Espinoza Espinoza
La invalidez e ineficacia
del acto jurídico
en la jurisprudencia
“Como los raperos, como los dj, que bloquean con los dedos
el giro normal del disco en el tornamesa, del mismo modo
los empresarios de la camorra bloquean por un momento el
andamiento del disco del mercado legal. Lo bloquean, hacen
scratch, para después hacerlo volver a partir más veloz que
antes. (…) Hacer scratch, sutiliza el diafragma que hay entre
la ley y el imperativo económico, entre lo que la norma prohí-
be y lo que las ganancias imponen”.
Roberto SAVIANO, Gomorra, Mondadori, Milano, 2006
CAPÍTULO I
La invalidez y la ineficacia
(1) Así, se sostiene que “la estructura negocial está conformada por el complejo de las relaciones entre los elementos y
los requisitos, la cual está conceptualizada en una situación estática. Por lo demás, este aspecto negocial es parte de
un proceso jurídico unitario en donde existe una estrecha relación y unión sucesiva” (Rómulo MORALES HERVIAS,
Inexistencia y nulidad analizadas desde el punto de vista de los derechos italiano, español y peruano, en Revista del
Foro, año LXXXVI , No 1, 1998, 43).
(2) Se sostiene, con razón, a propósito del contrato (que no deja de ser un negocio jurídico) que “la eficacia es una noción
distinta respecto de la de validez. El contrato válido es el contrato que responde a las prescripciones legales (…). La
eficacia del contrato se refiere a la producción de sus efectos.
De esta diversidad de nociones, se colige que la invalidez no importa siempre la ineficacia del contrato” (Massimo
BIANCA, Diritto Civile, 3, Il contratto, Giuffrè, Milano, 1987, 496-497).
(3) Este prescribe que “el matrimonio invalidado produce efectos civiles respecto de los cónyuges e hijos si se contrajo de buena
fe, como si fuese un matrimonio válido disuelto por divorcio.
Si hubo mala fe en uno de los cónyuges, el matrimonio no produce efectos en su favor, pero sí respecto del otro y de los hijos.
El error de derecho no perjudica la buena fe”.
(4) Massimo BIANCA, op. cit., 573.
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
(14) En sentido contrario, sostiene que la rescisión es un supuesto de “ineficacia funcional”, Lizardo TABOADA CÓRDO-
VA, Nulidad del acto Jurídico, Grijley, segunda edición, Lima, 2002, 32.
(15) Leysser LEÓN HILARIO, Apuntes sobre el papel de la voluntad en los negocios jurídicos (con especial referencia a
los contratos), en Estudios sobre el Contrato en General, selección, traducción y notas de Leysser LEÓN HILARIO,
segunda edición, ARA Editores, Lima, 2004, 934.
(16) El artículo completo prescribe que “En los contratos conmutativos de ejecución continuada, periódica o diferida, si la
prestación llega a ser excesivamente onerosa por acontecimientos extraordinarios e imprevisibles, la parte perjudicada
puede solicitar al juez que la reduzca o que aumente la contraprestación, a fin de que cese la excesiva onerosidad.
Si ello no fuera posible por la naturaleza de la prestación, por las circunstancias o si lo solicitara el demandado, el juez
decidirá la resolución del contrato. La resolución no se extiende a las prestaciones ejecutadas”.
(17) El art. 1537 c.c. establece que: “el contrato por el cual una de las partes se compromete a obtener que la otra adquiera
la propiedad de un bien que ambas saben que es ajeno, se rige por los artículos 1470, 1471 y 1472”. Dichos artículos
se refieren a la promesa de la obligación o del hecho de un tercero.
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
(18) Mario ZÚÑIGA PALOMINO, El comprador en la “venta de bien ajeno”:¡dueño de nada! Análisis conceptual y
funcional de recientes criterios jurisprudenciales, en Ius et veritas, año XIII, Nº 25, Lima, 2002, 363.
(19) Freddy ESCOBAR ROZAS, Reflexiones en torno a la llamada venta de bien ajeno, en Thémis, Segunda Época, Nº 29,
Lima, 1994, 164.
(20) Freddy ESCOBAR ROZAS, op. cit.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
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CAPÍTULO iI
(21) José LEÓN BARANDIARÁN, Tratado de Derecho Civil. Concordado con el Código Civil de 1984, Tomo I, WG
Editor, Lima, 1991, 367.
(22) Así, aunque inicialmente se sostenga (en posición que no comparto) que “no se requiere pronunciamiento judicial que
declare que el acto es nulo”, se afirma que “si hubiera disputa entre las partes acerca de si el acto es o no nulo, corres-
ponderá al juez resolver sobre el particular, no pronunciando su nulidad, pero si reconociéndola o constatándola” (José
LEÓN BARANDIARÁN, op. cit., 364).
(23) Así, se sostiene, con razón, que “puesto que la acción mira a impedir o destruir los efectos negociales, se puede notar
de ello mismo que cuando se interpone la acción, tal vez los efectos prácticos pueden haberse obtenido íntegramen-
te, parcialmente, o quizá todavía no se han producido ningún género de consecuencias prácticas ni jurídicas típicas
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
b) Abona esta interpretación el artículo 2001.1 c.c., que establece que, trans-
curridos diez años, prescribe la acción de nulidad del acto jurídico. La ex-
cepción a esta regla la tenemos en el artículo 276 c.c., que establece que la
acción de nulidad de matrimonio no caduca. Ello quiere decir que trans-
curridos los diez años, no obstante se pueda invocar judicialmente la pre-
tensión de nulidad del acto jurídico, existe una alta contingencia que esta
pretensión no sea acogida(24).
c) En efecto, en este supuesto, frente a una pretensión de este tipo, la parte
demandada puede interponer una excepción de prescripción extintiva (ar-
tículo 446.12 c.p.c.) y el juez deberá ampararla. Solo si no es invocada la
prescripción, podrá tener suceso la pretensión de nulidad del acto jurídico,
porque ello implica una renuncia tácita a la prescripción ya ganada (artícu-
lo 1991 c.c.) y el juez no podrá fundar su fallo en la prescripción si no ha
sido invocada (artículo 1992 c.c.).
d) Se podrá criticar la severidad o injusticia de establecer un plazo prescrip-
torio, convalidando, de esta manera, los actos afectados de nulidad; pero la
seguridad en el tráfico jurídico así lo exige. Recuérdese que no solo los ce-
lebrantes del acto jurídico afectado de nulidad pueden solicitar la declara-
ción judicial de nulidad; también está legitimado el Ministerio Público y el
que tenga (no obstante la literalidad del artículo 220 c.c.) legítimo interés.
En opinión que comparto, el adagio quod nullum est, nullum producit effec-
tum, “notoriamente, reflejaba una idea de nulidad que se identificaba con la
inexistencia”(25). Por ello, el acto jurídico afectado de nulidad produce efectos jurídicos
precarios y dejará de hacerlo cuando haya una sentencia que lo declare como tal.
La diferencia entre el acto jurídico afecto de nulidad y el anulable no estriba en
que uno no produce efectos jurídicos y el otro sí, sino en las siguientes cuestiones:
a) El plazo de prescripción del acto afectado de nulidad es de diez años y el
del acto anulable es de dos años (artículo 2001.4 c.c.).
b) La legitimación para pedir la declaración judicial de nulidad del acto ju-
rídico la tienen las partes afectadas, el que tiene legítimo interés y el
Ministerio Público. En el caso de anulabilidad, la legitimación solo la tiene
la parte afectada (artículo 230 c.c.).
c) En el acto afectado de nulidad cabe excepcionalmente la conversión legal
(como es el caso de los artículos 703 y 1829 c.c.), en el acto anulable, la
confirmación (artículo 230 c.c.).
propias, porque, como dijimos, el negocio nulo produce efectos jurídicos como válido hasta la sentencia judicial que
lo sancione” (Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, op. cit., 546).
(24) Se observa que “son muchos los autores que piensan –y con razón– que la nulidad absoluta no debe prescribir. En el
caso de simulación absoluta los motivos para sostener esta tesis son más poderosos, pues no hay razón para que la fal-
sedad jurídica se convierta con certeza válida por el transcurso de tiempo” (Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA,
op. cit., 392).
(25) Massimo FRANZONI, Dell’annullabilità del contratto, Artt. 1425-1426, Giuffrè, Milano, 1997, 32.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
Se afirma que “la falta o defecto de uno de los requisitos negociales se resuelve
siempre en una anomalía del interés del “supuesto negocial” así como el contraste
de la autónoma determinación de los sujetos con las normas imperativas se resuelve
siempre en una contraposición entre el interés programado y los valores fundamen-
tales del sistema”(26).
La invalidez jurídica “es el resultado de un juicio de disvalor del ordenamiento
respecto a un hecho o acto que expresa intereses no merecedores de tutela”(27). En
posición que comparto, se sostiene que, “en realidad, la equivalencia entre nulidad
y ausencia de efectos es solo una simplificación escolástica, utilizada prevaleciente-
mente para distinguir, en el ámbito de la categoría de la invalidez, las instituciones
de la nulidad y de la anulabilidad”(28).
Se afirma que “la radical ineficacia del acto determinaría la inidoneidad del
acto a incidir en la realidad jurídica. Esta indiferencia solo se verificaría por la sen-
tencia que declara la nulidad, sentencia a la cual se podría llegar con una demanda
no limitada por los vínculos del transcurso del tiempo. Los efectos de la decisión
serían retroactivos, de tal manera que, si se hubiese producido alguna consecuencia,
esta debería ser eliminada a través de la restitución de las prestaciones ya efectua-
das: Pero estos principios, de hecho, sufren varias limitaciones”.
Debe tenerse en cuenta que, en un sistema como el nuestro, la acción para pedir
la nulidad, prescribe a los 10 años (art. 2001.1 c.c.). En la experiencia jurídica ita-
liana, tal como lo expresa el art. 1422 c.c. ita., la acción para solicitar la nulidad es
impresciptible, salvo que exista prescripción adquisitiva y que haya prescrito la ac-
ción de repetición (la cual, a su vez, es de 10 años y de 5 si la repetición se refiere a
prestaciones de intereses o realizadas periódicamente). En efecto, “de la imprescrip-
tibilidad de la acción de nulidad del contrato no se deriva también la imprescriptibi-
lidad de los derechos negados, impedidos o perjudicados por el contrato nulo”(29).
Según el art. 1274 c.c. “La acción para recuperar lo indebidamente pagado
prescribe a los cinco años de efectuado el pago”. El art. 1275 c.c., siguiendo en
parte el modelo italiano, establece que:
“No hay repetición de lo pagado en virtud de una deuda prescrita, o
para cumplir deberes morales o de solidaridad social o para obtener un
fin inmoral o ilícito.
Lo pagado para obtener un fin inmoral o ilícito corresponde a la insti-
tución encargada del bienestar familiar”.
(26) Raffaele TOMMASINI, voz Nullità, b) Diritto Privato, en Enciclopedia del Diritto, Vol. XXVIII, Giuffrè, Milano,
1978, 880.
(27) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, Le nullità negoziali di diritto
comune, speciali e virtuali, a cura de Lanfranco FERRONI, Giuffrè, Milano, 1998, 6.
(28) Maria COSTANZA, Gli effetti di rapporti giuridici nulli, en AA. VV. L’invalidità degli atti privati, CEDAM, Padova, 2001, 91.
(29) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 833.
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
Una atenta doctrina afirma que “no hay duda, en todo caso, que la acción de
repetición de lo pagado indebidamente actúa como forma de tutela derivada respec-
to de la verificación de la nulidad, meramente eventual y no exclusiva, dirigida a la
recuperación de lo que le corresponde al actor respecto al otro contrayente en eje-
cución del contrato nulo. La acción tiene carácter personal y está sujeta al plazo de
la prescripción ordinaria. Concurre alternativamente con esta, sobre el presupuesto
de la ineficacia del negocio nulo y de la idoneidad de este a efectos de transferir la
propiedad de cuando haya sido dado sine causa, la acción real de reivindicación”(30).
En efecto, “el adquirente a domino en base a un contrato nulo es propietario me-
diante la usucapión de veinte o de diez años si se trata de una cosa mueble y la po-
sesión sea de buena fe”(31). Entonces, “hasta que no se haya producido la usucapión,
la cual extingue por reflejo el derecho del enajenante, este último puede siempre
hacer valer la nulidad con la acción de reivindicación. La prescripción de la acción
(personal) de repetición tiene el efecto de bloquear definitivamente la operatividad
de la acción de nulidad solo en el caso que el enajenante no sea propietario: en este
caso, perdida la acción de repetición, la cual prescinde de la prueba de la propie-
dad, el enajenante no está en grado de solicitar la restitución de la cosa”(32). En
otras palabras: “el remedio alternativo de la acción de reivindicación, que es una
acción diversa y absolutamente autónoma respecto a la acción de repetición, ofre-
ce una mayor tutela, en cuanto, prescrita la segunda, permite al actor reafirmar el
propio derecho de propiedad sobre el bien del cual había perdido la disponibilidad
material. La acción de reivindicación, por otro lado, en razón de su imprescriptibili-
dad, puede ser paralizada solo por la usucapión en el tiempo transcurrido a favor de
terceros”(33).
Sin embargo, el derecho a solicitar la repetición también tiene sus límites: “la
disciplina unitaria de la condictio indebiti encuentra su complemento en la dis-
posición del art. 2035 c.c.ita.(34), la cual funge de límite legal a la aplicación del
(30) Anna BONFILIO y Vincenzo MARICONDA, L’azione di nullità, en I contratti in generale, dirigido por Guido ALPA
y Mario BESSONE, IV, Effetti, invalidità e risoluzione del contratto, Primer Tomo, Giurisprudenza sistematica di
Diritto Civile e Commerciale, fundada por Walter BIGIAVI, UTET, Torino, 1991, 511.
(31) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 841. El art. 950 c.c.
prescribe que:
“La propiedad inmueble se adquiere por prescripción mediante la posesión continua, pacífica y pública como propie-
tario durante diez años.
Se adquiere a los cinco años cuando median justo título y buena fe”.
El art. 951 c.c., por su parte, prescribe que:
“La adquisición por prescripción de un bien mueble requiere la posesión continua, pacífica y pública como propietario
durante dos años si hay buena fe, y por cuatro si no la hay”.
(32) Anna BONFILIO y Vincenzo MARICONDA, op. cit.
(33) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 842. El art. 927 c.c. regu-
la que: “La acción reivindicatoria es imprescriptible. No procede contra aquél que adquirió el bien por prescripción”.
(34) Que norma de esta manera: “Quien ha efectuado una prestación para un fin que, también por parte suya, constituya una
ofensa a las buenas costumbres no puede repetir lo que ha pagado”.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
precedente art. 2033 c.c.ita.(35), dado que el juez de mérito, llamado a pronunciarse
sobre una condictio ob iniustam causam, cuando haya constatado la ilegalidad o la
contrariedad al orden público del acto sometido a evaluación, debe actuar de oficio
también a la verificación de su eventual contradicción a las buenas costumbres”(36).
Como ejemplo se propone el contrato de maternidad subrogada que no fue cumpli-
do y el juez no amparó la pretensión de la pareja de que se le devuelva lo pagado
(sentencia del Tribunal de Monza, del 27.10.89)(37). No obstante la contravención a
las buenas costumbres constituya una excepción a la repetición de lo indebidamente
pagado, la Corte Suprema italiana, en tema de corrupción, ha afirmado que la natu-
raleza ilícita del pacto no excluye la condena del oficial público a la restitución de la
suma entregada al particular:
“puesto que la única excepción a la devolución de lo indebidamente paga-
do está dada por la prestación contraria a las buenas costumbres (art. 2035
c.c.ita.), mientras que califica en el esquema del pago indebido objetivo
(art. 2033 c.c.ita.) el derecho a la restitución de las sumas pagadas en eje-
cución del contrato nulo, en cuanto ha sido viciado por un motivo ilícito,
único y exclusivo; derecho cuyo ejercicio no es incompatible con la cuali-
dad de imputado que, como consecuencia del contrato ilícito, pueda asumir
aquel que ha pagado indebidamente, puesto que el título a la restitución
reside en el hecho objetivo del pago “no debido” realizado”(38).
En otra decisión se ha adoptado una postura similar, así:
“siendo el contrato de cesión de drogas nulo por ilicitud de causa y no pu-
diendo surgir de su estipulación ninguna pretensión tutelada por el ordena-
miento, no puede haber ninguna duda sobre el carácter injusto del prove-
cho perseguido por quien, con amenazas y golpes, constriña a una persona
a hacerse entregar una suma de dinero como precio por la droga entregada
y por consiguiente, sobre la plena subsistencia de este elemento constituti-
vo del delito tipificado en el art. 629 c.p.ita., no pudiéndose, por otro lado,
invocar la tutela indirecta predispuesta por el art. 2035 c.c.ita., con el reco-
nocimiento de la soluti retentio, tratándose de una norma que hace referen-
cia a un acto contrario a las buenas costumbres y no, como en este caso, a
un acto contrario a normas imperativas, según la distinción establecida en
el art. 1343 c.c.ita.(39)”(40).
(35) Que regula lo siguiente: “Quien ha efectuado un pago indebido tiene el derecho a repetir lo que ha pagado. Tiene
derecho además a los frutos y a los intereses desde el día del pago si quien lo recibió lo hizo de mala fe, o si este era
de buena fe, desde el día de la demanda”.
(36) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 842.
(37) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 845.
(38) Casación penal, 15.03.93, citada por Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILE-
LLA, op. cit.
(39) El cual establece que: “la causa es ilícita cuando es contraria a las normas imperativas, al orden público y a las buenas
costumbres”.
(40) Casación penal, 16.10.90, citada por Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILE-
LLA, op. cit., 845-846.
17
Juan ESPINOZA ESPINOZA
A ello, se debe agregar que “si el acto nulo es susceptible de publicidad y por
consiguiente, al menos de potencial oponibilidad, este no puede considerarse caren-
te de consecuencias”(41). Se concluye que “si los intereses de la circulación pueden
parecer prevalecientes en la adopción de estas reglas, sobre el plano de la recons-
trucción lógica resulta inevitable convenir que la ley asigna al acto nulo la capaci-
dad de incidir en la realidad jurídica. La funcionalidad de la regla es irrelevante, si
no como expresión de una solución que cuando no sea contradictoria, determina el
sentido del supuesto de hecho”(42).
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CAPíTULO III
La inexistencia
(43) Alfredo FEDELE, La invalidità del negozio giuridico di Diritto Privato, G. Giappichelli, Torino, 1943, 75.
(44) Andrea BELVEDERE, L’inesistenza negoziale tra dogmatica e semantica, en AA. VV. L’invalidità degli atti privati,
CEDAM, Padova, 2001, 6.
(45) Andrea BELVEDERE, op. cit., 6 y 7.
(46) Georges LUTZESCO, Teoría y práctica de las nulidades, traducido por Manuel ROMERO SÁNCHEZ y Julio LÓPEZ
DE LA CERDA, sétima edición, reimpresión, México, 1993, 175.
(47) Así, Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 7.
(48) Lina BIGLIAZZI GERI, L’interpretazione del contratto, Giuffrè, Milano, 1991, 20.
19
Juan ESPINOZA ESPINOZA
que permite hablar de un cierto evento como de contrato o de acto unilateral. La im-
portancia de la distinción entre nulidad e inexistencia se encuentra en lo siguiente:
el contrato o el acto inexistente no produce aquellos efectos limitados que (…) el
contrato o el acto nulo producen(49).
Este debate se repite en la doctrina nacional. Por un lado, se subsume el
concepto de inexistencia en el de nulidad, al precisar que “lo nulo, del latín nullus,
viene a ser lo que no es o le falta valor y fuerza para tener efecto. Esta acepción
llevada a su significado jurídico nos da la idea de la ineficacia y la invalidez abso-
lutas y, de ahí, a la idea de lo nulo como algo inexistente jurídicamente, esto es, a
la inexistencia del acto o negocio, pero no a la negación de lo que existe como un
hecho que se ha producido. De ahí, también, que lo nulo solo implique una inexis-
tencia jurídica”(50). También se sostiene que “los casos que en otros sistemas se con-
sideran de inexistencia, entre nosotros, son de nulidad”(51). Se advierte “la fragilidad
filosófica en que se sustenta la teoría de la inexistencia. Si la inexistencia es la nada,
es imposible imaginársela; solo sería virtualmente posible definirla no a través de
ella misma, sino como carente de que es el ser. Tampoco puede ser enfocada desde
un género próximo y diferencia específica, porque la nada no puede ser confrontada
sino con lo que es. Pero la inexistencia jurídica no es tan inexistencia, porque no se
respalda en negaciones y porque los actos supuestamente inexistentes pueden gene-
rar consecuencias de alguna especie”(52).
Me suscribo a la posición en la cual se afirma que “razones técnicas justi-
fican mantener la inexistencia como figura autónoma: únicamente el negocio nulo
puede ser salvado mediante su conversión en otro negocio válido o mantenido como
putativo, como es el valor de la letra nula como reconocimiento de deuda en el pri-
mer caso y la validez del matrimonio nulo del cónyuge de mala fe en el segundo
caso. Se requiere, entonces, de una figura extrema que impida toda posibilidad de
convalidación y esa figura es la de la inexistencia del negocio jurídico”(53). La autora
afirma que el inc. 1 del art. 219 c.c. es un supuesto de inexistencia, por cuanto no
cabe la conversión de un acto jurídico en el cual no ha habido manifestación de vo-
luntad. Se pronunció en este mismo sentido, el 63 Juzgado Especializado en lo Civil
de la Corte Superior de Lima, con resolución Nº 44, del 27.09.05 (Exp. Nº 23111-
2002) j2 , argumentando que:
“Siendo que el acto jurídico, tal como se encuentra establecido en nues-
tra legislación –artículo 140 del Código Civil–, es la manifestación de
(49) Francesco GALGANO, El negocio jurídico, traducido por Francisco BLASCO GASCÓ y Lorenzo PRATS ALBEN-
TOSA, Tirant lo Blanch, Valencia, 1992, 261.
(50) Fernando VIDAL RAMÍREZ, El Acto Jurídico, cuarta edición, Gaceta Jurídica, Lima, 1999, 498.
(51) Marcial RUBIO CORREA, Nulidad y anulabilidad. La invalidez del acto jurídico, Vol. IX, Biblioteca Para leer el
Código Civil, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, Lima, 1989, 25.
(52) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, El negocio jurídico, 2a edición, Grijley, Lima, 1994, 523.
(53) Shoschana ZUSMAN TINMAN, Teoría de la invalidez y la ineficacia, en Ius et Veritas, año IV, Nº 7, 1993, 161.
20
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
21
CAPíTULO IV
La nulidad
(58) Federico DE CASTRO Y BRAVO, El negocio jurídico, reimpresión, Civitas, Madrid, 1991, 464.
(59) Federico DE CASTRO Y BRAVO, op. cit., 471.
(60) Federico DE CASTRO Y BRAVO, op. cit., 472.
(61) Federico DE CASTRO Y BRAVO, op. cit.
(62) Federico DE CASTRO Y BRAVO, op. cit.
23
Juan ESPINOZA ESPINOZA
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
(70) Lina BIGLIAZZI GERI, Umberto BRECCIA, Francesco D. BUSNELLI y Ugo NATOLI, Derecho Civil, Tomo I,
Volumen 2, Hechos y Actos jurídicos, traducido por Fernando HINESTROSA, Universidad Externado de Colombia,
reimpresión, Bogotá, 1995, 1030.
25
Juan ESPINOZA ESPINOZA
26
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
Se debe tener presente que, al cumplir los 18 años, existe una presunción rela-
tiva de capacidad de ejercicio, la cual puede interpretarse (más allá de lo evidente)
del art. 42 c.c. No se debe olvidar que la regla es la capacidad de ejercicio y la
excepción es la incapacidad. Cuando el Código Civil se refiere al “incapaz” o al “in-
terdicto” se está aludiendo a una persona que ha sido declarada judicialmente como
(71) Así, a propósito de la responsabilidad extracontractual, se sostiene que, “si hubiese culpa precedente, dice ORGAZ,
aunque no en el momento del acto ilícito, aquella basta para la imputabilidad (actio libera in causa). Esta condición
no ha de entenderse como referida solamente al “propósito” de colocarse en situación de inconsciencia, pues basta la
falta de prudencia, o la situación del que pudiendo prever la pérdida de voluntad no lo previó y desdeñó tomar las pre-
cauciones del caso (ingirió bebidas irreflexivamente; usó estupefacientes sin prescripción médica; se dejó hipnotizar)”
(Santos CIFUENTES, con la colaboración de Manuel O. COBAS y Jorge A. ZAGO, Negocio jurídico. Estructura.
Vicios. Nulidades, 1ª. reimpresión, Astrea, Buenos Aires, 1994, 105).
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
(72) Max ARIAS SCHREIBER PEZET, con la colaboración de Carlos CÁRDENAS QUIRÓS, Angela ARIAS SCHREI-
BER MONTERO y Elvira MARTÍNEZ COCO, Código Civil Peruano de 1984. Exégesis, Tomo I, Librería Studium,
Lima, 1986, 108.
(73) Manuel DE LA PUENTE Y LAVALLE, El Contrato en general. Comentarios a la Sección Primera del Libro VII del Código
Civil, Vol. XI, Primera Parte, Tomo I, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, Lima, 1998, 385.
(74) Manuel DE LA PUENTE Y LAVALLE, op. cit.
(75) Enrique VARSI ROSPIGLIOSI, Contrato celebrado por incapaces con discernimiento, Comentario al artículo 1358
c.c., en Código Civil Comentado, Tomo VII, Contratos en General, Gaceta Jurídica, Lima, 2004, 100.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
(76) Juan ESPINOZA ESPINOZA, La capacidad civil de las personas naturales. Tutela jurídica de los sujetos débiles,
Grijley, Lima, 1998, 121.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
que sostiene se han inaplicado los artículos dos mil doce, dos mil ca-
torce, dos mil treinticuatro y dos mil treinta y cinco del Código Civil;
(…) Que, el artículo dos mil doce del Código Civil recoge literalmente
el contenido del artículo quinto del Título Preliminar del Reglamento
General de los Registros Públicos, y contiene el principio de publici-
dad, al establecer que toda persona tiene conocimiento del contenido
de las inscripciones, y el artículo dos mil trece del mismo Código esta-
blece que el contenido de las inscripciones se presume cierto y produce
todos sus efectos mientras no se rectifique o declare judicialmente su
invalidez. El primero contiene una presunción “jure et de iure”, el se-
gundo una presunción “juris tantum”; en otras palabras, todos conocen
el contenido de las inscripciones, y su contenido será cierto mientras
no se declare lo contrario; (…) Que, en consecuencia, el artículo dos
mil doce del Código Civil tiene que complementarse con lo dispuesto
en el artículo ciento ochenta y cuatro del Reglamento General de los
Registros Públicos, el que establece que a fin de asegurar la publici-
dad de los Registros, los funcionarios de los mismos están obligados
a manifestar a toda persona, los libros, los títulos archivados, índices
y demás documentos que obran en las oficinas registrales; (…) Que, la
exposición de motivos del artículo dos mil doce, bajo comento, con-
firma esta apreciación, al sostener que la presunción cerrada de cono-
cimiento del contenido registral, encierra solo un aspecto parcial de la
publicidad al sostener una ficción legal, pues su aplicación aislada sin
otorgar la posibilidad efectiva de acceso al Registro “implicaría un gra-
ve problema, referido al hecho de que las personas no puedan mate-
rialmente conocer aquello que la Ley presume de su conocimiento” y
que “la primera publicidad, a la que podemos llamar sustantiva, no es
posible considerarla sin que exista ampliamente garantizada la segun-
da, es la que se puede llamar procesal” – artículo ciento ochenta y cua-
tro del Reglamento General de los Registros Públicos; (Exposición de
Motivos Oficial del Código Civil, Registros Públicos, Lima, mayo de
mil novecientos noventa y ocho Jack Bigio Chrem, página ciento no-
ventiuno); (…) Que, esto determina que forman parte de la publicidad
de los Registros Públicos, los títulos archivados, lo que guarda con-
cordancia con el artículo ciento sesenta del Reglamento antes citado,
porque como el asiento registral es solamente un resumen, en el que
consta el título que da origen al asiento, dicho título está a disposición
a toda persona, porque forma parte del asiento y de la publicidad de los
registros; (…) Que, por ello y a fin de asegurar la buena fe registral,
no solo es necesario leer el resumen del asiento registral, sino tomar
conocimiento del título archivado que le dio origen, más aun cuando el
artículo ciento ochenta y cinco del Reglamento dispone que para con-
seguir la manifestación de los libros y demás documentos, no se re-
quiere tener interés directo o indirecto en la inscripción o documentos,
no expresar el motivo o causa por las cuales se solicitan; (…) Que, en
el caso de autos el inmueble que se hipotecó al Banco recurrente, cons-
taba en el registro que el garante lo obtuvo en división y partición con
sus condóminos en la escritura pública de catorce de octubre de mil
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
c. El razonamiento que el art. 2012 c.c. establece, por regla general, una pre-
sunción de conocimiento, incluso respecto de los títulos archivados y no
del asiento registral es, por decir lo menos, temeraria. En la exposición
de motivos “oficial” se hace mención al (ya derogado) art. 160 del anti-
guo Reglamento General de los Registros Públicos, aprobado por Oficio
Nº 1053-68, del 29.05.68, el cual prescribía que:
“Cada asiento de inscripción contendrá, en resumen, los datos que se-
ñale el reglamento respectivo o la Junta de Vigilancia y en todo caso, el
nombre y denominación del cargo del funcionario público que otorgó
el título, el día y hora en que fue presentado, con indicación del tomo
y número del asiento del Diario respectivo y el monto de los derechos
cobrados” (el subrayado es mío).
Se sostiene que la expresión “en resumen” hace que se deban consultar los títulos
archivados, por cuanto la totalidad de la información no está en los asientos y la pu-
blicidad registral alcanza a toda la documentación (lo inscrito y también lo que no
ha sido inscrito). Acá el operador jurídico oscila entre lo que regula Código Civil y
el actual Reglamento Nacional de los Registros Públicos, aprobado mediante Resolución
del Superintendente Nacional de los Registros Públicos Nº 195-2001-SUNARP/SN, del
19.06.01 y cuyo T.U.O. fuera aprobado mediante Resolución del Superintendente
Nacional de los Registros Públicos Nº 079-2005-SUNARP/SN, del 21.03.05. En
efecto, el art. 2014 c.c. norma que:
“El tercero que de buena fe adquiere a título oneroso algún derecho de
persona que en el registro aparece con facultades para otorgarlo, man-
tiene su adquisición una vez inscrito su derecho, aunque después se
anule, rescinda o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no
consten en los registros públicos.
La buena fe del tercero se presume mientras no se pruebe que conocía
la inexactitud del registro”.
Por otro lado, el art. VIII del T.P. del nuevo Reglamento, precisa que:
“La inexactitud de los asientos registrales por nulidad, anulación, re-
solución o rescisión del acto que los origina, no perjudicará al tercero
registral que a título oneroso y de buena fe hubiere contratado sobre la
base de aquellos, siempre que las causas de dicha inexactitud no cons-
ten en los asientos regístrales”.
Así, nos encontramos frente a dos tipos de “fe pública registral”: el que va
hasta las “causas que no consten en los Registros Públicos” (delimitado por el
Código Civil) y el que tiene su límite en “los asientos registrales” (establecido en
el Reglamento de los Registros Públicos). La primera genera la interpretación que,
forzosamente, tengan que analizarse, incluso, los títulos archivados.
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
(77) Juan Carlos ESQUIVEL OVIEDO, Recuperación de la preferencia perdida por nulidad del asiento de cancelación.
Consecuencia de la extensión de la publicidad registral al título archivado, en Diálogo con la Jurisprudencia, Nº 85,
Año 11, Gaceta Jurídica, Lima, octubre 2005, 248.
(78) Como observa Jorge Luis GONZALES LOLI, Nuevo Reglamento General de los Registros Públicos. Comentarios,
Gaceta Jurídica, Lima, 2002, 76.
(79) Luis ALIAGA HUARIPATA, Principio de fe pública registral, Comentario al artículo 2014 c.c., en Código Civil
Comentado, Tomo X, Responsabilidad Extracontractual. Prescripión y Caducidad, Registros Públicos. Derecho In-
ternacional Privado. Título Final, Gaceta Jurídica, Lima, 2005, 421. El autor agrega que “esta posición a favor del
asiento y su plena autonomía como documento público que contiene la situación registral, permitiría ahorrar tiempo y
reducir costos en el “estudio de títulos”, labor que actualmente se ha tornado excesivamente compleja y onerosa debido
a las circunstancias anotadas” (cit.).
(80) Fernando TARAZONA ALVARADO, Algunas consideraciones referentes a la fe pública registral, en Diálogo con la
Jurisprudencia, Nº 61, Año 9, Gaceta Jurídica, Lima, octubre 2003, 66.
(81) Marco BECERRA SOSAYA, Los alcances de la publicidad material emanada del Registro de Predios. Una nueva
forma de hacer estudio de títulos en el Perú, en Diálogo con la Jurisprudencia, Nº 92, Año 11, Gaceta Jurídica, Lima,
mayo 2006, 274.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
que, con la precisión hecha por el art. VIII T.P. del nuevo Reglamento “de-
bería quedar zanjada la problemática de la interpretación de los alcances
del término “registros públicos”, generado por la redacción del artículo
2014 del Código Civil, en el sentido de entenderse referido a los “asientos
registrales””(82).
e. En sentido contrario a la doctrina registral mayoritaria, se explica que esta
se basa en la tesis de la “inscripción sustantiva”, la cual entiende que:
“- El contenido del documento y el contenido de la inscripción son dis-
tintos. Se disocia el “título (negocio documentado donde consta la ad-
quisición del derecho) del “asiento” (derecho derivado del título).
- Solo el “asiento” afecta a terceros”(83). Ahora bien, este sistema es
el que rige en Alemania, en el cual el sistema de transferencia de
la propiedad es diverso al nuestro, por cuanto en aquel “el nego-
cio real abstracto sumado a la inscripción, produce como efecto
la transferencia de la propiedad o de cualquier otro derecho real, que-
dando desligado del negocio causal. Uno y otro tienen vida indepen-
diente y, en consecuencia, dentro de los límites del sistema jurídico
alemán, sí resulta admisible que el “asiento” (constatación de la trans-
ferencia de propiedad) se disocie del “título”. A esta situación se agre-
ga el hecho que la inscripción tiene el carácter constitutivo. Dentro del
sistema alemán, el negocio causal (de compraventa) vendría a ser el
“título”, completamente desligado del negocio abstracto de atribución
que se publica a través del “asiento””(84). Por ello se afirma que “las
grandes diferencias que existen entre el sistema descrito y el peruano
(en realidad, la diferencia es generalizada con todos los otros derechos
europeos o latinoamericanos) hacen inaplicable en nuestro medio la
teoría de la inscripción “sustantiva””(85). Los argumentos que se mane-
jan son los siguientes:
i) El asiento no tiene vida propia por que está conectado causalmente con
el título que le dio origen(86).
ii) Si el asiento registral contiene toda la información relevante, entonces
cabe preguntarse: ¿para qué seguirá archivándose el título si no cum-
ple ninguna función de oponibilidad?(87).
iii) Solo en un sistema como el alemán, basado en el principio de abstrac-
ción de los actos de enajenación, podría decirse que el asiento se “in-
dependiza” del título, y vive al margen de este(88).
(82) Martha SILVA DÍAZ, ¿Por qué la presunción de conocimiento del contenido de las inscripciones no comprende a los
títulos archivados?, en Actualidad Jurídica, Tomo 145, Gaceta Jurídica, Lima, diciembre 2005, 44.
(83) Gunther GONZALES BARRÓN, Tratado de Derecho Registral Inmobiliario, Jurista Editores, Lima, 2002, 105.
(84) Gunther GONZALES BARRÓN, op. cit., 107 y 108.
(85) Gunther GONZALES BARRÓN, op. cit., 108.
(86) Gunther GONZALES BARRÓN, op. cit.
(87) Gunther GONZALES BARRÓN, op. cit., 109.
(88) Gunther GONZALES BARRÓN, op. cit.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
(89) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 227 y 228.
(90) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 236.
(91) Pietro TRIMARCHI, Istituzioni di Diritto Privato, décimo quinta edición, Giuffrè, Milano, 2003, 195.
(92) Francesco GALGANO, Il negozio giuridico, segunda edición, Giuffrè, Milano, 2002, 282.
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
(93) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 237.
(94) Francesco GALGANO, op. cit., 287.
(95) Pietro TRIMARCHI, op. cit., 192.
(96) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 244.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
social, entre otros(97). En el caso de las garantías omnibus, se considera que “si bien
ha sido prestada para una obligación de monto indeterminado, es sin embargo válida
si el objeto es determinable”(98).
En doctrina se distingue la determinabilidad en sentido lato y en sentido es-
tricto: en la primera “no debería decirse, en verdad, que haya un objeto indetermi-
nado si, en efecto, la operación de integración se resuelve en un cálculo o en una
valorización técnica, de la cual se fijen suficientemente los extremos, en realidad, el
objeto ya está determinado y puede decirse que el contrato está completo en todos
sus elementos”(99). En la determinabilidad en sentido estricto, “se tiene, en cam-
bio, una integración sucesiva del contrato, en sentido propio, ya que el objeto no se
especifica en base a meras valorizaciones técnicas, sino se necesita de la realización
de una actividad ulterior, sin la cual el contrato quedaría privado del objeto, aun-
que en el contrato mismo hayan sido indicados los medios a través de los cuales se
pueda llegar a su determinación”(100).
(97) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 248 y 249.
(98) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 252. a propósito de
la fianza.
(99) Giuseppe MIRABELLI, Dei contratti in generale, tercera edición, UTET, Torino, 1980, 180.
(100) Giuseppe MIRABELLI, op. cit., 181.
(101) Eric PALACIOS MARTÍNEZ, La nulidad del negocio jurídico. Principios generales y su aplicación práctica, Jurista
Editores, Lima, 2002, 151.
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
(102) Fernando VIDAL RAMÍREZ, El Acto Jurídico, cuarta edición, Gaceta Jurídica, Lima, 1999, 129.
(103) Fernando VIDAL RAMÍREZ, op. cit.
(104) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, op. cit., 85.
(105) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, op. cit.
(106) Freddy ESCOBAR ROZAS, Causales de nulidad absoluta, Comentario al artículo 219 c.c., en Código Civil Comen-
tado, Tomo I, Título Preliminar, Derecho de las Personas, Acto Jurídico, Gaceta Jurídica, Lima, 2003, 921.
(107) Michele GIORGIANNI, op. cit., 67.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
del art. 219.4 c.c. En efecto, el ordenamiento jurídico se tutelan los matrimonios, la
constitución de asociaciones, los contratos, cuya causa es el hacer vida en común,
la actuación colectiva lucrativa o no, la circulación de los bienes. No se podrá decir
lo mismo de los matrimonios entre personas del mismo sexo, asociaciones desti-
nadas a la realización de orgías satánicas sangrientas o la absoluta disposición de
una línea editorial de un canal de televisión a un gris asesor presidencial a cambio
del dinero proveniente del presupuesto estatal. Con respecto al último ejemplo, me
permito transcribir parte de la sentencia de la Segunda Sala Penal Especial de la
Corte Superior de Justicia de Lima, del 08.08.06, en la cual se detallan las cláusulas
de este “contrato”:
“Se tiene en autos, que de fojas doce mil setecientos cuarenticinco a
doce mil setecientos cuarentisiete aparece en copia simple un docu-
mento intitulado “contrato de Locación de Servicios”, del siete de
noviembre de mil novecientos noventinueve, suscrito entre José
Francisco Crousillat Carreño quien interviene como supuesto “Gerente
General” del Canal cuatro – América Televisión (entiéndase Compañía
Peruana de Radiodifusión – Canal cuatro) y de la otra parte “el contra-
tante” que no consigna sus datos de identidad, argumentando razones
estrictamente de confidencialidad, pero que se trataba de Vladimiro
Montesinos Torres, apreciándose que las obligaciones contenidas en
dicho documento eran; de un lado, por parte de “El contratante” entre-
gar mensualmente a “El Canal” la suma de un millón y medio de dó-
lares americanos, precisando que dicho contrato debía ejecutarse entre
el siete de noviembre de mil novecientos noventinueve y el nueve de
abril de dos mil.
(…) Las obligaciones asumidas por “El Canal” en virtud a dicho con-
trato eran: “a) no admitir ni pasar ninguna propaganda política direc-
ta o indirectamente a menos que sea dispuesta por “El Contratante”;
b) No pasar avisos políticos de ninguna índole de los candidatos a la
Presidencia de la República, al Congreso de la República o a cualquier
cargo público en la Campaña electoral para el año dos mil, a menos
que “El Contratante” lo solicite explícitamente; c) No promover di-
recta o indirectamente la imagen de ninguna agrupación política,
partido o movimiento político ni de sus dirigentes o representantes
sin la aprobación por escrito de “El Contratante”; d) no hacer ni
pasar entrevistas, debate ni reportajes a candidatos a la Presidencia
y/o al Congreso de la República sin la aprobación escrita de “El
Contratante”; e) No emitir ningún otro programa con contenidos que
refieran explícita o implícitamente a temas políticos sin que estos sean
aceptados y/o aprobados por “El Contratante”; f) Propalar noticieros en
sus horarios habituales de lunes a sábados y sacar al aire un programa
político los días domingos en el horario de las veinte horas, empezan-
do la primera quincena del mes de enero del año dos mil, cuyo conte-
nido y titulares serán coordinados y aprobados por “El Contratante”;
g) Revisar diariamente con “El Contratante” el contenido de todos los
titulares y todos programas noticiosos antes de que estos sean propalados
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
En atención a ello:
“procede la resolución del contrato, de acuerdo con lo estipulado en el
artículo mil quinientos sesentidós del Código Civil y también el extre-
mo de la demanda referida a la reivindicación del cuarto que los de-
mandados poseen en el inmueble sublitis, por lo dispuesto en el artícu-
lo novecientos veintitrés del mismo Código”.
Es de tenerse en cuenta que, al presentarse el recurso de casación, se invoca la
interpretación errónea del art. 1429 c.c., con lo cual el problema ya no se centra en
uno de nulidad del acto jurídico por fin ilícito, sino (como debió ser desde un inicio)
de resolución del contrato de compraventa, en este caso, por incumplimiento del
pago de las armadas. Es menester precisar que el conflicto surge antes de la modifi-
cación del art. 1562 c.c. por la Ley Nº 27420, del 07.02.01. El tenor del artículo era
el siguiente:
“En el caso del artículo 1561, el vendedor pierde el derecho a optar por
la resolución del contrato si se ha pagado más del cincuenta por ciento
del precio. Es nulo todo pacto en contrario”.
El texto actual es:
“Las partes pueden convenir que el vendedor pierde el derecho de op-
tar por la resolución del contrato si el comprador hubiese pagado deter-
minada parte del precio, en cuyo caso el vendedor solo podrá optar por
exigir el pago del saldo”.
El hecho que no se paguen cuotas en un contrato de compraventa por armadas,
no puede ser calificado como un supuesto de nulidad por fin ilícito, sino –a partir
de la reforma– de resolución por incumplimiento, salvo pacto en contrario. En este
último supuesto, se generaría el derecho de exigir el pago del saldo más una indem-
nización si se hubieran registrado daños por dicho incumplimiento.
Cabe comentar un caso en donde se discutía la nulidad de una supuesta
venta de bien ajeno. El Banco Minero del Perú, con fecha 22.02.83, adquirió la
propiedad de unos lotes del Fundo Nievería en Huachipa, con la finalidad de que
sirva de centro de esparcimiento para sus trabajadores. El 07.03.92 el Delegado
especial de la Superintendencia de Banca y Seguros en el Banco Minero, en
cumplimiento de la Resolución SBS-070-91, entregó la posesión del terreno a la
Asociación de Ex-Servidores del Banco Minero, el cual vienen usufructuando desde
esa fecha en forma permanente, pacífica, continua y de buena fe. En el año 1999, es
interpuesta la respectiva demanda de prescripción adquisitiva de dominio. Por otro
lado, el Banco Minero en liquidación, mediante minuta de fecha 24.11.98 elevada a
escritura pública el 27.01.99, celebró contrato de compra venta del terreno a favor
de SEDAPAL con su correspondiente inscripción. Es entonces que, el 08.01.03, la
asociación de ex-servidores solicita la nulidad del acto jurídico amparándose en el
art. 219 inc. 4 (fin ilícito) e inc. 7 (cuando la ley lo declara nulo) c.c., alegando ade-
más que el Banco Minero no podía transferir un bien que ya no era de su propiedad
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
y que SEDAPAL conocía de esta situación debido a las cartas notariales con las que
se le había notificado. Los demandados contestan la demanda, argumentando que
el terreno que se adjudicó en su momento a la junta de ex-servidores fue en calidad
de posesión preventiva más no en propiedad, ya que para transferir el bien se nece-
sitaba la autorización de la Dirección de Bienes Nacionales, la cual no se obtuvo.
Además, se sostiene que la demanda de prescripción adquisitiva interpuesta por la
asociación fue declarada improcedente. En primera instancia, con resolución N° 25,
se declaró fundada la demanda, declarando nula la compra venta, por cuanto:
“Que en cumplimiento de la referida Resolución se les hizo entrega
del terreno conforme al Acta de Entrega de Terreno que obra de fo-
jas cinco a seis, de cuyo cuarto párrafo se lee “(…)ha pesado en el
ánimo del Superintendente de Banca y Seguros, dijo, el origen
de la adquisición del terreno hecha por el Banco Minero hace más
de diez años, con el exclusivo propósito de establecer un Centro de
Recreación para uso exclusivo de los servidores del Banco Minero
(…). Consta del Acuerdo del Directorio del Banco Minero de fecha
cuatro de enero de mil novecientos ochenta, que el terreno de Huachipa
fue adquirido para que sirviera de Centro de Esparcimiento de los tra-
bajadores. Ese mismo propósito fue ratificado por R.M. 583-80-EF/71
que autorizó la asignación de recursos del Tesoro para la compra del
terreno. En consecuencia, al seguir el uso de ese terreno dentro de los
mismos fines para los que fue adquirido originalmente, se está res-
petando el espíritu de promoción social que inspiró esa adquisición,
AUNQUE DESAPARECIERA EL BANCO MINERO COMO PERSONA
JURÍDICA”;
(…) Que, siendo ello así resulta evidente que efectivamente el nego-
cio jurídico celebrado entre las partes emplazadas tienen un fin ilícito,
el de quitar a los accionantes el terreno materia de litis que por de-
recho les corresponde, desde que fue adquirido con el ánimo y pro-
pósito de ser entregado a los trabajadores, lo que fue el espíritu que
justificó la compra con recursos del Tesoro tal como se desprende de
la Resolución y Acta de Entrega antes glosados, razón por la cual si
bien es cierto a la demandante por motivos de trámites legales a la fe-
cha no se le ha adjudicado el bien, también es verdad que el mismo
fue adquirido con solo dicho fin social, que se constituya en un Centro
de Esparcimiento de los Trabajadores del Banco Minero, aunque dicha
entidad desaparezca como persona jurídica, conforme así lo aseveró
dicha entidad en su oportunidad (…);
(…) Que, respecto a la solicitud de nulidad por la causal prevista en
el inciso séptimo: “Cuando la ley lo declara nulo”, esto es, cuando
consta expresamente en el texto de las normas jurídicas, es de advertir
que en estos casos, la nulidad opera porque o bien se cumple el su-
puesto que da origen a la nulidad, o bien porque no llega a cumplirse
cabalmente los requisitos que, en el supuesto de la norma conducen a
la validez del acto, en el caso de autos ni uno ni el otro supuesto se ha
dado, razón por la que no cabe ampararse tal extremo de la demanda
(…)” (el subrayado es mío).
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
lo cual es un plazo más que razonable para entender ello) sus efectos quedaron
resueltos.
¿Se puede configurar la nulidad por falta de causa? Se afirma que “si uno
de los efectos esenciales del negocio no puede verificarse en absoluto, por falta de
un presupuesto suyo lógicamente necesario, la operación negocial resulta mutilada
o injustificada. Se dice entonces que al negocio le falta la causa”(108).
En el ordenamiento italiano (y en el nuestro) “el principio de causalidad de
los negocios jurídicos tiene el rango de principio general: la causa representa un
elemento esencial, cuya falta determina un defecto estructural del contrato”(109). Se
individualizan los siguientes supuestos:
a. La adquisición del bien que ya se encontraba bajo la titularidad del ad-
quiriente. Como acertadamente se afirma “se trata de casos en los cuales la
operación económica programada por las partes es irrealizable o carente de
sentido y por consiguiente, no puede funcionar como razón justificante
del contrato que le da revestimiento legal y de los desplazamientos de riqueza
a los cuales está orientado”(110). Como ejemplo se pone el del heredero (ver-
dadero que no lo sabe) que adquiere del heredero aparente(111).
b. En el caso de los contratos con prestaciones recíprocas, “se considera que
la relativa causa falte cuando no se pueda encontrar, en la operación econó-
mica ideada por los contrayentes, alguna equivalencia, cuanto menos ten-
dencial o aproximativa, entre las prestaciones deducidas en el contrato”(112).
Como podría ser el caso de un contrato de prestaciones alimenticias a la es-
posa (a quien por ley le corresponde), como compensación por la asistencia
y el afecto recibidos. La doctrina que vengo siguiendo refiere un curioso
caso (conocido por el Tribunal de Sanremo, con sentencia del 13.12.93), en
el cual una señora reclamaba a un “mago” el dinero que le había dado por
“prestaciones profesionales” de “imposible desciframiento y valoración”
con las cuales no se hacía más que aprovecharse de la “cliente”(113). En
efecto, Franca Maria Martorelli demandó a Claudio Pasquale D’Agnone,
más conocido como el “Mago de la Riviera”, por cuanto, lo único que
“recibió”, aprovechándose de su ingenuidad, fue un “ligamen” (o como
se conoce por estas latitudes: “amarre”) con el entonces enamorado (con
quien tenía problemas sentimentales), que no se tradujo en la más mínima
actividad profesional apreciable y en la “protección astral”, que se concre-
tó en una pequeña medalla sin ningún valor comercial. En esta sentencia se
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(115) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 204.
(116) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit.
(117) Giovanni D’AMICO, Libertà di scelta del tipo contrattuale e frode alla legge, Giuffrè, Milano, 1993, 88. El autor cri-
tica la posición subjetivista, planteando la siguiente interrogante “si la ignorancia de la ley no excluye la aplicación de
la sanción prevista en caso de violación, ¿por qué la elusión involuntaria (cometida por quien ignoraba la existencia de
la norma eludida, o no era al corriente de estar –con su comportamiento– burlando la ley) debería tener un tratamiento
más favorable?”, cit., 73.
(118) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 205.
(119) Francesco GAZZONI, Manuale di Diritto Privato, VI edición, ESI, Napoli, 1996, 779.
(120) Eduardo A. ZANNONI, Ineficacia y nulidad de los actos jurídicos, 2a reimpresión, Astrea, Buenos Aires, 2000, 100.
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(125) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 615.
(126) Lizardo TABOADA CÓRDOVA, op. cit.
(127) Freddy ESCOBAR ROZAS, op, cit., 925.
(128) Freddy ESCOBAR ROZAS, op. cit.
(129) Freddy ESCOBAR ROZAS, op. cit.
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y una mujer”: sería nulo el matrimonio entre personas del mismo sexo pro contrave-
nir esta norma que tiene naturaleza imperativa.
(130) Manuel ARAUZ CASTEX, Derecho Civil. Parte General, Tomo I, Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales,
Buenos Aires, 1974, 110. El autor afirma que “en el sentido técnico en que estamos empleando los vocablos a que
estamos refiriéndonos, “orden” equivale a categoría, clase; y “público” alude a lo propio del pueblo, de la nación, de la
sociedad entera. En la frase, “el matrimonio es una institución de orden público”, por ejemplo, la expresión está usada
con propiedad y significa que el matrimonio es una institución que está por encima del mero interés de los contrayen-
tes, así como se afirma que es de otro “orden”, pues interesa a toda la sociedad” (cit.).
(131) Así, Fernando VIDAL RAMÍREZ, op. cit., 55 y en Orden público y nulidad virtual del acto jurídico, en Tratado de
Derecho Civil. Título Preliminar, Universidad de Lima, 1990, 250.
(132) Marcial RUBIO CORREA, Título Preliminar, Biblioteca Para leer el Código Civil, Pontificia Universidad Católica
del Perú, Fondo Editorial, Lima, 1993, 100. En doctrina argentina, en este mismo sentido, se afirma que las “leyes de
orden público son las leyes imperativas” (Guillermo A. BORDA, Manual de Derecho Civil, Parte General, Decimoter-
cera Edición Actualizada, Editorial Perrot, Buenos Aires, 1986, 44).
(133) José LEÓN BARANDIARÁN, op. cit., 42.
(134) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, Reforma del Título Preliminar del Código Civil, en Reforma del Código
Civil peruano. Doctrina y propuestas, INDEJ, Lima, Gaceta Jurídica, 1988, 61. Particular atención merece quien,
aun aceptando la diferencia entre normas imperativas y normas de orden público, hace depender la existencia de las
segundas en función de las primeras cuando afirma que “hay normas imperativas que encuentran su justificación en
los principios fundamentales sobre los que se apoya el ordenamiento jurídico del Estado y la tutela a los intereses
generales de la colectividad (…) el orden público está constituido por aquellas normas imperativas que salvaguardan
principios jurídicos y éticos fundamentales del ordenamiento” (Manuel DE LA PUENTE Y LAVALLE, op. cit., 100).
(135) Loris LONARDO, Ordine pubblico e illiceità del contratto, ESI, Napoli, 1993, 137. El autor propone que toda estructura
normativa impone un propio y definido orden que deriva de la organización de un cierto modelo ético, político, insti-
tucional y económico (en una palabra: social) por medio de reglas previamente dispuestas y que, además, es necesario
tomar conciencia del hecho de que, si los fundamentales criterios reguladores se obtienen principalmente del conjunto
de valores normativos, el orden público no puede considerarse agotado en su genérica previsión (op. cit., 337).
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(136) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 135.
(137) El Anteproyecto de Ley de Reforma del Código Civil establece en su artículo 7 que “son inválidos, total o parcial-
mente, los actos contrarios a normas imperativas o prohibitivas, al orden público o a las buenas costumbres. La ley
determina la sanción aplicable”.
(138) Loris LONARDO, op. cit., 389.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
1.8.3. La nulidad del acto jurídico contrario a las leyes que interesan
al orden público (y a las buenas costumbres) en la jurispruden-
cia nacional
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(148) Que establece que es nulo el acto jurídico cuando su fin sea ilícito.
(149) Este prescribe la nulidad del acto jurídico “en el caso del artículo V del Título Preliminar, salvo que la ley establezca
sanción diversa”.
(150) Que regula la nulidad parcial.
(151) ASOCIACIÓN NO HAY DERECHO, op. cit., 49-50.
(152) ASOCIACION NO HAY DERECHO, op. cit., 51-52.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
ser privado de su dominio, sin que medie su voluntad, porque la Ley no ampara el
abuso del derecho (sic)”(153).
En verdad, cuesta entender la referencia al principio del abuso de derecho, por
cuanto la privación del derecho de propiedad es un acto ilícito que se realiza sin el
amparo de potestad jurídica alguna (dicho en otras palabras: sin derecho), mientras
el abuso de derecho es el conflicto entre un derecho subjetivo y un legítimo interés.
En este mismo sentido, la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia
de la República, con fecha 28.09.99, cuando afirma que “resulta indudable que la
venta de un bien ajeno, sin autorización o consentimiento de su verdadero dueño,
es un contrato contrario a las leyes que interesan al orden público, ya que tanto la
Constitución derogada de mil novecientos setenta y nueve como la vigente garanti-
zan el derecho de propiedad”(154).
Confunde gruesamente el concepto del orden público (y buenas costumbres)
con el carácter “continuo, pacífico y público” de la posesión (regulado en el artículo
950 c.c.), la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República,
con fecha 15.05.98 (Cas. Nº 1818-97) j12 , cuando afirma que:
“la precariedad en el uso de inmuebles no se determina únicamente por
la carencia de un título de propiedad o arrendatario; debe entenderse
como tal la ausencia absoluta de cualquier circunstancia que permita
advertir la legitimidad de la posesión que ostenta el ocupante obvia-
mente en armonía con el orden público y las buenas costumbres; es con
amplitud de criterio con el que se debe interpretarse la norma conteni-
da en el artículo novecientos once(155) del Código Civil para su debida
aplicación”(156)(el subrayado es mío).
Otro significado alternativo que hace la jurisprudencia nacional del orden pú-
blico es cuando lo asimila a la noción de seguridad o tranquilidad. Así, la Sala Civil
Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, con fecha 14.04.99
(Cas. Nº 2516-98) j13 , establece que:
“el orden público debe entenderse conforme a la doctrina imperan-
te a aquella situación de normalidad en que se mantiene y vive un
Estado cuando se desarrollan las diversas actividades individua-
les y colectivas sin que se produzcan perturbaciones o conflictos; así
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CAPÍTULO V
La anulabilidad
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
(162) Diccionario Enciclopédico de Educación Especial, Diagonal Santillana, Volumen II, Madrid, 1985, 634-635.
(163) Según el art. 584 c.c.: “Puede ser declarado pródigo el que teniendo cónyuge o herederos forzosos dilapida bienes que
exceden de su porción disponible”. La porción disponible varía para el que tiene hijos u otros descendientes, o cónyuge
(porque puede disponer, como lo establece el art. 725 c.c., hasta el tercio de sus bienes) del que tiene solo padres u
otros ascendientes (porque puede disponer, como lo establece el art. 726 c.c., hasta de la mitad de sus bienes). El que
no tiene cónyuge ni los parientes indicados anteriormente, puede disponer de la totalidad de sus bienes (art. 727 c.c.).
(164) Jaime SANTOS BRIZ, op. cit., 407.
(165) El art. 585 c.c. recita: “Puede ser declarado incapaz por mala gestión el que por esta causa ha perdido más de la mitad
de sus bienes, teniendo cónyuge o herederos forzosos”.
(166) Según el art. 586 c.c.: “Será provisto de un curador quien por causa de su ebriedad habitual, o del uso de sustancias que
puedan generar toxicomanía o de drogas alucinógenas, se exponga o exponga a su familia a caer en la miseria, necesite
asistencia permanente o amenace la seguridad ajena”.
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(167) Gran Enciclopedia Médica SARPE, Edición realizada por la División de Grandes Obras SARPE S.A., de revistas,
periódicos y ediciones, Tercera Edición, Madrid, 1979, 87-88.
(168) Emilio ASTOLFI, Carlos GOTELLI, Jorge KISS, Jorge LÓPEZ BOLADO, Armando MACCAGNO y Víctor Luis
POGGI, Toxicomanías, Editorial Universidad, Buenos Aires, 1981, 6.
(169) Así, en opinión que comparto, Aníbal TORRES VÁSQUEZ, Acto Jurídico, San Marcos, Lima, 1998, 128.
(170) Guillermo A. BORDA, op. cit., , 285.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
69
Juan ESPINOZA ESPINOZA
del contenido de las inscripciones” y esta situación no podía ser la excepción. Sin
embargo, la aplicación de la norma al caso concreto hace pensar que la misma no
debería aplicarse de una manera tan rígida en lo que se refiere a las inscripciones
en el Registro Personal, sobre todo, si se trata de transacciones hechas ante una ins-
titución financiera. Ello supondría que, por cada transacción que se haga, el Banco
deberá consultar a Registros Públicos (a nivel nacional) para ver si el sujeto tiene
plena capacidad de ejercicio.
Coincido plenamente con quien sostiene que, “en estos tres casos: error, dolo
y violencia moral o intimidación, resulta claro que estamos frente a causales de
anulabilidad, por tratarse de actos jurídicos en los cuales ha existido una voluntad
correctamente declarada, solo que por haber sido dicha voluntad anormal o viciosa-
mente formada, corresponde a la víctima la opción de confirmar el acto o solicitar
judicialmente su declaración de nulidad”(171). No se puede decir lo mismo respecto
de la violencia física, por cuanto, como ya fuera puesto de manifiesto, no obstante lo
prescrito en el art. 221.2 c.c., es un supuesto de falta de manifestación de voluntad
ex art. 219 c.c.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
simulatorio. Si bien el art. 194 c.c., amplía el espectro de sujetos protegidos, imagi-
nemos que el tercero actúe de buena fe y a título oneroso confiando en el acto simu-
lado, en este caso, los que celebraron el acto disimulado no podrán oponerlo a este,
ya que es inválido, por cuanto lo perjudica.
(172) Citados por Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, op. cit., 574.
71
CAPÍTULO VI
73
Juan ESPINOZA ESPINOZA
ello idónea a justificar la intervención del juez incluso en contraste con el eventual
interés de las partes en la eficacia del negocio”(176).
Frente a ello, se advierte que “es claro que “relevar” de oficio la nulidad no
significa “declarar” o “pronunciar”, a todos los efectos la misma nulidad; significa
simplemente acertar incidenter tantum la existencia de la invalidez al fin de rechazar
la demanda propuesta”(177).
En mi opinión, entendiendo que los actos nulos producen efectos jurídicos(178)
(aunque precarios), la sentencia si bien es retroactiva, es de carácter declarativo,
por cuanto, recién con ella el acto va a dejar de producir efecto jurídico alguno(179).
Comparto plenamente el criterio de quien afirma “para que el juez pueda declarar
de oficio la nulidad es necesario que, en aplicación de las correspondientes reglas
procesales, resulte competente para ello. En tal sentido, aunque resulte manifiesta,
la nulidad de un contrato civil no podrá, por ejemplo, ser declarada por un juez del
fuero laboral”(180).
¿Qué pasa en el caso de los actos anulables? El art. 222 c.c. regula que:
“El acto jurídico anulable es nulo desde su celebración, por efecto de
la sentencia que lo declare.
Esta nulidad se pronunciará a petición de parte y no puede ser alegada
por otras personas que aquellas en cuyo beneficio la establece la ley”.
Se explica que “cuando el artículo dice que la nulidad solo procede “a petición
de parte”, debe entenderse que la acción también puede corresponder a sus suceso-
res y subrogados, acreedores y aun a los terceros perjudicados, en la parte en que el
acto los perjudicara”(181).
(176) Giancarlo FILANTI, voz Nullità, I) Diritto Civile, en Enciclopedia Giuridica, XXI, Istituto della Enciclopedia Italiana
fondata da Giovanni Treccani, Roma, 1990, 9.
(177) Francesco AMATO, Risoluzione, rescissione, anullamento di un contratto nullo?, en Giurisprudenza Italiana, I, 1,
UTET, Torino, 1971, 447. En este mismo sentido, Salvatore MONTICELLI, Contratto nullo e fattispecie giuridica,
CEDAM, Padova, 1995, 277.
(178) Así, se sostiene, en posición que comparto plenamente que “el negocio nulo produce efectos como válido hasta la
sentencia judicial que lo sancione” (Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, op. cit., 546).
(179) Así también, Ramón ORTEGA, Nulidades civiles en el derecho colombiano, Temis, Bogotá, 1975, citado por Guiller-
mo LOHMANN LUCA DE TENA, op. cit., 556.
(180) Freddy ESCOBAR ROZAS, Nulidad absoluta, Comentario al artículo 220 c.c., en Código Civil Comentado, Tomo I,
Título Preliminar, Derecho de las Personas, Acto Jurídico, Gaceta Jurídica, Lima, 2003, 932.
(181) José LEÓN BARANDIARÁN, op. cit., 338.
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CAPÍTULO VII
(182) Eduardo A. ZANNONI, Ineficacia y nulidad de los actos jurídicos, 2a reimpresión, Astrea, Buenos Aires, 2000, 159.
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
que afecta al vínculo de una sola de las partes no importa la nulidad del
contrato, salvo que la participación de esta deba, según las circunstan-
cias, considerarse esencial”.
Se afirma que el principio de conservación del contrato inspira las normas re-
lativas a la nulidad parcial(183). Parecería que de la lectura del primer párrafo del
art. 1419 c.c.ita. existiese una diferencia entre “nulidad parcial” y “nulidad de las
cláusulas individualmente consideradas”; “pero es opinión común que se trata de
una endiada (figura retórica en la cual con dos palabras se emplea el mismo concep-
to), en cuanto las cláusulas no son otra cosa que parte del contrato”(184). Siempre,
a propósito de este artículo, se discute el criterio de esencialidad de las cláusulas
nulas dentro del contrato ¿deberá ser objetivo (determinando la compatibilidad de la
conservación del contrato con el originario juego de intereses) o subjetivo (la mera
voluntad de las partes)?(185).
Se observa que el art. 1419 del c.c.ita. tiene una regla y una contra-regla. La
regla “está inspirada en la exigencia objetiva de la conservación de los contratos:
esta crea el principio que la nulidad parcial no importa de por sí la nulidad total del
contrato”(186). La contra-regla “abre a la nulidad total, el recurso a la denominada
voluntad hipotética de las partes: o sea a su voluntad, recabada objetivamente por
hilación del real intento manifestado en orden a la finalidad perseguida con la ope-
ración contractual puesta en actuación”(187).
El segundo párrafo del citado art. 1419 c.c.ita, precisa que:
“La nulidad de las cláusulas individualmente consideradas no importa
la nulidad del contrato, cuando las cláusulas nulas son sustituidas de
derecho por normas imperativas”.
Encontramos similar disposición (aunque referida al acto jurídico) en el segun-
do párrafo del art. 224 del c.c., el cual regula que:
“La nulidad de disposiciones singulares no importa la nulidad del acto
cuando estas sean sustituidas por normas imperativas”.
Se sostiene que este precepto está “fuera del fenómeno de la nulidad”(188). En
efecto, “por incorrecta que sea la coexistencia en la misma norma fenómenos de tan
diversos, todo ello contribuye a iluminar el conjunto de las indicaciones relevantes
(183) Francesco GALGANO, Diritto Civile e Commerciale, Volumen segundo, Le obbligazioni e i contratti, Tomo primero,
Obbligazioni in generale. Contratti in generale, Tercera edición, CEDAM, Padova, 1999, 364.
(184) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 694.
(185) Como advierten, Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 695.
(186) Giovanni CRISCUOLI, Il contratto. Itinerari normativi e riscontri giurisprudenziali, reimpresión actualizada, CE-
DAM, Padova, 1996, 376.
(187) Giovanni CRISCUOLI, op. cit., 276 y 377.
(188) Stefano RODOTÀ, Le fonti di integrazione del contratto, Guffrè, Milano, 1969, 53. En este mismo sentido, Giuseppe
MIRABELLI, op. cit., 498.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
77
Juan ESPINOZA ESPINOZA
(192) Eric PALACIOS MARTÍNEZ, Contribución a la teoría de nulidad parcial del negocio jurídico, en Thémis, segunda
época, Nº 38, 1998, 54.
(193) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 736.
(194) Eric PALACIOS MARTÍNEZ, Nulidad en el acto plurilateral, Comentario al artículo 223 c.c., en Código Civil Co-
mentado, Tomo I, Título Preliminar, Derecho de las Personas, Acto Jurídico, Gaceta Jurídica, Lima, 2003, 949.
(195) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, op. cit., 585.
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la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
(196) Juan ESPINOZA ESPINOZA, Los principios contenidos en el Título Preliminar del Código Civil Peruano de 1984.
Análisis doctrinario, legislativo y jurisprudencial, Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
Segunda Edición, Lima, 2005, 159.
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
(197) Solo por citar un caso: en el Exp. Nº 0008-2003-AI/TC j15 , la sentencia del 11.11.03, en la cual se declaró la incons-
titucionalidad del D.U. Nº 140-2001.
80
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
que certifique dicha negativa. El 29.03.04 tuvo lugar la Junta, en la cual el señor
Olaechea reiteró su pedido, el cual fue nuevamente rechazado por el presidente del
directorio, el señor Alfonso Olaechea, señalando que debía recurrir a dichas empre-
sas para solicitar esta documentación
Entonces, el señor Pablo Olaechea demanda la nulidad de la junta general ordi-
naria de Muñoz S.A., de fecha 29.03.94 y que se ordene nueva convocatoria. Señala
que su solicitud de impugnación es válida debido a la vinculación antes advertida,
por lo que es imposible conocer el real valor de los activos de Muñoz S.A. (y por
ende, sus acciones) sin conocer la situación financiera de dichas empresas. Ampara
su pretensión en el art. 132 de la LGS, según la cual el Directorio está obligado a
proporcionar los informes y explicaciones que los accionistas juzguen necesarios y
además en el art. 142 de la misma ley, en relación al no aprobar el balance y soli-
citar copia del acta para impugnarla. Por su parte, Muñoz S.A. contesta la demanda
negándola y contradiciéndola en todos sus extremos, señalando que, no obstante se
pretende que se declare nulo todo lo actuado en la junta general, en lo único que el
demandante votó en contra fue en la aprobación de la memoria, balance general y
estados financieros por el ejercicio de 1993. Asimismo, según el artículo 136 LGS,
cuando los accionistas no se consideren suficientemente informados pueden pedir
el aplazamiento de la votación sobre el asunto a tratar, lo cual procede cuando lo
soliciten accionistas que reúnen la tercera parte del capital representado. En cuanto
al fondo del caso, se indicó que los documentos que se solicitaban no obraban en su
poder, además, de acuerdo al art. 143 LGS, el presente supuesto no es una causal
válida para la impugnación, pues los acuerdos se han ceñido a la ley, al estatuto y
no lesionan, en beneficio de uno o varios accionistas, los intereses de la sociedad.
El 14 Juzgado Especializado en lo Civil, en su resolución número cuarenta y
tres considera que de la demanda aparece que el demandante impugna únicamente a
la junta general ordinaria alegando haberse celebrado con infracción a lo dispuesto
en el artículo 132 LGS. Se afirma que la pretensión de que se entregara los balances
y estados financieros de Constructores S.A. y 77 S.A. no merece amparo alguno
porque tal pedido no se encuentra sustentado en norma legal alguna que imponga
al directorio tal obligación. El deber contenido en el art. 132 LGS está referido a la
presentación de documentos relacionados con la junta, esto es, los que pertenecen
a la sociedad demandada y no a otras sociedades cuya situación financiera no era
objeto de convocatoria. Por lo que se decide que la demanda es infundada, argu-
mentando lo siguiente:
“que en relación a la alegada inobservancia del artículo 132 de la Ley
General de Sociedades cabe resaltar que su cumplimiento ha quedado
probado con los propios términos de la demanda de los que fluye que el
accionante revisó la documentación relativa a la junta de las oficinas de
la sociedad, siendo que su pretensión para que le entregara también los
balances y estados financieros de las firmas “Constructores Sociedad
Anónima” y “77 Sociedad Anónima” no merece amparo alguno,
81
Juan ESPINOZA ESPINOZA
82
CAPITULO VIII
Alegación de incapacidad
ajena en beneficio propio
83
Juan ESPINOZA ESPINOZA
prestación debida común”(200). Otro sector de la doctrina nacional afirma que el art.
226 c.c. debe ser modificado en los siguientes términos(201):
“La incapacidad de una de las partes no puede ser invocada por la otra
para instar la anulación del acto. Cuando la parte obligada está integra-
da por dos o más personas, de las cuales unas son capaces y otras inca-
paces, la persona capaz no puede invocar la incapacidad de la otra para
instar la anulación del acto, salvo cuando es indivisible la prestación
que es objeto de la obligación común”.
Este artículo “introduce una excepción al principio de que solo el afectado por
la causal de nulidad relativa puede invocarla, y, particularmente, en el caso de la
incapacidad, que solo podría alegarla el representante legal del incapaz o el propio
incapaz cuando cesare su incapacidad”(202).
(200) Eric PALACIOS MARTÍNEZ, Alegación de la incapacidad en beneficio propio, Comentario al artículo 226 c.c., en
Código Civil Comentado, Tomo I, Título Preliminar, Derecho de las Personas, Acto Jurídico, cit., 963.
(201) Aníbal TORRES VÁSQUEZ, op. cit., 618.
(202) Fernando VIDAL RAMÍREZ, op. cit.
84
CAPÍTULO IX
(203) René ORTIZ CABALLERO, La doctrina de los actos propios en el Derecho Civil Peruano, en Derecho, Revista de la
Facultad de Derecho, PUCP, Lima, Nº 45, 1991, 280.
(204) DÍEZ-PICAZO y GULLÓN, Sistema de Derecho Civil, Volumen I, cuarta edición, primera reimpresión, Tecnos, 1982,
Madrid, 460-461.
(205) Juan ESPINOZA ESPINOZA, op. cit., 483. En contra, quien sostiene que el art. 229 c.c. “regula claramente los hechos
y los efectos jurídicos hipotéticos y por eso no es necesario aplicar la doctrina de los actos propios” (Rómulo MORA-
LES HERVIAS, op. cit., 614).
85
CAPÍTULO X
El especial tratamiento de
la invalidez en el matrimonio
Con un caso nos daremos cuenta de las diferencias del tratamiento general de
la invalidez y el que se da en el matrimonio: Una pareja se casa debido a un em-
barazo en agosto de 1997 y nace el hijo en diciembre de ese año. Debido a una
serie de discusiones y desavenencias, el marido se hace un espermatograma y se
da con la ingrata sorpresa que padece de azoospermia y que el menor no es su hijo.
En febrero de 1999 se interpone la demanda, solicitando la nulidad de la partida de
nacimiento, la anulación del matrimonio civil por error en las cualidades esenciales
de la demandada y por impotencia absoluta al momento de celebrar el matrimonio
(art. 277, incs. 5 y 7 c.c.) y una indemnización por daño moral y económico. El juez
del Primer Juzgado Civil de la Provincia de Barranca, con resolución Nº 24, del
14.01.00, amparó en parte la demanda, al declarar nulo el acto jurídico contenido en
la partida de nacimiento del menor, así como anulada el acta matrimonial, devinien-
do infundado el extremo de indemnización por no haberse probado. Respecto del
vicio de voluntad en lo que al acto jurídico matrimonial se refiere, se establece que:
“a mérito de los Informes de fecha 31 de diciembre y 04 de enero
de 1999 evacuado por el Laboratorio Clínico y Anatomía Patológica
“Labmedic” de fojas 5 y 6, compulsado con el Informe Pericial del 11
de octubre de 1999 de fojas 151 a 152, relativo a la prueba científica
de ADN realizada a don EHTH, doña IFUS y del menor HETU por
parte del Laboratorio Bio Links, se concluye categóricamente que el
actor no es padre del niño HETU por padecer este de la enfermedad
de “Azoospermia” mal que imposibilita procrear por la ausencia de es-
permatozoides en el líquido seminal; (…) Que, dadas las conclusiones
que anteceden y habiendo sido concebido el menor antes de la fecha
del matrimonio la demandada ha actuado con dolo al haber sindicado
y hecho creer al demandante como progenitor de su menor hijo HETU,
aspecto no enervado con ningún medio probatorio durante el desarro-
llo de la investigación judicial; elementos consustanciales que condu-
cen para declarar la anulabilidad del acta matrimonial 05 de agosto de
1997, por la concurrente de la causal fijada en el inciso segundo del
87
Juan ESPINOZA ESPINOZA
artículo 221 concordante con el inciso 5 del artículo 277 del Código
Civil, que establece la anulabilidad del acto jurídico por concurrencia
de elementos esenciales a su formación, encierran un vicio que pueda
acarrear su invalidez y haga insoportable la vida en común y opera a
petición de parte” (el subrayado es mío).
Resulta contradictorio advertir que, si bien la demandada ha actuado con dolo,
se invoque el error (arts. 221, inc. 2 y 277, inc. 5 c.c.). Como bien es sabido, en ma-
teria de vicios de la voluntad, el dolo es la inducción al error (falsa representación
de la realidad), mientras que en el error la falsa representación es espontánea. Ello,
además, llama a cuestionamiento sobre la necesidad de regular causales específicas
de nulidad (art. 274 c.c.) y de anulabilidad (art. 277 c.c.) del matrimonio, cuando ya
contamos con una normatividad general en el Libro de Acto Jurídico. En este caso,
por ejemplo, hubiera bastado invocar la causal del dolo regulada en el art. 221.2 c.c.
A ver bien las cosas, los supuestos regulados en el inc. 5 del art. 277 c.c. (aunque
interpretados como de error) son producto del dolo omisivo del otro contrayente.
A continuación adjunto un par de cuadros comparativos en materia de nulidad y
anulabilidad del matrimonio, para confrontar las causales con las que se encuentran
reguladas en el Libro de Acto Jurídico.
Comparando ambos elencos, nos damos cuenta que, en materia de nulidad, re-
sultan redundantes los incisos 1 y 2 del art. 274 c.c., por cuanto no hacen más que
repetir el supuesto del inc. 1 del art. 219 c.c.; el inc. 3 del art. 274 c.c., que hace lo
propio con el inc. 3 del art. 219 c.c. (al ser jurídicamente imposible un matrimonio
con una persona casada(206)) , así como los incs. 8 y 9 del art. 274 c.c. con el inc. 6
del art. 219 c.c. Quedarían como causales específicas de nulidad en materia de fami-
lia los supuestos establecidos en los incisos 4, 5, 6 y 7 del art. 274 c.c.
En el caso de supuestos de anulabilidad, la causal regulada en el inc. 1 del art.
277 c.c. coincide con la del inc. 1 del art. 221 c.c.; la de los incisos 3, 5, 6 y 7 del
art. 277 c.c. con la del inc. 2 del art. 221 c.c. (violencia o intimidación, error o dolo,
intimidación y error o dolo, respectivamente). Particular atención merece la causal
contemplada en el inc. 4 del art. 277 c.c. que, en puridad, no es una causal de anula-
bilidad, sino de nulidad (en la cual se debería aplicar el inc. 1 del art. 219 c.c.). De
esta manera, se mantendrían como causales autónomas las reguladas en los incisos
2 y 8 del art. 277 c.c.
Volviendo a la resolución bajo comentario, en segunda instancia, la Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Huaura, con resolución Nº 33, del 03.05.00, re-
vocó la sentencia en cuanto declaró nula la partida de nacimiento, reformándola,
anulando el acta de nacimiento en cuanto se consigna como padre al demandan-
te, “quedando subsistente en lo demás que contiene y autorizado para utilizar el
(206) Aunque puede discutirse si este supuesto también encaje en el de fin ilícito (inc. 4 del art. 219 c.c.).
88
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
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Juan ESPINOZA ESPINOZA
90
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
91
CAPÍTULO XI
La convalidación como
una categoría general
(207) Giovanni GIACOBBE, voz Convalida (diritto privato), en Enciclopedia del Diritto, Vol. X, Giuffrè, Milano, 1962, 498.
(208) Giovanni GIACOBBE, op. cit., 499.
(209) Massimo FRANZONI, Il recupero all’efficacia del contratto invalido, en AA. VV. L’invalidità degli atti privati, cit.,
180 y 181.
(210) Massimo FRANZONI, op. cit., 196 y 197.
93
Juan ESPINOZA ESPINOZA
1. La confirmación
La confirmación es el acto jurídico unilateral no recepticio y accesorio con el
cual se subsana el acto anulable.
La confirmación es definida como “un acto unilateral no recepticio(211) y de
forma libre, desde el momento que es admisible la confirmación tácita. Asimismo,
se considera a la confirmación entre los actos con los cuales se ejercita un derecho
potestativo”(212). Siendo un acto unilateral, este es neutro respecto a los caracteres de
la onerosidad o de la gratuidad(213). La función de la confirmación no es que el nego-
cio produzca efectos, sino de “estabilizar los efectos”(214) del negocio. Asimismo, se
trata de un negocio “de segundo grado”(215). El art. 230 c.c. regula que:
“Salvo el derecho de tercero, el acto anulable puede ser confirmado
por la parte a quien corresponda la acción de anulación mediante ins-
trumento que contenga la mención del acto que se quiere confirmar, la
causal de anulabilidad y la manifestación expresa de confirmarlo”.
El art. 1444 c.c.ita. norma lo siguiente:
“El contrato anulable puede ser convalidado por el contrayente al cual
corresponde la acción de anulación, mediante un acto que contenga la
mención del contrato y del motivo de la anulabilidad y la declaración
en la cual se entienda que se quiere convalidar.
También se convalida el contrato, si el contrayente al cual correspondía
la acción de anulabilidad le ha dado voluntariamente ejecución, cono-
ciendo el motivo de la anulabilidad.
La convalidación no tiene efecto, si quien la realiza no está en condi-
ción de concluir válidamente el contrato”.
Se explica que “la confirmación no tiene efecto si persiste el vicio del consenti-
miento o el estado de incapacidad. Según al fórmula normativa, el confirmante debe
estar en condiciones de concluir válidamente el contrato (art. 1444, tercer párrafo
c.c.ita.). Es necesario, entonces, que el confirmante haya descubierto el error o el
dolo, o que haya cesado la violencia; que haya obtenido la mayoría de edad, o que
haya sido revocada la sentencia de interdicción o inhabilitación. De otra forma, la
(211) En este mismo sentido, Massimo BIANCA, op. cit., 635; Vincenzo ROPPO, op. cit., 851; entre otros. Entiende que es
recepticio cuando la confirmación es expresa (Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, op. cit., 594). En mi opinión,
con esta interpretación, se está creando un requisito que no se encuentra contemplado por la ley. La confirmación no
requiere, para su validez, que sea conocida por la contraparte.
(212) Massimo FRANZONI, op cit., 120 y121.
(213) Massimo FRANZONI, op. cit., 121.
(214) Vincenzo ROPPO, op. cit., 850.
(215) Massimo BIANCA, op. cit., 636.
94
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
convalidación es nula”(216). Se agrega que, “la confirmación tiene efecto solo para el
confirmante. Esta no precluye la acción de otros sujetos legitimados, salvo que estos
sean portadores del interés del confirmante”(217).
A propósito del principio de la conservación del acto jurídico, con razón, se
sostiene que se puede dar en dos órdenes: a nivel de subsanación y a nivel de pre-
servación. Así, “en el primer caso, se trata de conceder validez a un acto que al
momento de su celebración padece de algún defecto estructural o relativo a su efi-
cacia, que ordinariamente lo hace no merecedor de tutela jurídica; no obstante, se
permite “salvarlo” en aras de proteger un interés mayor, siempre que la gravedad
del defecto no sea de tal magnitud que colisione con las bases del ordenamiento
jurídico y el orden público. En el segundo caso, se trata básicamente de un tema
de imposibilidad o incumplimiento en la fase de ejecución de las prestaciones que
integran el objeto del acto, siendo que, no obstante estas eventualidades, se opta
por buscar la forma de hacerlo viable”(218), tal sería el caso de la dación en pago
(art. 1265 c.c.). La confirmación, que se encuentra en el primer supuesto, tiene las
siguientes características:
a) Es un acto jurídico que tiene por finalidad específica y concreta sanear un
acto celebrado con anterioridad que se encuentra afectado por alguna de
las causales de anulabilidad(219).
b) Es un acto jurídico accesorio y necesariamente posterior, o de segundo gra-
do, es decir que no podría existir el acto confirmatorio si previamente no
existiera el acto viciado. Tal imposibilidad se colige del art. 218 c.c.(220).
c) Es un acto jurídico unilateral practicado por quien es titular de la acción de
anulabilidad, es decir por quien se ve afectado por el acto viciado y no por
ser quien se beneficia de él(221).
d) Es un acto jurídico celebrado con manifestación de voluntad expresa o tá-
cita(222). Así, el art. 231 c.c. establece:
“El acto queda también confirmado si la parte a quien correspondía la
acción de anulación, conociendo la causal, lo hubiese ejecutado en for-
ma total o parcial, o si existen hechos que inequívocamente pongan de
manifiesto la intención de renunciar a la acción de anulabilidad”.
e) En el acto jurídico confirmatorio debe dejarse constancia o mención espe-
cífica del acto que se quiere confirmar, así como la causal de anulabilidad
95
Juan ESPINOZA ESPINOZA
que lo afectaba, con expresa mención de que este vicio es subsanado u ob-
viado a efectos de otorgar validez al acto confirmado(223).
f) El acto jurídico confirmatorio tiene efectos retroactivos a la fecha de cele-
bración del acto que se confirma(224).
El art. 232 c.c. prescribe que:
“La forma del instrumento de confirmación debe tener iguales solemni-
dades a las establecidas para la validez del acto que se confirma”.
Interpretar esta norma de manera aislada y entenderla como imperativa, haría
que “el rigor formal de la construcción dogmática del acto jurídico sería muy
penalizante”(225). Por ello, “la forma es libre”(226). Doctrina nacional aclara que “no
se trata de una formalidad ad solemnitatem, por lo que somos del parecer que sería
un rigor excesivo que se pudiera considerar la nulidad del acto confirmatorio por no
darse cumplimiento a lo dispuesto por el acotado numeral 232, máxime, si como ve-
remos, el mismo Código admite la confirmación expresa no formal y, aun, la tácita.
Así, por ejemplo, para la celebración de una compraventa las partes pueden adoptar
la forma que estimen conveniente y, si lo celebraron por escritura pública y la com-
praventa debe ser confirmada, el documento que dé contenido al acto confirmatorio
debe ser otorgado mediante escritura pública y, de no cumplirse con esa formalidad,
el acto confirmatorio subsiste y puede ser probado por los medios probatorios reco-
nocidos por el Código Procesal Civil”(227).
96
CAPÍTULO XII
La conversión
(228) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 741.
(229) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 742.
(230) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 758 y 759.
97
Juan ESPINOZA ESPINOZA
doctrina, se trata “no de cambiar la calificación jurídica del supuesto, sino de elimi-
nar las superestructuras inútiles del acto, manteniéndolo con vida si subsisten los
requisitos mínimos”(231).
La finalidad de esta figura es la de conservar los efectos del acto(232), la cual
puede encontrarse en el § 140 del BGB, que norma lo siguiente:
“Si un negocio jurídico nulo satisface los requisitos de otro negocio ju-
rídico, el último se considera válido si se puede asumir que se habría
pretendido su validez si hubiese conocimiento de la nulidad”.
Se afirma que la operatividad de este artículo no se limita solo al contrato, sino
también se extiende al negocio jurídico(233). Como ejemplo, podemos tener el título-
valor nulo que puede producir los efectos de una promesa de pago(234).
Es importante tener en cuenta que, “lo que el juez debe establecer es si el re-
glamento negocial, aunque diverso de aquel que está en actuación, conserve una
funcionalidad propia respecto a los intereses de las partes, tal como resultan perse-
guidos en base a una interpretación del negocio nulo dirigida a poner a la luz, entre
otros aspectos, aquella que era la común intención, como resulta consagrada en el
acto negocial”(235). Así, la conversión se configura como una modificación del origi-
nario acto de autonomía, sin que ello determine una contraposición con el intento de
las partes, vale decir, con la voluntad contractual así entendida.
En la conversión, “esta modificación se connota precisamente como trans-
formación del elemento causal del acto original, sin desviar el intento de las par-
tes sobre el cual se centra el juicio de compatibilidad, necesario para efectuar la
transformación”(236). ¿Cabe la conversión voluntaria? Doctrina nacional observa
que “la facultad que tienen las partes para convertir el negocio nulo en otro válido
se encuentra limitada. Para que proceda la conversión se precisa la existencia de
ciertos requisitos sobre los que mayoritariamente están de acuerdo los tratadistas
y las legislaciones que se ocupan de esta figura, requisitos que han sido confirma-
dos por algunos casos prácticos en los cuales los tribunales extranjeros han sentado
jurisprudencia”(237). Los requisitos son(238):
a) El negocio jurídico nulo, al convertirse en otro debe aportar los elementos
sustanciales que se requieren para el nuevo.
(231) Lina, BIGLIAZZI-GERI, voz Converzione dell’atto giuridico, en Enciclopedia del Diritto, Vol. X, Giuffrè, Milano,
1962, 536-537.
(232) Massimo FRANZONI, op. cit., 137.
(233) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 739.
(234) Laura DI BONA, M. Cristina DE CICCO, Lanfranco FERRONI y Aquila VILELLA, op. cit., 743.
(235) Adriana D’ANTONIO, La modificazione legislativa del regolamento negoziale, CEDAM, Padova, 1974, 284.
(236) Massimo FRANZONI, op. cit., 162.
(237) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, op. cit., 568 y 569.
(238) Guillermo LOHMANN LUCA DE TENA, op. cit., 569.
98
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
b) La conversión debe realizarse entre las mismas partes que celebraron el ne-
gocio nulo.
c) Que haya voluntad de conversión manifestada de manera expresa o tácita
indubitable.
d) Que la voluntad de las partes habría querido los efectos del negocio jurídi-
co nuevo si hubiesen sabido que podría resultar nulo el negocio que habían
celebrado.
En mi opinión, los dos últimos requisitos son el mismo: solo hay voluntad de
conversión cuando las partes la dirigen en el sentido que, si el negocio no valga
como un tipo o forma determinada, valdría como otro, si evidentemente, reúne los
elementos necesarios. Otro sector de la doctrina nacional define a la conversión
como “el procedimiento integrativo del contenido negocial, que mediante la co-
rrección de calificación jurídica extrae de un negocio ineficaz, perteneciente a una
fattispecie o tipo original, un nuevo negocio de una fattispecie o tipo distinto, per-
mitiendo así proteger el resultado práctico perseguido por las partes”(239), admitien-
do, en posición que comparto que “es posible la aplicación de la conversión, en base
a la buena fe”(240).
(239) Eric PALACIOS MARTÍNEZ, La conversión y la nulidad del negocio jurídico, ARA Editores, Lima, 2002, 85.
(240) Eric PALACIOS MARTÍNEZ, op. cit., 374.
99
CAPÍTULO XIII
Responsabilidad in contraendo
101
Juan ESPINOZA ESPINOZA
(245) Renato SCOGNAMIGLIO, Contratti in generale, tercera edición, Casa Editrice Dr. Francesco Vallardi, Milano,
1980, 88.
(246) Renato SCOGNAMIGLIO, op. cit., 89.
(247) Giovanna VISINTINI, La reticenza nella formazione dei contratti, CEDAM, Padova, 1972, 105 y 106.
(248) Giovanna VISINTINI, op. cit., 108.
(249) Leysser LEÓN HILARIO, La buena fe en la negociación de los contratos: apuntes comparatísticios sobre el artículo
1362 del Código civil peruano y su presunto papel como fundamento de la responsabilidad precontractual, en Thémis,
Revista de Derecho, Nº 49, Lima, 2004, 144.
(250) Leysser LEÓN HILARIO, op. cit. El autor opina que “el fragmento en cuestión es totalmente inservible” (cit.).
102
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
(251) José Juan HARO SEIJAS, ¿Podría usted “no hacer” negocios conmigo? Sobre la responsabilidad contractual y la
buena fe, en Advocatus, Nueva Época, Nº 7, Lima, 2002, 132.
(252) José Juan HARO SEIJAS, op. cit., 133.
(253) José Juan HARO SEIJAS, op. cit., 134.
(254) José Juan HARO SEIJAS, op. cit., 142.
(255) Manuel DE LA PUENTE Y LAVALLE, El Contrato en general. Comentarios a la Sección Primera del Libro VII del
Código Civil, Vol. XI, Primera Parte, Tomo II, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, Lima,
1998, 77.
103
Juan ESPINOZA ESPINOZA
la frustración de este interés “cubre los daños sufridos por el tratante, tales como los
gastos que no hubiera hecho si hubiera podido prever que el contrato no se celebra-
ría, o el perjuicio que le depara haber perdido oportunidades o rehusado ofertas de
otras personas”(256).
¿Qué régimen de responsabilidad civil aplicar? No obstante autorizada doc-
trina nacional afirma que “la responsabilidad derivada de la violación el deber de
actuar según las reglas de la buena fe que impone a los tratantes el artículo 1362
del Código Civil, está regulada por las normas relativas a la inejecución de las
obligaciones”(257), me inclino por la responsabilidad civil extracontractual(258). En
efecto, lo que aquí se vulnera es el principio de la buena fe, que surge como un
deber entre las partes tratantes, independientemente que haya (o vaya a haber) una
relación jurídica obligacional.
104
CAPÍTULO XIV
105
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Se afirma que la redacción de esta norma deja mucho que desear en lo que se
refiere a su formulación: “en el art. 1972 se habla o de “contrato” o de “título” nulo,
mientras en realidad se debería hablar de “acto” nulo”(259).
Para un sector de la doctrina, lo dispuesto en el art. 1972 c.c.ita., es una “dis-
posición superflua, ya que una convención, destinada a sanar la ilicitud de otro ne-
gocio es también ilícita”(260). En posición que comparto se afirma que la ilicitud “no
es intrínseca, no se refiere al negocio de la transacción, sino es derivada del contrato
del cual ésta se funda.
La transacción, en efecto, tiene vida de una situación pre-existente y con esta
las partes pueden disponer de derechos de la precedente situación que surgió: si
el contrato del cual estos derechos habrían de nacer es ilícito, es por consiguiente,
nulo, no existirán derechos sobre los cuales se podrá válidamente transigir puesto
que se podría deducir una nulidad por falta de objeto.
Al mismo tiempo una transacción estipulada sobre la ilicitud del negocio
será nula por ilicitud del objeto: las partes no pueden acordar el mantenimiento en
vida de un acuerdo contra legem, o sobre la producción de sus efectos en cuanto
esta materia, por motivo de orden público está sustraída a la disponibilidad de las
partes”(261).
En nuestro sistema no sería válida la transacción respecto de un acto nulo, si
mediante esta, se pretende dar validez a un acto que en su origen se encuentra den-
tro de uno de los supuestos comprendidos en el art. 219 c.c. Se configuraría fraude
a la ley, por cuanto, a través de la transacción (art. 1302 c.c.), se pretende eludir la
sanción de nulidad ex art. 219 c.c., por consiguiente la transacción estaría afecta de
nulidad por fin ilícito ex art. 219.4 c.c.
(259) Franco CARRESI, La transazione, reimpresión de la segunda edición, UTET, Torino, 1966, 215.
(260) Salvatore PUGLIATTI, Della Transazione, en Codice Civile, Libro delle Obbligazioni, Volumen II, Commentario,
a cura de Ernesto BRUNORI, Franco CARRESI, Sergio SOTGIA, Alberto MONTEL, Antigono DONATI, Mariano
D’AMELIO, Luigi ARU y Salvatore PUGLIATTI, dirigido por Mariano D’AMELIO y Enrico FINZI, Dei contratti
speciali, Parte II, G. Barbera Editore, Firenze, 1949, 475.
(261) Lucio V. MOSCARINI y Nicola CORBO, voz Transazione, I) Diritto civile, en Enciclopedia Giuridica, XXXI, Istituto
della Enciclopedia Italiana fondata da Giovanni Treccani, Roma, 1994, 11.
106
jurisprudencia
vinculada
J1
CAS. Nº 2988-99-LIMA
El Peruano,
17 de setiembre de 2000
109
Juan ESPINOZA ESPINOZA
c) La inaplicación de los incisos tercero, cuarto y octavo del artículo doscientos diecinue-
ve del Código Civil, que sancionan con nulidad los actos jurídicos imposibles, como es
el caso del que vende una propiedad cuando ya no le pertenecía por haberla enajenado
antes; y
d) La inaplicación de los artículos mil novecientos sesentinueve y mil novecientos ochen-
ticuatro del Código Civil, que obligan el pago de una indemnización por el daño ma-
terial y moral que origina una persona a consecuencia de sus actos, en este caso, por
efectuar una venta de un bien ajeno
Considerando
Primero.- Que, el concepto de fin ilícito en la doctrina peruana comprende tanto lo le-
gal como lo moral y queda a criterio del Juez apreciar esta última, en el marco de las
denominadas “buenas costumbres”, como lo sostiene León Barandiarán al comentar el
artículo mil ciento veintitrés inciso segundo del Código Civil de mil novecientos trein-
tiséis, (Comentarios al Código Civil Peruano, Derecho de Obligaciones, Tomo I, Acto
jurídico, Lima 1938, página 187), casos en los cuales el ordenamiento jurídico no podría,
sin contradecirse a sí mismo, asegurar al acto su propia validez y eficacia; ya que se trata
de impedir que un contrato de vida a determinadas relaciones opuestas a las normas fun-
damentales del Estado.
Segundo.- Que, desarrollando este concepto, recogido en el artículo doscientos diecinue-
ve inciso cuarto del Código Civil como causal de nulidad absoluta, hay que convenir que
es ilícito todo aquello contrario a las normas legales imperativas (ius cogens), especial-
mente aquellas que tipifican un ilícito penal; y que para determinar si se produce ese fin
será necesario examinar la causal del contrato, el motivo común a las partes contratantes,
las condiciones que lo delimitan y su objeto.
Tercero.- Que la venta como propio de bien ajeno está tipificada como delito de de-
fraudación en el artículo ciento noventisiete inciso cuarto del Código Penal, acto ilícito
conocido como estelionato.
Cuarto.- En consecuencia, la apreciación a priori que contiene la sentencia de vista en su
motivo cuarto para establecer la improcedencia de la demanda se emite sin haber analiza-
do previamente los elementos antes señalados.
Quinto.- Que, será igualmente ilícito el acto jurídico contra “bona mores”, pues las bue-
nas costumbres dentro del Derecho Civil se refieren a una vasta gama de conductas que
se califican como inmorales, lo que en todo caso corresponderá calificar al Juez, y es
errado calificar apriorísticamente, que su invocación resulta insuficiente para sancionar
con nulidad un acto jurídico, como se considera en el motivo quinto de la de vista.
Sexto.- Que, en la demanda se aduce fraude y dolo, y la sentencia de vista se ha remitido
a la figura del fraude del deudor, legislado en el artículo ciento noventicinco del Código
Civil, lo que no corresponde a los hechos invocados que sustentan el petitorio de la de-
manda; y como se ha invocado dolo, se ha remitido al dolo civil como causal de anulabi-
lidad olvidando el dolo penal que es la base del ilícito penal.
Sétimo.- Que, conforme al artículo sétimo del Título Preliminar del Código Adjetivo, el
Juez debe aplicar el derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado
por las partes y solo le está prohibido ir más allá del petitorio o sustentarse en hechos no
invocados por las partes.
Octavo.- Que, en consecuencia, la sentencia de vista incurre en la interpretación errónea
del artículo quinto del Título Preliminar del Código Civil, y la inaplicación de las normas
sustantivas que se señalan en la Resolución de calificación del Recurso de Casación, solo
será posible verificarla por su confrontación con los hechos que se determinen en la ins-
tancia.
110
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
111
J2
EXP. Nº 23111-2002
63º Juzgado Civil
27 de setiembre de 2005
Petitorio
Solicita que se declare la nulidad absoluta de la minuta de compraventa del inmueble de
su propiedad, ubicado en el Jirón Víctor Fajardo N° 1051-2, Bellavista, Callao, la que
supuestamente se celebró con fecha cuatro de febrero de mil novecientos noventa y tres.
Asimismo, solicita el bloqueo registral de la referida partida, a efectos de impedir las
inscripciones posteriores que pretendieran realizarse, como consecuencia de haber obte-
nido don Dante Uriel Bohórquez García el otorgamiento de escritura pública, utilizando
documentación falsa para tal fin.
Hechos
Manifiesta el demandante que con fecha 29 de marzo de 1999 se inició un proceso ante
el Décimo Noveno Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, Expediente N° 10128-99,
en el que don Dante Uriel Bohórquez García, en calidad de comprador, demandaba el
112
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
otorgamiento de escritura pública a don Juan Buleje Castillo, en calidad de vendedor, pre-
sentando para tal efecto una minuta de compraventa, que el demandante en este proceso
sostiene contiene firmas e impresiones digitales falsificadas.
Precisa el recurrente que el inmueble materia de dicho proceso es de su propiedad, ubi-
cado en Jirón Víctor Fajardo N° 1051-2, Bellavista, Callao, el mismo que posee desde
1974, y desde 1991 es formalmente propietario, adjuntando los pagos de autoavalúo y la
sentencia judicial condenatoria, pero que el demandado Dante Uriel Bohórquez García ha
logrado, con documentos falsificados, que se declare fundada la demanda señalada pre-
cedentemente, la misma que ha quedado consentida por no haber sido impugnada opor-
tunamente. Asimismo, Dante Uriel Bohórquez García presentó ante el 19 Juzgado Civil,
como medio probatorio, el certificado de asiento de dominio de los Registros Públicos,
en el que se ha adulterado el número de folio 293 por 295, con el fin de hacerlo coincidir
con el número de asiento indicado en la minuta de compraventa con firma falsificada.
Así, refiere, al tomar conocimiento de estos hechos, se comunicó con don Juan Buleje
Castillo, quien le manifestó que se trataba de una falsificación de su firma e impresión di-
gital, pues él nunca participó en la referida compraventa, por lo que solicitó (Juan Buleje
Castillo) ante el 19 Juzgado Civil que se practiquen las pericias grafotécnicas correspon-
dientes, las cuales no se pudieron realizar por falta de dinero y haber incumplido con el
pago del arancel correspondiente.
Ante ello, el actor solicitó al 19 Juzgado Civil de Lima copias certificadas de la minuta de
compraventa y del certificado de asiento de dominio, con las que se pretendía obtener el
otorgamiento de escritura pública, solicitando peritajes grafotécnicos de parte, en cuyas
conclusiones se señalan divergencias gráficas con las firmas auténticas del titular, Juan
Buleje Castillo, y una alteración del número tres con el número cinco consignado en la
minuta de compraventa y el Certificado de Asiento de Dominio, pero por tratarse de foto-
copias la opinión no pudo ser categórica.
Afirma también el actor que el demandado Dante Uriel Bohórquez García ha sorprendido
al 19 Juzgado Civil al conseguir el otorgamiento de escritura pública del inmueble pre-
sentando como medio probatorio la minuta de un contrato de compraventa supuestamente
celebrado el cuatro de febrero de 1993; sin embargo, como prueba de lo contrario, ante
el 48 Juzgado Civil de Lima, Expediente Nº 19990-97, se llevó a cabo un proceso sobre
ejecución de garantías en el cual Juan Buleje Castillo, mediante contrato de mutuo hipo-
tecario celebrado con fecha 22 de agosto de 1995, actuó como fiador garante del mismo
demandado, Dante Uriel Bohórquez García, entregando en garantía el bien inmueble de
su propiedad (de Juan Buleje), por lo que resulta absurdo que si el demandado adquirió
el año de 1993 el inmueble a Juan Buleje Castillo, luego en 1995 le haya solicitado a
este que le garantice con el mismo inmueble el préstamo hipotecario frente a Financiera
Indesi.
Por todo ello, refiere, en 1998 formuló denuncia penal contra Juan Buleje Castillo y Dante
Uriel Bohórquez García, por el delito de estafa, por haberse concedido indebidamente en
garantía hipotecaria el bien inmueble de su propiedad (del demandante), proceso seguido
ante el Tercer Juzgado Penal del Callao, Expediente Nº 1686-98, el cual tiene una senten-
cia que condena a Juan Buleje Castillo a la pena privativa de la libertad de dos años y al
pago por concepto de reparación civil de S/. 3,000.00 (tres mil nuevos soles), reservándo-
se el proceso contra Dante Uriel Bohórquez García.
Esta sentencia, afirma el actor, prueba su condición de legítimo propietario del inmueble
ubicado en Jirón Víctor Fajardo N° 1051-2, Bellavista, Callao, resultando inexplicable
que el demandado Dante Uriel Bohórquez García, supuesto propietario, no actuara como
tal en el proceso penal antes señalado.
113
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Contestación de la demanda
A fojas 119, el demandado Dante Uriel Bohórquez García contestó la demanda, negándo-
la y contradiciéndola en todos sus extremos. Señala que la sentencia obtenida ante el 19
Juzgado Civil de Lima, sobre otorgamiento de escritura pública ha quedado consentida y,
por ende, es cosa juzgada inmutable. Asimismo, afirma que el demandante y el codeman-
dado son parientes y se han confabulado para perjudicarlo.
Por resolución de fojas ciento veintisiete, se declaró rebelde a Juan Buleje Castillo y se
declaró saneado el proceso.
Audiencia de pruebas
A fojas 276 y 277 se realizó la audiencia de pruebas, a la cual no cumplió con asistir el
codemandado Dante Uriel Bohórquez García, a pesar de estar válidamente notificado,
por lo que no pudo actuarse su declaración de parte, ni tampoco la exhibición que debía
realizar del contrato original.
Al haberse señalado que el original de la minuta obra en el Expediente N° 10128-99,
seguido ante el Décimo Noveno Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, la cual no
pudo ser remitida por encontrarse dicho expediente en etapa de ejecución de sentencia, se
dispuso oficiar a dicho Juzgado solicitándole que remita un informe de la referida pieza
procesal, tomando en consideración la existencia del Oficio N° 10128-99, de fecha quin-
ce de marzo de dos mil dos, expedido por ese mismo juzgado, por el que informó al Jefe
del Departamento de Policía del Ministerio Público del Callao que obran en autos los ori-
ginales de la minuta de compraventa y los asientos de dominio en los autos seguidos por
Dante Uriel Bohórquez García con Juan Buleje Castillo sobre otorgamiento de Escritura
Pública y se dispuso que el especialista legal encargado del presente proceso se apersone
al referido Décimo Noveno Juzgado y efectúe la revisión del mencionado expediente, a
efectos de verificar la existencia del original de la minuta, para que se practique el peritaje
ordenado sobre el original del contrato.
114
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
Ii. Análisis
Primero.- Es principio de lógica jurídica que las partes prueben los hechos que alegan.
Este principio rector en materia procesal ha sido recogido por el artículo 196 de nues-
tro ordenamiento procesal, que establece que la carga de la prueba corresponde a quien
afirma hechos que configuran su pretensión o a quien los contradice alegando nuevos
hechos.
Los medios probatorios tienen la finalidad de acreditar los hechos expuestos por las par-
tes, y producir certeza en el juzgador respecto de los puntos controvertidos al momento
de fundamentar sus decisiones. Asimismo, todos los medios probatorios, así como las
presunciones, serán valorados en forma conjunta, utilizando una apreciación razonada,
teniendo en consideración que la sentencia tiene como base la apreciación de las pruebas
presentadas por las partes, así como la valorización de la conducta procesal de las partes
en el proceso, particularmente cuando se manifiesta notoriamente en la falta de coopera-
ción para lograr la finalidad de los medios probatorios.
Segundo.- El presente proceso tiene como materia de fondo analizar el documento que
contiene la minuta de compraventa de fecha cuatro de febrero de mil novecientos noventa
y tres, a efecto de determinar si el señor Juan Buleje Castillo participó en dicho acto
jurídico en calidad de vendedor, o si, como afirma el demandante, no lo hizo. Para tal
fin, deberá realizarse una verificación de la autenticidad de la firma de esta persona en tal
documento.
Tercero.- El demandante alega la falta de manifestación de voluntad de una de las partes
en el acto jurídico, por lo que este en realidad no se habría celebrado. La declaración
de nulidad por parte de esta Judicatura, por tanto, provendría de la inexistencia del acto
jurídico.
Siendo que el acto jurídico, tal como se encuentra establecido en nuestra legislación –ar-
tículo 140 del Código Civil–, es la manifestación de voluntad destinada a crear, regu-
lar, modificar o extinguir relaciones jurídicas, faltará la manifestación de la voluntad del
agente cuando falte tanto la voluntad declarada como la voluntad de declarar, situación
que configuraría, como se ha señalado, una ausencia de acto o negocio jurídico. Este
impasse es superado en nuestro medio a través de un ejercicio de ficción, mediante el que
se entiende que los supuestos de falta total de manifestación de voluntad –que en realidad
constituyen inexistencia de acto jurídico– son asemejados dentro de nuestro sistema nor-
mativo a los supuestos de nulidad del mismo(1).
En todo caso, el hecho en que se sustenta la demanda es un hecho negativo, que consiste
en la no celebración del acto jurídico, por cuanto quien aparece como vendedor del bien
no suscribió el documento, habiéndose falsificado su firma.
Cuarto.- Para probar su afirmación, el demandante ha adjuntado fotocopia de la minuta
de fecha cuatro de febrero de mil novecientos noventa y tres, no contando con el docu-
mento en el que se encuentran las firmas en versión original.
No habiendo el codemandado Dante Bohórquez García presentado el documento original
para cotejar las firmas, a pesar de haber contestado la demanda y afirmado en ella que
los hechos demandados son falsos y que el acto jurídico sí se realizó, indicando que
“la compra-venta cuestionada, no solo no padece de ninguna causal de nulidad, sino
que además se ha celebrado concurriendo los presupuestos exigidos por el artículo 140
del Código Civil, como acto jurídico, y por el artículo 1529 del mismo Código, como
compra-venta; por lo que la demanda deberá ser declarada infundada en todos sus extremos,
(1) artículo 219, inciso 1 del Código Civil: “El acto jurídico es nulo: Cuando falta la manifestación de voluntad del agente”.
115
Juan ESPINOZA ESPINOZA
por improbanza de la pretensión” (fojas 122), esta Juzgadora exigió que exhiba el do-
cumento original, lo que en ningún momento llegó a realizar el codemandado, quien
tampoco asistió a las audiencias programadas.
En este punto es preciso señalar que la carga de la prueba, salvo las presunciones legales
específicas, corresponde a quien alega un hecho. Ello corresponde tanto a la parte de-
mandante como a la demandada, como se desprende del aforismo latino affirmatio non
neganti, incubit probatio (“al que afirma y no al que niega, incumbe la prueba”), para lo
que nuestro Código Procesal destina las normas sobre conducta procesal de las partes, en
particular cuando se trata de la colaboración en lograr la finalidad de los medios proba-
torios, determinando dicha conducta, dependiendo de su gravedad e irrespeto al proceso,
una inversión de la carga de la prueba.
El demandado afirma la existencia y validez del acto jurídico (hecho positivo); además,
solo él se encuentra en condiciones de probarlo, dada la asimetría en la información y
en la posibilidad probatoria entre las partes (el demandante no participó en dicho acto
jurídico, habiendo obtenido solo una copia del documento, en tanto que el demandado no
solo participó en el mismo en calidad de comprador sino que inició en base a dicho acto
un proceso sumarísimo de otorgamiento de escritura pública). Finalmente, en ninguna
etapa del prolongado proceso ante esta instancia se logró que el codemandado Bohórquez
García colaborara para determinar la validez del acto jurídico.
El demandante, por su parte, con legitimidad para obrar por el interés que tiene –artículo
220 Código Civil– (afirma ser comprador del inmueble, sobre lo cual en esta sentencia
no habrá pronunciamiento, por ser cuestión ajena al presente proceso), ha alegado la
inexistencia del acto, y si bien la ha sustentado en un hecho positivo como lo es la firma
falsificada del vendedor, carece de posibilidades probatorias de tal afirmación, por no ser
él el intitulado para tener el documento original.
Son estos principios, presunciones y reglas de conducta procesal las que deberán ser eva-
luadas a fin de tomar una decisión sobre el conflicto. Como señala el profesor peruano
Domingo Rivarola(2), las presunciones sirven para propósitos tan variados como promo-
ver principios morales, buscar la verdad material que subyace a la controversia o eliminar
incertidumbres y conflictos, siendo una función crucial de las mismas el ser un disposi-
tivo para generar información y para superar la asimetría de información entre las partes
cuando esta existe.
También se aprecia la poca colaboración en este proceso por parte del codemandado –en
cuya firma radica precisamente la controversia–, don Juan Buleje Castillo, quien fue de-
clarado rebelde, apersonándose recién a fojas 168, y presentando escrito a fojas 270 en el
que afirma que su firma es falsa, y que inició en base a ello un proceso penal en contra del
codemandado Bohórquez García, y también respondió la demanda de otorgamiento de
escritura pública ante el 19 Juzgado Civil de Lima contradiciéndola por causa de la falsi-
ficación de su firma. Empero, al ser su contestación en sentido negativo (no participó en
dicho acto, no firmó dicho documento), su posibilidad probatoria tampoco era real, salvo
por los escritos presentados relativos a los procesos que siguió con el codemandado.
Quinto.- En este punto, esta Juzgadora considera pertinente detallar la actividad judicial
que desplegó de oficio a fin de obtener el original de la referida minuta de compraventa de
fecha cuatro de febrero de mil novecientos noventa y tres, con la finalidad de esclarecer
de manera fehaciente la verdad de los hechos, dada la insuficiencia de los documentos
(2) Texto mimeo, cedido por el autor, a ser publicado por la revista Themis –editada por estudiantes de la Pontificia Uni-
versidad Católica del Perú–.
116
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
aportados y la nula colaboración del único que podía aportar la prueba (el codemandado
Bohórquez García).
Con fecha dieciocho de febrero de dos mil tres, la Oficina de los Registros Públicos del
Callao, remitió el Oficio N° 154-2003, mediante el cual cumple con remitir certificado
negativo de propiedad inmueble, copia certificada de asientos de tomo setenta y nueve,
fojas doscientos noventa y cinco (asiento cinco) continuada en la ficha N° 55086 y copia
literal de la ficha N° 70094209, los cuales obran en fojas trescientos seis a trescientos
nueve.
Con fecha siete de abril de 2003 la Jueza del Décimo Noveno Juzgado Especializado en lo
Civil de Lima, informó que en el proceso seguido por Dante Uriel Bohórquez García con
Juan Buleje Castillo, sobre otorgamiento de escritura pública, Expediente N° 10128-99,
no obra el original de la minuta de compra venta del inmueble, mas sí en copia certificada
notarial, a fojas 317.
Con fecha dieciocho de julio de 2003, el asistente de Juez de este Juzgado, Percy Torres
Carrasco, se apersonó al local del Décimo Noveno Juzgado Especializado en lo Civil a
efectos de verificar la existencia y características de la referida minuta de compraventa de
fecha cuatro de febrero de mil novecientos noventa y tres en el expediente signado con el
número 10128-99, sobre otorgamiento de escritura pública, constatando (mediante razón
obrante a fojas 321) la no existencia del original de la misma, sino tan solo una fotocopia
con la certificación notarial del Notario Público Manuel Forero G.C, que a la letra indi-
ca: “CERTIFICO: Que la presente(s) copia(s) fotostática que consta de tres folios son
idénticas al documento que he tenido a la vista al que me remito en caso necesario”,
consignándose como fecha el veintiocho de enero de mil novecientos noventa y nueve.
Ante estos hechos, mediante Resolución 23 de fecha dieciocho de julio de dos mil tres,
obrante a fojas 322, se resolvió oficiar al Magistrado y a la Especialista que mediante
Oficio N° 10128-99 de fecha quince de marzo de dos mil dos, obrante en fotocopia a fojas
230, habían informado al Jefe del Departamento de la Policía del Ministerio Público del
Callao que en dichos autos obraba el original de la minuta de compraventa. Se les solicitó
informar respecto a la existencia del original de la minuta.
Al respecto, dado que la especialista legal ya no laboraba en dicho órgano jurisdiccional,
el personal reemplazante, doctor Donato Goyzueta Requena, a requerimiento de esta Ju-
dicatura, informó que –informe de fecha quince de octubre de dos mil tres, obrante de
fojas 336 a 341– entre los medios probatorios adjuntados por el demandante figura el mé-
rito de la minuta de compraventa de fecha cuatro de febrero de mil novecientos noventa
y tres, adjuntada en copia legalizada, la cual figura como anexo 1-B. Adicionalmente, el
especialista legal adjuntó la copia certificada de la referida minuta.
En cuanto al Magistrado que conoció la demanda de otorgamiento de escritura pública,
éste respondió señalando que ya no se desempeña como Magistrado en el Décimo Nove-
no Juzgado Civil, por lo que no puede pronunciarse al respecto y corresponde al actual
titular en dicho juzgado.
Ante ello, esta Judicatura ofició a la titular actual del Décimo Noveno Juzgado Especiali-
zado en lo Civil, quien remitió la razón del especialista legal antes precisada, remitiendo
los anexos 1-B y 1-C de ese proceso, informando adicionalmente el especialista que por
un error material se comunicó al Ministerio Público del Callao que en autos se encontraba
el original de la minuta de compra venta de fecha 04 de febrero de 1993, conforme obra
en autos de fojas 352 a fojas 362.
Se ofició al Décimo Noveno Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, a efectos de
que cumplan con remitir en copia certificada, los anexos 1-B (fojas tres a cinco) y 1-C
de la demanda presentada por Dante Uriel Bohórquez García, por anverso y reverso,
del expediente con número 10128-99 e informar si el demandante cumplió con adjuntar
117
Juan ESPINOZA ESPINOZA
(3) AIRASCA, Ivana María. El ejercicio regular de la actividad procesal como principio (criterios objetivistas). En: Abuso
procesal. Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni, 2001, p. 104.
(4) VARGAS, Abraham L. Estudios de Derecho Procesal. Mendoza, Ediciones Jurídicas Cuyo, 1999, pp. 229 y 230.
118
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
(5) VALLEJOS, Juan Carlos. El abuso del proceso en materia probatoria. En: Abuso Procesal. Buenos Aires, Rubinzal-
Culzoni, 2001, pp. 425-427.
(6) El Derecho es una disciplina reguladora de la convivencia humana que requiere de seguridad jurídica, la cual afirma la
certeza y permanencia de las situaciones jurídicas dentro de un ordenamiento jurídico establecido. La legalidad es el
arma de la seguridad jurídica –en otras palabras, para qué la legalidad si no es para brindar seguridad jurídica–, pero
debe entenderse a la legalidad inmersa en un contexto de legitimidad, ya que sin esta carece de sentido. Es como un
cuerpo sin alma, vacío, inútil que, a la larga, va a perder seguridad jurídica, por cuanto la injusticia acarrea inseguridad.
Es por eso que ambos conceptos están destinados a ser vértices de una finalidad común y no pueden entenderse en
forma aislada sin que el Derecho pierda sentido, por lo que los valores socialmente aceptados (como por ejemplo la
justicia) son los orientadores de las normas. (JIMÉNEZ VARGAS-MACHUCA, Roxana. La Seguridad Jurídica. En:
revista del Magíster en Derecho Civil de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 2003).
(7) BULLARD GONZÁLEZ, Alfredo. Cuando las cosas hablan: El res ipsa loquitur y la carga de la prueba en la res-
ponsabilidad civil. En: Themis, revista de Derecho editada por estudiantes de la Facultad de Derecho de la Pontificia
Universidad Católica del Perú. Nº 50. Lima, PUCP, agosto 2005, p. 230.
(8) BUSTAMANTE ALARCÓN, Reynaldo. El Derecho a Probar como elemento esencial de un Proceso Justo. Lima, Ara
Editores, 2001, p. 279.
119
Juan ESPINOZA ESPINOZA
condiciones para probar la ocurrencia o inexistencia de ese hecho, sino en una persona
que no quiso colaborar en producir la prueba necesaria para alcanzar la verdad en el
proceso”(9).
Octavo.- Por todo lo señalado en el fundamento anterior, se establece que la parte code-
mandada, don Dante Uriel Bohórquez García, quien figura en el documento en fotocopia
como comprador del inmueble, con una copia certificada (no del contenido ni firmas, sino
solo certificando el Notario que la fotocopia es igual al documento que se le presentó a la
vista) presentó una demanda de otorgamiento de escritura pública, quien de acuerdo a lo
señalado en la demanda y corroborado (declaración asimilada en cuanto a hechos) en la
contestación de la demanda a fojas 122, obtuvo un préstamo conjuntamente con el code-
mandado Juan Buleje Castillo, para lo que este último otorgó hipoteca sobre el referido
inmueble, a pesar de que supuestamente dos años antes había transferido la propiedad
del mismo al codemandado Bohórquez García, lo que constituye una contradicción, no
presentó ni a esta Judicatura ni al Juzgado en el proceso sumarísimo el original de la
minuta, ni tampoco acudió a ninguna audiencia procesal en este Juzgado, quien afirma la
existencia positiva de la minuta y su veracidad y validez, y quien es la única persona que
puede tener ese documento en su poder, siendo ello imposible para las demás partes, en
particular para el demandante, debía haber probado que las firmas de la minuta materia de
esta litis son auténticas, por medio del documento original que solo él posee; esto bajo los
alcances del principio de la buena fe, la lealtad, el deber de colaboración, la solidaridad,
la probanza de los hechos positivos que ha afirmado en su contestación con los que niega
la demanda, la proscripción constitucional del abuso del derecho, y en la presunción con-
tenida en la apreciación razonada que el juez debe realizar sobre la conducta procesal de
las partes(10).
A esta apreciación sobre el comportamiento del demandado se le debe sumar como parte
de los indicios que, en su conjunto, van a adquirir significación, la pericia aportada a este
proceso por el demandante, obrante a fojas 9 y siguientes, practicada por Perita Grafotéc-
nica diplomada por el Instituto de Criminalística de la Policía Nacional del Perú sobre la
fotocopia del documento sub materia, en la que concluye que existen “notables divergen-
cias gráficas con las firmas auténticas del titular”, pero que por tratarse de fotocopias la
opinión sobre la falsedad no puede ser categórica.
Noveno.- Todo lo manifestado en los puntos anteriores, analizado en forma conjunta
como presunciones e indicios, lleva a esta Juzgadora a concluir que el documento que
contiene la supuesta minuta de compraventa celebrada entre Juan Buleje Castillo como
vendedor y Dante Uriel Bohórquez García como comprador, respecto del inmueble ubi-
cado en Jirón Víctor Fajardo Nº 1051, Bellavista, Callao, de fecha 04 de febrero de 1993,
no es un documento válido, por no contener la firma auténtica de la parte vendedora, por
lo que el acto jurídico que soporta resulta inválido por falta de manifestación de voluntad,
correspondiendo a esta Judicatura, por ende, declarar su nulidad, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 140 y 219 inciso 1 del Código Civil, y I, III, IV y IX del Título
Preliminar del Código Procesal Civil y el 282 del Código Procesal Civil.
(9) Íbidem. También son de igual opinión los profesores argentino y peruano, respectivamente, Jorge Mosset y Carlos
Soto: “(…) se debe imponer la carga probatoria a la parte que se encuentre en mejores condiciones de producirla”.
(MOSSET ITURRASPE, Jorge y Carlos SOTO COAGUILA. El Contrato en una Economía de Mercado. Lima, Edi-
torial Normas Legales, 2004, p. 219).
(10) “Artículo 282 del Código Procesal Civil.- Presunción y conducta procesal de las partes. El Juez puede extraer con-
clusiones en contra de los intereses de las partes, atendiendo a la conducta que estas asumen en el proceso, particular-
mente cuando se manifiesta notoriamente en la falta de cooperación para lograr la finalidad de los medios probatorios,
o con otras actitudes de obstrucción. Las conclusiones del Juez estarán debidamente fundamentadas”.
120
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
Iii. Fallo
Por los fundamentos expuestos, con criterio de conciencia e impartiendo Justicia a nom-
bre de la Nación, la Magistrada Titular del Sexagésimo Tercer Juzgado Civil de Lima,
Resuelve
(i) Declarar FUNDADA EN PARTE la presente demanda, con costas y costos.
En consecuencia:
(i.i) Se declara NULO el acto jurídico de compraventa contenido en la Minuta de
fojas 5 a 7, de fecha 4 de febrero de 1993, en el que figura en calidad de ven-
dedor don Juan Buleje Castillo y como comprador don Dante Uriel Bohórquez
García.
(ii) Declarar IMPROCEDENTE el extremo que solicita el bloqueo registral de la Par-
tida correspondiente al inmueble a efectos de impedir las inscripciones posteriores
que pretendieran realizarse como consecuencia de haber obtenido don Dante Uriel
Bohórquez García el otorgamiento de escritura pública, dejando a salvo su derecho
para que lo solicite como corresponda.
121
J3
CAS. N° 2356-98-LIMA
Lima, 13 de agosto de 1999
122
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
Considerando
Primero.- Que, el Banco recurrente funda su Recurso de Casación en que cuando obtuvo
la garantía hipotecaria aún no estaba inscrito el nombramiento de curador del demandante
y que de acuerdo con el artículo ciento sesenta del Reglamento General de los Registros
Públicos, lo que se presume es que toda persona tiene conocimiento de los asientos re-
gistrales, no de los documentos que dieron origen a la inscripción y que no es necesario
para tener buena fe registral que el interesado conozca todo el contenido de una escritura
pública que dio origen a la inscripción, tan solo basta verificar los datos que aparecen en
el asiento registral, por lo que sostiene se han inaplicado los artículos dos mil doce, dos
mil catorce, dos mil treinticuatro y dos mil treintiocho de Código Civil.
Segundo.- Que, el artículo dos mil doce del Código Civil recoge literalmente el con-
tenido del artículo quinto del Título Preliminar del Reglamento General de los Registros
Públicos, y contiene el principio de publicidad, al establecer que toda persona tiene co-
nocimiento del contenido de las inscripciones, y el artículo dos mil trece del mismo Có-
digo establece que el contenido de las inscripciones se presume cierto y produce todos
sus efectos mientras no se rectifique o se declare judicialmente su invalidez. El prime-
ro contiene una presunción jure et de iure, el segundo una presunción juris tantum; en
otras palabras, todos conocen el contenido de las inscripciones, y su contenido será cierto
mientras no se declarare lo contrario.
Tercero.- Que, en consecuencia, el artículo dos mil doce del Código Civil tiene que com-
plementarse con lo dispuesto en el artículo ciento ochenticuatro del Reglamento General
de los Registros Públicos, el que establece que a fin de asegurar la publicidad de los
Registros, los funcionarios de los mismos están obligados a manifestar a toda persona,
los libros, los títulos archivados, índices y demás documentos que obran en las oficinas
registrales.
Cuarto.- Que, la exposición de motivos del artículo dos mil doce, bajo comento, confirma
esta apreciación, al sostener que la presunción cerrada de conocimiento del contenido
registral, encierra solo un aspecto parcial de la publicidad al sostener una ficción legal,
pues su aplicación aislada sin otorgar la posibilidad efectiva de acceso al Registro “impli-
caría un grave problema, referido al hecho de que las personas no puedan materialmente
conocer aquello que la Ley presume de su conocimiento” y que “la primera publicidad, a
la que podemos llamar sustantiva, no es posible considerarla sin que exista ampliamente
garantizada la segunda, es la que se puede llamar procesal” – artículo ciento ochenticua-
tro del Reglamento General de los Registros Públicos; (Exposición de Motivos Oficial
del Código Civil, Registros Públicos, Lima, mayo de mil novecientos noventiocho, Jack
Bigio Chrem, página ciento noventiuno).
Quinto.- Que, esto determina que forman parte de la publicidad de los Registros Públi-
cos, los títulos archivados, lo que guarda concordancia con el artículo ciento sesenta del
Reglamento antes citado, porque como el asiento registral es solamente un resumen, en
el que consta el título que da origen al asiento, dicho título está a disposición de toda
persona, porque forma parte del asiento y de la publicidad de los registros.
Sexto.- Que, por ello y a fin de asegurar la buena fe registral, no solo es necesario leer
el resumen del asiento registral, sino tomar conocimiento del título archivado que le dio
origen, más aún cuando el artículo ciento ochenticinco del Reglamento dispone que para
conseguir la manifestación de los libros y demás documentos, no se requiere tener interés
directo o indirecto en la inscripción o documentos, ni expresar el motivo o causa por las
cuales se solicitan.
Sétimo.- Que, en el caso de autos el inmueble que se hipotecó al Banco recurrente, cons-
taba en el registro que el garante lo obtuvo en división y partición con sus condóminos en
la escritura pública de catorce de octubre de mil novecientos ochentiséis, ante el Notario
123
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Ramón Espinoza Garreta y en dicha escritura consta que el garante tenía la condición de
incapaz, por lo que el Juzgado tuvo que aprobar la división y partición.
Octavo.- Que, si el Banco recurrente hubiera tenido el cuidado de examinar el título que
dio origen al asiento, hubiera conocido de la incapacidad del demandante y que el su-
puesto poder que él había otorgado no tenía validez por dicha razón y como consecuencia
de ello no se podía hipotecar el inmueble, sin autorización judicial de donde resulta que
basado en su propia negligencia, el Banco recurrente no puede alegar la buena fe registral,
por lo que no son aplicables los artículos dos mil doce, dos mil catorce, dos mil treinti-
cuatro y dos mil treintiocho del Código Civil.
Noveno.- Que, esta tesis doctrinaria coincide con lo expuesto por la tratadista y profesora
de derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, doctora Elena Vivar Morales
en su obra “La Inscripción Registral de la Propiedad Inmueble del Perú”, Tomo I, pági-
na cuarentiséis y lo expuesto por el doctor Luis Alberto Aliaga Huaripata en su artícu-
lo “Apuntes sobre el Principio de Publicidad en el Derecho Registral Peruano” publicado
en la Revista del Colegio de Notarios de Lima, año sétimo, número siete, Lima, mil
novecientos noventisiete, página ochentinueve.
Décimo.- Que, respecto al artículo mil novecientos setentidós del Código Civil, se en-
cuentra vinculado al artículo mil novecientos setenta de dicho Código, relativo a la res-
ponsabilidad objetiva o sea al daño causado mediante un bien o actividad riesgosa o
peligrosa, que no es el caso de autos, por lo que no resulta aplicable.
Décimo Primero.- Que, en cambio el artículo mil novecientos setentitrés del Código
Sustantivo dispone que si la imprudencia solo hubiera concurrido en la producción del
daño, la indemnización será reducida por el Juez, según las circunstancias.
Décimo Segundo.- Que, el Banco recurrente pudo prever la condición de incapaz del
demandante y al no hacerlo actuó con negligencia e imprudencia, por lo que es posible la
reducción de la indemnización, mas no para Luis Mariano Cesti Contreras y Laboratorios
Farmacéuticos del Norte Sociedad Anónima, que no han interpuesto Recurso de Casación
y que con sus actos han dado origen a este problema.
Décimo Tercero.- Que, por las razones expuestas y de conformidad en parte con el dicta-
men de la Fiscalía Suprema y aplicando el inciso primero del artículo trescientos noven-
tiséis del Código Procesal Civil, declararon: FUNDADO EN PARTE el Recurso
de Casación de fojas cuatrocientos cincuentiocho interpuesto por el Banco Internacional
del Perú - Interbank; y en consecuencia, declara NULA la sentencia de vista de fojas
cuatrocientos cuarentiocho de fecha quince de julio de mil novecientos noventiocho, solo
en la parte que ordena pagar al Banco Internacional del Perú a favor del demandante,
el equivalente en moneda nacional a diez mil dólares americanos y actuando en sede
de instancia: REVOCARON la apelada de fojas trescientos cincuenticinco, su fecha
primero de agosto de mil novecientos noventisiete y REFORMÁNDOLA dispusieron
que el Banco demandado abone al demandante por concepto de indemnización de daños
y perjuicios la suma de mil nuevos soles, más sus intereses legales con costas y costos;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario oficial El Peruano,
bajo responsabilidad; en los seguidos por Ricardo Benjamín Perata Olivos con Banco
Internacional del Perú - Interbank y otros sobre nulidad de acto jurídico y otro; y los
devolvieron.
SS.
ORTIZ B.
SÁNCHEZ PALACIOS P.
ECHEVARRÍA A.
CASTILLO LA ROSA S.
ALVA S.
124
J4
CAS. Nº 633-95-LIMA
Lima, 21 de agosto de 1996
Considerando
Primero.- Que, concedido el recurso de casación a fojas ciento cincuentiuno, mediante
resolución de cuatro de diciembre de mil novecientos noventicinco, se ha declarado la
procedencia del mismo, únicamente por la causal contemplada en el inciso primero del
artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil.
Segundo.- Que, es preciso establecer que tanto la sentencia de primera instancia, como
la de vista han declarado infundada la reconvención interpuesta por el demandado, sobre
otorgamiento de la escritura de compraventa del inmueble materia de litis, por cuanto
habiéndose fijado el precio de la venta en diez mil dólares, solo había pagado a cuenta
la suma de cuatro mil dólares y al no haber impugnado el demandado dicho fallos, ha
quedado definido que solo pagó el cuarenta por ciento del precio del contrato.
Tercero.- Que, con este antecedente es necesario analizar si de acuerdo con el artículo mil
cuatrocientos veintinueve del Código Civil, la demandante estaba obligada a requerir a
125
Juan ESPINOZA ESPINOZA
sus codemandados mediante carta por vía notarial para que satisfagan su prestación, den-
tro de un plazo no menor de quince días, bajo apercibimiento de que, en caso contrario, el
contrato quedaba resuelto, tal como lo establecen las sentencias inferiores o podía acudir
directamente a la resolución del contrato por la vía judicial.
Cuarto.- Que, el artículo mil cuatrocientos veintiocho del Código Civil dispone que en
los contratos con prestaciones recíprocas, cuando alguna de las partes falta al cumpli-
miento de su prestación, la otra parte puede solicitar el cumplimiento o la resolución del
contrato, en uno y otro caso la indemnización de daños y perjuicios y que a partir de la
fecha de la citación con la demanda de resolución, la parte demandada queda impedida
de cumplir su prestación.
Quinto.- Esto significa que cuando la parte escoge la resolución del contrato puede ha-
cerlo mediante la vía judicial y a partir de la fecha de la citación con la demanda, ya la
parte demandada no puede cumplir la prestación y queda sujeta a lo que se resuelva en la
acción judicial correspondiente.
Sexto.- Sin embargo el artículo mil cuatrocientos veintinueve del Código Civil concede
a la parte perjudicada con el incumplimiento, la facultad de resolver el contrato de pleno
derecho, mediante el requerimiento, por carta por vía notarial en el plazo que estipula este
artículo y en el caso de que no cumpla su prestación en dicho término, el contrato queda
resuelto.
Sétimo.- Como podrá apreciarse en los artículos mil cuatrocientos veintiocho y mil cua-
trocientos veintinueve del Código Sustantivo, a la parte perjudicada por el incumplimien-
to de su contraparte, se le conceden dos alternativas facultativas, la resolución del contra-
to por la vía judicial o la resolución de pleno derecho de acuerdo al segundo dispositivo
antes citado.
Octavo.- Resulta de este análisis que la resolución de pleno derecho por incumplimiento
de acuerdo al artículo mil cuatrocientos veintinueve del Código Civil, es facultativa y no
obligatoria, lo que se encuentra ratificado por el propio texto de dicho artículo, cuando
expresa “que la parte perjudicada con el incumplimiento de la otra puede requerirla me-
diante carta por vía notarial (...)”.
Noveno.- Por ello las sentencias inferiores han interpretado erróneamente el artículo mil
cuatrocientos veintinueve del Código Civil, al desestimar el extremo de la demanda re-
ferido a la resolución del contrato, por haber pagado menos del cincuenta por ciento del
precio de la compraventa, por considerar que se había recurrido a la vía judicial, sin haber
cumplido con cursar la carta notarial y conceder el plazo estipulado para el pago de dicho
dispositivo legal.
Décimo.- Que, habiendo pagado los demandados solamente el cuarenta por ciento del
precio de la compraventa, procede la resolución del contrato, de acuerdo con lo estipu-
lado en el artículo mil quinientos sesentidós del Código Civil y también el extremo de la
demanda referida a la reivindicación del cuarto que los demandados poseen en el inmue-
ble sub litis, por lo dispuesto por el artículo novecientos veintitrés del mismo Código.
Décimo primero.- Que, la demandante no ha recurrido en casación contra la sentencia de
vista, en la parte que confirmando la apelada declaró infundado el extremo de la demanda
referente a la nulidad del contrato de compraventa.
Décimo segundo.- Que, en consecuencia, la interpretación correcta del artículo mil cua-
trocientos veintinueve del Código Civil consiste en que la resolución del contrato de com-
praventa de pleno derecho por incumplimiento, es facultativa y no obligatoria y que la
parte perjudicada puede acudir a la vía judicial directamente, por lo que de conformidad
con el inciso primero del artículo trescientos noventiséis del Código Civil.
126
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
Se resuelve
DECLARARON: FUNDADO el recurso de casación de fojas ciento cuarentisiete,
NULA la sentencia impugnada de fojas ciento cuarenticinco, de diecinueve de junio de
mil novecientos noventicinco y FUNDADA EN PARTE la demanda de fojas dieciséis a
fojas veintidós, aclarada a fojas veintiocho, en los extremos referidos a la resolución del
contrato y reivindicación y en consecuencia, resuelto el contrato privado de compraventa,
celebrado entre doña Delfina Hurtado Vicente y don Eladio Bernardino Hurtado Vicente
respecto de la casa sito en la calle quince número doscientos veintitrés, Urbanización La
Florida Distrito del Rímac, de nueve de abril de mil novecientos noventiuno que corre a
fojas nueve y que los demandados deben devolver a la demandante el cuarto que ocupan
en el inmueble sublitis, con costas y costos.
SS.
RONCALLA
ROMÁN
REYES
VÁSQUEZ
ECHEVARRÍA
127
J5
CAS. N° 1224-2006-Lima
Lima, 6 de marzo de 2007
128
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
2) La inexistencia de una motivación congruente, puesto que la Sala Superior en los con-
siderandos séptimo y octavo, se limita a hacer mención de la demanda de prescripción
adquisitiva de dominio interpuesta por la demandante respecto de los predios en liti-
gio, y en el octavo considerando reproduce los considerandos séptimo y octavo de la
sentencia de casación de fecha diez de octubre de dos mil dos, basando su decisión
en el considerando octavo de la referida sentencia de casación, con lo que se infiere
que el Colegiado ha dictado una sentencia que no se ajusta al mérito de lo actuado y
al derecho;
3) Que, en ninguno de los fundamentos de la sentencia impugnada se hace mención a
la Resolución Administrativa número cero setenta - noventiuno, mediante la cual se
transfirió el inmueble a favor de la entidad recurrente, documento que se ofreció en la
demanda en calidad de medio probatorio, con lo que se pone de manifiesto que este
no ha sido valorado de manera conjunta, pues guarda estrecha relación con el otro do-
cumento denominado “Acta de Adjudicación del terreno de Huachipa a la Asociación
de Ex servidores del Banco Minero”, razón por la cual se falta a la verdad cuando
se señala que “es de apreciar que en dicho documento no se indica cuál es el área de
terreno entregado en posesión...”;
Considerando
Primero.- Que, analizando la primera denuncia, relativa a la intervención de un tercero
en el proceso, es de advertir que tal hecho se encuentra referido a la intervención del abo-
gado Abraham Ureña Tello en el acto del informe oral ante la Sala Superior, hecho que
fue denunciado por la recurrente antes de la interposición del recurso de casación, lo cual
dio lugar a la Resolución de fojas quinientos ochenta, su fecha cinco de enero de dos mil
seis, en la que se declaró infundada la referida nulidad, por tanto, tal denuncia ya ha sido
resuelta;
Segundo.- Sin perjuicio de lo expuesto, la invocación de un acto procesal viciado implica
la denuncia de una nulidad trascendente para el proceso, la que de acuerdo al criterio de
esencialidad implica que, la declaración de nulidad del vicio debe influir de manera de-
cisiva sobre la decisión final, de tal modo que pueda ser capaz de producir su ineficacia;
que, en el caso de autos, la decisión final en nada afecta su sentido, ya que la denuncia
referida no desvirtúa su sentido, más aún si conforme al último párrafo del artículo ciento
treintidós de la Ley Orgánica del Poder Judicial, los abogados intervinientes pueden ser
sustituidos por otros en cualquier momento, incluso en el mismo acto del informe oral;
por tanto, carecerá de interés jurídico y atentará contra el principio de economía procesal
declarar la nulidad de la de vista con el propósito que se realice un nuevo informe oral,
ya que si se hace una abstracción del vicio denunciado, la motivación de la de vista no se
ve afectada, ni tampoco varía su sentido. De manera que, el vicio denunciado no atiende
al principio de esencialidad, para que pueda así sustentar una declaración de nulidad vía
casación, por lo que en aplicación del cuarto párrafo del artículo ciento setentidós del
Código Procesal Civil, esta denuncia debe ser desestimada;
Tercero.- Que, respecto a la segunda denuncia, relativa a la inexistencia de una motivación
congruente, conforme se advierte de la recurrida, tal denuncia carece de una base real,
pues de su tenor se advierte que, el hecho principal por el que se declaró infundada la
demanda es porque el acto jurídico en donde intervino el demandante, carecía de la autori-
zación legal respectiva para la transferencia de propiedad, conforme se sustentó en el
considerando cuarto de la recurrida; a diferencia del acto jurídico realizado entre los
demandados, en donde la transferencia se realizó en ejercicio de una Resolución Mi-
nisterial que autorizaba la transferencia, conforme se sustentó en el considerando sexto
de la recurrida;
129
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Vistos
Interviniendo como Vocal Ponente la Doctora Bustamante Oyague; y
Considerando
Primero.- Que, es materia del grado la sentencia de fecha veinticuatro de Septiembre
del dos mil cuatro, obrante de fojas trescientos setentiuno a trescientos setentiocho, en el
130
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
extremo que declara fundada la demanda de fojas sesenticinco a setentiuno, por la causal
de fin ilícito; en consecuencia, declara Nula la Escritura Pública de compra-venta de los
Lotes uno, dos, tres, y siete, y cuatro, cinco, y seis, respectivamente, de la Manzana “Q”
del Fundo Huerta Nievería-Huachipa, celebrada por el Banco Minero del Perú en Liqui-
dación con SEDAPAL, con fecha veintisiete de Enero del año mil novecientos ochenti-
nueve; y Nulo el Código de Predio Número PO treintiuno quinientos treinta ochentiuno y
PO treintiuno quinientos treinta ochentidós del Registro Predial Urbano Zonal Sur Rural;
cursándose los Partes respectivos;
Segundo.- Que, conforme expresa el artículo ciento noventiséis del Código Procesal Ci-
vil, salvo disposición legal diferente, la carga de probar corresponde a quien afirma he-
chos que configuran su pretensión, o a quien los contradice alegando nuevos hechos;
Tercero.- Que, de la demanda obrante de fojas sesenticinco a setentiuno, aparece que la
parte demandante solicita como pretensión principal se declare la Nulidad por Causal
contemplada en el artículo doscientos diecinueve inciso cuatro (cuando su fin sea ilícito),
inciso siete del Código Civil (cuando la ley lo declara nulo), y en consecuencia se declare
la “nulidad de la Escritura Pública de compraventa celebrada por el Banco Minero en
Liquidación a favor de la empresa Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima,
SEDAPAL, formalizada por ante la Notaría del Doctor César Bazán, su fecha veintisiete
de Enero del año mil novecientos noventinueve, y como pretensión accesoria se declare
la invalidez de la inscripción de la compraventa, la misma que se encuentra inscrita en
el Código de Predio Nº P3153081 y P03153082 del Registro Predial Urbano Zonal Sur
Rural, de la Unidad Catastral y del predio Fundo Huerta Nievería Lotes 4-5-6 y 1-2-3-7,
respectivamente, cursándose oportunamente los partes correspondientes”;
Cuarto.- Que, conforme aparece de la instrumental obrante de fojas cinco a seis, aparece
que, con fecha siete de Marzo del año mil novecientos noventidós, se adjudica el terreno
de Huachipa (Distrito de Lurigancho-Chosica) a la Asociación de Ex Servidores del Ban-
co Minero, dejándose expresamente señalado que se efectuaba la entrega de la posesión
de dicho terreno, “en cumplimiento de la Resolución SBS-070-91 de fecha Veintiocho de
Noviembre del año mil novecientos noventiuno, en el entendimiento de que la transfe-
rencia legal del terreno, para los efectos de la inscripción en el Registro de la Propiedad
Inmueble, está condicionada a la aprobación formal del Gobierno, mediante Resolución
Suprema a través del Ministerio de Vivienda y Construcción”; que, sin embargo, es de
apreciar que en dicho documento no se indica cuál es el área de terreno entregado en po-
sesión, además que no aparece de autos que se expidiera la aludida Resolución Suprema
que contenga la aprobación formal del Gobierno de la indicada transferencia;
Quinto.- Que, de la Copia Literal del Predio Nº P03153081 del Registro Predial Urbano
de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos, obrante a fojas treintiséis y si-
guientes, aparece que sobre el Predio Fundo Huerta Nievería Lotes cuatro, cinco y seis
de la manzana Q, de un área de Tres Hectáreas Tres Mil Setecientos Treinta Metros Cua-
drados, aparece inscrito como titular del Predio el Banco Minero del Perú y de la Copia
Literal del Predio Nº P03153082 del Registro Predial Urbano de la Superintendencia
Nacional de Registros Públicos, obrante de fojas treintinueve a cuarentiuno, aparece que
el predio Fundo Huerta Nievería Lotes uno, dos, tres, y siete de la manzana Q, de un área
de Cuatro Hectáreas Siete Mil Seiscientos Once Metros Cuadrados aparece que el titular
de esta predio es el Banco Minero del Perú;
Sexto-. Que, en la Escritura Pública de compraventa, obrante de fojas cuarentidós a cua-
rentisiete, el Banco Minero en Liquidación vende a Servicio de Agua Potable y Alcanta-
rillado - SEDAPAL, los citados lotes uno, dos, tres, siete, cuatro, cinco y seis del Fundo
Huerta Nievería, con fecha veintisiete de Enero del año mil novecientos noventinueve,
por el precio de ciento ochenta y ocho mil cuatrocientos treintiséis y noventitrés/100
Dólares de los Estados Unidos de Norteamérica (US$188,436.93); venta que, como se
131
Juan ESPINOZA ESPINOZA
señala en las cláusulas segunda y tercera, se hizo en uso de la autorización conferida por
la Resolución Ministerial Nº 098-96-EF/10 de fecha diecisiete de Junio del año mil nove-
cientos noventiséis, a la Comisión Administradora de Carteras creada por el artículo sexto
del Decreto de Urgencia Nº O-treintidós-noventicinco, a cargo del proceso de disolución
y liquidación del vendedor (Banco Minero en Liquidación);
Sétimo.- Que, debe tenerse en cuenta que, conforme aparece de los documentos obrantes de
fojas ciento noventidós a doscientos veintisiete de autos, la Asociación demandante interpu-
so una demanda de prescripción Adquisitiva de Dominio respecto a los lotes uno al siete del
Fundo Huerta Nievería, Distrito de Lurigancho - Chosica, contra el Banco Minero del Perú,
proceso que concluyó con sentencia de Casación de fecha diez de Octubre del año dos
mil dos, que declaró Infundado el Recurso de Casación interpuesto contra la sentencia de
vista de fecha treinta y uno de Enero del año dos mil uno, que revocando la sentencia del
dieciocho de Mayo del año dos mil, que declaró Infundada la demanda, reformándola la
declara improcedente;
Octavo.- Que, en la aludida Sentencia de Casación emitida por la Sala de Derecho Cons-
titucional y Social de la Corte Suprema de Justicia, del diez de Octubre del dos mil dos,
se señaló:
“(...) Sétimo.- Que, la demandante no ha demostrado en autos el animus dominis, por
cuanto en todos los documentos que presenta para acreditar su posesión hace referen-
cia a que el propietario del bien sub litis es el Banco Minero del Perú, por lo tanto,
no se ha portado como el legítimo propietario; Octavo, Que, además, del documento
de fojas setentidós a setentitrés denominado Adjudicación del Terreno de Huachipa
a la Asociación de Ex Servidores del Banco Minero (Acta de entrega del terreno) se
aprecia que se otorgó la posesión preventiva de este en presencia de los directivos de la
asociación y doscientos trabajadores y familiares, dejándose aclarado que la trans-
ferencia legal del citado terreno para los efectos de la inscripción en el Registro de
la Propiedad Inmueble estaba condicionada a la aprobación formal del gobierno
mediante Resolución Suprema a través del Ministerio de Vivienda y Construcción(...)”;
Noveno.- Que, para la A-quo el negocio jurídico celebrado entre las partes empla-
zadas tiene un fin ilícito: el de quitar a los accionantes el terreno materia de litis
que por derecho estima que les corresponde; sin embargo, esta fundamentación
adolece de base fáctica acreditada en autos, ya que del propio tenor del Acta de
adjudicación del terreno de Huachipa (Distrito de Lurigancho-Chosica) a la Asociación de
Ex Servidores del Banco Minero, obrante de fojas cinco y seis, otorgado el siete de Marzo
del año mil novecientos noventidós, se dejó expresamente indicado que la entrega de la
posesión de dicho terreno se hacía “en cumplimiento de la Resolución Nº SBS-070-91 de
28 de Noviembre del año mil novecientos noventa y uno, en el entendimiento de que la
transferencia legal del terreno, para los efectos de la inscripción en el Registro de la Pro-
piedad Inmueble, está condicionada a la aprobación formal del Gobierno, mediante Re-
solución Suprema a través del Ministerio de Vivienda y Construcción”; y no habiéndose
acreditado en autos que la transferencia del terreno cedido fue aprobada por el Gobierno,
es de colegir que la propiedad continúo perteneciendo al Banco Minero;
Décimo.- Que, por consiguiente, en uso de las facultades conferidas por el artículo
novecientos veintitrés del Código Civil al señalarse que, “la propiedad es el poder jurídico
que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien. Debe ejercerse en armonía con
el interés social y dentro de los límites de la ley”, en la condición de propietario de los lotes
sub-litis, el Banco Minero del Perú en Liquidación los transfiere mediante la Escritura
Pública de Compraventa a favor de la Empresa de Servicio de Agua Potable y Alcantari-
llado de Lima - SEDAPAL, con fecha veintisiete de Enero del año mil novecientos noven-
tinueve, instrumento que contiene un acto jurídico de compraventa válido, con fin lícito,
y permitido por la ley, en claro ejercicio del derecho de disposición de los bienes que le
132
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
EXP. Nº 805-2003
Sentencia de primera instancia
Lima, 24 de setiembre del 2004
Vistos
Resulta de autos que por escrito de fojas sesenticinco a setentiuno, la ASOCIACIÓN DE
EX TRABAJADORES DEL BANCO MINERO DEL PERÚ, debidamente representada
por su Presidente José Solís Galarza, interpone demanda acumulativa vía conocimiento
contra la empresa SERVICIO DE AGUA POTABLE Y ALCANTARILLADO DE LIMA
SEDAPAL- y al BANCO MINERO DEL PERÚ EN LIQUIDACIÓN, solicitando como
pretensión principal declarar la Nulidad por la causal contemplada en el artículo dos-
cientos diecinueve inciso cuatro y siete del Código Civil y, en consecuencia, se declare
la Nulidad de la Escritura Pública de Compra-venta celebrada por el Banco demandado a
favor de la empresa SEDAPAL formalizado por ante la Notaría del Doctor César Bazán
el veintisiete de enero de mil novecientos noventinueve y como pretensión Accesoria se
declare Invalidez de la inscripción de la compra-venta la que se encuentra inscrita en el
Código de Predio número P treinta y uno quinientos treinta ochentiuno y, PO treintiuno
quinientos treinta ochentidós del Registro Predial Urbano Zonal Sur Rural, de la Unidad
Catastral y del Predio Fundo Huerta Niveria Lotes cuatro, cinco, seis y uno, dos, tres y
siete respectivamente; refiere que por Acuerdo de Directorio del banco Minero del cuatro
de enero de mil novecientos ochenta, se acordó adquirir un terreno denominado “Fundo
de Niveria”, ubicado en Huachipa, Lurigancho-Chosica para que sirva como Centro de
133
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Esparcimiento de los trabajadores; que, ello fue ratificado por la R.M. quinientos ochen-
titrés-ochenta EF-setentiuno que autorizó la asignación de recursos del fondo para la
compra del mencionado terreno de Huachipa, así consta en los documentos denominado
Adjudicación del terreno de Huachipa a la Asociación de ex servidores del Banco Minero
del siete de marzo de mil novecientos noventidós, en la Resolución cero setenta-noventiuno
del veintiocho de noviembre de mil novecientos noventiuno; que, el siete de marzo de mil
novecientos noventidós el Delegado Especial de la Superintendencia de Banca y Seguros
en el Banco Minero en cumplimiento de la Resolución del veintiocho de noviembre antes
mencionada, les entregó la posesión del terreno a los ex servidores del Banco Minero, a
fin de que posteriormente se formalizaría la inscripción en el Registro de Propiedad de
Inmuebles, conforme consta en el documento Adjudicación del terreno de Huachipa a la
Asociación de ex servidores del Banco Minero (acta de entrega del terreno), posesión que
la vienen usufructuando desde esa fecha a la actualidad; que en el mes de marzo de mil
novecientos noventinueve interpusieron demanda por Prescripción Adquisitiva de Domi-
nio de los Lotes descritos por ante el Juzgado Civil de Ate Vitarte, Chaclacayo, Chosica
del Cono Este y como medida cautelar se anotó la demanda en el Registro Predial Urbano
Zonal Sur Rural; que, el fin ilícito consiste de que SEDAPAL no obstante tener conoci-
miento que la Asociación era propietaria por Adjudicación de los lotes de terreno, se ha
permitido adquirirlos de mala fe, con el fin de perjudicarles a sabiendas que el terreno
ya no era del Banco Minero en Liquidación, lo que le hicieron conocer mediante Cartas
Notariales del once y diez de noviembre de mil novecientos noventisiete; ampara su de-
manda en el artículo doscientos diecinueve incisos cuatro y siete del Código Civil; admi-
tida a trámite la demanda y corrido traslado por escrito de fojas ciento ocho a ciento trece
SEDAPAL deduce Tacha; por escrito de fojas ciento sesentiocho a ciento setentiocho el
Banco emplazado absuelve la demanda; mediante escrito de fojas doscientos veintinueve
a doscientos cincuenta SEDAPAL absuelve la demanda en los términos que ahí expresa;
por escrito de fojas doscientos cincuentidós a doscientos cincuentitrés; por resolución de
fojas doscientos cincuentisiete se declaró saneado el proceso, fijada fecha para la audien-
cia de conciliación esta se llevó a cabo conforme al acta de fojas doscientos setenticuatro
a doscientos setentiséis y la audiencia de pruebas a fojas doscientos ochenta, habiendo
vencido el término de los alegatos ha llegado el momento de emitir sentencia; y,
Considerando
Primero.- Que, la carga de probar corresponde a quien afirma hechos que configuren su
pretensión o a quien los contradice alegando hechos nuevos, conforme lo prevé el artículo
ciento noventiséis del Código Adjetivo;
Segundo.- Que, el actor como pretensión principal solicita la Nulidad de la Escritura Pú-
blica de compra-venta de los Lotes uno, dos, tres y siete y cuatro, cinco y seis respectiva-
mente de la Manzana “Q” del Fundo Huerta Nieveria-Huachipa, celebrada por el Banco
Minero del Perú en Liquidación a favor de la empresa SEDAPAL, de fecha veintisiete de
enero de mil novecientos noventinueve y accesoriamente se declare la Invalidez de la ins-
cripción de la compra-venta la que se encuentra inscrita en el Código de Predio número
PO treintiuno quinientos treinta ochentiuno y PO treintiuno quinientos treinta ochentidós
del Registro Predial Urbano-Zonal Sur;
Tercero.- Que, en el acta de audiencia de conciliación de fojas doscientos setenticuatro a
doscientos setentiséis, se han fijado los siguientes puntos controvertidos: Pretensión Prin-
cipal: Determinar si procede declarar la nulidad de la Escritura Pública de Compra Venta
celebrada por los emplazados; Pretensión Accesoria: Determinar si procede declarar la
invalidez de la Inscripción de la compra-venta que se encuentra inscrita en el Registro
Predial Urbano Zonal Rural de la Unidad Catastral y del Predio Fundo Huerta Niveria
Lotes cuatro, cinco, seis y uno, dos, tres y siete respectivamente;
134
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
135
Juan ESPINOZA ESPINOZA
autorizó a la Administración para que cumplidos los requisitos legales prosiga el trámite
de adjudicación;
Décimo.- Que, en cumplimiento de la referida Resolución se les hizo entrega del terreno
conforme al Acta de Entrega de Terreno que obra de fojas cinco a seis, de cuyo cuar-
to párrafo se lee “(...) ha pesado en el ánimo del Superintendente de Banca y Seguros,
dijo, el origen de la adquisición del terreno hecha por el Banco Minero hace más de
diez años, con el exclusivo propósito de establecer un ‘Centro de Recreación para
uso exclusivo de los servidores del Banco Minero donde se pudiera efectuar tanto
actividades de tipo deportivo y social, cuanto actividades agropecuarias de nivel mi-
croempresarial, en beneficio directo de los trabajadores del Banco que promuevan
ese tipo de actividades productivas de la comunidad en general”. Consta del Acuer-
do del Directorio del Banco Minero de fecha cuatro de enero de mil novecientos
ochenta, que el terreno de Huachipa fue adquirido para fue sirviera de centro de
Esparcimiento de los trabajadores”. Ese mismo propósito fue ratificado por R.M.
583-80-EF/7I que autorizó la asignación de recursos del Tesoro para la compra del
terreno. En consecuencia, al seguir el uso de ese terreno dentro de los mismos fines para
los que fue adquirido originalmente, se está respetando el espíritu de promoción social
que inspiró esa adquisición AUNQUE DESAPARECIERA EL BANCO MINERO
COMO PERSONA JURÍDICA.”;
Undécimo.- Que, siendo ello así resulta evidente que efectivamente el negocio jurídico
celebrado entre las partes emplazadas tienen un fin ilícito, el de quitar a los accionantes el
terreno materia de litis que por derecho les corresponde, desde que fue adquirido con el
ánimo y propósito de ser entregado a los trabajadores lo que fue el espíritu que justificó
la compra con recursos del Tesoro tal como se desprende de la Resolución y Acta de
Entrega antes glosados, razón por la cual si bien es cierto a la demandante por motivos de
trámites legales a la fecha no se le ha adjudicado el bien, también es verdad que el mismo
fue adquirido con solo dicho fin social, que se constituya en un Centro de Esparcimiento
de los Trabajadores del Banco Minero, aunque dicha entidad desaparezca como persona
jurídica, conforme así lo aseveró dicha entidad en su oportunidad, razón por la que cabe
amparar la demanda en tal extremo;
Duodécimo.- Que, respecto a la solicitud de nulidad por la causal prevista en el inciso
séptimo: “Cuando la ley lo declara nulo”, esto es, cuando consta expresamente en el texto
de las normas jurídicas, es de advertir que en estos casos, la nulidad opera porque o bien
se cumple el supuesto que da origen a la nulidad, o bien porque no llega a cumplirse ca-
balmente los requisitos que, en el supuesto de la norma conducen a la validez del acto, en
el caso de autos ni uno ni el otro supuesto se ha dado, razón por la que no cabe ampararse
tal extremo de la demanda habiendo quedado establecido de ese modo el primer punto
controvertido;
Décimo tercero.- Que, en este orden de ideas habiéndose determinado declarar la Nuli-
dad de la Escritura Pública de compra-venta celebrada por el Banco Minero del Perú en
Liquidación a favor de la empresa SEDAPAL contrato y siendo que lo accesorio corre la
suerte del principal, cabe amparar el pedido de invalidez de la Inscripción de la compra-
venta en el Registro Predial Urbano Zonal Rural, en donde se encuentra registrada la
Transferencia de la propiedad antes referida a favor de SEDAPAL estableciéndose de ese
modo el segundo punto controvertido;
Décimo cuarto.- Que, en cuanto a la Tachas propuestas por la co-emplazada SEDAPAL
de fojas ciento ocho a ciento trece, contra el Acta de Adjudicación del Terreno y contra
la Constancia de Posesión; que, en cuanto a la primera, es de advertir que las Tachas
deben incidir sobre el aspecto formal del documento y no sobre la verdad o falsedad
del contenido del documento, la misma que debe realizarse en vía de acción y no en vía
incidental como se pretende, por lo que no cabe ampararla; en cuanto a la segunda tacha
136
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
propuesta advirtiéndose que efectivamente de dicha Constancia se advierte que solo tiene
validez por noventa días y estando a que el mismo fue emitido el cuatro de julio de mil
novecientos noventisiete cabe ampararla; que, estando a que las demás pruebas aportadas
y no glosadas en modo alguna desvirtúan los precedentes considerandos y de conformi-
dad con los artículos glosados;
Fallo
Declarando FUNDADA la demanda de fojas sesenticinco a setentiuno por la causal de
fin ilícito; en consecuencia, NULA la Escritura Pública de compra-venta de los Lotes
uno, dos, tres y siete y cuatro, cinco y seis respectivamente de la Manzana “Q” del Fundo
Huerta Nieveria-Huachipa, celebrada por el Banco Minero del Perú en Liquidación con
SEDAPAL, el veintisiete de enero de mil novecientos noventinueve; y NULO el Código
de Predio número PO treintiuno quinientos treinta ochentiuno y PO treintiuno quinientos
treinta ochentidós del Registro Predial Urbano Zonal Sur Rural; cursándose los Partes re-
spectivos; Infundada la Tacha propuesta contra el Acta de Adjudicación del Terreno
de fojas cinco y seis; y, Fundada la Tacha propuesta contra la Constancia de Posesión
de fojas treinticinco; con costas y costos.
MARIANELLA LEDESMA NARVÁEZ.
137
J6
CAS. N° 2100-2003-LIMA
El Peruano,
30 de setiembre de 2004
138
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
primera parte del inciso trece del artículo ciento treintinueve de la Constitución Política
del Estado y el inciso segundo del artículo ciento veintitrés del Código Procesal Civil.
Considerando
Primero.- Que, es materia del recurso de mérito determinar si al emitir la resolución final
el Superior Colegiado, ha incurrido en error in procedendo, al haber determinado que
tanto la sentencia de primera instancia, que declaró la disolución del vínculo matrimonial
entre el recurrente y la demandada, como el convenio de pago de alimentos cuya nulidad
persigue con la demanda; al haber sido materia de pronunciamiento jurisdiccional, ostenta
la autoridad de cosa juzgada inmutable, contraviniendo lo dispuesto en la primera parte
del inciso trece del artículo ciento treintinueve de la Constitución y el inciso segundo del
artículo ciento veintitrés del Código Procesal Civil.
Segundo.- Que, las mencionadas normas procesales, cuya transgresión se denuncia, le-
gislan respecto a la autoridad de cosa juzgada y la prohibición de revivir procesos feneci-
dos por resolución ejecutoriada.
Tercero.- Que, tal como se advierte de fojas ciento dieciséis a ciento cuarenta, y como
se estableciera en la sentencia recurrida, las partes que intervienen en el presente proce-
so, con fecha diecisiete de setiembre de mil novecientos noventitrés, suscribieron una
“Propuesta de Convenio”, por la cual, según su cláusula cuatro punto uno, acuerdan los
suscribientes del compromiso, que Adolfo Rafael Dammert Ludowieg, hoy demandante,
acuda a doña Rosa María del Pilar Andrade de Lucio, actualmente demandada, con una
pensión alimenticia mensual y adelantada de ochocientos dólares americanos, mientras
ella no contraiga nuevas nupcias; siendo que dicho compromiso asumido por las partes
fue aprobado en la Sentencia de Separación Convencional, de fecha veinticuatro de enero
de mil novecientos noventicuatro, como se verifica de la copia que corre a fojas ciento
treinta de autos; habiéndose declarado ulteriormente, por sentencia del dos de setiembre
de mil novecientos noventicuatro, la disolución del vínculo matrimonial, quedando ex-
presamente subsistente todo lo demás que contiene la sentencia de separación convencio-
nal, la cual fuera aprobada vía consulta con fecha veintiséis de octubre de mil novecientos
noventicuatro, conforme se advierte de fojas cuarenticinco.
Cuarto.- Que, si bien, la Sala ha concluido que el citado convenio, que incluye a los
alimentos de la ex cónyuge demandada, ha sido materia de pronunciamiento jurisdiccio-
nal que ha pasado a la autoridad de cosa juzgada inmutable, amparándose en el artículo
ciento veintitrés parte final del Código Procesal Civil; este no ha sido el único argumento,
sobre el que se basa el Colegiado para tomar su decisión; ya que como se advierte del
cuarto considerando de la recurrida este postula el enfrentamiento entre la disposición
contenida en el artículo trescientos cincuenta primera parte del Código Civil y la disponi-
bilidad y liberalidad con la que cuentan las partes para contratar; que en tal sentido es en
un contexto unitario en el que debe analizarse la recurrida.
Quinto.- Que, en tal sentido, y estando a que del propio tenor de la Propuesta del Conve-
nio corriente de fojas ciento dieciséis, como lo ha determinado el Superior Colegiado, no
se verifica circunstancia alguna que genere la Nulidad del Acto Jurídico, que celebraran
las partes en litigio, el recurso propuesto debe desestimarse; tanto más si dicho compro-
miso ha sido valorado como expresión de acuerdo de voluntades válido de las partes,
tanto en la sentencia de Separación Convencional como en la consiguiente declaración de
Divorcio Ulterior; respecto de las cuales el hoy demandante y recurrente estuvo conforme.
Sexto.- Que, en consecuencia la sentencia impugnada no adolece del error in procedendo
denunciada por el actor, por lo que al no haberse verificado la transgresión a las normas
que garantizan el derecho a un debido proceso y en aplicación de lo previsto en el artículo
trescientos noventisiete del Código Procesal Civil, declararon INFUNDADO el
recurso de casación interpuesto a fojas doscientos once, en consecuencia NO CASARON
139
Juan ESPINOZA ESPINOZA
la resolución de vista de fojas doscientos cinco, su fecha veintiséis de marzo de dos mil
tres; CONDENARON al recurrente al pago de las costas y costos del proceso originados
en la tramitación del recurso, así como a la multa de una unidad de referencia procesal;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario oficial El Peruano;
en los seguidos por Adolfo Rafael Dammer Ludowieg, contra María del Pilar Andrade de
Lucio; sobre Nulidad de Acto Jurídico; y los devolvieron.
SS.
ROMÁN SANTISTEBAN
TICONA POSTIGO
LAZARTE HUACO
RODRÍGUEZ ESQUECHE
EGÚSQUIZA ROCA
140
J7
CAS. Nº 87-96-TACNA
Lima, 22 de julio de 1997
Considerando
Primero.- Que, en la presente litis se discute la validez de una disposición testamentaria
por la que la testadora establece un régimen de indivisión respecto a un inmueble a ser poseído
por tres personas, y en el que el que sobreviva a la muerte de las otras dos adquiere la pro-
piedad del mismo, que la Corte Superior ha calificado como de condición suspensiva.
Segundo.- Que, el hecho de calificar la disposición como conteniendo una condición
implica que el juzgador ha tenido en cuenta las normas que las regulan por lo que la de-
nuncia por inaplicación carece de fundamento.
141
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Tercero.- Que, sin embargo, debe señalarse que esta condición impropia que sujeta la
transmisión de propiedad a la muerte previa de dos personas en beneficio de una tercera,
repugna al orden público y carece de toda validez y eficacia.
Cuarto.- Que, nuestro ordenamiento legal no puede tolerar la existencia de una disposi-
ción semejante que propenda a generar expectativas patrimoniales derivadas de que una
persona muera con anterioridad a otra.
Quinto.- Que, en ese sentido, la finalidad perseguida con dicha disposición testamentaria
es ilícita siendo de aplicación lo dispuesto en los incisos cuatro y ocho del artículo dos-
cientos diecinueve y doscientos veinticuatro del Código Civil.
Sexto.- Que, la disposición testamentaria que establece la indivisión en supuesto diferen-
tes al del artículo ochocientos cuarenticinco del Código Civil, es decir, sobre empresas o
negocios no es nula, sin embargo los condóminos no están obligados a respetarla.
Sétimo.- Que, aún cuando nuestro Código Civil no contiene una norma similar a la que
regulaba el artículo setecientos ochentisiete del Código Civil de mil novecientos treinti-
séis que hubiera convertido en innecesaria esta discusión, dicho principio se desprende
de concordar lo dispuesto en los artículos ochocientos cuarentiséis, ochocientos cuarenti-
siete y ochocientos cincuenticuatro del Código Civil.
Octavo.- Que, si bien desde ese punto de vista ha habido una aplicación indebida del
artículo ochocientos cuarenticinco del Código Civil, este error no es suficiente para casar
la sentencia conforme al artículo trescientos noventisiete de la ley procesal.
Sentencia
Estando a las conclusiones a las que se arriba, con lo expuesto en el dictamen del Señor
Fiscal Supremo, se declara INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por don
Orlando Juan Anaya Delgado, en consecuencia, NO CASAR la sentencia de fojas dos-
cientos noventicinco, su fecha trece de octubre de mil novecientos noventicinco, CON-
DENARON al recurrente al pago de la multa de dos Unidades de Referencia Procesal,
así como al pago de las costas y costos originados en la tramitación del recurso; DISPU-
SIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo
responsabilidad; y los devolvieron.
SS.
IBERICO
RONCALLA
SEMINARIO
TINEO
ALMEYDA
142
J8
CAS. Nº 1021-96-HUAURA
El Peruano,
11 de mayo de 1998
La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en la causa vista en audiencia pública
el veinticuatro de noviembre del año en curso, emite la siguiente sentencia; con el
acompañado.
Materia del recurso
Se trata del Recurso de Casación interpuesto por don Pedro Francisco Ordóñez Gómez
contra la sentencia de fojas doscientos veintidós, su fecha treintiuno de mayo de mil no-
vecientos noventiséis, que confirmando la sentencia apelada a fojas ciento cuarentiocho,
su fecha veintinueve de diciembre de mil novecientos noventicinco, declara infundada la
reconvención y fundada en parte la demanda, en consecuencia que el demandado Pedro
Francisco Ordóñez Gómez entregue a la demandante el predio que ocupa en la manzana
“O”, lote veintitrés, del Conjunto Habitacional Los Cipreses, Huacho, en el plazo de
seis días y solidariamente con la codemandada Asociación Pro Vivienda de los Trabaja-
dores del Área Hospitalaria Chancay - Huacho indemnicen a la accionante con la suma
de trescientos nuevos soles, más intereses legales; e integrándola, declararon nulo y sin
efecto alguno, el contrato de compraventa celebrado por los demandados obrantes a fojas
catorce, sin perjuicio de los derechos que emanen para las partes de dicho contrato; con
lo demás que contiene.
143
Juan ESPINOZA ESPINOZA
por tanto el derecho de retención del mismo; la inaplicación del inciso primero del artículo
mil novecientos setentiuno del Código Civil, porque ha actuado en el ejercicio regular de
un derecho.
Considerando
Primero.- Que la interpretación errónea surge de un yerro de hermenéutica del Juez al
interpretar la norma, atribuyéndole un sentido y alcance que no tiene.
Segundo.- Que el acto jurídico es nulo, además de otras causales, cuando es contrario a
las leyes que interesan al orden público y a las buenas costumbres tal como lo dispone el
inciso octavo del artículo doscientos diecinueve del Código Civil en concordancia con el
artículo quinto del Título Preliminar del mismo Código Sustantivo.
Tercero.- Que la anotada causal sustantiva de nulidad se fundamenta en la limitación de
la autonomía de la voluntad en razón a que los actos jurídicos se celebran contraviniendo
normas imperativas que son la expresión de orden público; estas nulidades no operan au-
tomáticamente, sino que los jueces tienen la facultad de declararlas con el sustento de la
norma imperativa contravenida por la autonomía privada; por lo general, estas nulidades
están integradas a las normas prohibitivas provenientes del conjunto del ordenamiento
jurídico.
Cuarto.- Que siendo así, la enajenación de bien ajeno constituye un ilícito penal previsto
y sancionado en el artículo ciento noventiséis del Código Penal como una de las formas
de defraudación, constituyendo un delito contra el patrimonio.
Quinto.- Que esta norma penal es obviamente prohibitiva, consecuentemente su obser-
vancia interesa al orden público, en tal sentido, la autonomía de la voluntad se halla
restringida por ella y por ende adolece de validez el acto jurídico que se haya realizado;
de consiguiente, la norma aplicada en autos en este extremo ha sido comprendida en el
sentido y alcance que tiene.
Sexto.- Que sin embargo, distinta es la situación de aquel contrato por el cual una de las
partes se compromete a obtener que la otra adquiera la propiedad de un bien que ambas
saben que es ajeno, previsto en el artículo mil quinientos treintisiete del Código Civil,
el cual se rige a su vez por los artículos mil cuatrocientos setenta, mil cuatrocientos se-
tentiuno y mil cuatrocientos setentidós del mismo Código referentes a la promesa de la
obligación o del hecho de un tercero respecto a los contratos sobre bienes ajenos, que no
es el caso; de tal manera que la acción de rescisión prevista en el artículo mil quinientos
treintinueve del citado Código está destinada al comprador del bien ajeno mas no al pro-
pietario del mismo.
Sétimo.- Que referente al derecho de mejoras y de retención, estos no se hicieron valer
en forma oportuna ya que de conformidad con el inciso segundo del artículo mil ciento
veintisiete del Código Civil el derecho de retención se ejercita como excepción que se
opone a la acción destinada a conseguir la entrega del bien, por tanto las normas que las
sustentan son inaplicables.
Octavo.- Que en cuanto al ejercicio regular de un derecho, no cabe invocar la aplicación
de este instituto porque ello implicaría la revisión probatoria de la buena o mala fe con-
tractual del recurrente, lo que no corresponde hacerse en casación por contravenir sus
fines previstos en el artículo trescientos ochenticuatro del Código Procesal Civil.
Sentencia
Estando a las conclusiones que preceden declararon INFUNDADO el Recurso de Casa-
ción interpuesto don Pedro Francisco Ordóñez Gómez, en consecuencia, NO CASAR la
144
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
145
J9
CAS. Nº 282-T-97
Lima, 25 de noviembre de 1997
Considerando
Primero.- Que, el Recurso de Casación concedido a fojas doscientos treintiocho y fue
declarado procedente por resolución del dieciocho de agosto de mil novecientos noventi-
siete, por las causales invocadas.
Segundo.- Que, el artículo mil quinientos treintinueve del Código Referido está vincula-
do a la rescisión de la venta de bien ajeno, entre comprador y vendedor, pero no se refiere
al propietario del bien, que no intervino en el contrato y que por tal motivo está facultado
para solicitar la nulidad de la transferencia.
Tercero.- Que, esto determina que el artículo mil quinientos treintinueve del Código en
mención ha sido aplicado indebidamente al caso de autos, porque se está negando al due-
ño del bien la posibilidad de solicitar la nulidad de la compraventa.
146
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
Cuarto.- Que, más aún en el contrato materia del proceso, el vendedor don Edwin Gines
Aparicio Vilca expresó que había adquirido el inmueble mediante sucesión hereditaria
de sus señores padres don Vicente Aparicio Condori y doña Luisa Vilca Huanca y resulta
que dichas personas están vivas y han transferido el inmueble al demandante y, según
el artículo seiscientos sesenta del Código Civil, solo desde la muerte de una persona los
bienes, derechos y obligaciones que constituyen la herencia se trasmiten a sus sucesores y
en todo caso serían de aplicación los artículos mil cuatrocientos cinco y mil cuatrocientos
seis del Código acotado.
Quinto.- Que, resulta inaplicado el artículo ochocientos treintiuno del Código Sustantivo,
porque el demandante ha adquirido el inmueble en vía de anticipo de herencia, y por lo
tanto es propietario del bien.
Sexto.- Que, también resulta inaplicado el artículo quinto del Título Preliminar del
Código Civil que dispone que es nulo el acto jurídico contrario a las leyes que interesan
al orden público o a las buenas costumbres, porque quien no es propietario de un bien, no
puede disponer de él y vender un bien ajeno y el dueño no puede ser privado de su domi-
nio, sin que medie su voluntad, porque la Ley no ampara el abuso del derecho.
Sétimo.- Que, al venderse el inmueble del demandante, sin su consentimiento, se le está
privando de los derechos de que goza el propietario según el artículo novecientos veinti-
trés del Código Civil.
Octavo.- Que, la casación no contiene ningún fundamento relativo a los extremos de la
demanda referidos al pago de frutos y de daños y perjuicios, por lo que en ese aspecto no
puede variarse la resolución de vista.
Noveno.- Que, por las razones expuestas y de conformidad con el artículo trescientos
noventiséis del Código Procesal Civil; Declararon FUNDADO el Recurso de Ca-
sación interpuesto por don Juan Rogelio Aparicio Vilca, presentado mediante escrito de
fojas doscientos treintiuno; y, en consecuencia CASARON la resolución de vista de fojas
doscientos veintisiete, su fecha quince de enero de mil novecientos noventisiete; en la
parte que es materia del recurso; y, actuando en Sede de Instancia, CONFIRMARON
la apelada; de fojas ciento sesenticuatro, fechada el once de octubre de mil novecientos
noventiséis; en la parte que declaró fundadas las demandas acumuladas a fojas diecinue-
ve sobre nulidad de contrato de compraventa, nulidad de escritura pública que contiene,
reivindicación y nulo el contrato de compraventa, nula la Escritura Pública del dos de
agosto de mil novecientos noventitrés que la contiene, celebrada entre don Edwin Gines
Aparicio Vilca y Federico Camilo Quispe Lipa, respecto del inmueble urbano ubicado
en el jirón Veintiocho de Julio número trescientos tres de la ciudad de Sandia, otorgado
ante Notario Público, doctora Marina Centeno Zavala, debiendo el demandado Federi-
co Camilo Quispe Lipa, cumplir con restituir el inmueble materia de litis al actor Juan
Rogelio Aparicio Vilca, con costas y costos; ORDENARON que se publique la presente
resolución en el Diario oficial El Peruano en los seguidos por don Juan Rogelio Aparicio
Vilca con don Edwin Gines Aparicio Vilca y otro, sobre Nulidad de Contrato y otros, y
los devolvieron.
SS. URRELLO A.
BUENDÍA G.
ORTIZ B.
SÁNCHEZ PALACIOS P.
ECHEVARRÍA
147
J10
Exp. Nº 397-96-TACNA
Lima, 8 de setiembre de 1997
148
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
de mil novecientos ochentitrés, es prueba suficiente de que este era copropietario del
inmueble que perteneciera a su madre, desde el fallecimiento de esta, el mismo que fue
transferido por referida Escritura Pública del trece de julio de mil novecientos ochentio-
cho, por lo que esta Corte debe corregir la resolución de primera instancia en cuyo cuarto
considerando que corre a fojas trescientos trece, refiriéndose a la escritura del trece de
julio de mil novecientos ochentiocho afirma que en ella “se ha preterido los derechos
del demandado Jaime Villalba que tiene por parte de su señora madre” contradiciendo el
décimo segundo considerando de la misma que dice “el actor reconviniente no ha pro-
bado ser dueño del inmueble para que se configure la ilicitud de venta de lo ajeno”; Que
si el reconviniente ha sido preterido en la escritura del trece de julio de mil novecientos
ochentiocho, es porque precisamente tenía derechos como heredero y copropietario res-
pecto del inmueble que se transfirió y este es el parecer de esta Corte; Que no se ajusta
al mérito del proceso y de la ley, la afirmación del Juez de Primera Instancia cuando
sostiene que aun “en el supuesto de haberse vendido lo ajeno, la venta resulta rescindible
a solicitud de la compradora conforme al artículo mil quinientos treintinueve del Código
Civil, mas no por el reconviniente quien no intervino en el contrato”, pues el artículo mil
quinientos treintinueve del referido cuerpo legal solo regula los supuestos en los cuales
puede el comprador de un bien ajeno rescindir el contrato, pero de ningún modo reserva
este derecho exclusivamente al comprador, gozando el demandado Jaime Villalba, como
heredero y copropietario del inmueble, de legítimo interés para solicitar la nulidad del
mismo; Que en cualquier caso no estamos ante la promesa de venta de bien ajeno, figura
jurídica regulada por los artículos mil quinientos treintiséis y mil quinientos treintinueve
del Código Civil, mediante la cual una de las partes se compromete a que la otra adquiera
la propiedad de un determinado bien comprometiendo la acción de un tercero, de con-
formidad con el artículo mil cuatrocientos setenta del Código Civil, sino ante un ilícito
jurídico que es vender un bien donde ambas partes sabían que una parte de las acciones y
derechos que se transferían en ese acto pertenecían a un tercero; Que de conformidad con
el artículo ciento cuarenta del Código Civil, inciso segundo, son nulos los actos jurídicos
cuyo objeto es jurídicamente imposible; Que el artículo doscientos diecinueve, inciso
octavo concordante con el artículo V del Título, Preliminar del Código Civil, señala que
son nulos los actos jurídicos contrarios a las leyes que interesan al orden público, y no es
por lo tanto jurídicamente posible ni lícito vender como propio un bien ajeno; Que si bien
una interpretación conservacionista del acto jurídico podría haber llevado a concluir a
esta Corte que la nulidad de la venta efectuada por escritura pública de fecha trece de julio
de mil novecientos ochentiocho solo podría ser considerada respecto del exceso transfe-
rido por el demandado Gustavo Ticona Copaja, este principio no es aplicable teniendo
en cuenta que esta Corte tiene indicios suficientes que evidencian que el codemandado
Gustavo Ticona actuó de mala fe, pues sabía perfectamente que el demandado Jaime Villalba
Rojas era hijo de su esposa, según propia declaración del codemandado que consta a fojas
dieciséis del expediente novecientos cinco - noventicuatro sobre suscripción de escritura
pública; Que de conformidad con el artículo mil trescientos sesentidós del Código Civil
los contratos deben celebrarse de acuerdo a las reglas de la buena fe, buena fe que fue
ajena a las partes pues concientemente preterieron al demandado Jaime Villalba Rojas de
sus legítimos derechos hereditarios como heredero de María Luisa Rojas Ticona; de-
clararon HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas cuatrocientos nueve,
su fecha nueve de mayo de mil novecientos noventiséis, que confirmando la apelada de
fojas trescientos uno, su fecha quince de enero del mismo año en el extremo que declara
infundada la reconvención por lo que REFORMANDO la de vista y REVOCANDO la
apelada en este extremo declararon FUNDADA la reconvención del demandado Jaime
Villalba Rojas y en consecuencia, nulo el contrato de compraventa celebrado por Gus-
tavo Laureano Ticona Copaja y Nancy Ambrocina Ticona Rojas, recogido por escritura
149
Juan ESPINOZA ESPINOZA
pública de fecha trece de julio de mil novecientos ochentiocho otorgado ante el Notario
Doctora Morales de Barrientos y nulos los asientos correspondientes a la inscripción de la
traslación de dominio en el Registro Público correspondiente; NO HABER NULIDAD
en lo demás que contiene; en los seguidos por doña Nancy Ticona Rojas con don Jaime
Javier Villalba y otro, sobre nulidad de contrato de compraventa; y los devolvieron.
SS.
IBERICO
RONCALLA
SEMINARIO
TINEO
ALMEIDA
150
J11
EXP. N° 693-95-CUSCO
Lima, 20 de marzo de 1996
151
Juan ESPINOZA ESPINOZA
fojas trescientos cuarenta, su fecha treinta de mayo de mil novecientos noventa y cinco,
en la parte materia del recurso que confirmado la apelada de fojas doscientos once, su
fecha veintiuno de octubre del noventa y cuatro, declara infundada la demanda inter-
puesta por la Asociación Pro-Vivienda Santa Rosa de la Guardia Civil, sobre nulidad
de acto jurídico y del documento que lo contiene; infundada la acción acumulada de
indemnización de daños y perjuicios; fundada la acción reconvencional de restitución o
entrega de inmueble; reformado la primera y revocando la segunda, en estos extremos;
declararon FUNDADA la demanda interpuesta por la Asociación Pro-Vivienda
Santa Rosa de la Guardia Civil y, en consecuencia, nulo en acto jurídico de compra-venta
celebrado el cuatro de diciembre de mil novecientos setenta y dos entre el codemandado
Rafael Guevara Ochoa y Honoria Yolanda Andía Ochoa, respecto de los lotes número
nueve, diez y once de la Mz “E” de la fracción “B” del Fundo Santutis Grande la cuidad
del Cusco, nulo dicho documento; declararon INFUNDADA la acción reconvencional de
restitución o entrega de inmueble formulada por la codemandada Honoraria Yolanda An-
día Ochoa; con lo demás que contiene: en los seguidos por José Isauro Cáceres Quispe y
otros con Rafael Guevara Ochoa y otra, sobre nulidad de acto jurídico y otros conceptos,
y los devolvieron.
Señor
ROMÁN
REYES
VÁSQUEZ
ECHEVARRÍA
URRUTIA
152
J12
CAS. Nº 1818-97-LIMA
Lima, 15 de mayo de 1998
Considerando
Primero.- Que, el representante de la Junta General de Propietarios del Edificio Santa
Beatriz, promueve acción de desalojo contra el demandado don Luis Muñoz Ramos, atri-
buyéndole la condición de ocupante precario, para que desocupe y entregue el departa-
mento sin número de la azotea de dicho edificio, ubicado en el área destinada a servicios
de portería.
153
Juan ESPINOZA ESPINOZA
154
J13
CAS. Nº 2516-98-SAN MARTÍN
Lima, 14 de abril de 1999
Considerando
Primero.- Que, concedido el Recurso de Casación por resolución de fojas seiscientos
veinticinco, fue declarado procedente por esta Sala Civil Suprema mediante resolución de
fecha tres de noviembre de mil novecientos noventiocho, solo por las causales contenidas
en los incisos primero y segundo del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal
Civil, esto es, la aplicación indebida de las normas antes citadas e inaplicación de otras
normas citadas también.
Segundo.- Que, la demanda interpuesta por el representante del Ministerio Público está
orientada a la disolución por disposición judicial, de la Asociación de Junta de Usuarios
Margen Izquierdo Río Sisa “El Dorado” con el fundamento de que sus actividades o fines
son o resultan contrarias al orden público.
155
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Tercero.- Que, el orden público debe entenderse conforme la doctrina imperante a aque-
lla situación de normalidad en que se mantiene y vive un Estado cuando se desarrollan
las diversas actividades individuales y colectivas, sin que se produzcan perturbaciones
o conflictos; así mismo lo caracteriza el conjunto de normas e instituciones cuyo objeto
consiste en mantener en un país el buen funcionamiento de los servicios públicos, la se-
guridad y la moralidad de las relaciones entre los particulares.
Cuarto.- Que, las instancias inferiores o de mérito, han establecido que los hechos de-
nunciados como el nacimiento, funcionamiento y actividades de la Junta de Usuarios
indicada no afecta el orden público, en concordancia con lo expuesto.
Quinto.- Que, a mayor abundamiento, si esa Asociación no cumple con disposiciones
reglamentarias, las que profusamente se señalan en el Recurso de Casación es compe-
tencia de la Autoridad Pública exigir su cumplimiento coercitivo y que el desarrollo y
actividades de la Asociación se sujete a las disposiciones reglamentarias más las alegadas
infracciones no pueden dar base para declararse la disolución de la Asociación en aplica-
ción del artículo noventiséis del Código Civil.
Sexto.- Que, en concordancia con estas premisas es forzoso concluir que la sentencia
de mérito no ha incurrido en la aplicación indebida de los artículos ochenticinco, ochen-
tisiete, noventidós y noventicinco del Código Civil, artículo treinticinco y treintiocho
del Decreto Supremo número cero treintisiete-ochentinueve-AG, artículo veintiséis del
Decreto Supremo número cero cero tres-noventa-AG, y que se han dejado de aplicar, en
forma debida como se dice, el artículo noventiséis del Código Sustantivo, artículo sesenta
del Decreto Legislativo número seiscientos cincuentitrés, artículo ciento veinticinco del
Decreto Supremo número cero cuarentiocho-noventiuno-AG y artículo cuarto del Decre-
to Supremo número cero cero tres-noventa-AG, artículo sesentiséis de la Constitución
Política del Estado y los artículos que cita de la Ley General de Aduanas y otros que se
dice inaplicadas, referentes a la normatividad que rige para el uso del agua del riego y el
funcionamiento de las Juntas de Usuarios.
Sentencia
Por estos fundamentos, declararon INFUNDADO el Recurso de Casación inter-
puesto por la delegación del Procurador Público a cargo de los Asuntos Judiciales del Mi-
nisterio de Agricultura cuya intervención en el proceso tuvo lugar después de expedirse la
sentencia de Primera Instancia, como litisconsorte activo coadyuvante - a fojas seiscien-
tos doce contra la resolución de vista de fojas quinientos ochentitrés, su fecha cuatro de
setiembre de mil novecientos noventiocho; CONDENARON a la recurrente al pago de
la multa de dos Unidades de Referencia Procesal; DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el Diario oficial El Peruano; bajo responsabilidad; en los seguidos
por el señor Fiscal Provincial Edwin José Delegado Tresierra con la Asociación Junta
Usuarios, Margen Izquierda Río Sisa “El Dorado”, sobre disolución de asociación; y los
devolvieron.
SS.
URRELLO A.
ORTIZ B.
SÁNCHEZ PALACIOS P.
ECHEVARRÍA A.
CASTILLO LA ROSA S.
156
J14
Exp. Nº 242-2002/cpc
RES. Nº 339-2003-CPC
Comisión de Protección al Consumidor
Ello, dado que por el carácter imperativo establecido en el artículo 2012 del Código
Civil respecto del conocimiento de las inscripciones en los Registros Públicos, el
Banco debió considerar que a partir del día 11 de junio de 2001 el denunciante, en su
calidad de curador, era la única persona legitimada para efectuar operaciones válidas
en representación del interdicto, señor Guillermo Chung Zapata. En consecuencia,
se sanciona al Banco de la Nación con una multa ascendente a 3 Unidades Impositivas
Tributarias.
157
Juan ESPINOZA ESPINOZA
II. Declarar infundada la denuncia presentada por el señor Chung en contra del Ban-
co por la presunta infracción al artículo 8 de la Ley de Protección al Consumidor,
en los extremos en que:
III. Declarar improcedente la denuncia presentada por el señor Chung en contra del
Banco por la presunta infracción al artículo 8 de la Ley de Protección al Consu-
midor, en los extremos referidos a la omisión del Banco en denunciar a la persona
que presentó cartas notariales con la firma falsificada del interdicto, en exigirle la
devolución del dinero cobrado indebidamente; y, al pronunciamiento del Banco en
respuesta al reclamo que presentó ante la Superintendencia de Banca y Seguros.
Ello, toda vez que el deber de idoneidad en la prestación del servicio frente al
denunciante no obliga al Banco a denunciar a una persona sobre la base de lo que
aquel considere; a exigir a tal persona la devolución del dinero que haya cobrado
indebidamente; ni a emitir opinión favorable a los intereses de un cliente.
Iv. Declarar infundada la denuncia presentada por el señor Chung en contra del
Banco por infracción a los artículos 5 inciso b), y 15 de la Ley de Protección al
Consumidor; en la medida que ha quedado acreditado que el Banco cumplió con
atender su recurso de apelación al tramitarlo como una reiteración de su reclamo
y le brindó una respuesta detallada.
VI. Declarar infundada la solicitud del señor Chung para que la Comisión ordene al
Banco, como medidas correctivas, lo siguiente: (i) que al abrir una cuenta de aho-
rros consigne un dígito en el código de esta a efectos de alertar que el curador
del titular de la cuenta es el único con derecho a hacer uso de ella; y, (ii) que
cree un Registro Único de Poderes de la Ley Nº 19990. Ello, debido a que dicha
solicitud no tiene como finalidad revertir los efectos que la conducta infractora
hubiera ocasionado o evitar que esta se produzca nuevamente en el futuro; y, por
lo tanto, no puede ser considerada como una medida correctiva en los términos
establecidos en la Ley de Protección al Consumidor.
VII.Ordenar al Banco como medida correctiva, que en el plazo de cinco (5) días há-
biles contados a partir de la notificación de la presente resolución, cumpla con
pagar al señor Chung la suma de S/. 590 más los intereses legales respectivos,
correspondientes a la pensión de invalidez y la sexta bonificación del FONAHPU
del interdicto.
158
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
1. Hechos
El 1 de abril de 2002 el señor Chung, en su calidad de curador del señor Guillermo Rafael
Chung Zapata –en adelante, el interdicto-, denunció al Banco por presuntas infracciones
a las normas contenidas en el Decreto Supremo N° 039-2000-ITINCI, Texto Único Orde-
nado de la Ley de Protección al Consumidor.
En su escrito de denuncia, el señor Chung manifestó que:
(i) solicitó a la Oficina de Normalización Previsional–ONP que transfiera al Banco los
pagos a realizarse al interdicto;
(ii) el Banco permitió que una tercera persona cobre la pensión de invalidez del mes de
setiembre de 2001 y la sexta bonificación del Fondo Nacional de Ahorro Público-
FONAHPU del interdicto, ascendentes a S/. 270 y S/. 320, respectivamente;
(iii) el Banco no comunicó a sus funcionarios que él era la única persona autorizada a
cobrar los pagos realizados por la ONP y el FONAHPU al interdicto;
(iv) el Banco proporcionó al interdicto una tarjeta Multired;
(v) antes de que se realice el cobro de la bonificación del FONAHPU había registrado su
curatela en la agencia del Banco ubicada en la Avenida 28 de Julio, y bloqueado la
tarjeta del FONAHPU otorgada indebidamente a la señorita Dina Huayhua Huaraca;
(vi) el Banco no debió bloquear dos veces la cuenta de ahorros del interdicto en mérito a
las cartas notariales de fecha 15 de setiembre de 2001 mediante las cuales el interdic-
to autorizaba a la señorita Dina Huayhua Huayraca a cobrar cualquier pago abonado
a su cuenta;
(vii) el Banco no cumplió con el Cronograma de Pago Sin Poder, pues los cobros denun-
ciados se realizaron un día antes del designado para el interdicto de acuerdo a la letra
inicial de su apellido;
(viii) el Banco debió denunciar a la persona que presentó las cartas notariales con la firma
falsificada del interdicto, y de esa manera, desincentivarla a que realice el segundo
cobro indebido; y, además, exigir la devolución del dinero pagado por error para res-
tituirlo a la cuenta de ahorros del interdicto;
(ix) el Banco no aceptó el recurso de apelación que presentó contra la denegatoria de su
reclamo por los pagos de la pensión de invalidez y de la bonificación a una persona
errónea;
(x) que la Asesoría Jurídica del Banco emitió opinión contraria a lo sucedido con ocasión
del reclamo que presentó ante la Superintendencia de Banca y Seguros; y,
(xi) por último, que el Banco no cuenta con un registro único de poderes de la Ley 19990
por lo que su control interno fue deficiente y no tomó las medidas correctivas oportunas.
Por lo antes señalado, el señor Chung solicitó a la Comisión que ordene, como medidas
correctivas, lo siguiente: (i) que el Poder Judicial al nombrar a un curador comunique
oportunamente dicho nombramiento a los Colegios de Notarios; (ii) que los Colegios de
Notarios no otorguen poderes notariales que ocasionen problemas; (iii) que el Banco al
abrir una cuenta de ahorros consigne un dígito en el código de esta a efectos de alertar
que el curador del titular de la cuenta es el único con derecho a hacer uso de ella; y,
(iv) que el Banco cree un Registro Único de Poderes de la Ley 19990.
En su defensa, el Banco expresó que el pago de la pensión de invalidez se realizó a través
de cajero automático mediante el uso de la tarjeta Multired; especificando que esta se
gestionó directamente por el interdicto en el mes de agosto de 2001. De otro lado, señaló
que el cobro de la bonificación del FONAHPU se efectuó debidamente por la señorita
159
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Dina Huayhua Huaraca, quien presentó un poder fuera de registro del 17 de agosto de
2001 y la carta de autorización suscrita por la funcionaria del FONAHPU que acreditaba
el derecho al cobro del interdicto.
2. Cuestiones en discusión
Luego de estudiar el expediente, la Comisión considera que corresponde determinar lo
siguiente:
(i) si el Banco brindó un servicio idóneo al interdicto señor Guillermo Chung Zapata; y de no
ser así, si el Banco ha incurrido en una infracción a lo dispuesto en el artículo 8 del Texto
único Ordenado de la Ley de Protección al Consumidor;
(ii) si el Banco cumplió con atender la apelación que el denunciante presentó contra la dene-
gatoria del reclamo por el pago de la pensión de invalidez y la bonificación del FONAH-
PU a una persona errónea, conforme a lo establecido en los artículos 5 inciso b) y 15 de
la Ley de Protección al Consumidor;
(iii) si corresponde ordenar, como medidas correctivas, lo siguiente: (i) que el Poder Judicial
al nombrar a un curador comunique oportunamente dicho nombramiento a los Colegios
de Notarios; (ii) que los Colegios de Notarios no otorguen poderes notariales que ocasio-
nen problemas; (iii) que el Banco al abrir una cuenta de ahorros consigne un dígito en el
código de esta a efectos de alertar que el curador del titular de la cuenta es el único con
derecho a hacer uso de ella; y, (iv) que el Banco cree un Registro Único de Poderes de la
Ley 19990; y,
(iv) cuál sería la sanción a imponerse de comprobarse la responsabilidad del Banco denunciado.
160
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
161
Juan ESPINOZA ESPINOZA
162
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
(7) En la carta (fojas 14 del expediente) el Banco comunicó al señor Chung que no tiene responsabilidad por los pagos
efectuados a terceras personas que acreditaron en su momento legitimidad y derechos, especificando lo siguiente:
“(…) retiro de la suma de S/. 270.00 correspondiente a la pensión del mes de setiembre del 2001 a favor de don
Guillermo Rafael Chung Zapata, se produjo el retiro vía cajero automático con Tarjeta Multired N° 8018 0008
93645104, que fue entregada al titular de la cuenta N° 4-005-688804 don Guillermo Rafael Chung Zapata; con-
forme se señala en el Informe de la División de Banca Electrónica del Departamento de Operaciones Locales del
Banco de la Nación (…)” (el subrayado es nuestro).
163
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Por tanto, en la medida que ha quedado acreditado que el Banco entregó al propio inter-
dicto la tarjeta Multired correspondiente a su cuenta de ahorros, la Comisión considera
que el Banco no brindó un servicio idóneo al interdicto, señor Guillermo Chung Zapata;
por lo que corresponde declarar fundado este extremo de la denuncia.
3.2.2. Sobre el pago de la pensión de invalidez
En su denuncia, el señor Chung manifestó que el Banco permitió que una tercera persona
cobre la pensión de invalidez del mes de setiembre de 2001 correspondiente al interdicto
ascendente a S/. 270. Por su parte, el Banco señaló que el pago de la mencionada pensión
se realizó a través del cajero automático mediante el uso de la tarjeta Multired gestionada
por el propio interdicto.
Sobre el particular, dado el carácter imperativo establecido en el artículo 2012 del Código
Civil respecto del conocimiento de las inscripciones en los Registros Públicos, el Banco
a efectos de brindar un servicio idóneo debió considerar que a partir del día 11 de junio
de 2001 el denunciante, en su calidad de curador, era la única persona legitimada para
efectuar operaciones válidas en representación del interdicto, señor Guillermo Chung
Zapata; y por ende, denegar cualquier solicitud planteada por el propio interdicto o por
una tercera persona cuya representación se derive de las facultades delegadas por este
último.
Asimismo, debe recordarse que de conformidad con lo establecido por el artículo 1229
del Código Civil, la prueba del pago le corresponde a quien alega haberlo efectuado(8). En
consecuencia, conforme a dicho artículo y a lo apuntado en el párrafo precedente, corres-
ponde al Banco probar que ha efectuado el pago de la pensión de invalidez del interdicto
al denunciante.
No obstante ello, del Memorando interno del Banco así como del detalle de los movi-
mientos de la Tarjeta Multired del denunciante, únicamente se desprende que con fecha
17 de agosto de 2001 se retiró de la cuenta de ahorros Nº 04-005-688804 perteneciente
al interdicto mediante el uso de la tarjeta Multired, la suma de S/. 270(9), sin que a partir
de la revisión de los mismos se pueda concluir que tal operación se efectuó por parte del
denunciante.
Además, se debe señalar que, tal como se verificó en el acápite anterior, el Banco no de-
bió entregar al propio interdicto la tarjeta Multired, haciendo posible con dicha conducta
que una persona distinta al denunciante, como representante legal del interdicto, cobre la
pensión de invalidez.
En este sentido, en la medida que el Banco no ha acreditado que pagó la pensión de
invalidez del mes de setiembre de 2001 del interdicto al denunciante, en su calidad de
representante legal, corresponde declarar fundado este extremo de la denuncia.
164
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
(10) En la carta (fojas 14 del expediente) el Banco comunicó al señor Chung que no tiene responsabilidad por los pagos
efectuados a terceras personas que acreditaron en su momento legitimidad y derechos, especificando lo siguiente:
“(…) pago de la suma de S/. 320.00 correspondiente a la sexta bonificación de FONAHPU, pagado con fecha 26-
11-01 en nuestra Agencia del Centro Cívico de Lima, se produjo mediante la presentación de un poder debidamente
legalizado, otorgado por don Guillermo Chung Zapata a favor de doña Dina Huayhua Huaraca; conforme se señala
en el informe del Departamento de Sucursales y Agencias del Banco de la Nación (…)”.
(11) Ver fojas 129 del expediente.
(12) Ver fojas 51 del expediente.
(13) Ver fojas 17 del expediente.
165
Juan ESPINOZA ESPINOZA
166
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
En el presente caso, sin embargo, ha quedado acreditado que los funcionarios del Banco
no fueron comunicados respecto de que el señor Chung era la única persona facultada
para efectuar operaciones en representación del interdicto, en tanto que de los documen-
tos que obran en el expediente no ha quedado acreditada dicha actuación por parte del
Banco y a que tal como se aprecia del Memorando del Administrador de la Agencia del
Centro Cívico del Banco, el funcionario que pagó la sexta bonificación del FONAHPU
a una persona distinta al denunciante no encontró registrado en su base de datos ninguna
orden de bloqueo(16).
Por lo expuesto, la Comisión considera que el Banco no cumplió con brindar un servicio
idóneo al interdicto, señor Guiilermo Chung Zapata, en la medida que ha quedado acredi-
tado que no informó a sus funcionarios que el denunciante era la única persona facultada
para efectuar operaciones en representación del interdicto y a que el funcionario que pagó
la sexta bonificación del FONAHPU no encontró registrado en su base de datos ninguna
orden de bloqueo; por lo que corresponde declarar fundado este extremo de la denuncia.
3.2.6. Sobre el incumplimiento del cronograma de pago Sin Poder
En su denuncia, el señor Chung señaló que el Banco no cumplió con el cronograma de
pago Sin Poder, pues los cobros denunciados se realizaron un día antes del designado
para el interdicto teniendo en cuenta la letra inicial de su apellido.
Conforme a lo dispuesto por la Primera Disposición Final del Código Procesal Civil, las
normas en él contenidas se aplican supletoriamente a los procedimientos administrativos.
Por esta razón, a quien afirma determinados hechos, le corresponde la carga de probarlos(17).
No obstante, en el presente caso, el denunciante no ha presentado algún medio probatorio
que acredite que el Banco estableció un cronograma para el pago de la pensión de invalidez
o de la sexta bonificación del FONHAPU de acuerdo a las letras iniciales de los apellidos de
los pensionistas y jubilados.
En consecuencia, en la medida que el denunciante no ha acreditado que el Banco estable-
ció un Cronograma para el pago de la pensión de invalidez o de la sexta bonificación del
FONAHPU, la Comisión considera que no ha quedado acreditado que el Banco no haya
cumplido con brindar un servicio idóneo al interdicto, señor Guillermo Chung Zapata,
por lo que corresponde declarar infundado este extremo de la denuncia.
3.2.7. Sobre la omisión del Banco en denunciar y en exigir la devolución del dinero
cobrado indebidamente
En su denuncia, el señor Chung señaló que el Banco no denunció a la persona que pre-
sentó las cartas notariales con la firma falsificada del interdicto; y que tampoco exigió la
devolución del dinero cobrado indebidamente.
(16) En el Memorando EF/92.0060-N° 356-2001 (fojas 53 del expediente) dirigido por el Administrador de la Agencia del
Centro Cívico del Banco al señor Óscar Vásquez Miyán recibido el 10 de diciembre de 2001 por el Departamento de
Sucursales y Agencias del Banco de la Nación se señala lo siguiente respecto del pago de la bonificación del FONAHPU:
“(…) luego de una minuciosa revisión de los documentos por el funcionario responsable, este autoriza el pago
por intermedio del pagador, quien procesa la documentación en el computador y AL NO ENCONTRAR NINGU-
NA ORDEN DE BLOQUEO solo se limita a cancelar como cualquier otro pago con poder. Reitero en el computa-
dor no existía ninguna orden de bloqueo y cualquier oficina podía efectuar el pago” (el subrayado es nuestro).
(17) CÓDIGO PROCESAL CIVIL
Artículo 196.- Salvo disposición legal diferente, la carga de probar corresponde a quien afirma hechos que configuran
su pretensión, o a quien los contradice alegando nuevos hechos.
167
Juan ESPINOZA ESPINOZA
168
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
puedan realizar una elección adecuada(20). Por otro lado, en el artículo 15 se regula la
obligación que tiene el proveedor de consignar en forma veraz, suficiente, apropiada y
muy fácilmente accesible al consumidor o usuario, la información sobre los productos o
servicios que oferte en el mercado(21).
El precedente de observancia obligatoria aprobado por la Sala de Defensa de la Compe-
tencia del Tribunal, mediante Resolución Nº 288-2000/TDC-INDECOPI precisó que la
obligación de informar de los proveedores debe entenderse como la obligación de poner
en conocimiento toda la información relevante para efectos de que los consumidores
puedan realizar una adecuada decisión de consumo o un uso correcto de los bienes y
servicios que han adquirido(22).
De acuerdo a los hechos expuestos, el señor Chung señaló que el Banco no aceptó el
recurso de apelación que presentó contra la denegatoria de su reclamo presentado por los
pagos realizados de la pensión de invalidez y la sexta bonificación del FONAHPU a una
persona errónea.
La Comisión considera que al presentar un reclamo ante una entidad bancaria, por no
encontrarse conforme con la información que se le otorgó anteriormente sobre aspectos
directamente relacionados con el pago que dicha entidad realizó de su pensión de invali-
dez y de su bonificación del FONAHPU, un consumidor razonable esperaría que el Banco
169
Juan ESPINOZA ESPINOZA
atienda su requerimiento sin importar la calificación que le otorgue a dicho reclamo de tal
forma que satisfaga sus expectativas(23).
En el presente caso, de la Carta EF/92.2400.25 N° 054-2002(24) de fecha 11 de febrero de
2002 dirigida por el Banco al señor Chung ha quedado acreditado que este le comunicó
que no existía recurso de apelación, entendiendo y contestando tal escrito como una rei-
teración de su reclamo por los pagos indebidos, informándole el detalle de la persona y
forma como dichos pagos se efectuaron.
Sin perjuicio de ello, corresponde señalar que el Banco al no tratarse de una entidad de
la Administración Pública de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 1 de la Ley de Pro-
cedimiento Administrativo General no cuenta con un procedimiento administrativo que
incluya la presentación de recursos para acceder a una instancia administrativa(25).
(23) En efecto, la Resolución Nº 252-2000/TDC (Domingo García Belaúnde contra Citibank N.A.) señala lo siguiente:
“(…) si en el curso de su utilización el cliente requiere algún tipo de información, dicho requerimiento debe ser
atendido, incluso en el supuesto que correspondiera indicársele que el acceso a tal información no es posible. El
Banco podría no dar el servicio de información que le ha sido requerido siempre y cuando lo exprese claramente.
En otras palabras, el deber del Banco de atender los requerimientos de información de sus usuarios se extiende
al periodo de ejecución del contrato y debe consistir en una respuesta que satisfaga las inquietudes del usuario”.
(el subrayado es nuestro).
Asimismo, debemos tener en cuenta que en la Resolución N° 340-2001/TDC emitida en el expediente N° 527-2000-
CPC seguido por Reynaldo Soto Caro contra el Banco Continental, la Sala dispuso que a efectos de evaluar el cumpli-
miento del deber de información de un proveedor, debía analizarse lo siguiente:
a) si el requerimiento de información realizado por un consumidor resulta razonable, es decir, si la información
solicitada guarda relación con el servicio o producto adquirido por el consumidor y si es necesaria para que este
efectúe un uso adecuado del servicio o producto adquirido, entre otras consideraciones.
Por el contrario, una solicitud de información no resultará razonable cuando la misma no conduzca a satisfacer
una necesidad de información del consumidor y cuya atención por parte del proveedor le generará costos excesi-
vos en la prestación del servicio.
Así, por ejemplo, resulta razonable que un consumidor que mantiene una cuenta de ahorros solicite información
sobre los intereses ganados por el dinero depositado en ella o si es usuario de una tarjeta de crédito sobre los
consumos realizados con su tarjeta. Resulta razonable también que un consumidor que adquiere un seguro médico
solicite información sobre las condiciones en las que debe utilizar dicho seguro (co-pagos, reembolsos, lugares de
atención, coberturas).
b) si el proveedor entregó la información requerida oportunamente. Sin embargo, de no contar con la información
solicitada por el consumidor o si brindarla genera un costo que deberá ser asumido por este, ello deberá ser puesto
en su conocimiento a fin de no mantenerlo en una situación de incertidumbre.
c) si el proveedor entregó la información requerida en un formato claro en el que conste la información solicitada o,
por lo menos, de donde la misma pueda ser deducida por el consumidor. Es decir, no se exige en toda circunstancia
que el proveedor entregue al consumidor la información solicitada de la manera exacta en la que el consumidor la
solicitó, sino que bastaría que el proveedor pusiera a disposición del consumidor la información requerida de una
forma tal que su solicitud sea adecuadamente atendida.
Al respecto, cabe señalar que si bien el criterio establecido por la Comisión se generó en un caso de una entidad fi-
nanciera, consideramos que la obligación de brindar información a los consumidores, se hace extensiva también a las
compañías de seguros, como sucede en el presente caso.
(24) Ver fojas 14 del expediente.
(25) LEY DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO GENERAL
Artículo 1.- Ámbito de aplicación de la ley
La presente Ley será de aplicación para todas las entidades de la Administración Pública.
Para los fines de la presente Ley, se entenderá por “entidad” o “entidades” de la Administración Pública:
1. El Poder Ejecutivo, incluyendo Ministerios y Organismos Públicos Descentralizados;
2. El Poder Legislativo;
3. El Poder Judicial;
4. Los Gobiernos Regionales;
5. Los Gobiernos Locales;
170
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
6. Los Organismos a los que la Constitución Política del Perú y las leyes confieren autonomía.
7. Las demás entidades y organismos, proyectos y programas del Estado, cuyas actividades se realizan en virtud
de potestades administrativas y, por tanto se consideran sujetas a las normas comunes de derecho público, salvo
mandato expreso de ley que las refiera a otro régimen; y
8. Las personas jurídicas bajo el régimen privado que prestan servicios públicos o ejercen función administrativa, en
virtud de concesión, delegación o autorización del Estado, conforme a la normativa de la materia.
(26) TEXTO ÚNICO ORDENADO DE LA LEY DE PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR
Artículo 42.- Sin perjuicio de las sanciones administrativas a que hubiera lugar, la Comisión de Protección al
Consumidor, actuando de oficio o a pedido de parte, deberá imponer a los proveedores que incurran en alguna de las
infracciones tipificadas en la presente Ley, una o más de las siguientes medidas correctivas.
(…)
k) Cualquier otra medida correctiva que la Comisión considere pertinente ordenar y que tenga por finalidad revertir
los efectos que la conducta infractora hubiera ocasionado o evitar que esta se produzca nuevamente en el futuro.
171
Juan ESPINOZA ESPINOZA
172
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
lución, el Banco cumpla con pagar al señor Chung la suma de S/. 590 más los intereses
legales correspondientes, correspondientes a la pensión de invalidez y la sexta bonifica-
ción del FONAHPU del interdicto.
Sin perjuicio de lo expuesto, cabe precisar que conforme a lo establecido por el artículo 43
del Decreto Supremo N° 039-2000/ITINCI, Texto Único Ordenado del la Ley de Protección
al Consumidor(29), las resoluciones finales que ordenan medidas correctivas a favor del
consumidor, constituyen títulos de ejecución, en tal sentido, el consumidor tiene el derecho
de exigir en la vía judicial el cumplimiento de la medida correctiva ordenada por la Comisión,
conforme con lo dispuesto en el artículo 713 inciso 3) del Código Procesal Civil(30).
3.5. Graduación de la sanción
El artículo 41 de la Ley de Protección al Consumidor establece que, al momento de apli-
car y graduar la sanción, la Comisión deberá atender a la gravedad de la falta, al daño
resultante de la infracción, a los beneficios obtenidos por el proveedor, a la conducta del
infractor a lo largo del procedimiento, los efectos que se pudiesen ocasionar en el merca-
do y otros criterios que considere adecuado adoptar la Comisión(31).
En el presente caso, se debe tener en cuenta que ha quedado acreditado que el Banco
entregó al propio interdicto la tarjeta Multired correspondiente a su cuenta de ahorros;
no pagó al señor Chung la pensión de invalidez del mes de setiembre de 2001 corres-
pondiente al interdicto ascendente a S/. 270; pagó el 26 de noviembre de 2001 la sexta
bonificación del FONAHPU ascendente a S/. 320 a la señorita Dina Huayhua Huaraca;
y que, no comunicó a sus funcionarios que él era la única persona facultada a cobrar los
pagos realizados por la ONP y el FONAHPU en representación del interdicto.
Lo anterior, pese a que: (i) a partir del 11 de junio de 2001 se inscribió en Registros Pú-
blicos la declaración judicial de interdicción de tal señor y el nombramiento del denun-
ciante como su curador; y por tanto, el Banco debió considerar al denunciante como la
única persona legitimada a efectuar operaciones válidas en representación del interdicto;
(ii) que el 24 de agosto de 2001 el señor Chung registró en la agencia de la Avenida Javier Pra-
do del Banco la declaración judicial de interdicción del señor Guillermo Chung Zapata y
su poder de representación en su calidad de curador de aquel; y a que, (iii) el Banco antes
de pagar la bonificación de la FONAHPU sabía que debía efectuar el pago de la misma al
denunciante; y no al interdicto.
173
Juan ESPINOZA ESPINOZA
En ese sentido, la Comisión considera que el Banco denunciado ha incurrido en una falta
grave al no tomar las medidas adecuadas de control en la prestación de sus servicios a fin
de evitar pagos a personas que no cuenten con la debida representación de sus clientes.
En segundo término, la Comisión considera que el señor Chung se vio perjudicado en
gran medida al no poder disponer del dinero correspondiente a la pensión y a la bonifica-
ción del interdicto necesario para su rehabilitación y cuidado personal; y, además, al tener
que registrar ante la agencia principal del Banco la declaración de interdicción del señor
Guillermo Chung Zapata y su nombramiento como curador de aquel, y efectuar diversos
reclamos ante el Banco sin que se le brinde una solución a su problema.
Finalmente, es importante señalar que de persistir la falta de observancia por parte de las
empresas bancarias de la verificación de las inscripciones en el Registro Personal sobre
las personas declaradas incapaces y sus respectivos representantes, existiría un daño po-
tencial que podría afectar a otros consumidores. Ello dado que los riesgos que asumen
los consumidores se verían incrementados, lo cual repercutiría en un mayor costo para
los consumidores en el registro ante cada agencia del Banco a efectos de asegurar que sus
funcionarios no permitan que una persona distinta al representante del interdicto pueda
actuar frente al Banco y perjudicar el cobro de sus acreencias.
En orden a estas consideraciones, la Comisión de Protección al Consumidor considera
que corresponde sancionar al Banco con 3 Unidades Impositivas Tributarias.
3.6. De la remisión al Colegio de Notarios
Conforme a lo establecido en la Ley del Notariado(32), Decreto Ley N° 26002, el notario
es el profesional del derecho que está autorizado a dar fe, de los actos y contratos que se
celebren ante él, y de la comprobación de hechos.
En ese sentido, dicha ley dispone que los instrumentos públicos notariales, es decir, aque-
llos extendidos o autorizados por el notario en ejercicio de su función, por mandato de la
ley o a solicitud de parte, producen fe pública respecto de la realización de los hechos y
circunstancias que el notario presencie. Por consiguiente, el poder que extienda el nota-
rio, deben consignar únicamente los actos, hechos o circunstancias que este efectivamen-
te presencie o que le consten.
En el presente caso, el Notario Público de Lima, señor Moisés Javier Espino Elguera,
extendió un poder fuera de registro a solicitud del interdicto, señor Guillermo Chung
Zapata, a favor de la señorita Dina Huayhua Huaraca, consignando en dicho documento
que el interdicto era hábil para contratar.
La actuación del señor Moisés Javier Espino Elguera, en su condición de Notario Público
reviste particular gravedad para la confiabilidad respecto de la validez de los poderes
174
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
otorgados por una persona que goza de plena capacidad, pues es precisamente la intervención
del Notario Público la que garantiza la verosimilitud de los hechos y circunstancias que
certifica y consigna en los documentos públicos que extiende.
En ese sentido, y atendiendo a que de conformidad con lo establecido en la Ley del No-
tariado, el organismo encargado de la vigilancia directa del cumplimiento de las leyes y
reglamentos que regulan la función del Notario Público, así como de velar por el decoro
profesional de los notarios, es el Colegio de Notarios, la Comisión considera conveniente
hacer de conocimiento del mencionado Colegio el comportamiento del Notario Público
de Lima, señor Moisés Javier Espino Elguera.
4. Decisión de la Comisión
Primero.- declarar fundada la denuncia presentada por el señor Augusto Chung Zapata
en contra del Banco de la Nación por infracción a lo dispuesto en el artículo 8 del Texto
Único Ordenado de la Ley de Protección al Consumidor, en los extremos referidos a la
entrega de una tarjeta Multired al interdicto, al pago de la pensión de invalidez del mes de
setiembre de 2001 y de la sexta bonificación del FONAHPU del interdicto a una persona
errónea; y, a la falta de alerta a sus funcionarios que él era la única persona a cobrar los
pagos realizado por la ONP y el FONAHPU.
Segundo.- declarar infundada la denuncia presentada por el señor Augusto Chung Zapata
en contra del Banco de la Nación por infracción a lo dispuesto en el artículo 8 del Texto
Único Ordenado de la Ley de Protección al Consumidor, en los extremos referidos al blo-
queo de la cuenta de ahorros del interdicto, al incumplimiento del Cronograma de Pago
Sin Poder; y, a que no cuenta con un registro único de poderes de la Ley 19990.
Tercero.- declarar improcedente la denuncia presentada por el señor Augusto Chung Za-
pata en contra del Banco de la Nación por la presunta infracción al artículo 8 de la Ley de
Protección al Consumidor, en los extremos referidos a la omisión del Banco en denunciar
a la persona que presentó cartas notariales con la firma falsificada del interdicto, a exigirle
la devolución del dinero cobrado indebidamente; y, al pronunciamiento del Banco en
respuesta al reclamo que presentó ante la Superintendencia de Banca y Seguros.
Cuarto.- declarar infundada la denuncia presentada por el señor Augusto Chung Zapata
en contra del Banco de la Nación por infracción a lo dispuesto en los artículos 5 inciso b),
y 15 de la Ley de Protección al Consumidor.
Quinto.- declarar improcedente la solicitud del señor Augusto Chung Zapata para que
se ordene, como medida correctiva, que: (i) el Poder Judicial al nombrar a un curador
comunique oportunamente dicho nombramiento a los Colegios de Notarios; y, (ii) que
estos últimos no otorguen poderes notariales que ocasionen problemas.
Sexto.- declarar infundada la solicitud del señor Augusto Chung Zapata para que se orde-
ne al Banco, como medida correctiva, que: (i) al abrir una cuenta de ahorros consigne un
dígito del código de la misma a efectos de alertar que el curador del titular de la cuenta es
el único con derecho a hacer uso de ella; y, (iii) cree un Registro Único de Poderes de la
Ley 19990.
Sétimo.- ordenar al Banco como medida correctiva, que en el plazo de cinco (5) días
hábiles contados a partir de la notificación de la presente resolución, cumpla con pagar
al señor Augusto Chung Zapata la suma de S/. 590 más los intereses legales respectivos,
correspondientes a la pensión de invalidez y la sexta bonificación del FONAHPU del
interdicto.
Octavo.- sancionar al Banco de la Nación con una multa de 3 Unidades Impositivas Tri-
butarias; sanción que deberá ser cancelada dentro del término de quince días de notificada
la presente resolución en la tesorería del INDECOPI, bajo apercibimiento de proceder a
su cobranza coactiva.
175
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Noveno.- precisar que el monto de la multa impuesta será rebajado en 25% si el denun-
ciado consiente la presente resolución y procede a cancelar dicha multa dentro del plazo
de cinco (5) días de su notificación, conforme a lo establecido en los artículos 37 y 38,
del Decreto Legislativo N° 807, Ley Sobre Facultades Normas y Organización del INDE-
COPI y la décimo tercera disposición complementaria de la Ley N° 27809, Ley General
del Sistema Concursal(33).
Décimo.- encargar a la Secretaría Técnica que remita al Colegio de Notarios al de Lima
copia de expediente y de la presente resolución.
Con la intervención de los señores comisionados: Dr. Juan Espinoza, Dra. Li-
liana Alvarado, Ing. Fernando Cilloniz, Dr. Manuel Chu, Dr. Uriel García, Dra.
Adriana Giudice.
JUAN ESPINOZA ESPINOZA
Presidente
(33) DECRETO LEGISLATIVO N° 807, LEY SOBRE FACULTADES, NORMAS Y ORGANIZACIÓN DEL IN-
DECOPI
Artículo 37.- La sanción de multa aplicable será rebajada en un veinticinco por ciento (25%) cuando el infractor can-
cele el monto de la misma con anterioridad a la culminación del término para impugnar la resolución que puso fin a la
instancia, en tanto no interponga recurso impugnativo alguno contra dicha resolución.
Artículo 38.- El único recurso impugnativo que puede interponerse durante la tramitación del procedimiento es el de
apelación, que procede únicamente contra la resolución que pone fin a la instancia, contra la resolución que impone
multas y contra la resolución que dicta una medida cautelar. La apelación de resoluciones que ponen fin a la instancia
se concederá con efecto suspensivo. La apelación de multas se concederá con efecto suspensivo pero será tramitada en
cuaderno separado. La apelación de medidas cautelares se concederá sin efecto suspensivo, tramitándose también en
cuaderno separado.
LEY N° 27809, LEY GENERAL DEL SISTEMA CONCURSAL
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
DÉCIMO TERCERA.- Plazo de interposición del recurso de apelación en el Procedimiento Único
Para efectos de lo establecido en el artículo 38 del Decreto Legislativo N° 807, Ley sobre Facultades, Normas y Orga-
nización del INDECOPI, modificado por Ley N° 27311, el plazo para la interposición del recurso de apelación es de
cinco (5) días hábiles.
176
J15
EXP. Nº 0008-2003-AI/TC-LIMA
Vistas
La solicitud de corrección de error material presentada por el abogado del representante
de los demandantes, a fin de que se precise que solo se ha declarado inconstitucional el
artículo 4 del Decreto de Urgencia Nº 140-2001, y no todas sus disposiciones; y la solici-
tud de aclaración presentada por el Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales
de la Presidencia del Consejo de Ministros, quien expresa los mismos argumentos de la
solicitud de corrección de error material, aduciendo que se ha expedido una sentencia
extra petita; y,
Atendiendo a
1. Que ambas partes solicitan que este Tribunal –conforme al artículo 59 de su Ley Orgánica
Nº 26435– precise que la declaración de inconstitucionalidad del Decreto de Urgencia
Nº 140-2001, dictada en el Exp. Nº 0008-2003-AI/TC, no comprende a todas sus dispo-
siciones, sino solo a su artículo 4, alegando que, al haberse declarado la inconstituciona-
lidad de todas las disposiciones del Decreto de Urgencia Nº 140-2001, el Tribunal habría
expedido una sentencia infringiendo el principio de congruencia (extra petita).
2. Que, ante todo, este Colegiado debe subrayar, tal como con lo hiciera en los fundamentos
jurídicos Nºs 3 al 5 de la sentencia recaída en el Exp. Nº 0905-2001-AA/TC, que si bien el
proceso constitucional está sujeto a los principios que informan los “procesos ordinarios”
y, entre ellos, al principio de congruencia de las sentencias, también debe advertirse que
la aplicación de dichos principios está sujeta a su compatibilidad con la naturaleza y la
peculiaridad de los procesos constitucionales.
3. Que, no obstante esto, cuando en la sentencia de autos, este Tribunal reparó en que las cir-
cunstancias fácticas que rodearon la promulgación del Decreto de Urgencia Nº 140-2001,
no se encontraban dentro de los alcances señalados por el inciso 19) del artículo 118 de la
Constitución (F.J. Nº 61), lo hizo tan solo a la luz de la disposición que permitía la fijación
177
Juan ESPINOZA ESPINOZA
de tarifas mínimas para la prestación del servicio de transporte terrestre nacional e inter-
nacional de pasajeros y carga, establecida en el artículo 4 del referido decreto de urgencia,
y no en atención a otra previsión que pudiera estar contenida en la misma norma.
4. Que, en consecuencia, en la parte resolutiva de la STC Nº 0008-2003-AI/TC se ha incu-
rrido en un error material, al no haberse precisado que la declaración de inconstitucio-
nalidad alcanza solo al artículo 4 del Decreto de Urgencia Nº 140-2001, y no a toda la
norma.
Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le
confieren la Constitución Política del Perú su Ley Orgánica,
Resuelve
Declara haber lugar a la presente solicitud de aclaración, precisando que la declaración
de inconstitucionalidad contenida en la parte resolutiva de la STC Nº 0008-2003-AI/TC
alcanza solo al artículo 4 del Decreto de Urgencia Nº 140-2001. Dispone la notificación a
las partes, su publicación conforme a ley y la devolución de los actuados.
SS.
ALVA ORLANDINI
BARDELLI LARTIRIGOYEN
REY TERRY
AGUIRRE ROCA
REVOREDO MARSANO
GONZALES OJEDA
178
J16
CAS. N° 1134-95-LIMA
Lima, 27 de mayo de 1997
Vistos; y Considerando
Que la sentencia es la forma normal como se pone fin a la instancia o al proceso;
que, empero, se reconocen otras formas especiales de conclusión del proceso, como
el desistimiento y la transacción; que, mientras una sentencia no se encuentre firme,
las partes, mediante mutuas concesiones, pueden transigir, pues no hay inconveniente
para que la transacción se produzca después que se haya pronunciado una sentencia
en la instancia inferior siempre que esta no haya pasado en autoridad de cosa juzgada,
tal como se ve de la Exposición de Motivos aprobada por la Comisión Revisora del
Código Civil, en su sesión del diecinueve de noviembre de mil novecientos ochenti-
siete, relativo a la transacción; que, tampoco existe inconveniente legal, de acuerdo
con la normatividad vigente, para que la Sala Suprema pueda aprobar una transac-
ción presentada, si con ello se resuelve el conflicto de intereses por requerimiento de
ambas partes, dejando sin objeto la absolución del grado que, en el presente caso, la
transacción propuesta, satisface las exigencias señaladas por los artículos mil tres-
cientos dos y siguientes del Código Civil; que, por lo expuesto y estando al mérito
de las firmas legalizadas: APROBARON la transacción contenida en el escrito de
fecha veinticinco de abril presente año y que corre en el cuadernillo formado en este
Supremo Tribunal en los seguidos por Manuel Pablo Olaechea Dubois con Muñoz
Sociedad Anónima sobre Impugnación de Acuerdos; y los devolvieron.
SS.
IBERICO
RONCALLA
SEMINARIO
TINEO
ALMEYDA
179
Juan ESPINOZA ESPINOZA
EXP. Nº 942-95
Lima, 31 de agosto de 1995
Atendiendo
A que según el numeral tres del escrito de la demanda de fojas cuarentidós, el demandante
al revisar los documentos relativos a la Junta General Ordinaria y Extraordinaria de ac-
cionistas de “Muñoz Sociedad Anónima” convocada para el día veintinueve de marzo de
mil novecientos noventicuatro comprobó que el noventa por ciento de sus activos estaban
integrados por acciones de sus subsidiarias “Constructores- Sociedad Anónima” y “Se-
tentisiete Sociedad Anónima” por lo que solicitó al funcionario respectivo señor Rolando
Jara, Jefe de la Sección Valores le proporcionó copia del balance de dichas compañías, a
que solicitar por vía de exhibición lo que es materia de la demanda, muestra un contra-
sentido, por lo que debe confirmarse la resolución número ocho emitida en la Audiencia
de Saneamiento Procesal y de Conciliación de fecha seis de julio de mil novecientos
noventicuatro de fojas ciento cuarentitrés a ciento cincuentidós, apelado sin efecto sus-
pensivo y en calidad de diferida por resolución número nueve; a que por los fundamentos
expuestos, debe confirmarse la resolución número once de fojas ciento cuarentisiete, de
fecha seis de julio de mil novecientos noventicuatro, relativa a la declaración testifical del
Representante de “Eugenio Gris y Asociados”, cuya apelación se ha concedido por re-
solución número doce de fojas ciento cuarentiocho sin efecto suspensivo y en calidad de
diferidos, a que por los fundamentos expuestos, debe confirmarse la resolución número
treintinueve de fojas de cuatrocientos ocho relativa a la recusación del A-quo: CONFIR-
MARON las resoluciones apeladas números ocho y once de fojas ciento cuarenticinco
a ciento cuarentiocho emitidas con fecha seis de Julio de mil novecientos noventicuatro,
que declaran improcedentes las pruebas exhibicionales e infundada la declaración testi-
fical solicitada; asimismo CONFIRMARON la resolución número treintinueve de fojas
cuatrocientos ocho su fecha venticuatro de febrero de mil novecientos noventicinco que
rechaza la recusación promovida contra la A-quo; en cuanto al fondo de la controversia.
Considerando
Que el artículo ciento treintidós de la Ley General de Sociedades tutela los derechos
de los accionistas, quienes pueden solicitar, antes de las Juntas Generales Ordinarias o
extraordinarias, los informes y explicaciones que juzguen necesarias y el Directorio está
obligado a proporcionárselos, salvo en los casos en que juzgue que la publicación de los
datos solicitados perjudiquen los intereses sociales; que nuestro tratadista doctor Ulises
Montoya Maniredi en su Libro “Derecho Comercial”, Parte general: Empresas - Comer-
ciantes - Sociedad, Tomo I - mil novecientos ochentiséis, página doscientos nueve, men-
ciona que son derechos fundamentales del accionista, el de participar en las utilidades,
en la cuota de liquidación y esencialmente el derecho al voto, al control de la gestión
social, de información y de suscripción preferente de acciones, derechos que en ningún
caso pueden ser desconocidos por los Estatutos ni por acuerdos de la Junta General y
obviamente, menos por los órganos Colegiados de la empresa ni por sus ejecutivos; Que,
la doctrina sustentada por connotados tratadistas de la especialidad, consideran que la
información es la base para formar la voluntad social y soberana de los accionistas que
se expresa al emitir sus votos; que de autos consta que el demandante desde el once de
marzo de mil novecientos noventicuatro en que se publicó la convocatoria a Junta General
180
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
181
Juan ESPINOZA ESPINOZA
veinticinco, corregida a fojas cuatrocientos treintinueve, su fecha tres de abril de mil no-
vecientos noventicinco, que declara infundada la demanda de fojas cuarentidós a cuaren-
tinueve, con costas y costos; REFORMÁNDOLA: LA DECLARARON FUNDADA;
en consecuencia NULA la Junta General Ordinaria y Extraordinaria de veintinueve de
Marzo de mil novecientoscuatro, NULA el Acta que la contiene, DISPUSIERON: que
“Muñoz Sociedad Anónima” convoque a nueva Junta General Ordinaria y Extraordinaria,
proporcionando al demandante la documentación relativa a los activos de sus subsidia-
rias “Constructores Sociedad Anónima” y “Setentisiete Sociedad Anónima”; sin costas ni
costos en los seguidos por don Manuel Olaechea Dubois con Muñoz Sociedad Anónima,
sobre Impugnación de Acuerdos.
SS.
CANELO RAMÍREZ
BRAITI GONZALES
CASTILLO VÁSQUEZ
EXP. Nº 931-94
Sentencia de primera instancia
Lima, 27 de marzo de 1995
Vistos
Resulta de autos a fojas cuarentidós MANUEL PABLO OLAECHEA DUBOIS interpone
demanda en proceso abreviado contra MUÑOZ SOCIEDAD ANÓNIMA, a fin de que se
declare nula la Junta General Ordinaria y Extraordinaria de dicha sociedad del veintinue-
ve de marzo de mil novecientos noventicuatro y se proceda a nueva convocatoria; sustenta
su pedido en que la convocatoria de la junta impugnada no respetó lo dispuesto por los
artículos 127 y 132 de la Ley General de Sociedades, pues el aviso fue publicado el once
de marzo del citado año y, de acuerdo a las normas legales mencionadas, la publicación
del aviso debía ser con una anticipación no menor de diez y la sociedad debía poner a
disposición de los accionistas los documentos, mociones y proyectos relacionados con
el objeto de la convocatoria; que concurrió el dieciséis del mismo mes acompañado del
auditor Ricardo Bravo de Rueda, a las oficinas de la demandada, con el fin de revisar el
balance general y los estados financieros los que le fueron entregado por don Rolando
Jara; revisados los cuales, pudo apreciar que el activo de la demandada estaba conforma-
do en un noventa por ciento por acciones, de “Constructores Sociedad Anónima” y “77
Sociedad Anónima”, por lo que solicitó se le entregara los balances de dichas compañías
y la correspondiente certificación de auditores; que pese a sus reiteradas gestiones, tales
balances no le fueron entregados verificándose la junta el día fijado, tratándose de la apro-
bación de la memoria, balance y estados financieros; iniciado el debate el demandante
manifestó que se le había negado la documentación de las dos mencionadas empresas y
que sin conocer esos documentos era imposible conocer el valor del activo de la deman-
dada y el resultado de la gestión, es decir, sus utilidades y la proporción que guardaban
con el capital, así como el valor del patrimonio de la emplazada; el presidente de la junta
le manifestó que tales documentos no se le podía entregar y que para su obtención debía
recurrir directamente a las empresas, manifestación que fue sustituida en el acta por otra;
según la cual los accionistas habían recibido todos los informes relacionado con el objeto
de las junta; por tal razón se vio en la obligación de no aprobar el balance y solicitar la
copia del acta para impugnar el acuerdo respectivo mediante el ejercicio de la presente
acción; ampara su demanda en los artículos 132, 143, 144, 145 y 146 de la Ley General de
sociedades; corrida traslado de la demanda a fojas ciento dieciséis, la demandada Muñoz
182
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
Considerando
Primero.- que don Manuel Pablo Olaechea Du Bois en su condición de accionista titular
de diesiséis mil ochocientos ochentiséis acciones de la firma Muñoz Sociedad Anónima
impugna la junta general de accionistas de dicha empresa, celebrada el veintinueve de
marzo de mil novecientos noventicuatro, según acta que en copia legalizada corre de foja
ocho a veinticuatro;
Segundo.- que del aviso de convocatoria, dicha junta que en fotocopia obra a fojas cua-
rentiuno aparece que la misma tuvo por objeto aprobar en junta general ordinaria la Me-
moria, el Balance General al treintiuno de diciembre de novecientos noventitrés y los
Estados de Ganancias y Pérdidas, de Cambios en el Patrimonio Neto y de Flujos de
Efectivos correspondientes al ejercicio terminado en la misma fecha, así como para tratar
en junta general extraordinaria la reexpresión del capital según Decreto Legislativo 627 y
modificación del artículo 2.01 de los Estatutos;
Tercero.- que de los términos de la demanda aparece que el demandante impugna única-
mente la junta general ordinaria alegando haberse celebrado con infracción de lo dispues-
to por los artículos 127 y 132 de la Ley General de Sociedades, sosteniendo que antes de
su celebración no se puso a disposición de los accionistas los documentos que sustentarán
la situación económica de las firmas “Constructores Sociedad Anónima” y “77 Sociedad
Anónima”, de la que la demandada es accionista, correspondiéndole el noventinueve por
ciento del accionariado de la primera y el setentisiete por ciento del accionariado de la
segunda;
Cuarto.- que del examen del aviso y acta antes mencionados, no consta que se hubiera
infringido las disposiciones legales invocadas, sino más bien que las mismas fueron ple-
namente observadas como lo demuestra que aquel haya sido publicado con más de diez
días de anticipación y que la junta general se realizara en la primera convocatoria con la
asistencia de los titulares, o sus respectivos apoderados, que representaban el setentidós
por ciento de las acciones;
Quinto.- que en relación con la alegada inobservancia del artículo132 de la Ley General
de Sociedades, cabe resaltar que su cumplimiento ha quedado probado con los propios térmi-
nos de la demanda de los que fluye que el accionante revisó la documentación relativa a
la junta en las oficinas de la sociedad, siendo que su pretensión para que le entregara tam-
bién los balances y estados financieros de las firmas “Constructores Sociedad Anónima”
y “77 Sociedad Anónima” no merece amparo alguno, porque la misma no se encuentra
sustentada en norma legal que imponga al Directorio tal obligación y, la que se contempla
en el artículo mencionado está referida a la presentación de los documentos relacionados
183
Juan ESPINOZA ESPINOZA
con el objeto de la junta, esto es, los que pertenecen a la demandada y no a las de las otras
sociedades cuya situación financiera no era objeto de la convocatoria efectuada con el
aviso de fojas cuarentiuno;
Sexto.- que, además, el alegato que la exhibición de los balances y demás documentos
contables de las dos mencionadas empresas resultaba exigible para establecer el estado
financiero real de la demandada tampoco merece aceptación, ya que de acuerdo a lo que
aparece del acta impugnada el balance de Muñoz Sociedad Anónima presentado para su
aprobación estaba auditado por Eugenio Gris y Asociados cuya designación no consta
que el accionista demandante hubiere cuestionado, lo que permite concluir que los valo-
res de las inversiones en “Constructores Sociedad Anónima” y “77 Sociedad Anónima”
consignados en el balance auditado están refrendados por el examen de documentos y
procedimientos de verificación practicados según norma de auditoría uniformes y, por
tanto reflejan la situación económica de Muñoz Sociedad Anónima;
Sétimo.- que en virtud de lo expuesto y en virtud de lo establecido por el artículo 200 del
Código Procesal Civil debe desestimarse la demanda por infundada; por estos fundamentos.
Fallo
Declarando infundada la demanda de fojas cuarentidós; costas y costos.
S. Hasenabank
184
J17
CAS. Nº 1347-2000-HUAURA
El Peruano
Lima, 2 de enero de 2001
Considerando
Primero.- Que, en lo que se refiere a la denuncia por inaplicación debe señalarse en primer
lugar que conforme a los artículos dos mil tres y dos mil seis del Código Civil la caducidad
185
Juan ESPINOZA ESPINOZA
extingue tanto el derecho como la acción correspondiente y puede ser declarada de oficio
por el Juzgador.
Segundo.- Que, el plazo contenido en el artículo trescientos sesenticuatro del Código
Civil es uno de caducidad y debe computarse en el presente caso desde la fecha del parto
por haber estado presente el actor; y tiene su razón de ser en la defensa de la tranquilidad
de los hogares y de la estabilidad social.
Tercero.- Que, en consecuencia, a la fecha de interposición de la demanda había cadu-
cado el derecho del demandante para interponer la presente demanda de impugnación de
paternidad, lo que no ha sido observado por las instancias de mérito pese a que la caduci-
dad debe declararse de oficio.
Cuarto.- Que, en cuanto a la segunda denuncia debe señalarse que el inciso quinto del
artículo doscientos setentisiete del Código Civil ha sido expresamente invocado en la
demanda incoada, siendo que dicha norma regula los supuestos en que un matrimonio
puede ser anulado por error.
Quinto.- Que, Cornejo Chávez comentando la citada norma, señala que en la enumera-
ción de supuestos contenida en ella subsiste cierta generalidad que debe ser completada
por el prudente arbitrio del Juzgador (Cornejo Chávez, Héctor. Derecho Familiar Perua-
no, Sociedad Conyugal, Tomo uno, Studium, año mil novecientos ochentidós, página
ciento cuarenticuatro).
Sexto.- Que, dentro de los supuestos de error que recoge la Doctrina, Enneccerus,
citado por Cornejo Chávez, reconoce como un supuesto de error cuando un cónyuge
ha sido determinado al matrimonio por el otro mediante un engaño sin el cual no se
hubiera casado.
Sétimo.- Que, habiéndose determinado en la resolución recurrida que el motivo determi-
nante del matrimonio fue el accionar doloso de la demandada al hacerle creer al deman-
dante que este era quien la había embarazado, debe concluirse que la norma denunciada
como indebidamente aplicada, era pertinente y por lo tanto ha sido aplicada correctamen-
te al caso sublitis.
Sentencia
Estando a las conclusiones precedentes, de conformidad con el dictamen del señor Fis-
cal y atendiendo a lo dispuesto en el inciso uno del artículo trescientos noventiséis del
Código Procesal Civil; declararon FUNDADO en parte el recurso de casación
interpuesto por doña Iris Fresia Ulleno Samanamud, en consecuencia CASAR la sen-
tencia de vista de fojas doscientos cuarentinueve, su fecha tres de mayo de dos mil; y ac-
tuando como sede de instancia REVOCARON la Sentencia apelada de fojas doscientos
cuatro, su fecha catorce de enero de dos mil, en el extremo en que declararon fundada
en parte la demanda de fojas diez declara nulo el acto jurídico contenido en el acta de
nacimiento número setecientos cuarentinueve mil ochocientos setentidós extendida por
la Municipalidad Provincial de Huaura, correspondiente al menor Hugo Emilio Ulleno;
REFORMáNDOLA declararon IMPROCEDENTE dicho extremo de la demanda; la
CONFIRMARON en lo demás que contiene; en los seguidos por don Elmer Hugo Tru-
jillo Hidalgo con doña Iris Fresia Ulleno Samanamud, sobre impugnación de paternidad
y otros; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El
Peruano”, bajo responsabilidad; y los devolvieron.
SS.
PANTOJA
IBERICO
OVIEDO A.
CELIS
ALVA
186
CAS. Nº 2581-2002-UCAYALI
El Peruano,
30 de abril de 2003
Vistos
Con el acompañado; verificado el cumplimiento de los requisitos de forma del recurso
interpuesto, previstos en el artículo 387 del Código Procesal Civil para su admisibilidad; y,
Atendiendo
Primero.- La entidad recurrente no ha consentido la sentencia de primera instancia que le
fuera desfavorable, por lo que satisface el requisito de procedencia señalado en el inciso
1 del artículo 388 del Código citado.
Segundo.- La impugnante invocando la causal prevista en el inciso 2 del artículo 386 del
ordenamiento procesal civil, denuncia casatoriamente la inaplicación del artículo 140 del
Código Civil; sostiene que la sentencia de vista, haciendo alusión a un medio probatorio
extemporáneo no admitido ni valorado, confirma la apelada, cuando ello nada tiene que
ver con el objeto del proceso, dejando de aplicar la norma material invocada relativa a
los requisitos de validez del acto jurídico en que se ampara la demanda, pues el título
de propiedad otorgado por el Ministerio de Agricultura a favor del demandado Freddy
Benavente es nulo por adolecer de los requisitos formales del acto jurídico al haber sido
expedido por el citado Ministerio cuando ya no tenía competencia, por cuanto la Muni-
cipalidad Provincial de Coronel Portillo dio a conocer a la Dirección Regional Agraria
su Plan Director de la ciudad, considerándose como zona urbana hasta el kilómetro diez
de la carretera Federico Basadre; que además dicho título se ha otorgado sin cumplir los
requisitos de ley y las pruebas de la posesión por el demandado. Analizando esta causal,
la demanda no invoca en cual de las causales de nulidad prevista en el artículo 219 del
Código Civil se ampara; el argumento alegado para declarar la invalidez del título de
fojas trece carece de sustento de hecho y de derecho, y la sentencia de primera instancia
se sustenta en el artículo 140 del Código Civil, que es una norma genérica y la resolu-
ción de vista al confirmar la recurrida reproduce los fundamentos de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, por tanto la recurrida
se encuentra expedida de acuerdo a ley; siendo así, el recurso por esta causal debe ser
desestimado.
187
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Tercero.- A mayor abundamiento, todos los autores y códigos civiles de los diferentes
sistemas jurídicos son unánimes en que las causales de nulidad y de anulabilidad son
siempre legales, se fundamente siempre en el principio de legalidad, esto significa que
las causales de invalidez no pueden ser pactadas o consecuencia de la voluntad de las
partes, o lo que es lo mismo no se sustentan en el principio de la autonomía privada, sino
exclusivamente en el principio de legalidad. La invalidez sea la nulidad o anulabilidad,
es una sanción que impone el ordenamiento jurídico a los negocios jurídicos que no se
ajustan a determinados aspectos estructurales de orden legal. Las causales de invalidez
solamente pueden venir establecidos por la ley, cosa distinta es que en materia de nulidad
las causales pueden considerarse tácita o implícitamente consideradas en las normas jurí-
dicas o sobre la base del sistema jurídico en general, bien se trate del orden público o de
las buenas costumbres. Ni la doctrina ni la jurisprudencia, ni el juez pueden crear causales
de invalidez, el juez solamente está facultado a declarar una nulidad de oficio cuando la
misma es manifiesta.
Por las razones anotadas no habiéndose cumplido con el requisito de fondo previsto en
el acápite 2.2 del inciso 2 del artículo 388 del Código Procesal Civil y en aplicación
del artículo 392 del mismo texto legal: Declararon IMPROCEDENTE el recurso
de casación de fojas trescientos sesenticinco, interpuesto por el Asentamiento Humano
“Juan Zaplana Belliza” (representado por su presidente don Santiago Tavera Gonzales);
en los seguidos con la Dirección Regional Sectorial de Agricultura de Ucayali y otros,
sobre nulidad de acto jurídico; CONDENARON a la entidad recurrente a la multa de tres
Unidades de Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos originados en
la tramitación del recurso; DISPUSIERON la publicación de esta resolución en el Diario
Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; y los devolvieron.
SS.
ALFARO ÁLVAREZ
SILVA VALLEJO
CARRIÓN LUGO
HUAMANÍ LLAMAS
CAROAJULCA BUSTAMANTE
188
CAS. Nº 2792-2000-LAMBAYEQUE
Lima, 30 de enero del 2000
189
Juan ESPINOZA ESPINOZA
Considerando
(...)
Segundo.- Que, la sentencia subexamen se halla adecuadamente motivada cumpliendo
con el mandato constitucional contenido en el inciso quinto del artículo ciento treinta
y nueve de la Constitución Política del Estado, pues se sustenta en los fundamentos de
hecho y de derecho aplicables al caso submateria, no mereciendo amparo este extremo,
por carecer de sustento fáctico.
Tercero.- Que, de autos se aprecia que en mérito a un poder especial registrado, supues-
tamente otorgado por el accionante a favor de su esposa Elena Yanfong Chang Camizán,
ésta a título personal y en representación de su esposo (el accionante) ha celebrado un
contrato de mutuo con garantía hipotecaria, firmándose para tal efecto un pagaré hasta
por doscientos cuarentiséis mil trescientos nuevos soles.
Cuarto.- Que, se ha determinado científicamente que la firma atribuida al actor ha sido
falsificada, pues no procede de su puño gráfico, que incluso en el expediente penal se ha
dictado sentencia condenatoria contra la citada codemandada por el delito contra la fe
pública a dos años de pena privativa de la libertad.
Quinto.- Que, el acto jurídico está determinado por la manifestación de voluntad desti-
nada a producir un efecto jurídico; que, excepcionalmente dicho acto jurídico puede ado-
lecer de defecto que lo hace ineficaz; la doctrina recogida por nuestro ordenamiento civil
las ha clasificado en: estructurales o aquellas afectadas por causa originaria o intrínseca
al momento de la celebración o formación del acto, cuyos elementos constitutivos están
previstos en el artículo doscientos diecinueve del Código Civil; ineficacia sustentada en
el principio de legalidad, por lo que opera la nulidad ipso iure o absoluta, no pudiendo
confirmarse por acto posterior; e ineficacia funcional por sobrevenir un defecto ajeno a la
estructura y se presenta luego de celebrado el acto jurídico, que da lugar a la anulabilidad
del acto, salvo que la parte afectada con él puede perfeccionarlos mediante la confirma-
ción del acto, cuyos elementos los encontramos en el artículo doscientos veintiuno del
Código precitado.
Sexto.- Que, en el caso submateria estamos frente a la nulidad de un acto jurídico por cau-
sa estructural, pues ha quedado acreditado que el accionante no emitió manifestación de
voluntad en la formación de dicho acto jurídico, por lo que no genera derecho, habiendo
nacido muerto el acto negocial, más aún si contraviene el ordenamiento jurídico, tal como
ha quedado demostrado en el proceso penal que se tiene a la vista.
Sétimo.- Que, se debe precisar que el contenido del registro no genera derechos constitu-
tivos sino declarativos, que puede ser declarada la nulidad por derivar de un acto jurídico
ineficaz, de lo que se desprende que las normas denunciadas no son aplicables al caso
submateria, pues proviene de actos jurídicos afectados de nulidad absoluta.
Octavo.- Que, por estas consideraciones a tenor de lo dispuesto en el artículo trescientos
noventa y siete del Código Procesal Civil.
Por lo que declararon; INFUNDADO el recurso de casación.
SS.
IBERICO, M.
ECHEVARRÍA A.
SEMINARIO V.
CELIS Z.
TORRESO T.
190
CAS. Nº 227-2002-AREQUIPA
Lima, 19 de junio de 2003
3. Considerando
Primero.- El recurrente expresa que se ha interpretado erróneamente el art. 2014 del Có-
digo Civil, toda vez que la interpretación de este precepto debe entenderse en el sentido
que el Banco recurrente en su condición de tercero mantiene su garantía hipotecaria, aun
cuando se haya resuelto el derecho de propiedad de los otorgantes por virtud de causas
que no constaban en los Registros Públicos y que siendo así habría actuado de buena fe al
191
Juan ESPINOZA ESPINOZA
no haberse acreditado que conocía la inexactitud registral, por causas de actos no regis-
trados.
Segundo.- El art. 2014 del Código Civil consagra el principio de buena fe registral, en
el que para su aplicación deben concurrir copulativamente los siguientes requisitos: a)
que el adquiriente obtenga el derecho a título oneroso; b) que actúe de buena fe tanto al
momento de la celebración del acto jurídico del que nace su derecho, como al momento
de la inscripción del mismo, buena fe que se presumirá mientras no se acredite que tenía
conocimiento de la inexactitud del registro, presunción auras famtum; c) que el otorgante
aparezca registralmente con capacidad para otorgar el derecho -entendiéndose que no se
refiere a una sola clase de Registro, sino al conjunto de estos que integran los Registros
Públicos- d) que de los asientos regístrales ni de los títulos inscritos, se observen causas
que anulen, rescindan o resuelvan el derecho del otorgante.
Tercero.- El principio de buena fe registral, se fundamenta en la necesidad de buscar
la seguridad del tráfico patrimonial y esa búsqueda puede importar un sacrificio de la
seguridad del derecho, es por ello que el legislador ha dificultado el acceso al principio.
de la buena fe registral, el que para ser alegado debe cumplir con los requisitos señalados
en el considerando precedente, en consecuencia la norma que contiene el mencionado
principio debe ser interpretada en forma restrictiva.
Cuarto.- Siendo así, uno de los requisitos que tiene que cumplir quien alega este prin-
cipio para que su derecho sea oponible, es que actúe de buena fe tanto al momento de la
celebración del negocio jurídico como al momento de la inscripción del mismo.
Quinto.- En el presente caso, con fecha dieciséis de junio de mil novecientos noventiuno
los co-demandados Ricardo Manuel Cáceres Muñoz y Betzabeth Deifilia Gamero Tejada
-padres de los accionantes- celebraron contrato de separación de patrimonios y anticipo
de legitima del inmueble ubicado en avenida San Martín número trescientos quince del
distrito de Miraflores - Arequipa a favor de sus menores hijos, contrato que corre a fojas
cinco. El primero de los actos jurídicos se encontraba inscrito desde el trece de febrero de
mil novecientos noventidós en la ficha registral número un millón doscientos treintinueve
mil ciento ochentisiete del Registro Personal de la Oficina Regional de los Registros Pú-
blicos de Arequipa que corre a fojas trescientos veintisiete, es decir cuatro años antes de
la celebración de los actos jurídicos materia de nulidad y si bien en ese asiento registral
no constaba el anticipo de legitima, esto se debe a que en nuestro sistema registral lo que
aparece del asiento no es sino un resumen del titulo.
Sexto.- Según la Exposición de Motivos Oficial del Código Civil, redactada por la Comi-
sión Revisora (Texto elaborado por Jack Biggio Chrem y Víctor Raúl Ramírez), Editorial
Cultural Cuzco, marzo de mil novecientos noventiocho página doscientos nueve se tiene
que “ ....el principio de fe publica registra! se extiende al título representado por el asiento
y no sólo al asiento mismo; esto se debe, como ya se ha dicho, a que el asiento no es sino
un resumen del título, no pudiendo ampararse sólo en el contenido del asiento cuando
nuestro sistema dá al público y en particular al tercero acceso a los libros, títulos archiva-
dos, índices, y demás documentos, quedando entendido que el término inscripción debe
abarcar el concepto más general, esto es no sólo al término restringido de asiento”.
Sétimo.- En consecuencia, la buena fé registral en que pretende ampararse el Banco de-
mandado queda desvirtuada pues cuando se celebró el contrato de constitución de hi-
poteca el cuatro de julio de mil novecientos noventiséis y posteriormente el de fianza
solidaria ya corría inscrito la separación de patrimonios. Que para alegar este principio el
impugnante estaba obligado no sólo a verificar el tracto sucesivo, esto es verificar el
registro de propiedad inmueble, sino también el registro personal y de mandatos de
quienes constituían garantía hipotecaria sobre el inmueble para cerciorarse si estas
personas tenían o no capacidad legal para realizar el acto. Si esto hubiese sido así
192
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
habría verificado que el inmueble no pertenecía a los codemandados. Por tanto la buena fe
registral no le es aplicable. En consecuencia el Colegiado ha aplicado en forma correcta
el art. 2014 del Código Civil, resultando la denuncia improcedente.
(…)
Noveno.- Que en cuanto a la causal de inaplicación de los arts. 2013, 2016 y 2022 del
Código Civil, el impugnante sostiene que los principios registrales consagrados en estos
dispositivos han sido ignorados en la sentencia de vista, a pesar de que eran de indispen-
sable apreciación axiológica para merituar la validez del asiento de dominio donde estaba
registrado el derecho de propiedad de los otorgantes y por cuyo mérito el Banco aceptó la
constitución de garantía hipotecaria.
Décimo.- Sin embargo dichas normas citadas hacen referencia al principio registral de
legitimación, de prioridad en el tiempo, y la oponibilidad de derechos reales sobre inmue-
bles. Para resolver este extremo debe establecerse si con las normas citadas, que se dice
no han sido aplicadas, cambiaría el sentido de la decisión contenida en la sentencia de
vista o no. Analizados los arts 2013, 2016 y 2022 del Código Civil y apreciándose que
ha quedado establecido de modo definitivo que a la fecha de celebración de los actos
jurídicos materia de nulidad, el inmueble ubicado en Avenida San Martín número
trescientos quince del distrito de Miraflores - Arequipa no era propiedad de los co-
demandados y por ende el objeto era jurídicamente imposible, incurriendo en causal
de nulidad prevista en el inciso 3 del art. 219 del Código Civil; no cabe discusión alguna
respecto a los principios que se invocan, de donde se concluye que la inaplicación de las
normas invocadas no cambiarían el sentido de la decisión tomada por la Segunda Sala
Civil de la Corte Superior de Arequipa, siendo impertinente para dilucidar la controver-
sia;- razón por la cual el recurso debe desestimarse.
4. Decisión
a) Por las consideraciones expuestas estando a lo establecido en el art. 397 del Código
Procesal Civil: Declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Ban-
co de Crédito del Perú; en consecuencia NO CASAR la resolución de vista de fojas
cuatrocientos treintiuno, su fecha seis de noviembre del dos mil uno, expedida por la
Segunda Sala Civil de La Libertad.
b) CONDENARON al recurrente al pago de una multa de una Unidad de Referencia Pro-
cesal, así como al pago de las costas y costos originados en la tramitación del recurso.
c) DISPUSIERON la publicación de esta resolución en el Diario Oficial El Peruano bajo
responsabilidad; en los seguidos por Frank Joel Cáceres Gamero y otro con el Banco de
Crédito del Perú y otros sobre nulidad de acto jurídico; y los devolvieron.
SS.
ALFARO ALVAREZ
CARRION LUGO
HUAMANI LLAMAS
CARO A.
JULCA BUSTAMANTE
MOLINA ORDOÑEZ
193
EXP. Nº 1183-2001
Primera Sala Civil de Lima
20 de diciembre de 2001
Vistos
Interviniendo como Vocal ponente el señor Soller Rodríguez; por sus propios fundamen-
tos; y,
Considerando además:
Primero.- Que, la institución de la nulidad contenida en nuestro ordenamiento civil, está
dirigida cuando un acto o negocio jurídico le falte un requisito esencial, o bien sea con-
trario al orden o las costumbres, o infrinja una norma imperativa;
Segundo.- Que, conforme se desprende del petitorio de la demanda de fojas once a cator-
ce, el demandante pretende la nulidad del acto jurídico contenido en el contrato privado
sistema de crédito personal, número ocho setecientos diez - cero trescientos cero cero
veintisiete - siete mil treinticuatro; invocando las causales: a) falta de manifestación de
voluntad; b) fin ilícito; c) simulación absoluta; d) no revestir la forma prescrita por ley; y
e) haber sido celebrado con dolo; y acumulativamente indemnización por daños y perjui-
cios hasta por la suma de cincuenta mil nuevos soles;
Tercero.- Que, la manifestación de voluntad del actor, respecto al acto jurídico que con-
tiene el mencionado contrato de crédito personal, se encuentra probado en forma expresa,
con la respuesta a la primera y cuarta pregunta del pliego interrogatorio, al aceptar haber
solicitado y suscrito la solicitud de crédito, según aparece de la declaración de parte del
demandante recibida en la audiencia de pruebas, obrante de fojas doscientos cuarenti-
nueve a doscientos cincuentiuno, conforme al pliego interrogatorio de fojas doscientos
cuarentiocho; y con las conclusiones arribadas en el peritaje grafotécnico, practicado de
fojas trescientos ochentiuno a trescientos ochentiséis, en la que se determina que la firma
que aparece en el pagaré cuya copia obra a fojas cuarentiuno proviene de puño y gráfico
de don Ricardo Camacho Torres; hecho fáctico que demuestra fehacientemente el precep-
to contenido en el artículo 141 del Código Civil,
194
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
Cuarto.- Que, en cuanto a la recepción o retiro del dinero a que se refiere el documento
“nota de retiro” que obra a fojas doscientos cincuentiséis, ello no constituye ninguna cau-
sal de nulidad absoluta prevista en el artículo 219 del Código Civil; toda vez, que dicho
acto devendría con posterioridad a la celebración del contrato cuya nulidad se pretende,
es decir un hecho que en todo caso corresponde discutir en otra vía procesal;
Quinto.- Que, el demandante en el proceso no ha demostrado que el contrato que se ce-
lebró con el banco demandado, haya sido para causarle algún daño o perjuicio; es decir,
que ambas partes hayan aspirado a tener con el acto un fin ilícito o hacer daño. Asimismo,
no ha acreditado con prueba alguna la simulación absoluta, configurada en el artículo 190
del Código Civil; es decir, la apariencia en celebrar un acto jurídico cuando no existe real-
mente voluntad para celebrarlo. Tampoco ha probado, que el contrato de crédito personal
materia de litis, no revista alguna formalidad bajo sanción de nulidad, establecida por
nuestro ordenamiento civil o especial; toda vez, que de conformidad con el numeral 1354
del acotado Código sustantivo, las partes pueden determinar libremente el contenido del
contrato, siempre que no sea contrario a norma legal de carácter imperativo;
Sexto.- Que, a tenor de lo dispuesto por el artículo 210 del Código Civil, el dolo es causa
de anulación del acto jurídico, cuando el engaño usado por una de las partes haya sido tal
que sin él la otra parte no hubiera celebrado el acto, por lo que esta última causal invocada
por el actor no constituye causal de nulidad absoluta;
Sétimo.- Que, siendo así, el acto jurídico contenido en el contrato privado sistema de cré-
dito personal y el pagaré, cuya nulidad es pretendida por el demandante, y que en copias
simples obran a fojas cuarenta y cuarentiuno, cumplen con los requisitos previstos por el
artículo 140 del Código Civil, no configurándose ninguna de las causales previstas por el
numeral 219 del citado cuerpo legal;
Octavo.- Que, en cuanto a la indemnización, teniendo esta el carácter de una pretensión
accesoria, de conformidad con el segundo parágrafo del artículo 87 del Código Procesal
Civil, debe desestimarse; por cuyos fundamentos y habiendo el actor inobservado el ar-
tículo 196 del Código Procesal Civil, la pretensión se encuentra incursa en lo dispuesto
por el artículo 200 del prenotado Código adjetivo: CONFIRMARON la sentencia de fojas
cuatrocientos setentisiete a cuatrocientos ochentiuno, su fecha veinticinco de junio de
dos mil uno, que declara Infundada la demanda de fojas once a catorce, interpuesta por
don Ricardo Camacho Torres contra el Banco de Crédito del Perú sobre nulidad de acto
jurídico e indemnización; con costas y costos; carece de objeto pronunciar respecto a los
demás extremos de la apelada, por no haber sido impugnada; y los devolvieron.
SS.
SOLLER RODRÍGUEZ
ZALVIDEA QUEIROLO
BARRERA UTANO
195
EXP. Nº 117-2001
Cuarta Sala Civil de Lima
1 de agosto de 2001
Autos y vistos
interviniendo como Vocal ponente el señor Aguirre Salinas; y
Atendiendo
Primero.- A que, es materia de apelación, el auto pronunciado mediante resolución nú-
mero uno de fecha treintiuno de enero del presente año, que obra a fojas veintitrés, que
declara improcedente la demanda; con lo demás que contiene y es materia de la alzada;
Segundo.- A que, el recurso interpuesto por la emplazante mediante escrito de fecha
dieciséis de abril pasado, que obra de fojas veintinueve a treintidós, se sustenta en que:
a) sí existe conexión lógica entre los hechos y el petitorio, pues la fianza solidaria está
materializada en una minuta, que es un contrato y que ha debido ser suscrito por todas
las partes, y que solo está suscrito por una de las partes, por lo que no existe acto jurídico
válido y en consecuencia la inexistencia del acto jurídico, que se debe entender como
nulidad del acto jurídico que contiene la minuta-contrato para todos sus efectos, por lo
que existe lógica por cuanto existe una minuta sin valor legal es decir no hay contrato y al
no haber contrato no hay acto jurídico por lo que demandan su nulidad (inexistencia del
mismo); b) la resolución apelada señala que entre las causales contempladas por ley no
está la referida a la inexistencia del acto jurídico, sin tener en cuenta que el término nuli-
dad significa carencia de valor, falta de eficacia, inexistencia, e ilegalidad absoluta de un
acto; en tanto que ineficacia significa carente de valor, y en el aspecto contractual implica
carencia de efectos jurídicos, falta de algún elemento esencial para la formalización del
acto que lo priva de existencia; razón por la cual nulidad es sinónima de inexistencia, que
es lo mismo, y al no determinar la sinonimia de los términos se les causa agravio;
Tercero.- A que, como es de verse de la resolución impugnada, esta se sustenta solo en
el hecho de que se ha solicitado la inexistencia de un acto jurídico, y que por ello no se
advierte lo que realmente solicita el actor, ya que el petitorio en sí no constituye ninguna
pretensión que se encuentre prevista en nuestro ordenamiento sustantivo, por lo que exis-
te una falta de conexión lógica entre los hechos y el petitorio;
196
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
197
CAS. Nº 609-2000-HUAURA
Lima, 17 de abril del 2002
Considerando
Primero.- Que, la Sentencia de Vista de fojas doscientos noventa, al Confirmar la Sen-
tencia apelada de fojas ciento ochentiuno, no ha aplicado correctamente la norma de
derecho material contenida en el numeral primero del artículo doscientos diecinueve del
Código Civil, que establece que el acto jurídico es Nulo cuando falta la manifestación de
voluntad del agente; en el caso de autos se ha acreditado la falta de manifestación de vo-
luntad de los agentes (los recurrentes, don Porfirio Chávez Meza y otra), ya que estos son
198
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
Declararon
FUNDADO el recurso de casación interpuesto por los codemandantes, don Porfirio Meza
Chávez y otra, mediante escrito de fojas trescientos catorce; NULA la Sentencia de Vista
de fojas doscientos noventa, su fecha catorce de enero del dos mil, que Confirma la apela-
da; y actuando en sede de Instancia: Revocaron la Sentencia de primera instancia de fojas
ciento ochentiuno, su fecha veinticinco de octubre de mil novecientos noventinueve, que
declara Infundada la demanda, y Reformándola la declararon FUNDADA; y en conse-
cuencia NULO el Acto Jurídico de Compra - Venta y la Escritura Pública que lo contiene,
otorgada por los demandantes a favor de los demandados el veintinueve de febrero de mil
199
Juan ESPINOZA ESPINOZA
200
Índice
ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULO I
La invalidez y la ineficacia....................................................................................... 7
CAPÍTULO iI
El mito en torno al adagio quod nullum est, nullum producit effectum ................... 13
CAPíTULO III
La inexistencia.......................................................................................................... 19
CAPíTULO IV
La nulidad ................................................................................................................ 23
1. Las causales de nulidad .................................................................................... 24
1.1. La nulidad por falta de manifestación de voluntad del agente.................. 25
1.2. La nulidad por haber realizado el acto con una persona absolutamente
incapaz .................................................................................................... 27
1.3. La nulidad por imposibilidad material o jurídica del objeto del acto
jurídico o por su indeterminabilidad......................................................... 38
1.4. La nulidad por finalidad ilícita.................................................................. 41
1.5. La nulidad por simulación absoluta.......................................................... 51
1.6 La nulidad por incumplimiento de la forma en los actos ad solemnitatem ... 54
1.7. La nulidad expresa.................................................................................... 54
1.8. La nulidad virtual...................................................................................... 55
1.8.1. El orden público y su deslinde con el concepto de imperatividad...... 56
1.8.2. Buenas costumbres: ¿es necesaria su distinción con el
orden público?............................................................................... 60
203
Juan ESPINOZA ESPINOZA
CAPÍTULO V
La anulabilidad.................................................................................................. 65
1. Las causales de anulabilidad......................................................................... 65
1.1. La incapacidad relativa del agente........................................................ 65
1.2. La anulabilidad resultante de error, dolo, violencia e intimidación...... 70
1.3. La anulabilidad del acto disimulado..................................................... 70
1.4. La anulabilidad expresa........................................................................ 71
CAPÍTULO VI
La sentencia de declaración de nulidad ........................................................... 73
CAPÍTULO VII
La nulidad parcial (utile per inutile non vitiatur: lo útil no se vicia por
lo inútil) ........................................................................................................... 75
CAPÍTULO VIII
Alegación de incapacidad ajena en beneficio propio ....................................... 83
CAPÍTULO IX
Mala fe del incapaz. Una aplicación del principio de los actos propios .......... 85
CAPÍTULO X
El especial tratamiento de la invalidez en el matrimonio............................. 87
CAPÍTULO XI
La convalidación como una categoría general.................................................. 93
1. La confirmación............................................................................................ 94
204
la invalidez e ineficacia del acto jurídico en la jurisprudencia
CAPÍTULO XII
La conversión.................................................................................................... 97
CAPÍTULO XIII
Responsabilidad in contraendo ....................................................................... 101
CAPÍTULO XIV
¿Cabe la transacción respecto de los actos jurídicos nulos?............................. 105
JURISPRUDENCIA VINCULADA
J1 CAS. Nº 2988-99-LIMA. El Peruano, 17 de setiembre de 2000................................. 109
J2 EXP. Nº 23111-2002. 63º Juzgado Civil. 27 de setiembre de 2005............................. 112
J3 CAS. N° 2356-98-LIMA. Lima, 13 de agosto de 1999............................................... 122
J4 CAS. Nº 633-95-LIMA. Lima, 21 de agosto de 1996................................................. 125
J5 CAS. N° 1224-2006-LIMA. Lima, 6 de marzo de 2007............................................. 128
EXP. Nº 1067-2005. Corte Superior de Justicia. Lima, 25 de octubre del 2005......... 130
EXP. Nº 805-2003. Sentencia de primera instancia. Lima, 24 de setiembre del 2004 133
J6 CAS. N° 2100-2003-LIMA. El Peruano, 30 de setiembre de 2004............................ 138
J7 CAS. Nº 87-96-TACNA. Lima, 22 de julio de 1997................................................... 141
J8 CAS. Nº 1021-96-HUAURA. El Peruano, 11 de mayo de 1998................................. 143
J9 CAS. Nº 282-T-97Lima, 25 de noviembre de 1997..................................................... 146
J10 EXP. Nº 397-96-TACNA. Lima, 8 de setiembre de 1997........................................... 148
J11 EXP. N° 693-95-CUSCO. Lima, 20 de marzo de 1996............................................... 151
J12 CAS. Nº 1818-97-LIMA. Lima, 15 de mayo de 1998................................................. 153
J13 CAS. Nº 2516-98-SAN MARTÍN. Lima, 14 de abril de 1999.................................... 155
J14 EXP. Nº 242-2002/CPCRES. Nº 339-2003-CPC. Comisión de Protección al
Consumidor.................................................................................................................. 157
J15 EXP. Nº 0008-2003-AI/TC-LIMA............................................................................... 177
J16 CAS. N° 1134-95-LIMA. Lima, 27 de mayo de 1997................................................. 179
205
Juan ESPINOZA ESPINOZA
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