Germinación de semillas
Conseguir germinar semillas de ciruelo es un proceso que lleva varios pasos,
pero no es tan sencillo como podríamos obtener un pimiento, un olivo o una
palmera, todo queda dicho. Obteniendo los frutos en verano, los despulpamos
y dejamos secar la semilla, eliminando el agua que queda por contacto con la
carne del fruto.
Podemos estratificar las semillas introduciéndolas en turba húmeda durante 4
meses (de media) a una temperatura de 5 ºC. Esta temperatura es la que
tendremos en el frigorífico, por lo que no tendremos mayores problemas.
Lo ideal es empezar este proceso en otoño, ya sea a finales de octubre o
principios de noviembre. Con esto y los 4 meses que quedan de estratificación
llegaremos a poder germinar el fruto en primavera, cuando las temperaturas
nos respeten.
Cuando ya hayan pasado los 4 meses, podemos empezar a sembrar, ya sea
en cajones de madera, recipientes, macetas, etc. La mezcla ideal de
sustrato es mitad turba y mitad arena, a una temperatura media de 20 ºC.
Con esto, si lo hemos hecho bien, tendremos algunas plántulas
naciendo. Otras, tendrán que esperar al año que viene.
OTRO:
Instrucciones
1.-Extrae el carozo de la ciruela y sácale la pulpa que le haya quedado. Lávalo
con agua templada y frótalo con un cepillo de cerdas suaves. Mezcla partes
iguales de turba y vermiculita y llena con ellas una bolsa plástica para
almacenamiento que pueda volver a cerrarse herméticamente. Riega la mezcla
para humedecerla, pero no al punto de empaparla.
La fruta resultante de este ciruelo puede ser muy diferente a la fruta original y
puede que no sea comestible; sin embargo, existe la posibilidad de obtener una
interesante variedad comestible. Haz una prueba de sabor para determinar si la
fruta puede comerse.