Unidos
El Tratado de Libre Comercio Perú-Estados Unidos, formalmente el Acuerdo de
Promoción Comercial Perú - Estados Unidos (en inglés: United States – Peru Trade
Promotion Agreement) es un tratado de libre comercio (TLC) bilateral firmado entre el
Perú y los Estados Unidos de América. Se trata de un acuerdo de carácter vinculante,
cuyos objetivos son eliminar obstáculos al intercambio comercial, consolidar el acceso a
bienes y servicios y fomentar la inversión privada en y entre ambos países. Además de
temas comerciales, incorpora temas económicos, institucionales, de propiedad intelectual,
derechos laborales y políticas ambientales, entre otras. Fue firmado el 12 de abril de 2006;
ratificado por el Congreso peruano, el 28 de junio de 2006; por la Cámara de
Representantes de Estados Unidos, el 2 de noviembre de 2007; y por el Senado de Estados
Unidos, el 4 de diciembre de 2007. Tanto el entonces presidente de Estados Unidos
George W. Bush en Washington D. C., como el presidente del Perú Alan García en Lima
aprobaron su implementación el 16 de enero de 2009. El TLC fue implementado el 1 de
febrero de 2009.1
Los hechos nos indican que el Perú se encuentra en una posición comercial y
productivamente expectante, a la que puede sacarle provecho desde hoy: este año
superará los 10 mil millones de dólares en exportaciones y posiblemente los 1.000
millones de dólares en productos agrícolas.
Con el inicio de las negociaciones para la firma de un TLC, el Perú ha dado un paso
decidido hacia una verdadera expansión exportadora, pues a través de él puede obtener
el combustible necesario para proporcionarle a los productores y a la industria nacional
los mercados externos que requieren para expandirse.
Con los TLC ganan especialmente los países pequeños, y particularmente su agricultura
e industria. Estados Unidos es mucho más grande que el Perú, pero esa es una
característica que juega a nuestro favor, porque poseemos un mercado pequeño con un
bajo poder de compra, mientras que nosotros, con sólo penetrar 0,1% más de su
mercado, con productos en los que tenemos ventajas, incrementaríamos nuestro PBI en
4%.
Entre otras cosas, un TLC permite que los productos de un país ingresen a otro sin pagar
aranceles o impuestos a las importaciones. Ahora, como la simple eliminación de
aranceles no basta, un TLC también hace posible eliminar las barreras sanitarias y
fitosanitarias a las importaciones, con lo que se garantiza que los productos exportados
por un país realmente cuenten con acceso garantizado al mercado del otro.
Un tratado de libre comercio es un contrato entre dos o más países, o entre un país y un
bloque de países que es de carácter vinculante (es decir, de cumplimiento obligatorio) y
cuyo objeto es eliminar obstáculos al intercambio comercial, consolidar el acceso a
bienes y servicios y favorecer la captación de inversión privada. Con el fin de
profundizar la integración de las economías, el TLC incorpora, además de temas
comerciales, temas económicos, institucionales, de propiedad intelectual, laborales y
medio ambientales, entre otros. De otro lado, para resguardar a los sectores más
sensibles de la economía, el TLC apunta al fortalecimiento de las capacidades
institucionales de los países que lo negocian y establece foros y mecanismos para
dirimir controversias comerciales.
Concretar un TLC con los Estados Unidos es prioritario para ampliar y hacer
permanente el acceso preferencial que actualmente tienen los productos peruanos al
mercado estadounidense a través del ATPDEA.
¿Por qué, entonces, debemos priorizar la negociación de un TLC con Estados Unidos en
lugar de concentrar nuestros esfuerzos en alguna de las otras negociaciones?
2. Porque con 295 millones de habitantes con ingresos anuales de 37.800 dólares, el
mercado de Estados Unidos ofrece oportunidades prácticamente ilimitadas para que
nuestras empresas prosperen.
Ellos nos compran una creciente proporción de productos con valor agregado (como
prendas de vestir, vegetales, frutas, peces y mariscos procesados y joyas de oro o plata)
que son los que generan más empleo.
Nosotros les compramos maquinarias, tecnología e insumos que nuestras industrias
requieren para producir mejor.
El TLC con Estados Unidos será muy beneficioso para los consumidores peruanos, ya
que éstos tendrán la posibilidad de escoger sobre la base de una mayor variedad de
productos de mejor calidad y con menores precios.
El TLC con Estados Unidos será beneficioso para los consumidores peruanos de varias
maneras.
En segundo lugar, el TLC con Estados Unidos busca la eliminación de los obstáculos a
las importaciones, lo que hará posible acceder a una mayor variedad de productos.
Es decir, no sólo se podrá contar con productos más baratos (por la reducción
arancelaria), sino que además será posible adquirir una mayor variedad de productos
(debido a la eliminación de barreras no arancelarias).
De no suscribir un TLC con Estados Unidos, el Perú podría perder los beneficios
obtenidos gracias al ATPDEA y quedaría en desventaja comparativa frente a otros
países que ya obtuvieron o están en camino de obtener un acceso preferencial al
mercado norteamericano.
Tomando en consideración que las negociaciones multilaterales en el ámbito del Área
de Libre Comercio de las Américas (ALCA) se encuentran estancadas, para el Perú
resulta fundamental consolidar, a través de la negociación bilateral de un TLC, los
beneficios arancelarios logrados a través del ATPDEA, que Estados Unidos concedió en
forma unilateral a los países andinos, los cuales vencen el 31 diciembre del 2006.
En ese escenario, al ser desplazados del mercado estadounidense por no poder competir
frente a productos de otros países que sí ingresarían sin pagar aranceles o pagando
aranceles reducidos, muchos productos peruanos podrían verse afectados.
Por ejemplo, sin los beneficios del ATPDEA, las prendas de vestir y confecciones
peruanas pagarían un arancel de 21% para ingresar a Estados Unidos y enfrentarían un
serio problema de competitividad, ya que al no contar con los beneficios arancelarios
hoy otorgados por Estados Unidos, las posibilidades de competir con otros productos
que sí tendrían esta ventaja se verían notoriamente reducidas.
Por otro lado, tomando en cuenta que la estabilidad de las reglas de juego y la
predictibilidad son los factores que más influyen en la decisión de invertir, si el Perú no
firma un TLC y los países con los cuales compite sí lo hacen, los inversionistas
preferirán ir a dichos países.
En ellos podrían exportar con arancel cero o aranceles reducidos a Estados Unidos,
llevándose una fuente importante de empleos para el Perú.
Finalmente, debe mencionarse que el TLC constituye una plataforma capaz de impulsar
medidas destinadas a fortalecer la institucionalidad, la competitividad y las mejores
prácticas empresariales. Sin el TLC, es probable que el progreso en estas áreas avance
lentamente.
El pasado 1 de febrero se cumplieron seis años desde que el tratado de libre comercio
(TLC) entre el Perú y EE.UU. entró en vigencia. Pese a que al principio de las
negociaciones hubo mucha desinformación por parte de sectores contrarios a la
liberalización de la economía, los resultados muestran lo contrario. Las exportaciones
crecieron, según el último informe de ComexPerú.
El TLC ha sido una pieza clave para el despegue de nuestras exportaciones y así lo
confirman las cifras, sentenció Comex. “Entre 2009 y 2014, nuestras exportaciones
totales al mercado estadounidense crecieron un 26%, mientras que las exportaciones no
tradicionales –aquellas que incorporan un mayor valor agregado y generan mayor
empleo– tuvieron un crecimiento del 80%”, agregó.
Asimismo, entre las exportaciones no tradicionales destinadas a ese país, las del sector
agropecuario representan el 30%, y destacan por su gran dinamismo. Estas pasaron de
tan solo US$ 580 millones en 2009 a US$ 1,263 millones en 2014, lo que muestra un
crecimiento sostenido, con una tasa de crecimiento acumulada del 118%.
Por otro lado, el TLC permitió que miles de empresas peruanas accedieran a una mayor
tecnología para mejorar su productividad, a menores costos. Tan solo en sus dos
primeros años de vigencia, el monto pagado por aranceles disminuyó un 47% para
nuestras importaciones.
ComexPerú detalló que, entre 2009 y 2014, estas importaciones de este rubro pasaron
de US$ 1,219 millones a US$ 1,738 millones, con un crecimiento de 43%. De la misma
manera, las importaciones de bienes de capital para la agricultura crecieron un 136% en
el mismo período.
Por ejemplo, las importaciones de materias primas para la industria pasaron de US$
1,617 millones a US$ 2,548 millones, con una tasa acumulada de crecimiento de 58%.
Además, las importaciones de materias primas para la agricultura crecieron un 18%, al
pasar de US$ 186 millones a US$ 219 millones.
“El TLC ha resultado más que beneficioso para nuestro comercio exterior. A través de
éste, las empresas peruanas pueden colocar sus productos con preferencia, y por ende
más competitivos, en uno de los principales mercados del mundo”, añadió.
ComexPerú recomienda desechar el miedo a la apertura comercial, ya que el TLC es
una prueba de ello. Asimismo, espera ver pronto el inicio de las negociaciones con la
India, así como un gran avance para cerrar lo antes posible el TLC con Turquía.
“El Mincetur debe seguir abriendo mercados. Marruecos, Rusia, Emiratos Árabes
Unidos, Vietnam, el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo
(CCEAG), entre otros, representan una gran oportunidad”, finalizó
En el marco del TLC, el Perú exportará a EEUU etanol a partir de la caña de azúcar.
Reducirá los costos de producción. Esto será así porque las empresas podrán
adquirir a un menor costo los insumos y bienes de capital que requieren.
Además, el TLC obligará a nuestro país a mantener una línea económica seria, en la
cual ya no tendrán cabida planteamientos demagógicos o populistas, los cuales nos
restarían competitividad y generarían graves problemas en la balanza comercial con
Estados Unidos. La única forma de responder a los innegables retos del nuevo esquema
será manteniendo y consolidando el actual modelo económico.
Otro beneficio evidente del acuerdo es que mejorará significativamente nuestra imagen
internacional, al habernos convertido en socios de la principal economía del mundo, y
haber asumido el reto de competir contra ella. Ello repercutirá, sin duda, en nuestra
reducción del nivel de riesgo país, y nos permitirá obtener más rápidamente el grado de
inversión por parte de S&P, Fitch y Moody's.
Como se puede ver, son muchas las ventajas. Esperemos que nuestro país las aproveche
adecuadamente, apenas despunten las primeras luces del año 2009.