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La Sabiduría del cuerpo

En otros tiempos fuiste una montaña, fuiste una nube.


Esto no es poesía, es ciencia.

Thich Nhat Hanh


5.4 La sabiduría del Cuerpo.

Tensa un arco hasta su límite


y desearás no haberlo hecho.

Tao Te King

Demasiado a menudo consideramos nuestro cuerpo desde un punto funcional, como el


instrumento utilitario que nos permite vivir, y nos centramos en su situación sanitaria y
estética. Cuando ignoramos el cuerpo, él reclama atención de muchas formas: sintomas de
enfermedad, desvitalización, obesidad, tensión y enfermedades cardiovasculares, anorexia,
depresión, ansiedad, adicciones .... Para recuperar nuestra salud es fundamental reconocer,
valorar y honrar el cuerpo como un regalo sagrado de la vida. Y también volver a habitarlo
conscientemente.

La práctica de Mindfulness está sólidamente enraizada en la atención al cuerpo, a sus


sensaciones, a la forma en la que se manifiesta como vehículo de expresión de las emociones,
de los pensamientos, de las experiencias o de nuestros temores. Necesariamente el cuerpo
nos trae al “aquí y al ahora”: el cuerpo “es” aquí y ahora. No puede vivir en otro lugar ni en
otro tiempo. Por tanto, cada vez que regresamos al cuerpo, estamos regresando al único
momento y lugar que de verdad existe: el momento presente.

Cuando desarrollamos la capacidad de escuchar y conectar con nuestro cuerpo, descubrimos


que responde cuando nuestra mente está clara o confusa, cuando nuestro corazón está
abierto o cerrado. En él se refleja fielmente el estado y la calidad de nuestra mente. Habitar el
cuerpo conscientemente supone tanto escucharlo como mensajero de lo que acontece en
nuestra mente como, a través de él, poderlo modificar: si mi cuerpo está tenso porque estoy
estresado, cuando lo atiendo y relajo, el estrés psicológico se disuelve. Cuando conectamos
con nuestro cuerpo, estamos recorriendo el camino de recuperar nuestra verdadera identidad,
estamos regresando a casa.

Una chispa en el corazón:

El cuerpo es el fundamento del aprendizaje de la atención plena. Observando el


cuerpo con atención nos damos cuenta de nuestras emociones al sentirlas y además
tomamos conciencia de los pensamientos asociados a las mismas. Como el cuerpo
solo puede vivir en el presente, la actitud de prestar atención al mismo hace que
nuestra mente se centre también en el presente y deje de divagar así entre pasados y
futuros.... Con esto la mente se calma y se libera de tristezas y ansiedades... , la
imagen se aclara, y da lugar a una perspectiva nueva..... Y esto es el comienzo de la
transformación, de la mefamorfósis ....., de la vida miedosa, aburrida y sufrida al
gozo inefable de la existencia.
La sabiduría de los cuentos ...

Los judíos de una pequeña ciudad rusa esperaban ansiosos la llegada de un


rabino. Se trataba de un acontecimiento poco frecuente y, por eso, habían
dedicado mucho tiempo a pensar las preguntas que querían hacerle.

Cuando al fin llegó y se reunieron con él en el ayuntamiento, el rabino pudo


palpar la tensión reinante mientras todos se disponían a escuchar las
respuestas a las ansiadas preguntas.

Pero el rabino no dijo nada, sino que se limitó a mirarles fijamente a los ojos, a
la vez que tarareaba insistentemente una melodía. Pronto empezó todo el
mundo a tararear. Entonces el rabino se puso a cantar, y todos le imitaron.
Luego comenzó a balancearse y a danzar con gestos solemnes y rítmicos, y
todos hicieron lo mismo. Al cabo de un rato estaban tan enfrascados en la
danza y tan absortos en sus movimientos que parecían no ver nada más…

Transcurrió casi una hora hasta que la danza, cada vez más lenta, cesó. Una
vez liberados de su tensión interior, todos se sentaron, disfrutando de la
silenciosa paz del recinto. Entonces pronunció el rabino las únicas palabras de
la noche:

…………“Espero haber respondido a vuestras


preguntas”…………………………..

Ese día, todos quedaron satisfechos de la sabiduría del rabino. Pero lo más
importante es que quedaron curados y restablecidos de la fragmentación
interior que separa de la Verdad.

Anthony de Mello.

Ideas relativas al cuerpo.


Las más claras han sido las siguientes:

o Algunas religiones han visto al cuerpo como la morada del pecado. Es el caso del
cristianismo a partir de la Edad Media.

o Históricamente la filosofía occidental ha propuesto un modelo dualista del ser


humano, en el que cuerpo y mente se entienden como entidades separadas. Sobre
todo a partir de Descartes, con su “pienso, luego existo”, se hace fuerte la convicción
de que la mente es la que nos hace humanos, mientras que el cuerpo es nuestra parte
inhumana o animal. Por tanto, priorizamos la mente sobre el cuerpo.

o A nivel social hemos creado una educación que enseña que los cuerpos deben taparse,
el contacto físico se limita a las relaciones íntimas, no es correcto estirarse, bostezar,
censura la expresión de ciertos sentimientos, las chicas deben tener una apariencia y
conducta, los chicos otra...
o El estrés de nuestra vida colapsa nuestro sistema nervioso, que lo interpreta como
agresión o amenaza y crea respuestas corporales para defenderse: exceso de
activación, insomnio, tensión nerviosa y muscular o compensaciones adictivas.

Qué hay más en nuestro tiempo ?


Hoy en día, hay un empeño serio por recuperar lo esencial de estas sabidurías milenarias, lo
que comprobamos en un gran interés aparentemente por lo "oriental". Sin embargo, debajo
de esta aparente moda, hay una intuición profunda: la necesidad de recuperar una visión más
sabia del mundo, de la vida y del ser humano, la búsqueda de respuestas a las grandes
preguntas que el pragmatismo occidental ha ignorado en los últimos siglos. En esta línea se
sitúa claramente el Mindfulness, que adapta y traduce a nuestro lenguaje y realidad
experiencias de indagación y evolución que han demostrado su validez durante miles de años.
La consciencia del cuerpo nos permite relacionarnos con nosotros mismos, con los otros y con
el entorno sin permanecer atrapados en nuestros patrones y hábitos mentales.

Nuestras respuestas reactivas son memoria psicofísica puesta en acción de forma inconsciente.
Si reconocemos la reacción corporal, acogiéndola y escuchándola tal y como es, estamos
estableciendo un canal de liberación de estos patrones. A partir de la consciencia de su
aspecto somático observamos su naturaleza cambiante. Nos damos cuenta de la contracción
que causan, podemos aflojarla y experimentar cómo pierden poder sobre nosotros. Podremos
sentir cómo la tensión que generan se va relajando en el mismo cuerpo.

Un estudio realizado por la Universidad de California llegó a la siguiente conclusión: las


personas que meditan logran una conexión mente-cuerpo mucho más intensa. Los múltiples
beneficios para la salud ligados a la meditación se vinculan con esta conexión entre cuerpo y
cuerpo.

Nuestro cuerpo-mente es un sistema continuo y no dos sistemas separados. Nuestras


emociones se reflejan en el cuerpo de forma clara: la ira se refleja a menudo en la mandíbula o
la tristeza en el pecho; nuestros pensamientos se traducen en una expresión peculiar de
nuestra cara o un leve gesto de la mano, en la postura corporal de hombros hundidos o en la
firmeza de nuestro paso.

Además, somos sistemas de energía: captamos y gastamos continuamente energía para vivir, y
este intercambio lo hacemos a través del cuerpo. Y puede ocurrir que en el camino de entrada
o de salida, parte de esta energía quede retenida o bloqueada en el cuerpo, en forma de nudos
de tensión, contracciones musculares, enfermedades o sufrimiento psicológico. Si prestamos a
nuestro cuerpo una atención lúcida y sostenida seremos capaces de descifrar su mensaje, de
desbloquear sus canales obstruidos, de incorporar nuevas memorias más lúcidas, más
coherentes, más libres.
Sólo si usted es capaz de ser consciente sin pensamiento, puede usar su mente
creativamente, y la forma más fácil de entrar en este estado es a través de su
cuerpo. Siempre que necesite una respuesta, una solución o una idea creativa,
deje de pensar por un momento enfocando su atención en su campo interior de
energía. Tome consciencia de la quietud. Podríamos decir: no piense sólo con
su cabeza, piense con todo su cuerpo. Al cuerpo le encanta la atención que
usted le presta.

Es también una potente forma de autocuración. La mayoría de las enfermedades


entran cuando usted no está presente en su cuerpo. Si el amo no está presente
en la casa, todo tipo de personajes sombríos se alojarán en ella. Cuando usted
habita su cuerpo será difícil que los huéspedes indeseados entren. No sólo su
sistema inmunológico se fortalece; su sistema inmunológico psíquico también
se refuerza enormemente. Este último lo protege a usted de los campos
negativos mentales y emocionales de los demás, que son muy contagiosos.

Habitar el cuerpo lo protege a usted, no por medio de un escudo, sino elevando


la
frecuencia vibratoria de todo su campo de energía, de modo que todo lo que
vibra a una frecuencia más baja como el miedo, la ira o la depresión, existe
ahora en un nivel de realidad virtualmente diferente.
Eckhart Tolle

El lenguaje del cuerpo


El cuerpo no conoce el lenguaje verbal: su información es motora y sensorial, más cerca de las
emociones que de los pensamientos. Cuando aprendemos a escucharle atentamente estamos
reaprendiendo a sentir, vivir,usar y habitar en armonía nuestro cuerpo: volvemos a casa, a
nuestra verdadera casa.

Cuando enfocamos nuestra atención en el cuerpo, aprendemos a reconocer y a explorar


cuatro sensaciones básicas, que constituyen su idioma primordial. A saber:

 Temperatura: sensaciones asociadas al paso del calor al frio y viceversa. Con la


práctica del mindfulness, unas personas sienten frio y otras calor e incluso bochorno.
En general durante la práctica la disminución del estrés mejora la conductividad del
cuerpo, y la temperatura tiende a unificarse y estabilizarse.

 Tensión: se refiere a las sensaciones de apretar y soltar, de tensión y relajación. Hay


procesos naturales que conllevan estas sensaciones, como por ejemplo la respiración o
el latido del corazón. Otras provienen de nudos emocionales que conviene escuchar,
atender y comprender.

 Movimiento: se refiere a la sensación de que algo se mueve en el cuerpo de un lado a


otro, de arriba a abajo, ... El cuerpo se mueve y esto es muy evidente en la respiración
y en los latidos del corazón, por ejemplo.

 Contacto: se refiere a la sensación de tocarse de una parte del cuerpo a otra, o con
algún objeto.., e incluso cuando tocamos a otra persona o viceversa.

Una chispa en el corazón


Cuando toco desde la ternura y el amor de corazón abierto transmito la caricia de un
alma hacia otra ... Es un instante de nada y, sin embargo, el sentimiento que se
produce es grandioso y radiante... Una comunión inflamada y sin palabras que deja
una huella (memoria) de gozo y satisfacción profunda.
Ánimo al lector a practicar el ejercicio sagrado de tocar con el corazón ... y observar
con atención plena la magia de vivir desde el amor en un corazón abierto y expandido.

La sabiduría del cuerpo


El cuerpo siempre se encuentra en el momento presente. Y sólo en ese "ahora" o instante
presente experimentamos la íntima relación entre cuerpo, emociones y mente.

Nuestros sentidos corporales permiten que percibamos la realidad en la forma de sonidos,


tacto, gusto, imágenes y olores. Y asociadas a estas percepciones tenemos unas sensaciones y
emociones antes las cuales podemos dar una respuesta o reacción determinada. Este paquete
de percepciones, emociones y reacción es almacenada como una memoria en nuestro cuerpo.
Esta memoria de los sentidos perdura hasta nuestra muerte guardando una información que
nos va haciendo tal y como somos.

Esta memoria corporal es muy importante ya que maneja nuestras impresiones, nuestros
actos y decisiones cotidianas. Lo inquietante es que no siempre somos conscientes de ello, ya
que podemos haber olvidado la percepción inicial. (Por ejemplo, puede ser que alguien
rechaze o tenga desafección a personas muy morenas, porque cuando era niño vivió una
situación estresante con otro niño cuyo color de piel era de un moreno intenso).

Según esto, el cuidado y la atención a nuestros sentidos es una posibilidad de mejorar nuestras
vida, de "darse cuenta" de los vínculos emocionales asociados a ellos, y entender nuestras
reacciones inexplicables, y de incorporar nuevas memorias asociadas a estados de felicidad y
plenitud.

Zonas exiliadas
Estas zonas son aquellas ligadas a energías emocionales de dolor o sufrimiento. Suelen sentirse
como zonas "en blanco o ausentes", que no sentimos.
Estas áreas se pueden clasificar en:

1. Zonas bloqueadas: partes del cuerpo que parece ocultarse a la conciencia, es decir,
parecen no querer ser vistas ni sentidas. Frecuentemente están ligadas a "algo que
pasó" que dejó una huella dolorosa en esa zona.

2. Zonas lesionadas: áreas del cuerpo donde hubo un trauma del algún tipo, como una
lesión, una operación, un abuso, .. Puede ser que sea doloroso contemplarlas con
nuestra atención. Con una actitud amorosa y de aceptación, la energía bloqueada en
ellas comenzará a liberarse e integrarse.

El reflejo de las emociones


Se podría decir (a modo de analogía) que "el papel es a la fotografía" como "el cuerpo es a las
emociones". Dicho de otra manera, el cuerpo, nuestro cuerpo, es donde se positivizan las
emociones, donde toman forma, expresión y color. Y este es uno de los motivos por el cual es
tan importante la atención al cuerpo, porque nos da las señales de que algo está pasando .... El
cuerpo es nuestro mensajero fiel y verdadero; él (al contrario que nuestra mente) nunca nos
va a engañar ... Por tanto conviene escucharle, tomar de buen grado la consciencia que nos
trae y actuar con una respuesta adecuada. Y por supuesto no olvidarse de darle las gracias una
vez recibido el mensaje. A todos nos gusta que nos dén las gracias. A él ... también.

La ansiedad y la preocupación tienden a tensionar ciertas partes del rostro, abdomen e ingles,
a sentirse como inquietud en manos y pies, y en forma de una calidad energética volátil o
turbulenta. La ira se suele percibir como una energía fogosa que intenta eliminar algo, y se
refleja en la tendencia a apretar manos, mandíbulas y ojos. La tristeza se puede percibir como
una pesadez en los hombros, tensión en la nuca y opresión en el pecho, con una calidad
energética apagada, incluso densa. El miedo toma la forma de un vacío en el estómago y
aparece asociado a una calidad energética de frío.

La depresión, que frecuentemente es una acumulación intensa de frustración, tristeza o ira


reprimidas, puede experimentarse como un remolino lento, pesado y frio que nos arrastra a
un pozo negro, y puede venir acompañado de sensaciones de ansiedad y temor. La avidez o el
deseo intenso de poseer algo se puede sentir como energía intranquila, incapaz de posarse
sobre el momento presente, como un viento inquieto e insistente que nos impide sentir la
continua transformación de cada instante.

Emociones como la gratitud, la inspiración, el gozo, el amor y el aprecio, pueden ser brillantes
e incluso radiantes. Es común que se experimenten como el elemento espacio, abierto, infinito
e impregnado de luminosidad que irradia como vibración sutil y de una temperatura más bien
neutral o ligeramente cálida y amable.

Mens sana in corpore sano


Mente sana en cuerpo sano: uno enferma si se descuida el otro. Los antiguos ya lo sabían, y en
las culturas más avanzadas e influyentes era una consigna indiscutible. Estamos volviendo
poco a poco a comprender esta verdad y parece que cada vez somos más los que estamos
convencidos que una vida satisfactoria pasa por la integración y el cuidado de ambos.

Más allá de modas, el ejercicio físico ha entrado a formar parte de nuestra vida como aliado no
solo para una buena salud, sino también para nuestro equilibrio emocional. Hemos
descubierto que correr, ir al gimnasio o practicar spinning es una buena estrategia contra el
estrés. Quizás lo único que ahora nos falta incorporar es que ese ejercicio lo realicemos de
forma cada vez más consciente. Porque se puede estar haciendo footing en el parque de al
lado de casa y que nuestra mente se encuentre divagando perdida muy lejos de allí… La
expresión corporal, el teatro activo, el baile o la danza son también expresiones creativas de
esta interacción mente-cuerpo.
Otro aspecto de sumo interés es aprender a comer de forma consciente. Se trata de combinar
correctamente los alimentos para conseguir una digestión óptima, una evacuación eficaz y una
desintoxicación continua. Pasa por conocer las propiedades de los alimentos e incorporar
hábitos alimentarios sanos sencillos y prácticos. No hay que olvidar que somos lo que
comemos. La comida ejerce una gran influencia en la mente, obsérvalo en tu vida diaria. Tras
una indigesta, suntuosa y pesada comida resulta muy difícil controlar la mente: ésta corre,
vagabundea y salta como un mono todo el tiempo. El tipo de alimentos que ingerimos y las
bebidas con las que nos hidratamos influyen en nuestro nivel de conciencia. Es necesaria una
dieta equilibrada que nos ayude a crecer y a mantener la eficiencia, la resistencia y un alto
nivel de empuje y vigor. Es importante salir de nuestra ignorancia
alimenticia y re-educarnos también en este aspecto.

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