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"Por medio del fraude, el deudor realiza actos

jurídicos reales y legales disponiendo u


ocultando sus bienes a título oneroso o
gratuito para burlar a la ley o perjudicar los
derechos de sus acreedores"

UNASAM – FDCCPP - “EL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO” 1


INTRODUCCIÓN

La figura del fraude tiene su origen histórico en el Derecho Romano como resultado
de la evolución de la responsabilidad del deudor frente a su acreedor, pues aparece cuando
la responsabilidad comienza a dejar de ser personal para tornarse en patrimonial, es decir
desde que se sustituye la ejecución en la persona del deudor por la ejecución en sus bienes.

La palabra fraude no tiene un significado unánime, puesto que unas veces indica
astucia y artificio, otras el engaño, y en una acepción más amplia una conducta desleal; en
fin, toda acción contraria a la verdad y a la rectitud que perjudica a la persona contra quien
se comete.

Ahora bien, en nuestra legislación los tratadistas peruanos como Lohmann, citado por
Francisco Romero, han cuestionado esta denominación en razón que no existe fraude de los
actos jurídicos, sino fraude a través o mediante los actos jurídicos. Es por eso que Vidal
Ramírez lo denomina acto jurídico fraudulento.

De acuerdo con el Diccionario de Cabanellas1es necesario distinguir el engaño de lo


que es el fraude. El engaño es toda astucia o maquinación de que uno se sirve, hablando u
obrando con mentira o artificio, para frustrar la ley, esto es, el hecho de burlar, eludir o dejar
sin efecto la disposición de la ley. De manera que el engaño es el medio para arribar al
fraude; y el fraude como el fin u objeto que uno se propone lograr con el engaño. Es por eso
que el engaño y fraude suelen ir juntos dando lugar a que en el lenguaje se tomen el uno por
el otro.

En el presente trabajo abordaremos el fraude, denominado por Vidal Ramirez como


Acto Jurídico Fraudulento, sus especies –fraude a la ley y, fraude a los acreedores-, y
consecuentemente su tratamiento en nuestra legislación peruana, donde veremos y
analizaremos la Acción Pauliana, y terminaremos con un comparativo de esta con la acción
subrogatoria y la acción de simulación.

1
GUILLERMO CABANELLAS, “Diccionario enciclopédico de Derecho usual”, Tomo III, Eliasta S.R.L., Buenos
aires. Pág. 223.

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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 2
ÍNDICE .............................................................................................................................................. 3
RESUMEN......................................................................................................................................... 5
EL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO ......................................................................................... 6
1. ORIGEN HISTÓRICO DEL FRAUDE ..................................................................................... 6
2. CONCEPTUALIZACIÓN DE FRAUDE .................................................................................. 7
2.1. Fraude a la Ley ................................................................................................................... 7
2.2. Fraude a los acreedores ...................................................................................................... 7
3. AUTONOMÍA Y TIPICIDAD DEL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO ............................ 8
6.5. La Vía Procesal ................................................................................................................ 16
6.6. La Prueba del Fraude........................................................................................................ 16
6.7. Los Resultados de la Acción Pauliana ............................................................................. 17
6.7.1. El resultado frente a los adquirientes ....................................................................... 17
6.7.2. El resultado frente a los subadquirientes .................................................................. 18
7. COMPARACIÓN DE LAS ACCIONES PAULIANA Y SUBROGATORIA ....................... 18
8. COMPARACIÓN DE LAS ACCIONES PAULIANA Y DE SIMULACIÓN ....................... 19
9. LA PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PAULIANA ............................................................. 20
9.1. Doctrina ............................................................................................................................ 20
9.2. Ley.................................................................................................................................... 20
9.3. Jurisprudencia .................................................................................................................. 22
10. EL FRAUDE Y LA QUIEBRA ........................................................................................... 23
10.1. Doctrina ........................................................................................................................ 23
10.2. Ley................................................................................................................................ 23
10.3. Jurisprudencia............................................................................................................... 24
CONCLUSIONES ........................................................................................................................... 25
BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................................. 26
ANEXOS.......................................................................................................................................... 27

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RESUMEN

En términos generales, existe fraude cuando a través de un acto jurídico idóneo y lícito
en virtud a una ley que lo permite o autoriza, se busca eludir el cumplimiento de otra norma
imperativa.

El fraude mediante el acto jurídico, o acto jurídico fraudulento, se da cuando una


persona enajena sus bienes a fin de protegerlos de la ejecución de sus acreedores. En este
caso, la enajenación es real, es decir no es ficticia como sucede cuando está de por medio la
simulación. Lo que busca el deudor es un estado de insolvencia para no pagar la deuda.

Cuando se produce el fraude al acreedor, por parte del deudor, mediante la disposición
de su patrimonio en perjuicio del primero, es posible que éste plantee la acción revocatoria
o pauliana, o de ineficacia del acto jurídico de disposición.

El acreedor se legitima para impugnar aquellos actos del deudor que son lesivos de su
derecho de crédito. Un requisito indispensable para el planteamiento de la acción es la
prueba del daño, es decir la imposibilidad del cobro.

El acreedor debe probar que el deudor no dispone de otro medio para hacer efectivo
el cobro del crédito.

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EL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO

1. ORIGEN HISTÓRICO DEL FRAUDE


“En los primeros tiempos la responsabilidad era personal, de donde evoluciona a la
responsabilidad patrimonial”2 La figura de Fraude tiene origen a partir de esta evolución,
donde la responsabilidad deja de ser personal para tornarse patrimonial.

Antes de esta evolución, en el Derecho Romano, el propio deudor era quien respondía
por sus deudas. El incumplimiento del pago de deudas, originaba penas personales (muy
duras) para el deudor; e incluso podía llevar a este a tenerla condición de esclavo para el
pago de sus deudas mediante servicios. Posteriormente, las leyes fueron cambiando, hasta
que el año 326 a.C. se promulga la Lex Poetelia, la cual abolió la esclavitud por deudas,
introduciéndose así la bonorum venditio con el cual el pago de deudas se hizo a través
del patrimonio.

Así se dio paso a la aparición de la denominada Acción Pauliana.

A pesar de la evolución de la responsabilidad personal a la responsabilidad patrimonial,


hubo normativas en el cual aún el castigo por deudas permanecía; un claro ejemplo es el
del Código Napoleónico, en donde se castigaba con prisión a deudores en casos
específicos.

Ya en la segunda mitad del siglo XIX, en la legislación de los países occidentales y


cristianas, despareció por completo la responsabilidad personal por deudas. E incluso se
elevó como un precepto constitucional.

En el Perú, durante la época Republicana, también se prescribía prisión por deudas, pero
alcanzando luego su prohibición a través de la Constitución. “No hay prisión por deudas.
Este principio no limita el mandato judicial por incumplimiento de deberes
alimentarios.”3

2
Romero Montes, F. J. (2008). CURSO DEL ACTO JURIDICO. Lima: Editorial Librería Portocarrero S.R.L. p.241
3
Constitución Política del Perú [Const.] (1993) Articulo 2. Inciso 24. Literal d) [Título I]. Fondo Editorial
Cultura Peruana.

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“El patrimonio del deudor es la garantía general con que cuentan los acreedores para el
cobro de sus créditos”4. Esta garantía tiene como fin la obtención de lo debido. Es por
ello. Que el deudor cuando contrae una obligación, el deudor asume una responsabilidad
sobre todos sus patrimonios, salvo que al contraerla haya dado una garantía específica, el
cual ya ha afectado sus bienes.

2. CONCEPTUALIZACIÓN DE FRAUDE

“La palabra fraude viene de las locuciones latinas fraus, frudis que significa falsedad,
engaño, malicia que produce un daño, por lo que es indicativo de mala fe, de conducta
ilícita.”5 Esta conceptualización, está relacionado con la obligación crediticia, y con los
actos de disposición que realiza el deudor sobre sus bienes; con los que lo reduce hasta
la insolvencia o al límite que lo dificulte para hacer efectivo el pago a sus acreedores.

El fraude puede ser:

2.1. Fraude a la Ley


“Consiste en eludir una norma del ordenamiento jurídico y puede no originar daño a
nadie. Con el Fraude a la ley se trata de obtener un resultado prohibido por la Ley,
apoyándose en otra norma que no prohíbe ese resultado.”6
2.2. Fraude a los acreedores
Este tipo de fraude es el que está limitado por la definición dada anteriormente, y en
el cual se lesiona un derecho crediticio. “… se da cuando una persona enajena sus
bienes a fin de protegerlos de la ejecución de sus acreedores.”7. Aquí, la enajenación
es real (oneroso o gratuito), buscando así el deudor un estado de insolvencia.

Frente a estos tipos de actos el Derecho pretoriano dio creación a la denominada Acción
Pauliana, como una solución para el acreedor afectado.

4
Romero Montes, F. J. (2008). CURSO DEL ACTO JURIDICO. Lima: Editorial Librería Portocarrero S.R.L. p.241
5
Romero Montes, F. J. (2008). CURSO DEL ACTO JURIDICO. Lima: Editorial Librería Portocarrero S.R.L. p.240
6
Romero Montes, F. J. (2008). CURSO DEL ACTO JURIDICO. Lima: Editorial Librería Portocarrero S.R.L. p.240
7
Romero Montes, F. J. (2008). CURSO DEL ACTO JURIDICO. Lima: Editorial Librería Portocarrero S.R.L. p.240

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Si bien es cierto, en el actual Código Civil8 legisla sobre el Fraude, este no da una noción
de lo que es. Además, que muchos autores han determinado como equivoca a la
denominación que se le da en nuestra legislación en cuanto se refiere al Fraude del acto
jurídico; es por ello que muchos han determinado en denominarlo como el acto jurídico
fraudulento.

3. AUTONOMÍA Y TIPICIDAD DEL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO

La delimitación del concepto del Fraude nos lleva a la conclusión que esta figura tiene
autonomía y tipicidad; ya que está sometido a un régimen legal9; a pesar que la legislación
no le da una noción, se puede inferir características el cual le otorga tipicidad.

Esta autonomía y tipicidad lo va a distinguir del acto simulado, a pesar que ambos
implican el engaño. Se diferencian ambos, en que:

 El acto simulado es un acto aparente en el cual los simulantes no se engañan


entre sí, ya que este engaño está dirigido hacia un tercero.

 El acto jurídico fraudulento, es un acto verdadero y querido. No es un engaño


al acreedor o acreedores, sino de un perjuicio a sus derechos a ser pagados

4. LA ACCION PAULIANA
4.1.CONCEPTO
La acción paulina o revocatoria es la facultad que otorga el ordenamiento civil
al acreedor para solicitar al juez se declare la ineficacia del acto de disposición
que pone en peligro el cumplimiento de la obligación por parte del deudor sin
que sea necesario que éste haya actuado fraudulentamente, y solo hasta por el
monto que garantice el cumplimiento de la obligación. Con la acción paulina el
acreedor no busca en realidad la revocación del acto jurídico fraudulento sino la
declaración de su ineficacia. Al declararse ineficaz el acto jurídico es inoponible
al acreedor demandante. El acto de disposición realizado entre el deudor y el
tercero adquiriente es válido y eficaz, y podrá este último exigir la restitución
del importe amparándose en el Art. 1222 del Código Civil.

8
Código Civil 1984 [Código]. (2017). Libro II [Título VII]. Jurista Editores E.I.R.L.
9
Código Civil 1984 [Código]. (2017). Art. 195° y 196° Libro II [Título VII]. Jurista Editores E.I.R.L.

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La Acción Paulina obedece al propósito de proteger al acreedor frente a su
deudor declarando ineficaz el acto jurídico practicado por el fraudado con un
tercero en perjuicio del acreedor y según los requisitos establecidos por el Art.
195 del C.C. vigente. La finalidad de la acción es declarar la ineficacia del acto
fraudulento en la medida en que perjudica los derechos del acreedor. Richard
Villavicencio Saldaña

4.2.CARACTERÍSTICAS
 Es la facultad establecida en el ordenamiento civil que tiene los acreedores para
garantizar el cumplimiento de la obligación por parte del deudor.
 Sólo beneficia al acreedor que ejercita la acción.
 Declarado ineficaz el acto de disposición por el juez competente, se convierte en
inoponible para el acreedor accionante.
 Se interpone excepcionalmente, solo cuando la obligación del deudor no está
suficientemente garantizada.
 El fin de la interposición de la acción por parte del acreedor no persigue el cobro del
crédito, sino que el deudor no disminuya su patrimonio para poder cumplir con la
prestación al acreedor.
 La acción se dirige contra el deudor y el tercero adquiriente.
 Para interponer la acción el acto de disposición debe ser susceptible de ser valorado
económicamente.
 Debe preexistir una obligación entre el acreedor y el deudor respecto del acto de
disposición realizado por el deudor. La doctrina mayoritaria considera que la acción
paulina es de naturaleza personal. Así, Josserand afirma, que “la acción paulina entra
en la categoría de las acciones personales: sin duda sus resultados pueden repercutir
sobre los terceros, los adquirientes o los subadquirientes, y por tal razón pensaron
los autores ver en ella una acción real. Pero quien la ejerce es, por hipótesis un
acreedor, está provista de un derecho personal. Ahora bien, no se concibe que un
derecho de crédito sea sancionado por una acción real”.
4.3. ORIGEN HISTÓRICO

La acción paulina tiene su origen en el derecho romano y aparece como remedio contra el fraus
creditorun cuando la responsabilidad de los deudores se va tomando solo patrimonial.

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Antecedentes Históricos. - Primero se debe señalar que las primeras manifestaciones
de ejecución en el patrimonio del deudor se encuentran en el derecho pretorio, con
la llamada missio in bona, o entrada de los bienes por y a solicitud del acreedor
favorecido en la sentencia. Cuando eran varios los acreedores, podían sumarse todos
a la posesión de los bienes para conservarlos o guardarlos (missio in bona rei
servanda causa). El pretor designaba (a instancia de los acreedores) un curator
bonorum quien daba aviso de la missio in bona, con el objeto de que puedan asociarse
a la ejecución otros acreedores. Transcurridos 15 ó 20 días según si el deudor hubiera
muerto o no, se nombraba a un magister bonorum para que ejecutara o vendiera los
bienes. Tras ciertas formalidades, se realizaba la venta en subasta y por entero del
patrimonio. El bonorum emptor (el comprador) era quien se comprometía a pagar a
cada acreedor un tanto proporcional. Por otra parte, la Lex Aelia Sentia declaraba
nulas las manumisiones de esclavos in fraudem creditorum.

Ahora, el origen histórico de lo que hoy denominamos acción paulina no es el más


claro de lo que podamos creer, al menos dentro del derecho romano (Aunque
Tricanvelli señalaba que el origen de la acción paulina se encontraba en el derecho
griego en la figura de Demóstenes que hizo referencia en sus alegatos a dicha acción,
sosteniendo la existencia de un acuerdo fraudulento entre Onstor Aphobos, para
evitar el pago de las indemnizaciones a que éste fue condenado. Pero como punto de
partida todo comenzó con el fraude (que muy por el contrario a los ordenamientos
actuales que le dan esencialmente una naturaleza subjetiva) que era entendía
objetivamente como daño, y luego posteriormente como un acto que ocasiona un
determinado daño.

Fue luego, en el derecho postclásico y justinianeo que se le dio connotaciones


subjetivas que prevaleció en el derecho común, recogido posteriormente en las
codificaciones del siglo XIX y XX.Frente a dicha situación se estableció el
interdictum fraudatorium, donde el elemento subjetivo de parte del deudor (concilian
fraudes) se deducía del daño, por lo que una vez probado el eventos damnis
(entendida como la insolvencia patrimonial del deudor manifestada con la ejecución
infructuosa de sus bienes intentada por el curator bonorum o por el bonorum emptor,
que era el representante de todos los acreedores perjudicados por la insolvencia del

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deudor (posteriormente podían los acreedores, individualmente, ejercer el
interdictium fraudatorium para completar la parte no satisfecha de su crédito). Sin
embargo, el requisito subjetivo era determinante respecto al adquirente (scientia
fraudes) que era el sujeto demandado mediante el interdicto, que no se tomaba como
acuerdo fraudatorio, sino que bastaba que tuviera conocimiento del traus, que
equivale a no ignorar el prejuicio que la insolvencia patrimonial del deudor
ocasionaría a sus acreedores. Y también la restitutio in integrum ob fraudem o
restitutio in integrum propter fraudem. Aunque el Profesor de Berlín, Theodor Kipp,
discípulo de Windscheid, agregaba también a la actio in factum. En el derecho
romano justinianeo, fue consolidado en una sola acción (a la que hoy se denomina
acción paulina).

4.4. NATURALEZA JURÍDICA: ¿sustancial o procesal?,

Buscando su conveniencia No hay que negar que la acción paulina otorga al acreedor
un poder de injerencia en la esfera patrimonial del deudor, junto con una variedad de
poderes a fin de establecer la ineficacia de los actos de disposición del deudor en
casos que ocasione una disminución en su patrimonio que ponga en riesgo la
satisfacción de sus interéses. Y como señala Barbiera, pero señalando a la
responsabilidad patrimonial, “se connota pues como una situación subjetiva activa
del acreedor, del tipo del derecho potestativo, que reúne en sí la posibilidad de hacer
recurso de los varios medios legales, sea sustanciales o procesales para satisfacer sus
intereses, modificando las situaciones subjetivas del deudor, sin que éste pueda hacer
nada para impedirlo.”

La doctrina mayoritaria establece que se deriva el mecanismo denominado acción


paulina (del desarrollo anterior, queda claro que la palabra “acción” no lo hace un
remedio procesal, ya que no se refiere a la acción en términos procesales) de un
derecho potestativo de la parte afectada (Ej. Acreedor), algunos incluso señalan que
más particularmente es un derecho potestativo expropiativo. De todas formas, se
debe señalar que es un instituto de derecho sustancial, aunque como la mayoría de
los derechos sustanciales tenga que recurrir al área procesal, por tanto, con efectos
meramente declarativos. En efecto un Derecho Potestativo se define como “el poder
de incidir en la esfera jurídica ajena mediante un acto unilateral; y que a tal poder es
correlativa, en el lado pasivo, una situación de sujeción, entendida en el sentido que

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el sujeto pasivo de la relación nada debe hacer, pero tampoco nada puede hacer para
impedir que su esfera jurídica vaya a ser modificada por el acto de ejercicio del
derecho potestativo” y ello se verifica “cuando el titular de un derecho potestativo lo
ejercita; es decir, asume aquella iniciativa que constituye, precisamente el contenido
de su poder”.

Sin embargo, cierto sector de la doctrina nacional señala que la acción paulina es
una mera pretensión procesal de ineficacia como lo pensaron antiguos juristas
italianos de la mitad del siglo XX como el maestro procesalista Carnelutti que
sostenía que dicha sanción (como la consideraba) pertenecía al derecho público;sin
embargo, ello fue materia de críticas por parte de la doctrina de la época, resaltando
entre ellas la figura de Emilio Betti que refutó señalando que “se confunde la sanción
si se la considera como expectativa de una satisfacción por parte del acreedor y
correlativa responsabilidad por parte del deudor, con el poder o facultad procesal de
actuar la sanción. Sabemos perfectamente que la acción de ejecución no debe ser
confundida con la garantía, esto es con la responsabilidad que es inherente a la misma
relación obligatoria; pero una cosa esta garantía y responsabilidad en sí misma
considerada, y otra cosa es el poder de promover la actuación en el orden procesal.
Pues bien, la teoría procesalista suprime el aspecto privado de la obligación, para
tener presente sólo el poder de promover la actuación de la sanción. Para nosotros es
de plena evidencia que el poder de promover la actuación de la sanción tiene en sí
mismo un carácter meramente procesal; pero ello supone, como elemento que debe
ser actuado, como razón que deba invocarse y ser realizada, una sanción la cual no
puede ser establecida si no por el mismo Derecho sustancial; es decir, por el Derecho
Privado.”

Concordante con ello, anotamos que toda situación jurídica implica necesariamente,
para que pueda ser protegido o ejercido, recurrir a la tutela jurisdiccional, lo que no
conlleva que sea de carácter procesal. Nuestro propia regulación, nos lleva a pensar
lo mismo, ya que de acuerdo a nuestro Código Civil (artículo 199º) el acreedor puede
ejercitar frente a los terceros adquirentes las acciones que correspondan sobre los
bienes del acto ineficaz, resultando obviamente afectados en su esfera jurídica.Como
bien señala Massimo Bianca, “es un poder no solamente de activar la intervención

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del juez sino el poder de tutelar un interés prevalente sobre otros sujetos, o sea, una
posición de derecho sustancial.”

4.5. CARACTERÍSTICAS

a) El acreedor la ejerce en su propio nombre y la dirige contra quienes la celebraron.

b) Es subsidiaria, en el sentido de que no procede si en el patrimonio del deudor hay


bienes suficientes para satisfacer el crédito.

c) Es facultativa, por ser un derecho optativo del cual el acreedor puede valerse o no |
según convenga a sus intereses.

d) Protege la buena fe, el deudor puede administrar su patrimonio como mejor


le convenga siempre en cuando se conduce en buena fe y con lealtad hacia sus acreedores sin violar
el deber de cumplir con sus obligaciones. UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE LOS
ANDES. Cusco.

Guillermo Lohmann Luca De Tena comentario

La versión actual del artículo no es la original sino la modificada por el Decreto


Legislativo Nº 768. La norma disciplina la impugnación tradicionalmente conocida
como acción paulina, que tiene por objeto una especial declaración de ineficacia (que
equivale a Inoponibilidad para un singular acreedor) de ciertos actos dispositivos del
deudor que perjudican el acreedor.

5. LA ACCION PAULEANA EN EL CODIGO CIVIL_


5.1. TITULARES DE LA ACCION PAULIANA:
Los titulares de la acción paulina son los acreedores legítimamente
constituidos y que, por ello, tienen un interés directo sobre el patrimonio de su
deudor, aun cuando su crédito esté sujeto a condición o a plazo. Así lo
establece el art. 195: "El acreedor. aunque el crédito esté sujeto a condición o
aplazo, puede pedir que se declaren ineficaces respecto de él.......". La norma
fue tomada del Proyecto de la Comisión Reformadora. Como puede apreciarse,
los acreedores que tengan un crédito no solventado están legitimados para

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ejercitar la acción paulina. Puede tratar se dé un acreedor cuyo crédito esté
sometido a condición suspensiva o a condición resolutoria, no sólo porque lo
franquea el art. 195, sino también porque la acción paulina puede devenir en
uno de los actos conservatorios a que se refiere el art. 173, aunque, en tal caso,
por la contingencia inherente al crédito
subconditionem
pueda quedar expuesto a la obligación de indemnizar daños y perjuicios. El
reconocimiento de este derecho al acreedor condicionalno tiene antecedente en
el Código Civil de 1936, que nada dijo al respecto. Sin embargo, Olaechea(2),
señaló que el derecho de practicar la acción pauliana correspondía a todos los
acreedores, fueran comunes o privilegiados, inclusive a los acreedores a plazo,
mas no a los condicionales. Esta posición también fue adoptada por León
Barandiarán(3), que calificó de inidóneo el crédito condicional para la
promoción de la acción paulina(4).La propuesta de otorgarse la acción paulina
a los acreedores condicionales, finalmente plasmada en el art. 195, fue
explicada por Manuel dela Puente y Susana Zusman(5) en el sentido de que al
permitirse el ejercicio dela acción paulina al acreedor condicional, se entiende,
desde luego, que se está haciendo referencia a la condición suspensiva, pues
en el caso de la condición resolutoria la situación del acreedor es la misma que
la de un acreedor puro y simple ya que el crédito puede ser exigido mientras
no se cumpla esta condición.
5.2.NATURALEZA DE LA ACCION PAULIANA:
La acción pauliana es una acción conservatoria, autónoma, personal,
declarativa y de Inoponibilidad:

Es una acción conservatoria: En el sentido que no tiene como fin inmediato la


ejecución del patrimonio del deudor, sino su resguardo frente al acto
fraudulento celebrado entre el deudor y un tercero en perjuicio del acreedor.
Es una acción autónoma: En donde se le permite al acreedor actuar en su propio
nombre y que se le permite expresamente por la legislación.
Es una acción personal: Porque su finalidad principal consiste en la revocación
relativa de las obligaciones que nacen de un acto jurídico.

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Es una acción declarativa: Porque permite declarar expresamente la existencia
de un acto fraudulento por causales establecidas en la Ley y su revocación por
un Tribunal.
Es una acción de Inoponibilidad: Ya que la declaración no le es oponible a
quien demanda, pero subsiste y es oponible a los demás acreedores.
5.3.REQUISITOS PARA EL EJERCICIO DE LA ACCION PAULIANA:
La acción paulina, como acción rescisoria que deja sin efecto actos o contratos
que originariamente fueron válidos (sólo los contratos válidamente celebrados
pueden rescindirse, artículo 1290 del Código Civil), por el hecho de realizarse
en fraude de acreedores, es contemplada en el artículo 1111 CC en relación
con el artículo 1291.3º del Código Civil, como medio de protección del crédito,
cuyos requisitos, según se desprende de la reiterada jurisprudencia del Tribunal
Supremo, se reducen a los dos siguientes: perjuicio del acreedor, que queda sin
posibilidad de percibir su crédito (eventos Dani) y sin ser preciso la previa
declaración de insolvencia, lo cual implica la subsidiariedad de la acción; y
fraude al derecho de crédito de que es titular el acreedor (concilian fraudes) sin
que sea preciso la intención de dañar (animus noceda) sino que basta la
conciencia del perjuicio (ciencia fraudes), la cual se presume en los actos a
título gratuito (artículo 1297 del Código Civil).

- Perjuicio al acreedor (eventos Dani)

Por perjuicio debe entenderse una disminución del patrimonio del deudor de
tal entidad que el acreedor se quede sin la posibilidad de satisfacer su derecho
actuando directamente sobre aquel, esto es, con los bienes y derechos del
activo.

- Fraude (concilian fraudes)

A este requisito alude el propio artículo 1111 CC cuando exige que el acto
haya sido "realizado en fraude de su derecho".

El acto de disposición patrimonial puede haber sido efectuado a título oneroso,


es decir, a cambio de una contraprestación, o a título gratuito; en el primer

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caso, no es preciso que el deudor tenga intención de dañar (animus noceda),
siendo bastante la conciencia del perjuicio que causa (ciencia fraudes) y el
adquirente, el conocimiento del perjuicio que dicho acto causa al deudor; si el
acto de disposición es gratuito, es suficiente con la existencia de perjuicio al
acreedor, pues el fraude se presume.
6.5. La Vía Procesal

De acuerdo con el artículo 200 del Código Civil, se establecen las correspondientes
vías procesales para los actos fraudulentos, según sean gratuitos u onerosos:

Artículo 200: Vía procedimental para la ineficacia de actos gratuitos y onerosos

La ineficacia de los actos gratuitos se tramita como proceso sumarísimo; la de los


actos onerosos como proceso de conocimiento. Son especialmente procedentes las
medidas cautelares destinadas a evitar que el perjuicio resulte irreparable. (…)

La demanda debe emplazar al fraudator y al adquiriente de los bienes.

6.6. La Prueba del Fraude

Todo acto fraudulento debe ser probado con la demostración del perjuicio al derecho
a ser pagado que ostenta el acreedor. Si dicho acto fraudulento es gratuito, y, si es
oneroso, debe considerar además poner en evidencia el designio fraudulento, si este
acto es posterior o anterior al acto jurídico que originó el crédito.

El Código Civil, en su artículo 195-Requisitos de la acción pauliana, con la finalidad


de facilitar la prueba del eventus damni tipifica: (…) Se presume la existencia de
perjuicio cuando del acto del deudor resulta la imposibilidad de pagar íntegramente
la prestación debida, o se dificulta la posibilidad de cobro. Y con respecto al designio
fraudulento: Se presume la intención del tercero cuando conocía o estaba en aptitud
de conocer el futuro crédito y que el deudor carece de otros bienes registrados (…).

En tanto que la distribución de la prueba se encuentra establecida de la siguiente


manera:

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 Incumbe al acreedor la prueba sobre la existencia del crédito y, en su caso, la
concurrencia de los requisitos indicados en los incisos 1 y 2 del referido
artículo (artículo 195 CC).
 Corresponde al deudor y al tercero la carga de la prueba sobre la inexistencia
del perjuicio, o sobre la existencia de bienes libres suficientes para garantizar
la satisfacción del crédito.

6.7. Los Resultados de la Acción Pauliana

Al interponer la acción pauliana o revocatoria y como tal probados sus fundamentos,


esta debe ser declarada fundada por sentencia judicial produciendo los siguientes
efectos o resultados:

6.7.1. El resultado frente a los adquirientes


El acreedor accionante debe emplazar con la demanda tanto al deudor como
al adquiriente de los bienes, pues la sentencia va a surtir efectos respecto de
él si se declara la ineficacia del acto jurídico que celebro con el fraudator y
consecuentemente va a afectar los derechos que adquirió con ese acto.

De acuerdo al artículo 199 del Código Civil10, el acreedor puede promover


acciones frente a los terceros adquirientes respecto de los bienes objeto del
acto fraudulento cuya ineficacia ha sido declarada su favor.

Así, León Barandiarán11 citado por Vidal Ramirez, expresa que el párrafo del
ya mencionado artículo es un enunciado que se orienta a hacer hincapié en la
seguridad de los intereses del acreedor accionante. Es debido tener presente
que en el régimen del Código Civil la ineficacia solo favorece al acreedor que
insta, la declaración de ineficacia, al no anular el acto fraudulento, no
modificala relación jurídica entablada entre el fraudator y el adquiriente,

10
Articulo 199: “El acreedor puede ejercitar frente a los terceros adquirientes las acciones que le
correspondan sobre los bienes objeto del acto ineficaz. El tercero adquiriente que tenga frente al deudor
derechos de crédito pendientes de la declaración de ineficacia, no puede concurrir sobre el producto de los
bienes que han sido objeto del acto ineficaz, sino después que el acreedor haya sido satisfecho”.
11
LEÓN BARANDIARÁN, Curso del acto jurídico; con refencia al proyecto del Código Civil peruano, pag. 173.

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limitándose tan solo a posibilitar a que el acreedor pueda embargar los bienes
y hacerse pago con ellos, aún cuando estos se encuentren en poder del
adquiriente12.

6.7.2. El resultado frente a los subadquirientes


En principio establecemos que los subadquirientes son aquellos que
adquirieron los bienes de quien, a su vez, los adquirio del fraudator.
El Código Civil prevé esta situación en su artículo 197, donde expresa que;
“la declaración de ineficacia del acto no perjudica los derechos adquiridos a
título oneroso por los terceros subadquirientes de buena fe”, como refiere
Francisco Romero13; no se consideró de por medio el concilium fraudis.
Bajo esta tipificación del artículo podemos apreciar que; quienes hayan
adquirido a título oneroso y de buena fe, se encuentran a salvos del remedio
pauliano. Mientras que por interpretación contrario sensu, la declaración de
ineficacia sí perjudica los derechos adquiridos a título gratuito y también los
adquiridos a título oneroso, pero de mala fe.

7. COMPARACIÓN DE LAS ACCIONES PAULIANA Y SUBROGATORIA


La acción subrogatoria u oblicua, o indirecta, es un medio legal de conservación de la
garantía patrimonial, consistente en el poder que tiene el acreedor de ejercer los derechos
del deudor, sea en vía de acción o para asumir su defensa, con excepción de los que sean
inherentes a la persona o cuando lo prohíba la ley.
El objeto de la subrogatoria son los derechos de crédito y los derechos potestativos del
deudor, que tengan contenido patrimonial y que no sean de carácter estrictamente
personal.
La acción subrogatoria y la pauliana presentan las siguientes semejanzas:
 Ambas se fundan en el principio según el cual el patrimonio del deudor
constituye la garantía de los acreedores.
 Ambas tienen carácter patrimonial.
 Ambas son medios de conservación de la garantía patrimonial.

12
FERNANDO VIDAL RAMIREZ, “Acto Jurídico”, Intituto Pacífico S.A.C., Lima, Pags. 603-604.
13
FRANCISCO ROMERO; “Acto Jurídico”, Grijley, Lima, pág. 268

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Ahora bien, sus diferencias son las siguientes:

 La acción pauliana procede contra los actos del deudor con las cuales
renuncia a derechos o realiza actos de disposición o gravamen de su
patrimonio en perjuicio de su acreedor; la acción subrogatoria cae dentro del
campo de las omisiones del deudor en el reclamo o ejercicio de sus derechos.
 La acción pauliana atac un acto realizado por el deudor y la acción
subrogatoria supone la inactividad del deudor.
 La naturaleza de la acción subrogatoria es de integración patrimonial;
mientras que la naturaleza de la acción pauliana es de constitución de la
garantía patrimonial.
 En la acción subrogatoria el acreedor ejercita un derecho ajeno, el de su
deudor; y en la pauliana el acreedor ejercita un derecho propio.
 La acción subrogatoria presupone la existencia de derechos en el patrimonio
del deudor, mientras que la pauliana presupone que el derecho ya ha salido
del patrimonio del deudor por haberlo enajenado.
 Los efectos de la subrogatoria benefician a todos los acreedores, en cambio
la pauliana favorece únicamente al acreedor accionante.

8. COMPARACIÓN DE LAS ACCIONES PAULIANA Y DE SIMULACIÓN


Entre estas acciones se requiere la existencia del perjuicio, que determina un interés
legítimo de los acreedores para obrar.
 La acción pauliana supone la realización de actos reales, serios, no aparentes;
las partes desean la realización del acto de disposición y la producción de sus
efectos. La acción de simulación presupone un acto aparente que las partes
no quieren que produzca efectos entre ellas. Los simulantes aparentan querer
algo cuando en realidad no quieren nada, o quieren algo diferente.
 La acción pauliana se dirige contra un acto de disposición real del deudor; la
de simulación se dirige contra un acto ficticio y tiende a comprobar que los
bienes no han salido del poder del transferente.
 En la acción pauliana el acto atacado existe realmente, mientras que, en la
acción de simulación, el acto atacado existe solo aparentemente.
 Con la acción de simulación se busca que se verifique la inexistencia de un
acto jurídico solo aparente y que se declare su nulidad; en tanto que con la

UNASAM – FDCCPP - “EL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO” 19


acción pauliana se persigue que el acto real de disposición sea declarado
ineficaz.
 Los titulares de la acción para solicitar nulidad del acto simulado son
cualquiera de las partes simulantes y los terceros perjudicados; en cambio en
l acción pauliana, los titulares son solamente los acreedores perjudicados con
el acto de disposición de su deudor.
 El beneficio de la acción de simulación alcanza a todo interesado en la
declaración de nulidad del acto aparente; por su parte, la acción pauliana
favorece solamente al acreedor demandante.
9. LA PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PAULIANA
9.1. Doctrina

Para saber cómo se manifiesta la prescriptibilidad es necesario ver como se ha


desarrollado en el tiempo y determinar su enmarcación hoy en día en nuestro
ordenamiento jurídico.

Como afirma (Ramires, 2014, pág. 599), en cuanto a que la prescripción de la acción
pauliana fue previsto ya desde el derecho romano y con esta modalidad de extinción
fue receptada en la codificación civil, entonces de mas esta decir que el ordenamiento
jurídico actual ha tenido como base las diferentes situaciones jurídicas desarrolladas
en el derecho romano, que constituyen una referencia que ha sido mejorada con el
transcurrir del tiempo.

9.2. Ley

Es por ello que en el código civil se puede determinar que la acción pauliana es una
acción declarativa de ineficacia, que se puede determinar a través del inciso 4 del
artículo 2001 del C.C que fija un plazo prescriptorio de dos años: “Prescriben, salvo
disposición diversa de la ley (…) A los dos años de la acción revocatoria;
estableciendo que este se determina como un tiempo prudente en el que el acreedor
debe hacer todos os medios posibles para que el patrimonio del deudor vuelva a él,
y así poder gravar dichos bienes restituidos . Pasado dicho plazo toda acción en la
que recurra el acreedor, será ineficaz.

UNASAM – FDCCPP - “EL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO” 20


Debemos tener en cuenta que es clave diferenciar entre, es mejor llamara acción
pauliana que acción revocatoria, esto debido a como se le determina en el art. 195
del código civil y su misma naturaleza jurídica.

Avocándonos a la prescriptibilidad de la acción pauliana debemos tener en cuenta un


aspecto que es muy importante en cuanto a que el código civil dispone en su:

Art.198.- “No procede la declaración de ineficacia cuando se trata del


cumplimiento de una deuda vencida, si ésta consta en documento de fecha cierta".

Donde ese puede inferir que el acreedor no solamente tiene el derecho al cobro de la
deuda, sino que tiene la obligación de ejercitar el mismo en forma oportuna. Porque
de lo contrario las acciones de, prescripción y caducidad le serán oponibles

También (Ramires, 2014) citando a Messi neo establece que la acción pauliana no
procede cuando el cumplimiento de la obligación se realiza en forma normal, por lo
que se puede determinar que se cumplió en un periodo que está fuera de la sospecha
y por lo tanto, el deudor que cumple no pone nada propio para perjudicar a otros
acreedores y además el acreedor es pagado.

Por ello podemos decir que el código en este artículo exige que la deuda vencida
conste en documento de fecha cierta; y así evitar simulaciones que introduzcan
obligaciones anteriores y se conceda preferencia a un falso acreedor, que también
puede tener una acreencia vencida, por lo que pueden causarse daños al acreedor que
tiene el derecho de imponer la acción pauliana.

Entonces a esto debe agregar diciendo que la fecha cierta es puesta, no por las partes
sino por personas ajenas a la relación entre acreedor y deudor, tal, por ejemplo, el
protesto notarial, el requerimiento a través de una carta notarial; que constara como
un elemento objetivo que Dara probanza al acto.

Para complementar la idea se tiene que, documentos privados el Código Procesal


Civil, contiene indicadores para precisar la fecha cierta como lo dispone en el artículo
siguiente:

Art.245.- "un documento privado adquiere fecha cierta y produce eficacia jurídica
como tal en el proceso desde:

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1. La muerte del otorgante

2. La presentación del documento ante funcionario público.

3. La presentación del documento ante notario público, para que certifique la


fecha o legalice las firmas.

4. La difusión a través de un medio público de fecha determinada o determinable.

5. Otros casos análogos.

Entonces con lo expuesto líneas arriba podemos decir que necesariamente que para
que se establezca la prescriptibilidad de un hecho es necesario establecer la fecha
cierta y así establecerse dentro de los parámetros que la ley establezca para
salvaguardar los derechos y obligaciones de los acreedores que acude a la vía de la
acción pauliana

A todo ello se determina que de conformidad con el inciso 4 del artículo 2001 del
Código, la acción revocatoria (debió decir de ineficacia, por cuestión de coherencia)
de un acto fraudulento prescribe a los dos años. En donde, el plazo prescriptorio
empieza a contarse desde el día en que puede ejercerse la acción.

Por lo que con el sistema del Código de 1936 (artículo 1168), la situación era más
clara y segura: los dos años se computaban desde la celebración del acto fraudulento,
pese a que tal solución resultaba perjudicial si el acto se había mantenido oculto. Al
disponer el nuevo ordenamiento que el plazo corre desde que puede ejercerse la
acción, hemos de entender que es desde que el acreedor toma conocimiento de la
disposición fraudulenta de bienes del deudor, quedando claro, por cierto, que se
presume conocida si la transferencia ha sido objeto de inscripción registral.

9.3. Jurisprudencia

Para poder entender mejor el caso de prescriptibilidad ha sido necesario echar mano
a una sentencia (Cas. Nº 2250-98. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 38. enero 2001.
Pág. 243) que establece lo siguiente:

"Que el demandante mediante la presente acción pauliana o revocatoria ha de-


mostrado la preexistencia del crédito al acto de disposición patrimonial que le ha

UNASAM – FDCCPP - “EL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO” 22


causado perjuicio. (...) Que, si bien es cierto que el inmueble transferido no era
propiedad de la demandada al momento del otorgamiento del crédito no es menos
cierto que el mismo pasó a su dominio en el año de 1995 y por tanto a conformar su
acervo patrimonial, por ende, conocido, por lo cual el acreedor tenía preferencia en
el cobro de la deuda impaga y lo único que ha buscado la recurrente es agravar su
insolvencia en perjuicio del reclamante de la obligación"

Entonces se puede dilucidar de tal caso que es necesario una prueba que acredite el
inicio y término del plazo, si en caso se quisiera tomar medidas por medio de la
acción pauliana y que, de no cumplir con el plazo establecido por la ley, dicho pedido
no surge efectos para ninguna de las partes.

10. EL FRAUDE Y LA QUIEBRA


10.1. Doctrina

En este pequeño trabajo, el grupo ha considerado que es necesario tener en cuenta,


el principal objetivo que radica en conocer y analizar la evolución legislativa
sobre la quiebra en el Perú y sus diversas implicancias en cuanto al acto jurídico.

Como bien lo establece (Montes, 2010, pág. 270), la diferencia sustancial está en
que en el caso de la quiebra no solo interesa y beneficia al acreedor que acciona
sino a la totalidad de acreedores; por lo que se debe tener en cuenta principios
sobre la universalidad patrimonial, donde puede existir una colectividad de
acreedores, y por ende existir concepto de igual para todos los acreedores.

También (Ramires, 2014, pág. 605) determina que las disposiciones en materia
de quiebra son las aplicables a la restructuración patrimonial de los deudores y
al procedimiento concursal; donde se puede inferir de que en el primer caso se
puede restablecer los bienes al deudor, y en el segundo caso se puede buscar una
solución integral para el conflicto de obligaciones pendientes o pagos por parte
del deudor.

10.2. Ley

El artículo 200 del código civil en su segundo párrafo hace mención de “quedan
a salvo las disposiciones pertinentes en materia de quiebra”; por lo que se podría

UNASAM – FDCCPP - “EL ACTO JURÍDICO FRAUDULENTO” 23


decir la ineficacia como consecuencia de quiebra del deudor obedece a otras
razones. En general no es solo la insta del acreedor en su propio beneficio, sino
que resulta en beneficio de todos los acreedores.

Por otro lado, debe señalarse que en el derecho concursal existen otros principios
que sin duda justifican un diverso tratamiento legislativo como:

a) la regla de universalidad patrimonial;

b) la existencia de una colectividad de acreedores;

c) el concepto de igualdad de derechos para todos ellos (con la salvedad de los


privilegiados) que justifica la llamada parconditio creditorum.

d) la posible actuación de oficio de órganos judiciales y administrativos; y, por


cierto.

e) la administración, gestión, liquidación por terceros, de los bienes del


quebrado

10.3. Jurisprudencia

Para dilucidar el tema contamos con una Tesis Jurisprudencial (N°1.a. /J.
127/2012 (10a.) de Suprema Corte de Justicia, Primera Sala) que determina lo
siguiente:

(…) La acción pauliana. Cuando existe garantía personal a favor del


acreedor (actor), la insolvencia del deudor solidario deberá probarse en el juicio
de acuerdo con las reglas sobre la distribución de la carga probatoria (…)

Por lo que se puede concluir para estimar fundada la pretensión en el ejercicio de


esta acción, es necesario que concurran los siguientes elementos: la existencia de
un acto jurídico celebrado posteriormente a la obligación de pago; que dicho acto
jurídico deteriore el patrimonio del deudor y lo deje en estado de insolvencia y,
como consecuencia de lo anterior, se cause perjuicio al acreedor (por extinguirse
cualquier garantía de pago); además, si la celebración del acto se realizó de
manera onerosa, la mala fe tanto del deudor como del tercero que contrató con él,
por haber conocido del perjuicio que el acto puede acarrear al o a los acreedores.

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CONCLUSIONES

1. La evolución de la responsabilidad personal a la patrimonial, en caso de deudas, es


una evolución no a favorecimiento de nadie; sino del respeto a los derechos que
gozan todos los sujetos.
2. Si bien no existe una noción del fraude en nuestra legislación, este nos brinda un
conjunto de características que tienen el acto jurídico fraudulento. Además de
optarnos de medidas para la protección del derecho del acreedor.
3.
4.
5. En cuanto a la prueba del fraude, incumbe al acreedor la prueba sobre la existencia
del crédito y; corresponde al deudor y al tercero la carga de la prueba sobre la
inexistencia del perjuicio, o sobre la existencia de bienes libres suficientes para
garantizar la satisfacción del crédito.
6. En la acción subrogatoria el acreedor ejercita un derecho ajeno, el de su deudor; y en
la pauliana el acreedor ejercita un derecho propio.
7. Podemos decir entonces que la razón de las vías procedimentales salta a la vista. No
todas las situaciones civiles son susceptibles de disciplinarse procesalmente en
cuerpo legal respectivo y por tanto el legislador creyó conveniente regular en este
lugar la manera de tramitar los distintos casos de accione pauliana.

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BIBLIOGRAFÍA

CABANELLAS, G. (s.f.). DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE DERECHO USUAL


(Vol. III). BUENOS AIRES: Heliasta S.R.L.

GALINDO GARCÍA, P. (2011). Fraude del acto jurídico en el Código Civil Peruano de
1984. REVISTA VINCULANDO.

ROMERO MONTES, F. (2013). ACTO JURÍDICO. Lima: Grijley.

TORRES VÁSQUEZ, A. (2010). ACTO JURÍDICO. Lima: IDEMSA.

VIDAL RAMIREZ, F. (2016). EL ACTO JURÍDICO. Lima: Instituto Pacífico S.A.C.

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ANEXOS

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