u tó cto n o re e m p la zó el la im a g en d e u n p u eb lo s u m e r g id o en la selva . ¿Q u ién
c o lo n ia je . P a r a esos países, el p en sa m ien to p a n a m e ri­ o y e h a b la r d el P a r a g u a y ? L as p ir á m id e s de E g ipto
c a n o de M artí y de B o lív a r son ca si descon ocid os. y la s m o m ia s d e los fa r a o n e s son tem a s m u c h o m á s
E n ellos c o n tin u ó u n a tr a d ició n d e p r e ju ic io s sociales, fre cu e n te s y u n iv e r sa le s que la v id a en el P a ra g u a y .
m ora les, ra cia le s y de cla s e d e r iv a d o s d e la v ie ja L os e x p lo r a d o r e s se d e ja n su g e stio n a r p o r los Jíva­
g a zm o ñ e ría esp a ñ ola . Y el o tr o v ic i o n o m en os espa- ros, in d ios s a lv a je s del A m a zon a s, p e r o se o lv id a n de
ñ olísim o del a n a lfa b etism o. e x p lic a r n o s la d r a m á tica e x iste n c ia del p u eb lo p a ra ­
g u a y o , p erm a n en tem en te d iezm a d o p o r el tr a b a jo in ­
h u m a n o e n lo s y e r b a le s y e n los bosqu es. A l m o r ir
B a rre t, el in d io se q u ed ó sin d efen sor.
D e n orte a sur, A m é r ic a L a tin a o fr e c e a b ru p ta s L a s e lv a d e h o rm ig ó n , h ie r r o y e le ctricid a d q u e es
d ife re n cia cio n e s . L os pu n tos de c o n ta c to en tre m u ­ R io J a n e iro no pu ede h a c e rn o s o lv id a r que u n a p a rte
ch a s de sus zon a s a m p lís im a s s e da n en el ord en in m en sa del B r a s il está todavía p o r d e scu b rir, y q u e
p r e ciso del a tra so in du stria l, de la e x p lo ta ció n del al la d o d e u n p ro le ta ria d o en a u g e en S a n P a b lo
indígena, de la c o r r u p c ió n p o lític a d e r iv a d a de la ex iste u n c a m p e sin a d o p a u p é r rim o e n lo s ca feta les y
dicta d u ra , y el ex ceso d e p oetas. E sta ú ltim a clase e n la s p la n ta c io n e s de ca u ch o.
q u ed a ju stifica d a p o r el c lim a y p o r la ex isten cia de N ica ra g u a , San S a lv a d or y la R e p ú b lica D om in i­
u n a s cu a n tas g e n ia lid a d e s en la m a teria . El c lim a es ca n a so n p rop ied a d es p a rticu la res, rep a rtid a s en tre
un fa c to r con sta n te de poesía a u n q u e los poetas a m e ­ lo s c a u d illo s p e rp e tu o s y la U n ited F ru it. E sta m ism a
r ica n o s n o s d ev u elv a n su p a isa je pasado p or el c e ­ situ a ción serv ía h a sta h a ce p o co s añ os p a r a G uate­
d a zo d esn a tu ra liza d or de las m od a s eu rop ea s. A fo r ­ m a la, que se h a d em ostra d o recu p era b le, a u n q u e en
tun adam en te, u n os cu a n tos b u en os poetas a lo la rg o A m é rica L a tin a es d ifícil ca n ta r v ic t o r ia de u n a m a ­
del con tin en te sa lvan la situ a ción h a cie n d o poesía de n e ra seg u ra . V e n e z u e la es un e je m p lo . L a ilu sión
verd a d . p r im a v e r a l del ré g im e n de R ó m u lo G a lleg os se des­
P olitica m en te, el diseño es m á s sin u oso. Se h abla v a n e c ió a m a n o s d e los m ilita re s c a n d om b eros, á v i­
de los p u eb los jó v e n e s d e A m é r ic a sin d e d ica r u n solo dos de m a n d o y d e sa n g re.
p en sa m ien to a l in dígen a , v ie jo y e n v e je cid o d ob le­ M o sa ico e n b la n co y n eg ro, d em ócra ta s y d icta d o­
t e m e n t e p o r la e x p lo ta ció n , la coca , el alcoh ol, la res se cod ea n e n las reu n ion es p a n a m e rica n a s, to­
re lig ió n y la m a la v id a . La p o b la c ió n in d íg en a es m a n a c u e rd o s y b a n q u etea n ju n tos, p en sa n d o tal v ez
im p orta n te en A m érica , a u n q u e v a ríe su im p o rta n cia q u e los p a peles p u eden in v e r tirs e de la n och e a la

Ayuntamiento de Madrid
1034 CENIT

m a ñ a n a y los d em ócra ta s d e a y e r s e r los d icta d ores


r ia : la ra d io. Se d u e rm e en el su elo, se tom a m ate
de h oy , o a la in versa . V a r g a s e n B ra sil e Ibáfiez en
sen ta d o en un ta bu rete o en un tr o n co p a rtido, p ero
Chile fu e r o n p o r m u c h o s afíos d icta d ores d e su s paí­
se e sc u ch a la r a d io y se v iv e p en dien te de la s p e r i­
ses y a h ora son p resid en tes con s titu cio n a le s elegidos
p e cia s d e los g ra n d e s equ ip os de fú tbol. Esta in flu e n ­
p o r s u fr a g io lib re. E n P a n a m á m a n d a u n je fe de
c ia es tan e x tr a o r d in a r ia , que p a ra los g ra n d e s en ­
p o licía in vestid o m a y o r ita r ia m e n te p a ra e je r c e r una
cu e n tr o s se d esplazan desde p rov in cia s, a M on tev i­
p re sid e n cia p a tern a lista . Y en el E cu ador, un a m ig o
deo o B u en os A ires, leg ion es de cam p esin os.
d e P erón , d em ocrá tica m en te eleg id o, a c a b ó c o n los
E n el ú ltim o rela to d e H em in g w a y , «E l v ie jo y el
a la rd es de d e m o cr a c ia m o d é lic a de G alo Plaza.
m a r», pu ede a p re c ia r s e un detalle ch ir r ia n te p ara
M éjico o fr e c e un p a n o ra m a distin to y el U ru g u a y ,
u n le c to r eu rop eo. S on las c o n v e rs a c io n e s so b re d e­
en el sur, eje m p lifica u n ré g im e n p o lític o estable!
p orte en tre rú sticos p esca d ores d e u n a aldea cu b a n a .
e v o lu cio n a d o h a cia fo r m a s m e n o s o scila n te s y tr a u ­
L as p r o e z a s d e u n « a s » n o rte a m e rica n o d o m in a n los
m á tica s en m a te ria de g o b ie r n o . E n am bos, el ejér-
pen sa m ien tos del m u ch a ch o a m ig o del v ie jo pesca d or.
c ic io de la d e m o cra cia , en ten d id a tra d icion a lm en te,
La r a d io a p a r e ce en el re la to c o m o la m en ción a un
es n orm a l, lo que y a es m u ch o p ed ir p a r a este C on­
o r á c u lo , in v estid a d e ca te g o r ía sa gra d a , p orq u e in ­
tinen te, som etid o a e ro sió n c on sta n te p o r la v io le n cia
trod u ce en el m u n d o m en ta l del p u eb lerío la im agen
g u b ern a m en ta l, el m ilita ris m o y la ex p lo ta ció n im ­
perialista. fa b u lo sa de la s co sa s y lo s h om b res leja n os. P o c o a
p o c o se c r e a u n a fa m ilia rid a d p a rticu la r en tre el in ­
v e n to y la im a g in a ció n p o c o d esa rrolla d a , esta b le­
cie n d o u n d e s e q u ilib rio en el sen tido de la r e la ció n
Con frecu en cia , el e u r o p e o d e paso p o r A m é rica
en tre el h o m b re y la m á qu in a. P od em os v e r co n tra s­
su ele con ta g ia rse de la e x h u b e r a n cia r e tó r ica que
tes d e s ig n ific a c ió n tan a ce n d ra d a c o m o el de un pu e­
ca r a c te r iz a al in telectu a l y al p o lític o la tin o a m e ri­
b lo q u e tiene u n a e sta ción del fe r r o c a r r il sin luz
ca n o y p on tifica lu ego, e n el m á s r e la m id o e stilo tu­
e lé c tr ic a y en c u y o s c o m e r c io s se v en d en r e fr ig e r a ­
rístico, en lib r o s y p u b lica cio n e s . E n ton ces a p a rece
d o ra s e lé c tr ic a s en có m o d a s cu ota s m en su ales.
esa A m é rica a rcá d ica , h e re d e ra de la c iv iliz a c ió n e u ­
A lo la rg o de A m é r ic a L atin a, sob re el d u ro esp i­
ropea, p e r o v ita liza d a p o r la ju v e n tu d d e sus pu eblos,
n a z o d e los A n d es o en la h e rm o sa selva tiq u ez d e su s
n a cid os a y e r a la v id a d e la c u ltu ra . E sta v is ió n d e­
v a lle s, a tr a v é s d e su s p a m p a s y sa b a n a s c o m o en
lir a n te es un a la rd e de im p o te n cia que e n cu b r e ap e­
■sus p op u losa s ciud ades, el sig n o d e u n a in v a sió n de
n as el deseo de u n a tra n sfig u ra ció n . T a l a rreb a to
m e c á n ic a su p erficia lid a d está p resen te e irre v o ca b le ,
fa ú stic o debe ser e x p lic a d o p o r el p sicon oa n á lisis.
P e r o la v erd a d es diferen te. a p esar d e su a b su rd a p rom iscu id a d con elem en tos
d e n a tu ra leza tan a n ta g ó n ic a c o m o los q u e form a n
De la m ism a m a n era q u e n o se pu ede d e c ir que los
el c a r á c te r y el esp íritu de la A m é rica L a tin a . P odría
E stados U n idos son los h e re d e ro s de trad icion es,
d e c ir se q u e la ju v e n tu d d e A m é rica se define p o r el
c o stu m b re s y cu ltu ra de lo s in gleses — cu a n d o tantas
m a l gu sto, p o r la a rb itra ried a d , p o r el a b ig a r ra m ie n ­
c o sa s lo s sep aran — ta m p oco pu ed e d ecirse que A m é ­
to in co n tr o la d o . P e ro esos e x tre m o s son la realidad
r ic a I.atin a es la c o n tin u a c ió n d el esp íritu eu ropeo,
a m e r ic a n a d e n u estros días, los q u e form u la n su tre­
rem oza d o en qu ién sa be q u é n u ev a F u en te de Ju ven-
m e n d a in có g n ita , lo s q u e desbaratan tod os los esq u e­
cia . En realid ad, este n u e v o tó p ico p a re c e con tin u a r,
m a s y cu a d rícu la s en los q u e in ten ta e n ce r ra r u na
d e o tr a m a n era, el v ie jo su eñ o de lo s d escu b rid ores
v e rd a d e ra p r o m e s a d e fu tu ro.
d e La F lo rid a . P e r o A m é r ic a es jo v e n p o r q u e em p ezó
a c r e c e r h a ce dos sig los, y su s p r im e r o s pa n talon es
la rg o s fu eron el A cta d e In d ep en d en cia p o lític a del
d o m in io esp añ ol. D esde en ton ces, A m é r ic a L atin a ha
sid o un ca m p o e x p erim en ta l, en el q u e ju e g a n las A m é r ic a pa dece a ctu alm en te, tal vez, u n a v e r d a ­
m á s ex tr a ñ a s in flu e n cia s. P od em os e n co n tr a r u n es­ d e r a c ris is de c re cim ie n to . Su v ersa tilid a d , la in c o n ­
tilo r e tó r ic o d irecta m en te h ered a d o de E spañ a al la d o sisten cia de su s actitu des, su p a sió n p o r el ju e g o y
d e u n co n ju n to de ideas y e x p re s io n e s d e eviden te p o r la técn ica d e r iv a n d e los su eñ os de u n a in fa n cia
fa c tu r a fra n cesa , que tien d en a ctu a lm en te a s e r des­ d r a m á tica q u e a p en a s em p ieza a re cu p era rse. Com o
p la za d a s p o r la s q u e in tr o d u ce n con sta n tem en te lo s tod a ju v en tu d , es ex tre m is ta e in con sta n te. A v e ce s
n orte a m e rica n o s, que so n de ín d ole m u y d ife re n te y n os p a re c e b u fo n e sca , a v e ce s h e ro ica , a v e ce s tr á g i­
n o sie m p re m ejores. ca. Y sie m p re es a lg o d e e sa s tre s cosas. E s ce n a rio
E n A m é rica del S u r p od em os e n co n tr a r , lejos de m ú ltiple, la s re p re s e n ta c io n e s su elen s e r v a r ia s a
u n a ciudad, después de a tra v e s a r k iló m e tr o s de c a m ­ la v e z. Y n o todas n ecesa ria m en te iguales. La r e a li­
po, u n ra n ch erío. P a re d e s d e b a rr o , tech o de paja, dad v á lid a p a ra el B ra sil actu al difiere ra d ica lm e n te
u n a sola pieza p a ra c o m e r , d o r m ir y v iv i r c o tid ia n a ­ en H ou d u ras. A l la d o d e los r a s c a c ie lo s se extien d en
m en te u n a fa m ilia . E l b a r r o es ca si siem p re c om o la s e lv a v ir g e n y las chozas. En re g io n e s p rofu n das,
D ios lo h iz o : c o lo r de b a r r o , p o r q u e n i se p in ta n i se el a r c a ís m o de la s tra d icion es in d íg en a s con tra sta
e n ca la . F r e n te a la en tra d a , d e la ra m a d e u n á rb ol, c o n el ra fin a m íe n to in telectu a l de las g ra n d es c a p i­
si a lg u ie n lo plantó, o d e u n p a lo, s i n o h a y árbol, ta les del C on tinen te. E sta A m é rica m ú ltiple, so m e ­
pen d e la c a r n e que c o n s titu y e el a lim e n to b á sico de tida a p re sio n e s constan tes, n o s d e v u e lv e im á g in es
•esta g en te; la ra c ió n de dos o tres días. Los ca b a llo s a b ig a rra d a s. Su in con sisten cia y fu tilid a d h a cen añ i­
p a ce n a su s anchas, ten ien d o p o r e sta b lo — tech o y c o s todos lo s a u g u r io s y term in a n p o r d e s co n ce r ta r ­
a lim en to — la p a m pa aledañ a. A sim p le v ista es un n os irrem ed ia b lem en te. E u rop a no pu ede v iv ir de la
cu a d ro d e m iseria . P e r o en el ra n ch ito se h a in tr o ­ ilu sión de A m é rica , p orq u e A m é r ic a es o tr a cosa.
d u cid o u n a in n ov a ción v erd a d e ra m e n te r e v o lu c io n a ­
B e n ito M IL L A

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1035

L A T IC A V L O S I I I I I \

NOTOS SOBRE LA NOVELA NORTEAMERICANO


C A B O d e le e r en «E l C o rre o L ite ra rio », d e e s c r ib ir en c u y o teclado pu lsa n h irien tes los dedos
de M ad rid , u n trab ajo, lle n o de de- de la in to le r a n c ia . E lla y n o o tr a fu é la q u e con d en ó
n u estros y o tr a s lin deza s, so b re la p o r h e re s ia r ca a fr a y L u is d e L eón . Y pu so el ob sta t
n o v e la e n E stados U nidos. N ortea m é­ d e la ce n s u r a e c le siá stic a a las o b r a s de fr a y Luis
r ic a n o o c u p a el c e n tro d e la n ov ela , de G ra n d a y d e S a n Juan de la C ruz. Y tild ó de h e ­
es su título. Y con ste q u e n o p reten d o r e jía s lo s a trev im ien tos, las a u d a cia s de a lto vuelo,
d efen d er la tesis c o n tra ria . P e r o en de S an ta T eresa. P e r o lo trem en d o del ca so es que
N o rte a m é rica , com o en cu a lq u ier esa in to le r a n c ia d e ca p elo, bon ete y ca p u ch a en cu en ­
p o r c ió n g e o g r á fic a eu rop ea , in clu s o en tre a esta d is ta n cia en el tiem p o — en la c u ltra m e ­
la esp añ ola, h a y u n m o v im ie n to lite­
jo r , q u e e n este c a s o ti.empo es un con cep to de c u l­
r a r io q u e n o h e m o s de su bestim ar.
tu ra — . a lm a s tan sim p lísim a s c o m o a q u ella s q u o
P aso p o r al t o los in su ltos p erson a les
a r r im a b a n su s h a ce cito s d e leñ a a la h o g u e ra de
a u tor d e ese tr a b a jo p a ra a lg u n o s de M igu el S erv et. T rem en d o, p e r o es así. A h, si el e sp e c­
los n o v e lista s n o rte a m e r ic a n o s. N o se h a ce c o n ellos
tá cu lo n o re su lta ra u n p oco a n a c r ó n ic o , ¡co n qué p la ­
n in g ú n fa v o r . M en g u a d a es la o p in ió n q u e tiene de
c e r se re n o v a r ía n los q u em a d eros de V a tla d olid y
s í m ism o q u ie n así e n v ile c e su fu n c ió n de crítico.
d e S ev illa , en esa E spañ a en don de la s g u a p eza s a lo
El a g r a v io n o p a sa d el a g r a v ia d o r . M ás aún, le cae,
D alí p a re c e n s e r el d e n o m in a d o r co m ú n d e la s petu ­
c o m o el sa liv a z o de q u ie n p reten d e e sc u p ir a la s a l­
la n c ia s lite r a r ia s ! Y a v e o al a u tor de la c r ít ic a a lu ­
turas, en p len o rostro. C on lo q u e el resu lta d o su ele
dida a r r im a r ta m b ién su s p a lito s se c o s y su y esca
ser el c o n t r a r io al p erseg u id o. El le cto r desap a sio­
a la h o g u e ra en q u e h a b ría n de a r d e r las o b r a s de los
n a d o de esa crítica pu ed e su p o n e r esta s dos co sa s: a u to r e s a m e rica n o s .
o que son m u y m a los, m u y m a lo s los n ov elista s y a n ­
No, n o; c o n v e n g a co n m ig o , señ or Catón al s e r v ic io
quis, o q u e son m u y bu en os, m u y bu en os. Y a p oco
y 110 de la s b u en a s c o stu m b re s y de las h idalga s
que a n a lic e d esech ará la p r im e r a su p o s ició n : de ser
m a n e ra s d e la E spañ a y a ida, en q u e lo m a lo p a ra
efectiv a m en te, m u y m a los, fo rzo sa m e n te h a b r á que usted de la n o v e lís tica n o rte a m e r ic a n a es su lib e r a ­
a d m itir que la ton tería h u m a n a es u n iv e r s a l. P e r o
lism o, su sen tid o dem ocrático^ y su s a fa n es red en to-
la ton tería h u m an a n o es u n iv e rsa l. L o dem u estra ristas. D a la ca su a lid a d d e flu e los a u tores m á s e n c o ­
n u estra in sa tisfa cción p erm a n en te. C ada día e x ig i­ n ad a m en te a g red id os p o r su fo b ia so n lib era les, tre­
m o s m á s p o r esa d e p u ra ció n d el g u sto q u e d a la
m en d a m en te lib era les. P o r e je m p lo , D reisser, en el
cu ltu ra . A dem ás, el p r o g r e s o cotid ia n o está a la vista.
q u e n o es todo d e te rm in ism o b ru ta l y escep ticism o
D esca rta d a a q u ella p r im e r a su p osición , q u ed a la se­ m ora l, es u n e s c r ito r rea lista . Su p r im e r lib r o — creo
g u n d a , la de que h an d e s e r m u y bu en os. Y siendo q u e fu é «H erm a n a C a rr ie » — p ro d u jo en la op in ión
tan bu en os, ¿p or q u é lo s a ta ca tan d esp ia d a d a m en te u n a g r a n im p re s ió n . Y «U n a tra g e d ia a m erica n a »,
el c rític o m a d rileñ o? E sta es la p reg u n ta q u e se hace
su o b r a cu m b re, ba sa da en u n h e ch o d e la v id a real,
el le c to r d e esa crítica . Y de r a z o n a m ie n to en r a z o ­
se le e r á siem pre. John D os P assos, ad em ás de «'R oci­
n a m ien to ese le cto r desap a sion ad o, im p a r cia l y o b je ­ n an te v u e lv e al c a m in o », m u y c o n o c id a p o r lo s le c ­
tivo h a de lle g a r p o r fu e r z a a c o n c lu sio n e s m u y p oco
tores esp añ oles, han d e señ a la rse: « T re s sold ad os»,
fa v o r a b le s p a ra el a u to r d e la d ia trib a . U n a d e dos: de un fu e rte r e a lis m o ; «M ahatan T r a n s fe r », cu a d ro
o el c ritic o se fa lsea p o r u n a fo b ia p e r s o n a l o escrib e
m a g n ifico d e la v id a m o d e rn a d e la ciu d ad de N u eva
al d icta d o de la secta o el p a rtid o, lo cual con stitu y e Y ork , en el que se a d v ierten p len a m en te la s altas
la fo r m a m á s v il del fa lse a m ie n to a q u e pu ed e lleg a r cu a lid a d es del e sc r ito r ; «1919», en el q u e se n o s p r e ­
un e sc r ito r . Piste, p recisa m en te, es el c a s o de esa sen ta a la so cie d a d a m e rica n a de an tes y desp u és de
en con a d a c rític a d el m o v im ie n o t lite ra rio de los Es­ la p r im e r a g u e r r a m u n d ia l, y «E l P a r a le lo 42», o r i-
tados U n idos d e N ortea m érica . F a lsea m ien to d e ju i­ g in a lís im a n o v e la en la que n o se p reten d e c r e a r una
cio p o r m a n d a to de la secta.
ficció n n ov elesca , s in o r e co g e r e n u n a v a sta c o n c e p ­
C u an do u n e s c r ito r e s c r ib e al d icta d o de. la secta c ió n c u a n to s a co n te cim ie n to s h a n g ra v ita d o so b re el
no es él q u ie n escrib e, s in o la secta. El d eja de ser m u n d o desde p r in cip io de n u estro sig lo. John Dos
el h o m b r e p r iv ile g ia d o que, a n im a d o p o r el qu id di- Passos es lib e ra l, c o m o D reisser, y c om o éste, d is­
v in u m de la in sp ira ción , c r e a esos m u n d os de b e ­ pu esto a ro m p e r la n za s en d efen sa d e u n a ca u sa h u ­
lleza, esas m a ra v illa s lite r a r ia s q u e hasta n osotros m ana. De «El P a r a le lo 42» tom o este p á rr a fo : « ... La
han lleg a d o con los n o m b r e s fa m o so s d e "Ilíada », cu lp a es d el sistem a q u e n o da al h o m b r e el fr u to de
«H am let», «El In gen ioso H ida lg o d on Q u ijo te de la su trab ajo... El ú n ico h o m b re q u e sa ca algú n p r o v e ­
M an ch a», etc. D eja de s e r el e s c r ilo r , p a ra c o n v e r ­ c h o del ca p ita lism o es el la d ró n s i lleg a a c o n v e r ­
tirs e en u n am an uen se, m e n o s aún, en u n a m á q u in a tirse en m illo n a r io e n p o c o tiem po. P e r o u n m od esto

Ayuntamiento de Madrid
1036
CENIT

’ " eri,i° ■— ■ « - - - * ■ - * « ■ »
tem ente » Al e s p ig a r a h o r a p e n sa m ie n to s como éstos m a d rile ñ o m Í? !. t n r ? ° C° c° m e d id as de ese e s c rito r
en la o b ra de Jo h n Dos P asso s m e explico ^ a c t i T u d ü a n ^ 0' ^ CatoIicísim o 61 a u n q u e ta n poco cris-
d esco m p u esta del a rtic u lis la m a d rile ñ o que p ie rd e „ l¡
ncfripam ,0S y lle g a al insult0 diciendo del e s c rito r - J X j L co n tm u em °s. que a u n q u ed a n o tro s. De los
(fe a T n T n " " Ip° de ° j° s sa lto n e s, d e r a n a . ,a m e ric a n o s pocos son los que se lib ra n de
hírn* V - D avis». P ero p ro sig am o s con los a u - SCal d e ese co lab o rad o r de «El C orreo
lo res am erica n o s. ^ ‘te ra rio ,,. No «»e s a lv a n n i los p rem io s Nobel, com o
O tro de los m á s en con a d a m en te a g r e d id o s es H e- la n o v L .Un° ? e ¡° S e x Po n e n tes m á s altos de
m in g w a y , que ha sid o lla m a d o «el d io s de b ro n ce d e i c i e r m í ¿ } en lo s E stados U nidos. Su s felices
todas las e x p e rie n cia s lite r a r ia s en E stados U nidos» n e o del n n t " ? 11 c a r a c te r e s y su fá c il m a -
p o r a u tores que c o n o c e n el m o v im ie n to lite r a r io y a n - D iik e n s Sii M r l ? » ^ h ech o co m p a ra b le a
qu i. P erten ece al g ru p o d e lo s «solid a rista s» - s o li- y el O Dtim ^m n m i f f e m p e ro ' es la c o rd ia lid a d
d a n s ta s con el H om b re, con letra m a y ú scu la — y es d e esa b u r m p J ? a|m ó s fe ra en torn o
u n e s c r ito r realista , tal v ez e x cesiv a m en te realista r ? mü 1 sa tírica m en te ca r ica tu riz a d a
P o r eso n o m e sa tisfa ce. El e s c r ito r h a de elevar' ™ ^ com od ón y su lim ita ció n de l,o-
cu a n to toca a la c a te o g r ía de o b r a de arte Y He- dé H f r l . S . H S. , a n on im a to al p r im e r p la n o
m m g w a y es realista h asta la desn u dez m á s 'd e s e a r - Íeído e n E s n a f i a v p T ' I ^ M a y 0 r” ' que fué
n ada P e r o ¿ n o se rá q u e el fra n q u ism o se ha sen tid o M ás i 1 ! 1 , 7 r, JL- m u n d o de habIa española,
m o lesto p o r sus lib r o s «L a Q uinta c o lu m n a » « T ie r r a lista m n rtriílñn " B a b b lt” - ese lib r o q u e el a rticu -
esp a ñ ola » y « ¿ P o r q u ie n doblan las ca m p a n a s ’ » Y o mí no I e n c u e n tr a e x cesiv a m en te rea lista . A
he de c o n fe s a r q u e este ú ltim o lib ro no m e ha sa tis liom h n - n J fu stiga al tip o m e d io del
ech o p o r com pleto, p ero esto n o m e a í í o S a a n e « a r ^ abS° rb id ° P° r n c g ° cios
lo s g ra n d e s m é rito s de este e s c r ito r Fnniu-r,pr j , ’ ^ lúa c o m o un au tóm ata s in per-
d escon certa n te en oca sio n e s p o r las in flu en cia s ex" V del' con fo^ m 1™ ’ S' m b o ! ° ’ al fln ’ de Ia m ed iocrid a d
trañ as, p o r J o y ce so b re todo, n o es n i m u ch o m en os un' de p r i m e é f T T * * Un Críti-C0 socia l
v ir tu o s o del m a la b a r is m o c o m o preten de el a r fir n ros p erten ece a esa le g ió n d e escrito-
lista m a d rileñ o. Es un e s c r ito r socia l rip tr ó » , f n o rte a m e r ic a n o s q u e desde W a lt W h itm a n a
e x p resiv a , q u e p on e al d e s cu b ie rto ’ to m n r h r z a n u estros día s creen en la p o sib ilid a d de u n m u n d o
a n o rm a l d e 'l a psicología h u m a n a ;A a s o e l h o r r o r í r o T T / r In A U pt° n S in c la ir no

a s s s s H sg u eg ffis g
R adajoz? R ecordem os n u e s tra
r r a v sohr° J n Pl
g g> sVlg0™ss°. sYo src c use-d o scómM
T n o e ra n
reco rd em o s la s c a sa s de la i so b re todo -idos e n n u e s tro s m edios «La Ju n g la» , n o v ela social
b o m bardeos de H iro h sim a Si lo r e c u e ^ ^ e ? c r í t J o 'd S deV nh^í i^ b o rrib Ie s condiciones e n q u e h ab lan
m a r r a s no creo que los lib ro s d e l,Z t í los o b re ro s de C hicago; «Roston», escrito
a s u sta rle . De John S tein b e ck -¡ m npn n t ^ u proceso de S acco-V ancetti, v ..Car-

¡ r = £ -

r r í s t s f t e s r “ M to dsej i . « ‘ í " “ p i™ T r ae «•

ira» . «R atones y hom bres», «En lu c h a in c ie rta » y de m a rr a s . P ied ilec ció n lit e r a r ia del crítico de
ta n ta s o tr a s p á g in a s a d m ira b le s de este a u to r D p «su d„ ,
U? je r d a d e r o cred o del escri- « a n g é T ic a m e n t e ^ n ./v a quien llama
tor, publicado en East o f Edén transcribo lo que si- es uno d ^ l o í « Y estuPido,,? ¡ De Saroyan, que
gue: «Mi creencia es ésta: que la mente individual S roL n d o al entn n n l r , am en can 0s <IUC gusta por su
libre e investigadora es el tesoro más valioso del L r a í , poético y su sentido del hum orism o!
mundo. Y lucharé por eso: por el derecho de T e n s a - S r i d a d n i " h T r T * en 1934 c0nc<uisl0 Ia P°’
m iento individual a tom ar cualquier orientación que com edia h u m a S . l<*n delioiosos «La
desee sin dirección ajena. Y lucharé contra esto- con- acabada w 6 qUe nOS hace una Pintura
tra cualquier idea, religión o gobierno que limite v S e s v t ' “ f ¡ f 0 Pintoresco, donde el niño
destruya al individuo. Bien com prendo ^ o r qué un abuelo a t a i r a w í v , dC i88 SUya5' y
Sistema vaciado com o en rígido troquel ha de inten- bién v n i ™ " telegrafista adm irable tam-
tar la destrucción del pensam iento libre: porque és"e que los T * " ° s son ^ ¡ l i a r e s , sí,
con su sola actividad investigadora puede destru r S » l°da^ E n ^ h on or'1¡°P U " ' rh ° 8 i ° * rg° d° nUes'
semejante sistema. Sé también lo que éste significa decir m t , ■ 6Su llbr° de Sa,'°y a n cabe
y por eso lo odio, y lo com batiré PL salvar fq u e ílo 1 9 « ste ^ w io d A n d lrs ó n ^ p í0 Un ° SCar en
que nos separa de las bestias incapaces de pensar se ha acotado .'. u,n m a l° ” q ue aun no
ese l* s0 r0 U” 8 a ™ » - ™ s P p e r d ,: d ic e e ' S S

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1037

f an M ¿x ic o 'a e d ito ria l C en ta u ro p u b lic ó p o r lo s añ os


ra lis ta e n lo s que p re d o m in a la d esesp era ción . Esto
j í o - i i u n a a n to lo g ía d e los m e jo r e s v e rs o s de U na-
m e h a ce p e n sa r que el c rític o m a d r ile ñ o p a d ece de
m u n o y a u n c o rr e p o r las lib re ría s. E n c a m b io se
un m a l m u y e n d é m ico h oy e n E spañ a, se ñ a la d o r e ­
nan ag ota d o desde en ton ces v a r ia s e d icio n e s de las
c ie n te m e n te p o r J u lián M arías, e l d iscíp u lo de O rtega
p orq u ería s p o r n o g rá fic a s de E l C a b a llero A udaz. F e ­
y u a sset. El c r ít ic o se «ha fa lsea d o» o — lo cu a l sería
n óm en o qu e, p o r l o v isto , ta m b ién se da en España.
m e n o s g r a v e p a r a él — tien e u n a op in ión m u y r e c o r ­
Q uedan o tr o s q u e n o se lib r a n del v a r a p a lo d e este
tada, m u y eu rop ea , d e la p r o d u c c ió n n o v e lística de
d ó m in e ira cu n d o. E n tre ellos, W r ig th , el m a rx ista ,
N o rte a m é rica . El fen óm en o, seg ú n H. S tra u m m a n
a u tor d e « L a s a n g re n e g r a »; C a ldw ell, que p o r su
e sp e cia liza d o en la m a teria , es bastan te co m ú n en
cru d eza y su id e a r io p e r te n e ce al g r u p o solid a rista
b u ropa. «L o s le cto re s — d ice el ilu stre p r o fe s o r de
d e H em tn g w a y . E n c a m b io n o to la s a u sen cia s de es­
la U n iversidad de Z u r ic h — , c a r e ce n de u n c o n o c i­
c r ito r e s c o m o W a ld o F r a n k . ¿C óm o n o fig u ra n en el
m ie n to ín tim o d e los E stados U nidos, so n p rop en sos
In d ice su s n o m b r e s? W a ld o F r a n k es lib e ra l, tiene
a m o d e la r su s id ea s so b re la v id a m o d e rn a n o rte a m e ­
u n sen tid o d e m o cr á tico m u y r ic o e n ideas, q u e han
r ic a n a d e a c u e rd o con la s p ro d u ccio n e s de H olly w ood .»
de e sca n d a liza r al a rticu lis ta m a d rile ñ o . Y sob re todo
Esto es en ga ñ oso. Se tiene u n c o n c e p to e x ce s iv a m e n ­
posee esa r a r a sen sib ilid a d q u e le p erm ite c a p ta r en
te esq u em a tiza d o de la actitu d n o rte a m e r ic a n a de
su s lib ro s el alm a d e los p u eblos. R ecu érd en se, si no
su «E spañ a V irg e n » , «A m é r ic a H ispan a», «Isla en el su c iv iliz a c ió n m od ern a , en la q u e no es tod o d óla r
A tlá n tico», etc. ¿ L o s h a b r á leíd o el zo ilo c u y a s in ­ y p o lítica , b lu ff p u b licita rio , g r a n d in ero, co n ce sio n e s
«a l ilim ita d o v u lg o m e jo r a d q u iren te». N o, no es eso
tem pera n cia s m otiv a n estas c u a r tilla s ? Es de" p re su ­
n i m u ch o m en os. Un c r ít ic o m á s o b jetiv o, m e n o s m e­
m ir q u e no, p u es q u e su s ir a c u n d ia s h a b ría n a d q u i­
d ia tiz a d o p o r lo s m ezq u in os fa n a tism o s de la secta,
rid o ton os de c ó le r a sin a ín ica . He n otad o ta m b ién la
a u sen cia de P e a rl S. B u ck, u n o de lo s v a lo r e s m á s h u b ie ra p r o c e d id o de m a n e r a m ás... o b je tiv a . P o r
e je m p lo : h a b r ía e x p lo r a d o p rim e ro , en todas su s z o ­
al tos de la n o v e la a m e r ic a n a co n te m p o rá n e a . P r e m io
n a s h u m an as, el p a isa je socia l, el e sce n a rio e n don d e
° b e l 1938. E s cr ito ra realista , g ra n c o n o c e d o r a d e la
v id a y co stu m b re s d e China, c o m o lo p ru eb a ese d o ­ actú a n los p r o ta g o n ista s de la n o v e la n o rte a m e r i­
ca n a . E sto le lle v a r ía a c o m p re n d e r la a ctitu d d e los
cu m en to v iv o d e « L a b u en a tie rr a », q u e es u n a p in ­
n o v e lista s. Y con ocid a su actitu d, fá c il le se ría d e­
tu ra so b ria , p r o fu n d a e im p resion a n te del p u eb lo
d u cir lo s v a lo r e s que defien den u n o s y o tr o s. H em os
ch in o. O tros lib r o s d e e sta e s c r ito r a c o m o .(El p a tr io ­
ta» y «L a m a d r e » h a n sido m u y leíd os y lo serán de c o n v e n ir q u e los v a lo r e s q u e defienden, aun aq u e­
todavía. F in a lm e n te n o a lu d e p a ra n a d a a la la b o r li ­ llo s q u e c o m o H e m in g w a y p a rten d e u n n ih ilism o
tera ria de o tr o s n o v e lis ta s fa m o so s y d e lo s cu a les d e scora zon a n te, so n siem p re la felicid a d h u m an a.
cabe d esta ca r a W illa C ather, A n n e K a th erin e P or- H ay, pu es, en c a s i todos ellos u n g r a n a lien to d e op ­
ter, E u d ora W e lty , C.arson M cC u llers, c é le b r e a los tim ism o. S a lv o e n lo s n a tu ra lista s, p o r su pu esto.
¿Q ue la trem en d a sin ce rid a d d e todos e llo s p o n e al
añ os’ y G le n w a y W e s co tt, a u to ra d e «E l h a lcón
p e re g rin o ». d e s cu b ie rto la im p ostu ra de u n a socieda d pseudo-
c ris tia n a en su p reten sión de im p o n e rn o s u n o s v a lo ­
Con los esca sos e lem en tos q u e b a r a ja el c rític o m a ­
res que e lla m ism a d esm ien te c o n su s a cto s ? N o se
d r ile ñ o n o se pu ede e n ju ic ia r la p r o d u c c ió n n ov elís­
cu lp e d e e llo al r e a lis m o de U pton S in c la ir y John
tica de N ortea m érica . N o se m e o c u lta q u e los c ita ­ D os P a ssos n i al solid a rism o de H e m in g w a y W a lfe
dos son fig u r a s de p rim e r ís im a fila , c o n lo cu a l los
P en n W a r r e n y M iller. E llos d efien den al 'h o m b r e
lectores, p o c o en terados, p u ed en m u y b ien a cep ta r
y a su afá n in g én ito de añ a d ir ca d a día a su c o ti­
co m o b u en os los ju ic io s c r ít ic o s del c o la b o r a d o r de
d ia n o v iv i r u n p o c o m á s d e felicid a d . De m í h e de
«E l C orreo L ite ra rio » . P e ro c o n e llo n o h a ce sin o r e ­
d e c ir q u e es e sta a ctitu d lo q u e m e in teresa d e todos
sa lta r m á s la in ju sticia de la dia trib a . A ta ca al g ru p o
ellos. Lo d em ás, todo e s o que esca n d a liza ta n to al
rea lista , c u y o s r a d ic a lism o s e n tra ñ a n u n afá n de a u ­
c rític o de m a ra s, está b ien p a r a la s d iscu sion es de
m en ta r la su m a d e la fe lic id a d h u m a n a . E stos no sacristía .
re n u n c ia n a la esp era n za c o m o lo s d el g ru p o n a tu ­
M a ria n o V iñ u a le s

NUESTRA S E C C IO N LIT E R A R IA

£ a R J i d a y l o ¿ / ¿ ib l o A

S e in s e r ta r á n e n e s ta s e c c ió n m e n s u a l li t e r a r i a c rític a s s o b re a q u e lla s o b ra s q u e v a y a n a p a -

c e n d o . e s c rita s e n los id io m a s c o r rie n te s o t r a d u c id a s , d e las c u a le s h a g a n l le g a r los a u to re s

o e d it o r e s , d os e je m p la r e s g ra tu ito s a la R e d a c c ió n d e C E N I T , 4 , r u é B e l f o r t , T o u lo u s e ( H . - G . )

Ayuntamiento de Madrid
1038 CENI T

CEREBRO E INTELIGENCIA
II y ú ltim o h ech o de que em p e zó a fa b rica rs e só lo n u e v o s ó r g a ­
n os — o sea a q u e llo s in stru m en tos a r tificia le s que,
ERO p rim e ra m e n te , tra tem os de ex p li­ desde el p u n to de v ista b io ló g ico , n o son sin o p e rfe c­
c a r u n a h ipótesis. E n su o r ig e n , e l c e ­ cion a m ien tos, p r o lo n g a cio n e s o e x te r io riz a c io n e s de
r e b r o es un ó r g a n o d e sig n ifica d o se­ los ó r g a n o s n a tu ra les. El m a rtillo es un pufio m á s
c u n d a rio . L a v e rd a d e ra sig n ifica ción fu erte, el p u ñ a l es en la m a n o del h om b re lo que la
del a n im a l es a lim en ta rse, o sea e v ita r g a r r a p a ra el tigre, el m ic r o s c o p io y el telescop io
a su s e n e m ig o s y a s e g u ra rse la su b­ au m en ta n el p o d e r del ojo, etc. L o s a n tig u os g rie g o s
sisten cia. C on este o b je lo , p a r a p od er lla m a b a n a lo s in stru m en tos ó r g a n o s ; A ristóteles de­
p e r c ib ir lo s a lim e n to s y la p resa , los c ía que el h o m b r e es u n «zoon o r g a n o p o iu n », un a n i­
p elig ro s, c o m o ta m b ién al fu tu ro co m ­ m a l q u e h a ce in stru m en tos. En v erd a d , el h o m ­
p a ñ ero c o n y u g a l, se h an c re a d o los se n ­ b re se d is tin g u e m o r fo ló g ic a m e n te p o r su m a n o y
tidos; y p a ra c o n s e g u ir lo n e ce s a r io p a ra la v id a o p or su c e r e b r o ; y desde el pu nto de v ista fu n cio n a l
p a ra e v ita r lo s p elig ros, se h a d e s a r ro lla d o el sistem a se d istin g u e de los a n im a les p o r el h ech o de q u e sabe
de lo c o m o c ió n . Sin em b a rg o, lo s sen tid os y lo s m ú s­ c r e a r in stru m en tos c o n ayu da de su c e r e b r o y m a n e­
cu lo s h u b iera n estad o de m á s s i n o h u biese existido ja r lo s c o n su s m a n os.
en tre ellos c ie rta s c o r r e la c io n e s , a fin de q u e los E sto p r o d u jo u n c a m b io in esperad o. El c e r e b r o no
m ú scu los p u d ie ra n e je c u ta r lo q u e les pedían los sen ­ estab a o b lig a d o a esp era r a q u e el cu e rp o c r e a r a sus
tidos. Este papel in te r m e d ia r io se e fe ctu a b a p o r m e­ re sp e ctiv o s ó rg a n os, sin o q u e p o r a u to r r e p ro d u c ció n
d io del sistem a n e r v io s o cen tra l, que n o ten ía al se los h a cre a d o solo. A su vez, estos ó r g a n o s a rtifi­
p r in cip io o tr a fin a lid a d que la d e s e r u n a esp ecie de c ia le s d e te rm in a ro n u n p e r fe cc io n a m ie n to m a y o r y
« a n illo » d e u n ión . P e r o desde ei p r in c ip io , n ingú n m á s ráp id o del c e r e b r o que los ó r g a n o s n a tu ra les
ó r g a n o p e r ifé rico , sea de p e rce p ció n o d e ejecu ción ,
q u e se d e s a r ro lla b a n len ta m en te. E ste «p r o g r e s o p r o ­
n o podía e x istir si n o estab a lig a d o en fo r m a ín tim a g r e s iv o » o, m e jo r d ich o, este « p r o g r e s o p a ra b ó lic o »
con la totalidad del c u e r p o — y e sto n o era posible
de la h u m an id ad se ha d e s a rro lla d o c o n u n a rapidez
a n o ser que el ó r g a n o e stu v ie ra rep resen ta d o en el sie m p re e n au m en to. A l p rin cip io, el c u e r p o y el
sistem a cen tra l.
c e r e b r o h u m a n o se han p e r fe cc io n a d o sola m en te en
D e este m od o s u r g ió el ce re b ro , c o m o u n a e sp ecie r e la ció n o r g á n ic a , con la len titu d de tod os lo s a n i­
d e m ic r o c o s m o d el m a c r o c o s m o del o r g a n is m o ; cada m a les (desde A h a cia B). M ien tra s que los a n im a les
p e r fe cc io n a m ie n to d el c u e r p o tien e que r efleja rse co n tin u a r o n d es a rro llá n d o se en esta d ire cció n , los
ta m b ién en el c e re b ro — y en este sen tid o se puede h o m b re s e m p e za ro n , desde el p u n to B a m a n e ja r la
d e c ir q u e la c e re b ra liz a ció n e s la fin alidad de los piedra, el p a lo, el g a rro te , estos n u e v o s órg a n os, aún
seres an im ales. P or o tr a parte, de esta ín tim a u n ión cu a n d o en este p eríod o n o a u m en tó la fa c u lta d e v o ­
c o n el c u e r p o resu lta que el c e r e b r o 110 pu ede des­ lu tiv a n a tu ra l, h a n a y u d a d o a los h o m b r e s a lev a n ­
a r r o lla r s e y p e r fe c c io n a r s e sin o con ju n ta m en te con ta rse desde el p u n to C a C'. M ien tra s ta n to la pied ra
todo el cu erp o. De o tr o m od o, ¿de q u é s e r v ir ía p or y el p a lo se h a n tr a n sfo r m a d o en h a ch a ; con esta
e je m p lo la g r a n e x ten sión de la co rte z a cere b ra l a y u d a m u c h o m á s fu erte, el p r o g r e s o ha sid o a ce le ­
(que en el c e re b ro h u m a n o e stá reserv a d a al m o v i­ rado — y los h o m b re s que h u b iesen lle g a d o sola­
m ie n to de la m a n o) s i n o e x istiría la m ism a m a n o m en te c o n la a y u d a d e la p ied ra al p u n to D-, se han
c o n su a g ilid a d ex trem a d a m en te fin a? De aquí r e ­ lev an ta d o c o n la a y u d a del h a ch a a D ". D e igual m o­
su lta q u e p a ra c re ce r, el c e r e b r o ten dría q u e esp era r do p a só cu a n d o c o n la a y u d a del h a ch a se ha con s­
siem p re a q u e e l c u e r p o se p e r fe cc io n a s e ; y c om o tru ido a lg o n u ev o, p o r ejem p lo, el p r im e r b a r c o y
la e v o lu ció n de lo s ó r g a n o s es m u y len ta, el c e re b ro así su cesiv a m en te. P od ría m os d e cir q u e cada in v e n ­
n o pu ed e c r e c e r rá p id a m en te. c ió n n u ev a es u n n u e v o capital que p rod u ce a su vez
S in em b a rg o, el p r o b le m a a d q u iere u n n u ev o as­ in terés; la técn ica y la cu ltu ra h u m an a se h a n des­
p ecto si tom a m os en cu en ta que el c e re b ro lle g ó a a r r o lla d o con la c re c ie n te ra p id ez c o n que au m en ta
un d e term in a d o g ra d o de p e r fe cc io n a m ie n to p o r el el «in te ré s com p u esto». D urante c ie n to s d e m ile s de

Ayuntamiento de Madrid
CENI T
1039

t a S s ^ p e r a ^ e s p u é s 'q íe " a p r S ó a ^ c o n a 'r l a f f p u - b a r g ííie r to Z f ¡ " 'T I ^ U" eUr° pe° ’ es sili em '
lirias, necesitó solam ente 30 a 40 m ilenios o a r í 1 1 p j q también con el cerebro de un euro-

^ v s s ím l k x , ™ E r '• f = ™ unhombreíe“ éI“a£


p e r fe cc io n a r s e p len a m en te. ® °” Í alg0 n u ev o con siste siem p re en esta b le­
ó t e p r o g r e s o p a r a b ó lic o de n u estros ó r g a n o s in s- S e m r n ^ ' n " f e n IaS qUtí n a d ie h a P a s a d o has-
tru m en ta les se r e fle ja en el d e s a r ro llo de n u e s tr o c ic o s riP f«in A i e x p re s a rn o s en térm in os b ioló-
c e ie b r o y e x p lic a las c ifr a s elev a d a s del c re c im ie n to Fstns' w nrt r !. n u o v ° s se n d e ro s en el ce re b ro ,
actu al. L as o b s e rv a c io n e s h ech a s p o r K o e h le r a c e r c a pvirtpnt s no, han sid o u tiliza d os antes, p e r o es
de !o s ch im p a n cés q u e v iv ía n en l i b e r t a d e n T e n e - r e S * ^ n o f U^ era 8ldo p o s ib le a q u e f u e r a n
n í e d em u estra n que ta m b ién lo s a n trop oid es, sin s e r co m o a rn .- «i £ h u b iesen e x istid o an tes. P od ría m os
a m a estra d os p o r el h om b re, sin o p o r p ro p ia in ic ia ti- c a k u f n ^ Pn iT ? ,!',™ k u™a n o con u n a E q u i n a de
va, u tiliza n en g ra n ca n tid a d lo s in stru m en tos a r ti- cá cu n q u e , e sten v irtu a lm e n te todos los
A cia les; h asta q u e lle g a r á n ta m b ién e llo s a fa b r ic a r avurtlt^Hn^ i? eJe c u ta d o h asta a h o r a "con su
in stru m en tos. Se pu ede d e c ir que el d e s a r r o llo r e ía , c á lc u lo s p osib les. P o r ejem p lo, n adie
rpTnnnrtte gi 'ande del ceIeb r0 de lQs antropoides co- 12345678987fiW?TUK:lPllCaC¡Ón,: 333607 x ati99í>999963 =
" ® Sp° ? de al m ism o "progreso progresivo» q Ue hemos cálcu lo pÍ Í S ^ em barg ° indudable que este
constatado en los hom bres. cálcu lo está com prendido en las ruedas y palancas
Según hemos demostrado, el cerebro hum ano au- í y que, el resuUado su rgirá de p o r sí
menta en m il años con 3.26 gram os; esto significa T ín p “ n * laS teclas correspondientes,
que su crecim iento es cin co mil veces m ayor que el iante p^ íJ L T ® hSUponer 1 ue un m ecanism o seme-
crecim iento m edio del cerebro anim al. Sin em bargo Su f o r m f l J 6n ei cerebr0- independiente de
desde otro punto de vista, esta evolución puede fe r m ero k ° , f ea: en eI cerebro se form a pri-
considerada lenta. En ios tiem pos históricos el cere- SUP bundancia d® relaciones, de las cua-
s,r0tnm m an0 CreC‘Ó 611 Una Í0Im a cas¡ im perceptible aparecen con°r>]SOr em pleadas nunca y P °r esto des-
si tom am os en cuenta la va ria ción real de los cere- Ir , tiempo, m ientras otras empiezan a
r a r tL ~¡ h ha3ta 1600 g r a m o s Pueden s e r con sid e- ca so ef a p o c o p o r los h om b res. En tod o
¿ ío V n CaS° C0m0 n orm a les. El peso m edio pueda uiíiT h?, 6 -que eX¡stir antes de q ue
gram os, es el m ás frecuente, llegando a ser más utlhzado.; de aquí resulta la afirm ación en
raro a medid que se acerca a ’0g e8xtre ^ CC,ebrü es más
inea que indica la frecu en cia del peso cerebral er. d ,q hom bre m ism o.
nTn T b ‘ eS con stitu y e u n a c u r v a en fo r m a de ca m - d o fa l ' 1& e x p e r¡e n c ia c o n fir m a esta p a ra -
pan a (la c u r v a d e Q uetelet), c u y a b a se tiene u n la r g o r e i n z a r « , n T ales a m a estra d ° s n o p od ría n lle g a r a
corre sp o n d ie n te a la d ife r e n c ia d e 400 fiam os (1 ¿00 e a liz a r sin la in terv en ción e d u ca tiv a del h o m b re
.600). T om a n d o c om o ba se d e c o L p T ra ^ fó n d e ! c S . T d“ ra~ ; ^ e g o es ev id en te que
cim ie n to ce re b ra l este ..ancho., d e 400 g ra m o s se de- n 1 1 p osib ilid a d es, q u e el c e r e b r o d e estos
m u estra cu á n p oco h a ca m b ia d o el c e r e b r o ’ en lo« a m a estra d os v a m á s lejos q u e el de los
tiem p os h istóricos. C on la e x ce p c ió n de lo s c e r e b r o s a m ™al(es dejad os e n el c u r s o n o rm a l d e vida
atrofiados o h ip ertrofiad os, se pu ed e d e c i r q u e l a S o d / l ?
í “ b1^ P&ra ‘ ° S h o m b r e s: u n h orn b ,e
m a y o r ía ha qu edado tal c u a l fué, lo q u e sig n ific a que m undn ««toca ción o m a l edu ca do o a isla d o del
el h om b re m ed io n o ha c a m b ia d o . La c u r v a que in d i- h * ‘ fu e r a dotad o de un c e re b ro gen ia l
c a el p eso ce re b ra l de los h o m b re s de h o y C o in c id e P“ dse qu ed a r ld iota - Pür ° lr a p a rte, lo s p u e b lo ! m u y
ca si com p leta m en te c o n la c u r v a de la é p o c a g r e c o - f p u e d e ' 1 a lca n z a r p o r u n a ed u ca ción ude-
lo m a n a , cu a n d o lo s p re d e ce s o re s de los a ctu a les eu- Han w L " l0S m a s a d ela n la d os. L os ja p on eses
rop eos e ra n tod avía b á rb a r o s ; la c u r v a corresD on ?• ch o e x p e rie n c ia s c o n lo s ain os, un p u eb lo pri-
dien te a los h o m b re s d el p a le o lítico s u p e r io r de io s T ‘Z° Y, S/ ‘Vaje’ qu e hasta el « ¡g 'o X I X v iv ía c om o
T PT ' U0 disling ue aún dem asiado de la tié n d o lo íí u n * * ™ e* el x °rle del JaPón - Süme-
<le los hom bres m odernos. tiendolos a la m ism a educación que los niños japo-
E sU constatación parecería sorprendiente, pues los M nf nh^n H 0131^ ^ 0 resultados com parables con aque-
antiguos alemanes, por ejem plo (y no hablem os nada S nÍ h Í í í ^ n,íl0S- Los neg ros de A m érica
de los hom bres del A urignac) se hallaban hace dos d esdí hecho progresos notables en los 75 años
m il años atrás, en un estado «cu ltural» evidentem en- su em ancipación; si n o se ha llegado a resul­
te in ferior a los alemanes m odernos; com o sin em- it fjf “ s a aquellos obtenidos con los ainos,
ba rgo su cerebro era en térm ino m edio casi idéntico “ S‘u da a causa de ^ue los negros am eri-
al de los actuales, la con clu sión inevitable es que su h i ™ ? 0 í ^ 1 S'? ° tratados en Pie de igualdad con los
cerebro era realm ente capaz de adaptarse a todos S li!^ i f / contrario, los españoles, que aún
los inventos aparecidos en esas épocas lejanas Esta co n m is ta de A m érica se han mezclado
conclusión nos obliga a expresar la paradoja de aue m oros, n o han conocido el od io o el orgullo
el c e r e b r o del h om b re es m á s in telig en te q u e el h o m -
r ;^si se e? P 'ica tam bién el hecho no m enos -----
I) ípHplí qu e los p u eb los evid en tem en te cu lto s horrora de°S|a q« ..« Sre, pr.e,8untaran Í ÓI" 0 pudieron realizarse los
paeden r e ca e r de un dia a o tr o en u n a co m p le ta b a r - m X zIs t i l M T i ó f y las
b . ™ . S , c o n el c e r e b r o de „ „ h o m b r e de la ép oca

Ayuntamiento de Madrid
1040 CENI T

d e ra za ; e llos q u e ría n so la m en te e x p r o p ia r en el m a n id a d . E lla n o d em u estra ta n to la ig n o r a n c ia y


N u e v o M u n d o a lo s m á s d éb iles, p ero se h an m ez­ la m a ld a d d e lo s h o m b re s, sin o e l h ech o elem en tal
c la d o con lo s in d ios y n e g ro s su p e rv iv ie n te s ; los des­ d e q u e lo s p u e b lo s n o h a n p odido lle g a r h a sta ah ora
cen d ien tes de estos m estiz os no son in fe rio re s a los a u n a fr a te r n id a d u n iv e r s a l p orq u e n o se con ocen
esp añ oles, n i d esde el pu n toe de v ista m en ta l n i lo s u n os a lo s otros, sea p o r no h a b er ten ido tod avía
m ora l. los m ed ios, s e a p orq u e h an sido en gañ ados, m a n te­
L a m ism a co n c lu sió n re su lta ta m b ién d e u n h ech o n id o s e n la ig n o r a n c ia p o r su s a m os. Y s i lo s h o m ­
m u y co m ú n p a r a n o a tra e r n u estra aten ción , o sea b r e s n o h a n p od id o in stru irse c o m o corre sp o n d e , se
q u e todos n o so tro s p od em os r e p e tir c o n fa cilid a d debe al h ech o d e q u e en su m a y o r ía fu e r o n ob lig a d os
p en sa m ien tos que n o so tro s m ism o s n o h u biésem os a tr a b a ja r tod o el d ía p a r a p r o v e e r s e « c o n el su dor
p odido c o n c e b ir n u n ca . L as id ea s de E in stein n o p o ­ d e la fre n te » d e lo n e ce s a r io p a ra la v id a .
dían s e r co n ce b id a s p or n adie, a n o s e r él o a lgu n os P ero, ¡h e a q u í q u e el «m ila g r o s o s ig lo X I X » ha
h o m b re s tan g e n ia le s c o m o é l; p e r o desde el m o m e n ­ ca m b ia d o tod o esto! P o r p r im e r a v ez el trá fico m o ­
to q u e estas id ea s h an sid o en u n cia d a s, ella s están d e r n o (o sea la in terd ep en d en cia técn ica ) h a re u n id o
al a lca n ce de tod os y p u ed en s e r rep etid a s p o r la a l m u n d o e n te ro en u n a u n id ad e c o n ó m ic a y c o n esto
m a y o r ía d e lo s h o m b r e s in stru idos. E sto n o h u b iese h a h ech o p o s ib le la u n ió n p olítica y e sp iritu a l; y
o c u r rid o s i en el c e r e b r o d e los h o m b re s «m ed iocres» la s m á q u in a s q u e tra b a ja n h o y ta n to c o m o lo s h om ­
o «v u lg a r e s » n o p re e x istie ra , de u n m o d o o de otro, b r e s n o tien en n i la n ecesid ad n i la p o s ib ilid a d de
la p o sib ilid a d d e ta les ideas su p eriores. trabajar1 d ia ria m e n te o ch o h o ra s (pu es aún en los
D os c on sta ta cion es im p orta n tes, de o rd e n b io ló g i­ a ñ o s e n q u e u n c u a r to de h u m a n id a d se h allaba
c o, resu lta n d e esta e x p o s ic ió n : desocu pada, se p ro d u cía p o r todas p a rte s m á s d e lo
1) P u esto q u e el c e r e b r o c r e c e con re la tiv a len ti­ n ecesa rio), lib e rta n o lib e rta r á n e n b r e v e a la s g r a n ­
tud en la s ép ocas lla m a d a s h istórica s, pu es el 95 % des m a sa s del c a stig o b íb lic o de « g a n a rs e el pan con
d e los h o m b re s d e lo s ú ltim os diez m il a ñ os tu v ieron el su d o r d e su fren te»...
ca si el m ism o c e r e b r o q u e los de h o y ; pu esto que «A sí, la s m á q u in a s del sig lo X IX darán a la h u m a ­
n u estros an tep asa d os n e o lítico s e ra n ca p a ce s de v i­ nidad... la p o s ib ilid a d ex tern a de e d u ca rse en v ista
v ir d e n u estra cu ltu ra , si se h u b iese e n co n tr a d o a l­ d e u n a fr a te r n id a d u n iv e r sa l y de r e a liz a r en esta
g u ien en to n ce s q u e le s e n se ñ a ra (pu es h e m o s v isto fo r m a el su eñ o etern o de su s filósofos. Y la m isión
que lo s a in o s son ca p a ces de ad apta rse a la cu ltu r a del s ig lo X X s e r á la d e u tiliza r estas m á q u in a s (que
ja p o n e sa y lo s ja p o n e se s a s im ila r la eu ropea ), d eb e­ hasta a h ora n o h an lo g ra d o m á s que e m b ru te ce r a
m o s su p on er q u e ta m b ién en la in m en sa m a y o r ía de lo s q u e la s m a n eja b a n ), p a r a el b ie n so c ia l y cu ltu ra l
c e re b ro s d e n u estros día s resid en p o sib ilid a d es a n á ­ de la h u m an id ad , o sea p a r a r e d u c ir el tra b a jo de
log as, que, si n o son c u ltiv a d a s c o n in sisten cia , al­ de lo s h o m b re s, d á n d oles tiem po p a ra estu d ia r y por
c a n z a r á n fo r m a s c o n c r e ta s p osib lem en te d e n tro de este m e d io , d e lev a n ta rse»...
o tr o s d iez m il años. P o r co n sig u ien te, n u estra g en e­ Y a los q u e o b je ta n que, aún s i ex istie ra la p o s i­
r a c ió n sola m en te n ecesita u n a ed u ca ció n ad ecu ada b ilid a d ex tern a , fa lta la in tern a , y que la s m a sa s no
p a r a a d q u irir u n a c u ltu r a in co m p a ra b le m e n te su pe­ están tod a v ía m a d u ra s p a r a e d u ca rse y lev an ta rse,
r io r a n u estra cu ltu ra . H em os v isto que, b io ló g ic a ­ el p r o fe s o r N ic o la i le s rep ite q u e tal o b je c ió n n o tiene
m en te, tal ed u ca ció n es posible. fu n d a m en to. H a d em ostra d o m á s tod avía; h a d e­
2) P u esto q u e n o so la m e n te los an tep asados, sino m o s tra d o q u e el c e r e b r o de tod os los h o m b re s pu e­
ta m b ién los pu eblos a tra sa d os d e h oy c o n e x ce p ció n de s e r ed u ca d o en u n tiem p o m u ch o m á s c o rto . « P o ­
de lo s a u tr a lia n o s y d e a lg u n a s trib u s de n e g ro s y d em os e d u ca r a los h o m b re s p a ra u n a c u ltu r a su ­
p ig m eos en tre n de d e s a p a rició n ) están dotados en p e r io r y p o r esto, ten em os q u e h a ce rlo ».
su g r a n m a y o r ía de c e r e b r o s id én ticos al d e los eu­
rop eos, resu lta en fo r m a p r á c tic a q u e tod os los p u e ­
b lo s de la tie rra tien en fa cu lta d e s b io ló g ic a s n e ce s a ­ * * *
ria s p a ra ser ed u ca d os (1). ¡E sto sig n ific a q u e ex is­
ten desde a h o r a co n d icio n e s b io ló g ic a s p a r a u n a fr a ­ A sí n o s estim u la u n h o m b re d e c ie n c ia , un g ra n
te rn id a d u n iv e r sa l en tre los h om b res! b ió lo g o q u e es al m ism o tiem po un g ra n m ora lista ,
E sta es la co n c lu sió n de o r d e n so cia l de u n a s co n s­ en el sen tid o en ciclop éd ico, u n iv e r sa l y p r o fu n d a ­
ta ta cion es cien tíficas. E l p r o fe s o r G. F r. N ic o la i la m en te h u m a n o. T o d o s los lla m a m ie n to s sen tim en ta ­
ex p resa c o n la m ism a o b je tiv id a d , p ero ta m b ién con les d e lo s id ea lista s q u e se b a sa n en la c r e e n c ia in ­
la m ism a im p resion a n te c o n c is ió n del h o m b r e que tu itiv a en el p r o g r e s o in telectu a l y é tico ; tod os los
se a trev e a p r o n u n cia r tod a la v erd a d . E l q u iere estím u los d e la s a lm a s gen erosa s, q u e q u ie re n el
co n v e n c e r n o s de q u e la fr a te r n id a d del g én ero h u ­ b ien , la ju sticia , lo b e llo y la lib erta d p a ra todos, no
m a n o, soñ a d a p o r los e sp íritu s m á s esco g id o s de este so la m en te p a r a u n a élite, p ara m in o r ía s p r iv ile g ia ­
m u n d o, pu ede lle g a r a ser u n a re a lid a d . S a be que das: tod os lo s g r it o s d e los fa ls o s r e v o lu c io n a rio s , que
esta fra te rn id a d fu é m ira d a c o m o u n a u topía y c o m ­ e x cita n a ú n m á s lo s in stin tos v io le n to s de la m u l­
ba tid a siem p re p o r «el m u n d o oficial, sea la ico o c le ­ titud, e x p lota n d o e llo s ta m b ién , c o n el fin p o lític o y
rica l». E sta es la g ra n sin g u la rid a d d e u n m u n d o d og m á tico, su in fin ito su fr im ie n to : todos los im p u l­
qu e za h iere la s m á s sa g ra d a s a sp ira cion es de la h u ­ sos, tod a s esta s lu ch a s secu la res se v u e lv e n lú cidas
v olu n ta ria s, p le n a m e n te co n c ie n te s d e su d irección
y p osib ilid a d , desde el m om en to q u e son v in cu la d a s
c o n la s g ra n d es v erd a d es de la e v o lu c ió n de la espe­
(1 ) ¿E n qué se p u ed en basar en to n ce s la6 h e r e jía s r a c ia ­
le s ? (E . R .). c ie h um an a, desde el m om en to e n q u e están e n con -

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1041

c o rd a n c ia con la s ten d en cia s de p e r fe cc io n a m ie n to


d o m in a r a lo s p u eb los p o r la tira n ía , p o r g u erra s
d e l a n a tu ra le za m ism a . ¡D e la n a tu ra le za q u e ha n a cio n a le s y g u e r r a s civ ile s, n u estro o p tim ism o
lle g a d o a s e r con scie n te p o r m ed io d el h o m b re !
q u ed a in co n m o v ib le . P o rq u e éste es im a g in a ció n de
El id ea l es v ia b le so la m e n te si tien e r a íc e s c la v a ­
so fla d o r ex a lta d o o de p e n sa d o r p e rd id o en un m u n ­
das en la s rea lid a d es u n ita r ia s d e la v id a . El h o m ­
d o de ficcion es. N u estro op tim ism o, de lo s q u e creen
b r e pu ed e h u m a n iza rse p le n a m e n te s i sien te y sa bo en la p a z y fra te rn id a d u n iv e rsa l, p ero ta m b ién en
que es s o lid a r io n o so la m en te c o n su s sem eja n tes,
el p e r fe cc io n a m ie n to in d iv id u a l, e stá fu n d a d o en la
s in o c o n todas las fo r m a s d e v id a q u e le h a n p r e ce ­ b iolog ía . L a ra zó n se e x tr a v ió b a stan te p o r los
d id o y c o n las que seg u irá n . E l p e r fe cc io n a m ie n to c a m in o s ilu s o rio s del su eñ o. Y h em os d e estar r e c o ­
es p o s ib le n o sola m en te p o r q u e lo q u ie r e el. h o m b r e ; n o cid o s a lo s sa b io s que, n o q u erien d o tr a icio n a r a
sin o p orqu e co rr e sp o n d e rea lm en te a la s le y e s d e la la h um an idad , h an o fre n d a d o a lo s lu ch a d o re s del
n atu raleza . P o r m á s d esm en tid os q u e n o s tra jera n E spíritu este n u ev o a r m a : ¡el o p tim ism o b io ló g ico !
la s co n tin g e n cia s p olíticas, p o r m á s c a tá stro fe s quo
p r o v o c a r a n a q u ellos que se c re e n p red estin a d os p a ra E u gen RE LG IS

O AL NUEVO LI
R. R O T O N D A R O
EL MOVIMIENTO OBRERO ORGANIZADO EN LA REPUBLICA ARGENTINA
•jE leíd o c o n m u ch o g u sto su tra b a jo sob re ¿D e q u é se h a n in d ep en d iza d o los h o m b re s en esta
el m o v im ie n to o b r e r o o rg a n iz a d o en la tie rra d u ra n te e l s ig lo X I X y c u a n to v a c o r r ie n d o
R e p ú b lica A r g e n tin a : m e p a re c e un del X X ? ¿D e los r e y e s ? ¡S i estos d e a h ora son p eores
ap o rte serio, b ie n d ocu m e n ta d o y m e jo r que lo s reyes! ¿ A c a s o la s d e m o cr a c ia s con e le ccio n e s
orie n ta d o filo s ó fica y política m en te. u n iv e r sa le s y p a rla m e n to s «co la s » h a n d a d o a lg o al
Si in tr o d u cc ió n es u n p u n to de v ista tra b a ja d or, se h a n em a n cip a d o de p r e ju ic io s secu la ­
g en era l, sin tético, so b re el p r o ce s o c o ­ res, h an lib e ra d o al tra b a jo, h a n au m en ta d o el p r o ­
lon ia l y el lla m a d o n a cio n a l, so b re este ceso in te r n o de lib e rta d que lle v a en g e rm e n cada
tóp ico h a y m u c h a s c o sa s q u e d e cir, pu es ser h u m a n o ? ¿S e resp eta m á s la p erson a lid a d h o y
la s q u e se h an e scrito h a n sido p u ra s qu e h a ce u n s ig lo ? ¡N o! De n in g u n a m a n e r a ; aq u ello
h istoria s su bjetiv as, al s e r v ic io de tal o c u a l b a n ­ que u sted a n ota so b re l a lib e rta d n o es m á s que u n a
dera, esta o la o tr a r e lig ió n , a q u é l u o tr o g r u p o eco sim p le m e tá fo r a c o m ú n al g lo s a r io d e lo s h is to ria ­
n ó m ico . E n esto h a y m u ch o q u e re v e la r y m á s po d o re s b u r o cr á tico s d e B u en os A ir e s p rin cip a lm en te.
a cla ra r, pu es la h is to ria o fic ia l está lle n a de m e n ti­ A q u ello es la ba se h istó ric a de cu a n to usted v e ah ora.
ra s co n v e n c io n a le s y d e ja en la m e n te d e los n iñ os P o rq u e en esta r e g ió n c o m o en o tr a s de A m é rica , las
y estu d iosos u n fá r r a g o d e n u b a r ro n e s q u e n o sólo c o s a s se h icie ro n m a l. Y a u n q u e los que la s h icie ro n
les estrop ea la m e m o ria sin o q u e les id io tiz a la m e n ­ c r e y e r a n o b r a r bien, p u es d a b a n cu a n to ten ían (ya
te p r e p a r á n d o la p a r a fu tu ra s y etern a s dictadu ras. q u e e n ca d a é p o c a tod o es r e la tiv o y n o se pu ede
U sted se ha de c o n v e n c e r q u e tod as la s « r e v o lu c io ­ p e d ir a 1820 lo d e 1920) su a p o rte fu é n eg a tiv o, c o m ­
nes» cita d a s y tod a s la s «e m a n c ip a cio n e s » en u n cia ­ p leta m en te n e g a tiv o p a r a esta n u estra g e n e r a c ió n
das n o han r e v o lu c io n a d o n ada, n i e m a n cip a d o a un de la e le c tr ic id a d y en erg ía a tóm ica .
so lo h om b re. L a s m a s a s a rg en tin a s, a tr a v é s de sus En el s ig lo X I X A m é rica y ' la A r g e n tin a n o se
in stitu cion es co lo n ia le s q u e h o y p erd u ra n a g ra v a d a s lib e r a r o n de n ada, se h a n en ca d en a d o m á s a su s m a ­
p o r la s técn ica s socia les, sig u e n sie n d o tan bru ta s sa s y pu eblos, de tal m od o q u e h o y u sted pu ed e p a l­
c o m o an tes y m á s e sc la v a s tod avía, p u es lo s in stru ­ p a r c ó m o n o s e n con tra m os.
m en tos d e su jeción de la s fu e rza s esp iritu a le s r e a c ­ T o m e la rep ú b lica d e C olom b ia , su o r g a n iz a c ió n
c io n a ria s son in m en sa m en te m á s p od erosos q u e los c o n s titu c io n a l d e 1810 a 1832 y de aquí h a sta 1900.
de la é p o c a a n te rio r al 1810, y p o r e llo em b ru tece- T e n e m o s la lu ch a c o n tra los m o n á r q u ic o s españoles,
doras. _ ' i : la s ca m p a ñ a s de B o lív a r que fu e r o n sa n g rie n ta s ; la
U sted h a b la d e r e v o lu c ió n lib era d ora , d e in d ep en ­ lib e r a c ió n de C olom b ia ; el c o n g re s o de Cúcuta. La
d en cia y dem ás, p e r o fíjese b ie n q u e no se v e n in ­ «G ra n C o lo m b ia »; la d ic ta d u ra del « g r a n » B o lív a r,
g u n a r e v o lu c ió n de fon d o, de fa c tu r a socia l, de c a m ­ la c o n s titu ció n de 1832 — don de ab u n da n la s lib e r ­
bio estru ctu ra l. tades — el tr iu n fo d el lib e ra lis m o , lo s E stados U n idos

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1042
CENIT

d e C olom b ia ; la c o n s titu c ió n dp 1886 y a c o n m en os


ta ción h u m a n a sin o a un c a m b io fu n d a m en ta l en las
.1 ° ra| u r a d e lib erta d es; los reg ím en es con serv a d o-
estru ctu ra s in stitu cion a les. El m o v im ie n to sin d ica l
ie s , los rep u b lica n os, lo s lib era les, lod os los g ob ier-
r e v o lu c io n a r io resp on d e a u n ideal del p o r v e n ir fr e n ­
y g o lPes de Estad<» m ú ltip les te a l fr a c a s o d e lo s n a cion a lism os, de la d e m o cra cia ,
hasta 19o.3. Usted v e que n o es p oco en ra zon es de
del c a p ita lism o y de la b u rgu esía en la o rg a n iz a ció n
acon tecim ien tos. D espu és de tanta r e fo rm a , r e v o lu ­
del m u n d o y reg ion a l.
c i o n e s - l i b e r t a d o r a s » , B olíva r, S a n ta n d er y dem ás
E h izo u sted m u y b ie n de c ita r su s .postulados, pu es
g e n e r a le s de la in d ep en d en cia , del P ro g re so , de la
lo son de lib erta d y de v e rd a d e ra e m a n cip a ció n , idea­
v enn°hinCia’ <í tC" 6tC' ’ la situ a c ió n de su s h om bres les q u e tod avía n o se h a n rea liza d o en n in g ú n país
> pu eblos es la real que a ca b a de n a r r a r un d istin ­
del m u n d o y q u e p ro b a b le m e n te n o fu n cion a rá n
g u id o ab og a d o, el c o n o c id o c rim in a lis ta d e B ogotá,
ta m p oco c o m o n os im a g in a m o s y los h o m b re s que
H ern a n d o G a v a rito N úñez, d e c la r a c io n e s h ech a s a la
los lle v e n a la e x p e rie n c ia ten d rán q u e v ig ila rlo s ,
p ren sa d e C h ile: «L a s a u torid a d es con trola n el c o ­
p u es pu ed e su ce d e r q u e los sin d ica tos si n o son li ­
rreo, la co rr e sp o n d e n cia y d ia rios, p a r a im p ed ir que
b res, p on ga n e n p e lig r o la s m ism a s lib erta d es de
sa lg a n al e x te r io r los d eta lles q u e han llev a d o a la
c u y o s p ostu la d os p a rtieron .
tu m b a a m á s de 200.000 ciu d a d a n os en el c u r so de
A lg ú n día v e rá n los n u ev os h isto ria d o r e s q u e éste
los ú ltim o s c in c o añ os. Y n o se tra ta de u n a g u erra
es el v e rd a d e ro m o v im ie n to de m a n c ip a ció n y que
\.s e ' , al:a de un e x te r m in io m etód ico, sa n g u in a ­
las lib erta d es n o están atrás, en el pasado, n i e n el
rio, b á rb a ro. Es el e jé r c ito in stig a d o p o r el g o b ie r n o
fu tu ro sin o en lo q u e se v a v iv ie n d o an te la terrib le
c o n tr a el p u e b lo in d efen so. Es sim p lem en te un c r i ­
c o m p r o b a ció n , q u e so n m u y poca s y q u e a p en a s un
m en c o le ctiv o . Se pu ede d e cir q u e el ré g im e n está
d estello d e e lla s se r e fle ja e n los h o m b re s y en las
sosten id o p o r la s b a yon eta s. T od a C olom b ia no es m asas.
o tr a co sa q u e un g ra n c e m e n te r io y u n a cá rce l in ­
S i la se m illa d e este p ro ce s o lle g a r a a g e rm in a l
m en sa. P o r todas p a rtes r e in a el terror. N adie está
se g u ro de su p ro p ia v id a .» tal v e z el c lim a resp eta ría la p erson a lid a h u m an a!
h o m b re s y p r o d u c to r e s se in teg ra ría n en la n ueva
»En la s zon as de lo s lla n o s o rie n ta le s don de actúan
socied a d , p e r o c o m p r o b a m o s que la ed u ca ció n y los
las g u e r r illa s se han esta b lecid o ca m p o s d e c o n ce n ­
re so rte s d e lib e r a c ió n h a n ca íd o e n m a n o s del Estado
tra ción . Y a ú n m ás. cada cu a rtel se ha c o n v e rtid o
y éste d o m in a la socied a d en tod os su s a sp ectos s i
en u n lu g a r de d e te n ció n y a ju sticia m ien to. A v a ­
g u ie n d o «el c a m in o de la se rv id u m b re » c o m o lo ha
r io s expresid en tes, q u e se e n cu en tra n en el ex ilio, el
lla m a d o un e c o n o m is ta h olan dés.
actu al g o b ie r n o les qu em ó la s casas, y c o m o el caso
S in e m b a rg o , d e este m o v im ie n to q u e u sted ha
de E d u a rd o Santos, d ir e c to r del d ia rio «E l T iem p o»
estud iado, se sa lv a la a s p ir a c ió n a u n q u e h a y a caído
d e s tru y ó su s m á q u in a s. P o r o r d e n del g o b ie r n o se
la o r g a n iz a c ió n . L os id ea les q u e n o m u eren y el sen ­
rea liz a n c on sejos de g u e r r a que e n 24 h o ra s pueden
tido h u m a n o q u e p e rm a n e ce in ta cto e n la m en te de
co n d e n a r a u n ciu d a d a n o a p en as d e p r is ió n que os­
los h o m b re s de don d e no lo p u eden e x te r m in a r y des­
c ila n en tre lo s 4 y los 25 años, p or el so lo h ech o de
a lo ja r lo s p od eres coactiv os.
n o s e r p a rtid a r io del g o b ie r n o .»
L e h a tocad o v iv i r a u sted y a la ju v e n tu d de A m é­
Y a ve, después de ta n ta s re v o lu cio n e s , d e tantas rica esta é p o c a de con d u cta con d icion a d a en que
con stitu cion es, ¿qu é h a cem os? F u e ro n r e v o lu c io n e s p a rece q u e el m a l ha triu n fa d o, p e r o ello es so la ­
p a ra atrás, retróg ra d a s. Y este e sp e ctá cu lo n o es m en te un e r r o r de v isión . L os in stin tos coo p e ra tiv o s
so lo el de C olom bia, sin o que se rep ite c o n u n c o lo r socia les, de a y u d a en el h om b re, n o se term in a n tan
m á s su b id o en V en ezu ela y si sigu e, g eográ fica m en te fá c ilm e n te y a tr a v é s d e la oscu rid ad siem p re b rilla
m á s p a ra el N orte se e n cu e n tra q u e en la g ra n re­ u n a e s tre lla y ésta s son la s lib erta d es g re m ia le s
p ú b lica de J eferson y de la C a rta de V ir g in ia se h u m an as, in teg ra les, socia les y p o lítica s con las cu a ­
p roh íb e a lo s sabios a tó m ic o s e s c r ib ir c a r ta s de am or les p o d rá e x is tir sola m en te la g e n e r a c ió n que, co m o
pu es le re v is a n la c o rre sp o n d e n cia y s i h ablan d e usted, se in ic ia en la v o rá g in e . M alos tiem p os y bue­
fís ica o q u ím ica n u cle a r le a p lica n la s illa eléctrica , n os h om b res. Y esp íritu n u ev o de lu ch a y de libertad,
in stru m en to de «civ iliz a c ió n » s u p e r io r a los v ie jo s he a q u í cu a n to d eb em os afirm a r, sin el eg o ísm o de
b a rro te s de la in q u isición esp a ñ ola y eu ropea , y si v e r re a liz a d o s de in m ed iato’ tales p ostu lados, pues
se le o c u r r e p a sa r al S u r de la s A m é rica s v e rá lo la s ideas n u ev as, h a n d em ostra d o p s icó lo g o s e his­
que está v ie n d o y lo v e r á con lo s p elos de punta. toria d ores, ta rd an dos s ig lo s p or lo m e n o s en im po­
No. am ig o. H a y q u e m ir a r esos a co n te cim ie n to s n erse y p a r a la s n u estra s fa lta m u ch o, p e r o esta
pa sad os y aun la s o r g a n iz a c io n e s n acion a les, con h u m a n id a d n o h a d e c a e r e n la d eca d en cia y su po­
sen tid o com ú n , ló g ic a ra zon a b le, y v e re m o s que son n em os c o n a lg u n a s razon es, que se re a liz a u n a v a n ce
n u b es crea d a s p o r el en tu sia sm o c u ltiv a d o y las fá ­ im p a lp a b le p a ra la s a n ten a s de n u estros o b s e rv a d o ­
cile s em ocion es, q u e se c a r g u e n a tal o cu a l p rin ­ res, p ero e fe ctiv o , y en estas n u ev a s zon as d el espí­
cip io u o b je to de v e n e r a c ió n p a r a lo s fines de ob e­ ritu d escu b ierta s en el a lm a h u m a n a están situ ados
dien cia. los m e c a n is m o s d e lib e ra ció n y re g e n e ra ció n q u e le­
E n n u estro pa ís ta m p o co la o r g a n iz a c ió n n a cion a l v a n ta r á n la s m a sa s a ctu a les de su g r a n esclavitud
sig n ific ó m u ch o. A m i m o d o d e v e r n ada s e r io p ara e ig n o r a n c ia y esto es cu a n to e n ca rn a en el su b co n s­
lo s p u eb los y su s lib ertades. cien te el m o v im ie n to o b r e r o y sin d ica l r e v o lu c io n a ­
Y resp on d ien d o a e sta n ecesid a d c re a d o ra de un r io m o d e rn o y q u e u sted lo ha m e n ta d o al repasar
m u n d o n u ev o, n a ce el m o v im ie n to o b r e r o o r g a n iz a ­ los p r in cip io s d e la F e d e ra ció n O b rera R eg ion al
d o : lo s sin d ica tos. L as a s o cia c io n e s g re m ia le s que a s­ A rgen tin a .
p ira n n o só lo a u n a m e jo ra e c o n ó m ic a en la e x p lo ­
D r. Juan L A Z A R T E

Ayuntamiento de Madrid
C E N I T 1043

c u t a A i i t í i n

N ovela fantástica y real

CAPITULO VI CRUCES. — ¡Vendimia de criaturas!


ELVIRO. — No, que descepan.
LA SALA DE ESPERA LOPE. — Eso mismo.
CLARA. — Estrellando el firmam ento están.
Personas: CLARA, CRUCES, AURELIO, LUCAS CRUCES. — Te tiembla la voz, Lope.
LEONARDO, LOPE, ELVIRO, AM ARO, ORIGE­ LOPE. — U na costera del ricino tan resbaladi­
NES, SEGISMUNDO, EL MARQUES, G U A R ­ za que se n ota al hablar.
DIAN. SOLDADESCA GENIZARA. AHORCADOS -AMARO (fuera de sí). — ¿Que si conocéis il
DE AMBOS SEXOS. Miedo? (Nadie responde). Su color, su form a su
fisonomía...
Calabozo irregular en lo profundo de una CRUCES. — Peo, prim ordialm ente feo.
fortaleza. Declina en progresión, y una gruesa ELVIRO. — Com o el horrible Tersites.
viga, de la que ipenden hom bres y mujeres LOPE. — ¡Buen año con tigo para las Parcas!
ahorcados, lo atraviesa de parte a parte. El AMARO. — ¡D ejaos de mitos! Lo real y verda­
tragaluz guiña su medio o jo avizor en la lí­ dero son esos «fiambres».
nea resbaladiza. Pared frontal, cortada a de­ CLARA. — Astros sobrepuestos a la Estrella
recha mano. Tres puertas condenadas — las Negra de la Iniquidad.
señales lo denotan— de esquina a fondo, en ELVIRO. — La Iniquidad acabará volviendo el
el recodo que frentero ventanoco esclare­ Sol negro.
ce. Cuelga un pingo m atando a este lado el CLARA. — Lo negro 110 es de arriba.
rincón. Arriba de la escalera de caracol, la AMARO. — ¡Me niego a morir! ¡Aún de muerte
puerta. En el pasillo, vasija con agua, un natural, me niego a m orir- Y o n o am o a Dios
jarro y el tito. Las figuras se proyecten cla- porque mata. A ningún poder siniestro amo.
roscurecidas, evanescentes, «grosso» modo. I g ­ ¿Qué atrocidad es ésta que. sin pedirlo el que de
nórase qué horas son. si es tan señor com o el rey de sus alcabalas, in­
Cruces, entre Lope y Elviro, sentados en el exorablem ente se com ete? ¿ Me ha cultivado a mí
suelo.. Como fiera enjaulada pasea Amaro. La la Muerte? ¿Vivo yo para morir?
sombra blanca, estelar —por esta vez. asi de­ LOPE. — ¿L a bestia sabe su fin y tú no?
be ser la som bra—, que es espíritu de amor, ELVIRO. — ¿Qué es morir, Clara?
el genio de la muerte, y corresponde «toda­ CLARA. — Buscar nuevo alojam iento cuando
vía» a Clara. Muéstrase en la plataform a de e> aue se tiene deja de ser habitable.
la escalera y hace de Maestra del Camino, si ELVIRO. — Eres el buen ángel de la consola­
bien el suyo n o lo ha term inado de andar. ción.
Orígenes dialoga con Segirm undo (empareda­ ORIGENES. — ¿A qué Segismundo aludes?
do). Llega de fuera el reniego de un cerrojo, SEGISMUNDO (en su emparedamiento, que se
menos áspero que la voz del guardián. Todos deduce p o rcia puerta condenada, del grandor de
escuchan. la boca de un horno). — Al sepultado en vida.
ORIGENES. — ¿Segismundo qué?
GUARDIAN. — Lucio Dueñas Vélez, Aníbal T o ­ SEGISMUNDO. — Entonces, borde.
rres Vela, Cecilio Sánchez Alós, Amable Gómez LOPE. — De h oy n o pasa.
Valdés, Ciernen tina Iran zo Perea, Genoveva M o­ CLARA. — «De hoy n o pasa» significa que pa­
reno Solís.
sam os d e ayer. ¿Cóm o lo sabes? ¿Con qué instru­
LOPE. — ¡Otros seis! m ento has medido el tiem po? La im aginación es
ELVIRO. — Conozco a Clementina. falible, n o menos incierta que esa gotera de luz-
AMARO. — Yo, al Miedo, y no puedo explicar plomo. que, en vez de alumbrar, da frío.
com o es.
LOPE. — Y o me baso en tí, que eres nuestro
ELVIRO. — Clem entina Iranzo sabrá morir, es reloj.
cierto.
CLARA. — El Tiem po nos puso en esta esta­
CLARA. — La muerte no existe, y la criatura ción y tom ó carrera. Otra circunstancia nos lle­
jamás sale de la esfera universal. vará a lugar nuevo. De ese lugar nos sacará otra
AMARO. — Aquí, aquí está el Miedo. Es otro circunstancia... inexorablem ente. Fuera de estas
más, hace más bulto que entre todos, y no se novedades, todo es lo mismo. Así tiene que suce­
precisa. der y así sucede.
LOPE. — ¡Nuevo racimo! AMARO. — ¡Me niego a morir!

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1044 C E N I T

CLARA. — Tantas vsces com o vivas morirás, CRUCES. — El verdugo, carnicero...


pues trabajos de la vida eterna son éstos. AURELIO. — ¡Buen cirujano!
ELVIRO. — ¿Cuánto pedazo hay a la Ultima CRUCES. —- ...Sin que haya de recitar su propio
Muerte? ¿Cuántas veces se ha de nacer y morir? m onólogo p or encontrarse de brazos cruzados en
Sobre todo, ¿quién dispone estos éxodos? el tablado.
AMARO. — ¡N o apedreéis con filosofías trasno­ AURELIO. — Trabajo tiene para no aburrirse.
chadas! Si tan buenos curanderos sois, servios de AM ARO. — ¡Eh, patitiesos! ¿Os vais a ajam o-
vuestros remedios, y a m í administradme un ve­ nar ahí o qué? P or mi parte, que os toquen la
neno relámpago: si paridores de ideas, adorm e­ Danza Macabra.
cedme con la más corrosiva. Teorías deletéreas, ORIGENES. —• ¡A ver si me dejas dormir!
estupefacientes de fulm inante efecto, ya mismo, y AM ARO. — La fiera enjaulada va y viene bus­
gracias. A menos que se llegue a la insensibilidad cando la libertad.
por la desesperación: en tal caso, seguid filoso­ CLARA. — La libertad no es de este mundo.
fando. ¿P or qué h e de con ocer y o mi m al? ¿Qué AMARO. — Mira éstos cóm o quedan: colgados
ignorados rincones son los que en mí descubro? y com o si el más allá les hubiera dado un timo.
¿El subconsciente ilum inado por la llama de la CLARA. — Peor p a ra tí si n o atinas a disponer
cobardía? Envidio al perro que a matar llevan an­ el viaje.
tes de que rabie y al cual se le figura ir de caza. SEGISMUNEKD. — «...Pues _si los demás nacie­
CRUCES. — No murió así m i m arido. M i m ari­ ron, ¿qué privilegios tuvieron que yo no gocé ja­
do hizo cara a la muerte cuando le fusilaron. más?
AM ARO. — Y o quisiera alcanzar la inconscien­ LUCAS. — ¡H orroroso!
cia por la desesperación. LEONARDO. — ¡Lo que pueda espantarnos
CRUCES. — Y o, la indiferencia por el conven­ ya!...
cimiento. LUCAS. — ¿Q uién se pudre ahí?
ELVIRO. — Acordaos de Fancioulle, el bufón de CLARA. — Tres constelaciones: dos extintas y
quien habla Baudelaire en «U na vida heroica)). una luciendo.
«Fancioulle me probaba de una manera perento­ LOPE. — Segismundo y pico.
ria, irrefutable, que la embriaguez del Arte es más LUCAS. —Se está m ejor en el «maquis»: aire
apta que cualquier otra para ocultar los terrores puro, sana alimentación... ¡A h la alim entación'
del abismo; y que sólo el gen io puede representar T an to fué el cantarillo a la fuente...
la com edia al borde de la tumba con una alegría LEONARDO. — M orirás con el reconcom io de
que le impide ver la tumba». las provisiones.
AMARO. — ¡Ah! V osotros sois genios y yo c o ­
barde. O el más hombre, que tanto monta. CLARA. — R enacerá co n ese reconcom io.
CLARA. — Parte de nosotros ya fuimos, y a h o­ LUCAS. — No cre o en la reencarnación. Y o,
ra dam os guardia a nuestros despojos. com pañerita, soy materialista.
LOPE. — Con todo, sería m ejor ignorar que nos CLARA. — Si n o fuera p o r la ley de las reen­
fusilarán. carnaciones el m undo estaría regido por la ley de
CRUCES. — M ucho es m orir con los zapatefi la iniquidad.
calzados. LUCAS. — La iniquidad es la causa. El mundo
AMARO. — El que usa alpargatas, que se p u ­ necesita de reparación, sí, mas el operario que la
dren antes, ahorra trabajo a los gusanos. haga está en cierne. Cuestión de altos hornos.
ORIGENES. — Ocúpate de tí. ¿Q uién eres? CLARA. — ¿A ltos hornos...?
SEGISMUNDO. — Segismundo y pico. LUCAS. — Señores, vamos a ver cóm o se muere.
ORIGENES. — ¡He pensado que te zurzan! AURELIO. — Con la impasibilidad de Saint-
(Abren el calabozo y descienden Lucas, Aurelio Just, que n o desplegó su boca.
y Leonardo). AMARO. — ¡Qué bestia!
AURELIO (por los ahorcados). — ¿Qué es esto? LEONARDO. — Basta co n n o hacer el ridículo.
LUCAS. — ¡El ante-fin de la esperanza! DIMAS. — Danton quiso abrazar a un amigo
LEONARDO. — La estación, distante media que m on a con él, y los ayudantes del verdugo
pulgada del fin.
se lo impidieron: «N o evitaréis que nuestros ros­
CRUCES. — ¡Aurelio! tros cayendo dentro de p oco en el cesto se be ­
AURELIO. — ¿Tú también, vieja? sen». Desmoulins desprendióse en el patíbulo de
CRUCES. — Por derecho propio. la crizneja rubia perteneciente a su mujer que te­
AURELIO. — M orir habernos. nia sujeta entre sus manos y la puso en las del
AMARO. — ¡Huyamos antes de que nos cruci­ verdugo p a ra ser entregada a Lucila. María Anto-
fiquen!
nieta, una vez en la guillotina, tropezó con el pie
AURELIO. — Desvarías...
AMARO. — De miedo. del verdugo: «Pardon, Monsieur». A l rem ontar la
plataform a, a Madame Elisabeth se le desabrochó
ORIGENES. — A punto estuviste y n o te ahor­ el corpiño y descubrió la espalda de la princesa-
caste.
«En nombre del cielo, cubridme», gim ió desfalle­
AMARO. — Por miedo.
cida. Tem bló Bailly, alcalde de Paris, y un asis­
ORIGENES. — Quítatelo a puñetazos. tente a su ejecución se lo reprochó: «Es de frío»,
(Elviro, Lope, Lucas y Laureano dialogan en el dijo. El mas terrible, el más angustioso de los gri­
recodo. Zancajea Amaro. Clara circula por el len- tos supremos, el de Madame de Barry, loca de es­
del del caracol. Orígenes tiéndese en el m ondo panto: «¡S eñ or verdugo, tenga piedad de mí! ¡T o ­
suelo).
davía un m om ento, nada más que un m om ento!»
AURELIO. — Y o te hacía con tu hijo,
CRUCES. — Liberto Huerta, mi marido, murió
verdugo ^ ~ M° perdí de Pr°P io P°r lástima del com o un hombre.
AMARO. — Y o n o sé morir. Apenas fui a la es-
AURELIO. — No te lo agradecerá, descuida. C U 61& ,

Ayuntamiento de Madrid
C E N I T 1045

ORIGENES. — ¡Qué bruto! MARQUES. — ¿Y qué sino otro hom bre igual
AMARO. — ¿Pues? que vosotros? ¿Los títulos n o somos también
ORIGENES. — Eso no se aprende en. la escuela. hombres?
AMARO. — La H istoria Sagrada enseña la cru­ AURELIO. — Funestos.
cifixión de Cristo, y en la escuela enseñan His­ MARQUES. — No hay exclusivas de mártir.
toria Sagrada. Creedme, m i coron a de espinas es más sarcástica
ORIGENES. — Cristo es un mito. que la vuestra. Me prendieron y me ahorcarán.
SEGISMUNDO. — i Eterno... eterno... porque ELVIRO. — ¿P or qué m otivo?
dolor es eternidad! MARQUES. — ¡Qué m ás da! Invertid los tér­
(Corta el diálogo la descarga que a todos es­ minos — -por veces la cara de las cosas es el re­
tremece. Y cada uno, sintiendo su propio terror, vés — y coincidiremos.
se nubla, se enfría...) AURELIO. — ¡Nunca!
CLARA. — ¡Buen viaje! MARQUES. — Nunca es un despropósito, cuan­
LOPE. — ¡Seis más! do tan próxim o está el fin.
ELVIRO. — ¡Pobre Clementina! CLARA. — La G ran Luz.
(El calabozo se traga al Marqués. Su traje m a­ (Abre el guardián la puerta. Cuatro hom bres
rrón y su calzado del mismo co lo r destilan hum e­ armados descienden al calabozo y toman p o sicio ­
dad, en cu yo detalle, .por tener un valor exte­ nes. Arriba, el piquete de ejecución).
rior, todos reparan). LOPE. — ¡Ya!
ORIGENES. — Le han m etido en un bañ o de DIM AS. — ¡L a Muerte, amigos!
minio. CRUCES. — ¡L a libertad!
LOPE. — D ebe.de llover sangre. CLARA. — Preparém onos a regresar... Mura­
MARQUES. — ¿La sala de espera? mos un poco.
ELVIRO. — Así parece. Guardián (en lo alto de la escalera. Los presos
AURELIO. — ¿Qué clase de viajero eres tú? salen conform e son nombrados). — Clara Ciaño
MARQUES- — Parejo a vosotros. Orellana.
AURELIO. — Nadie lo diría. CLARA. — Apta.
MARQUES. — Si Juzgas p or las manos encalle­ GU ARDIAN. — Cruces R ivas Leal.
cidas com o los polizontes... CRUCES. — ¡V iva Liberto Huerta!
AURELIO. — La prem isa n o falla. GU ARDIAN. — Aurelio M oreno de Céspedes.
MARQUES. — En fin de cuentas, me hallo en AURELIO (haciendo la higa). — Mira...
GU ARDIAN. — Leonardo Plasencia Plasencia.
la estación que vosotros, al aguardo del tren de
h . Muerte, clase única.
LEONARDO. — El m undo da muchos vueltas.
AURELIO. — No, porque te abona el porte... GU ARDIAN. — Orígenes Alonso Ramírez.
ORIGENES. — ¡U n tocin o que se te com a!
MARQUES. — ¡Píate de la indumentaria! A GU ARDIAN. — Lope A raujo de la Cruz.
Luis X V I no le salvó el sastre, ni la guillotina LOPE (flaques, n o puede con la cruz). — Soste­
perdonó a los nobles bien trajeados. nedme, que quiero m orir bien.
ORIGENES. — Aristócrata... ¡Nos 'h a n colado (Dos hombres de los armados hacen de ciri­
un señorito! neos: detrás, los otros achuchan. Portazo. El res­
LEONARDO. — ¡Q ué tontería! piro de los sobrevivientes hiela más el calabozo.)
CRUCES. — Un viajero con billete de ida para DIMAS. — En efecto, llueve sangre.
ei mismo lugar que todos. SEGISMUNDO. — «El delito m ayor del hom ­
AMARO. — ¡Por caridad, hermanos, subidme! bre es haber nacido».
LUCAS. — Haremos el «ridi». Mueren m ejor DIMAS. — ¿Quién habla?
los caballos en la plaza de toros. SEGISMUNDO. — Segismundo y pico.
AURELIO. — Nos espantaste la muerte vinien^ (Am aro torna a sus zancadas).
do a infligirnos el torm ento de la vida. ¡ Tú, siem­
p re tú! PUYOL

El último libro de Berirand russell


los últimos años, y en rápida sucesión, Su título es toda una definición de una reiterada
se han dado a conocer en español va­ actitud. «Escribo no solamente para filósofos profe­
rias de las obras del notable escritor sionales...», decía en un libro anterior, pero como se
inglés Bertrand Rusell. Recordamos le observó que su popularidad era discutible, y aun­
con posterioridad la «Historia de la fi­ que en su opinión en este libro «sólo hay varias
losofía Occidental» (1947), «Nuestro co­ frases que algunos chiquillos extraordinariamente
nocimiento del mundo externo», «Aná­ estúpidos de diez años podrían encontrar un tanto
lisis del espíritu» e «Investigaciones desconcertantes», concluye irónicamente: no siendo
sobre el significado de la verdad», a populares son impopulares. •
los cuales se agrega «Ensayos impo­ La verdad es que difícilmente podría encontrarse
pulares» (México, Hermes, 1952), que una obra de un autor de genio escrita en forma tan
se publicara en inglés. accesible, en estilo conversacional, con figuras, ejem-

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1046
C E N I T

'X V x «“ « « ■ * “ »■
abstrusos y en este rnismn i -k los filósofos
por tal razón m° hbro ridiculiza a Hegel en^el c W B o ^ t o d ^ t u ^ M a d0** ^ n ° oc u lta r Íam ás.
P e r is ta sea lo que se ¿ £ ^ * ¡ 2 +

evidente que el coniunto ™ ! diferentes, pero es


lectual coherente, ‘ diqna ? e h“ 3 aCtÍtud inte'
£ S £ Z ¿ % = Í dL S S K Í S resíde
los exponentes más significativos de?6’ y Un° de
Progresista de nuestros dias Pensamiento universidades históricas» (p t pocas g a n d e s
es notorio - de un tema « m » r ata ~ como
m S t o a d:%aCs°” o0r r S n te T eStrOS de ps-
d° - v e r d e c i - en el Uruguay y en toda A * f p h a m e n t e considerado
loga.es y s f i p K S S T ^f l o S forma Universitaria de r £ r i h t 3 partir de la Ju­
un formidable exponente de íá ^ JV! Ruse11 es mentos de Russell snn ™ j 1916 * los argu-
escuelas r a c io n a le s de m J 1 fecundidad de las
cionales T - ' ° S * a trad¡‘
pensamiento politizo de izquTerda emp¡rísta y ¿ el extensibles a las enseñanra* Sltari° y también
técnica y artística «Ñadí* Primaria, secundaria,
humanidade" S% o b r e d l a S mentaTH perjudicado a la que se sometiese a * * dia’
«Esbozo del disparate int»i « ^ m odernista» y autoridades ajenas a la a flscal*zación de
Pre con el arnfa X e f r T d s i e m - forma „ » „ 1.
m anifestaciones del p e n s a m ie n t ^ de las ideas y tes... ol maestro, es una esnerio / , sus P é le n ­
r • "■ - « “ i r se le permite decidir por si mismo “ l 0."- pero no
la experiencia acerca ri« 1 sobre la base de
adecuados ’ p a r ; m é ¿ d ° S S° n
maestro» q Je debieran difúndase “en'Sf *“ nciones del

d" S i n - S S f i Ü 1 ~ - tar/snm r e n arn9u e ; í o Úmuandfo°ra T * Ímped¡r 61 total¡-


lograr cierto grado de indon amente organizado es
que ninguna otra clase mn i ” maestros más
vilización», y en ellos confía guardianes de la c - pos que llevan a cabo tarea " ? P3ra J° S Cuer~
tre tales cuerpos los m aestra P útiles, y en-
n a del internacionalismo in te le c L a í^ lT Ia.fdccaden- vanguardia». Como se puede SL e“ “ U11 lugar de
de pensamiento basada en nat, uniformidad
tro, después de contribuir con tan uflár* llUStre Maes‘
ritu organizado de partido l a s ^ a ^ 1313168’ 6sp1' ce de la filosofía, las m a tem á ticasla S ® " f 3Van'
y persecutorias, etc. La, ron rit;„ - rePres*vas
cía exacta, la historia de la ? ’ 3 C,en‘
reclama de los p e d a g o g o s ™ nd o * Vlrt,udes
la sexologia, la psicología, en e t e í l , so,ciolo3 ^
tolerancia «que sumen de ,,n . ? son: las de fe mas interesante de la mavoria ri» i trabajo (no
los que son distintos de C0,npreHder el volumen), plantea «el p r„ u S qJe comPonen
en el mundo de la Pedacinnia a” P°r excelencia
dec:sión „ ue ^ y —
hom bre pueda ser un ™

Carlos M . R A M A

¿Tiene sexo la inteligencia?


dm 9-taruUé taza* ¿aciaLeé
' A „0rI anÍZación. s^ l divide a los hnmK™ .
A£ í « - * S i ü i i¿ ■sada en la ignorancia'"de'la ‘ m uier’ 0" ^1 ^ í™ 1'3 eStá ba‘
esclavitud femenina 1 ’ el servi'lismo y en la

para conseguir un éauilihr’ armonia mayor, ^ ^ í s s s r s s . ' r '■ t


bos y muchas veces, fraude
-•* -* -
‘ p?‘ ra an>-
_ dos ..«res. equilibrio armonioso de
com o la indisolubilidad del lazo • ParíeS‘ V es « 1
te de la razón en la mufer'
müier v Ih . T1ltrl,m°
. ° -1?,al ,tral
,traÍ°° la muer­
muer-
tra el instinto, contra'k^N ^uraipIt™ 61316; se ,cnfrenta con-
orgamza el amor. Naturaleza,, y ]egis)aj codifica y en eel hombre. Y convirtiéronse L h ! tf c n í 1 sentíln¡ento
««n d e n to
de fonógrafo... ambos en monótonos discos

r dena, perpetua- « £ t o hd edS V^ ¿ i ¡J L VUtISar¡dad’ eI Perverso


la destrucción del «sagrado hogar " S®n* 3 Causa de calamidades más. El hombre nn H Í- orSanizadas y mil
Repite. Sí, repito lo que oye y se »

Ayuntamiento de Madrid
CENIT 1047

el alimento que se impone. No discute, no analiza, Incapaz Digamos de paso que, hasta en eso, imita ella al hom­
de crear, incapaz de vivir subjetivamente, incapaz de cono­ bre... También el hombre «culto», aquel que tiene en su
cerse, de realizarse, quiere «vencer en la vida». Es el señor. bolsillo el título de doctor en cualquiera de las ciencias uni­
Y salta por encima del prójimo, con la voracidad que la versitarias, y su biblioteca bien repleta de volúmenes—no
civilización le ha inculcado. Mató el sentimiento. ¿Y la ra­ leídos muchas veces—•, continúa, a pesar de su saber, im­
zón? La mató también. El hombre es una máquina. permeable dentro de la rutina y la tradición social.
En esta organización social de vampiros y arribistas, accio­ Es el caso de los abogados, de los jueces, de los fiscales
nados todos por los invisibles hilos del guiñol de los C é­ que interrogan a presos políticos por cuestiones sociales y
sares del Poder, de la religión y del capital, ser «individuo» que confunden las ideas de Marx con las de Bakunin, pre­
—hombre o mujer—es cosa muy difícil. guntando a los anarquistas cuál es la clase de gobierno que
Si Diógenes viviera, se encontraría nuevamente embara­ desean después de la Revolución... (1) y declarando final­
zado en su búsqueda del hombre, apagaría tal vez su lin­ mente que, también ellos, delegados del gobierno y del
terna y se refugiaría despavorido en el fondo de su tonel, «orden» público, piensan com o aquéllos, que también sien­
más escéptico qc.e nunca. ten estos ideales y esperan el advenimiento de una sociedad
La sociedad, las seducciones del gcoe material, la ambi­ anarcocomunista... sólo que no exponen en público sus ideas.
ción siempre insatisfecha, los dogmas de la familia, de la Y éstos son literatos, «cultos», que han viajado y leído
religión, de la patria, de la civilización, de la rutina, de mucho... pero no pasan de pensadores de rebaño.
las tradiciones y de los prejuicios seculares, tienen por obje­ N o debe, pues, extrañamos que la mujer se halle en las
tivo, asumen com o más alta misión la de imbecilizar a los mismas condiciones, que repita y obedezca mentalmente.
individuos e impedirles la realización interior ahogando su Sin contar con que la mujer tiene, además, lo que los hom­
razón y comprando su conciencia. Por esta causa se hace bres reputan com o necesario para contenerla dentro de la
preciso desertar de la sociedad para llegar a desprenderse moral social: el «freno» de la religión católica.
de todo cuanto nos inculcaron com o si fuera la mayor de Las ideas femeninas son convicciones del corazón... La
las verdades, y para poder hallarnos a nosotros mismos. mujer piensa a través de la simpatía y del amor de los que
¡No es nada fácil ser antisocial! ¡N o es heroísmo de facha­ viven al lado de su vida de odalisca, de bestia de carga o
da el del desertor! de procreadora inconsciente— como incubadora que recibe
Para reivindicar el derecho a pensar, el hombre o la mu­ huevos por imposición.
jer, tienen que saltar por encima de millones de dogmas, Bajo todos los aspectos de la vida la mujer está al «ser­
por encima de centenares de ídolos, de millares de símbo­ vicio».
los, de prejuicios, de tradiciones, de altares, de convencio­ N o escapa de esa domesticidad, a esa felicidad, a esa es­
nes y «verdades muertas», por encima de todas las mentiras clavitud, la inteligencia femenina a! servicio de la menta­
vitales de la civilización, por encima de todos los cadáveres lidad masculina.
insepultos de los muchos engaños sociales. En la literatura, en la poesía, ya com o pensadora o ar­
Todo esto se resume en el gesto heroico de arrancarnos tista, no tiene nunca fisonomía propia: está al servicio del
de la cabeza el disco de gramófono que en ella llevamos y pasado, de la rutina, de los preconceptos religiosos, aca­
reivindicar el derecho a ser una cabeza pensante. démicos, científicos, políticos o sociales.
Imposible nos será esta actitud noble y altiva si quere­ Vivimos la civilización unisexual.
mos ser «damas» de la alta sociedad, políticos o académicos, El divino perfil de una Isadora Duncan, maravilla por lo
profetas, maestros o sacerdotes. imprevisto, por su originalidad superior de artista, por la
Hombres y mujeres, todos cuantos se hallan en este caso, espontaneidad de una individualidad, tan alta, que asom­
no son más que sombras, discos de la moral y de la farsa bra, por la grandeza de una evolución aislada, única, auto­
social. ¡Oh! ¡Cuán equilibrado y armonioso resulta el balido didacta, y por una ETICA más alta aún en su belleza de
del rebaño humano!... entregarse incondicionalmente, en una generosidad creadora
¡Locura, en cambio, pensar! Locos son los que denuncian de ritmos y de sueños para la felicidad humana, integrada
los crímenes de lesa felicidad individual, los crímenes de en la libertad de vivir intensamente una belleza mayor.
lesa humanidad... Pero las excepciones com o ésta pueden contarse con los
Así clama la moral social. Pero mi ETICA es muy distinta. dedos de una mano.
Cuán diferente es, en m i cerebro, el concepto de la digni­ Ya sea reivindicando sus derechos dentro de los partidos
dad humana. Para mí constituye un honor ser clasificada de ya sea en la lucha de clases, ora con métodos de acción p o­
anómala. Es una felicidad verme señalada como loca por­ lítica, ora con procedimientos revolucionarios, siempre la
que soy humana. Tengo a gran honra y a placer inmenso mujer está impelida por el hombre, estimulada por los je­
hallarme en esta locura que no quiere pactar, que no quie­ fes; se halla, en suma, siempre al «servicio» de lo masculino.
re ser cómplice del vampirismo y del artificialismo social.
* * *
* * *

Ni la inteligencia es privilegio del hombre, ni el sen­


Poquísimas son las mujeres que ponen su capacidad al
timiento es exclusiva propiedad de la mujer.
servicio de la propia conciencia.
Condenado a la inacción, desde el punto de vista intelec­
tual, el cerebro de la mujer es el fiel reflejo del cerebro Mas... ¿qué acontece entre los hombres?
masculino. La mujer de la «alta» o de la «buena» sociedad, c'Son elevado número los locos, los anormales, los anó­
puede ser cultísima, podrá hablar de Ibsen, de Gorki o de malos que saltan por encima de los tapujos sociales, de las
Maupassant, de Anatole France o de Voltaire, de Zola o vallas del redil humano, arrancándose de la cabeza el disco
de Mirbeau; podrá discurrir acerca del teatro de Bataille o de gramófono, según el admirable simbolismo de Andrés
de Moliére, pero, todo ello es superficial... porque sigue Latzko? ¿Son muchos los que han sabido reivindicar el de­
siendo católica •apostólica y romana. No supo ver la crítica recho a tener cabeza?
mordaz de Voltaire o de Moliére, no sintió la ironía del
inimitable autor de Thais o de La Isla de los Pingüinos.
Es «caritativa», piadosa, creyente, pero no vislumbra la son­
risa de amargura que nace de todas esas obras si se em­ (1) Textual. La autora asistió a un juicio contra anarquis­
prende el análisis doloroso del problema humano o de la tas en que el juez hizo esta manifestación. El caso no es
cuestión social. único.

Ayuntamiento de Madrid
1048 CENIT

¿Es considerable la falange de los que desprecian el armo­


vitación universal que es el AMOR, solución que se resume
nioso balar de los rebaños de la parábola ryneriana, los
en los siguientes dos postulados de la ETICA-
que, locos también, antisociales, antipatriotas, antirreligiosos, «N o matarás».
antiseetarios, antidogmáticos, se libran de todas las muletas
y de todos los escapularios? «L a vida sólo se ha hecho para el Amor».
La gran mayoría, insensible a las propias verdades sub­ * * *
jetivas, emparedada dentro del ídolo majestuoso de la Ru­
tina, no oye los llamamientos de su YO interior. La realización interior no es una cuestión de inteligencia,
La cultura de rebaño, los títulos y las glorias de las le­ de cultura ni de sexo; no es tampoco el problema parna­
tras, de las artes, de las ciencias; los pensadores y los fi­ siano de los malabarismos de palabras.
lósofos académicos, todos están al servido del orden social, El propio D ’Annunzio, a pesar de los plagios que le han
al servicio de la destrucción humana, de la civilización in­ descubierto algunos intelectuales de tan alto valor com o Han
dustrial de la competencia, de los canibalismos del progreso Ryner y otros colaboradores del Mercure de France, era un
material; todos tocan el mismo disco de la marcha victorio­ artista de la expresión. Su estilo era magnífico en imágenes:
sa d e las «mentiras vitales», de los ídolos voraces de la tra- esta lleno d e bellezas, es encantador a pesar de su narci-
dicion, los dogmas y el qué dirán. sismo imperialista, a pesar de su voluntad y su lujuria a
La cobardía mental es la más poderosa de las fuerzas re­ despecho de la vanidad loca del orgullo y de su voluntad ’ de
accionarias. poder.
Respetar, obedecer, repetir y alabar es la consigna del Prostituido en el alma, y quizá también del cuerpo... pone
orden social. su talento al servicio del camayal social y nos hace llegar
Pero, aprender a pensar, y pensar en voz alta, no es pri­ a la conclusión de que «los cheques pueden ejercer una
vilegio del sexo fuerte. influencia decisiva en el cerebro de un hombre genial...»
En todas las épocas existió la afirmación viva de que el La inteligencia, pues, no depende d e cada uno de nos­
esclavo social— hombre o mujer— puede tener la conciencia otros. No tiene mérito alguno ser inteligente.
despierta en el gesto libre de pensar en voz alta y obrar El mérito, si puede ser cotejado por los demás, está en
contra la rutina, contra todos los ídolos feroces de los alta­ el caracter incorruptible, en el valor heroico del desprendi­
res de Nloloch, de la Patria y de la Civilización. miento hacia los bienes materiales y los honores oficiales,
Es preciso, pues, ser antisocial para realizar el heroísmo 'dirán ^ desprecio de la consideración social y el qué
sin par de enunciar las verdades interiores. Porque, es más
iacil y mas cóm odo venderse a la gloria de un día, a la El mérito, si existe, está en no balar entre el rebaño
glona de los honores y las paradas patrióticas y religiosas, a Humano, consiste en no repetir la voz de la rutina y de los
la seducción de los aplausos inconscientes de las multitudes, prejuicios ni ponerse al servicio de los domesticados.
a los umformes de las academias, a las condecoraciones y U verdadero mérito está en la deserción social.
títulos honormcos, al prestigio social. Consiste en ser antisocial y combatir toda orden, todo
mandato, ya provenga de la ley, de la religión o de la mo-
Es realmente lastimoso ver a los mejores talentos mascu­
linos o femeninos ponerse al servicio de las leyes, de los
Es el heroísmo de ir contra la corriente, de ser una voz
gobiernos, del orden constituido, del capital, de la socie­
umca y atslada en medio del rebaño. Es el valor de ser in­
dad, de los crímenes y de los errores de lesa felicidad hu-
mana. dividuo y conservar la dignidad humana en medio de la
ierocidad colectiva.
Pertenecer a una grey, a un partido político, religioso o V, si la inteligencia no tiene sexo, no es privativa de un
social, ser el portavoz de un dominismo que va contra otro sexo ni de una raza, mucho menos lo es el valor de en­
dominismo, da prestigio y nimba de celebridad los nombres frentarse con los conductores del rebaño social y negarse a
de los abogados, de los políticos, de los académicos, de los pactar con la brutalidad de la civilización, con las máqui­
toles ’ sacerdotes, de los profetas o de los após- nas humanas y con los dólares inhumanos.
Cuando un hombre une a su mentalidad de pensador el
¡Nada de muletas! sentimiento verdadero del arista— Tagore, por ejemplo— ,
No hay muleta capaz de proporcionamos la paz y la se­ que es, por asi decirlo, una sensibilidad casi femenina de­
renidad interior. licada en su grandeza espiritual de maternidad o de piedad
La Humanidad no supo encontrar todavía la solución de humana, nadie lo interpreta com o una «anomalía».
sus dos principales necesidades, los dos instintos predomi­ Y es que, de hecho, la evolución tiene que acercar la
nantes del reino animal y siguió el rumbo opuesto de la razón y el sentimiento hasta lograrla armonía entre la
sabiduría de los llamados irracionales: ¡Comer y Amarl mente y la sensibilidad interior—cerebro y corazón—para
realizar una belleza mayor, para concretar un sueño más alto,
Y el género humano enloquece, se degenera, se suicida y
derrocha sus más admirables energías latentes en falsos pla­ d e l i EVidatUrar concePción más elevada del problema
celes de relumbrón, crea la prostitución, las leyes estrangu­
la d la s y el vampinsmo social y pisotea los más bellos sen­ Y cuando una mujer junta a su sensibilidad femenina un
timientos enlodando la pureza de todo cuanto es noble y sentido mas profundo de la cuestión humana, y eleva su
razón a alturas poco accesibles para el común de las pre­
sin macula, a fin de satisfacer sus dos instintos primordiales.
ocupaciones vacías del vulgo en los ocios femeninos y mas­
No obstante, cada vez se desvía más de su objetivo. To­ culinos; cuando alza en sus manos el sentimiento para ha­
dos quedan insatisfechas. Doloridos por la indigestión y por cerlo llegar a la altura de la razón, en un esfuerzo fantás­
la insaciedad amorosa.
tico de todas sus potencias, en un salto milenario desde las
Tan sencillo com o sería satisfacer las propias ansias... eras medievales hasta el siglo de la relatividad y del in­
Pero es tal la complicación industrial y económica, y es dividualismo ryneriano de la «voluntad de armonías», esta
tal también el grado de civilización, que son consideradas mujer, ¡oh entes, que de todo os extrañáis!, no hace más
com o anómalas y perturbadoras las üiteligencias que ponen que esbozar el tipo futuro individualista, en el cual cantará
su esfuerzo al servicio de la Humanidad con el fin de que el equilibrio armonioso entre el sentimiento y la razón, para
desaparezcan las vergonzosas aberraciones actuales y volva­ llegar a intuir mas profundamente el nuevo ascenso hacia
mos todos a la Naturaleza, al seno de una vida simple de otra evolucion mas amplia, a fin de llegar a la conquista
realización interior para poder interpretar v solucionar de­ de una Belleza mayor.
bidamente el problema humano dentro de la ley de la gra­
M a ría LACER DA de MOURA

Ayuntamiento de Madrid
C E N I T 1049

UNCINARIASIS
OS gusanos parásitos infestan al hombre en portante, se encuentra repartida en casi todas las regiones
todas las regiones de la tierra, pero en los tropicales y subtropicales del globo.
trópicos adquieren una importancia particu­ El Ancylostoma duodenale prevalece en el sur de Europa,
lar, tanto por el número grande de parási­ en el Africa del Norte, el norte de la India y China, en­
tos com o de las especies. Hay parásitos que contrándose también en las Indias holandesas, Burma, Ar­
requieren condiciones especiales de tempe­ chipiélago Mayo, Filipinas, las islas del centro y del sur
ratura y humedad para poder vivir. En los del Océano Pacifico, Africa Occidental portuguesa, Japón,
trópicos, los campos cultivados de café, plá­ Australia y algunas regiones del continente americano.
tanos y cañas de azúcar son lugares ideales El Necator americanus predomina en el sur de la India,
para el crecimiento y desarrollo de las larvas. Se trata de Burma, Malaya, Indias holandesas, Filipinas, Polinesia, Mi­
un suelo húmedo y flojo, formado de limo o d e humus, a cronesia, Africa central y del sur, en el sur de los Estados
través del cual las larvas filiformes pueden moverse verti­ Unidos, América Central, América del Sur y en las Antillas.
calmente.
Este gusano parásito es conocido desde los tiempos más
La propagación de las enfermedades debidas a los pará­ remotos com o un enemigo temible del hombre. Parece que
sitos, cuyos huevos son llevados al exterior por las evacua­ se menciona en el papiro de Everst del Antiguo Egipto
ciones de los hombres, se ocasiona por la falta de hábitos (1.600 A. C.) El famoso médico Avicena (980-1.037 (d. C.)
sanitarios de los habitantes, sumados a las condiciones cli­ lo menciona en sus escritos. En 1943, Dubini hace una des­
máticas de temperatura, lluvia y humedad. La eliminación cripción precisa del parásito, con el material obtenido en
de las deyecciones tienen lugar al aire libre, en un sitio la autopsia de una mujer milanesa. Grassi y Perona hicieron
cualquiera del poblado o del campo, y cuando hay retretes patente que el diagnóstico de la infección podía hacerse fá­
rudimentarios y ruinosos, son invadidos por moscas, cuca­ cilmente buscando los huevos característicos en las mate­
rachas y otros insectos peligrosos. Además, muchos alimen­ rias fecales de los que padecen «anemia de los mineros».
tos,animales y vegetales, se comen crudos o mal cocidos, En 1880, Perroncito señaló el desarrollo de la primera fase
llevandoconsigo los huevos y las larvas de los parásitos. larvaria, después de la salida del huevo, y su metamorfosis
El número de personas que padecen de parásitos intesti­ en larvas filariformes. Leichtenstem (1886-1887) encontró que
nales en el mundo es tan grande que pone de manifiesto las larvas filariformes maduras, cuando se introducen en el
la importancia de este azote que aflige a los hombres. Stoll tubo intestinal, se transforman en gusanos adultos en el in­
(1934) ha estimado que de los 2.000 millones de personas testino delgado. Arthur Looss (1896-1897), investigando en
que habitan en el globo, 1.500 millones albergan gusanos el Laboratorio de Salubridad Pública de Alejandría (Egipto),
parásitos. De este grupo infestado, 1.000 millones tienen as- se infectó accidentalmente por contacto de su piel con lar­
cariasis y 800 millones están parasitados con uncinarias, y vas filariformes; más tarde, haciendo estudios experimenta­
hay docenas de otras especies de parásitos que ocasionan les en el perro, dilucidó la ruta completa de emigración y
infecciones menos frecuentes. las fases sucesivas de desarrollo desde el sitio de invasión
Las enfermedades causadas por los gusanos parásitos cons­ de la piel, a través de los pulmones, en ascenso por el árbol
tituyen una de las partes más importantes de la medicina respiratorio hasta el epiglotis y el descenso al intestino del­
tropical. El no conocerlas a fondo, tanto en la teoría como gado. Allí los gusanos desarrollan una cápsula bucal, se fijan
en la práctica, imposibilitan al m édico para hacer obra útil en la pared intestinal, maduran sexualmcnte, copulan y las
en sus enfermos.
hembras empiezan a poner huevos. Todas las investigaciones
En este estudio vamos a limitarnos a ciertos grupos de posteriores se basan en los estudios de Looss.
parásitos que se encuentran en esta selva con excesiva fre­
cuencia, bien solos o bien asociados. H oy nos ocuparemos » * *
del problema de la uncinariasis, que reviste extraordinaria
gravedad.
Los gusanos adultos son de forma cilindroide y tienen
* * *
la dimensión de un alfiler; los machos miden de ocho a
once mm. de longitud y de 0,4 a 0,5 mm. de diámetro má­
ximo, y las hembras miden de 10 a 13 mm. de longitud
La uncinariasis es una infección del intestino delgado del por 0,6 mm. de diámetro. Son de un color grisáceo, algu­
hombre, causada por un nematodo, el ancylostoma o por el nas veces con una zona rojiza central. El cuerpo está cu­
Necato americanus. El primero es causante de la ancylos- bierto de una fuerte película. Las hembras tienen la extre­
tomiasis, uncinariasis europea; el segundo de la necatoriasis, midad caudal puntiaguada; los machos presentan una expan­
uncinariasis americana. El uno presenta órganos cortantes sión en forma de paragua. Con las armaduras bucales que
bucales, que tienen formas de dientes; el otro, placas semi­ poseen se fijan directamente a la mucosa del intestino del­
lunares, cortantes también. Ambos nematodos tienen el mis­ gado; chupan la sangre de las vellosidades y digieren las
mo ciclo evolutivo y una acción patógena idéntica. La fre­ células tisulares, utilizándolas para su nutrición. Asimismo,
cuencia y abundancia de esta infección, constituye en el sirviéndose de la fuerza tirante del esófago, el gusano or­
hombre una enfermedad de intenso carácter social, que oca­ deña sangre de los capilares sanguíneos, la cual pasa por
siona la muerte de millares de individuos, por cuyo motivo el intestino grueso, y digiere solo una parte de la misma.
la Fundación de Rockefeller ha enviado importantes misio­ Debido a los anticoagulantes secretados por el gusano, los
nes a diversas partes del mundo.
puntos de inserción sangran algún tiempo cuando los pará­
La uncinariasis, una de las hemintíasis humanas más im­ sitos se muevan a un nuevo sitio. Las hembras expulsan

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1050 C E N I T

diariamente algunos millares de huevos: se calculan de nencia. Los casos no tratados terminan en caquexia, in­
10.000 a 20.000 diarios. Si los huevos se depositan en tierra suficiencia cardíaca y anasarca, hinchándose de los pies a
vegetal húmeda y en medio templado, a las 24 o 48 horas la cabeza. La muerte no se hace esperar. La uncinarosis,
se abren y las lanas que emergen devoran los restos orgá­ para algunos, constituye un peligro superior a la sífilis, a la
nicos, aumentan de dimensiones, cambian de aspecto, cre­ eclampsia y a la infección puerperal, siendo motivo del na­
cen y se desarrollan, transformándose en larvas más delga­ cimiento de muchos niños muertos. Para los que vivimos en
das, filiformes, infecciosos para el hombre. Entonces son ca­ esta zona, infernal, no hay exageración alguna en los an­
paces de atravesar la piel de los pies descalzos o d e otras teriores conceptos.
regiones desnudas del cuerpo; perforan y penetran los ca­
pilares cutáneos y son transportadas por la vía de las cavi­ * * * ,

dades cardíacas derechas a los pulmones. Una vez allí per-


foran los alveolos, penetran en ellos, ascienden por las vías El problema de la infección uncinárica no puede ser debi­
respiratorias hasta el epiglotis y son deglutidos. En el in­ damente valorada si no se toma en cuenta la reinfección.
testino delgado cada larva abre su cápsula cefálica, se fi­ En los focos endémicos, el enfermo está continuamente ex­
jan en la mucosa y cinco o seis semanas después se trans­ puesto a la reinfección de modo que frecuentemente nuevos
forman en un gusano adulto.
gusanos se agregan a los antiguos o reemplazan a los que
Las personas que albergan uncinarias pueden dividirse en van siendo eliminados.
dos grupos. El portador de uncinarias, o sea una persona En aquellos casos en que no hay reinfección el número
con unos cuantos gusanos y ningún dato clínico de uncina­ de uncinarias se reduce espontánea v gradualmente. Se ha
riasis. El caso clínico, o sea un paciente que albergue mu­ estimado que en las infecciones puede haber una reduc­
chos gusanos, fijados en el intestino, que diariamente chu­ ción del 90 por 100 de los gusanos en un período de uno a
pan la sangre en una proporción superior a la que el pa­ dos años y una eliminación total al término de cinco a
ciente puede regenerar. La principal consecuencia patoló­ siete años.
gica es una anemia secundaria hemorrógica muy intensa v Es indudable que muchos pacientes desarrollan una resis­
los glóbulos rojos pueden disminuir hasta menos de un mi­ tencia considerable a la reinfección. Esto ocurre en los in­
llón por milímetro cúbico, y la concentración de la hemo­ dividuos bien nutridos que sufren una infección inicial in­
globina de 10 a 15 por 100. Se estima que una sola uncí- tensa. El número de enfermos se registra generalmente en­
naria extrae cerca de 0,38 a 0,84 c c. de sangre por día. tre los doce y los veinte años, aunque hay veces que son
Cuando esta cifra se multiplica por miles de gusanos y se infestados los niños de menor edad. Los niños son menos
repiten días tras días por largos períodos de tiempos, se resistentes que los adultos y las mujeres son menos resis­
comprende el origen de la anemia resultante. tentes que los hombres, tanto a la infección com o a los sín­
En el punto de invasión de la piel puede presentarse una tomas que resultan de la misma. Pero la clave de todo el
lesión ulcerosa, atribuida por el paciente a una picadura de problema radica en la nutrición del paciente. La mayoría
insecto. Otras veces se produce una dermatitis local, «co ­ de los pacientes que sufren de uncinariasis intensa están
mezón de tierra», la cual se acompaña de edema, eritema y mal nutridos y por consiguiente mal provistos de un me­
una erupción papular o vesicular, que generalmente subsiste canismo de resistencia frente a la infección. Varios clínicos
durante dos semanas, a menos que se instale una infección notables han encontrado que una dieta equilibrada a la
secundaria.
que se agrega hígado y hierro compensa completamente la
Craig y Faust, los notables parasitólogos de los Estados pérdida de sangre debida a las uncinarias, aunque no sean
Unidos, dividen la infección uncinárica en tres períodos: eliminados los gusanos.
temprano, crónico y tardío. Según la intensidad de los sín­ No hay duda que existe un cierto grado de inmunidad
tomas, los casos se clasifican en ligeros (es decir, con com­ humana a la infección uncinárica, porque de lo contrario,
pensación sanguínea), moderados (con descomposición san­ numerosas personas morirían todos los días de la enferme­
guínea apreciable) y graves (con descomposición completa). dad. En los individuos de la raza blanca las infecciones son
En el tipo ligero la anemia es negligible y faltan los sínto­ más intensas que en la raza negra. Las infecciones pequeñas,
mas; tal ocurre en los portadores de uncinarias. En el tipo pero repetidas, ocasionan una inmunidad casi completa. Al'
con descomposición sanguínea moderada, los síntomas son desarrollarse la inmunidad, los gusanos del intestino se eli­
pirosis, flatulencia, sensación de plenitud abdominal, y dolor minan; pero la anemia que queda puede impedir la insta­
epigástrico, que se alivia comiendo alimentos voluminosos o lación de la inmunidad. La nutrición defectuosa y la avi­
ingeriendo barro (geofagia). Puede haber fiebre intermitente taminosis pueden producir la enfermedad con un número
de baja intensidad, lasitud y en ocasiones trastornos vaso­ menor de gusanos que de ordinario. La inmunidad, una ve?,
motores, disnea, palpitaciones y soplos cardíacos de carácter establecida, puede desaparecer si la dieta se vuelve defi­
anémico.
ciente; y a su vez restaurarse después de administrar una
En los casos graves hay estreñimiento o diarrea, mala dieta adecuada. La inmunidad a la invasión de las larvas
digestión de los alimentos y síntomas marcados de descom­ parece ser una respuesta a sus secreciones y excreciones y
pensación cardíaca. En los pulmones, invadidos por las lar­ se manifiesta por la presencia de precipitados depositados
vas, se presentan signos típicos de gronconeumonía. En las alrededor de las larvas. Entonces sus movimientos se re­
heces se encuentran restos de hemorragia intestinal. Cuan­ tardan y los gusanos se desintegran y son fagocitados.
do los parásitos abandonan los sitios de fijación, aparecen
úlceras fadegénicas por las cuales penetran bacterias pató­ * * *

genas. La piel está seca y áspera, de un tono amarillento,


la transpiración está disminuida, el pelo está seco y sin En 1937, Poter hizo notables estudios en Puerto Rico so­
vitalidad. Hay edema de la cara, especialmente alrededor bre la anemia uncinárica, y son de notar las adaptaciones
de los ojos y en las extremidades inferiores, con emancia- fisiológicas que se suceden para compensar la pérdida de
ción en el resto del cuerpo. Se ha hecho notar la correla­ hemoglobina. Estas son: 1, aumento de la capacidad vital
ción entre la uncinariasis avanzada y el mal funcionamiento pulmonar, aún mayor de la que tienen los nativos de las re­
del riñón, con edemas, albuminurias, etc. El vientre abul­ giones de gran altitud; 2, aumento en la tolerancia de las
tado es un signo físico típico de los niños, aunque también células de los tejidos a la falta de oxigeno; 3, la demanda
depende de la mala alimentación. Las secreciones endo­ de un volumen mayor de sangre circulatoria en las áreas
crinas disminuyen y la pubertad se retarda. El pulso es dé- vitales es atendida disminuyendo el volumen circulatorio
bil, hay torpeza mental, apatía y aún impotencia e inconti­
periférico, lo cual ocasiona la palidez acentuada de la piel;

Ayuntamiento de Madrid
CENI T 1051

4, enorme hipertrofia cardíaca com o secuela frecuente de de 100 millares; en Asia (excepto la U.R.S.S.), 350 millones;
la anemia uncinárica prolongada. en Oceanía, 800 millares. Todo lo cual alcanza un total
Uno de los estudios más completos sobre la anemia un­ aproximado de 456,8 millones de personas afectadas por la
cinárica se debe a los doctores H. Bonnin y G. F. Morelli, uncinaria en el mundo.
publicado en «La Presse Médicale», de París, del 18 de fe­ Ante un cuadro tan desconsolador nos dicen Graig y
brero de 1950. Faust en su Patología Clínica: «Sin embargo, si no se obtie­
Para estos autores la aparición de la anemia en los por­ nen resultados más permanentes, en muchos países donde
tadores de uncinarias se debe a tres factores diferentes: 1, la la uncinariasis ha sido atacada vigorosamente desde hace un
importancia de la infección, es decir, la pérdida que oca­ cuarto de siglo, habrá que admitir que el éxito ha sido
siona en hierro y proteínas; 2, la riqueza de la alimen­ sólo parcial, y que la enfermedad ha pasado de la catego­
tación en hierro y proteínas; 3, la importancia de las re­ ría de problema agudo de salubridad pública a la del pro­
servas orgánicas en hierro y proteínas. blema crónico. En tales casos debe considerarse seriamente
Estos hechos explican la facilidad con que los habitantes la posibilidad de aplicar nuevas campañas de terapéutica
de la zona tropical, en estado permanente de desnutrición, antihelmíntica específica. Es indudable la necesidad de aso­
presentan una anemia que puede depender de una infección ciar la lucha contra la uncinaria con un programa más am­
de mediana intensidad o débil. De aquí se deduce que la plio de mejoramiento de la salud, incluyendo una mejor
terapéutica debe acoplar la administración de hierro y de nutrición para las clases pobres».
proteínas y la cura antihelmíntica. Todos los problemas del dolor humano quedan sin re­
solver en la sociedad actual, porque es ella la que los en­
* * * gendra, y los hombres que intervienen en estas cuestiones,
por muy sabios que sean, no ven claro lo que está más
claro que la luz del día: y es que hay que establecer una
En Europa la anquilostomiasis se encuentra en una pro sociedad de iguales, bajo las normas del comunismo liber­
porción muy limitada, comparándola con la que existe en tario, en la que no haya pobres que vivan muv mal y no
los trópicos, y hace su aparición en las minas, causando la se alimentan de lo necesario.
llamada anemia de los mineros, así como en los trabajos
subterráneos de los túneles. Para combatir la anquilostomia­ * * »
sis hay una serie de medidas bastante eficaces, com o evitar
la humedad y hacer descender la temperatura, los dos fac­ Refiriéndose a México, el doctor Gustavo A. Rovirosa,
tores principales en el desarrollo de las larvas. Hay que eminente médico dedicado a la Salubridad, nos dice: «Es,
procurar letrinas a propósito, construidas en el fondo y en el problema de la uncinariasis en México, uno de los más
la superficie en los lugares de los trabajos, así com o pro­ graves problemas sanitarios con que tropezamos diariamente
porcionar a los obreros agua potable, cuarto de baño, ro­ en nuestra práctica profesional especializada quienes traba-
peros, etc. Además, curas periódicas de los que están in­
festados y examen de los nuevos solicitantes.
En los países donde la uncinariasis alcanza grandes pro­
I'amos en lug?res que, por sus condiciones de humedad, ca-
or, luminosidad y constitución del suelo, son magníficos
medios para conservar la vitalidad del parásito y permitir
porciones, la solución del problema es en extremo difícil, su diseminación en grande escala».
por las condiciones inhumanas en que viven los pobres. Se En México, desde los años 1924 y 1925 se localizaron las
hace necesaria la eliminación sanitaria de las deyecciones regiones afectadas, principalmente por este parásito, como
humanas y evitar la contaminación del suelo. Hay que prac­ las zonas rurales de la mayor parte de los Estados de Ve-
ticar el tratamiento en masa de la población para eliminar racruz, Oaxaca, Tabasco y Chiapas. Además, en menores
los reservorios de la infección y construir letrinas sanitarias. escalas la uncinariasis aparece en otros Estados de la Re­
Pero ante todo hay que alimentar bien a los pobres, lo que pública y en ciudades alejadas de los focos principales, una
no se hace en parte alguna, y proporcionarles una dieta rica vez que con los medios de comunicación tan rápidos que
en hierro y proteínas, y después instruirlos sobre elparticu­ existen, la enfermedad puede propagarse fácilmente en aque­
lar, porque lo ignoran todo. llos lugares que reúnan las condiciones debidas para el des­
Algunas instituciones humanitarias han intervenido activa­ arrollo del parásito.
mente para aliviar a los hombres de este azote. La División En el Estado de Oaxaca, donde la uncinaria hace tantos
Internacional de Higiene de la Fundación Rochefeller, ha estragos, hemos vivido, en plena selva tropical, en los lu­
atacado el problema en proporción con la importancia eco­ gares más insanos, nada menos que diez años; así que nos
nómica y sociológica que tiene en el mundo. En la sola hemos empapado, hasta la saturación; en el dolor ajeno, que
Isla de Ceilán, sus higienistas practicaron 1.573.955 exáme­ es nuestro dolor.
nes microscópicos de los excrementos y eliminaron los pa­ Aquí las mayores calamidades sociales están constituidas
rásitos de 141.720 obreros. Los Quákeros también se han por el paludismo, las enfermedades venéreas, el alcoholismo
ocupado seriamente del asunto, aunque cuentan con menos y los parásitos intestinales, entre ellos la terrible uncinaria
medios económicos que la Fundación Rockefeller y además Claro está que estas calamidades obedecen a la misma cau­
tienen que sufragar múltiples empresas humanitarias.( Años sa: a la mala organización social, que ni a propósito sería
atrás hicieron una profunda labor en este sentido en el Es­ peor.
tado de Morelia, al sur de la ciudad de Cuernavaca, en En lo tocante a los parásitos intestinales, todos los pade­
México. Se construyeron letrinas sanitarias en cada casa, pa­ cen. en particular los pobres niños, y es la uncinaria la que
gando ellos los gastos, y se instruyóa la gente sobre el más víctimas ocasiona. Por esta casa desfilan millares de en­
problema de la uncinariasis. Por cierto que tuvieron la aten­ fermos todos los años, a quienes se les hace los análisis gra­
ción de invitarme y conducirme a aquellos lugares, quedan­ tis, y siempre se encuentran asociados en el mismo indi­
d o favorablemente impresionado de lo que allí se hacía. viduo; ascaris, uncinarias y tricocéfalos, v además no fal­
A pesar de todos los esfuerzos, la uncinariasis no retro­ tan en la sangre los parásitos del paludismo. Así que se
cede, más bien avanza y sigue haciendo sus estragos por ven a cada paso enfermos hinchados de pies a cabeza, con
toda la tierra. Las estadísticas de última hora informan que un tinte de la piel amarillo de cera, y es un asombro que
en Norteamérica existen 1,8 millones de seres infestados de se pueda vivir con tan poca sangre, hasta que viene la
uncinaria; en Centro y Sud-américa, 42 millones; en Africa. muerte a recogerlos. Lias mujeres embarazadas son las que
49 millones; en Europa (excepto la U.R.S.S.), 14 millones; pagan el tributo más fuerte a la parca. Cuando el emba­
en la Unión de las Repúblicas soviéticas en Asia, menos razo llega a término, estos espectros sin sangre paren un

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niño muerto y ellas mueren poco después. ¡Es un cuadro con los pies desnudos, por donde penetran las larvas de las
horroroso que tenemos siempre ante nuestros ojos! Sin em­ uncinarias y la alimentación es mala y escasa. Pero los peo­
bargo, las pocas que se ponen en cura, aunque ésta sea lar­ res parásitos no son los que hemos mencionado, sino otros,
ga, salvan sus vidas, para que poco después, com o las mis­ el «home sapiens» de Linneo, de cuyas filas salen un nú­
mas causas subsisten, volver a enfermar de nuevo. Y lo más mero incontable de superparásitos sociales que viven de la
difícil de todo' es procurar la alimentación especial que la explotación de sus semejantes, reduciéndolos a la más triste
enfermedad requiere. de las condiciones y chupándoles hasta la última gota de
N o hay por aquí el menor indicio de higiene; faltan las sangre.
letrinas o están ruinosas; la mayoría de la gente marcha D r. P e d ro V A L L IN A

EL NINO REBELDE
«La vida del niño, por ser considerada
com o cosa de belleza e inconsecuencia,
viene a revelarse por sí misma con ma­
yores impulsos, y la m ente de éste, a
poseer en sí indicios para la compren­
sión de la humanidad corporativa».

Margaret LO W EN D FELD.

AS grandes fluctuaciones de la fuerza, o in­ fantasía de un mundo libre del control del adulto, en el
clusive de la existencia, de la actividad que el ego infantil juegue el papel primordial. Esta teoría
revolucionaria en este país (Inglaterra), es también da explicación del hecho de que los hombres, más
un fenómeno que ha sido notado por mu­ bien que las mujeres, tienden a tomar una parte más im­
chos observadores tanto en este siglo como portante en el movimiento revolucionario, ya que es el com­
en el pasado. Al hombre ordinario de los plejo propio el niño, el complejo de Edipo, el que provee
campos, reformista y reaccionario, le gusta el motivo y la fuerza propulsora del macho rebelde y adulto.
pensar que toda actividad revolucionaria Yo no desestimo del todo esta teoría de la idea privada
es un producto exótico; le gusta creer que de los anarquistas; hay mucho en ella que deberíamos con­
el verdadero británico no es un revolucio­ siderar seriamente. D e paso diré, no obstante, que las ideo­
nario por naturaleza. Indicarle un anarquista que sea sin logías de esos partidos revolucionarios que buscan el de­
embargo británico de nacimiento, de educación y de todo rrumbamiento que la «corrupta» autoridad presenta para
lo demás y explicará la anomalía refiriéndose al anarquista implantar una nueva y «recta» autoridad en su lugar, están
com o si éste fuera un «mentecato», una persona que nun­ más ligadas aún a las fantasías infantiles: el niño se
ca llegó a desarrollarse para poder considerar el mundo considera generalmente a sí mismo en posesión de poder y
desde el punto de vista que lo considera un adulto. Existe grandeza tan pronto com o ha conseguido abatir al dragón
verdaderamente una plausible teoría acerca de los anar­ de la opresión. Admitiendo que existe algo de verdad en
quistas, la cual atribuye su estado de sentimientos y creen­ esta teoría, no llego a la conclusión de que los anarquistas
cias a la condición de no haber pasado nunca la edad de son neuróticos y que el anarquismo es un camelo. Si real­
los resentimientos infantiles contra la autoridad paterna. mente llevan los revolucionarios el odio de la niñez a la
Se alega que el anarquista es meramente una persona vida adulta, nos corresponde estudiar de una forma más
que no puede afrontar las realidades de la vida adulta, y profunda la naturaleza de este odio de la niñez.
dirige los resentimientos que en su niñez abrigaba contra Es una cosa corriente considerar la palabra «infantil»
sus padres, maestros o adultos encargados de su custodia, com o significación de algo baladí e irrazonable. Contra la
contra las instituciones del Estado; y al igual que el niño verdadera pasión y aspiración de la niñez se ha levantado
sobreexcitado, sacrificará todo a su pasión de rebelión y un cúmulo de prejuicios por el adulto, y poseyendo éste
destrucción. D e esta forma, pues, toda la teoría anarquista todos los medios de propaganda, coherentes y bien des-
viene a ser meramente un cuerpo de «descargo» para hacer arrrollados, en sus manos, el reconocimiento de la verda­
aceptable a los adultos la rebelión infantil, siendo la so­ dera naturaleza de la niñez es suprimida como una cues­
ciedad libertaria que los anarquistas propugnan una febril tión sin importancia y se presenta uií modelo ficticio de lo

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que sería el niño normal. La mayoría de los niños se dan Las acciones de los niños no están condicionadas comple­
cuenta de que acerca del niño normal, standard, existe cier­ tamente por la naturaleza de un adulto cualquiera, sino
ta clase de falsedades, pero en su inocencia llega a ser in­ más bien por la actitud de todo el mundo adulto hacia
fluenciado. Prácticamente todos los libros que leen o les ellos. Un niño puede andar desnudo por su propia casa,
son leídos contribuyen a reforzar estas falsedades; es raro pero se le enseña que no debe andar de tal manera por la
que un autor escriba sobre los niños tal y com o ellos son. calle principal; los adultos, com o clase, están en desacuer­
lib ro s como «Poil de Carotte» y «High W ind in Jamaica» do con esto. El niño puede amar y respetar a su madre.
que tratan francamente con la realidad de la niñez son tan Pero no puede contarle a ésta los mismos cuentos verdes
escasos que poca gente los toman en serio. que explica a sus amigos con la mayor naturalidad. Porque
Aunque el niño no tiene habilidad para compaginar sus la madre pertenece a lo clase adulta y ésta no está de
ideas y encuadrarlas en una ideología coherente de rebe­ acuerdo con que los niños cuenten obscenidades. Realmen­
lión, éste se rebela ciertamente contra las imposturas del te el adulto más amable y desinteresado puede llegar a ser
adulto. Esta rebelión tal vez no sea visible para los adultos, un verdadero tirano para los niños. Cuando le gusta la fal­
pues el niño, con mucha razón, la oculta con mil artificios; sa fachada que presentan los niños, este adulto se lanza a
pero diría yo que nunca hubo rebelión más justificada que dar calor a este «mejor lado» de su naturaleza y de esta
la rebelión espiritual de los niños contra los adultos. forma mata sus formas de expresión genuinas.
En nuestra sociedad, los adultos, «com o clase» son due­ Una gran parte del mal trato del adulto para con los
ños de todo, de lo natural y de lo manufacturado; y el niños viene de su tradicional incomprensión de la natura­
niño «com o clase» no tiene acceso a nada, si no es bajo leza de la infancia. Todo adulto ha sido niño una vez; sin
autorización. Los adultos, brusca y egoístamente, se reser­ embargo, al llegar a la madurez, el cambio en el individuo
van para sí muchísimos placeres: fuman y prohíben esto es tan sorprendente que prefiere confiar en la tradicional
mismo a los niños. Los adultos cohabitan; y sin embargo concepción del adulto sobre los niños que aprovechan sus
privan del placer sexual a los niños; los adultos consienten propios recuerdos de niñez. Esto es reforzado por el pro­
las grandes orgías de la violencia guerrera, y sin embargo ceso psicológico que falsea los recuerdos de nuestra in­
reprimen la golfería a los niños; los adultos se roban y se fancia, y hace inseguros los recuerdos que de nuestros pri­
engañan los unos a los otros en su trato diario; sin embar­ meros días conservamos en nuestra memoria.
go, reprimen austeramente el menor caso de ratería entre Los adultos tienden a considerar a los niños com o seres
los niños; los adultos mienten com o una cosa normal cuan­ de su misma especie, con fuerza mental y física en un es­
do lo creen conveniente, y sin embargo exigen del niño tado meramente «no maduro». El proceso de «criarlos» es,
que diga la verdad. Todo esto podría discutirse, pero los por tanto, interpretado com o un medio para hacerles acep­
sofismas del adulto pasan por encima de la voluntad del tar los principios sociales de los adultos para que puedan
niño, y así estos hechos, en su forma más cruda, son más o llegar a ser seres debidamente formados, con capacidad
menos claros para los niños; «saben» ellos, por encima de para representar su papel en la sociedad. Afirmo que esto
todos los razonamientos intelectuales, que los adultos como es una incomprensión mayúscula y tan básicamente des­
clase, son grandes hipócritas y enemigos de su libertad- acertada que en gran parte es causa del gran porcentaje
Cuando se enfurece al niño puede éste desear la des­ de niños, normales al principio, que se convierten en adul­
trucción de la causa de su frustración; pero este deseo no tos neuróticos o tal vez, diría mejor, que pasan a dar el
es permanente en el niño. El niño-revolucionario sabe muy carácter neurótico que tiene la sociedad adulta de hoy.
bien que no le cabe la menor posibilidad para derrocar la Se da por sentado que el hombre es una criatura adulta,
tiranía de la clase adulta; sólo él puede buscar un grado un animal con instintos sociales y que posee conciencia
de libertad conservando en sí mismo una cierta indepen­ mental de com o impulsar sus propios intereses por procedi­
dencia de espíritu. Para el mundo adulto el niño puede mientos sociales. Podemos estudiarle y describirle como
presentar una fachada exterior de truculencia, de docilidad, hacemos con cualquier ser de otra especie. El hombre-niño,
de graciosa coquetería, de respeto tímido, de abierta fran­ com o he dicho, es meramente considerado como un ser no
queza; todas estas apariencias son medios para ocultar su maduro.
yo interno a la curiosidad invasora de la clase adulta. La Consideremos ahora una especie completamente diferen­
mayor protección del niño es su astucia, su maravillosa ha­ te: la libélula. Podemos considerarla de dos formas dife­
bilidad para representar cualquier papel. Max Stimer vió rentes: primero, com o ser alado que vive con muchas de
la astucia de los niños en su luz verdadera. Y escribe: sus compañeras una vida corta y brillante, dedicada casi
«... En la niñez, la manumisión intenta llegar al fondo de toda ella al amor; segundo, com o una criatura de movi­
las cosas, al «dorso» de las cosas; por tanto, observamos miento lento, viviendo un año o más bajo las aguas, sin
nosotros los puntos débiles de cada uno, por los cuales, es otro interés que cazar y comer. ¿Cuál de estos dos anima­
bien sabido, los niños tienen un instinto seguro... Detrás les, completamente diferentes, debe ser considerado com o
de cada cosa encontramos «nuestro valor», nuestra supe­ verdadera libélula, la longeva y serpeante larva o la efíme­
rioridad; detrás de la tajante orden de los padres y auto­ ra y alada mariposa?
ridades se encuentra, después de todo, nuestravalerosa Podría dar miles de ejemplos sobre animales cuyos indi­
elección e intrépida sagacidad. Y mientras más nos sen­ viduos difieren en la forma y en sus principales caracterís­
timos nosotros mismos, más pequeño aparece aquél que ticas instintivas durante los principios de su temprana vida
antes parecía invencible. ¿Se trata de nuestra superchería, y en parte de su vida posterior, pero hago mención de esto
sagacidad, valor, obstinación? ¡Qué otra cosa sino la inte­ sólo a título de analogía, para hacer resaltar el hecho de
ligencia!» (1). que es estúpido. creer a la especie-hombre com o la única
Todo esto puede parecer muy injusto a los adultos bien que encierra al animal adulto: sería igualmente acertado
intencionados, quienes pueden muy bien decir: considerar esta especie com o representada por el niño y
«Pero yo amo a mis hijos; yo no quiero más que su pre­ considerando al adulto com o una modificación degenerada
sente felicidad y futuro bienestar. ¿Qué he hecho yo para de la vida madura para reproducir y hacer el trabajo ne­
merecer la desconfianza y la rebelión de mis hijos con­ cesario.
tra m i?» Al contrario que la libélula la forma física del hombre es
casi la misma toda su vida desde su gestación en el útero
de la madre; el cambio se realiza mayormente en la dimen­
sión. De lo que estamos seguros, sin embargo, es en qué
(1) «T he Ego and his Own». Max Stimer). sentido difiere el instinto básico del hombre-niño del del

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hombre-adulto. Gastamos todas nuestras energías en entre­ tro de un marco de humanidad y justicia de adulto stan­
nar al niño para que cuando haya adquirido los instintos dard. Pero el problema es mucho más complejo que todo
del adulto, pueda llegar a ser un miembro pasable de la esto; si los niños agresivos y rudos son los normales, ¿por
sociedad adulta. Con esto hacemos imposible el estudio de qué aparentan «odiar» al niño tímido? Muchos de los ni­
los instintos naturales del niño. Lia cuestión de cuáles son ños más inofensivos parecen atraerse el odio y la persecu­
los instintos básicos de que hablamos no es, bajo concepto ción donde quiera que van, pero algunos otros niños, tímidos
alguno, un mero interés académico; tiene una importancia invocan de sus más rudos coetáneos una protección es­
muy práctica como expondré más adelante. pontánea. La razón de esta sutil diferencia no está clara
Los moralistas demodados tenían un buen atisbo de lo para los adultos.
que eran los instintos de los niños. Los llamaban «diablo» Por otro lado, el tipo de niño tímido que invoca protec­
y se armaban de palos y amenazas (con fuego del infierno) ción a sus coetáneos, es el que, aunque con bastante miedo
para abatir los instintos naturales. Los maestros «progresi­ de la represión de los adultos, no se ha sometido a ellos.
vos» de nuestros tiempos deploran la brutalidad de esos Aparentemente, esto es intuitivo para sus compañeros.
métodos; no obstante quieren que el niño crezca y se des­ Pero el problema de la crueldad en los niños no es de
arrolle dentro del marco del pacífico y socialmente adap­ ningún modo tan simple com o eso. Es innegable que los
tado adulto, y así usan de la razón, de la persuasión y de niños son crueles si son tratados con crueldad; los niños
la propaganda utópica sobre el niño. Pueden engañarse a que soportan crueldades mentales o físicas de parte de los
sí mismos al afirmar aue el niño es realmente desintere­ adultos o de sus compañeros, desarrollarán en sí mismos
sado, correcto y sociable por naturaleza, y que su «natura­ una preocupación por la crueldad en sus relaciones con otras
leza inferior» podrá ser vencida por medio de argumentos. gentes, animales inferiores e inclusive con las cosas. La
Este es un método completamente anticientífico para tratar fuerza del inmaduro instinto sexual en los niños está de­
el problema y que a menudo suscita un fastidioso resen­ masiado fácilmente relacionada con la crueldad, activa o
timiento en los niños, porque se les atiborra con insufri­ pasiva; el niño demasiado sentimental, el que se tortura a
bles discursos sobre autodisciplina y cooperación. sí mismo por simpatía con los sufrimientos de los gorriones,
El camino más científico sería estudiar el carácter instin­ está estrechamente ligado al pequeño sádico que goza aplas­
tivo de los niños sin ningún prejuicio de lo que «debería» tando insectos. Un cuadro de la mórbida preocupación del
ser. Admitamos que esto es muy difícil porque los medios sufrimiento de la niñez puede verse igualmente en la pro­
debidos para tal estudio son casi inasequibles bajo las paganda de los antiviviseccionistas y en la tendencia a
modernas circunstancias. Tenemos el legado del pasado que aumentar el castigo en las escuelas y en las prisiones, de
empieza a influenciar a los niños desde su más tiema in­ que cierta clique se regocija.
fancia. T odo lo que podemos esperar es que la acumula­ Los niños que no están sujetos a esta crueldad no des­
ción de informaciones procedentes de varias fuentes nos dé arrollan estos mórbidos síntomas; no obstante, pueden aún
una perspectiva más amplia sobre la astuta criatura que ser muy crueles. Su crueldad posee una cualidad «inhuma­
una vez fuimos nosotros mismos. M i propia experiencia de na», un desprecio por los sufrimientos de sus víctimas. Nos­
los niños, coordinada con la de otros observadores, me ha otros, adultos, tenemos poca cosa que hacer sobre ello; po­
conducido a formar la siguiente hipótesis. El niño es un demos avergonzarles, que sean hipócritas acerca de su pro­
gregario, pero no un verdadero animal social; cuando está pia naturaleza, pero al hacer esto no conseguiríamos nada
en posesión de buena salud física y mental, es agresivo has­ de importancia. Este es meramente otro ejemplo de que
ta el punto de la ferocidad y es capaz de poseer una in­ hemos de aceptar a los niños tales y com o son y que hemos
sensibilidad que ningún adulto normal puede poseer. Se de damos cuenta de que al intentar alterar su naturaleza
encuentra centrado completamente en sí mismo y su amor podemos hacer más daño que beneficio. La naturaleza del
por otras personas es de una naturaleza completamente di­ niño no se corrompe si la dejamos desarrollarse dentro de
ferente del que un adulto pueda sentir. Richard Hughes ha un marco social humano; ni que decir tiene que una comu­
comparado la mente del niño con la de una persona en­ nidad compuesta de niños sería sólo biológicamente defec­
ferma; dentro de ciertos límites, bien definidos, esto debe tuosa y casi todos los niños sufrirían desviaciones sensibles.
ser admitido com o cierto. Un adulto, con la psicología de El mundo infantil, aunque hostil al mundo adulto (tal y
un niño, sería no solamente «simple» sino demente de acuer­ com o lo conocemos hoy), mira hacia él com o a. una fuente
d o con el adulto standard. inagotable de socorro, físico y emocional, y los niños se des­
Todos estos dones instintivos del niño, podrían ser cosa arrollan bien o mal de acuerdo con la cantidad de cariño
necesaria para la supervivencia animal en su estado físi­ (o estúpida indiferencia y represión) con que el adulto con­
camente débil y com o auxiliar al cuidado paternal. Otro don tribuye.
instintivo que hace difícil el estudio del carácter normal Si aceptamos la hipótesis de que los jóvenes poseen ins­
del niño es su poder supremo de adaptación al medio (otra tintos fundamentalmente diferentes a los de los adultos, y
cualidad que ayuda a la supervivencia del débil). El niño que realmente se encuentran en estado de oposición contra
llegará a ser, en su apariencia exterior, lo que su adulto la clase adulta, nos encontramos con dos problemas: primero,
guardián quiera que sea. Puede llegar a tener una perso­ cóm o controlar estos seres agresivos para que no hagan im­
nalidad en casa, otra en la escuela, otra cuando va a vi­ posible o simplemente inconfortable la vida del adulto; y
sitar a los abuelos. Estas distintas máscaras se las apropia­ segundo, cóm o educarles para que lleguen a ser seres socia­
rá y se deshará de ellas sin esfuerzo alguno tal y como el les tolerantes cuando lleguen a ser mayores.
medio lo pida a fin de proteger la integridad de su pro­ El primer problema está resuelto fácilmente, com o pueden
pia personalidad de las arremetidas furiosas del mundo ver por sí mismo los adultos inteligentes. Si los adultos es­
adulto con su complejo valor intrínseco. tablecieran cierto tratado de paz que diera a los niños cier­
Uno de los aspectos más chocantes de la niñez es lo tos «derechos» inalienables, los niños guardarían su parte
mucho que, al parecer, gozan los niños ante la crueldad.
del contrato respetando los derechos de los adultos, tan bien
Los adultos que dejan hacer a los niños lo que quieren,
guardado, al menos, com o hacen los adultos. Creo que el
algunas veces se ven sorprendidos por el espectáculo lamen­ castigo es siempre una loca y superlativa equivocación. Con­
table de amedrentamiento de los niños tímidos ante sus deno particularmente esos actos punitivos que infligen los
compañeros. La despiadada brutalidad de que es capaz el adultos a los niños so pretexto de que el castigo es «retri­
niño hace pensar a los adultos que los niños son realmente bución natural»; los niños descubren la impostura.
pequeños diablos dañinos si se les deja proceder solos. Por Si tal tratado de respeto mutuo se estableciera en una fa­
tanto se determinan mejor por un entrenamiento firme den­ milia, escuela u otra institución, donde adultos y niños tie­

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nen que batallar juntos, los niños seguirían aún en contra­
La adolescencia es la transición o metamorfosis de niño a
posición a la clase adulta, pero la situación no sería tan
aguda para ellos. adulto; una edad en que la fidelidad fluctúa entre las dos
clases. En nuestra sociedad, el período de la adolescencia
El problema de la educación para una edad posterior es
se prolonga artificialmente por un número considerable de
más difícil. No existe una respuesta categórica al caso de factores. La contrarrevolución del adulto ha hecho uso de
cierta cantidad de coerción real necesaria para que el niño
este último período de la vida del niño en gran escala; los
pueda desarrollar la pericia y habilidad que le serán nece­
niños mayores están predestinados a ser los sostenedores
sarias en su vida adulta. Ciertas especies de animales supe­ de la moral del adulto por los mismos medios que las clases
riores tienen que emplear la coerción en la educación de
oprimidas de cada país son forzadas a proveer la fuerza de
su prole. Las nutrias tienen que arrastrar a sus hijuelos al
policía que sostendrá los privilegios de los opresores. Los
agua para que aprendan a nadar, pues la nutria no descien­
prefectos o instructores de las escuelas, los jefes de patru­
de de antepasados acuáticos, y tiene' que sobreponerse a los
llas en los «Boy Scouts», el niño mandón que alegremente
instintos terrestres de sus hijos por la fuerza. Las focas tie­
impone la autoridad paternal en la casa, todos son reclu­
nen que aterrorizar a sus crios para enseñarles el significado tados en las filas de la niñez y movidos por los mismos
del miedo cuando se encuentran cerca del peligro, porque
principios que el policía que ha sido reclutado en las clases
la foca joven no tiene la menor idea del peligro. Muchos laboriosas para imponer servidumbre.
animales de rapiña juegan con sus jovenzuelos de una forma
Los niños son mucho más clarividentes e independientes
salvaje para despertar en ellos el requerido estado de fero­
que los adolescentes, porque estos últimos se vuelven in­
cidad automática.
estables por el choque emocional que reciben, el cual no
L o que los humanos hemos de considerar es qué grado pueden comprender ni controlar. La potencia sexual llega
de interferencia es el más apropiado para educar los instin­ en los primeros años de la segunda decena de nuestra vida,
tos naturales de nuestros jóvenes. Yo mantengo que hemos y las frustraciones que la sociedad adulta impone en esto
ido muy lejos interfiriendo en la vida natural instintiva de trastorna la personalidad del niño. El adolescente odia su
los niños; hemos ido tan lejos, que ya n o podemos apreciar propia juventud, lucha desesperadamente para llegar a ser
cuán diferentes son básicamente a nuestro yo adulto. El pe­ maduro; la madurez (cree) traerá el alivio al terrible pro­
ligro está en que si le hacemos vivir una vida muy en con­ blema de sexo y poder. Así, el adolescente desprecia la ni­
traposición a la de sus instintos naturales, el niño nunca ñez desprecia su propia naturaleza y adora el ritmo de vida
vivirá una vida instintiva propia, y por tanto retendrá en adulta.
su vida adulta una cierta cantidad de los instintos sociales y En nuestra civilización rechazamos fuertemente la idea de
feroces de la niñez. El mundo está lleno de seres adultos que un niño sexualmente potente goce de una vida sexual
por edad, pero que son niños en parte por instinto. Los completa; insistimos en que la copulación es la prerrogativa
niños, aun bonitos, que tan jovialmente vuelan en bombar- del adulto. Sin embargo, ¿no es posible alcanzar completa
deros y destruyen ciudades, son seres simplemente neuróti- experiencia sexual «antes» de que la metamorfosis niño-adulto
eos que han tenido que aguardar llegar a sus veinte años tenga lugar?
para dar rienda suelta a los instintos de la niñez. Los mo- El individuo logra la madurez. Todos los abusos de po­
ralistas socialmente bien intencionados que educan a los der, el injusto privilegio, la farsa, la injusta prohibición de
niños de acuerdo con el código idealizado por el adulto, la alegría que soportó dd los adultos «com o clase» los puede
tiene que cargar con su parte de culpa por la inmoralidad ver hoy alrededor suyo en la sociedad adulta, exactamente
suprema de la conducta del adulto. en la misma forma. La mayoría han sido reprimidos, en­
Ha suscitado gran sorpresa el hecho de que los niños de gañados, y vapuleados por acción de los menos, com o si las
las llamadas escuelas progresivas, ingresan en el ejército o masas fueran niños y los gobernantes adultos. La compara­
fuerzas armadas, de la misma forma que los niños de la ción es completamente exacta. El Estado, en su acción hacia
escuela más convencional. Cualquiera que sepa algo acerca el dominio totalitario, asume más y más el aspecto de un
de las escuelas progresivas se dará cuenta de que no faltan adulto hipócrita y represivo controlando un puñado de ni­
en sus plantillas verdaderos moralistas quienes gozarían mu­ ños. En todos los aspectos de interferencia del Estado con­
cho si sus alumnos llegasen a ser antimilitaristas. Pero la tra la libertad del individuo vemos al arisco maestro, al
propaganda por el hecho y ejemplo tiene poco efecto sobre pomposo padre.
el niño cuando va dirigida contra sus propios instintos. La Si el individuo retiene algo de su espíritu de independen­
propaganda pacifista dirigida contra los juegos de guerra y cia de la niñez, éste le será un gran auxiliar en su vida
la exaltación del niño, puede solamente dar com o resultado adulta. No llegará a ser el blanco de los explotadores; re­
hacerle timido y vergonzoso, y podría retardar y desfigurar accionará «puerilmente», es decir, se rebelará cóm o y cuando
su expresión natural. Si los adultos se espantan del espec­ pueda. Pero ahora que sus instintos infantiles han dado paso
táculo de niños conduciéndose com o niños, deberían evitar a los instintos adultos, pensará y actuará dentro de la línea
el contacto con los animales jóvenes; en verdad, podrán in­ social. Actuará consciente de que esta libertad personal va
terferir y prohibir las manifestaciones de los instintos de la ligada a la libertad de sus semejantes. Así el impulso de
niñez, pero nunca podrán «eliminarlos». Los niños que cre­ la revolución social está fundado lógicamente en la rebelión
cen y se desarrollan con una complacencia satisfactoria de i i.3 J1’ " 6?' N o hay nada degradante para la revolución en
su vida instintiva en sus múltiples aspectos de su desarrollo, el hecho de que ésta tenga sus raíces en la niñez. La ex­
son más propensos a tener instintos sanos de adulto a una periencia nos enseña que aquellos cuyo anarquismo es una
edad temprana y por tanto a resistir las fantásticas deman­ cuestión enteramente de convicción intelectual, a menudo
das del Estado relativas al servicio militar. no resisten la carrera. Si hubiesen sido vapuleados por la
No quiero decir que existe una solución fácil para el pro- contrarrevolución en su niñez, de forma que no hubiesen
" ^ i j j j educación- Hagamos lo que hagamos, no hay podido pertenecerse a sí mismos, sino sometidos y poseídos
posibilidad de romper el círculo vicioso del medio en una por la «justicia» de otra persona, institución o idea abstrac­
generación. Lo que estoy interesado en demostrar principal­ ta, temerían la libertad en la vida adulta. L a perspectiva
mente es que el entrenamiento moral del niño tiene resul­ de libertad significa la devolución de la propiedad de si mis­
tados directos diferentes a los que nos proponemos, porque mo. No importa lo convencidos que puedan estar del peso
el niño debe vivir su vida com o un animal natural, y una de la lógica del anarquismo, tales gentes, en su fuero inte­
gran interferencia con sus inclinaciones naturales le condu­ rior rechazarán la libertad y temerán el acontecimiento de
cen a no realizar nunca la metamorfosis mental y emotiva de la revolución social.
un adulto natural.
(Trad. de J. Ruíz). Tony G IB S O N

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Bibliografía de publicaciones anarooisios


en lengua italiana
(C ontinuación) llevaba en su cabecera la mención «Adherida a la III In­
ternacional». Pero prontamente se modificó esta mención, ya
10. « L ’ Intemazionale». Organo semanal de la Unión Sin­ que la organización modificó su posición con respecto a los
dical Italiana. Parma. Periódico de propaganda y de acción problemas internacionales. A pesar de que el periódico era
sindical, dirigido por Alceste D e Ambris. Se inicia la pu­ expresión de un organismo sindical, puede muy bien con­
blicación en 1909. Al estallar la primera guerra mundial, siderarse com o anarquista por el carácter de su propaganda
la mayoría de sus redactores y colaboradores, influenciados por la acción directa y contra el Estado. Redactores: Ar­
por D e Ambris, se manifiestan partidarios de la interven­ mando Borghi y Aliprando Gionnatti.
ción de Italia en el conflicto, dedicando el periódico casi 12. «II Cavatore». Quincenal. Carrara. Inicia su publica­
por entero a esta propaganda. Sin embargo, un grupo de ción en 1911, sobre la base de los fondos sobrantes de una
colaboradores, entre quienes se encontraban Armando Bor­ suscripción para sostén de una huelga de los obreros de las
ghi, Alibrando Giovanetti, Nencini, etc., se manifiestan en canteras de mármol y similares. Durante cierto tiempo, fué
desacuerdo completo con los redactores del periódico. A. órgano de «L a Camara del Lavoro de Carrara», por enton­
Borghi, y los demás nombrados, se hallaban por entonces ces orientada por los anarquistas. Continuó publicándose
al frente de la organización sindical. Lanzan entonces la hasta 1911, poco después de declarada la guerra, en que
iniciativa de otra publicación y dan vida a «Guerra d i Clas- su redactor, Alberto Meschi fué llamado a filas. El periódi­
se». Aunque «L'Internazionale» no era una publicación co cesó entonces de aparecer regularmente. No obstante las
esencialmente anarquista, colaboraron en ella muchísimos dificultades del momento, se logró publicar varios números
anarquistas, y en sus páginas se habían defendido siempre com o edición especial de «Guerra di Classe» al agregarse
los principios antiestatales y de acción directa. En 1914, a una página dedicada exclusivamente a los problemas de los
raíz de la nueva posición asumida, lanza una «edición para obreros del mármol, de Carrara. Terminada la guerra, re­
Milán», por cuenta de la «Union Sindical Milanesa», en la emprendió inmediatamente su publicación, que comenzó el
que la mayoría se había declarado por el intervencionismo. 1.° de enero de 1919, y continuó hasta 1922. En esa época,
A partir de 1914 se publicaron en «L ’ Internazionale» ar­ la reacción fascista imposibilitó la permanencia de sus re­
tículos de Kropotkin, Grave, Malato, y sobre todo, los de dactores en Carrara, y con ello. la aparición del periódico.
Guillaume, dándoles una amplia difusión y prestándoles una En 1922 se publicaron un par d e números en La Spezia,
atención particular.
pero muy pronto su redactor, Alberto Meschi, se vió for­
11. «Guerra di Classe». Semanario. Organo de la zado a marchar a Francia.
Unión Sindical Italiana. Boloña-Milán. Cuando el ór­ Al volver a Carrara, en 1945, Meschi reemprendió de in­
gano de la Unión Sindical Italiana quedó en manos de los mediato su publicación, apareciendo en su primer tiempo
«intervencionistas», esta organización experimentó la nece­ como órgano de «L a Camara del Lavoro di Carrara» y re­
sidad de contar con un órgano de propaganda y de lucha gión del mármol. Luego com o órgano de la «Lega Cava-
que se declarara contra la guerra y que continuara la línea tori» (Liga de Marmolistas), y, finalmente, en 1948, como
de acción que hasta entonces se había seguido. En diciem­ «Organo dei Lavoratori Apuani» (órgano de los trabajado­
bre de 1914 se lanzó un llamamiento para la creación de res de Apuania). Aunque de manera irregular, continúa apa­
un órgano que respondiera con integridad a las ideas de reciendo en la actualidad.
los obreros organizados en la U.S.I., ya que por su propia
En 1951 publicó un número especial dedicado al cincuen­
actitud «L ’Internazionale» había dejado de ser su órgano.
tenario de la fundación de la Cámara del Trabajo de Ca­
Este llamamiento fué reproducido en toda la prensa anar­
rrara. Redactor, Alberto Meschi.
quista, y sobre todo en «Volontá», de Ancona. En abril de
1915 comenzó la publicación del nuevo periódico. Durante 13. «II 94». Quincenario anarquista. Carrara. Inicia su
la guerra sufrió varias suspensiones a consecuencia de que aparición en 1911, publicándose, bajo todos sus aspectos,
su redactor, Armando Borghi, fué sometido por las autori­ com o continuador del periódico «Combattiamo», quc había
dades a «domicilio forzato». Hasta febrero de 1920, la redac­ iniciado su aparición en diciembre de 1902 y la había con­
ción reside en la propia sede de la Secretaría de la Orga­ tinuado hasta el 4 de abril de 1904, a pesar de que había
nización. El 27 de febrero se transfiere a Milán la secreta­ sido secuestrado muy a menudo por las autoridades. Ade­
ría, y lo mismo se hace con «Guerra di Classe». más de los secuestros, los procesos repetidos obligan a su
Continúa allí hasta que, destruida la sede de la U S.I. editor, Ugo del Papa, a abandonar Italia para escapar a la
por los fascistas, y disuelta la organización, las posibilida­ detención. Vuelto a Italia, después de la amnistía, en 1911,
des de publicación y de difusión del periódico quedaron se pone de acuerdo con Alberto Meschi para lanzar «II 94»,
terriblemente reducidas, hasta quedar completamente supri­ continuando su publicación hasta 1915, a principios de la
midas. Su redactor principal, A. Borghi, se había visto obli­ guerra. En 1919-20 se publican aún un par de números.
gado a refugiarse en el extranjero. Las publicaciones cesa­
ron en 1923. Algo más tarde se lograron lanzar algunos U g o F E D E L I.
números clandestinos. Es interesante señalar que en 1921 (Continuará).

oociété Cénérale dhnpression, 61, rué des Amidormiers.— Toulouse (H te-ú ne.)— Le Uerant : Etienne GUILLEMAU.

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r/ )oeta A d e o 4 y e t ij d e Tfócuj

E L A R B C L
C uan d o el árbol vistióse de follaje
Y comenzaba el florecer sereno
L leg ab a Doña H e la d a a aquel paraje.
• Ay!, exclamó el árbol, d e temores lleno.
Prosigue en paz, señora, fu camino,-
L íb ram e del furor d e fus rencores
Y perm ite que el tiempo y el destino
Abran bien los capullos de mis flores.
El árbol floreció, para alegría
de las aves que en él hacen su nido.
Pero cuando más trinos les oía
Pronto vióse d e l tiem po perseguido.
Y . humilde, hablando al viento impetuoso
El árbol dijo: — N o me quiebres ora
N i malogres el fruto delicioso
D e que mis flores albas son aurora.
Frutas dio el árbol bajo e! sol ardiente
Y una niña pasó, d e ojos hermosos
pidiéndolos al árbol, dilig ente.
Y el árbol tendió los más sabrosos.

L A P A S T O R A
¿Cómo te llamas, pastora
Q u e cuidas d e los corderos
Y estés haciendo calceta
Al par que tocas el cuerno?
Sobre las aguas, mi nombre
N a d a cual airoso pato¡
Si hasta mí quieres llegar
Cru za, pues, pronto ese lago.
D im e d e quién eres hija
Y d ó n d e tu casa está.
Q u e en el sermón ni en la iglesia
N unca te he visto entrar.
Ahogado murió mi padre,
Y mi casa se quemó,
Y n adie me ha visto nunca.
P enetrar en el sermón.
Ya fueras hada o pastora
H a z q u e cese mi aflicción
Y no dejes sin respuesta
M i pregunta por favor.

B JO E R N S O N B JO ER N STER N E.

Ayuntamiento de Madrid
La C .N .T. en la Revolución española'’
E stá te r m in a d o y p r ó x im o a
a p a r e c e r el te r c e r y ú ltim o v o lu ­
m e n d e e sta im p o r t a n tís im a ob ra ,
e n la q u e el c o m p a ñ e r o J osé P e i-
r a ts se lia e s fo r z a d o e n e s ta b le ­
c e r la v erd a d h is t ó r ic a en t o r n o
a la p a r t ic ip a c ió n d e la C .N .T .
en la R e v o lu c ió n e s p a ñ o la in i­
c ia d a el 19 d e ju lio d e 1936.
D e b id o a l m á s e le v a d o c o s te
d e l p a p e l y d e la m a n o d e o b r a ,
a p e s a r d e n u e s tr o fir m e p r o p ó ­
s i t o d e e v ita r to d o a u m e n to d e
p re cio , nos v e m o s o b lig a d o s a
e le v a r d e c in c u e n ta f r a n c o s el
v a lo r d e l to m o I I I . A sí pu es, este
se v e n d e r á a 750 fr a n c o s , p r e c io
d e v e n ta , c o n el a c o s tu m b r a d o
d e s c u e n t o d e 10 % a p a q u e te r o s
y c o r r e s p o n s a le s .
P ara a q u ellos le c to r e s q u e q u ie ­
ra n c o n t r ib u ir a ayu darn os a
h a c e r fr e n te a los p a g o s a p r e ­
m ia n te s d e la e d ic ió n , h a r e m o s
c o m o p a ra lo s v o lú m e n e s p r e c e ­
d e n te s , c o n d ic io n e s e sp ecia les.
T o d o s a q u e llo s q u e e n v íe n ya
d esd e e s te m o m e n t o el v a lo r del
t o m o I I I , lo r e c ib ir á n a su a p a ­
r ic ió n al p r e c io d e 653 f r . P ara
la b u e n a m a r c h a a d m in is t r a t i­
va, r o g a m o s a to d o s c u a n t o s e n ­
v íen el p a g o a n tic ip a d o , e sp e ci­
fiq u en b ie n c la r o e n el d o r s o del
¡r a n d a t : P a ra p a g o d el to m o II I
d e « L a C.N'.T. en la R e v o lu c ió n
E s p a ñ o la ».

Esta obra no puede faltar en


la biblioteca de ningún hombre
estudioso y amante de la cultu­
ra. Todos, afiliados a la C. N. T.
o no, pero espíritus inquietos y
deseosos de conocer la historia C a p ítu lo X X V I I . — El Pleno tación estatal d e las industrias de
de la gesta popular más tras­ Económico d e V alencia. guerra.
cendental del siglo X X , han de
leer «La C.N.T. en la Revolución C apítu lo X X V I I I . — La Nueva C apítu lo X X X I V . — El terror
Española», libro escrito con pro­ Plataforma Sindical. en los frentes.
funda objetividad y con la más
escrupulosa honradez de h isto­ C a p ítu lo X X X V . — El terror
C apitu lo X X I X . — D e la victo­
riador, acumulando documentos en la retaguardia.
y datos inéditos y fidedignos. ria de Teruel al desastre de
Aragón. C a p itu lo X X X V I . — D e l P le ­
A q u e llo s que n o h a y a n a d q u i­ no d e O c tu b re a la pérd id a d e
r id o to d a v ía e l I I to m o , d e b e n C apítu lo X X X . — La crisis i n ­ Cataluña.
a p re s u r a r s e a p e d irlo , a fin d e terna del M ovim iento Libertario.
q u e n o se e n c u e n t r e n fa lt a d o s d e C a p itu lo X X X V I I . — El último
la o b r a c o m p le ta . C apítu lo X X X I . — La crisis d e baluarte.
P a r a ilu s tr a c ió n de n u e s tr o s agosto y la batalla del Ebro. C a p itu lo X X X I I I . — ¡Ay del
le c to r e s , d a m o s a c o n t in u a c ió n vencido !
lo s títu lo s g e n e r a le s d e io s c a ­ C apítu lo X X X I I. — La p o líti­
p ítu lo s d e q u e se c o m p o n e el t o ­ ca franquista. P e d id o s: A d m in is t r a c ió n d e l L i­
m o I I I , p r o n t o a p o n e r s e a la b ro, 4, r u é B e lfo r t , T o u lo u s e
v en ta: C a p itu lo X X X I I I . — La incau­ (H .-G .)

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