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CAPÍTULO I
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"41&$504(&/&3"-&440#3&&-MERCURIO
Carlos I. Molina A. & Marc Pouilly
I. INTRODUCCIÓN El Mercurio (Hg) está considerado como uno de los metales más tóxicos que se encuentran
disponibles en el ambiente (Bidone et al., 1997; Roulet, 2001; Mergler & Lebel, 2001; O’Driscoll
et al., 2005). La problemática de contaminación por Mercurio es internacionalmente
reconocida por sus efectos sobre el ambiente y por los daños que ocasiona en la salud de los
sistemas vivos y consecuentemente en el ser humano. Con el fin de honrar a las víctimas del
caso de Minamata ocurrido hace 50 años, conocido a nivel mundial por el manejo inadecuado
en las liberaciones de Mercurio, el 19 de enero del 2013, el Estado Plurinacional de Bolivia y
otros cerca de 140 países suscribieron el Convenio de Minamata, para la reducción del uso
antrópico de Mercurio en sus diferentes ámbitos (PNUMA, 2013a). La ratificación, aceptación
o aprobación de este Convenio compromete a los gobernantes a aplicar una serie de medidas
con el fin de: 1) reducir o eliminar las emisiones y/o liberaciones de Mercurio de fuente
antrópica a la atmósfera y el ambiente y 2) reducir paulatinamente el uso y el desecho de
los productos que contienen este elemento. Actualmente Estado Plurinacional de Bolivia ha
ratificado el Convenio de Minamata (Ley Nº759 del 17 de noviembre del 2015); sin embargo,
el observatorio de Minamata aún no ha incluido las últimas ratificaciones (Figura 1).
Figura 1
Países comprometidos en
la firma y ratificación del
Convenio de Minamata
sobre la reducción del uso de
Mercurio en el mundo.
Fuente: PNUMA (2013a, http://www.mercuryconvention.org/)
21
Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
En las últimas décadas, la actividad minera artesanal del Oro se ha extendido en varios
países tropicales, donde no existe un adecuado control de esta actividad y gran parte de la
comercialización del Oro y el Mercurio se realiza a través de mercados negros clandestinos
del Oro y el Mercurio (AGC, 2013; GEA, 2010). A partir del análisis de la actividad minera ilegal,
el Centro de Observación, Análisis y Recopilación de Emisiones de Mercurio (Mercury Watch,
en inglés), en su último informe presentado el año 2014, ha posicionado a Bolivia como el
segundo emisor de Mercurio en Latinoamérica, con un promedio de emisión de 120 t de
Mercurio por año, que representa el 12% del total de las emisiones a escala mundial (el valor
estimado fue de 1000 t de Mercurio por año) (AGC, 2013). Este mismo informe contempla
posibles errores en los cálculos relacionados a la incertidumbre asociada a la información
disponible. En este sentido, es imperante la necesidad de estudios de línea base sobre el uso,
las emisiones y liberaciones de Mercurio en el país.
b sus suelos contienen de forma natural, una alta concentración de Mercurio (superando
en más de 10 veces el promedio mundial),
b sus sistemas acuáticos son favorables a la transformación del Mercurio
en una de las especies químicas orgánicas del Mercurio, Metilmercurio
22
Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
(MeHg) la cual es diez veces más tóxica para los organismos vivos y con alta eficiencia
de transferencia en la cadena trófica y consecuentemente a los seres humanos,
b el paisaje y el uso de suelo ha cambiado de forma drástica en las últimas décadas
debido al incremento de las actividades humanas como la agricultura, deforestación y
minería, generando un aumento en la erosión de los suelos y la liberación del Mercurio
contenido en ellos, y
b las poblaciones locales rurales consumen tradicionalmente pescado y en algunos
casos se constituye en la única fuente proteínica animal disponible.
El Mercurio es el único metal líquido a temperatura ambiente que posee una presión de vapor
elevada. Esta particularidad, hace que permanezca largos periodos de tiempo en suspensión
en la atmósfera, determinando su amplia resiliencia y distribución mundial (Jackson, 1997;
O’Driscoll et al., 2005). Naturalmente en el ambiente, este elemento, tiene una concentración
traza (1 a 2 ng.L-1) en rocas, suelos, aguas y cenizas volcánicas bajo diferentes especies químicas,
tanto inorgánicas como orgánicas (Baeyens et al., 2003).
23
Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
La disponibilidad ambiental del Mercurio se encuentra dada por emisiones de las cortezas
terrestre y oceánica (p. ej. Fumarolas de volcanes y fallas geológicas) (Krabbernhoft & Rickert,
Figura 2
1995; Porcella et al., 1997). La acción antrópica modifica sus concentraciones ambientales
Ciclo biogeoquímico del naturales; desde la revolución industrial se ha evidenciado un incremento de éstas, aportando
Mercurio. Modificado de: al flujo continuo de Mercurio en la biósfera (Jackson, 1997; Lacerda, 1997a; KEMI, 2005).
Harris et al. 2007
Transporte Hg0
Emisión antropogénica Hg0
Hg 0
Volcanes
Hg0 (RGM)
Hg+2 (líquida+ particulada)
Intercambio Hg+2
aéreo /terrestre Deposición
Hg+2 seca y húmeda
Erosión Liberación Senescencia
natural
Hg+2
Arrastre
Hg+2 Evasión
Arrastre
Hg+2
Arrastre Hg0
Oxidación
Reducción Photodegradación
Procesos naturales
Procesos antropogénicos
Principales fuentes El Mercurio natural proviene de las emisiones gaseosas de las cortezas terrestre y oceánica en
naturales de Mercurio su forma dominante elemental o metálica (Hg0). Su llegada a la atmósfera se produce por su
volatilización desde los océanos, rocas expuestas por los volcanes, fallas u otras aberturas de
la corteza que permiten la salida de los gases contenidos en el interior de la Tierra (Nriagu &
Pacyna, 1988; Cabana & Rasmussen, 1994). La concentración del Hg0 en la atmósfera es muy
baja (1 o 2 ng.m-3); sin embargo, su disponibilidad en términos de relación de masas es amplia.
La estimación del flujo de estas masas de Mercurio en la atmósfera, es de aproximadamente
3000 t.a-1 (Nriagu & Pacyna, 1988; Lacerda, 1997a) con un tiempo de residencia de
aproximadamente un año (Boudou & Ribeyre, 1997; Schroeder & Munthe, 1998; O’Driscoll et
al., 2005). La dispersión y la re-emisión de las formas químicas del Mercurio dependen en gran
medida de la dirección de los vientos y de las lluvias, pero también influyen algunos procesos
de especiación como las reacciones fotoquímicas, reacciones de óxido-reducción, deposición
24
Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
seca y húmeda, y partición entre las formas disueltas y particuladas (Boudou & Ribeyre, 1997;
Nriagu & Pacyna, 1988; Meech et al., 1998; Roulet, 2001; Zhang, 2006).
Especiación del Mercurio La forma química iónica del Mercurio, puede estar presente en el ambiente en dos estados
de oxidación; Hg2+2 (ión mercurioso) y el Hg+2 (ión mercúrico). El ión Hg+2 es altamente
soluble y reactivo en la atmósfera (Mercurio Gaseoso Reactivo: RGM, por sus siglas en inglés,
Reactive Gaseous Mercury), por lo que suele estar unido a otras partículas (como aerosoles).
Representa entre el 5% (en medios naturales) y el 50% (en áreas impactadas por la industria)
del total del Mercurio disponible en la atmósfera (Schroeder & Munthe, 1998; O`Driscoll
et al., 2005). Las principales reacciones de transformación entre las diferentes especies de
Mercurio, tienen lugar principalmente entre la fase acuática-gaseosa de la atmósfera. Las
reacciones de oxidación del Hg0 (Mercurio elemental) a Hg+2 en presencia de ozono (O3) o
de peróxido de hidrógeno e ión hidrógeno (H2O2 + H+), y la reducción del Hg+2 en Hg0 por
acción combinada del peróxido de hidrógeno e ión oxidrilo (H2O2 + OH-) que en presencia del
dióxido de azufre (SO2) forma sulfurito de mercurio (HgSO3), la descomposición fotoquímica
permite formar nuevamente Hg0 (Schroeder & Munthe, 1998; Zhang, 2006). Estas reacciones
influyen enérgicamente en la partición del Mercurio atmosférico, entre las diferentes fases
(gaseosa, líquida y particulada) con consecuencias importantes sobre su biodisponibilidad
que afecta su transferencia entre los diferentes compartimentos del ambiente (Roulet, 2001).
En el agua, el Hg0 es poco soluble (Mercurio Gaseoso Disuelto: DGM, por sus siglas en inglés,
Dissolved Gaseous Mercury) y fácilmente es re-emitido a la atmósfera debido a su elevada
presión de vapor, por lo tanto, la especie química dominante del Mercurio en el agua es Hg+2,
que puede conformar varios ligandos inorgánicos y orgánicos (O’Driscoll et al. , 2005; Zhang,
2006), entre los ligandos inorgánicos tenemos al anión sulfuro (S-2), el dióxido de azufre (SO2),
anión sulfato (SO4-2), ión cloruro (Cl-), anión bicarbonato (HCO-3), anión carbonato (CO3-2), ión
oxidrilo (OH-) y anión fosfato (PO4-2), entre los ligandos orgánicos que normalmente son ácidos
están los de bajo peso molecular (p. ej. Ión metil, ión etil, ión fenil, oxaloacetato, citrato, etc.)
y los de elevado peso molecular, como las sustancias húmicas (ácido fúlvico y ácido húmico).
Una de las principales vías de transformación biótica del Hg+2 inorgánico hacia la forma
orgánica se produce por metilación, que permite la formación de Metilmercurio (CH3Hg) y está
controlada principalmente por acción de bacterias sulfato reductoras (SRB, por sus siglas en
inglés: Sulfur-Reducing bacteria) (Campeau & Bartha, 1985; Berman et al., 1990; Hintelmann et
al., 2000; Benoit et al., 2001), pero también las bacterias metanogénicas pueden presentar una
actividad de metilación y demetilación (Pouilly et al., 2013). Metabólicamente, las SRB poseen
la particularidad de utilizar el anión sulfato (SO4-2) para su respiración y liberarlo al ambiente
en su forma reducida como anión sulfuro (S-2). Esa actividad se produce principalmente en
los sedimentos superficiales de los medios acuáticos. En presencia de Hg+2, el anión sulfito
(SO3-2), puede formar el complejo metálico Cinabrio o sulfuro de Mercurio (HgS). Aún no
se conocen muy bien los mecanismos metabólicos de formación del Metilmercurio, pero
Benoit et al. (2001), sostienen que la actividad catalítica de la acetil coenzima A (acetil CoA),
indispensable para la obtención de materia y energía, está relacionada con la metilación
accidental de metales iónicos que ingresan al protoplasma celular de las SRB. Por otro lado,
es posible que durante el proceso de la síntesis de la metionina a partir de la transferencia
de radicales metilo de la metilcobalamina (vitamina B12) se metilen iones metálicos como el
Hg+2 (Hamasaki et al., 1995). El Metilmercurio (CH3Hg) puede llegar a dimetilarse a la forma
25
Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
CH3HgCH3, un compuesto muy inestable y volátil que rápidamente retorna a la forma CH3Hg
(Van Der Maarel et al., 1996; Boudou & Ribeyre, 1997; Zhang, 2006).
Disponibilidad del El Mercurio es incorporado por los organismos vivos principalmente por la vía alimentaria, el
Mercurio en los contacto directo con el medio ambiente (atmósfera o agua) aporta en una menor medida.
organismos acuáticos y su Al igual que otros contaminantes, el Mercurio sufre un proceso de bioacumulación debido a
toxicidad que la tasa de asimilación en un organismo es superior a la tasa de eliminación para la misma
sustancia y por lo tanto, se acumula a lo largo de exposición del organismo (Krabbernhoft &
Rickert, 1995; Market, 2007; Pouilly et al., 2012 a,b); también se biomagnifica, es decir que la
concentración de una sustancia se incrementa de un nivel trófico al siguiente superior de la
cadena alimenticia (Bidone et al., 1997; Boudou & Ribeyre, 1997; Market, 2007; Molina et al.,
2010 a; Pouilly et al., 2013).
El Mercurio atraviesa fácilmente las barreras biológicas que separan a los seres vivos de su
ambiente, alcanzando los diferentes compartimentos tisulares e intra-celulares (Boudou &
Ribeyre, 1997; Meili, 1997). Preferentemente, el Mercurio atraviesa la doble capa fosfolipídica
de las células, por transporte activo (antiporte) (Mason et al., 1995; Boudou & Ribeyre, 1997);
también se asocian los procesos de difusión pasiva o transporte facilitado y endocitosis
(p. ej. Alimentación de amebas) (Boudou & Ribeyre, 1997 & Newman & Unger, 2003). Pero
en general el Mercurio orgánico tiende a adherirse a las moléculas y algunos receptores
de las membranas celulares, como lípidos, proteínas y esteroides (Figura 3). Es por esta
particularidad de acumulación que el Mercurio se transfiere eficientemente en la cadena
trófica acuática (Boudou & Ribeyre, 1997; Meili, 1997; Cremona et al., 2004; Molina et al., 2010a,
b). Algunos estudios demostraron que la eficiencia de fijación del Mercurio orgánico es 10
veces superior a la del Mercurio inorgánico en organismos acuáticos (Bloom, 1992; Bidone
et al., 1997; Meili, 1997).
Los organismos acuáticos pueden absorber las diferentes especies de Mercurio principalmente
por vía alimentaría (absorción indirecta) y en menor grado, por contacto con el agua (absorción
directa) (Meili, 1997; Roulet & Maury-Brachet, 2001). Para estos organismos, los principales
órganos de asimilación del Mercurio son el tracto digestivo, las branquias y el recubrimiento
cutáneo. En cambio, la eliminación está dada por vía urinaria, fecal y por algunas glándulas
de excreción (Roulet & Maury-Brachet, 2001; Sweet & Zelikoff, 2001). Pero la concentración
del Mercurio en los organismos acuáticos es muy heterogénea y depende de la variabilidad
de factores ecológicos y fisiológicos, tales como el estado de crecimiento, posición trófica,
tamaño, biomasa y sexo, así como del comportamiento migratorio de las especies (Meili,
1997; Karasov & Martínez, 2007).
Algunos estudios sostienen que durante la absorción intestinal de algunos metales iónicos
el Mercurio compite con otros elementos esenciales para los organismos, como ser el Calcio
(Ca), Zinc (Zn), Selenio (Se) y en menor grado el Cobre (Cu) (Bjornberg et al., 1988; Szücs et al.,
26
Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
1997). Por lo tanto, una fracción del Mercurio que se encuentra disponible en el ambiente
es asimilado por los organismos. Por otro lado, el Mercurio absorbido por las células de los
organismos vivos puede sufrir un proceso de descontaminación, como una acción metabólica
antioxidante. Este es el caso de las metalotioneínas (MT), que son proteínas encargadas
en la regulación directa de concentraciones óptimas de metales esenciales (Zn, Se y Cu), e
indirectamente de metales potencialmente tóxicos (Hg y Cd) (Yasutake et al., 2004; Amiard
et al., 2006; Carpene et al., 2007; Karasov & Martínez, 2007). Cuando estás proteínas fueron
descubiertas, se pensaba que eran exclusivas de los mamíferos, pero posteriormente fueron
aisladas en células de peces y algunos invertebrados, como moluscos y crustáceos (Amiard
et al., 2006).
El Mercurio que no es expulsado por los organismos a través de sus procesos fisiológicos,
muestra alta movilidad entre los diferentes compartimentos biológicos (Sweet & Zelikoff,
2001). Reacciona rápidamente con los puentes de hidrógeno del ácido desoxirribonucleico
(ADN), desencadenando reacciones mediadas por la liberación de radicales libres que
generan aberraciones cromosomáticas, como la poliploidía y otras mutaciones (De Flora et
al., 1994; Amorin et al., 2000). En este mismo sentido, también puede inhibir el desarrollo de
células embrionarias (Braeckman et al., 1997). La degeneración del sistema nervioso se realiza
mediante el reemplazo de moléculas de sulfhidrilo (SH-) del aminoácido cisteína presente en
la proteína Tubulina que compone los cuerpos axonales y terminaciones presinápticas de las
neuronas (Schurz et al., 2000).
Mercurio inorgánico
100 Hg(OH)2 HgCI42-
Membrana celular
80 HgCI2
60
%
Canales iónicos
40 HgOHCI HgCI3
20 Adhesión
0
4 2 0 *Transporte activo
pCI = log [CI-]
Metilmercurio Difusión a través
de canales
Figura 3 100 Difusión a través de la
MeHgCI MeHgOH capa lipidica
Diagramas de especiación 80
Difusión facilitada
química y asimilación del 60
Mercurio inorgánico y orgánico en
%
0
2 4 6 8 10
Fuente: Modificado de Newman & Unger pH
(2003) y Boudou & Ribeyre (1997)
27
Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
Emisiones de Mercurio en Según Pacyna et al. (2010) las emisiones antropogénicas de Mercurio pueden clasificarse en
el mundo dos principales fuentes:
b Primarias, son aquellas que liberan y/o movilizan al Mercurio desde fuentes geológicas
hacia el ambiente. Entre estas emisiones las principales son la quema de combustibles
fósiles y las actividades mineras (entre ellas la extracción de Mercurio y otros minerales).
b Secundarias, se relacionan con el uso y/o aplicación del Mercurio de forma directa o
indirecta en actividades industriales, como la minería artesanal del Oro a pequeña
escala (ASGM, por sus siglas en inglés, Artisanal and Small-Scale Gold Mining), las
plantas Cloro-Álcali, las actividades relacionadas a la producción de cemento y por
último, aquellas derivadas de la producción industrial a menor escala (cosméticos,
pinturas, amalgamas dentales, baterías, etc.).
Las emisiones del Mercurio en el ambiente pueden ocurrir sinérgicamente entre las diferentes
fuentes, la descarga directa de efluentes o el escape de gases y la generación de desechos
que contienen Mercurio (Roulet et al., 2000).
28
Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
de información, considera que las fuentes antropogénicas representan el 30% y las fuentes
naturales el 10% del total de las emisiones anuales, inicialmente estimadas entre 80 a 600
t.a-1 por Mason et al. (2012) y el restante porcentaje (60%) se asocia a re-emisiones; es decir, lo
almacenado y/o movilizado en los diferentes compartimentos ambientales, cuya valoración es
compleja. Las últimas evaluaciones sobre el almacenamiento de Mercurio en los ecosistemas
muestran un importante incremento a partir de la revolución industrial (Figura 4).
En general, se estima que las emisiones antrópicas están compuestas en un 75% por fuentes
primarias, particularmente por el uso de combustibles fósiles (principalmente carbón),
la extracción y producción de minerales, como metales ferrosos y no ferrosos, así como la
producción de cemento y el restante 25% es emitido por fuentes secundarias, asociadas a
diferentes usos del Mercurio, principalmente la minería artesanal del Oro en pequeña escala
(ASGM) y ciertos procesos industriales como la fabricación de lámparas fluorescentes, pilas,
aparatos eléctricos e instrumentos de medición (incluyendo los termómetros de Mercurio),
pinturas, cosméticos y, también, algunos pesticidas y fungicidas. La cremación de cuerpos
humanos, contribuye significativamente a las emisiones globales de Mercurio, por la
presencia de amalgamas dentales (UNEP, 2013b). La importancia relativa de las diferentes
fuentes antropogénicas varía entre estudios, siendo las más dominantes la combustión de
residuos fósiles (PNUMA, 2008; Pacyna et al., 2010; Pirrone et al., 2010) y la minería artesanal de
Oro (PNUMA, 2013b).
100
Dientes de humanos
Dientes de delfín
Dientes de foca marina
80 Pelos de oso polar
Plumas de falcón
Plumas de pingüinos
60
Figura 4 40
Tendencias históricas en la
concentración de Mercurio en
tejidos de humanos y animales de
20
la región del Ártico. Las unidades
están expresadas como porcentaje
promedio de las concentraciones
máximas de Mercurio. 0
1200 1300 1400 1500 1600 1700 1800 1900 2000
Asimismo, el informe del PNUMA (2013b), menciona que el aumento de emisiones, asociadas
a la minería artesanal de Oro de pequeña escala entre la evaluación del 2008 y el 2013 (Figura
5 y Tabla 1), se debe al incremento de la actividad como efecto de la subida del precio del
Oro, así como una mejora de los mecanismos de cuantificación implementados por algunos
países para este sector. Pacyna et al. (2010) evaluaron el nivel de incertidumbre de las
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Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
estimaciones de contribución relativa de emisiones en: a) hasta un 30% por sector de emisión
y b) entre 30 al 50% por región; atribuyendo que América Latina es la responsable del 50% de
la mencionada incertidumbre. Dichos estudios muestran las dificultades que se tienen para
establecer las estimaciones de contribución relativa del Mercurio.
Tabla 1 - Comparación de las estimaciones de emisiones globales de Mercurio en diferentes sectores antropogénicos.
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Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
III. HISTORIA DEL El Mercurio es uno de los seis metales conocidos desde la antigüedad. El Oro, la Plata, el
MERCURIO EN Plomo, el Hierro, el Estaño y el Mercurio forman el conjunto de los metales que utilizaban
las primitivas civilizaciones humanas. Los fenicios y luego los romanos, conocían la técnica
SUDAMÉRICA Y BOLIVIA
artesanal de recuperación de Oro con Mercurio (De la Cruz, 1985; Veiga & Meech, 1995;
Serrano, 2004). Estas civilizaciones explotaban el mineral Cinabrio (HgS) que es de color rojizo
y lo refinaban por un proceso de calentamiento (volatilización) y enfriamiento (condensación)
obteniendo Mercurio elemental en estado líquido de color plateado (De la Cruz, 1985; Gaona,
2004).
La minería incaica y Los Incas ya conocían el Mercurio (en forma de Cinabrio), al cual lo denominaban “ilampi” y lo
colonial: primer uso empleaban como pintura (Gaona, 2004). En la época de la colonia los españoles encontraron
industrial del Mercurio pequeñas bocaminas de azogue (denominación colonial del Mercurio) entre las regiones de
Huarina y el sur de Achacachi (altiplano boliviano, La Paz), así como cerámicas y máscaras
incaicas pintadas con bermellón de Cinabrio (Galaor et al., 1998; Serrano, 2004) (Figura 6).
Figura 6
Máscara funeraria de Oro con
enchape de cobre, proveniente
de Lambayeque (Perú). La
pintura rojiza corresponde a una
capa de bermellón de Cinabrio.
Los primeros españoles que llegaron a Sudamérica desconocían las técnicas de explotación
de los metales preciosos (principalmente Plata y Oro), es por ello que, rápidamente, adoptaron
las técnicas incaicas y oprimían a la gente local para tal fin (Galeano, 1991; Serrano, 2004).
Posteriormente, cuando la explotación de la Plata tuvo su auge en la colonia a mediados del
siglo XVII, los españoles, introdujeron tecnologías heredadas de los romanos. Paralelamente,
en Europa, la técnica incaica de amalgamación del Oro con Mercurio se extendió, mientras
que la recuperación de la Plata se realizaba con técnicas desarrolladas por los alquimistas
medievales del siglo XVI. No se sabe a ciencia cierta cómo se desarrolló el método de
recuperación de Plata con Mercurio, pero se sabe que el sevillano Bartolomé de Medina
introdujo de forma experimental este método a los virreinatos de México y Perú (Serrano,
2004). Luego este método fue intensamente empleado en Sudamérica y popularmente
conocido como el “método del patio o de Medina”, que no solo servía para la recuperación
de Plata sino también del Oro (Fisher, 1977; Nriagu et al., 1992; Lacerda, 1997b; Roulet, 2001).
31
Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
Figura 7
Transporte de Mercurio en el
lomo de Llamas a través de los
Andes.
Fuente: Galaor et al. (1998)
Por otro lado, el decaimiento de los yacimientos de Huanvélica se debió a la falta de apoyo
en las inversiones, dado que esta época corresponde a la etapa final del régimen colonial.
Los Humaches o mineros indígenas, que se iban expandiendo, aplicaban estilos de minería
tradicionales que bloqueaban el progreso de la minería tecnificada, lo que determinaba que
los empresarios mineros privados prefirieran importar el Mercurio a bajos costos desde los
nuevos y modernos yacimientos mercuríferos de California (Nueva Almadén) (De la Cruz,
1985; Navarro, 1997; Contreras & Díaz, 2007).
Esta reseña histórica sobre el inicio del uso de Mercurio en Sudamérica, proviene de relatos y
anécdotas de cronistas, los cuales podrían ser, a veces, de baja credibilidad. Recientemente
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Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
# Industrial
Republicana
Colonial
4 Inca
Figura 8
Producción Hg0 (Mg a-1)
3
Estimación del flujo de Hg°
en cuatro diferentes periodos:
Incaico (1400- 1532 dC), Colonial 2
(1532-1821 dC), Republicano
(1821-1900 dC) e Industrial (1990
- hasta la actualidad). Los colores 1
corresponden: Negro al flujo de
Mercurio a partir de la actividad
Inca, Azul al flujo Mercurio 0
producto de la actividad Colonial
1400 1500 1600 1700 1800 1900 2000
y el Verde representan el Mercurio
proveniente de Huancavelica. Años
Explotación de Oro en En las zonas subandina y amazónica del país existen reportes de que los españoles
la zona subandina y encontraban Oro en su forma pura dentro el lecho del río, es decir recuperaban pepitas de
amazónica en Bolivia color plomo (color del Oro cuando se oxida por acción del agua), de aproximadamente 460g
(expediciones realizadas en 1826 por el ingeniero de minas Pentland) (Galaor et al., 1998;
Serrano, 2004). En 1930, comenzaron las explotaciones auríferas en la región amazónica del
Madre de Dios y del Beni (García, 1982) a raíz de la buena cotización del precio internacional
del Oro (García, 1982). Por medio del empresario minero Carlos Victor Aramayo, la explotación
del Oro comenzó en el 1936 en la región del río Tipuani, más tarde se extendió a los ríos Mapiri
y Kaka (tributarios del río Beni) (Serrano, 2004). En dicha región, en la década de los cincuenta,
se reportó aproximadamente 500 cooperativas mineras y más de 60 000 personas dedicadas
a la actividad minera del Oro (Maurice-Bourgoin et al., 1999).
La amalgamación de Oro con Mercurio, se desarrolló fuertemente en la década de los 70
y 80, época conocida como la “fiebre del Oro” (Galeano, 1991; Nriagu et al., 1992; Lacerda,
1997b; Roulet, 2001; Maurice-Bourgoin, 2001). La actividad se realizaba principalmente, en los
márgenes de la Cordillera Oriental y en la llanura amazónica, en los países de Bolivia (Maurice-
Bourgoin, 2001), Brasil (Veiga & Meech, 1995; Roulet et al., 1999), Colombia y Ecuador, así como
en Venezuela (Meech et al., 1998), Guayana Francesa (Boudou et al., 2006), Guyana y Surinam
(Miller et al., 2003). En la región de Tipuani en Bolivia, durante esa época la empresa minera
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Mercurio en Bolivia: Línea base de usos, emisiones y contaminación
consolidada, Aramayo S.A., construyó una pista de avión para el traslado directo del Oro hacia
los Estados Unidos, sin fiscalizaciones y restricciones del gobierno boliviano (Ortega, 2007).
Fisher (1977) y Veiga & Meech (1995) presentaron los primeros datos sobre estimación del
uso del Mercurio en las típicas actividades de recuperación de Oro, con una equivalencia de
3 Kg de Mercurio para obtener 1 Kg de Oro por el simple proceso de amalgamación y una
relación de 1 Kg por 1 Kg para la amalgamación después de un proceso de concentración.
Nriagu (1994) estimó que cerca al 10% del Mercurio empleado se perdía por el transporte
y/o almacenaje y entre el 25 y 30% permanecía entre los residuos sólidos no recuperados
(fuente continua de emisión) y entre el 60 a 65% se liberaría hacia la atmósfera durante el
proceso de calentamiento de la amalgama. Otros autores aseveran que el 80% del Mercurio
empleado en la amalgamación se emite a la atmósfera y el restante 20% ingresa a los cuerpos
de agua (Pfeiffer et al., 1993; Veiga & Meech, 1995). En resumen, se estima que para la región
amazónica libera al ambiente un promedio aproximado de más de 100 t de Mercurio al año
(Veiga & Meech, 1995; Lacerda, 1997b; Meech et al., 1998).
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