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¿Qué es un Desastre Natural?

Un desastre natural es cualquier evento catastrófico causado por la naturaleza, estos


realmente afectan a las personas de todo el mundo tienden a ser más intensos a medida que
pasan los años, como por ejemplo la frecuencia de los terremotos, mega tormentas y olas de
calor han aumentado considerablemente en las últimas décadas.
¿Cuáles son las causas de los desastres Naturales?
Las principales causas que dan origen a los desastres naturales es el cambio en las placas
tectónicas y el cambio en el clima, es decir, los cambios mismos de la naturaleza, pero las
actividades antinaturales que tiene el hombre en su desarrollo tanto como individuo como
sociedad también han traído que el clima cambie, pero de una manera descontrolada. Algunos
de estos tenemos: la contaminación del medio ambiente, calentamiento global, efecto
invernadero, la explotación errónea e irracional de los recursos naturales renovables como
los bosques y el suelo y no renovables como los minerales, la construcción de viviendas y
edificaciones en zonas de alto riesgo.
Cada desastre ocurrido produce efectos perdurables, muchas vidas humanas se pierden, los
daños son incontables sobre todo para las personas que viven en zonas de alto riesgo.
COMO NOS AFECTA O BENEFICIA LOS FENOMENOS NATURALES

Los fenómenos naturales nos afectan en diversas formas como se menciona a continuación:
biológicamente porque en el caso de las erupciones volcánicas los gases emitidos en las
mismas son nocivos para la salud del ser humano, económicamente por los destrozos a las
viviendas y comunidades son de gran impacto en la población y la falta de recursos es
eminente, emocionalmente por la pérdida de seres humanos.

Los fenómenos naturales realmente no tienen beneficios para el ser humano debido que son
desastres que están fuera del dominio del hombre.
Preparación ante Desastres Naturales
Artículos Periodísticos y de Revistas
Prensa Libre, Por Urias Gamarro
15 de Octubre de 2017
Cómo blindarse ante amenazas naturales

Los cuantiosos daños materiales causados por la lluvia de las últimas semanas en
Guatemala, por deslaves, inundaciones o desborde de ríos, de nuevo hacen pensar sobre la
importancia de blindarse y trasladar ese riesgo económico a otros. En el peor de los casos
se lamenta la pérdida de vidas humanas.
Cada invierno la lluvia causa estragos a los activos, ya sean particulares como las casas o
productivos, las empresas, cultivos o instalaciones.
Además de las intensas temporadas lluviosas, Guatemala es un país sísmico, y sus efectos
también son catastróficos. Un ejemplo de ello fueron los sismos que sacudieron a México
y que se sintieron en el país, en especial en San Marcos, por los que aún se evalúan las
pérdidas materiales.
Qué se ofrece
Enrique Murillo, director ejecutivo de la Asociación Guatemalteca de Instituciones de
Seguros (Agis), explicó que el mercado asegurador ofrece una gama de seguros y precios que
se ajustan a las necesidades del cliente, tanto individuales como corporativas.
Para una familia, afirmó, lo más recomendable es adquirir un seguro contra incendio para
vivienda, que cubre daños por inundaciones y terremotos, pero hay otros productos
disponibles para los clientes.
En el mercado, una prima para incendio puede tener un valor mínimo de Q1 mil 500
hasta Q100 mil, todo depende de qué es lo que se va a proteger financieramente.
La aseguradora G&T informó que el costo de una póliza de vivienda dependerá del valor
de la propiedad, ubicación y el tipo de construcción.
En el caso de los seguros a vehículos, los precios varían según el modelo y marca. Para los
automotores nuevos que son financiados es obligatoria la adquisición de una póliza.
Prensa Libre, Por Óscar Figueroa / Quiché
25 de Junio de 2015

Estudiantes efectúan simulacro de terremoto e incendio en establecimiento educativo

A iniciativa de la comandancia de Reservas Militares de Quiché y con la finalidad que maestros y


alumnos del nivel primario fortalezcan sus conocimientos de acciones a realizar durante un desastre
natural y así mitigar los riesgos, se llevó a cabo este jueves un simulacro de terremoto e incendio
estructural en las instalaciones del colegio San Francisco Javier, en la aldea El Carmen Chitatul, Santa
Cruz del Quiché.

En la simulación de la actividad participaron efectivos castrenses de la Quinta Brigada de


Infantería de Huehuetenango, del Séptimo Escuadrón de Seguridad Ciudadana, delegación
departamental de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (SE-Conred),
12va. Compañía de Bomberos Voluntarios, Policía Nacional Civil (PNC) y Policía Municipal
de Tránsito (PMT) de la cabecera departamental.

Édgar Darío Sandoval, comandante de las Reservas Militares de Quiché, explicó que para
llevar a cabo el simulacro desde la semana anterior coordinaron con Sandino Monzón, de la
Conred, y con la PNC. “Tomamos en cuenta al establecimiento San Francisco Javier por ser
de reciente creación y creímos importante tomarlos en cuenta para contribuir a la gestión de
riesgo ante un evento real y porque alumnos y maestros nunca habían participado en un
simulacro”, dijo Sandoval.

Cecilia Vicente, directora del plantel, opinó que el desarrollo del simulacro contribuirá a
forjar el carácter de las y los estudiantes al momento de ocurrir un desastre natural verdadero.
“De los más de 150 alumnos inscritos, en el simulacro participaron 50 y cuatro niñas y niños
de los grados de tercero y sexto primaria”, dijo la educadora.
Revista Plaza Pública, Lisardo Bolaños Fletes
Opinion
12 de Septiembre de 2013

Ante un desastre, natural o humano, llámese terremoto, tormenta tropical, explosión de una
caldera o de un volcán, cada minuto es valioso. Por lo mismo, debe reconocerse que, en la
mayoría de los casos, pasarán muchos minutos, incluso horas o días, para que la policía, los
bomberos, o el personal de CONRED, puedan ofrecer ayuda.

Por lo mismo, es importante fortalecer la capacidad de las comunidades y vecindarios para


poder atender emergencias durante e inmediatamente después de dichos desastres. No hablo
de actividades complicadas, como podría ser la instalación de un puente Bailey. Hablo de
cosas más sencillas que pueden implicar salvar una vida: detener una hemorragia, inmovilizar
a un herido con múltiples traumas, u ofrecer liderazgo para organizar a un vecindario y buscar
un refugio más seguro.

Organizar a la comunidad requiere de entrenamientos para que la comunidad cuente con los
conocimientos requeridos para actuar. Es probable que cada comunidad debiera de contar
con un entrenamiento distinto, que se adapte a las características de los desastres a los que
está expuesto. Una comunidad cercana a un río afronta riesgos distintos a los que afronta una
comunidad en las cercanías de un volcán. A ello se agrega que es necesario adaptar dichas
capacitaciones tomando en cuenta las características de cada comunidad: la cultura, así como
la infraestructura y las organizaciones existentes pueden afectar cómo reaccionar de mejor
manera ante una emergencia.
Las comunidades requerirán de liderazgo. Éste es un liderazgo que debe cultivarse. No es
cuestión de dar un entrenamiento y esperar que ese entrenamiento vaya a generar liderazgo
y una comunidad dispuesta a seguir recomendaciones. Cultivar dicho liderazgo debe pensarse
como un mecanismo para generar beneficios de corto y de largo plazo para la comunidad. De
largo plazo, se puede pensar en líderes que buscarán generar actividades para la prevención.
Por ejemplo, en muchas comunidades se podría empezar a ayudar a sustituir las viviendas de
adobe por viviendas mejor construidas (he leído que viviendas de adobe con determinado
diseño pueden soportar terremotos), o lograr fondos para lograr la construcción con mejores
materiales. Ese podría ser un mejor uso de fondos a disposición de los COCODES que el que
seguro se hace en muchos lugares en el país. Otra opción sería mejorar las condiciones de
lugares que puedan servir de refugio para la comunidad y que cumplen otros propósitos. Por
ejemplo, mejorar las condiciones de la escuela y de los hospitales. De esta manera, no sólo
servirían de refugio ante emergencias, sino que los usuarios usuales de dichas infraestructuras
contarán con mejores condiciones.

El Gobierno Central puede hacer su parte en este tema, proveyendo apoyo a CONRED. Sin
embargo, creo que la posibilidad de lograr un esfuerzo sostenible va a requerir que el tema
sea abordado a nivel municipal.

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