Anda di halaman 1dari 12

Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Filosofía y Letras

Por una interpretación no canónica de Heráclito

Romero Vazquez Andrés

6 de diciembre del 2018


Introducción

Abstract

Se revisarán a lo largo del escrito, argumentos de distintas lecturas de los


fragmentos de Heráclito, empezando con la lectura de John Burnet,
consecuentemente con la de Werner Jaeger, finalmente con una lectura distinta
que da un significado distinto respecto al “canónico” del filósofo de Éfeso.

El ensayo presente, consiste en un recuento de dos interpretaciones “canónicas” de los


fragmentos y la filosofía de Heráclito de Éfeso, la primera a tratar será la de John Burnet y
la segunda de Werner Jaeger. Después de exponerlas de la manera más clara posible se dará
una interpretación de los fragmentos con una determinada forma de entender al viejo de
Éfeso.

Se busca plantear una interpretación no canónica que armonice y explique mejor a


Heráclito sin que tenga tantas complicaciones, como que es un filósofo naturalista cuyo
principio material es el fuego, o el contrario de otro gran filósofo que es Parménides. No hay
un argumento que señale la ineficiencia o error de las otras dos interpretaciones, al contrario
probablemente sean más pertinentes y correctas, sino que como la mayor parte de la obra
humana, existen errores, e incluso en la “nueva” propuesta que se da, ya que seguramente
alguien con mayor ansia y redacción la haya dicho, es una vía de conocimiento tal como dice
el mismo Heráclito, solo es un camino que puede llevar o no a ser virtuoso, cosa que la dudo
mucho.

Al principio será Burnet con su lectura, donde afirma que hay una tensión entre los
contrarios y está es el motor del universo siempre cambiante, la segunda que corresponde a
Jaeger será por medio de un Logos entendido como palabra o razón que es el que nos guia a
formar un mundo coherente y pertenecer al dominio común de los dormidos sea el mismo
cosmos. Por último, se da una definición distinta de logos y a partir de ello se interpretan
ciertos fragmentos y afirman cosas tales que todos estamos mayormente dormidos y
solamente pocos y en pocos momentos despiertos.
LAS INTERPRETACIONES CANÓNICAS DE HERÁCLITO Y POR
UNA INTERPRETACIÓN NO CANÓNICA.

Lectura de John Burnet

Empezando con el primero de los interpretes de Heráclito que se revisarán a lo largo


del escrito, John Burnet (1863 – 1928) filólogo clásico escocés da una interpretación del
Éfeso y sus fragmentos que se conocen. En su lectura propone que hay unidad de los
contrarios, que convierte en armonía la lucha que se lleva a cabo entre ellos.

Heráclito sostiene que lo uno y su misma unidad reside en la lucha de los opuestos,
en esta tensión que está presente en todo el cosmos hay una sustancia que fluye y siempre
cambia, la unidad y la multiplicidad se unen en está lucha, siempre en movimiento coeternos
e idénticos, tal como el fuego cuya vitalidad es igual a la sustancia del cosmos.

Las cosas están entonces en un constante devenir donde regresan a ser otras, como la
tierra vuelve al agua y al evaporarse está al cielo. Sin embargo, el cosmos se conserva
siempre, revisando el fragmento de Heráclito dice:

A este mundo, el mismo para todos, ninguno de los dioses ni de los hombres lo ha
hecho, sino que existió siempre, existe y existirá en tanto fuego siempre vivo,
encendiéndose con medida y con medida apagándose1.

Esto nos dice que siempre hay cambios según medidas, y si es el caso que hay una
especie de desequilibrio hay un limite para tales, al haber una medida hay un orden donde las
consecuencias de la tensión de los opuestos. Hay evidentemente un movimiento en el cosmos,
la tensión entre los contrarios es el motor de esto, el cosmos está vivo por está razón, no hay
nada que permanezca inmóvil, por ello las cosas tienen cambios hacia el devenir y el
nacimiento todos con un orden en tanto a cuanto cambian.

La eliminación de esta tensión es imposible, ya que eliminarla significaría una muerte


universal, donde nada tiene movimiento y no es posible que las cosas cambien y devengan.

1
DK 22, B 30.
Heráclito, sostiene Burnet, declara eterno al cosmos, y por eso debe haber una permanencia
constante de la tensión entre los contarios2. Un instante que destruya la sustancia del cosmos
haría imposible el nacimiento de un nuevo mundo.

Está tensión de la que se habla es la misma naturaleza de todas las cosas, es la armonía
oculta del universo, A la naturaleza le place ocultarse3. La guerra aquí reina a todo el cosmos,
sin estos contrastes que produce no habría vida ni armonía, los opuestos son los dos caminos
de toda la realidad que no pueden existir uno sin el otro, y la realidad misma sin ellos.

Burnet sigue que Heráclito tiene a la lucha entre todo como ley divina eterna4 y si es
supuesto como algo divino por consiguiente es justo, ¿Cómo es que algo divino pueda ser
injusto? La armonía de la tensión se unifica y coinciden con la divinidad. Lo divino solo es
aquello que unifica todo, es la unidad universal que es posible solo con la armonía de los
opuestos, está es la única sabiduría, y debido a que los seres pertenecen al mismo cosmos, es
común para todos los seres, quien contempla la ley divina es sabio.

La lectura que hace Burnet es enfocada a la naturaleza de las cosas, como se dijo al
comienzo, descubre que existe una armonía entre todas las cosas contrarias que produce una
tensión en el cosmos que lo hace moverse, y cambiar todo en tanto una cierta medida es decir
un orden. Lo divino es aquello que unifica a los contrarios en su tensión, es la unidad
universal y lo múltiple que son todas las cosas en constante tensión se convierten en uno y lo
mismo, lo uno y lo múltiple son idénticos.

Hay una correlación entre estos dos principios, no es posible el mundo sin que uno exista
y el otro no, es necesario para que el mismo cosmos sea.

El hombre y todos los demás seres son parte de esto, tal como el día y la noche, el hombre
cambia, uno puede entender y ser sabio verdaderamente contemplando estos cambios,
entendiendo las explicaciones del cosmos para llevarlo a cada uno, un microcosmos, dándose
cuenta que las leyes humanas son copias imperfectas de lo único y eterno, el macrocosmos.

2
Rodolfo Mondolfo, Heráclito. Textos y problemas de su interpretación, p. 57
3
DK 22, B 123
4
Rodolfo Mondolfo, op. cit., p. 57
Burnet sostiene su idea como si fuera la naturaleza misma, y que, para Heráclito, escogió
el fuego como principio y causa de todas las cosas, poniendo el Éfeso como un filosofo
naturalista que buscaba por medio de causas naturales encontrar la causa de todas las cosas.
Sin embargo, esto no es de manera tan absoluta como otros interpretes lo ponen, sino que da
crédito a una razón que es natural, pero es invisible para el hombre. Burnet no deja tan
claramente como el hombre pueda ver la ley divina ni por cual medio.

Lectura de Werner Jaeger

Werner Jaeger (1888 – 1961) también como Burnet, filólogo clásico, da una lectura
distinta en algunos aspectos a la de Burnet. Jaeger dice que no debe considerarse a Heráclito
un filósofo naturalista, cuyo fuego pueda significar una teoría física5. Ciertamente se halla
bajo una influencia naturalista que pone al cosmos como totalidad, del ciclo del devenir que
se manifiesta en la permanencia del ser6.

Al igual que Burnet, Jaeger dice que se busca mostrar una unión de todas las fuerzas
de la naturaleza en los hombres. La diferencia entre la tensión de los contrarios que es el
responsable de que el cosmos no perezca, además dice que los hombres son los instrumentos
de poder más alto y este poder vive también en ellos7, quiere decir que el conocimiento de
esto no se logra a partir de hechos exteriores, sino mediante la investigación de sí mismo, tal
como dice Heráclito al sentenciar “Me investigué a mí mismo”8.

Uno puede contemplar la ley divina sin necesidad de verla por medio de los sentidos,
cosa que no quedo totalmente explicada por Burnet, sino que, tal como somos parte de esa
ley, en el conocimiento mismo de cada uno, se entienda la sustancia del cosmos y así ser
verdaderamente sabio. La investigación no se debe realizar en la particular individualidad
del ser, sino en relación de uno mismo con el logos universal. Jaeger en contraparte a Burnet,
la razón de todo el cosmos es el logos mismo.

Heráclito dice: “Los límites del alma no los hallarás andando, cualquiera sea el camino que
recorras; tan profundo es su fundamento”9 la palabra fundamento debe ser cambiada y

5
Ibid., p. 66
6
Idem
7
Idem
8
DK 22, B 101.
9
DK 22, B 45.
entendida por logos, el logos es la esfera total de lo humano y de lo cósmico, de él procede
la palabra y la acción del hombre.

La vida en el conocimiento del logos debe adquirir una dirección. Jaeger dice
refiriéndose al fragmento “Para los despiertos hay un mundo Único y común, mientras que
cada uno de los que, duermen se vuelve hacia uno particular”10, que hay que despertarlos a
la conciencia del logos que es común para todos, no existe un logos privado e individual,
todos los seres son comunes a él a la palabra y la acción, es decir que la inteligencia es común
a todos, el logos además incluye en el acto pensar o reflexionar. Se traza a partir de esto una
concepción del mundo coherente y actuar conscientemente, el estar despierto.

Al igual que Burnet, en Heráclito hay una ley divina que, a diferencia del anterior, se
comprende y se contempla por medio del logos, esencia del sentido del cosmos que lo penetra
como vida y pensamiento. La presencia del logos en el hombre le da un carácter de ser
cósmico, que sería el microcosmos de cada hombre y por el cual se explican las cosas
externas como las de unos mismo.

Se sigue sosteniendo la doctrina de los contrarios y la unidad del todo. La


interpretación de Jaeger es que la lucha es generadora de todas las cosas, y es Dike ella misma
unidad y armonía11. El hombre forma parte del cosmos y es sometido a su ley, la inherencia
de la ley divina con respecto del espíritu, el hombre puede llegar a ser poseedor de la más
alta sabiduría, ser consiente de ser miembro de la comunidad del cosmos, comprendiendo en
sí a las leyes del hombre.

Está unificación del alma humana y del cosmos, unifica al mismo tiempo la ley
cósmica con la ley humana, fundada en la norma del mundo la norma de vida del hombre.
No hay una subyugación de las leyes humanas con respecto de las cósmicas, sino que en estas
mismas reside la ley cósmica, aquí hay una armonía mayor del microcosmos de cada hombre
con respecto del macrocosmos.

Por medio de un entendimiento del logos es que vemos a la naturaleza de todas las
cosas, donde aquel que posea ese conocimiento, debe despertar a los demás para que sigan

10
Ibid., p. 67
11
Idem
sus vidas con este aprendizaje, estar instruidos en el verdadero juicio de como todas las cosas
se fundan a través de todas las cosas.

Por una interpretación no canónica

Después de repasar estas dos interpretaciones que se le da a Heráclito de Éfeso, se puede


ver que las diferencias entre una y otra son un tanto marcadas, como la forma en que uno
obtiene la sabiduría, y el macrocosmos y el microcosmos. Pareciera que Burnet nos da una
lectura en parte dinámica tanto de las cosas y el hombre, donde siempre hay cambios y nada
permanece, donde todas las cosas están en un constante devenir y nacimiento. Jaeger se va
por el logos por estar inserto en todo, ley que le da orden al mundo y puede comprenderse en
la mente humana y ser común a todos, es una fuerza racional que le da coherencia al mundo.

Se dará una lectura diferente a la de estos grandes filólogos, a expensas de pocas


diferencias, pero con una llave que da un significado diferente. Empezaremos definiendo está
llave el logos, se seguirá por un sentido más a favor de Jaeger que de Burnet, debido a que el
primero fue capaz de explicar acerca de la sabiduría y la investigación propia respecto del
segundo.

El logos es fundamento, principio, razón, palabra o lenguaje, tiente tantos significados


literales que es complicada la definición y traducción parcial, sin embargo, si es definido
como dialéctico o dialéctica. Dia es diferenciación o, a través y lektikos que sería relativo al
decir o capaz de hablar. Logos es aquello que atraviesa y diferencia al mismo tiempo que
reúne. Lego es sería un re-coger, re-unir, existe también una noción implícita de contar, tener
un orden o medida y cultivar, que se refiere al cuidado, un cuidado del logos.

Al igual que Jaeger, el logos atraviesa en la física, lo absoluto o la naturaleza,


diferenciándola y reuniéndola al mismo tiempo, es fundamento inmanente en las cosas que
las atraviesa. Esto es lo que permanece en las cosas y al momento de reunilas darles un orden.
Al ser algo inmanente al cosmos es la razón de ser de las cosas. A diferencia del filólogo
germano-estadounidense, se da una definición del logos no solamente como palabra o razón,
pero que igualmente en el cultivo del mismo se puede llegar a la virtud y verdadera sabiduría.

El logos forma tanto al cosmos y al ser humano, recordando a los dormidos y los
despiertos, estar despierto es “lo que es”, el cosmos es este estar despierto, el ser humano
puede estar despierto “escuchando” al cosmos, “lo que es” y así “ser”, o puede estar dormido,
ser “sordo” y no escuchar al cosmos, ignorándolo y siendo un “no ser”.

Recordando el fragmento de Heráclito, “La naturaleza ama ocultarse”12, se afirma que


se oculta de los ojos de los hombres, esto es un claro límite humano, no podemos ver un
objeto completo, la naturaleza cambia, es un todo uno, lo que le queda al hombre es el logos
para poder entenderla.

Es claro que existe un límite humano, y debido a esto no podemos percibir lo perfecto,
es decir el cosmos mismo “que es” a diferencia de Burnet y de Jaeger que, si se podía llegar
a esto, para ser “lo que es” se requiere de “lo que no eres”. Si la naturaleza ama ocultarse, el
hombre debe des-ocultarla por medio del logos. Al ser nosotros parte del cosmos poseemos
el logos de “ser” y “no ser” del “despierto” y el “dormido” y el logos del cosmos que es
perfecto, pero que nosotros nunca podremos llegar a la perfección.

Investigarse a uno mismo, no es más que investigar el cosmos, debido a que formo
parte de él, también investigo a lo absoluto. En el fragmento que dice: “Cuando se escucha,
no a mí, sino a la Razón, es sabio convenir en que todas las cosas son una”13, es que a través
de la palabra escuche al logos, que la palabra sea una especie de intermediario, los sentidos
son para los seres humanos los canales primarios de comunicación con el logos.

En el cosmos se hallan todos los entes, donde individualmente no son entes, sino por
los demás entes es que son entes, existe una comunidad en lo absoluto y perfecto, no puede
haber en el cosmos una privación de cada ente, por lo que no existe un logos particular. Cada
hombre como ente, a través de experiencias que se tiene de los demás, puede tener un orden,
a través de la intuición puedo ver el todo y a su vez el uno. Así yo formo a el todo y al mismo
tiempo estoy formando parte del todo. Ser uno mismo con el todo.

Recordando el fragmento donde el mundo se apaga con medida y se enciende con


medida14, Hay un cambio según una medida, es decir hay un cambio en tanto un orden, los

12
DK 22, B 123.
13
DK 22, B 50
14
Vid. Supra, p. 3
cambios que se dan en el cosmos son ordenados, por una manera de cuantificación y la
contemplación, entendiéndose por el logos, teniendo al fuego como una metáfora.

“Aunque esta razón existe siempre, los hombres se toman incapaces de comprenderla,
tanto antes de oírla como una vez que la han oído”15, el Éfeso nos quiere decir con esto que
el hombre pasa de formar parte del logos y se desliza de él por medio del logos de un dormido.
Si el hombre se torna incapaz de comprenderlo es que al nacer se es parte de la naturaleza o
mejor dicho physis, y con el paso del tiempo es que sucede esto.

Se es parte del cosmos, al momento que uno nace formamos parte de la armonía del
cosmos, y con el tiempo se aparta de esto, pero se puede volver a formar parte del cosmos
mismo, pero solamente por momentos. Eso ocurre cuando somos virtuosos que significa
actuar de la misma forma que la physis.

Al escuchar las palabras de Heráclito, me dice algo más allá de las palabras mismas,
el logos que aprendo por medio de lo que me dicen a través de un medio, yo tengo que
aprender a escucharlo en los distintos sonidos que se me presenta y así saber lo que me dice
a través de las cosas, que es el logos mismo. Pero el logos también se reproduce en mí, no es
algo privado, es algo común, “Por lo cual es necesario seguir a lo común; pero, aunque la
razón es común, la mayoría viven como si tuvieran una inteligencia particular”16.

Cuando comienzo a distinguir el todo, diferencio y conjugo las cosas, gracias a la


palabra es que llevo acabo el acto de diferenciar, pero con el logos regreso a la unidad del
todo. Uno por medio de los sentidos no se percibe el todo, el logos es una diferenciación
lingüística de los sentidos, por medio de la intuición es que puedo aprender el todo.

Si es que no puedo entenderlo por una vía puedo hacerlo por otras, siempre buscando
aquello que sea verdad, está que se presentan en las mismas cosas, la physis tiene su propia
razón de ser, nosotros no le damos una coherencia al mundo, el deber de cada hombre es
seguir esa misma physis, persiguiendo las huellas de su ser, y así encontrar la virtud de uno
mismo en ella.

15
DK 22, B 1.
16
DK 22, B 2.
El hombre es un microcosmos, reiteradamente se ha dicho esto, debido a su
pertenencia al cosmos mismo, pero a diferencia de los otros, no puede ocultarse de la verdad,
la verdad es siempre manifiesto, donde depende de cada uno seguirla.

Queda claro que podemos aproximarnos al logos , pero nunca tocarlo, pero si llego a
tocarlo al menos por un instante, me quito de todos los prejuicios y así pueda ver la armonía
invisible, la belleza y verdad tal como son, todos somos despiertos y dormidos, y vivimos la
mayoría del tiempo dormidos, no existen dos mundo como se interpreta canónicamente, el
de unos despiertos y el de otro de dormidos, eso seria individualizar y generar individuos,
solo por momentos es que somos despiertos y vemos y formamos el mundo, pero también
dormidos es que hacemos mundo, es la gran diferencia que existe con respecto de Burnet y
Jaeger.

Tanto dormidos como despiertos pensamos, no podemos no pensar, solamente es que


hay distintos modos de pensar y en el pesar está inserto el logos. Común para todos es el
pensar, no podemos no conocernos, naturalmente el hombre se investiga así mismo, con
respecto de su mundo, formándose mejor debido a que el mundo ya está formado y el forma
parte de él siendo idéntico, lo único y lo múltiple son lo mismo.

El hombre no da razón de “ser” a las cosas, estas ya tienen su propia razón de ser, el
hombre permite mostrarse al “ser” y como son ante el “ser”, como son ante uno mismo.
Gracias a la intuición podemos emparejarnos con la verdad de las cosas, contemplando todo
a mi alrededor es que me complemento a mí mismo, diferenciándome de ellos y al mismo
tiempo complementándome a mí mismo con el acto de los otros, un conocerse en el acto de
los demás.

No importa el camino que recorramos, el contemplar es un recorrer, es una actividad


y al llevarla acabo nos hacemos, nos estamos transformando para adquirir formas distintas,
tal como el mismo cosmos cambia, uniéndose y diferenciándose todo el tiempo, el hombre
corresponde con el mismo dinamismo de la physis, podemos si es que por momentos ver la
suprema verdad y la suprema sabiduría, habar y obrar conforme a la naturaleza, la palabra
nos forma, y haciendo y obrando conforme a esto se es verdaderamente virtuoso. Solo unas
cuantas veces, sin ser algo continuo y esto lo hago caminando y andando sin importar el
camino que cada uno recorra.
Conclusión

Sea cual sea la interpretación de Heráclito por la que el lector tenga mayor
predilección, está interpretación no canónica, sirve para ver que, leyendo sus textos con el
logos para entenderlo, da una forma de virtud que pareciera efímera, pero al igual que la vida
misma, como decía Protágoras, es que el casi imposible llegar a entender aquello que es
divino.

Está lectura no contrapone a Heráclito con Parménides, como comúnmente se cree,


sino que en los dos, el hombre llega solamente a emparejarse con la verdad, pero nunca a
entenderla totalmente, y por medio de distintivos caminos es que se llega a esto, existe una
obligación en los dos de entender y comunicar esto, uno gracias a las palabras de la diosa, y
otro gracias a la misma divinidad de cada cosas del mundo, atravesándolas para así llegar a
el fin natural del hombre.

Burnet llega a decir que la sabiduría se logra contemplando la ley divina de las cosas,
la tensión armoniosa invisible que rige a todo el cosmos, Jaeger gracias a un logos enfocado
más en la razón y el intelecto, despertar del mundo de los dormidos para formar parte de un
mundo más común que ese, organizando un sistema para que el mundo sea coherente.

Definitivamente creo que el hombre no pueda llegar a tanto, sino que como al igual
que el momento en el que cae un rayo incandescente, a pesar de tan poco tiempo de duración
y presentación para el ojo humano, en ese pequeño segundo se vea totalmente la verdad y la
naturaleza de las cosas, la belleza en sí misma y verdad por sí misma, sin hacer nada con el
mundo más que viendo a través de él para conocer su razón de ser y recíprocamente la propia
de cada ente.

Tal fin y vida de cada hombre será digna, siguiendo siempre a uno mismo, y que
alcance cada uno la virtud por la vía que se le presente el logos, y por una última vez formar
parte del cosmos perfecto y eterno del que nos habíamos separado.
Bibliografía

EGGERS Lan, Conrado; Juliá, Victoria E., Los filósofos presocráticos I, Gredos, Madrid,
1981. 548 pp.

MONDOLFO, Rodolfo. Heráclito. Textos y problemas de su interpretación. Trad. y prol de


Risieri Frondizi y Oberdan Caletti. Siglo XXI editores, México, 2015. 394 pp.

Anda mungkin juga menyukai