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ANTIGUO SISTEMA DE JUBILACIÓN (SISTEMA DE

REPARTO) Y

EL NUEVO SISTEMA DE JUBILACIÓN (SISTEMA DE


CAPITALIZACIÓN INDIVIDUAL)

INTRODUCCIÓN

Una jubilación es la acción de descansar después de largos años de trabajo y


generalmente con derecho a pensión, del cese de un funcionario civil en ejercicio de su
labor dentro de la empresa en la que prestaba servicios.

Por lo tanto un sistema de jubilación consiste en compensar la pérdida de ingresos


que se deriva del cese laboral, al beneficiario de la jubilación se le reconoce una
prestación económica que suele consistir en una renta mensual para un trabajador
pasivo. La prestación es vitalicia y sólo se extingue con la muerte del interesado. El
monto de la prestación puede basarse en diferentes criterios: por ejemplo, con el
criterio actuarial, se establece en relación a la cantidad y monto de las cotizaciones
realizadas; con un criterio de sustitución, se establece a partir de un determinado
porcentaje del monto de los ingresos durante la vida laboral.

En los sistemas jubilatorios públicos, para acceder a una jubilación es necesario


cumplir requisitos de edad (generalmente en torno a los 60-65 años) o acceder a una
jubilación anticipada por razones de invalidez. Por otro lado, en caso de tratarse de un
sistema contributivo, el acceso suele depender de haber cumplido con un mínimo de
años cotizados a la seguridad social.

En nuestro país existe un antiguo sistema de jubilación antiguo que es el sistema de


reparto la cual se trata de una capitalización global que fue reformada por un nuevo
sistema de jubilación que es el sistema de AFP´s que está dividida en dos AFP futuro y
AFP previsión la cual consiste en la capitalización individual.
ANTECEDENTES HISTORICOS

Es de conocimiento que en Bolivia aproximadamente en el siglo XX se concreta la


explotación minera con la aparición de grandes empresas mineras en donde se
requería grandes grupos de trabajadores. La naturaleza riesgosa de esta labor hace
que surja los sindicatos además de la intervención del estado debido a que la minería
era la principal fuente de ingreso económico del país, por esta razón obligo a las
empresas a precautelar la salud de los trabajadores. De esta forma surge un sistema
incipiente de jubilaciones para los trabajadores, se impone a través de disposiciones
legales, la obligación de la presencia de médicos y farmacias en los centros de trabajo.
Se regula sobre accidentes de trabajo, enfermedades profesionales, ahorro obrero
obligatorio que podía ser retirado en caso de vejez, paro forzoso, invalidez, viajes al
extranjero y muerte de trabajador.

Posteriormente se implementan otros beneficios sociales como la indemnización por


años de servicio y desahucio por retiro intempestivo.

Como conclusión de esta primera etapa histórica se crea el Ministerio de Trabajo, la


Caja de Seguro y Ahorros, las Cajas Autónomas de Jubilaciones para empleados
públicos de educación y comunicaciones.

Las Leyes del 9 de Abril y 23 de Diciembre de 1949 sobre riesgos profesionales y


comunes garantizan al trabajador y su familia de todos (los riegos que impliquen
disminución o pérdida de ganancias imputables o no al trabajo que supera la
consideración individual de riesgos, esta ley constituye el origen de la Seguridad Social
Boliviana. Por lo tanto hace 62 años se inicia la Seguridad Social en Bolivia como un
conjunto organizado sistematizado y estructurado con principios asentada en los
preceptos contenidos en la Constitución Política del Estado como los seguros sociales
integrales de carácter obligatorio así como las asignaciones familiares en la Ley
General del Trabajo y la Política de Asistencia Pública

Mediante la Ley N° 1732 (Ley de Pensiones) ha sido promulgado el 29 de Noviembre


de 1996 en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, dentro la política/económica
de capitalización y privatización que ha significado la liquidación del sistema de
Seguridad Social Boliviana y la instauración de un nuevo sistema de seguridad social
obligatorio de Capitalización Individual.

SISTEME DE REPARTO
Se denomina reparto a un sistema de seguro solidario para la vejez que consiste en la
capitalización global, el sistema de reparto se organiza sobre la base de un aporte
obligatorio realizado por los trabajadores en actividad, con el que se forma un fondo
para atender las pensiones y jubilaciones de los trabajadores retirados.

Como estrategia para prevenir la incapacidad laboral que produce la vejez, el sistema
se distingue del régimen de capitalización individual, en el hecho de que mientras el
primero está organizado a partir por un mecanismo de solidaridad, el sistema de
capitalización está apoyado en un mecanismo de ahorro exclusivamente individual.

Por otra parte, los sistemas de reparto se caracterizan por tener cotizaciones
indefinidas y beneficios definidos. Es decir, el monto de la pensión se relaciona con las
características de la Caja de Previsión a la que se pertenecen y con el cumplimiento de
ciertos requisitos que dan derecho a una pensión previamente definida.

El sistema antiguo régimen de reparto se dividía en dos: en el régimen básico y en el


régimen complementario. En el régimen básico había los siguientes aportes sobre el
total ganado del trabajador: laboral (2,5 %), estatal (1,5 %) y patronal (4,5%); en el
complementario, sólo había un aporte laboral de 6,32%.

El régimen básico pagaba el 30% de la renta de jubilación y el complementario el 40%


del total ganado de quien había aportado 180 cotizaciones o por 15 años. Por cada año
adicional y hasta llegar a un máximo de 25 años, el régimen básico añadía el 1% y el
complementario el 2% hasta que se llegaba entre ambos pagos a una jubilación de
100% del total ganado. Si el tiempo de trabajo superaba los 25 años, el monto pagado
del 100 por ciento no se modificaba.

El aporte estatal del 1,5 al régimen básico no se cumplió y, durante los 40 años que
duró el sistema de reparto, la deuda estatal bordeó los 3.000 millones de dólares.

Más allá de que este sistema se creó para amparar a los trabajadores bolivianos, la
ausencia de solidos mecanismos financieros y la supervisión ha sido la causa final del
fracaso del sistema de reparto.

Contribuyó asimismo a una quiebra relativamente temprana del sistema la falta de


reglamentos que evitaran la discrecionalidad, el fraude, el engaño y el desfalco de
dineros ajenos, así como la debilidad de los medios de coerción y sanción para
corregir o penalizar estas faltas.
Algunas de ellas fueron los desvíos de fondos del régimen de largo plazo al de corto
plazo, las disminuciones de las tasas de cotización sin los debidos estudios actuariales,
y la subcotización que consistía en aportar mensualmente sobre un salario bajo,
durante la vida activa para luego sobrecotizar durante los dos últimos años exigidos
para el cálculo del salario base.

Además, el sistema de reparto sufrió las consecuencias de la hiperinflación de la


década de los años 80 y de la bolivianización de depósitos que la acompañó. Ambos
factores hicieron desaparecer el dinero que los 37 fondos complementarios del régimen
complementario con aportes sólo del trabajador tenían en los bancos como depósitos a
plazo fijo (DPF) por 500 millones de dólares, que representaban el 50% de las
captaciones bancarias. Esos recursos quedaron reducidos a una décima parte (unos 50
millones de dólares).

Uno ejemplo de cuanto percibía de renta un trabajador con el sistema de reparto


dependía del tiempo de cotización. En caso de que haya aportado por los 15 años
correspondía el 70% del total ganado y el 100% por 25 años de aportes. Pero el
sistema tenía un máximo de 4.000 bolivianos más el 40 por ciento del excedente con
respecto al total ganado. Es decir, si una persona ganaba 10.000 bolivianos, percibía
4.000 más el 40 por ciento de 6.000 o sea 2.400 bolivianos, por lo cual la pensión de
vejez llegaba a 6.400 bolivianos.

SISTEMA DE CAPITALIZACIÓN INDIVIDUAL


(SISTEMA DE AFP)
Este nuevo sistema se basa en el ahorro personal de cada trabajador para lograr una
pensión o renta de vejez es decir que el sistema de capitalización individual obligatoria
consiste en que todos los trabajadores deben depositar cada mes un porcentaje de su
sueldo o ingreso en una cuenta personal en una Administradora de Fondos de
Pensiones (AFP). Con el objetivo de financiar la pensión futura que recibirá la persona
en la etapa de retiro. El ahorro previsional se realiza mediante la cotización o depósito
en una cuenta de AFP de un monto equivalente al 10% de la remuneración o renta
imponible del trabajador, más otro porcentaje que corresponde a la comisión que cobra
la AFP por gestionar esa cuenta y un porcentaje adicional para acceder al Seguro de
Invalidez y Sobrevivencia.

Capitalización individual es sinónimo de ahorro obligado y su principal objetivo es


elevar el ahorro interno, no sólo para la obtención de una rentabilidad adecuada y
máximo seguridad, sino para invertir en el sector productivo

El sistema de AFP entrega pensiones de tres tipos: de vejez, invalidez y de


sobrevivencia, los montos que debieran percibir depende de los fondos que cada
persona haya acumulado a lo largo de su vida laboral.

El trabajador activo o empleado aportaba lo siguiente sobre el total ganado: el 10 por


ciento para la pensión de vejez; el 1,71 por ciento para la prima (costo) de un seguro de
riesgo común –cubre al aportante de enfermedades y accidentes que no tengan origen
laboral-; el 0,5 por ciento por comisión de administración de las AFP.

APORTES A FUTURO AFP DE LOS TRABAJADORES DEPENDIENTES:

Si su Ingreso Cotizable declarado es superior a Bs 13,000 debe aportar al Fondo


Solidario, en los porcentajes que correspondan:
APORTES A FUTURO AFP DE LOS TRABAJADORES INDEPENDIENTES:

Si su Ingreso Cotizable declarado es superior a Bs 13,000 debe aportar al Fondo


Solidario, en los porcentajes que correspondan:

De acuerdo con este esquema cada trabajador contribuye con un determinado


porcentaje de su salario a una cuenta de ahorro individual, que es completada por el
patrón con un aporte similar

Para una persona que no aportó al anterior sistema de reparto, la pensión de vejez se
obtiene de la suma de sus cotizaciones mensuales de 10 por ciento más la rentabilidad
o ganancia que obtiene la AFP por sus inversiones en títulos-valores. Se estimaba que
se podía financiar una pensión igual al 70 por ciento del total ganado en un periodo de
30 años.

Para las personas que aportaron al anterior sistema de reparto, conocidas como las de
la “generación sándwich” (entre el viejo y el nuevo sistemas), se instituyó la
Compensación de Cotizaciones para reconocer una fracción del derecho al pago de
una renta en el sistema de reparto. La pensión de vejez se compone, en este caso, de
la compensación de cotizaciones más una fracción de saldo acumulado en la AFP o
una parte de lo que se ahorró en la cuenta individual.

De acuerdo con las normas vigentes, en Bolivia la edad de jubilación es de 55 años


para los hombres y de 50 para las mujeres y luego de haber realizado 180 cotizaciones
(15 años de trabajo) durante su vida laboral.

Si una persona gana 4.000 a cuánto ascenderá la pensión de vejez y de otra que gana
10.000 bolivianos
La persona después de 35 años de aporte, que gana 4.000 bolivianos puede recibir
una pensión de vejez conformada por su Compensación de Cotizaciones de 1.200, la
fracción de saldo acumulado de la AFP de 200 bolivianos y ahora una fracción solidaria
1.400, con lo cual percibirá 2.800 bolivianos; así llega al 70% del total ganado en los
últimos 24 meses de su vida laboral.

En el caso del que percibe un sueldo de 10.000 bolivianos, recibe una Compensación
de Cotizaciones de 3.000, una fracción de saldo acumulado de la AFP de 500 y 0% o
nada de fracción solidaria, porque su salario es superior a 4.000.

ANÁLISIS COMPARATIVO DEL SISTEMA ANTIGUO Y EL


NUEVO SISTEMA DE JUBILACIÓN
Al principio el nuevo sistema causo disconformidad por el monto de la pensión en este
sistema, en particular para la “generación sándwich”, es bajo. Y es tan bajo que no
llega a cumplir la definición de pensión de vejez. La Compensación Cotizable
disminuyó el derecho de una pensión de vejez al 100% por 25 años de aportes, en el
sistema de reparto, a un 70% por un similar periodo de aportes en el sistema de
capitalización o cuenta individual.

Una de las principales diferencias es que el sistema de reparto está basado en la


capitalización global este consistía en que todas las cotizaciones de los trabajadores
activos y los aportes del Estado iban a un fondo común, y dicho dinero se utilizaba para
pagar las pensiones a los trabajadores pasivos es decir, a los jubilados, los montos de
las pensiones que recibía cada persona no dependían del dinero que ésta hubiese
aportado durante su vida laboral activa, sino que se relacionaban con la caja de
previsión a la que perteneciera. Mientras que el nuevo sistema tiene como base la
capitalización individual o cuenta individual es decir cada persona hace sus aportes
para si mismo a las AFP, y el monto que reciben de renta está de acuerdo a lo que
aportaron durante el periodo laboral.

Otra de las diferencias entre el sistema de capitalización individual obligatoria en una


AFP y el sistema de reparto es la forma de financiamiento de las pensiones.

En el sistema de reparto las imposiciones que realizan los trabajadores activos y el


Estado van a un fondo común con el cual se financia la pensión de cada persona.

En el sistema de capitalización individual obligatoria cada afiliado tiene una cuenta


donde se depositan sus cotizaciones previsionales, las cuales son invertidas por las
AFP para obtener rentabilidad. Al término de la vida laboral activa, ese capital (el ahorro
previsional más las ganancias obtenidas) es devuelto al afiliado o a sus beneficiarios
sobrevivientes como una pensión.

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