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Gustavo propio la masa integra de procesos reales


(políticos, económicos, sociales, religio-
Bueno: sos) a los cuales busca orientar (o, lo que
<<¿Crisis es lo mismo, con cuya orientación históri-
«Marxismo» quiere aquí significar ca objetiva pretende estar identificada),
«teoría marxista». Por tanto, estamos en el no puede ser indiferente al curso mismo
hablando de «crisis teórica» del marxismo marxismo de los acontecimientos que ella ha previs-
y de «revolución teórica» en el marxismo. to, o incluso inspirado. El material que le
Pero «teoría», en el contexto de «teoría
o sucede es, sin embargo, interior a ella; el
marxista» -en cuanto se la sigue consi- revolución desarrollo de la teoría no puede reducirse
derando como una teoría viva, actual- en el a la condición de un proceso lógico abs-
no es algo que pueda ser reducido (filoló- t racto que pueda practicarse al margen
gicamente) a los límites de la MEGA. Co- marxismo?» del. propio curso de ese mismo «material».
mo teoría política, que pretende controlar
el proceso mismo de la historia , no sóla-
mente tiene que incorporar las etapas que
precedieron a su formulación (modo de
producción asiático, esclavismo, etc.), así 11
como también dar cuenta de las teorías
políticas implicadas por éstas etapas
(teorías que serán consideradas como
ideológicas). Tiene también que incorpo- La «crisis del marxismo», de la que to-
rar -y esto es lo más paradójico- las dos hablamos, por tanto, no girará tanto
etapas que le son posteriores, en particu- en torno a los ajustes lógicos formales de
lar, el mismo desarrollo de la teoría en su la teoría marxista (por ejemplo, de los
función de organizadora de los procesos ajustes entre las supuestas incoherencias
políticos histórico-universales posteriores entre la teoría del valor del Libro 1 y la de
a 1873. Por ello, cuando se habla de mar- los precios del Libro 111 de El Capital),
xismo, se habla, desde luego (MEGA) de - la «crisis» lógico formal de una doctrina
Engels, pero también de Kautsky; se como la marxista siempre podrá en-
habla de Lenin, pero también de Stalin; contrar alguna salvación también
de Rosa de Luxemburgo y de Trotsky, de formal-, cuanto en torno a su estracto
Gramsci y de Mao. Acaso no de Berns- material, a la coordinación de los sucesos
tein, por ejemplo. Es como si hicieramos a que le son futuros, pero no externos. Y
Marx, en cierto modo, «responsable» de esto porque tales materiales «ulteriores»
las interpretaciones de los marxistas - al no podrían entenderse meramente como
menos de aquellos que han tenido un sig- hablamos, de un modo no enteramente externos verificadores o falsadores (en
nificado histórico universal (y ello en la gratuito (creemos), de «crisis del marxis- el sentido de Popper) de una teoría cerra-
medida en que una teoría de la Historia, mO>>, cuando, según otros, debiera da previa, sino como contenidos internos
como la de Marx, si bien no tiene por qué hablarse sólo de «crisis del leninismo» (o de una teoría abierta de la cual constitu-
llegar a descender a las interpretaciones de la interpretación leninista de Marx), o yen también internos desarrollos. No se
ulteriores de la teoría en lo que tienen de de «crisis del leninismo» (o de la interpre- trata tanto, pues, de poner la crisis de la
subjetivo o psicológico, sí que tiene que tación leninista de Marx), o de «crisis del teoría marxista en supuestas incoheren-
llegar a estas interpretaciones a través de estalinismo» (o de la interpretaoión estali- cias entre las partes de la doctrina de
la obligación de dar cuenta de los proce- nista de Marx y de Lenin), etc. Marx, o en inadecuaciones de la teoría
sos histórico universales ligados a Una teoría con las pretensiones de la (de sus predicciones) con los hechos ulte-
ellas) - . Y así resulta que, de hecho, teoría marxista, que asume como material riores: se trata de poner la crisis en la
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eventual incoherencia e inadecuación a la el leninismo: la Revolución de Octubre pios desarrollos de Lenin y de Stalin sean
vez de estos materiales (ulteriores, ade- demostraba de nuevo la realidad del pro- reducidos, en gran parte (por medio de
más de anteriores) entre sí, en la medida letariado al hacerlo protagonista de la pri- categorías marxistas disponibles) a la
en que las interpretaciones de la doctrina mera gran revolución socia lista. La teoría condición de componentes ideológicos.
(que sean desarrollados suyos) tampoco marxista resultaba así desarrollada (no La Revolución de Octubre no sería una
resulten coherentes entre sí. Podemos meramente «apuntalada») con la doctrina traición, pero tampoco una revolución
incluso aventurar como fórmula bastante del capitalismo imperialista. Esta doctrina que haya instaurado el modo de produc-
general de esta crisis teórica, así entendi- daba cuenta del «aplazamiento» de la ción socialista; es acaso una revolución
da , la siguiente: una crisis teórica del construcción de esa unidad del proleta~ antiimperialista (ideológicamente entendi-
marxismo se produciría allí en donde aún riado que la primera Guerra había des- da como socialismo por Lenin y por Sta-
estando «prevista» (y aún más: progra- mentido, por cuanto la unidad reaparecía lin) que se acoge, no ya a la categoría del
mada y puesta en ejecución) por la teoría (una vez roto el eslabón más débil) en un modo de producción socialista, sino a la
una cierta conexión de identidad (una ver- futuro próximo merced precisamente a la de una formación que recuerda el modo
dad) entre diversos términos (o t~ozos) de consolidación de la Unión Soviética. Esta de producción asiático, un monopolismo
la realidad histórica , tal identidad deja de consolidación (que comportaba la de Estado industrial, no ya agrícola
producirse, como si los materiales fuesen «electrificación» de Rusia y la revolución (Bah ro).
los responsables de la «disociación». Las agraria de los años treinta) cubre el
«crisis del marxismo» (de la teoría marxis- período estaliniano y está apoyada preci- 3) Simultáneamente a la crisis teóri-
ta) tendrían entonces la forma de «crisis samente sobre la identificación de la cas a las que hemos aludido, crisis deter-
de identidad » - pero no en el sentido Unión Soviética con la Patria del Socialis- minadas por la dialéctica misma de los
metafísico hegeliano (como la autonega- mo, núcleo en torno al cual habrá de re- materiales internos a la propia «jurisdic-
ción de una sustancia realmente idéntica) construirse la virtual unidad mundial. La ción» de la praxis marxista y como contra-
sino en el sentido dialéctico (el de la diso- segunda gran crisis del marxismo comen- figura de esta dialéctica interna tiene lu-
ciación de una identidad entre términos zará a producirse ahora al ritmo de la gar el proceso de consolidación del capi-
que fueron, no solamente pensados, sino progresiva disociación entre la Unión So- talismo, o el aplazamiento indefinido de
construidos como partes de una misma viética y la Patria del Socialismo (o del su agonía. Muchas veces se aduce ésta
estructura) . Algunos ejemplos que se de- Socialismo, a secas). Literariamente, la consolidación o recuperación del capita-
jan cómodamente acoger por ésta formu - crisis está anticipada ya en los comienzos lismo (después de la Gran Depresión y de
la : del estalinismo (Trotsky), reflejada en sus la Segunda Guerra Mundial) como princi-
fases centrales (Orwell, Animal Farm) y pal instrumento de refutación de la teoría
cari caturizada en sus últimas etapas (Sol- marxista. En mi opinión, esto no es
1) La Primera Guerra Mundial signifi- jenitsinx, Glucksmann, Henri-Levy), pero correcto, salvo acaso para quienes en-
ca acaso la primera gran crisis del marxis- acaso se realiza objetivamente (histórica- tienden la teoría marxista al modo poppe-
mo, la de la Segunda Internacional, a pro- mente) en el conflicto chino-soviético. A riano, interpretando la «recuperación del
pósito de su doctrina del proletariado , de mi juicio, ésta ha sido la crisis más profun- capitalismo» puede ser asimilada por la
la identidad o unidad del proletariado in- da de la teoría marxista y la que más re- propia teoría marxista (en cierto modo es-
ternacional. La Guerra obligaba a despla- percusiones ha debido tener y deberá se- ta recuperación es ella misma marxista,
zar ese proletariado internacional al limbo guir te.niendo en el movimiento comunista en una dirección contra recíproca), y no
de la virtualidad pura, por cuanto esa internacional. Para resolverla (en térmi- ya sólo por medio de una nueva correc-
identidad de la clase universal resultaba nos que no sean meramente psicologistas ción de parámetros, sino incluso dando
fragmentada por determinaciones parti- - «traición a la revolución>>, «culto a la lugar a un desarrollo de la propia teoría
culares (nacionales) que, fuesen o no su- personalidqd» - ) se ven empujados mu- (en el sentido por ejemplo de Sweezy y
perestructurales, lo cierto es que estaban chos por la necesidad de regresar hasta Baran). Si no me equivoco, la crisis que
influyendo en acontecimientos de escala componentes muy lejanos de la teoría para el marxismo representa la consolida -
planetaria. marxista: la Unión Soviética podría así ser ción del capitalismo, hay que situarla en
«envuelta » por la teoría marxista, desde otro lado. Por así decir, no en la existen-
2) Esta crisis habría sido resuelta por luego, pero a condición de que los pro- cia de la recuperación, sino en su conteni-
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do: no es una supuesta predicción del f uerzas de la cu lt ura, en genera l (que re- 111
marxismo aquello que hace crisis, sino un sultan ser, por otra parte tan trabajado-
componente más profundo (creemos) y ras, en el plano jurídico laboral, como las Las crisis de la teoría marxista , tal como
menos advertido de la teoría marxista, a primeras). El proletariado deja de poder las venimos analizando, no parecen impli-
saber, la concepción del trabajador in- ser identificado, en cuanto clase trabaja- car necesariamente el reconocimiento de
dustrial como protagonista del modo de dora, con la conciencia práctica de la hu- su agonía, puesto que precisamente cada
producción capitalista, entendido en el manidad en la nueva formación capital ista cns1s v iene acompañada de una
contexto del progreso de la humanidad (y por supuesto, en la industria armamen- ampliación del campo de la teoría, de un
hacia el comunismo. Porque la recupera- tista del monopolismo de Estado) no sola- regressus hacia conceptos más abstrac-
ción del capitalismo en la forma del «capi- mente ya no es identificable con el curso tos, desde los cuales las identidades (ver-
talismo monopolista » de Sweezy y Baran , básico de la producción dominadora de dades) rotas parecen volver no ya precisa-
por ejemplo, implica un entendimiento de la Naturaleza, sino que comienza a pre- mente a restaurarse, pero sí a ser reabsor-
la producción en términos tales que el tra- sentarse como algo que amenaza y corroe bidas en identidades de más amplio radio.
bajador industrial ha de comenzar a ser· ese curso, en cuanto despilfarra, ciega y Ahora bien: ¿podemos afirmar que éste
clasificado , en gran medida, entre las su- agota los recursos energéticos y conduce proceso de resolución de la crisis ha dado
perestru cturas, en su sentido más peyora- al suicidio de la vida antes que a la «re- lugar siempre a resultados igualmente sa-
tivo. La identidad en la base, establecida conciliación del Hombre con la Naturale- tisfactorios? Yo creo que no . Y me parece
por la teoría marxista clásica, entre traba- za». El determin ismo cultural, la que la acumulación de éstas rupturas de
jador industrial y clase universal (y no sólo «ideología ecolog ista», son motores im- nexos de identidad preestablecidos por la
por su negatividad de clase desposeída, portantes de la crisis de la teoría marxista teoría marxista está acaso determinando
sino también por su condición positiva de en aquellas partes suyas que, al parecer, en ella algo más que una crisis, o que un
heredera de la ciencia politécnica que so- estaban más preservadas, por su abstrac- conjunto de crisis, está determinando una
porta la humanidad, como el siervo hege- ción, de una contrastación empírica revolución de la teoría , una Umstül-
liano a su señor) comienza a disociarse. Y (Hombre/ Naturaleza, Base / Superestruc- pung del marxismo comparable a la
se disocia primero, porque el trabajador tura) y obligan a desarrollar la teoría mar- Umstülpung que el hegelianismo sufrió
industrial deja de ser, no sólo el que xista en direcciones muy distintas a las en la época de Marx y por obra de Marx
exclusivamente es trabajador manual, si- que conducía el progresismo decimonó- mismo.
no, también, el «paria de la tierra» - los nico . Cuando hablo de esta inversión o
parias de la tierra viven ahora precisamen- 4) Como último ejemplo del concepto «vuelta del revés» del marxismo, lo hago
te en los países no industrializados, en la de «Crisis del marxismo» que estamos en- naturalmente en un sentido analógico
India, en Africa - y segundo, y, sobre to- sayando: la identificación entre el Estado - puesto que ésta inversión del marxismo
do, porque aquello que produce el traba - y la Clase Dominante (explotadora) - par- no tiene el sentt..d de una involución ha-
jador industrial, su producción, ha per- te de la teoría marxista clásica correlativa cia el idealismo.¡ e aquí los términos de
dido el prestigio progresista que corres- de su identificación entre el proletariado y mi analogía: S4' oniendo que la Umstül-
pondía a los productos de la industria la clase universal, con la doctrina de la re- pung del sistema hegeliano por Marx
del siglo XIX (ferrocarriles, electricidad) volución asociada a ella - comienza tam- quedase bastante aproximadamente defi-
y adquiere los tonos más falsos y som- bién a entrar en crisis al disociarse, en la nida , en el marco de los estratos hege-
bríos de los productos superestructu- Unión Soviética, en el «Estado de todo el lianos del Espíritu (subjetivo, objetivo, ab-
rales: tanques y automóviles, aviones de pueblo» y en el Capitalismo al reconocer- soluto), como la transmutación del signi-
guerra y napalm , además de cirios pas- se que importantes f unciones del Estado ficado del Espíritu absoluto (que Marx
cuales y coca-cola. Las fuerzas del trabajo no pueden interpretarse como meros ser- «pasará» a la esfera del Espíritu Objetivo,
pierden con esto el prestigio prometeíco vicios instrumentales de la clase capitalis- como superestructura), la Umstülpung
que habían adquirido cof'no alumbradoras ta (ni menos aún del fascismo), sino co- del marxismo que estaría produciéndose
de las energías prístinas de la Natura leza, mo funciones autónomas administrativas, quedaría definida en el marco de la escala
motores de la Historia, frente al lujo supe- ligadas a burocrácias no capitalistas, de los modos de producción que constitu-
restructura! creado por artistas y escrito- comparables acaso a las castas de escri- yen el contenido del materialismo históri-
res al servicio de la burguesía, o de las bas del modo de producción asiático. co (a su vez, necesitado de una amplia-
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ción que profundice la «estructura plana¡> todos los miembros de la clase proyecti- comunista era su representación -a la
- Hombre, Naturaleza- en el que ha si- va, y las fig uras f ormadas en la transfor- manera como el peligro mayor para el
do concebido). La teoría de los modos de mación proyectiva infinit a, por su sen- concepto teológico del Paraíso Terrenal
producción y de su sucesión hist órica cillez, simplif ican muchas veces la de- es su represent ación en imágenes, por
-sea lineal, o bien no lo sea- es la parte mostración de las propiedades proyecti- otra pa rte ineludible-. (Podría decirse
de la teoría marxista que mayor incidencia vas «finitas». Decía M arx en los Ma- que la mejor crítica al mito del Paraíso
tiene, sin duda, en los programas est raté- nusc ri t o s de 1844: «El comu nismo ver- Terrena l la constit uye el tomarl o en serio
gicos o planes políticos comun istas: dadero es la sol ución del enigma de la y pensar en él, desarrollar representativa-
diríamos que constituye el «plano» mismo Historia y sabe que es ést a soluc ión». mente su idea - porque ést e desarrollo ·
de éstos programas. Y cualquiera que sea A hora bien, ocu rre que el marxismo tra nsforma el mit o en una ridícula fanta-
el estatuto que se otorgue a éstos modos acostumbra a representa rse ést a figura de sía- ). En el concepto de comunismo, sin
de producción, y al orden entre ellos, pa- inf inito - el comunismo - en términos ta- embargo, está contenida la noción de la
rece lo cierto que todos están pensados les en los que desaparecen las «razones reconciliación de los hombres entre sí
como tendiendo a desembocar, mediata dobles», digamos, las relaciones dialécti- - reconciliación que incluye acaso la f or-
o inmediatamente, en el comunismo, en cas de conflicto que vinculan las partes mación de una raza homogenea, de as-
el modo de producción comunista. Ahora constitutivas de un modo de producción. pecto malayo - , así como la reconc i-
bien, el comunismo, hoy por hoy, no es Los motivos por los cuales esto haya sido liación del Hombre y de la Naturaleza, de
una categoría de la historia efectiva, así no vamos a estudiarlos en éste lugar . la Base y de la superestructura, del traba-
puesto que está más allá de la historia, y En cualquier caso no hay que olvidar que jo intelectual y del trabajo manual, «cre-
no porque se !;)itúe en un lugar celeste el Marx maduro se refirió al comunismo ciendo las fuerzas productivas y corriendo
(aunque algunos piensan que su lugar es, principalmente en sus aspectos económi- a chorro lleno los manantia les de la ri-
por cierto, interplanetario -los militantes cos y de un modo muy sobrio: «sobre lo queza colectiva» (C rítica d el Programa
comunistas que sean cristianos verán que ocurrirá después de la revoluc ión so- d e Go th a). Es la época del Hombre total,
acaso en ésto una aproximación a su anti- cial - dice Engels- Marx habla sólo en politécnico, del hombre en el cual todas
guo ideal del paraíso celestial, que les términos genera les, de una forma muy las contradicciones habrán sido resueltas,
aguarda si llevan una vida santa y justa y general». Además, Marx ha dicho explíci- en el cual la fraternidad (más que la igual-
acaso heroica - ), sino, sencillamente, tamente (en Nat ional Oeko nomie und dad) entre los hombres, habrá sido ins-
porque se sitúa en el futuro, mientras que Philosophie) que el comunismo no es el taurada, la alienación cancelada y el
la historia, por definición, se refiere al pa- fin de la evolución huma na, sino el princi- «reino de libertad» def initivamente con-
sado. Sin embargo, el comunismo con- pio de la Historia (algo que Croce no tuvo quistado. (Algunos marxistas se repre-
fiere sentido y orientación a las fases his- en cuenta· cuando vio la concepción mar- sentan éste estado final como la ap ote-
tóricas que le anteceden, comenzando xista del comunismo como la «detención osis del hombre que, como única con-
por la fase cero, por la llamada «comuni- de la Historia i>). Pero lo cierto es que la fa- ciencia del cosmos -«Pimpollo de la
dad primitiva» (¿se definirá la comunidad se del comunismo nos viene siempre Tierra », diríamos con Fray Luís - habrá
primitiva por medio de las relaciones de descrita en términos más bien metafísicos incluso dejado de tener que depender de
igualdad - como hace Marvin Harris - o que dialécticos, cuando nos atenemos a los animales y de las plantas y, soberano
bien poniendo en ella en primer plano las sus contenidos. Se diría que no porque de la naturaleza, producirá por síntesis
relaciones de fraternidad?). Se diría (si se Marx ·se resista a representarse ésta sus propios alimentos, extraídos de un
nos permite una comparación con los edad es posible entenderla omitiendo el mundo inagotable). Desaparecido el Esta-
procedimientos de la Geometría proyecti- proceso de su representación: entenderla do, una sociedad universal, que sólo ne-
va) que la «fase fina l» (comunismo) viene es aquí precisamente imaginarla (si es que cesitará de la «administración de las co-
a desempeñar un poco el papel que en el se trata de un estado terrenal, empírico, y sas», in iciará, en la paz perpetua, una vi -
análisis de las fig uras finitas proyectivas no de un est ado espiritual, transfísico, ini- da indef inida. La cultura fl orecerá, supri-
alcanzan sus proyecciones en los puntos maginable por definición). Se diría que mido el determinismo económico (que,
de infinito: las propiedades proyectivas de Marx sabía que el peligro mayor pa ra los según Petrovic, rigió sólo para las etapas
una figura, las razo nes dobles pri ncipal- conceptos abstractos por medio de los anteriores, «prehistóricas»), como expre-
mente, han de conservarse invariantes en cuales formuló el concepto de la sociedad sión superabundante del hombre libre, en
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su variedad inof ensiva, infinita y pacífica: nario, y «formal», las «razones dobles», la (de la misma manera que el Paraíso Terre-
«¡ Dejad que cien flores f lorezcan y que se dialéctica, en ese Estado metafísico; una nal no puede ser el escenario de Adan,
opongan cien escuelas de pensamiento!» . dialéctica imaginaria y externa porque por la sencilla razón de que el «primer
Sin duda, muy pocos marxistas dejan procede por la introducción del deus ex hombre» es un concepto que no tiene
de estar hoy sometidos a un pudor tal que machina de los extraterrestres y de las más consistencia que el concepto de
les permita diseñar de ésta suerte el modo naves espaciales que salen en su busca. Y «círculo cuadrado»).
de producción comunista . Pero la cues- una dialéctica imaginaria, externa y gra- La desaparición del hambre, de la mise-
tión es que aunque la representación se tuita, no puede tomarse como alternativa ria, o de la servidumbre, no implica la de-
mantenga, por pudor, en la penumbra, su de la dia léctica interna que el materialis- saparición de los conflictos humanos, si-
concepto ejerce funciones decisivas. Si mo histórico requiere en el momento de no acaso al comienzo de conflictos verda -
se habla de «revolución traicionada» o diseñar el concepto de comunismo . deramente humanos (no cuasi animales,
fracasada, es precisamente en fu nción de por así decirlo) , internos al hombre, en su
que la fase fina l no se ha instaurado, o relación mutua y con la Naturaleza. La ne-
porque se aplaza continuamente en el cesidad de alegar los recursos energéticos
tiempo. Si el socialismo no es «comunis- -no ya por su escasez global, pero si por
mo en formación», ¿cómo puede enton- su agotamiento específico- determinará
ces la clase obrera seguir estando directa- .convulsiones tan violentas, co mo
mente interesada en él?, pregunta Rudolf aquellas que se derivaron de la propiedad
Bahro . Los más críticos y acaso también privada; el control demográfico de la
los más cínicos, concederán que éstas población puede abrir una dialéctica tan
representaciones nos llevan a la utopía, terrible como la que se dio en las épocas
pero defenderán el utopismo en nombre primitivas, o menos primitivas, estudiadas
del «principio de esperanza» ( Bloch) . por Harris (el envejecimiento de la pobla-
¿Cómo, sin embargo, aceptar una ción planteará el problema de la eutanasia
representación metafísica en el seno del sistemática) . La administración de las co-
materialismo histórico? ¿Cómo podrían sas (sustitutiva de esa administración de
perderse en ésta figura proyectiva final las las personas con que se designa a la
«razones dobles», es decir, las relaciones política, al Estado) es un concepto vacío,
dialécticas constitutivas de los modos de sólo compatible con una sociedad entera-
producción históricos si es que estas rela- mente preprogramada en sus bases gené-
ciones dialécticas son el principio de la vi- ticas (al modo del Mundo Feliz) , porque,
da y del movimiento? Acaso pudiéramos Porque si en éste se han de conservar ¿cómo podrían las nuevas generaciones
interpretar simplemente, como recurso las «razones dobles», es preciso también incorporarse a la República universal sin
para mantener la coherencia del mate- que se conserven las contradicciones, las mediar desde luego un proceso de educa-
rialismo dialéctico, al meno de un modo inconmensurabilidades, aunque ellas se ción y adoctrinamiento? ¿Y quién man-
formal, para no «deterner la Historia», la den en otro plano diferente de aquél que tendría la dirección y coordinación de los
tenaz propensión de tantos soviéticos en el capitalismo determina . A fin de cuen- miles de encargados de la t ransformación
el interés por los extraterrestres, así como tas, se trata no de otra cosa sino de apli- de la cría humana en ciudadano? ¿Es ésta
su ya vieja política de los viajes espa- car las propias categorías de la dialéctica administración de cosas o es administra-
ciales. Sin duda ésta política puede ser materialista al propio modo de produc- Clan de personas?Y, sin embargo,
explicada a partir de otras motivaciones ción comunista, a fin de rebasar su repre- muchos siguen pensando en la supresión
(dar salida al enorme excedente industrial sentación metafísica y utópica . Ese mun- futura de todo tipo de administración de
derivado del desarrollo de la Unión So- do comunista no puede ser el escenario personas como si ésto tuiviese algún sen-
viética, espionaje, metereología o explo- del Hombre total, el lugar en el que se tido, salvo aquél que les permite
tación de recursos energéticos) . Pero , en cancela la alienación humana -simple- «toleran>, por transitorios, los actuales
todo caso, semejante política permite mente porque éstos conceptos son, no ya procedimientos «prehistóricos» del adoc-
reintroducir, ¡;¡unque de un modo imagi- utópicos, sino metafísicos (de la misma trinamiento y de la educación.

Mmsteno de Educ.aeiOn CUltura y Deporte 2012


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IV parece inmerso en la más completa ino- en que el desarrollo del propio capitalismo
cencia un marxista que, sin querer entro- conduce a un estado monista en el que
Lo que designamos como «Revolución meterse en éstas cuestiones llamadas las contradicciones han de ser resueltas.
en la teoría marxista» es principalmente «especulativas», cree haber alcanzado el Preferirá las formas democrático forma-
algo así como éste Umstülpung del mar- mayor grado de la hipercrítica cuando se les, decretará la alianza de las fuerzas del
xismo que estaría operándose en el mo- entrega al «análisis concreto de la realidad trabajo y de la cultura, en virtud de una
mento en que se trata de reconstruir la to- con"creta» y que no puede ser otra cosa si- armonía presupuesta (olvidando que los
talidad del materialismo histórico -y de no comentario libre, sin reg la alguna, y «bloques históricos» incluyen la composi-
la política a él asociada- a la luz de ésta entregado al ingenio de cada cual (que ción de partes opuestas, unidas ante ter-
f igura proyectiva de infinito conservadora puede ser, desde luego, muy grande). La ceros), se alejará del len inismo -en cuan-
de «las razones dobles». Consiste en revolución en la teoría ma rxista implica, to leninismo significa no ya precisamente
transmutar la representación armónica y ante todo, el cambio de actitud global de la dictadura de un proletariado difícil de
metafísica por una representación dialéc- quien colabora en la instauración del so- identificar, cuanto evidencia en la necesi-
tica y tenazmente antiutópica. En lugar de cialismo y recíprocamente. Por ejemplo, dad de una vanguardia de la clase
ver el estado final como el término de la no será su actitud la del «reproche conti- trabajadora - , prácticará la accidentali-
serie de modos de producción en los cua- nuado» ante el malvado capitalista, o el dad de las formas de Gobierno (puesto
les se han eliminado sus servidumbres, el diagnóstico de los grandes problemas de que cree saber que en el «punto de infini-
Umstülpung de la teoría marxista con- la vida en términos de problemas de to» una corona más o menos es una can-
siste en gran medida en contemplar desde «alienación capitalista», ni su actitud glo- tidad despreciable), y considerará a su
un estado final, él mismo dialéctico, a las bal tendrá que estar precisamente orien- Partido como uno más entre los represen -
distintas etapas y situaciones de la Histo- tada a la consecución del estado del tantes de un pueblo que se considera ar-
ria positiva. bienestar (en el que el consumidor satis- mónicamente coherente en sus partes,
La revolución en la teoría marxista a la fecho podrá disponer de raciones de cul- por definición. La lucha contra las multi-
que venimos refiriéndonos repercute evi- tura abundantes, hermosos esparcimien- nacionales será acaso su principal objeti-
dentemente en la interpretación de multi- tos, competiciones gimnásticas no anta- vo, al menos verbal, y su política de ma-
tud de los procesos históricos dados en gónicas, campeonatos de ajedrez y hasta sas, la extensión absoluta de la cultura su-
las diferentes etapas de la Historia, co- del silencio de los templos), al epicureís- perior, con especial consideración del ar-
menzando por la concepción de la misma mo, sino, nos atreveríamos a decir, su ac- te, del folklore y demás entretenimientos
comunidad primitiva. Así mismo, por titud global estará más cerca de la actitud del tiempo de ocio. En resolución y prácti-
ejemplo, los conflictos entre los distintos que conocemos históricamente con el camente : estará enredado en el oportu-
Estados feudales, o capitalistas, o incluso nombre de estoicismo. Bastaría conside- nismo, se aturdirá con la copiosa proble-
los propios conflictos entre los Estados rar las diferencias en la orientación en los mática de la política cotidiana (de la que
socialistas, podrán verse ya a una luz dis- programas de los partidos políticos deri- se obtendrá , sin duda, algún pal iativo que
tinta, porque otras serán las relaciones vadas de enfocar su estrategia desde una permita mantener la organización parti-
entre la base y la superestructura. perspectiva armonista o desde una pers- dista y su burocracia), y llegará natural-
¿Pensará alguno que esta revolución pectiva dia léctica, para medir el alcance mente a formar parte del propio sistema
transmutación de la teoría marxista es de- de ésta Umstülpung . El armonismo, por global que la admite en el seno de su pro-
masiado especulativa y que a los proble- ejemplo , tenderá fácilmente al gradualis- pia oposición. Porque aun cuando se hi-
mas concretos - aquellos que, según di- mo, y recíprocamente; tenderá a la políti- ciese con el poder, su política no podría
cen, han de someterse al análisis concre- ca del incremento de la producción, del diferenciarse de la opuesta mucho más de
to (¿ ?) - que el marxismo tiene plantea- ingreso de España en el Mercado Común lo que se diferencia la mariposa gris llama-
dos les resulta indiferente ésta revolu- Europeo, incluso del ingreso de España da Biston betularia de su forma mutante
ción? No lo creemos así; antes bien, nos en la OTAN , en la medida en que confía llamada Biston carbonaría.

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