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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior


Universidad Nororiental Privada Gran Mariscal de Ayacucho
Facultad de Derecho
SECCIÓN D-5-1

EL ARCO MINERO

Puerto Ordaz, 28 de nov. 2018


INTRODUCCIÓN

La historia de la humanidad refiere la minería como un salto cualitativo


trascendente en la vida de la especie humana como consecuencia del uso de los
metales; claramente se diferencian lo que los estudiosos llaman Edad de Piedra
de la Edad de los Metales: esta última revolucionó la tecnología y la capacidad
productiva de los pueblos. Mucho tiempo después, los metales vuelven a cortar la
historia: la invasión del continente americano por parte de los Europeos inicia un
largo proceso referido como la búsqueda de El Dorado y América Latina financia,
con su oro y con su plata, pasando por el Reino español, la Revolución Industrial
de los ingleses y la Europa Occidental; aparece el mercantilismo y su base son los
metales preciosos.
Durante muchos años la solvencia de los países se midió en razón de sus
reservas de oro.

En el caso particular de Venezuela, la actividad minera -oro y diamantes-


tiene unos quinientos años, particularmente en el estado Bolívar. Más
recientemente, el proyecto bandera de los años 60 fue la explotación del hierro y
otros minerales, vendidos a precios irrisorios a la Orinoco Mining Company, sin
que nadie levantara un voz de protesta y así se fueron llevando el Cerro Bolívar;
nos quedó una industria quebrada, hipotecada, que no será fácil reactivar.

Así, pues, no es la minería como actividad productiva que aprovecha los


recursos propios de estos lugares tan particulares como el Escudo Guayanés, sino
la forma y manera como la actividad se realiza; quién la promueve y a quién
beneficia. Llevamos 500 años de minería en Guayana: ilegal, destructora, social y
ecológicamente perversa, precisamente porque no había una clara direccionalidad
política para el aprovechamiento de estos recursos, y su explotación se ha venido
haciéndose de cualquier forma, con financiamiento de agentes y operadores
externos, de contrabando desde y hacia los grandes centros financieros del
mundo.

Esa es la razón por la cual, ahora que el Estado venezolano implementa


una acción soberana, que permita y garantice un verdadero control sobre el
patrimonio territorial nacional y sus recursos, se alzan las voces agoreras,
preñadas de buenas intenciones pero pagadas por los grandes centros del
capitalismo financiero.

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ARCO MINERO DEL ORINOCO

El 24 de febrero del año 2016 fue promulgado el decreto 2.248 de la Gaceta


Oficial 40.855, mediante el cual se crea la Zona de Desarrollo Estratégico
Nacional, también conocido como Arco Minero del Orinoco, al norte del estado
Bolívar. El plan representa para el Estado venezolano una fuente que diversifica la
economía
¿EN QUE CONSISTE?
Características

El Arco Minero del Orinoco (AMO) es el nombre del área de 111.846,86


kilómetros cuadrados, duplicando así la Faja Petrolífera del Orinoco. Este abarca
la zona norte del estado Bolívar y noreste del estado Amazonas, entidades en las
que habitan la mayor cantidad de pueblos indígenas del país. También, colinda
con los estados Apure, Guárico, Anzoátegui y Monagas.

Según estudios científicos realizados, este territorio cuenta con 7 mil


toneladas de reservas de oro, además de cobre, diamante, coltán, hierro, bauxita y
otros minerales de alto valor industrial.

El Arco comprende un espacio que equivale al 12,2% del territorio nacional y


según el decreto, la división de este territorio ha sido dispuesta en atención a la
predominancia de los minerales en:
 Área 1 Juana la Avanzadora: Coltán tierras raras, diamantes.
 Área 2 Manuelita Sáenz: Predominancia de hierro y oro.
 Área 3 Negra Hipólita: Bauxita, hierro y oro.
 Área 4 Josefa Camejo: Oro, bauxita, coltán, caolín y dolomita

El área 1, más occidental hasta el río Cuchivero, predomina bauxita, coltán,


Tierras raras y Diamante, con una superficie de 24.680,11 km2. A su vez, el área
2, de 17.246,16 km2, se encuentra entre el río Cuchivero y río Aro, y en ella
predominan hierro y oro.

Ahora bien, entre el río Aro y el límite Este del Arco Minero, hay bauxita, oro
y hierro, comprendiendo una superficie de 29.730, 37 km2. Por último, la cuarta
área (4) se refiere a la extensión de esta Zona Estratégica hasta el Imataca, en
donde se haya varios minerales como oro, cobre, caolín y dolomita.
En la zona oriental del arco minero del país tenemos reservas probadas de
oro de 4 mil 300 toneladas en el campo del oro nada más. Los expertos dicen que

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Venezuela podría colocarse por encima de las 7 mil toneladas (de oro) y ser la
segunda reserva de oro del planeta.

Este plan (Arco Minero del Orinoco) forma parte de la activación del “Motor
Minero de Desarrollo” del país, el cual es el octavo de los 14 establecidos para
recuperar y reimpulsar la economía del país, superando el modelo rentista de los
precios del petróleo que provocaron una baja del 97% de los ingresos en divisas.

Además, la Zona Estratégica en cuestión busca impulsar la actividad minera


de forma lícita y ordenada el cumplimiento del Decreto se consolida con Ley para
el Desarrollo Productivo Minero 2016-2018, que reserva al Estado las actividades
de exploración y explotación del oro y demás minerales estratégicos.

De hecho, esto prevé la inversión estatal en un 65% y el capital privado de


35%. En relación, el Banco Central de Venezuela (BCV), la estatal petrolera
PDVSA y el Ministerio de Petróleo y Minas presentaron un plan de inversión a 150
empresario nacional e internacionales de 35 países para la exploración del Arco
Minero del Orinoco y la explotación de los minerales allí presentes.

Hasta el momento, se conoce que el Estado venezolano suscribió dos


acuerdos con la República Popular de China; Una con empresa minera del Congo,
y un memorándum de entendimiento entre Venezuela y la empresa canadiense
Gold Reserve.

ACUERDOS DE VENEZUELA SOBRE EL ARCO MINERO DEL


ORINOCO

La firma se realizó durante un acto desarrollado en el auditorio Gastón


Parra Luzardo, del Banco Central de Venezuela (BCV), en Caracas, con el
objetivo de activar el Motor Minería, a través de las alianzas de las empresas
mixtas en conjunto con el Ministerio del Poder Popular para el Desarrollo Minero y
Ecológico.

Entre los acuerdos que garantizan la inversión extranjera, figura un contrato


que establece la conformación de una empresa mixta entre el Estado venezolano
y la Corporación Faoz, C.A., para la exploración y explotación de yacimiento de
Tantalio-Niobio, en el estado Bolívar.

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También se firmó un contrato con la empresa de Gold Reservs de Canadá,
para la conformación de una empresa mixta que desarrollará actividades de
exploración y explotación del oro y cobre, a través del Proyecto integral Brisas-
Cristinas, en el Kilómetro 88, del municipio Sifontes, estado Bolívar.

En esta empresa mixta Venezuela tendrá participación accionaria nacional


del 55%, mientras el consorcio canadiense tendrá el 45% restante.

Con Energol Mineral, también de Canadá, se suscribió un memorando de


entendimiento para la extracción y procesamiento de yacimiento de Tantalio-
Niobio en el estado Bolívar.

Para promover el desarrollo del Arco Minero, también se rubricó un acuerdo


con la empresa estadounidense, Guaniamo Ming, que apunta a la certificación de
reservas diamantíferas en el municipio Cedeño, estado Bolívar

El Estado venezolano suscribió una serie de convenios con empresas


nacionales, entre los que destaca el memorando de entendimiento con la
Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas, que se
dedica a la prestación de servicios en el área de rehabilitación y mantenimiento de
pozos petroleros. Así como otro con la empresa minera venezolana Supracal.

Mientras que con la empresa Conjunta Minera de Nueva Esparta


(Ecomine), se prevé el desarrollo de un proyecto orientado a la exploración y
explotación de yacimiento de Magnesita en el estado Nueva Esparta.

En el caso de la corporación Hidrocan se firmó un memorando referente a


la extracción y procesamiento de Feldespato, que servirá para fortalecer y sustituir
importaciones en la industria de la construcción y la cerámica, fabricación de
muros y paredes divisorias de vidrio, fibra de vidrio, lana de vidrio y combinación
de fibras de vidrio.

ESQUEMA DE INVERSIÓN

El esquema propuesto para los inversionistas es la creación de empresas


mixtas, en las cuales el Estado sea titular de 55 por ciento de las acciones y tenga
igual porcentaje del total de las ganancias. Las empresas que han manifestado su
deseo de unirse al proyecto son de origen Ruso, Canadiense, Británico,
Surafricano, Estadounidense, Chino y Australiano. Se prevé que Venezuela puede
percibir por esta actividad, anualmente, entre 3 mil y 4 mil millones de dólares,
cifra que podría ascender en la medida en que crezcan las inversiones y se
consolide la industria.

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ARCO MINERO DEL ORINOCO: EL ATRACTIVO PARA LA INVERSIÓN
EN VENEZUELA

Desarrollo industrial: En principio el sector generaría más de 20 mil


empleos directos y más de 70 mil indirectos, y ampliaría la presencia del Estado
en las zonas mineras, que históricamente han sido dominados por mafias
violentas que viven de la explotación ilegal. El Ministerio de Desarrollo Minero
Ecológico estima que el total del valor comercial de las reservas minerales en la
zona, ubicada en el estado Bolívar, asciende a más de dos trillones de dólares.

PROGRAMAS PARA MINEROS DEL ORINOCO

El Estado venezolano prevé impulsar un programa pedagógico con los


mineros de la zona, no sólo para evitar el uso de las sustancias contaminantes
sino para que las comunidades indígenas, que también viven de la explotación del
suelo, conozcan los beneficios económicos, tecnológicos y sociales del proyecto.

El plan de información que será divulgado en la lengua de las distintas


etnias venezolanas. El objetivo, en corto plazo, es establecer un registro para
contabilizar, legalizar y capacitar a los mineros del estado Bolívar en técnicas
adecuadas, con el propósito de que la actividad económica sea sustentable y
ecológica. Facilitar el acceso de los pequeños mineros a las plantas libres de
mercurio no sólo pretende reducir la contaminación de las cuentas, sino ofrecerles
herramientas para que no exploten el recurso en minas ilegales, generalmente
dominadas por mafias violentas que promueven el contrabando.

REGIMEN JURIDICO

 MANIFIESTO DE GUAYANA SOBRE EL ARCO MINERO


Ante la realidad de una crisis financiera sin precedentes en el país, el Ejecutivo
Nacional publicó en la Gaceta Oficial Nº 40.855 de fecha 24/02/2016, el Decreto
Nº2.248, mediante el cual se crea la “Zona de desarrollo estratégico nacional
“Arco Minero del Orinoco” para el estímulo sectorial de las actividades asociadas a
los recursos minerales que posee el país. La justificación de creación de esta zona
de desarrollo, la sustenta el Gobierno Nacional en el aprovechamiento de las

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potencialidades de los recursos minerales que posee el país como una
oportunidad clave para contribuir con el desarrollo económico productivo y social
de la nación, salir del rentismo petrolero y lograr un sistema productivo
diversificado e integral. La Zona de Desarrollo del Arco Minero (ZDAM) tiene una
extensión de111.843, 70 km (46% del estado Bolívar), ocupa gran parte de 10 de
los 11 municipios del estado, afecta prácticamente a toda su población;
especialmente a pueblos indígenas. Dentro de ella se localiza la reserva Forestal
de Imataca y en su área de influencia se encuentran otras Áreas Bajo Régimen de
Administración Especial como monumentos naturales, reservas de biosfera,
parques nacionales, refugios de fauna silvestre, zonas protectoras, otras reservas
forestales y cuencas protegidas por convenios internacionales entre los que se
incluye la cuenca del Caroní, la cual provee las reservas de agua dulce más
importantes de la nación y abastece las centrales hidroeléctricas que generan el
70% de la energía que consume el país. El decreto otorga a la autoridad de la
ZDAM un poder supra constitucional, supra regional y supramunicipal en la
planificación y ejecución de proyectos que tienen como eje la “creación de los
estímulos necesarios para incrementar las capacidades de aprovechamiento de
las potencialidades de los recursos minerales” (artículo 4),otorgándole la potestad
de contar con un régimen especial de contrataciones públicas, incentivos
tributarios, facilidades de importación, régimen especial tributario y aduanero. En
el acto de proclamación del decreto, el presidente Nicolás Maduro invitó a 150
empresas nacionales y transnacionales a firmar memorándums para la
exploración, certificación y explotación de los recursos minerales que existen en
esta extensa zona. Unos días antes de la emisión de este decreto, el Presidente
de la República crea la empresa del Estado Compañía Anónima Militar de
Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg, G.O. 40.845 del 10-02-
2016) adscrita al Ministerio dela Defensa que tiene por objeto, realizar todas las
actividades económicas referidas a la exploración, explotación, procesamiento y
comercialización de los recursos existentes en el subsuelo del país, entre otras.

En esa área se produce más de 65% de la electricidad que Venezuela


consume cada día. Una parte considerable de esa zona está protegida por la
Constitución y las leyes, bajo regímenes especiales: son Áreas Bajo Régimen
Especial de Administración, figura creada en 1983 en la Ley Orgánica de
Ordenación del Territorio.

Nada de esto ha sido considerado. Violando la Constitución y decenas de


leyes, desconociendo la inviolabilidad de las Abraes, violando los derechos de los
pueblos indígenas, violando los más elementales enunciados del sentido común,
sin atisbo alguno de amor por la patria o mínima preocupación por el futuro del
país, pasando por encima de los más básicos principios que deben regir la

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administración de las riquezas nacionales, actuando bajo los parámetros del
capitalismo más descabellado, voraz e inescrupuloso, Maduro y su séquito han
tomado la decisión de entregar casi 12% del territorio del país a lo que resultará,
no solo un vasto programa de saqueo minero, sino algo mucho peor: la
destrucción de toda una región medular para la sostenibilidad ambiental de
Venezuela.

En ese territorio, además de los minerales más conocidos –como el hierro,


el oro, el diamante y la bauxita–, también hay otros como el coltán, el tantalio y el
niobio, cuyo valor en el mercado mundial es cada día más estratégico. Los
expertos hablan de reservas minerales no menores a las 8.000 toneladas que el
gobierno está rematando a cambio de unos dólares que necesita de forma
urgente, para tapar el incalculable desfalco que ha cometido a lo largo de 17 años.

La denuncia de lo que significa el Arco Minero debe convertirse en una política,


por encima de las diferencias partidistas e ideológicas. Hay expertos, como
Fernando Jáuregui, que han advertido sobre el inminente uso de cianuro para
estos fines; Alexander Luzardo ha expuesto con detalle el amplio rango de las
violaciones que están implícitas en estos contratos y acuerdos; Santiago Arconada
ha dicho: “Es una puñalada en contra de la vida en el planeta tierra”, con lo cual
advierte que las nefastas consecuencias de esos acuerdos sobrepasarán el
territorio venezolano; dirigentes indígenas han denunciado la inviabilidad de esos
acuerdos, que se han adelantado sin consulta alguna.

 Zona de desarrollo del Arco Minero Orinoco es un proyecto para promover


la Venezuela no petrolera.

El gobernador bolivarense, Francisco Rangel Gómez, resaltó las virtudes y


fortalezas de la Zona Estratégica de Desarrollo Nacional Arco Minero del Orinoco,
iniciativa que describió como un proyecto integral que apuntalará el desarrollo de
la Venezuela no petrolera.

El mandatario regional dedicó varias reflexiones en torno a esta iniciativa


del gobierno nacional y destacó que la propuesta proviene incluso del Plan de la
Patria concebido por el comandante Hugo Chávez, quien dedicó un capítulo
completo al Estado Bolívar y a sus ingentes potencialidades para acompañar el
desarrollo del país, bajo la visión de impulsar una política económica no
dependiente del petróleo a través de la minería con visión eco socialista y estricta
normativa ambiental.

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El gobernador lamentó que sectores de la derecha condenen por prejuicios
y sin argumentos la Zona de Desarrollo Estratégico Arco Minero del Orinoco y
ratificó que se trata de un proyecto integral que trasciende a la vieja cultura de la
explotación minera.

Afirmó que este gran paso ejecutado directamente de la mano del


Presidente Nicolás Maduro Moros, comprende una completa planificación que
permitirá atender diversos aspectos relacionados directamente con la minería.

Esta iniciativa, como política de Estado valora sin titubeos el compromiso eco
socialista del gobierno venezolano, aseguró el gobernador Rangel. Recordó
también que el Estado se reserva con carácter exclusivo el tema de la explotación
del Coltán como mineral estratégico.

 Atención primordial
Armando Jhon Madero, presidente del Instituto Autónomo Minas Bolívar (IAMB),
destacó que el sector “es una zona minera de carácter nacional, como una zona
franca”, donde apuntó se trataran importantes asuntos para el desarrollo
económico del país.

Añadió que a la fecha, 600 organizaciones de pequeños mineros acudieron


al registro nacional, lo que se traduce en casi 50 mil mineros que podrán realizar
sus actividades en el marco de lo legal.

Sostuvo que en su calidad de “zona franca”, el sector va a promover


incentivos para los inversionistas como la exoneración de los impuestos para la
importación de equipos y maquinarias, exoneración del Impuesto de Valor
Agregado (IVA) y del Impuesto Sobre la Renta (ISLR), para garantizar
optimización y operatividad de todo el sistema.

Madero enfatizó que la puesta en marcha de la Zona de Desarrollo


Estratégico Arco Minero del Orinoco, va a generar una demanda de profesionales
relacionados a esas áreas, que se traducen en una importante oportunidad.

Comentó que El Estado Bolívar es epicentro de varias universidades donde


se forman especialistas en geología y minas, que al momento de salir de sus
casas de estudio van en búsqueda de oportunidades, por lo que la zona es un
área donde podrían desempeñarse.

El mandatario regional por su parte, detalló que fue aprobada una unidad
militar exclusiva para las zonas mineras, para garantizar la seguridad en este
sector que por años operaba fuera de las normativas legales.

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 Exploración y certificación
Se firmaron contratos con 4 empresas por 4 mil 500 millones de dólares para la
exploración y certificación de las reservas mineras del estado.

Sostuvo que la exploración es determinante para conocer las reservas que


posee el país, mientras que la certificación se basa en elevar el valor exponencial
de esas reservas.

Explicó que la minería atraviesa una etapa transformadora para apuntalar el


desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco, la cual fue decretada como la reserva
de petróleo más grande del mundo

 Ganancias para el pueblo


El Gobernador Francisco Rangel, comentó que el Presidente Nicolás Maduro en
su constante búsqueda para que los recursos sean transformados en beneficios
para el pueblo, el 60% de las ganancias provenientes de las negociaciones de la
Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, serán
destinadas a las misiones, para brindar la mayor suma de felicidad al pueblo
venezolano.

 Empresas Mixtas
A diferencia del modelo aplicado en Venezuela antes de la llegada de la
Revolución Bolivariana, que sólo entregaba concesiones de explotación a
capitales extranjeros a cambio de regalías mínimas, la figura ideada para el Arco
Minero del Orinoco es la de empresas mixtas con capital accionario mayoritario
para el Estado.

"Existe un esquema de participación del 55% como mínimo para el Estado


venezolano, dándole un espacio de participación del sector privado hasta 45%",
donde se adelantó que las empresas podrán ser de capital nacional o extranjero,
siempre que cumplan con tres requisitos: capacidad de inversión, experticia en el
área y respeto a la soberanía nacional.

A la fecha, más de 100 empresas de 37 países, como Inglaterra, Canadá,


Rusia, Suráfrica, Estado Unidos de América, China, Australia, han manifestado su
interés en invertir en la zona, que ocupa 111.843,70 kilómetros al norte del estado
más extenso de Venezuela. La superficie equivale a tres veces el territorio de
Dinamarca.

 Explotación de áreas impactadas


"No se abrirán nuevos espacios para la minería", recalcó el funcionario. La
explotación de los ingentes recursos que posee la zona se hará únicamente en las

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áreas que ya han sido tocadas por la actividad minera artesanal, de pequeña
escala o ilegal.

En el Estado Bolívar, que está entre los menos poblados del país, se estima
que trabajan más de 50.000 mineros. La mayoría de ellos explota recursos en
minas ilegales o de manera artesanal, con métodos altamente contaminantes que
implican el uso de tóxicos como el mercurio que contaminan los cauces
fluviales. A principios de agosto, el Ejecutivo emitió un decreto que prohíbe la
utilización de esa sustancia en la minería.

La preocupación de algunos grupos ecologistas es que plan del Estado afecte


las zonas vírgenes de la selva guayanesa. Mirabal no sólo descartó esa
posibilidad sino que afirmó que una de las condiciones fundamentales para la
explotación de las zonas es que las empresas que se establezcan tengan un
proyecto de remediación ambiental.

 Poder popular
El Estado prevé impulsar un programa pedagógico con los mineros de la zona, no
sólo para evitar el uso de las sustancias contaminantes sino para que las
comunidades indígenas, que también viven de la explotación del suelo, conozcan
los beneficios económicos, tecnológicos y sociales del proyecto. Para ello, se tiene
previsto un plan de información que será divulgado en la lengua de las distintas
etnias venezolanas.

El objetivo, en el corto plazo, es establecer un registro para contabilizar,


legalizar y capacitar a los mineros del estado Bolívar en técnicas adecuadas, con
el propósito de que la actividad económica sea sustentable y ecológica. Un punto
clave en ese procedimiento es que la fiscalización permitirá verificar el pago de
impuestos y regalías para el país. En la actualidad, la explotación minera ilegal no
reporta ningún beneficio económico para Venezuela.

Facilitar el acceso de los pequeños mineros a las plantas libres de mercurio


no sólo pretende reducir la contaminación de las cuentas, sino ofrecerles
herramientas para que no exploten el recurso en minas ilegales, generalmente
dominadas por mafias violentas que promueven el contrabando.

Adicionalmente, el Ejecutivo emitió una resolución que obliga a que 60% de los
recursos provenientes de la actividad minera retornen a los venezolanos en forma
de inversión social.

 Mejora financiera

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El desarrollo del Arco Minero del Orinoco significa, además, la mejora de la
posición del Estado para tener acceso a las fuentes de financiamiento de la banca
internacional y empresas asociadas.

La caída de los precios del petróleo y la arremetida de las calificadoras


contra Venezuela han debilitado limitado la capacidad del país en el
endeudamiento externo. Como consecuencia, el Estado debe cancelar hasta 25%
de interés anual por encima de lo que pagan los bonos del tesoro de EE.UU. Por
eso, la opción de la explotación minera se perfila como una alternativa que
podría oxigenar la economía.

Según las estimaciones del Ministerio de Petróleo, las reservas potenciales de


minerales en Venezuela podrían generar más de dos trillones de dólares. Aunque
no todos los recursos disponibles pueden ser explotados, el Arco Minero es una
carta indiscutible para que el país exija un financiamiento en condiciones más
ventajosas que las actuales.

 Nuevos acuerdos
A través de estos nuevos acuerdos, Venezuela establecerá empresas mixtas con
las compañías canadienses Barrick Internacional Corporation y MPE Internacional
Inc para la extracción del oro y otros minerales el procesamiento de oro, diamante
y tantalio.

El ministro para Desarrollo Ecológico Minero, Roberto Mirabal,


representante del Gobierno nacional en la firma de acuerdos, suscribió una carta
de compromiso con la empresa china Yang Kuang Group, para la producción de
oro.

Al respecto, el jefe de Estado señaló que Venezuela está abierta hacia la inversión
y el desarrollo mutuo con otras naciones. "En Venezuela como nunca antes en la
vida, ni jamás en la historia, hubo reglas absolutamente claras, precisas, que se
corresponden con un ideal de país, de humanidad, que se corresponden en el
campo minero a una experiencia", dijo.

 Ganar-ganar

Durante su alocución, el jefe de Estado invitó al sector empresarial a construir


en conjunto una nueva economía basada en el trabajo productivo y en el
desarrollo nacional. "Están son las reglas del juego claras para el ganar-ganar.
Ahora aceleremos los acuerdos", dijo al tiempo que invitó a los empresarios

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internacionales a "no cambiar el camino por vereda", y a trabajar por una relación
de respeto mutuo.

"Vamos a trabajar, pero vamos a cambiar todo lo que hay que cambiar para
que la inversión y el trabajo verdaderamente dé sus frutos hacia un único objetivo
que es la felicidad social, la estabilidad económica y la paz política del país", dijo.

 Justiprecio del oro

En el acto, el Presidente informó que el Banco Central de Venezuela (BCV) fijará


un precio justo del oro que extraigan los pequeños mineros que de manera directa
se incorporen al Arco Minero.

"Un precio justo para el oro con una fórmula que, de acuerdo a lo que hemos
estudiado, nos va a permitir rescatar y brindarle una oportunidad en el proceso de
reordenamiento de la actividad minera del país a los pequeños mineros, a los
mineros artesanales que tienen que ir a venderle su oro a las mafias", acotó.

En este contexto, Maduro informó que la Compañía General de Minería de


Venezuela (Minerven) está autorizada a comprar oro a los pequeños mineros
"para alejarlos de las pequeñas mafias que los esclavizan".

Por su parte, el presidente del BCV, Nelson Merentes, comentó que el


precio del metal precioso dependerá de la tasa del sistema de cambio
complementario (Dicom), de los costos operativos, los gastos de seguro y
resguardo, así como de elementos administrativos y transporte.

Detalló que en ese precio se tomará en cuenta "una variable muy


importante de ajuste", pues, el precio de la formula deberá ser igual al "precio real
de venta en el momento" que hagan los mineros más el "margen de
intermediación".

Ampliación de Lapsos en Modalidades de Contratación.

Artículo 50.
En los casos de adquisición de bienes, prestación de servicios, y ejecución de
obras que, por su importancia, complejidad u otras características, se justifique la
ampliación de los lapsos establecidos para las modalidades de selección de
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contratistas señaladas en el presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley,
se requiere acto motivado de la máxima autoridad del órgano o ente contratante,
indicando explícitamente en la motivación los nuevos lapsos, de conformidad con
el Reglamento.

Este artículo nos dice dos cosas claramente, una que la inscripción en el
Registro Nacional de Contratista (RNC) es obligatoria para todo aquel que quiera
contratar con el Estado Venezolano y la otra condición obligatoria que se
desprende de este artículo es que esta inscripción debe renovarse anualmente de
lo contrario quedará inhabilitado en el RNC.

Tema 2
 Agenda Económica Bolivariana

El jefe de Estado ratificó que el Gobierno Nacional está empeñado en


desarrollar los 15 motores económicos de la Agenda Económica Bolivariana,
lanzada a principios de año para desarrollar nuevas fuerzas productivas y superar
la actual coyuntura económica. "Ninguno de los motores está en el aire. Es un
Agenda Económica Bolivariana con los pies en el piso; cada uno de los motores
tiene una fuerza productiva tangible, real".

En este sentido, Maduro anunció que en los próximos días anunciará nuevos
mecanismos de consulta con los sectores productivos del país para el impulso de
la Agenda Económica Bolivariana Indicó que los mecanismos
establecerán métodos de trabajo permanentes para la toma de decisiones en el
marco del Consejo Nacional de Economía.

Al menos 180 comunidades indígenas de Venezuela participarán en el


desarrollo del Arco Minero del Orinoco, al sureste de Venezuela.

El vicepresidente venezolano para Desarrollo Social y Revolución de las


Misiones, Jorge Arreaza, informó este miércoles que un total de 181 comunidades
indígenas se incorporarán a los proyectos productivos que se impulsarán en la
Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, en el estado
Bolívar, al sureste de Venezuela.

Con los proyectos se busca fortalecer la construcción de un nuevo modelo


que apunte a la diversificación de la economía, indicó Arreaza.

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"Hay 181 comunidades indígenas (incorporadas). Estamos haciendo las consultas,
comenzamos en una de las áreas del Arco Minero con ocho pueblos indígenas. La
población de Mapoyo y Los Pijiguaos han realizado extraordinarios aportes que
serán incorporados al plan de minería y a la zona de desarrollo estratégico",
informó.

El líder socialista destacó, durante la segunda reunión de Comisión


Presidencial de Desarrollo Ecosocialista y Salvaguarda de los Derechos de los
Pueblos Indígenas en la Actividad Minera, que los planes de Ejecutivo tienen una
visión integral en todo el territorio para actuar de manera racional y proteger a
estas comunidades ancestrales.

De acuerdo con Arreaza, en la reunión se evaluó la cartografía de las


comunidades indígenas, así como las cuencas hidrográficas que se deben
proteger.

"Este trabajo es para ver la cartografía con todas las miradas y lecturas; dónde
están nuestras comunidades indígenas; cuáles son sus ámbitos de protección y
cuencas hidrográficas que hay que preservar; dónde están las zonas con vocación
minera, Zonas Bajo Régimen Especial Ambiental (Abrae) donde no se puede
intervenir. Tenemos una visión integral de todo ese territorio para actuar de
manera racional", explicó.

Con este plan se prevé impulsar acciones estratégicas que promuevan la


potencialidad agrícola, acuícola y forestal de la región, concluyó el funcionario
venezolano.

 Recuperar zonas

En el encuentro, el jefe de Estado aprobó un programa sostenido de


remediación y recuperación de zonas afectadas por la minería ilegal en los ríos
Caura y Caroní, el cual -dijo- debe activarse "de manera inmediata".

"Ya ese programa está aprobado. Hay que empezar su recuperación, desplegar
todas las fuerzas que tenemos: militares, institucionales y política", dijo Maduro
quien además aprobó la creación de la Oficina Nacional de Fiscalización e
Inspección Minera, que estará a cargo de Abilio Antonio La Barca Bracho, y tendrá
como función "hacer un seguimiento, fiscalización de todo lo que tiene que ver con
el riesgo ambiental".

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Durante su intervención, el ministro para Desarrollo Ecológico Minero, Roberto
Mirabal, indicó que el Gobierno Nacional estudió en profundidad las empresas con
las cuales firmaron los acuerdos. Dijo que se evaluó el desempeño ecológico,
humano y financiero que tiene esas empresas en otros países.

 Compensación ecológica
"Si no hay manera de compensar el daño ecológico, entonces no se explota".
Además de la prohibición del uso del mercurio, el Estado exigirá que los nuevos
proyectos incluyan inversión en tecnología -como plantas de destrucción de
cianuro y plantas de tratamiento de aguas- que ayuden a sanear los ríos y áreas
afectadas.

Los costos de la remediación ecológica serán cubiertos con las utilidades


que arrojen las minas. Por eso, cada proyecto debe evaluar no sólo su factibilidad
técnica sino económica. Cada planta de tratamiento de cianuro cuesta alrededor
de 90 millones de dólares y se necesitan dos para convertir el ácido sulfúrico en
un yeso inerte.

IMPACTO AMBIENTAL

El plan del Estado señala que únicamente se intervendrán las áreas donde
ya se ha iniciado la explotación minera, mediante proyectos que contarán con
tecnología de punta para el procesamiento de los minerales que incluyen plantas
de tratamiento de agua, lo que minimizará el daño a las cuencas fluviales. El
Ejecutivo venezolano ha asegurado que los proyectos respetarán no sólo la
naturaleza, sino a las poblaciones indígenas que viven en la zona y capacitará a
los pequeños mineros, que actualmente explotan a menor escala los recursos
auríferos, para que utilicen métodos de impacto mínimo al ambiente. Este plan es
una alternativa paralela a la industria petrolera que le permitiría al país
suramericano contar con una nueva fuente de ingresos de gran cuantía que, en
poco tiempo, estaría en capacidad de revertir el modelo mono productor de
hidrocarburos.

1. ¿Cómo funciona el Arco Minero de Venezuela?

En ciudad Bolívar, existen mafias carcelarias, mineros ilegales y traficantes


de drogas y combustible. Sin embargo, el gobierno señala que tiene el control
absoluto de la seguridad ciudadana, así como de los yacimientos y las fronteras.

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Pero la explotación en el Arco Minero de Venezuela comenzó hace casi
treinta años, cuando llegaron mineros ilegales desde Brasil a principios de los
años 90. La deforestación que han causado por su afán de extraer oro ha sido
tremenda, explican los expertos que han estudiado los efectos de la minería en
esta zona, pues para conseguir el metal se utilizan motores que extraen agua de
los ríos para erosionar el suelo hasta abrir una bulla, es decir, un hoyo de varios
metros de profundidad y de ancho. El fango que extraen lo someten al mercurio
para conseguir las pepitas de oro. Y así van abriendo estos agujeros que luego
quedan contaminados por este metal pesado.

El gobierno venezolano insiste en que ha minimizado la presencia de los


ilegales en favor de lo que considera la “pequeña minería”, que corresponde a
informales que se han legalizado por alguno de los seis planes oficiales aplicados.

Mineros censados por el nuevo Ministerio de Desarrollo Minero


Ecológico han denunciado que aún son extorsionados por bandas ilegales que
controlan las zonas mineras y también por algunos miembros de las fuerzas
armadas. Aseguran que ha habido persecución de los militares en el marco de la
Operación Liberación del Pueblo, que según el diputado oficialista Diosdado
Cabello se realiza “para la liberación del estado Bolívar de los garimpeiros, mafias
que operan en las minas y esclavizan gente y que además se llevan el oro de
Venezuela”.

Las Claritas es el nombre de una de estas zonas —situada en el estado de


Bolívar que es invadida diariamente por mineros ilegales. Estos llegan de todos
lados y entre ellos se ven muchos rostros indígenas. Las Claritas actualmente está
controlado por grupos armados ilegales llamados “pranes”.

Aunque Amazonas no está oficialmente en el plan nacional de minería y


aunque está fuera del Arco Minero de Venezuela, el Estado ya ha sido ocupado
por entre 10 000 y 12 000 mineros ilegales. Cifra que está aumentando porque la
ocupación de las grandes empresas y del ejército en las áreas ricas en minerales
de Bolívar, los obliga a buscar otros espacios, explica Liborio Guarulla, gobernador
saliente del estado de Amazonas.

2.- Los bosques que se pierden

De acuerdo con el Global Forest Watch, al menos cinco áreas protegidas en


Venezuela ya están siendo deforestadas por las actividades mineras ilegales.
Siete monumentos naturales y cinco parques nacionales se encuentran dispersos
en todo el Arco Minero de Venezuela.

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Uno de ellos es el Parque Nacional Canaima, declarado Patrimonio Mundial por la
UNESCO, que abarca 30 000 kilómetros cuadrados. Se caracteriza por extensos
bosques, mesetas aplanadas y acantilados fantásticos, y es el hogar de jaguares
(Panthera onca), nutrias gigantes (Pteronura brasiliensis) y osos hormigueros
(Myrmecophaga tridactyla), además de que alberga la cascada de agua más alta
del mundo, el Salto del Ángel.

La región destinada para desarrollo minero también incluye la Reserva


Forestal de Imataca (3 800 000 hectáreas); las reservas de La Paragua y El Caura
(5 134 000 hectáreas combinadas); el Monumento Natural Cerro Guanay; más el
río Caroní (que abarca 96 000 kilómetros cuadrados). Los ecologistas están
especialmente preocupados pues significa la eliminación de la cuenca del río
Orinoco y sus ecosistemas.

3.- La presencia de los indígenas

En el Estado de Bolívar hay 198 comunidades indígenas, que se han visto


empujadas a dejar su estilo de vida tradicional para entrar al Arco Minero de
Venezuela, impulsadas en gran medida por el índice de inflación. Los hombres
trabajan en las explotaciones de oro, coltán y diamante. Las mujeres indígenas
también entran a las minas, pero además se les ve preparando y vendiendo
comida, limpiando alojamientos o trabajando en redes de prostitución.

Uno de los puntos más criticados por quienes se oponen a la minería es


que las comunidades indígenas dentro del Arco Minero de Venezuela no han sido
consultadas sobre el desarrollo de esta actividad en sus territorios. No se les ha
preguntado ni dado el derecho al consentimiento libre, previo e informado para los
proyectos de minería que afectan a sus territorios, como lo señala el Convenio 169
de la Organización Mundial del Trabajo, un acuerdo del que Venezuela forma
parte.

Algunas ONG del estado Bolívar denuncian esclavismo, trabajo infantil y


prostitución por parte de mineros ilegales, así como la presencia de grupos
ilegales armados.

El ejército tiene una gran participación en la supervisión de muchas minas,


y también realiza casi todo el trabajo relacionado con el paso de contrabando de
oro de Venezuela a otros países, explica Brian Clark, líder indígena en
Jobochirima, una comunidad cerca de Las Claritas.

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En el borde suroeste del Arco Minero, cerca de la frontera entre los Estados
de Bolívar y Amazonas, se encuentra Ikabarú. Las zonas indígenas habitadas
alrededor del pueblo están llenas de minas de oro ilegales. En septiembre de
2017, Lisa Henrito, responsable de seguridad indígena de esta zona, observaba
cómo eran invadidas las tierras indígenas por buscadores de oro ilegales
armados. Se vio obligada a crear una red de defensa indígena local para
desplazar por la fuerza a 170 mineros.

Henrito sostiene que las fuerzas militares del Estado suelen ser cómplices
de los proyectos de minería ilegales en su región. Liborio Guarulla, gobernador
saliente del estado de Amazonas e indígena, dice que 20 comunidades indígenas
ya se están viendo afectadas de forma negativa por la minería en su Estado.

12 razones ecologistas para oponernos al arco minero

1. Destruirá 111.000 Km cuadrados de selva virgen al sur del Orinoco. Estas


selvas generan nubosidad y lluvias en toda la zona de los llanos de Venezuela a
través de la evapotranspiración y retiene los vientos cargados de humedad.

2. Sin selvas se alterara el régimen de lluvias en los estado llaneros y disminuirán


las cosechas y la cría de ganado.

Aumentará aún más la sequía, se afectará la producción de alimentos en el


país; por lo que aumentará la escasez de comida, se dispararan los precios
tendremos que importar más y será más difícil conseguirla.

3. Se contaminarán con mercurio, cianuro y otras sustancias químicas altamente


peligrosas todos los ríos que caen al Rio Orinoco, se envenenarán las aguas,
morirán todas las especies acuáticas, por ende, habrá menos pescado para comer
por lo que se volverá más caro y difícil de conseguir.

4. En las selvas venezolanas viven miles de especies de animales y plantas, aún


sin identificar en las cuales podría estar la cura para graves enfermedades; si
destruimos estas selvas perderíamos la posibilidad de utilizar estas especies con
fines médicos y/o científicos.

Recordemos que un venezolano el Dr Jacinto Convit descubrió la vacuna


contra la lepra utilizando a los cachicamos para su investigación y producción.
“Cachicamo trabaja pá lepra”.

5. Las comunidades indígenas tendrán que abandonar sus territorios ancestrales


serán invadidos sus espacios por campamentos mineros, campamentos de

20
prostitución y drogas, narcos, paramilitares y otras mafias que el gobierno no ha
podido controlar en todos estos años y que viven de llevarse el oro venezolano sin
control y con apoyo de funcionarios de las Fuerzas Armadas, políticos y
empresarios y corruptos.

6. Junto a los campamentos mineros siempre estará asociada la prostitución, pues


miles de hombres solos vivirán durante años en las selvas alejados de sus
familias. Proliferaran los campamentos de prostitución y drogas incluyendo a niñas
y adolescentes que son ofrecidas a los mineros en contra de su voluntad y
sometidas a tratos crueles.

7. Los campamentos mineros son los sitios preferidos por los narcos, los
paramilitares, y las mafias para lavar dinero; es decir legalizar el dinero obtenido
de las drogas, secuestros y delitos en general, pues sobre esta actividad el estado
venezolano nunca ha tenido el control, por lo tanto aumentará la delincuencia y se
fortalecerán estas mafias.

8. Perderemos soberanía nacional pues muchas empresas capitalistas se


instalaran y controlaran estos territorios y nos pagarán una mínima parte.

9. Riqueza para otros países, miseria y contaminación para Venezuela. El Arco


Minero será el Ecocidio más grande del país. El oro, el diamante, el Cobre, el
Coltan serán explotados por empresas transnacionales capitalistas se llevarán
estos minerales de aquí, el dinero será invertido en sus países de origen, nos
dejaran miseria en los campamentos mineros y nuestras selvas destruidas, los
ríos contaminados, fauna y flora envenenada.

10. Aumentaran las enfermedades y la muerte de indígenas: Desde hace varios


años se vienen ocultando las denuncias de los indígenas sobre niños que nacen
con malformaciones o enfermedades que aparecen en las comunidades,
generadas por el mercurio, el cianuro y otras sustancias químicas utilizadas en la
minería, los ríos son desviados, contaminados y los indígenas obtienen su
alimento de allí, se bañan en los ríos y lavan su ropas y utensilios.

Si permitimos que se apruebe el arco minero capitalista Se enfermaran cada vez


más y nacerán más niños con defectos físicos y mentales, Aumentara la muerte
de indígenas por estas causas. Algunas etnias tienen pocos habitantes y están en
peligro de extinción al morir los últimos representantes.

11. Se violan los derechos ambientales de los venezolanos artículos 127,128 y


129 de la Constitución nacional como los siguientes:

21
11.1 El derecho de la población al ser consultados e informados sobre proyectos a
ejecutarse en nuestras comunidades y los efectos, daños o beneficios que
obtendrán.

11.2 No existen estudios de impacto ambiental que incluyan el plan de medidas de


mitigación y recuperación de los daños ambientales generados, por lo tanto no se
obligara a las empresas capitalistas a pagar por los daños y esto saldrá de los
bolsillos de todos los venezolanos.

11.3 Nunca se ha consultado a los ambientalistas y expertos en salud sobre estos


proyectos, desconociendo a los actores principales y los principios de la
democracia participativa y protagónica, por tanto también se desconocen los
derechos políticos.

Al contrario se pagan a algunas personas para que aparezcan declarando en los


medios a favor de los proyectos mineros, sin ser ambientalistas y sin ser expertos
en el tema. Todo un show político.

12. Este proyecto afecta directamente un Monumento Natural, una parte de la


reserva Forestal y destruirá los territorios propuestos por los ambientalistas para la
declaratoria del Parque Nacional más grande del mundo con 5.000.000 de
hectáreas de selvas vírgenes. Este parque sería el Caura y el gobierno desde
hace años se ha hecho el loco con todas las solicitudes, sentencias de tribunales,
entrega de miles de firmas y la entrega formal del proyecto llamado finalmente
Parque Nacional Indigenista Hugo Chávez.

Los ecologistas y ambientalistas de Venezuela nos oponemos de manera


absoluta a este megaecocidio, a la entrega de nuestras riquezas y perdida de la
soberanía nacional frente a estas 150 empresas capitalistas y depredadoras
defendamos el Ecosocialismo y el V Objetivo Histórico dela Ley Plan de la Patria
Preservar la vida en el planeta y la salvación de la especia humana.

Posición de la Fundación Azul Ambientalistas frente a las concesiones


mineras otorgadas por el gobierno venezolano

 Infame concesión a la canadiense Gold Reserve para destruir los bosques


al sur de Venezuela
 Ambientalistas venezolanos acusan a la empresa minera de ser la principal
responsable del ecocidio en el Esequibo venezolano.

El gobierno venezolano acaba de otorgar una licencia de explotación de


minería a cielo abierto en el sureste del país a la empresa aurífera canadiense
22
Gold Reserve, además de dos chinas y una congoleña. Entre los argumentos que
se dio para resaltar la importancia de otorgar esta concesión es que esa actividad
minera será supervisada para que no sea contaminante y que ira más allá de
proteger a la biodiversidad, porque con ella se llegará al Ecosocialismo.

Cuando Ana Elisa Osorio fue Ministra del Ambiente, firmo una resolución
donde señalaba la decisión de revocar el permiso ambiental a la empresa Gold
Reserve en sus operaciones en el proyecto “Las Brisas”, Inc. (en la misma área
donde ahora se les otorgó la concesión) pues se verificó que el daño ambiental es
irreversible en el área de influencia.

Osorio declaró que “No se otorgarán permisos ambientales para la explotación


de minas a cielo abierto pues esto causa degradación ambiental”… “Estos
permisos no son negociables, por su afectación al ambiente y a las comunidades
que viven en el mismo”. En el lenguaje técnico del ministerio expresaron: para la
explotación del mineral que se realiza a cielo abierto, utilizan un circuito de
procesamiento convencional de concentración gravitacional y de lixiviación con
cianuro: el cual implica remover la cubierta vegetal y la contaminación letal de las
fuentes de agua.

Por supuesto que las autoridades ambientales saben lo catastrófico que


significa autorizar a esta súpercorporación para explotar oro al sur del Estado
Bolívar, debido a que la minería a cielo abierto utiliza, de manera intensiva,
grandes cantidades de cianuro, sustancia muy tóxica, que permite recuperar el oro
del resto del material removido. Para desarrollar todo este proceso, se requiere
que el yacimiento abarque grandes extensiones y que se encuentre cerca de la
superficie.

Como parte del proceso, se cavan cráteres gigantescos, que pueden llegar a
tener más de 150 hectáreas de extensión y más de 500 metros de profundidad.
Alrededor de esta actividad el olor fétido es el común denominador, producto de la
mortandad que se produce por envenenamiento de la fauna silvestre. Ninguna
actividad industrial es tan agresiva ambiental, social y culturalmente como la
minería a cielo abierto a tal punto que en los países desarrollados está prohibida
esta práctica. Un ejemplo de ello, de no permitir este tipo de ecocidios en su
ambiente es Canadá, país de origen de la Gold Reserve.

Los graves accidentes y el pasivo ambiental que ha ocasionado esta minería a


cielo abierto y a gran escala en las distintas partes del mundo y la amplia
extensión de zonas contaminadas sentaron precedentes que conllevaron a
muchos países a prohibir este tipo de explotación minera, entre ellos los países

23
del primer mundo, la Comunidad Europea, Turquía (año 1997); República Checa
(año 2000); Nueva Gales, Australia (año 2000), Costa Rica (año 2002), Alemania
(año 2002), Argentina (año 2012). Así mismo, cientos de confrontaciones y
protestas sociales se han generados en los últimos años en Latinoamérica, por los
daños irreparables en los bosques de México, Guatemala, El Salvador, Honduras,
Costa Rica, Panamá, Ecuador, Perú, Argentina, Chile, Brasil, Colombia y Ecuador.

Recientemente Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, cardenal hondureño y


arzobispo de Tegucigalpa, criticó públicamente la concesión de minas que abarca
casi un tercio de su país y sobre los ecocidios en Latinoamérica producto de la
minería a cielo abierto. “La explotación indiscriminada de nuestras minas y
bosques sin compromiso ético está poniendo en riesgo al mismo propósito de la
creación: la vida humana y las futuras generaciones”, declaró el purpurado.

El convenio con la minera canadiense se suscribió en un evento donde el


gobierno venezolano acordó con empresas chinas y africanas la exploración y
explotación de un área denominada el “Arco Minero del Orinoco” que consta de
cuatro bloques: Área 1, de 24.717 kilómetros cuadrados (km2), limitada por el río
Cuchivero (coltán y diamante); Área 2, de 17.246 km2, limitada por los ríos
Cuchivero y Aro, (minerales no metálicos y oro aluvional); Área 3, de 29.730 km2,
limitada con el río Aro (hierro y bauxita); Área 4, de 40.152 km2 (oro).

El gobierno venezolano entrega concesiones mineras a las mismas


corporaciones que ilegalmente explotan a cielo abierto en el Esequibo venezolano.
Siendo estas mineras las responsables del infame ecocidio que actualmente se
está perpetrando en la región en reclamación. Estamos entregando una licencia
para matar, en un área que ya está en los actuales momentos seriamente
lesionada por la minería legal “supervisada” y la ilegal que también está “bien
supervisada”.

El devenir histórico de los ecologismos venezolanos y el crucial


dilema ecológico en la Revolución Bolivariana

El ecologismo venezolano ha estado en general en un lugar marginal en la


historia de las luchas y reivindicaciones sociales en la Venezuela contemporánea.
No es posible comprender este fenómeno más allá del desarrollo sui géneris de
una Nación petrolera, que entre 1928 y 1970 llegó a ser la principal exportadora de

24
crudos del mundo. Este proceso marcó determinantemente las expectativas,
imaginarios y demandas sociales, los patrones de asentamiento poblacional, los
territorios y ecosistemas, así como las estructuras culturales del país,
profundamente centrados en la renta petrolera y el rol protagónico del Estado.

En este sentido, cabe resaltar varios aspectos históricos que, a nuestro juicio,
han influido en este muy secundario posicionamiento de los valores ecológicos y
los ecologismos en Venezuela:

1. La construcción de un poderoso imaginario nacional de riqueza, progreso y


modernidad que se configuró como un vendaval en torno al mito del ‘oro
negro’, colocando a los valores económicos y crematísticos de la renta del
petróleo y sus símbolos como el horizonte indiscutible del deseo y
expectativas sociales, y de la posibilidad de alcanzar el ansiado ‘desarrollo’
del país.
2. Un acelerado proceso de conversión de la población de rural a urbana sin
precedentes en América Latina, siendo que en la década de los 50 más del
50% de los venezolanos ya vivía en ciudades, en los años 80 el 80%,
llegando a casi el 90% en nuestros días. Esta población se encuentra
fundamentalmente en la franja norte-costera, muy al norte del río Orinoco.
3. El establecimiento de un Petro-Estado que, a medida que fue
nacionalizando la economía petrolera –la cual va a representar el núcleo de
toda la economía nacional–, se establece como el estandarte del progreso,
dificultando sobremanera cualquier cuestionamiento a su accionar
extractivista y desarrollista. En este sentido, el Petro-Estado también
nacionaliza los impactos socio-ambientales producidos por las compañías
foráneas.
4. El Petro-Estado en general ha podido neutralizar o posponer las demandas
ecológicas por medio de la distribución económica de la renta petrolera. A
su vez planteó algunas instituciones y legislaciones ambientales que, de
manera superficial y cosmética le ha permitido canalizar estas demandas.
5. Grandes reservas de agua y biodiversidad han posibilitado en cierta medida
compensar la degradación y desigualdades en la distribución ecológica.
6. Las dispersas resistencias sociales y de los pueblos indígenas no han
tenido la capacidad de detener el avance del proyecto nacional
desarrollista. En general, las organizaciones ecologistas han tenido poco
impacto para incidir en una discusión de escala nacional y sobre el proyecto
de desarrollo.

Sin embargo, es importante destacar movimientos y reivindicaciones


ecológicas interesantes que se van configurando y creciendo en la década de los

25
años 80 y 90. Así lo fueron las movilizaciones en defensa de la Reserva Forestal
del Imataca a fines de los 90, la emergencia de las ‘Juntas Ambientales’, las
luchas de la comunidad de El Hornito contra PDVSA en los puertos de Altagracia
en el estado Zulia, el rol aglutinador de la Federación de Organizaciones y Juntas
Ambientalistas de Venezuela (FORJA), la coalición de organizaciones que
lucharon contra la contaminación petrolera de la British Petroleum en Pedernales
en el Delta del Orinoco, o el surgimiento de la Red de Alerta Petrolera Orinoco
Oilwatch, por mencionar algunos casos.

Todas estas movilizaciones y organizaciones van a verse impactadas y/o


resignificadas de una u otra forma por la apertura del proceso político en 1999
denominado Revolución Bolivariana.

El crucial dilema ecológico en la Revolución Bolivariana

Sería injusto negar que en el proceso político que se ha vivido en


Venezuela desde 1999, el asunto ambiental ha tomado una mayor relevancia,
tanto en las políticas públicas como en el imaginario social. Desde la perspectiva
gubernamental, esto ha sido evidente con la consagración de derechos
ambientales en la Constitución Bolivariana del 99, la Ley Orgánica del Ambiente
de 2006, el impulso de las Mesas Técnicas de Agua, la Misión Árbol y Misión
Revolución Energética, entre otras. Además, el presidente Chávez mantuvo una
vocería crítica en las cumbres de cambio climático y logró difundir la narrativa del
‘eco-socialismo’ y el objetivo de ‘salvar la vida del planeta’ en el llamado ‘Plan de
la Patria’ 2013-2019.

No obstante, además de que al menos desde 2013 hemos entrado en un


período regresivo respecto a los avances sociales logrados en años anteriores, la
propuesta de construcción del modelo del Socialismo del siglo XXI se ha
planteado a partir de la expansión del extractivismo en el país. Los focos
principales han sido en un principio los crudos extrapesados de la Faja Petrolífera
del Orinoco, a lo que ahora se le suma el Arco Minero del Orinoco y en general el
asalto a las nuevas fronteras de las commodities.

A estas alturas crece la cantidad de derrames petroleros, proliferación de


fosas de crudos, se amplía la generación de desechos como el coque y la emisión
de gases de efecto invernadero, aumentan procesos de deforestación, se
desbordan vertederos de basura y se expande la minería ilegal en la región
Guayana, entre otros impactos.

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El problema es que no sólo se produce una creciente degradación
ambiental sino que estas consecuencias se le están cargando a la población
venezolana, especialmente a los sectores más pobres y desfavorecidos que
habitan en o cerca de los sitios en los cuales se están produciendo estos impactos
ambientales. Esto en lenguaje económico representa una ‘externalización’ socio-
ambiental, o bien una transferencia de los costos ambientales, –‘cost-shifting’,
como le llamara T. W. Kapp en la década de los 50.

Si adicionalmente analizáramos los impactos en su conjunto podríamos


notar muy preocupantes tendencias de insostenibilidad ambiental, en términos de
agua, biodiversidad y soberanía alimentaria. Por ejemplo, la contaminación de
embalses que surten a millones de personas en importantes ciudades, tales como
el embalse de Camatagua o el Pao-Cachinche; crecientes carencias de agua en
las comunidades de la Faja Petrolífera del Orinoco; amenazas a ríos como el
Socuy debido a los proyectos de expansión de la minería de carbón en La Guajira
y la Sierra de Perijá; o la gran contaminación por mercurio en los ríos de la región
Guayana a raíz de la minería ilegal; por mencionar algunos ejemplos, revelan una
geografía política del agua en Venezuela que compromete la reproducción de la
vida de millones de venezolanos en la actualidad y de generaciones futuras.

Todos estos procesos nos plantean una cara oculta de la Revolución


Bolivariana, siendo que, aunque se ha enarbolado un ideal de ‘justicia social’, se
mantienen viejos patrones de degradación ecológica y marginalización social que
han profundizado la injusticia ambiental.

En el desarrollo de este período político, los diferentes ecologismos


venezolanos entraron en una significativa diatriba entre apoyar o no al Gobierno
nacional ante esta crucial contradicción ecológica.

En un principio, parecía que la agenda de las organizaciones de tendencia


ambientalista se convertía en política de gobierno. Diversos movimientos
comenzaron a canalizar sus demandas por la vía institucional. Al calor de la
posterior propuesta ‘eco-socialista’, fueron surgiendo nuevas organizaciones de
este tipo, provenientes de las bases populares comprometidas con el proceso
político, pero que generalmente no tenían las pretensiones de un ecologismo
radical ni mucho menos un carácter autónomo. El proyecto del presidente Chávez
tendría la fuerza para aglutinar al grueso de las expresiones ecologistas
contrahegemónicas, lo que en teoría los potenciaba ante su histórica tendencia a
la dispersión. Al mismo tiempo, las amenazas de un regreso de los viejos grupos
políticos que gobernaron en tiempos anteriores, si llegara a caer el Gobierno

27
Bolivariano, les planteaba a estos movimientos el mandato de “cerrar filas” ante el
“enemigo”.

En el seno de este proceso, mientras que por un lado se abrió una veta
ecológica, de naturaleza burocrática, corporativa, cosmética y retórica, otra con el
potencial de autonomía, crítica, radicalidad y disputa se clausuraba, teniendo esta
última como herencia histórica el crecimiento y fortalecimiento que los
ecologismos venezolanos habían experimentado en la década de los años 80 y
90. El ecologismo dominante surgía fundamentalmente de las instituciones
estatales.

En este sentido, además de una clara política de cooptación desde arriba,


parte de los ecologismos contrahegemónicos dejaron de lado una agenda propia,
mientras que las consecuencias socio-ambientales del modelo extractivista se
expandían frente a sus ojos. Ciertamente, un pequeño grupo de ellos y de
organizaciones en defensa de los pueblos indígenas confrontó las políticas del
Gobierno nacional, sin poder sin embargo lograr grandes triunfos y vencer su
atomización. También ecologismos con tendencias más conservacionistas,
posturas políticas conservadoras y cercanos a los partidos de oposición asumieron
una parte importante de esta crítica.

Al final, el crucial dilema ecológico en la Revolución Bolivariana está


quedando como un enorme peso sobre los hombros de los diferentes ecologismos
venezolanos, no sólo por el dramático escenario ambiental en desarrollo en el
país, sino por la resignificación y reorientación de la causa popular ecologista que,
dentro de un proyecto presentado como ‘radical’, apenas ha podido impulsar una
vocería crítica ante los desmanes del modelo de desarrollo, y de un Estado que,
en asociación con el capital transnacional, es en su propia naturaleza extractivista
y desarrollista.

La gravedad de la crisis actual, el descrédito de los partidos políticos, el


desgaste del Gobierno nacional y la progresiva flexibilización económica y entrega
de territorios al capital foráneo que éste está impulsando, ha planteado una
redefinición de la diatriba apoyo/oposición a la que se han enfrentado los
ecologismos del país respecto al poder constituido, haciendo que las posturas
críticas y distanciamientos crezcan y se fortalezcan, sobre todo a partir del
relanzamiento del proyecto del Arco Minero del Orinoco en 2016.

Es necesario, más que nunca, romper con la histórica fragmentación de las


luchas ecologistas en el país. Un proceso de agrupamiento de escalas regional y
nacional no solo es deseable sino factible. No se trata solo de generar plataformas

28
de articulación de movilizaciones y demandas populares sobre el tema ambiental,
sino intentar construir narrativas colectivas y trazar una mirada geográfica amplia,
inter-territorial, que evidencie que los dilemas ambientales existentes se
desarrollan en una compleja red de relaciones territoriales y por la existencia de un
modelo de desarrollo que debe ser combatido en su conjunto. Y dar a su vez un
nuevo sentido político-cultural a la crisis que vivimos, haciendo que en los valores
prioritarios de los tejidos populares, aparezcan incuestionablemente los bienes
comunes para la vida. Esto, dependerá en buena medida de cómo allanemos el
camino, ahora, a los tiempos y luchas ecológicas por venir.

Proteger cuencas y la vida... ¿Motor el Arco Minero?

El Arco Minero del Orinoco, es la denominación que el Gobierno Nacional


da a una porción extensa y estratégica del suelo venezolano, llamándola sólo una
"franja" de terreno pero que abarca 111.847 Km2, equivalente al 12,2% del
territorio nacional, casi 2 veces el Estado Zulia, según nos hace reflexionar el
Exsenador Alexander Luzardo, en zonas poco habitadas, y que, en forma
antecedente a la decisión unilateral gubernamental, forman parte de ABRAES y de
reservas de Biodiversidad. Se sitúa "al norte del estado Bolívar, y que está
perfectamente ubicada al sur de la Faja Petrolífera del Orinoco, teniendo al gran
río como separación. Esta ubicación luce como otro “capricho” del régimen en su
afán patriótico-bolivariano, ya que a la faja la han bautizado con el remoquete del
comandante eterno y entonces, ninguna ubicación mejor para el dichoso arco, que
la parte de abajo de la misma. Así, de oeste a este de la ribera norte del estado
Bolívar, se han establecido 4 sub arcos que conforman el AMO, y las riquezas
existentes en esos parajes abarcan los siguientes minerales: oro, cobre, diamante,
coltán, hierro, bauxita, caolín y dolomita. En función de eso, el Gobierno Nacional
decretó a esa franja guayanesa como “Zona de Desarrollo Estratégico Nacional
Arco Minero del Orinoco”; pero, además, mediante otro decreto, se creó una “Zona
Militar Especial” para proteger a los municipios mineros de ataques violentos."
Aunque que paradoja, se produce una matanza de mineros, justo unos días
después del anuncio oficial de esta zona de explotación, trabajos, y de luchas por
el control de la zona.

Por ello, inquieta, alarma, genera tristeza y a la vez fortaleza y entereza,


mientras se escucha a quienes con criterio para el cuido de la zona, que en la
desesperación por salir de la crisis económica, pero desconociendo nuestra
esencia, y distando de observar lo legal, el Presidente Nicolás Maduro, que jamás
ha presentado en forma pública su partida de nacimiento, ni se atreve a asumir su
doble nacionalidad, encima vuelva sobre errores ya advertidos, y con los que se

29
vieron tentados el Presidente Caldera, al Presidente Chávez, e incurra en ir en
contra una vez más de los preceptos constitucionales de la República Bolivariana
de Venezuela (CRBV), y de desconocer el 5to objetivo del Plan de la Patria, al
autorizar en forma desmedida y dar concesiones fundamentalmente a empresas
extranjeras, entre ellas canadienses y chinas, supuestamente porque ellas
tendrían la tecnología adecuada en comparación a otras, pero que a la vez
indiscutiblemente van a aupar las actividades colaterales, que suelen ser siempre
ilegales, en una zona vinculada con las cuencas y trayectos de los ríos Ríos
Caura, Caroní y el Orinoco, y encima de la cuenca del Sicopo, colocando en
peligro el agua dulce, y la diversidad en estas zonas, lesionando el debido respeto
a las normas nacionales, en otro "crimen presidencial" aún posible de revisar,
porque sin ser clara ni acertadas, las explicaciones sobre los estudios de impacto
ambiental o ser coherentes con lo que se dice, con respecto al cuido del ambiente,
el futuro de Venezuela y en el debido respeto a nuestra soberanía.

Con esta medida, solo se afirma que busca "fortalecer el aparato productivo
del país", señalando que con esta decisión “Venezuela pudiera colocarse por
encima de 7 mil toneladas con la segunda reserva de oro del planeta tierra”, ya
que a su parecer seria tonto o absurdo dejar de aprovecharlo; aunque sin
internalizar el riesgo, a corto y largo plazo de dañar lo que es el caudal ya
disminuido del rio principal que alimenta la Hidroeléctrica de Guri, dar pie a la
contaminación de esta y otras importantes y estratégicas fuentes de agua, tras
haber desmantelado el Ministerio del Ambiente para crear un Ministerio que dista
de su objeto y promueve es el MINEA, que como dice el nuevo nombre, lejos de
velar por un ecosocialismo del siglo XXI o por las aguas, sin excusas, se parece
es promover el ataque a la naturaleza, a nuestras riquezas naturales impagables,
dado lo valiosas que debemos entender son, el agua, el aire y la diversidad, en
nombre del extractivismo, el industrialismo, el capitalismo de Estado desmedido,
voraz, y atropellados, y justificándose en la sobrevivencia sin consulta al Pueblo, ni
oír el clamor, exigencia y sabiduría de los pueblos, ni de científicos,
ambientalistas, ecologistas, agravando los problemas de los ejemplos
inadecuados y decisiones lesivas al interés nacional.

El mandatario aseveró -sin explicar- que “hay tecnología para generar


esa riqueza” y que la misma ayudará a “recuperar” el país; y que ...“Todo eso se
va a convertir en riqueza física, material y financiera”, apuntó el mandatario. En
este sentido, se coloca acá la información que se ha difundido con respecto al
proyecto, sobre la cantidad de bauxita, oro, diamantes, aluminio, coltán, cobre,
caolín, dolomita, entre otros minerales, que se buscan obtener3.

30
"Precisamente, las críticas que han llovido sobre el proyecto, además de tener que
ver con las mafias que hacen vida en la zona en cuestión, apuntan a las graves
consecuencias ambientales que puede tener el uso de mercurio y
principalmente en el agua". Es decir, estamos ante un problema complejo,
económico, ambiental, social, político y cultural, ya que a cuenta que la zona sin
albergar gran cantidad de población, se arremete y afecta a la que alli tiene
residencia, siendo que como veremos hay unos dilemas entre la ética, la
sobrevivencia, la noción aún equivocada del desarrollo sin demostrar la
sustentabilidad, los tiempos y las contradicciones de los responsables de las
políticas públicas, que impactan a la Nación y sus comunidades.

Como explica el Doctor en derecho político ambiental, Alexander Luzardo, el Arco


sería un atentado contra la República, la muerte para el ambiente y los pueblos
indígenas de la zona y la contaminación del Orinoco5. La zona tiene fragilidad de
suelos, la explotación involucra a más de 35 empresas, y para nada se involucró el
crecimiento o desarrollo de la industria nacional, ni de las comunidades, sino como
mano de obra barata, sin quedar claro como se salvaguarda y cuida los paisajes,
calidad del agua, y cuido de la vida en el área.

Este es un problema mas allá de partidos e intereses de poder, sino del respeto a
la vida, donde se encuentan posiciones desde Luzardo al Dr. Esteban Monsonyi, y
también se manifiesta en contra de la medida, Red Ara, Tierra Viva, diversas
Fundaciones, grupos ecológicos y ambientalistas, así como el Prof. Samuel A.
Scarpato de la UCLA, quien comenta, trabaja en la zona y por más de "quince
años ininterrumpidos (en el caso del A.M.O.) llevamos la angustia a la acción, no
precisamente en viajes de turismo, sino de atención social..., investigación acción,
metodología participativa, escuchar..., nos ha tocado aprender lenguas y
comprender rituales shamánicos, además de confrontarnos con la dura realidad
social que viven nuestros pueblos y comunidades originarias en el entorno más
próximo al A.M.O"; donde tenemos que considerar hay una problemática ya
existente y aún más previsible de daños a los derechos humanos, como nos
refiere el Defensor de Derechos Humanos, Rafael Uzcátegui de PROVEA.

"La decisión de crear el AMO se formaliza incumpliendo las obligaciones


constitucionales de realizar estudios de impacto ambiental y sociocultural en las

31
actividades susceptibles de generar daños a los ecosistemas (artículo 129) así
como consultar de manera previa, libre e informada a los pueblos originarios
cuando se aprovechen recursos naturales en hábitats indígenas (artículo 120,
Convenio 169 de la OIT). Según el censo del año 2011 en el estado Bolívar
habitan 54.686 personas indígenas, mientras que como registró el mapa editado
en el 2010 por el Ministerio de Pueblos Indígenas, dentro del territorio decretado
como AMO habitarían los pueblos Inga, Mapoyo, Eñepá, Kariña, Arawak y
Akawako, cuyo modo de vida sería afectado por la actividad minera".Al respecto,
algunos líderes indígenas, desde 2013, venian manifestando su recelo con la
medida, y ahora una vez tomada, expresan su rechazo, como Alfredo González
Nuñez o Gregorio Mirabal de Organización Regional de Pueblo Indígenas del
Amazonas (ORPIA) llamando a detener o revisar la medida, que afecta las tierras
donde viven y llaman al Gobierno Nacional alzando su voz de alerta, porque
consideran "estos planes entreguistas son acuerdos que lesionan la soberanía,
avalan el saqueo, violan los derechos territoriales de los pueblos indígenas y
amenazan con una destrucción ambiental sin precedentes, en su desespero por
obtener divisas para atender sus compromisos con acreedores internacionales,
sus empresarios nacionales y la cúpula militar".

estos planes entreguistas son acuerdos que lesionan la soberanía, avalan


el saqueo, violan los derechos territoriales de los pueblos indígenas y amenazan
con una destrucción ambiental sin precedentes, en su desespero por obtener
divisas para atender sus compromisos con acreedores internacionales, sus
empresarios nacionales y la cúpula militar - See more at:
http://revistasic.gumilla.org/2016/arco-minero-del-orinoco-un-decreto-que-ignora-a-
los-pueblos-indigenas/#sthash.wARUP703.dpuf estos planes entreguistas son
acuerdos que lesionan la soberanía, avalan el saqueo, violan los derechos
territoriales de los pueblos indígenas y amenazan con una destrucción ambiental
sin precedentes, en su desespero por obtener divisas para atender sus
compromisos con acreedores internacionales, sus empresarios nacionales y la
cúpula militar - See more at:

http://revistasic.gumilla.org/2016/arco-minero-del-orinoco-un-decreto-que-
ignora-a-los-pueblos-indigenas/#sthash.wARUP703.dpuf

Tantas voces, tantos esfuerzos, tienen que ser considerados, y una vez
más con mucha firmeza, se le solicita a quien valiéndose de pertenecer a un
partido político, obedecer al difunto Presidente Chávez, al ser Presidente de la
Asamblea Nacional, Canciller hasta ser Mandatario, y que en cobijo de la
consideración especial al Comandante se ha saltado varias veces la CRBV, en
nombre de la política y de la supuesta tranquilidad del país, que SE REVISE;
RESPONDA Y RECTIFIQUE DE VERDAD, y que sin dilaciones se RESTITUYA A

32
CABALIDAD Y EN FORMA IDONEA EL MINISTERIO DEL AMBIENTE, que se
REVISEN LAS CONCESIONES Y SE REDUZCA EL TERRITORIO DADO QUE
ES EXCESIVO PARA UNA ACTIVIDAD SANA Y SE CUMPLAN LAS LEYES;
DECRETOS; REGLAMENTOS emanados de la CRBV, en protección de la
DIVERSIDAD; EL AGUA Y EL AIRE, ya que VENEZUELA SE RESPETA Y SE
DEFIENDE DE LOS ATAQUES INCLEMENTES A SUS RIQUEZAS NATURALES
PARA MANTENER Y CUIDAR LA VIDA!

Ciertamente Maduro, el Gabinete ministerial y la FANB como expresa


Luzardo: "no pueden convertirse en "garimpeiros"; por ello el espíritu del pueblo
los demanda. Esta medida, incumple la oferta ecológica electoral que años atrás
prometía, impulsaba Hugo Chávez y que otra vez engañosamente se reiteró para
2013, por lo que se exhorta al país a rechazar cívicamente esta decisión
precipitada, ya que quedaron sin explicar claramente los alcances, ni las
previsiones, garantías, ni porque se irrespeto al ordenamiento legal y territorial
vigente que se afectó para generar estos negocios, porque si bien hay que
generar ingresos, realizar esfuerzos de todos para sacar a flote al país, tenemos
que volvernos menos dependiente de los precios del petróleo y de decisiones
foráneas, y todo se hizo sin dar al país las explicaciones debidas, dada la cantidad
de extensión del territorio e impactos previsibles, bajo las experiencias de dichas
actividades en muchos otros países.

"La cuenca del Orinoco es la tercera de América del Sur por su superficie y da
origen a un caudal de unos 33000 m³ por segundo, lo que convierten al Orinoco en
uno de los ríos más caudalosos del mundo y también en uno de los más valiosos
desde el punto de vista de los recursos naturales renovables. Un río que
constituye un caso único en el mundo es el Casiquiare, que constituye una
derivación natural del Orinoco y que, después de unos 500 km de longitud,
desagua en el río Negro el cual es afluente, a su vez, del Amazonas".

En este sentido, apelando a la sensatez nacional, igual se llama a la ONU,


al PNUMA, a los organismos internacionales a velar por el cumplimiento de los
tratados y que se conozcan los detalles de las actuaciones de esas
trasnacionales, empresas y las solicitadas "certificaciones" ya que también se
verán afectados por estas acciones, zonas de captación de agua, a nivel
atmosférico de haber un manejo negligente de quien se encuentre en el lugar,
afectando indirectamente a las formas de vida en los estados Delta Amacuro,
Monagas, Apure, Guárico, Amazonas. Se exhorta a los nacidos en Venezuela,

33
dentro de los grandes dilemas que vivimos, que tienen a gran parte de la
población nacional afectada y al borde de la sobrevivencia, restringidos en comida,
medicinas, comunicaciones y sometidos por una anarquía inmensa y auge fuerte
de inseguridad, a todo nivel con muy bajo o ningún acceso a la justicia en forma
oportuna, desde el civismo posible más con absoluta determinación y certeza
a DEFENDER LA VIDA!!

El crecimiento del Arco Minero de Venezuela barre a los pueblos y


culturas indígenas

 En 2016, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, declaró la apertura


del Arco Minero, que se extiende en forma de media luna del este al oeste
en 112 000 kilómetros cuadrados, situados sobre todo en el estado de
Bolívar, al sur del río Orinoco y en la Amazonía venezolana.
 Las comunidades indígenas dentro del Arco Minero no tuvieron ni voz ni
voto en el desarrollo de la minería en su región o cerca de sus territorios,
una clara violación del Convenio 169 de la Organización Mundial del
Trabajo, un acuerdo del que forma parte Venezuela.
 La minería no solo se está extendiendo en el Arco Minero de Bolívar, donde
grupos armados y el ejército compiten por oro, diamantes y coltán, sino
también en el estado de Amazonas en el sur de Venezuela. Hombres y
mujeres indígenas dejan sus comunidades ancestrales y pequeñas
haciendas para llevar a cabo un trabajo agotador y peligroso en las minas
por poco dinero.
 Se puede esperar que la violencia contra las comunidades indígenas y los
conflictos con ellas aumenten a medida que las bandas armadas y
organizaciones militares de Venezuela y los grupos guerrilleros de
Colombia sigan extendiendo su presencia en la región y midiendo sus
fuerzas en las zonas mineras.

Este artículo forma parte de una serie de artículos de Mongabay sobre el Arco
Minero de Venezuela producidos en colaboración con InfoAmazonia, que ha
publicado una plataforma multimedia exhaustiva llamada multimedia platform
called Digging Deeper into the Mining Arc (Cavando más hondo en el Arco Minero)
que resalta de forma exclusiva el auge de la minería en Venezuela.

LAS CLARITAS, Venezuela – Se cuentan en cientos, o incluso miles.


Temprano por la mañana, la cifra podría llegar a multiplicar por diez la población
del pueblo. Grupos de mineros cargados con picos y bateas se encuentran en las
carreteras caóticas para subir al transporte que sea posible en dirección a las
minas ilegales que se encuentran a las afueras del pueblo.

34
Algunos de estos mineros artesanos, que maniobran alrededor de coches
ruidosos y de niños vendiendo combustible de contrabando, llegan desesperados
de los centros urbanos de Venezuela. Pero entre los mineros pobres con ropa
raída y botas embarradas, también sobresalen muchos rostros indígenas.

La Petro economía fallida de la nación, unas políticas gubernamentales


desastrosas y un Mercado laboral inexistente los ha llevado a todos a Las Claritas
y las minas de los alrededores para ganarse la vida a duras penas y dar de comer
a sus hambrientas familias.

Este asentamiento remoto se ha visto transformado por la repentina fiebre


de la extracción y el procesamiento de minerales. Los recién llegados no
encontraron un lugar tranquilo en la selva, sino un submundo delictivo con
numerosos burdeles, minas controladas por bandas y una epidemia constante de
malaria.

Aquí hay pocas oportunidades y muchos riesgos para la vida y la integridad física.

 La minería, un reclamo para los indígenas rurales pobres

Las Claritas se encuentra en medio del estado de Bolívar y es parte de una


amplia región señalada en 2016 por el presidente venezolano Nicolás Maduro
para grandes operaciones mineras como parte del Arco Minero. Ese proyecto, en
este momento, está controlado en gran medida no por compañías mineras
trasnacionales que participan en operaciones público-privadas —como prometió y
promovió Maduro— sino por grupos armados ilegales llamados “pranes”.

El Arco Minero se extiende en forma de media luna del este al oeste en 112
000 kilómetros cuadrados, situados sobre todo en el estado de Bolívar, al sur del
río Orinoco y en la Amazonía venezolana.

Cuatro secciones de Bolívar se incluyen en la zona minera decretada por


Maduro, todas ellas se solapan con reservas ambientales y territorios indígenas
protegidos legalmente. La minería a gran escala en esa zona podría amenazar al
Parque Nacional Canaima —sitio de patrimonio mundial de la UNESCO—, la
Reserva Forestal de Imataca, las reservas de La Paragua y El Caura, el
Monumento Natural Cerro Guanay y la cuenca del río Caroní.

Los ecologistas están especialmente preocupados. “Significa la eliminación de


[la cuenca del río] Orinoco y sus ecosistemas”, dice Alexander Luzardo, que tienen
un doctorado en derechos ambientales y escribió la legislación de protección
ambiental incluida en la constitución actual de Venezuela. El Orinoco es el tercer
35
río más grande del mundo en volumen, sus aguas no son solo importantes para la
biodiversidad de la región sino para las muchas comunidades indígenas que
construyen su vida alrededor del río y sus cientos de afluentes.

Hay 198 comunidades indígenas en el estado de Bolívar. Y su gente, sobre


todo pequeños agricultores, se han visto empujados a dejar su estilo de vida
tradicional para entrar al Arco Minero —impulsados en gran medida por el
asombroso índice de inflación (que probablemente supere el 2700 por ciento en
2017), y el rápido aumento del coste de la vida local que llegó con el éxito de la
minería. Los hombres, por supuesto, trabajan en las explotaciones de oro, coltán y
diamante, pero las mujeres indígenas también trabajan en las minas y a su
alrededor preparando y vendiendo comida, limpiando alojamientos o trabajando
como prostitutas.

“Deberíamos dedicar más tiempo a cosas que no están relacionadas con la


minería, pero ya ves que los miembros de la comunidad se pasan todo el año en
las minas”, dice Brian Clark. Él es líder indígena en Jobochirima, una comunidad
cerca de Las Claritas. Jobochirima ha visto un importante éxodo de agricultores de
las tierras de cultivo a las minas ilegales.

Algo grave es que las comunidades indígenas dentro del Arco Minero no
han tenido ni voz ni voto en el desarrollo de la minería en su región. No se les ha
consultado ni dado el derecho al consentimiento libre, previo e informado para los
proyectos de minería que afectan a sus territorios, como requiere el Convenio 169
de la Organización Mundial del Trabajo, un acuerdo del que Venezuela forma
parte.

“El mayor peligro es que [el gobierno] se apropiará del liderazgo indígena”, afirma
Luzardo. “Esto es como [se hizo en] la conquista de África [en el siglo XX] por
parte de las élites locales; como Mugabe, ¡esto es Mugabismo!”, en Zimbabue,
según Luzardo, el estado “domesticó a los líderes indígenas” para tener vía libre
para proyectos legales e ilegales de minería. Sucede lo mismo en Venezuela,
cuando los líderes indígenas no trabajan con el estado, siempre existe la amenaza
de coacción, como hacen algunas fuerzas militares which que son omnipresentes
en el Arco Minero hoy en día.

“La presencia del ejército aquí no es para las personas. Es para su propio
beneficio [del estado y del ejército]”, dice Clark.

El ejército, explica, tiene una gran participación en la supervisión de muchas


minas, y también realiza casi todo el trabajo relacionado con el paso de

36
contrabando de oro de Venezuela a otros países. Esta situación puede llevar a
escenas extrañas en Las Claritas y los alrededores, donde bandas armadas
coexisten con el ejército (que patrulla en sus vehículos militares), y la Guardia
Nacional y los servicios de inteligencia (que proveen de personal a los muchos
controles de carretera de la región). Las pistolas están en todas partes y la
violencia siempre es un riesgo.

 Más allá del Arco Minero

En el borde suroeste del Arco Minero, cerca de la frontera entre los estados de
Bolívar y Amazonas, se encuentra Ikabarú. Las zonas indígenas habitadas
alrededor del pueblo están llenas de minas de oro ilegales. En septiembre de
2017, Lisa Henrito, responsable de seguridad indígena allí, observaba cómo eran
invadidas las tierras indígenas por buscadores de oro ilegales armados. Se vio
obligada a activar la red de defensa indígena local para desplazar por la fuerza a
170 mineros.

Henrito es consciente de que las fuerzas militares del estado suelen ser
cómplices de los proyectos de minería ilegales en su región; se soborna a los
responsables para que miren a otro lado cuando entra la maquinaria pesada. “La
Guardia Nacional y el ejército no dicen nada cuando las grandes máquinas y
helicópteros pasan. Nadie [del gobierno] vigila esta zona”.

Dice, con mucha pena, que muchos indígenas están cegados por el dinero
rápido que se puede ganar de la minería de oro y diamantes, y por eso participan
en proyectos ilegales de minería. “Se traen las máquinas en nombre de los
indígenas y los ponen a trabajar [a los lugareños]. Esas máquinas, en realidad, las
traen otras personas [ricas] brasileñas o venezolanas”.

Una comunidad indígena en la región de Pargüaza en el estado de Bolívar,


es un área que hace alarde de los depósitos de coltán más prometedores del
mundo, un mineral de conflicto muy utilizado en productos electrónicos como
teléfonos móviles y ordenadores.

Como Bolívar, el estado de Amazonas en Venezuela está plagado de


minería ilegal. Varias fuentes de una comunidad indígena local confirmaron a
Mongabay que la minería ilegal se ha extendido por todo el estado, y el Parque
Nacional Yapacana ha sido arrasado por las numerosas minas ilegales de oro.

37
La minería también afecta gravemente a los pueblos indígenas de
Amazonas. De hecho, el 54 por ciento de los habitantes del estado son indígenas,
el porcentaje más alto de todos los estados de Venezuela.

“No está lejos de [ser] un etnocidio”, dice Liborio Guarulla, gobernador saliente del
estado de Amazonas e indígena él mismo. El etnocidio se define como la
destrucción deliberada y sistemática de una cultura o grupo étnico, normalmente
llevada a cabo por fuerzas exteriores. Según el líder político, 20 comunidades
indígenas ya se están viendo afectadas de forma negativa por la minería en su
estado, pero el auge de la minería no ha hecho más que empezar.

Los lugareños dependen del río Pargüaza para muchos usos, entre ellos
nadar y bañarse. La minería, sin embargo, suele contaminar los arroyos con
mercurio y otras toxinas y los deja inservibles para beber agua, regar cultivos y
realizar actividades de recreo. Mientras los hombres indígenas trabajan en su
mayoría como mineros, las mujeres indígenas también son una parte integral de
las actividades mineras, trabajando también como mineras, haciendo coladas,
cocinando, haciendo de criadas o como prostitutas.

El Decreto 269 de 1989 —declarado por el entonces presidente Carlos


Andrés Pérez— prohibía la minería en Amazonas, pero muchos temen ahora que
el Arco Minero acabe siendo extendido oficialmente a ese estado. “Sin duda”,
responde Guarulla cuando le preguntamos por esa posibilidad. La minería “se ha
convertido en un gran negocio [en Amazonas] porque el gobierno nacional ha
generado mucho control directamente por sí mismo”.

Esa preocupación la comparte Héctor Escandell García, geólogo que


trabaja para el vicariato de Amazonas (que tiene una oficina de derechos humanos
para proteger a las comunidades indígenas), y es el antiguo director del Ministerio
del Ambiente en Amazonas. García sospecha que el gobierno central justificará la
minería comercial a gran escala como una alternativa legal aceptable a la minería
ilegal, a la que el gobierno culpará de la degradación ambiental pasada y actual.

Sin embargo, Escandell afirma que la degradación social y ambiental de la


pequeña minería ilegal simplemente allana el camino para megaproyectos mineros
más destructivos. “Limpias el terreno, cortas árboles, depuras la población: los
indígenas y agricultores serán desplazados o integrados”, cuenta “Así creas las
condiciones [para la minería a gran escala]”.

38
ANEXOS
División del Arco Minero del Orinoco estipulado en el artículo 3 del derecho
2248 de la Gaceta oficial número 40855.

Impacto Ambiental en el municipio Sifontes del Estado Bolívar.

39
Explotación de minerales

40
CONCLUSIÓN

Venezuela vive momentos duros y complicados desde el punto de vista


financiero. Es suficientemente conocido sobre los contratos que suscribiría el
gobierno con empresas extranjeras en el Arco Minero por el orden de los 20.000
millones de dólares.

En este sentido de urgencia, el Arco Minero del Orinoco permitirá abrir una
nueva fuente de ingresos de dinero líquido para el país, ya que al ser certificados
los minerales que allí se encuentran se podrán monetizar y utilizar como soporte
en las reservas internacionales para captar préstamos y créditos desde el
extranjero, pero, comprometiendo enormemente la soberanía de la patria.

Hemos llegado a un momento en el que ya no se puede obviar o ignorar el


carácter trascendental del tema ecológico en Venezuela. Crecientes problemas
socio-ambientales serán cada vez más evidentes, involucrarán directamente a
cada vez más personas y propiciarán cada vez más y mayores conflictos sociales.
El reimpulso del extractivismo por parte del Gobierno nacional probablemente

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complicará aún más este panorama. En las nuevas fronteras de los llamados
‘recursos naturales’, bandas criminales se siguen sumando a la extracción y
tráfico, principalmente del oro, diamantes y coltán. Todo esto en un contexto global
ambiental y político que nos presenta enormes desafíos como humanidad.

Es tiempo de elevar la voz para fomentar criticas que puedan impedir el


ecocidio en nuestras zonas boscosas las cuales afectaría en corto tiempo la raza
humana.

Que rápido se nos olvidó el 5to Objetivo de la patria:


“Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la
salvación de la especie humana”.

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