ONDA fue una empresa que tuvo literalmente “de todo” en su inventario de
vehículos, desde poderosos ómnibus GMC, hasta pequeños mini vehículos para
transporte de encomiendas, e incluso, hasta una respetable flota de bicicletas.
Persiguiendo la idea de justamente, mostrar esa parte poco conocida de ONDA, en esta
nota y en las siguientes, se pretende hablar de vehículos que no tuvieron tanta
trascendencia en ONDA pero que también formaron parte importante de su parque
automotor.
Coche Nº1273 de AMDET en su estado original, recién llegado a Montevideo. Este coche no fue jamás
de ONDA, la imagen es simplemente a modo de mostrar tal cual eran los Thames de origen
(Autoría Desconocida)
Podría sonar raro decir que en ONDA, existieron microbuses Ford Thames, pero
la realidad es esa, fueron muy pocos, y su actividad en la empresa fue muy fugas, pero
es interesante que estos autobuses miniatura, que supieron imponer respeto gracias a su
robustez y durabilidad, trabajando durante largos años en varias partes del Uruguay,
también fueron utilizados por ONDA.
Microbuses en Montevideo:
Durante la década de los años 50, en pleno auge nuevas tecnologías que
buscaban desaparecer a los antiguos medios de transporte existentes, la empresa
municipal de transporte, conocida como A.M.D.E.T. implementó un plan que buscaba
sustituir por completo a los tranvías eléctricos, mediante la implementación de líneas
troncales que pasaron a ser operadas por Trolebuses.
Por otra parte, a los efectos de cumplir las líneas locales que sustituyeron y
ampliaron la antigua red tranviaria, y con el fin de complementar las funciones ofrecidas
por los trolebuses, mediante combinaciones, se pensó en la posibilidad de adquirir
vehículos pequeños que llenaran estos huecos dejados por los tranvías que ya habían
desaparecido casi por completo.
Sin embargo, este auge fue solo al comienzo, en los primeros años de vida de
AMDET, ya que una pésima administración pública, causó que en pocos años que la
que fue una flota de vehículos envidiable como eran los ómnibus y minibuses que tenía
AMDET, compuesta por lo mejor de la industria automotriz de la época donde se
destacaban vehículos General Motors, Mack, Leyland, Alfa Romeo, BUT y por
supuesto estos Thames, comenzaran a ir siendo radiados de servicio, por fallas
mecánicas, malos tratos, y un gran número de problemas que venían de la mano de la
inexistente política de la empresa de realizar un uso sustentable de sus unidades.
Única imagen conocida de un Thames en ONDA, este coche era el Nº8 de ONDA, luego reenumerado
como Nº88 (Ex AMDET Nº1274) (Fotografía de Mario Pienovi)
Así, todas esas formidables unidades tan modernas, fueron de forma rápida
desapareciendo de las calles montevideanas, en la mayoría de los casos luego de a ver
vivido una existencia efímera en servicio, pero así se hacían las cosas en AMDET; lo
que se rompía, iba a parar al depósito de chatarras, y a servir de repuesto para las
unidades que seguían andando.
Si bien no viene al caso ahora, es interesante ver como este tipo de actos
impunes y totalmente desmedidos de radiar y saquear a unidades modernas, buscando
mantener a otras en servicio, fue desde siempre una política aplicada a empresas tanto
de autobuses en Uruguay, como así también de otras índoles como ser el caso de AFE, a
esta política, se la llama comúnmente “canibalismo” y el resultado es que el material
que se deja fuera de servicio, queda condenado a no regresar jamás a circular, por el alto
grado de deterioro y desmantelamiento que termina sufriendo con el pasar del tiempo.
A fines de los años 60, el parque de Ford Thames en servicio era paupérrimo, de
un total de 50 que fueron adquiridos, con suerte se podía decir que 30 aun operaban;
puede parecer una cifra alta en comparación, pero si se lo ve desde el punto de vista que
solo tenían en promedio unos 13 o 14 años de servicio, y tomando en cuenta que eran
unidades de primera calidad, pensar que su existencia estaba siendo un declive
acelerado era difícil de creer.
Este coche de la imagen, era el ex ONDA Nº88 (antes 8) que luego fue a COTSUR, aquí ya se lo ve en
la cuarta empresa a la cual perteneció, conocida como Corotur. Se nota ampliamente su modificación.
(Fotografía tomada en octubre de 1992 por Mario Pienovi)
3 Ingleses en el Galgo:
Para abril de1974 y con AMDET a solo dos años de cerrar para siempre a causa
de su pésima gestión, la misma organiza un remate de bienes en desuso, y es aquí,
donde ONDA compra 3 microbuses Ford Thames “Harrington” para fines propios.
Estos coches en AMDET habían estado numerados como Nº1274, 1290 y 1307, no se
sabe si estaban en condiciones de marcha al ser comprados por ONDA, pero lo que sí se
sabe es que en caso de estar muertos, habían llegado a las manos de dios.
Era evidente que ONDA, en aquellos años contaba con el poderío tanto
económico, como técnico que le permitía a la empresa del Galgo, hacer absolutamente
cualquier cosa que se le ocurriera, y en el caso de estos 3 vehículos, ONDA se dio el
lujo de reconstruirlos uno por uno, y modernizarlos transformándolos en 3 formidables
vehículos carreteros.
Los tres Thames recibieron asientos similares a los coches General Motors con
los que contaba ONDA; el techo de la carrocería fue elevado, las ventanillas originales
fueron sustituidas por otras mucho más modernas, mientras que las 3 lunetas traseras
fueron eliminadas y colocada en su lugar una luneta única. Por otra parte, el frente
también sufrió cambios especialmente en los focos delanteros, al ser sustituidas las
ópticas originales por dos focos paralelos, colocados en par, uno a cada lado del capot
del motor. También recibieron paragolpes cromados, tazas mejoradas, y varios detalles
estéticos más, como la librea de ONDA, el logo del Galgo, y demás.
Aquí se ve nuevamente al ex ONDA Nº88 ahora ya más modificado y en una nueva empresa, la
imagen fue tomada el día 12 de septiembre de 1996 (Fotografía de Alberto Kaselis)
La era Posterior a ONDA:
A pesar de que el trabajo que se les había aplicado a los tres mini ómnibus por
parte de ONDA, era excelente y habían quedado muy bien, además de ser de por si
vehículos interminables, ONDA no los tuvo muchos años en su poder.
Una leyenda de las carreteras y caminos, tal vez su estado no es el mejor, pero se nota aun el esquema
de ONDA. Se trata del coche ex ONDA Nº90 (Ex AMDET Nº1290) que cumplió desde que se fue de
ONDA en adelante, servicios en la localidad de Blanquillo y adyacencias. Esta imagen está tomada en
2012, en el pueblo La Paloma, departamento de Durazno. (Fotografía de Fabián Iglesias)
Resumen Final:
Es evidente que su participación en ONDA no fue algo soberbio, pero como la
idea es dar lugar a todo medio de transporte, y no solo a los poderosos, General Motors
que todos conocemos, en esta ocasión, fueron los Ford Thames, los que quisieron contar
su historia.
Otros datos que podemos aportar sobre ellos son estos sobre sus matrículas y
padrones:
Coche Nº88. ex ONDA 08, fue a COTSUR. Matricula 244578, B1-6597 Padrón
153433/6597
Coche Nº89. ex ONDA 09, vendido en junio de 1983.Matricula 228647, 128784 Padrón
154591
Coche Nº90. ex amdet 1290, fue a Blanquillo. Matricula 228648, 128783 Padrón
154587.
Parte posterior del coche ex ONDA Nº90 (Ex AMDET Nº1290) (Fotografía de Fabián Iglesias)
Ex Buses Uruguayos, rumbo a nuevas Patrias.
Que lleguen constantemente ómnibus nuevos a Uruguay, no es ninguna novedad ya que
para importar autobuses, la ley solo permite que sean comprados nuevos, salvo honrosas
excepciones, pero… que Uruguay exporte autobuses usados a otros países… si que es
novedad.
No es la primera vez que esto ocurre, de hecho, es un asunto que viene ocurriendo desde
hace tiempo, y es que, al parecer Paraguay es un buen destino para todo tipo de material
de segunda mano, como ser camiones que llegan desde Europa, y muchos pasan por
Uruguay estando unas horas en el Puerto de Montevideo, y ahora también ómnibus de
segunda mano.
Hace unos años atrás, se había especulado con la posibilidad de que algunos ómnibus
Volvo B58e con carrocería CAIO, fueran a parar a Paraguay al ser retirados del servicio
por parte de CUTCSA en Montevideo, pero dichas especulaciones pasaron simplemente
como eso, y ningún ómnibus VOLVO salió del país con intenciones de no regresar, al
menos, no oficialmente…
En 2006 se
comenzaron a ver por
estas latitudes, los
primeros ómnibus de
origen Chino,
construidos por la
gigante del rubro, la
firma YUTONG, y si
bien parecía al
comienzo que
simplemente serian
algunos pocos coches
a prueba y nada más,
lo cierto es que poco a
poco esta empresa
junto a otras de igual
origen que luego se sumaron, comenzaron a ganar terreno en suelo Uruguayo,
presentando una dura competencia por costos sensiblemente menores, contra los
ómnibus de origen brasilero.
Sin duda que los autobuses chinos llamaban la atención en Uruguay, logrando marcar la
diferencia con sus líneas ultra modernas, luces de led, pantallas en los tableros, cámaras
en el salón e interiores fascinantes… CUTCSA adquirió algunos pocos para uso urbano,
y COPSA, trajo una buena suma de ellos, la mayoría para uso suburbano y algunos
pocos para larga distancia, disponibles únicamente para su Línea al Este. Pero, la
opinión general respecto a ellos no fue para nada positiva. Los usuarios se quejaban de
que sus asientos eran demasiado chicos, como para personas de menor complexión
física, entre otras quejas. Es de destacar que muchos usuarios no son para nada
cuidadosos tampoco con las unidades de transporte y estos coches con bonitos tapizados
de cuerina, comenzaron rápidamente a ser bandalizados, denotando que más allá de los
destrozos causados adrede, la calidad de los materiales es muy inferior a los coches
brasileros.
En esta última imagen, se aprecia al coche ya en el barco, mientras un camión usado se sube también
rumbo al Paraguay…
Agradecemos profundamente al señor Sebastián Larraz por su vital aporte para esta
nota.
Coche Nº803 de
CUTCSA
Introducción:
Estamos tal vez muy mal acostumbrados, a ver como en Uruguay, la historia y el
patrimonio, en la mayoría de los casos, se abandonada, saquea y destruye, ante la
mirada pasiva de la sociedad en su conjunto, pero de la misma manera que para la
mayoría de la gente, un “ómnibus viejo” o un auto de hace años, son considerados como
chatarra sin valor, para pequeños grupos de personas, estas “chatarras” valen mucho
más que su peso en metal, y con un pensamiento totalmente distinto, al ver atrocidades
que atentan contra nuestra historia como país, lo que sienten es lastima y no indiferencia
por algo con muchos años arriba.
Imágenes del momento en el que son descargados en el puerto de Montevideo, algunos de los nuevos
coches MCW para CUTCSA, el día 6 de abril de 1962 (Archivo Ítalo Sorrenti)
Que algo sea viejo, no significa que haya que menospreciarlo, y más, cuando
muchas veces ese “vejestorio”, muchas veces arrumbado en un campo, totalmente
desprovisto de sus cualidades, detalles y emblemas, en alguna que otra ocasión, tal vez
nos salvó de un chaparrón, o nos llevó de regreso a nuestras casas, para seguir
trabajando hasta altísimas horas procurando brindar un buen servicio a la población.
Son esos casos de unidades del transporte metropolitano, unas entre tantas otras,
que tuvieron sus épocas de gloria, pero con el pasar de los años, la llegada de nuevas
unidades más modernas, los fue relegando a los bastiones más olvidados del transporte
quitándole importancia… y llegando a una jubilación paupérrima donde para muchos,
dejar de ver esas “porquerías” por las calles es sinónimo de avances, sin darse cuenta
muchas veces que la refinación y calidad de esa unidad que es desechada, y en la
mayoría de los casos, abandonada o en ocasiones desguazada, responde a épocas donde
las cosas, se hacían de una calidad tal, que mientras se les siguiera echando
combustible, iban a seguir andando.
Inclinados hacia un costado, crujiéndole su añeja carrocería, costándole subir los
repechos, mientras eran superados a toda velocidad por unidades más nuevas… pero
demostrando la grandeza de algo construido con un sello de calidad indiscutible, que era
sinónimo de inmortalidad…, “Made In England”
En sus primeros años de servicio, el 803 deambula por la Avenida 18 de Julio, trabajando para la línea
114 (Archivo Grupo ACLO)
Eran otras épocas, donde las cosas no se las construida pensando en ellas con
una fecha de vencimiento, hoy día vehículos con cajas automáticas, suspensiones
neumáticas, pisos bajos, aire acondicionado y calefacción, presentan amplísimas
novedades en cuanto a tecnología, pero fallan en algo que coches mucho más antiguos
eran insuperable, la comodidad de aquellos hermosos asientos mullidos, y la seguridad
de que no importaba que ocurriera, eran coches hechos para durar hasta que se decidiera
cambiar por algo más moderno… no porque el coche sufriera algún desperfecto que
requería ser cambiado obligadamente… por otro vehículo.
Una característica por décadas de la ciudad de Montevideo, fue el inconfundible
ruido de los coches con motores Leyland, donde, se destacaba el famoso tacatacataca de
los contrapesos en la bomba de inyección de combustible; el ultimo Leyland que trabajó
para servicios de pasajeros, fue el 674, un coche que si bien su mecánica era Leyand, su
carrocería era industria nacional, y se despidió del sistema de transporte en 2008,
dándole fin a una era de la Historia del Transporte Uruguayo, una era aún hoy muy
recordada.
Tal vez se hayan marchado de las calles Montevideanas, pero a pesar de ello aún
es posible en ocasiones, escuchar nuevamente a modo de nostalgia, aquel inconfundible
sonido de los coches Leyland… porque algunos cuantos de ellos, encontraron nuevos
oficios como coches de feriantes, pero cambiando sus pasajeros, por quesos, pescado o
la más variada diversidad de productos; y en estos casos, los coches están tan
modificados que solo conservan de característico, su inconfundible motor inglés, pero
para los que nos gustan estas cosas no podemos evitar que nos conmueva y mucho
escuchar nuevamente aquel emblemático sonido.
El panorama podría parecer desolador desde el punto de vista patrimonial e
histórico, pero afortunadamente, hay veces que cuando todo parece perdido, aparece en
el horizonte una última esperanza, la cual en la mayoría de los casos, viene cargando
sobre si, una historia insólita y que pareciera salida de una película donde, en base a
muchos esfuerzos y sacrificios y por simple amor por lo histórico, unos pocos logran un
milagro, y es en estos casos, donde el cariño demostrado por una causa, puede más que
cualquier realidad, puede directamente, empujar hacia el lado contrario a la temida
piqueta falta del progreso.
La historia que viene a continuación no está llena de grandes propagandas, ni
heroicas gestas a nivel de poderosas empresas o instituciones gubernamentales, sino que
por el contrario, es una historia que como tantas, pasa desapercibida en los medios de
comunicación, solo conocida por quienes están muy metidos en el tema del transporte.
Es una historia humilde donde se relata las peripecias que muchas veces hay que
atravesar cuando se busca simplemente no perder algo que con mucho sacrificio, podría
ser salvado… es la historia de un sueño, de una utopía, de un coche como tantos, que
luego de una larga vida de servicios, se encontró no con el soplete sino justamente, con
la excepción a la regla…
Aquí se lo ve por Agraciada, llegando al Paso Molino y realizando la línea Nº125 a Plaza Lafone.
(Fotografía de Alberto Kaselis)
El Imperio Ingles:
Finales de la década del 50, prácticamente, desde 1958 en adelante no se habían
incorporado nuevos coches a CUTCSA la cual en esa época, ya tenía una flota
compuesta por 695 coches. Por aquellos años, la gente solía viajar “colgada” de las
plataformas de los ómnibus, y en los casos de coches cerrados, los pasajeros iban
agolpados en el interior o incluso colgados de las puertas que viajaban abiertas, práctica
luego prohibida por la Intendencia Municipal de Montevideo por horrendos hechos
ocurridos por accidentes.
En aquella época, el sistema de transporte metropolitano, compuesto únicamente
por la empresa privada CUTCSA y por la empresa Municipal AMDET, sumaba en total
unos 1284 coches, entre ómnibus y trolebuses, a pesar de que muchos no se encontraban
en servicio; el problema radicaba en que la ciudad había crecido, y la gente viajaba más
que antes, y a pocos años de la erradicación de los últimos tranvías eléctricos, los
ómnibus no daban abasto para poder cubrir la demanda.
Descansando el 803, esperando entre turno y turno en una de sus terminales, llegando al final de su
vida en servicio. (Fotografía de Alberto Kaselis)
El año 1961 marcó un hito histórico en la venta de boletos, pero el numero luego
decrecería por la popularidad del transporte automotor, tanto de autos como de
motocicletas; por lo cual esto, sumado al cambio de gobierno de otro partido, llevó a
que la Intendencia de Montevideo, concediera nuevos permisos para que tanto AMDET
como CUTCSA, ampliaran su flota a modo de solventar la demanda. Así, varias de las
líneas existentes fueron reforzadas con más ómnibus operando, también al llegar nuevos
ómnibus, se iba actualizando la flota, eliminando del servicio a los más viejos; entre
1962 y 1963 se produjo en consecuencia, la mayor renovación y ampliación de flota de
toda la historia de Montevideo, comparable únicamente con la renovación de 1993 y
1994.
Desde fines de 1961, CUTCSA había comenzado a incorporar nuevos coches, ya
que le habían sido otorgados 132 permisos; si bien adquirió muchos chasis Leyland para
carrozarlos en Uruguay, en 1963 hace la compra de 41 coches ingleses totalmente
construidos en origen, eran de carrocería auto portante (no tenían chasis) con mecánica
Leyland Olympic y carrocería MCW Modelo EL44.3, estaban equipados con un motor
Leyland Diesel modelo E.0680 de 6 cilindros en línea y 150 Hp a 2000 RPM, contaban
a su vez con 41 asientos y puerta trasera doble, a diferencia de coches similares llegados
en 1962, que correspondían al modelo anterior el EL44.2,
Ya con el ultimo esquema que lució para CUTCSA, aquí se lo ve en el galpón de La Teja, junto al Ex
184 de CUTCSA, y hermano del, en el mismo lugar donde pasarían casi 20 años guardados, junto a
otros coches. (Fotografía de Alberto Beer)
La Carrocería MCW, hacía referencia con sus siglas, a su fabricante, nada menos
que la gigantesca y legendaria fabrica inglesa, Metropolitan Cammell Weymann Co.,
que era en el pasado la empresa conocida como Metropolitan Railway Carriage and
Wagon Company Ltd, fundada en 1863 en Londres. Esta empresa en Uruguay tenia
amplia trayectoria, ya que muchos ómnibus que llegaban de Inglaterra armados en
origen, traían carrocerías construidas por MCW, pero la vinculación de la fábrica con
Uruguay venía desde muchísimo antes de que existieran siquiera ómnibus Ingleses en
Montevideo; y era a causa de las adquisiciones que la empresa del Ferrocarril Central
del Uruguay, había realizado en 1909 a dicha fabrica cuando aún no había ingresado
también a la industria automovilística y solo se limitaba al área ferroviaria.
A modo de aumentar la flota y seguís sustituyendo coches más antiguos, al poco
tiempo de la llegada de los 41 coches EL44.3, fueron adquiridos 42 coches más del
mismo modelo, los que eran casi idénticos, pero ya presentaban pequeñas diferencias
con los 41 anteriores, como que los focos frontales estaban un poco más altos, y los
marcos de las ventanas eran diferentes, quedando entonces una flota de 82 coches
Leyland –MCW EL44.3 en CUTCSA, hasta ese entonces, el número más alto de
vehículos iguales en la flota de CUTCSA.
El coche del cual trata esta historia, fue numerado como Nº803, en sus primeros
tiempos en servicio, trabajó para la Línea A de CUTCSA, sirviendo a la líneas del 100
al 115; años luego, al inaugurarse la línea 195 (Playa del Buceo – Cerro), el 803 dejó
para siempre la Línea A. Al pasar la línea 195 a integrarse en la Línea D (Recorridos
124 a 137) el 803 pasó a ser exclusivo de la flota de la Línea D donde pasaría todo el
resto de su vida comercial. Ya formando parte de la flota de la Línea D, trabajó en todas
sus líneas numéricas, pero sobretodo su área de trabajo más habitual, fue cubrir las
líneas 125 y 195. Sus áreas de servicio más influyentes fueron entonces el área del
Cerro de Montevideo y cercanías, La Paz, Las Piedras e incluso Playa Pascual etc.
El momento en el cual regresó a CUTCSA haya por el año 2000, cuando se lo intentó volver a utilizar
como coche micrero, pero sin mucha suerte… (Fotografía de Alejandro Silva)
DATOS TECNICOS:
Generalidades:
Fabricante de la Mecánica: Leyland Motors Corporation LTD. England.
Fabricante de la Carrocería: Metropolitan Cammell Weymann Co.,
Modelo: Olympic EL44.3
Año de fabricación: 1962.
Asientos: 40
Planta Motriz:
Motor: Leyland E.0680.
Tipo: Diésel Horizontal.
Potencia: 150 Hp.
Cantidad de Cilindros: 6 lineales tipo boxer.
Diámetro de Cilindros: 127 mm.
Carrera de Pistón: 146 mm.
Cilindrada: 11,1 litros
Potencia al freno: 150 C.V. a 2.000 r.p.m.
Par motor máximo: 62,1 kg/m. a 1.l00 r.p.m.
Capacidad de Aceite en Carter: 18 litros aprox.
Capacidad total de agua para refrigeración: 60,7 litros, aprox.
Caja de Velocidades:
Tipo: Caja de Cambios Neumo-cíclica
Acoplamiento Hidráulico: 457,2 mm. De diámetro.
Capacidad para Aceite: 14,7 litros.
Caja de Engranajes Epi- Cuatro velocidades hacia adelante y una hacia atrás.
Cíclicos:
Relaciones Directa: 1 a 1
Tercera: 1,95 a 1
Segunda: 2,43 a 1
Primera: 4,28 a 1
Marcha Atrás: 5,97 a 1
Capacidad para aceite: 6,8 Litros.
Tren Rodante:
Puente Trasero: Tipo enteramente flotante con transmisión por tornillo sin fin
suspendido; entre centros: 228,6 mm. El diferencial descansa sobre cojinetes de rodillos
cónicos.
Relaciones: 4,8, 5,4, 6,25 a 1.
Capacidad para aceite: 9 litros.
Eje Delantero: Viga de sección en “I”; gorrones en manguitos de metal de cañón con
empuje absorbido por botones de tope; bujes con cojinetes de rodillos cónicos.
Ruedas: Delanteras y traseras: 186 mm. de ancho x 508 mm. de diám., y con 159 mm
de salida, del tipo de tres piezas.
Padrón: 188952
A lo largo de sus años en servicio, el 803 como sus hermanos, sufrió varios
cambios en su fisionomía tanto externa como interna; uno de los cambios más
significativos fue la remoción del asiento del guarda, de su lugar original. En un primer
momento este asiento se encontraba al lado de la puerta de ascenso, pero fue corrido
unos asientos más atrás quedando alejado de la puerta unos tres metros. También se
modificó en la parte de atrás el asiento de los "bobos", originalmente luego de la
plataforma venia un asiento común doble mirando hacia adelante y luego el de los
bobos, por alguna razón se lo cambio y se puso el de los bobos enseguida de la puerta.
Al pasar los años, y cuando los repuestos Leyland Originales comenzaron a
escasear en CUTCSA, sumando a que era más fácil mantener una flota de ómnibus que
tuviera componentes en común, tanto el 803 como varios otros coches, fueron
recibiendo artefactos mucho más modernos de lo que eran ellos, así, el 803 vio
sustituidas sus clásicas luces de posición traseras, por dos ópticas rectangulares
modernas que habían sido diseñadas a modo estándar, para la flota de coches Banda
Oriental que producía la propia CUTCSA desde 1974.
No fue lo único que adoptó de coches Banda Oriental el Nº803, el revestimiento
interior fue cambiado por revestimiento de Banda Oriental, como así también, los pasa
ruedas y los escalones inferiores que comenzaron a lucir irónicamente el famoso
emblema forjado en hierro fundido que decía “Carrocerías CUTCSA, Industria
Uruguaya”, algo totalmente infame para un coche que de por sí, era ingles hasta la
medula, pero esto en parte hacia que se pudieran mantener coches ya antiguos,
utilizando partes más modernas.
.
Al ser vendidos, el 184 adelante, y el 803 detrás, se preparan para el que suponía seria su último
viaje… de Montevideo a Minas. Pero, el destino tenia para el 803 otros planes… y como se ve aquí…
el 803 mira hacia atrás, como queriéndose quedar. (Fotografía de Alejandro Silva)
Juntos ambos hermanos, en Minas, si se aprecia claramente, se pueden notar las diferencias menores
entre uno y otro, ya que correspondían a distintas partidas. (Fotografía de Ítalo Sorrenti)
Este nuevo plan logró que se realizara una de forma abrupta una renovación
general de la flota de ómnibus, con unos 1200 coches adquiridos por el sistema de
leasing, todos de procedencia brasilera por su costo y calidad, y si bien la empresa que
fabricó la mayoría de ellos fue la carrocera brasilera CAIO, como era ya cosa común en
CUTCSA, si bien fue ella la principal compradora de coches CAIO, prefirió no unificar
su flota de golpe, y elegir también a fabricantes alternativos.
Sobre su parachoques, el 803 sostiene a una réplica exacta de sí mismo, construida específicamente
para la ocasión sino la misma casi 100 veces más pequeña que él. (Fotografía de Ítalo Sorrenti)
El Galpón:
En general, cuando un ómnibus deja de prestar servicios, al ser sustituido por un
coche más moderno, las opciones del coche más antiguo no son muchas; generalmente,
son vendidos a empresas del interior del país a donde siguen en los mejores casos,
prestando servicio algunos años más, o quedan en Montevideo y son vendidos para ser
utilizados con otros fines, como “Coches Feriantes” y demás, pero en muchos casos, el
final para determinados coches termina siendo simplemente, el desguace, para usar sus
piezas en otras unidades, o simplemente, vender el material resultante del desarme, a
precio de chatarra.
En el caso del coche de esta historia, la excepción de la regla fue la que
intervino, y el Ex 803 de CUTCSA, no terminó en ninguna de las opciones anteriores,
sino, que su dueño, el Sr. Américo Varela decidió conservarlo, junto a otros ómnibus
más de su propiedad, y refugiar a todos estos coches, en el interior de un galpón,
ubicado en la calle Carlos de la Vega y Carlos María Ramírez, en el Barrio de La Teja
en Montevideo.
Aquí, el 803 posa orgulloso junto a sus nuevos propietarios, la gente de Grupo ACLO, quienes se
encargarían de restaurarlo y preservarlo como coche histórico. (Archivo Grupo ACLO)
El 803 no estaba solo dentro de dicho galpón, sino que era acompañado nada
menos que por uno de sus hermanos, el coche Ex Nº184 de CUTCSA, que si bien era
“hermano” del 803, respondía a la otra partida de estos coches MCW EL44.3, por lo
cual, a simple vista se notaban pequeñas diferencias en sus frentes; junto a ellos,
descansaba también un largo sueño, el coche Ex Nº172 de CUTCSA, un formidable
Banda Oriental 80, carrozado por CUTCSA, sobre un ACLO “Ranger”, estando en el
lugar además los restos de otro coche, de identificación desconocida.
Estos otros 2 coches que le hacían compañía al 803, corrieron la misma suerte,
fueron sustituidos ese mismo año por coches Mercedes Benz 0-371 y como todos
pertenecían al señor Américo Varela, terminaron sus días de igual forma. Tanto el 803 y
el 172, se encontraban en muy buenas condiciones, no así el 184, pero al menos, en su
letargo que les esperaba, se mantendrían bajo techo y a muy buen resguardo; ¿razón
para guardarlos aquí? Simplemente un merecido agradecimiento a las maquinas que por
tantos años… le dieron un plato de comida en la mesa todos los días, a Don Américo
Varela y a su familia.
Con las últimas luces del día, el 803 trepa a la plataforma para emprender un nuevo viaje, con destino
a una nueva vida... (Archivo Grupo ACLO)
Los años pasaron, y en el año 2000 se dio un hecho insólito para el 803… fue
despertado de su sueño de casi 8 años… y se lo sacó del galpón; moviéndose por sus
propios medios, fue conducido al predio de CUTCSA de la calle Luis Alberto de
Herrera, frente a los galpones de la ex CORAUSA. La razón para despertar del largo
sueño al 803, fue que al parecer el Monobloque que lo sustituyó en el año 1994, había
sufrido un desperfecto y se encontraba fuera de servicio; se pretendió entonces preparar
al viejo 803 para que volviera al ruedo momentáneamente, pero ahora como coche
“Micro” o sea, sin guarda, siendo su conductor, chofer y guarda. Para esto, se lo pintó
con el esquema de CUTCSA que venía usándose desde la llegada de los coches CAIO
en los años 90, y le fue eliminado el asiento del guarda, pero el proyecto no prosperó al
rechazar CUTCSA al ex 803, volviendo el mismo a seguir con su sueño, en el interior
del galpón en La Teja.
Es aquí que es bueno destacar que el coche 803 tuvo 3 distintos esquemas de
pintura a lo largo de su vida, desde que llegó y hasta los primeros años de la década del
70, lució el clásico esquema gris y franja roja, luego se lo pinto con el esquema “Banda
Oriental” y finalmente cuando se lo quiso adaptar a micrero con el esquema que usaban
los ómnibus Volvo llegados en la década del 90.
Ansioso por volver a correr, sobre tierra firme nuevamente, el 803 se dirige la misma noche de su
regreso a un área cercana de Montevideo, a su nuevo hogar en Las Piedras. Aquí se lo ve tomando
una curva, su nueva vida acababa de comenzar. (Archivo Grupo ACLO)
El Rescate:
Los años siguieron pasando, y al fallecer don Américo Varela, sus familiares
decidiendo vender los 3 ómnibus que dormían en el galpón de La Teja, desde hacía 19
años. Los 3 coches fueron puestos a la venta en Mercado Libre a principios de 2013, y
todos ellos, fueron adquiridos por el Señor Javier Giménez de la ciudad de Minas, quien
se dedica a comprar coches para venderlos luego, transformados en casilla, desguazarlos
o venderlos como ómnibus, cualquier sea el caso, teniendo su cede en la ciudad de
Minas, departamento de Lavalleja.
Tal vez para la mayoría de la gente, sean nada más que cachilos viejos que no
tienen valor alguno, pero afortunadamente, en Uruguay se estila cada vez con más
fuerza, la cultura de la preservación de la historia del transporte de épocas pasadas, y el
hecho de que estos 3 coches fueran llevados a Minas posiblemente para terminar con su
existencia como “ómnibus” y ser transformados en casillas, un grupo de aficionados al
transporte clásico, decidió tomar cartas en el asunto.
Grupo ACLO, así se llaman; consiste en un grupo formado en 2006, de
aficionados al transporte de pasajeros en medios de transporte masivos, como ómnibus,
trolebuses etc, quienes recopilan archivos fotográficos de tamaños siderales, realizan
muestras histórico-culturales a modo de dar a conocer la historia del transporte pasado
del Uruguay, etc, pero hasta ahora, sus actividades no involucraban coches reales
preservados, por un tema de costos.
Comienzan los primeros viajes como coche histórico, a medida que se lo va reparando, pero también
necesita alimentarse, aquí, tomando combustible en la estación de servicio del parque en Las Piedras.
(Archivo Grupo ACLO)
Pero, en el caso de los dos coches Leyland… el valor era sensiblemente menor,
y además, eran ellos los más interesantes de poder rescatar al menos a uno, para que se
quedara en Montevideo… Su ahora dueño, el Sr. Javier Giménez daba la casualidad si
bien no era socio del Grupo ACLO, tenía mucha afinidad con dicho grupo, y al comprar
los ómnibus se vio obligado a llevárselos de Montevideo, hasta la ciudad de Minas,
donde tiene su empresa. Tal vez por presagio, el coche Nº803 fue arriba de la chata que
lo transportó a Minas; con su frente mirando hacia atrás en dirección a Montevideo.
Haciendo una colecta entre 5 socios de ACLO, se logró con mucho esfuerzo,
conseguir el dinero suficiente como para poder comprar a uno de los 3 coches, y el
elegido fue entonces el 803, que era de los dos Leyland, el que se encontraba en mejores
condiciones. También es interesante destacar que el Sr. Javier Giménez, rebajó el precio
del coche para poder facilitarle la compra a sus colegas de ACLO; a finales del 2013…
más precisamente en Noviembre de dicho año, el coche Ex Nº803 de CUTCSA, luego
de 31 años de servicio, de 19 años en un galpón, y con 50 años de historia sobre su
carrocería… cambió de dueño nuevamente, pero ahora, sus propietarios serian personas
aficionadas al tema transporte histórico, quienes pretendían darle la mejor vida posible,
restaurándolo a su estado original, como coche histórico.
Orgulloso de su nueva vida, el 803 posa imponente frente al Obelisco del Parque de Las Piedras, en
Canelones. (Fotografía de Ítalo)
Ya con más color en su rostro, luego de los primeros trabajos de mecánica y pintura, el 803 detenido
aquí el día que fue a buscar sus nuevos neumáticos. (Fotografía de Fabián Iglesias)
El interior del coche se conserva casi igual a como era de origen, uno de los aspectos más fuertes del
coche. (Fotografía de Fabián Iglesias)
Sin dudas, no pasa desapercibido en ningún lado, y se gana las miradas y bocinazos de varios,
especialmente de otros ómnibus más modernos, de CUTCSA. Aquí se lo ve luciéndose en la plaza de
La Paz. (Fotografía de Fabián Iglesias)
Afortunadamente, hace pocos años atrás en Uruguay, una ley muy acertada
exoneró del pago de patente a vehículos construidos de los años 70 para atrás; si bien
más que nada estaba pensada para automóviles, también se aplica a los ómnibus y en
casos como el coche Nº803, él se ve beneficiado con dicha ley, a pesar de que otros
gastos se mantienen, como el SOA que es el seguro obligatorio, y por supuesto, los
gastos de combustibles, lubricantes y reparaciones, como ser repuestos, cambios de
piezas en avanzado estado de desgaste etc.
Justamente, el Grupo ACLO no se quedó quieto en ese sentido y conociendo el
paño, de inmediato comenzaron las tratativas y contactos para poder realizar un chequeo
general del estado del coche, ya que para cualquier máquina, la detención longeva de su
mecánica le produce daños de importancia, por más noble que sea su manufactura. En
efecto, si bien el estado general del 803 era bastante mejor del que se podía pretender,
sus largos años en servicio, y el deterioro de estar casi dos décadas detenido, le había
acomplejado problemas de salud.
Gracias al apoyo de la empresa Co. del Este, la misma empresa que da refugio al
coche, se subió al 803 en una fosa elevada, para poder hacer una revisión de la mecánica
del vehículo, el estado general es más que aceptable, pero aun así, hubo que comenzar a
realizar reparaciones. Evidentemente el romper tema de importancia a repararle al coche
fue el sistema de frenos, se desarmó y reparó uno de los limpia parabrisas que no
funcionaba, dejándolo nuevamente operativo, la multiplicadora fue cambiada por otra
igual pero en buenas condiciones, le fueron quitados los señaleros de “Banda Oriental”
y reemplazados por señaleros antiguos, originales de ese modelo de coche, se le
cambiaron las luces traseras ya que no funcionaban, y se le realizó limpieza en general.
Parte del equipo de personas que se encargan de mantener y restaurar al coche Nº803, es raro que
estos vehículos caigan en manos de gente que son verdaderos puristas del tema, pero el 803 es
afortunado como ninguno. (Fotografía de Fabián Iglesias)
Por otra parte, Grupo ACLO adquirió de otro coche igual al 803, pero
abandonado en un chatarrero, las varillas que usaban estos coches rodeando por la parte
exterior, la sección donde se abrían las ventanas, evitando que los pasajeros sacaran sus
cabezas hacia afuera. En una época CUTCSA había modificado a algunos coches esto,
eliminando las varillas exteriores y sustituyéndolas por una barra interior; pero como la
idea es irlo llevando lo más posible a su estado original, Grupo ACLO pretende quitar la
barra interior y sustituirla por las exteriores originales, dejando el aspecto del vehículo
cada vez más completo a como fue en 1963.
Es muy destacable además, el “apodo” que le fue colocado al 803 por parte de
los socios de Grupo ACLO, tomando en cuenta que el coche sobrevivió gracias a su
antiguo dueño, quien lo guardó en el galpón, se decidió en homenaje a quien permitió
que esto estuviera pasando, que el coche 803 fuera llamado “Don Américo” en
homenaje a quien tanto cariño le brindó; esto se decidió en una reunión del grupo, en un
bar de la calle Sarandí, donde se comenzaron a diagramar los futuros proyectos para el
coche.
Vista del Puente Cuareim tomada desde el apostadero de barcos, en el área donde estaba ubicada la
estación Puerto Cuareim (Archivo Enrique Bianchi)
El Primer Ferrocarril a la Frontera:
El primer ferrocarril a la frontera del Brasil, fue el ferrocarril de Salto a Santa
Rosa del Cuareim. En la segunda mitad del siglo XIX, el ferrocarril era el único medio
que salvando el obstáculo de las cataratas del río Uruguay, podía restablecer la ruta
comercial interrumpida de los ricos productos de Río Grande y el Alto Uruguay, para
posibilitar a los mismos, llegar a puertos uruguayos.
Por aquellos tiempos, la Villa de Salto era una dinámica y progresiva población,
que gozaba de muy buen comercio, entre otras interesantes actividades como ser las
empresas navieras, los astilleros y mucho más, pero el escollo que representaba mover
los productos imposibilitaba un crecimiento mayor. Esa fue la razón para la cual, en
aquel entonces la Compañía Salteña de Navegación a Vapor puso sobre el tapete la
iniciativa de construir una línea de ferrocarril al Alto Uruguay.
Vista del Puente Cuareim tomada desde el centro de la estructura (Archivo Enrique Bianchi)
La idea perduró varios años, pero no era posible llevarla a cabo a causa de la
falta de recursos económicos, necesarios para concretar todo ello. No fue entonces hasta
la aparición en escena del ingeniero español Arturo de Marcoartú, quien traía consigo
un proyecto viable, que pudo ser posible divisarse en el horizonte una posible realidad
al proyecto.
Este señor, Marcoartú, era ingeniero civil, se había relacionado en Londres con
Francisco Xavier Brabo, su compatriota, hombre de larga existencia en el Río de la
Plata, y también antiguo secretario del general Rivera en la Guerra Grande, en apoyo al
Partido Colorado. Brabo fue alguien que vivió toda su vida, soñando con grandes
empresas en América, vivió en Uruguay en la década del 40 del SXIX, luego regresó a
España y se radicó ahí, prosiguiendo sus planes de invertir en la Cuenca del Plata.
Estando a fines de la década del 60, Brabo se asoció con Marcoartú y le dio a
este un poder para que se trasladara a la Cuenca del Plata para explotar la navegación y
el comercio del Alto Uruguay, e hiciera todo tipo de negocios obteniendo de Uruguay,
Argentina y Brasil todas las concesiones y privilegios que pudieran solicitarse y
conseguirse, entre los que se destacaban negocios en telégrafo, telecomunicación y
ferrocarriles.
Una de las pocas imágenes conocidas de un tren pasando sobre el puente, se aprecia una vaporera que
parece ser de Brasil pero no es posible afirmarlo. (Archivo Enrique Bianchi)
Una locomotora del Brasil Great Southern detenida en la estación Cuareim del lado Uruguayo de las
vías. Nótese que esta sobre rieles de trocha métrica únicamente, era la parte especial para trenes
brasileros, del lado Uruguayo. (Archivo del Transporte Uruguayo)
A modo de congraciarse con Arturo de Marcoartú, con fecha 23 de octubre de
1868 y ya que no pudo obtener la concesión del Ferrocarril Central, el gobierno
Uruguayo le entrega en cambio la concesión del Ferrocarril Salto a Santa Rosa; la ley
escrita para este hecho es bastante poco común, y denota claramente a ver sido escrita
“a la medida” de Arturo de Marcoartú, ya que la concesión según dicha ley, es
entregada al propio Arturo de Marcoartú, o a la empresa que el designase para tales
efectos.
Cuadrilla de Vía y Obras del
Ferrocarril Nor-Oeste del
Uruguay, con personal
jerárquico. (Archivo Enrique
Bianchi)
Imagen tomada desde la entrada al Puente, lado Uruguayo, lamentablemente el letrero es ilegible.
(Archivo Diario EL DIA)
Durante una bajante, esto era lo que se podía apreciar del puente desde el lecho del rio Cuareim
(Archivo Enrique Bianchi)
Fue al Salto, como delegado del Poder Ejecutivo para representarlo, el Ministro
que Relaciones Exteriores Dr. Julio Herrera y Obes. El Presidente Gomensoro quiso que
los festejos del ferrocarril tuvieran el mayor atractivo y a tales efectos envió de
Montevideo una banda militar.
Al entregarle el estado a Marcoartú la concesión para construir la línea, se
debían cumplir plazos de construcción de obras, pero como el proyecto estaba
totalmente mal diseñado y no había quien se interesara en invertir en él, el dinero
disponible para construir era poco, y las obras se demoraban demasiado, logrando así
que jamás se cumplieran los plazos de entrega.
La primera sección que se abrió al tráfico fue la sección Salto-Itapeby, librada el
22 de junio de 1874, y la cual medía 32 kilómetros. A la inauguración de este trozo
inicial de línea concurrió el diputado por el departamento José Cándido Bustamante,
acompañado de su esposa la señora Orfilia Guarch, que era salteña. Según iniciativa del
propio Bustamante a la que el público acogió con entusiasmo, se ofreció al ingeniero
director Human una medalla de oro de Cuñapirú adornada con 27 piedras preciosas
donadas por doña Orfilia. El 15 de octubre de 1874 la segunda sección hasta Arapey fue
puesta en servicio y la tercera hasta Santa Ana el 22 de junio de 1875.
El río Cuareim (rio Quaraí en portugués) es un río afluente del río Uruguay (por
la margen izquierda) localizado en el Noreste de la República Oriental del Uruguay
(Departamento de Artigas) y en el extremo Sur de la República Federativa de Brasil
(región fisiográfica de la Campaña o Campanha, la cual comprende los Municipios de
Santana do Livramento, Quaraí y Uruguayana, en el estado de Río Grande del Sur).
Sobre las márgenes del río Cuareim se asientan las ciudades de Artigas
(Uruguay) y Quarai (Brasil), entre las dos cuentan con aproximadamente 70.000
habitantes, desarrollando históricamente un íntimo contacto entre sí y con el río, el cual
se comporta como un elemento de unión más que como una barrera física.
El puente es usado para tráfico peatonal también, al representar el, el único medio disponible
a pie, para cruzar de un lado a otro del rio. (Archivo Enrique Bianchi)
Tiene sus afluentes sobre la Cuchilla Negra y se dirige, con dirección genérica
este-oeste, con sentido noroeste en el primer tramo de su recorrido y oeste en el resto,
desembocando en el río Uruguay en la zona denominada de la triple frontera entre las
Repúblicas de Argentina, Brasil y Uruguay (64º Long O; 33,52´ Lat S).
La cuenca total del río Cuareim ocupa una superficie aproximada de 14.865 km²,
de la cual 8.258 (55,6 %), se encuentran en territorio uruguayo y los restantes 6.607 km²
(44,4 %) en territorio brasileño.
Casi instantáneamente con la llegada del Ferrocarril Nord Oeste a las costas del
Rio Cuareim, poco tiempo después el Brazil Great Southern Railway Co. logró lo
mismo, llegando con sus vías a las costas del lado Brasilero del mismo rio. Ya desde ese
momento, ambas empresas tenían especial interés en comunicarse entre sí, por medio de
un puente que permitiera la interconexión ferroviaria entre ambos países; los primeros
proyectos comenzaron a sonar en 1887.
Sin embargo, el proyecto del puente internacional tomaría fuerza cuando entraría
en escena un personaje de renombre que tuvo importantísimo rol en la vida de varios
ferrocarriles latinoamericanos, especialmente en Brasil y en menor medida en Uruguay.
Este empresario se llamaba Percival Farqhuar era un importante empresario
estadounidense cuya actuación en América latina fue objeto de constantes polémicas.
Este señor estaba radicado desde 1904 en Brasil controlando así varias empresas
ferroviarias brasileras (la Aviación Férrea de Río Grande do Sur y el Brazil Great
Southern Railway a Barra do Cuaraí) como así también en la mayor parte de los países
de latino América.
Farquhar tenía especial interés en la financiación (por medio de emisión de
bonos…) y puesta en marcha de nuevos e importantes proyectos ligados a los
ferrocarriles Uruguayos. Fue quien se hiso cargo en 1907 de la inconclusa construcción
de la línea férrea abandonada 7 años antes por la empresa Uruguay Great Eastern
Railway Co. que había querido construir un ferrocarril de Montevideo a Maldonado.
Pero ahora que era Farquhar el propietario de todo, se enmarcó en el afán de vincular al
sur de Brasil (estados de Río Grande do Sul, Santa Catalina etc) con un puerto oceánico
que era en este caso el Puerto de Montevideo. Por dicha razón todos los ferrocarriles
ingleses que existían en Uruguay, se veían obligados a vincularse con el Central
Uruguay Railway que era quien tenía el monopolio de acceso por ferrocarril tanto a
Montevideo como a su puerto.
Para llevar a cabo su proyecto de lograr que todos los ferrocarriles del Uruguay
sirvieran como plataforma para los productos Brasileros, para lograr su objetivo
Farquhar se proponía instalar una línea férrea que atrapara el tráfico “de paso” hacia
Montevideo, creyendo conveniente que adquiriendo la construcción abandonada por el
Uruguay Great Eastern Railway y prosiguiendo la línea hasta Río Branco, podría
comunicarlo con las líneas férreas del lado brasilero las cuales eran también de su
propiedad.
Sin embargo, no se quedó en eso solo y decide entre 1907 y 1908 adquirir por
medio de la compra de las respectivas acciones, a cada una de las empresas de capitales
ingleses que existían en Uruguay, especialmente las 3 que operaban las líneas del litoral
entre Artigas y Paysandú, las que tenían su salida al mar por medio de los puertos de
Salto, Paysandú y Fray Bentos, navegando luego el Río Uruguay y desembocando en el
río de la plata hasta el océano atlántico. Así, las empresas ferroviarias del Midland
Uruguay Railway Co, el North Western Uruguay Railway Co, y el Uruguay Northern
Railway Co, pasaron a ser controladas por acciones, por el grupo Farquhar, mismo
dueño del Brazil Great Southern Railway Co.
Con este panorama, se hacía más que evidente que el proyecto del Puente
Internacional debía ser revivido de forma obligatoria, para permitir concretar los planes
de transporte a puertos Uruguayos, de los productos brasileros por ferrocarril. Aun así,
la construcción del puente no sería fácil ni tampoco instantánea.
The Quarahim International Bridge Company
Habían pasado ya 25 años desde que se comenzó a planificar construir un puente
internacional entre Brasil y Uruguay, en el año 1912, la empresa North Western
Uruguay Railway Co, (Ferrocarril Noroeste del Uruguay) en asociación con el Brazil
Great Southern Railway Co. crean ambas en Inglaterra, una tercera empresa colateral de
las mismas, la cual sería conocida bajo el nombre de The Quarahim International
Bridge Co.
Esta nueva empresa, estaba formada por un 50 y 50, ya que la mitad de las
acciones de la misma, eran propiedad del North Western Uruguay Railway Co, y la otra
mitad era propiedad del Brazil Great Southern Railway Co. El Quarahim International
Bridge Co. sacaría sus ganancias, del peaje que cobraría a sus propios dueños, por cada
tren que circulara sobre el puente; no parece algo muy lógico cobrarse a sí mismos, pero
era una forma de justificar la existencia de esta tercera empresa ferroviaria, que el único
objetivo que tendría, sería el de mantener el puente, repararlo, y sacar ganancias de su
uso.
Única imagen conocida de un tren ya en épocas de AFE, pasando sobre el puente, esta imagen
muestra algo poco difícil de ver por la poca circulación de trenes en las últimas décadas.
(Archivo del Transporte Uruguayo)
El puente es convertido a Bimodal, aquí se aprecian los tablones de madera gruesa colocados, para
permitir el tránsito vehicular sobre el mismo. (Archivo del Transporte Uruguayo)
Farquhar ante esto buscó una salida, intentando por varias formas derrocar al
Ferrocarril Central, y una de las medidas fue justamente utilizar las dos líneas con las
que contaba el Ferrocarril Midland de Paysandú, haciendo que una de ellas llegara al ya
existente puerto de Fray Bentos, a donde llegaban transatlánticos y barcos mercantes
pequeños, sin embargo al ser este un puerto ubicado en el Río Uruguay, no era de tal
importancia como sí lo era el puerto de Montevideo. Esto mismo lo intentó con el
Ferrocarril Nor-oeste que llegaba con sus vías al puerto de Salto, pero la situación era la
misma.
Imagen tomada en 2012, de la cabecera lado Uruguay del Puente (Fotografía de Fabián Iglesias)
Imagen tomada en 2012, de la cabecera lado Uruguay del Puente (Fotografía de Fabián Iglesias)
Mitad del puente ferroviario, tomada desde puente carretero (Fotografía de Fabián Iglesias)
Vista desde el lado brasilero, del estado actual del puente en 2012. (Fotografía de Fabián Iglesias)
Vista desde el lado brasilero, del estado actual del puente en 2012. (Fotografía de Fabián Iglesias)
Vista desde el lado brasilero, del estado actual del puente en 2012. (Fotografía de Fabián Iglesias)
Esta imagen está tomada hacia el lado contrario a la entrada del puente desde el lado de Brasil, como
se aprecia en la imagen tomada en 2012, no queda ningún rastro de vías o terraplenes casi.
(Fotografía de Fabián Iglesias)
Respecto a esto, las notas emitidas por parte del gobierno en dicha época decían
textualmente: "Por iniciativa del Gobierno presidido por el Sr. Luis Batlle Berres, en
marzo 2 de 1948 se suscribió, con las empresas británicas de los Ferrocarriles Central,
Midland, Noroeste y Norte del Uruguay y Puente del Cuareim, el convenio de
compraventa "ad referendum", que fue sancionado en Londres con fecha 21 y
promulgada su ratificación por ley nacional de diciembre 31 delo mismo año".
Así terminó la historia de la empresa Quarahim International Bridge Co, ya que
hasta 1949, permaneció como una compañía independiente, a pesar de pertenecer al
Ferrocarril Nor-Oeste, pero al ser nacionalizados todos los ferrocarriles, se incluyó en
el paquete de venta también a la Quarahim International Bridge Co, la que al igual que
las otras fue fusionada en un solo ente estatal.
Durmientes robados, al igual que la tercera vía, imagen tomada en dirección al lado Uruguayo.
(Fotografía de Fabián Iglesias)
Sírvase tomar nota que la Viacao Ferrea de Rio Grande do Sul,comunicó que ha
sido clausurado su ramal entre Uruguayana y la Barra do Quareim, hasta nueva orden.
Salúdalos,
INDICE: Clausura rama Uruguayana - Barra Do Quaraim Viacao Ferreay Rio Grande
Do Sul.
Durmientes robados, al igual que la tercera vía, imagen tomada en dirección al lado Uruguayo.
(Fotografía de Fabián Iglesias)
A pesar de esa medida, AFE continuó de forma sumamente esporádica, durante
muchos años más, cruzando hasta el Brasil, ya que la playa de maniobras de trocha
estándar aún existía (a pesar de que toda la infraestructura de trocha angosta fue
desmantelada), sin embargo, este tráfico internacional por parte únicamente de AFE, se
dio en situaciones muy puntuales. La traza del lado brasilero siguió existiendo, hasta
que fue finalmente desmantelada toda la línea entre Uruguaiana y Barra do Quaraim, en
1965. AFE prosiguió cruzando a Brasil por sobre el puente.
Tal vez ya casi no circularan trenes sobre el Puente Cuareim, pero si seguía
siendo utilizado asiduamente por el transporte automotor, tomando en cuenta que aun en
los años 60, era la única forma de cruzar si se pretendía evitar las balsas por el rio. Esta
actividad de usar el puente ferroviario como puente carretero, llegó a su fin en abril de
1968, cuando se inauguró junto a él en dirección oeste, un nuevo puente carretero de
hormigón, que uniría desde ese entonces y hasta la actualidad, la ciudad Cuareim del
lado Uruguayo, con Quaraí en el lado brasilero. De ahí en más, el imponente Puente
Internacional Cuareim de la desaparecida Quarahim International Bridge Co, perdió
toda importancia quedando únicamente para pasar algún tren de AFE, hasta 1979
cuando se supone que circuló el último tren internacional, pero no hay mayores datos de
este hecho, quedando de ahí en más el Puente Cuareim totalmente abandonado para
todo uso.
Hoy día parece imposible que en algún momento, hubieran existido vías en esa
parte del mundo, la ciudad de Quarahim avanzó tanto y la fisionomía de donde
estuvieron en algún momento los terraplenes y la playa de maniobras cambió de tal
forma, que salvo por el puente que aún subsiste, del otro lado decir que ahí llegaban los
ferrocarriles brasileros, es hasta extraño, o solo parte de un recuerdo muy muy lejano.
Único vestigio sobreviviente, del tercer riel que permitía circular a los trenes Brasileros.
(Fotografía de Fabián Iglesias)
Con los años, el transporte por ferrocarril a la estación Cuareim también se fue
perdiendo, los trenes de pasajeros ya no llegaban hasta aquí desde 1961, y los de carga
con el paso de los años fueron cada vez menos. Como información adicional, la estación
Puerto Cuareim de AFE, fue demolida en 1976, no hay datos oficiales que demuestren
hasta cuando operó el Puerto y sus muelles, o si el puente Cuareim se usaba o no entre
la década del 60 y 70, pero en una revista Rieles emitida por AFE, en noviembre de
1976 se destaca lo siguiente:
“Brasil y Uruguay se dan la mano en Bella Unión - Recientemente quedó instalado un
puente ferroviario en Bella Unión mediante el cual el ferrocarril uruguayo llega a
territorio brasileño. De esta forma trenes de carga de nuestro país depositan
mercadería en Brasil y, esta nación, evita trasladarse a Uruguay en busca de
productos. Para completar la obra falta aún un tramo de vía desde el puente a la
Estación de Quaraí por parte de los ferrocarriles brasileños”
Sin lugar a dudas, aquí se está disfrazando una noticia, ya que el puente era el
del Cuareim, existente desde 1915, aunque según la noticia fue instalado en 1976… aun
así, esto da para creer que hasta esa fecha, el puente estaba en desuso desde hacía un
largo tiempo, y lo que se hiso fue ponerlo en condiciones de que algún tren lo volviera a
circular. Tampoco es posible saber que tan fructífera fue esta “nueva oportunidad” para
el puente a nivel Ferroviario, lo que sí se sabe es que fue utilizado por el ferrocarril,
hasta 1979 cuando pasó sobre él, el último tren, pero sin mayores datos.
No hay datos de cuando partió hacia el sur del Uruguay, el último convoy que
circuló por las vías que unían la Estación Cuareim con la estación Bella Unión, pero la
línea de Salto al norte (Bella Unión, Cuareim y Artigas), fue oficialmente clausurada
por AFE en 1994. Hoy día lo único que queda de todas aquellas ideas de importantes
proyectos, que moverían inmensas cantidades de toneladas de mercadería, es la Estación
Cuareim, en un estado bastante maltrecho y con personas de bajos recursos económicos,
usándola de vivienda de forma ilegal, pero al menos ayudan a que la estación no sea
saqueada ante el olvido absoluto de AFE, de todo lo que respecta a infraestructuras que
se encuentren de Salto al norte.
Lo otro que queda, es el mismísimo Puente Cuareim, a donde aún llegan las vías
desde la estación aunque con varios faltantes. Hoy día la gigantesca estructura de hierro
del puente forma parte olvidada del paisaje, permanece con sus pies mojados, abrazando
las orillas de los dos países, como esperando que algún día un tren lo vuelva a cruzar,
pero eso jamás volverá a ocurrir. Su impresionante estructura permanece a través del
paso del tiempo, como si se tratase de un monumento en honor a alguien, o en este caso
a algo, tal vez recordando épocas mejores.
Es entonces, bueno destacar que Cuareim, es una de las ciudades más
empobrecidas y carenciadas del Uruguay y sin lugar a dudas, el alejamiento de los
ferrocarriles Uruguayos a esa parte del país, significó un factor negativo más para estas
poblaciones apartadas y de escasas posibilidades de crecimiento.
Fabián Iglesias – Archivo del Transporte Uruguayo.
RESEÑA Y ACTUALIDAD, DEL RAMAL
A SAN JOSE
Por Mauro Basignani
A partir del 20 de mayo de 1876, San José de Mayo conoció las ventajas del
sistema ferroviario, desde ese momento tanto la ciudad como las localidades de Raigón,
Rodríguez, Capurro e Ituzaingó comenzaron una nueva etapa de sus vidas ligadas a la
presencia del ferrocarril, la cual en muchos casos ejercería un papel preponderante en el
desarrollo de la zona, siendo sinónimo de progreso.
Durante años esta presencia formó parte del cotidiano de estas localidades, las
cuales tenían en muchos casos una rutina ajustada a los horarios de llegada y partida de
trenes. Pasajeros, granos, leche, hacienda, lana, una infinidad de productos salían o
llegaban de la mano del tren. Esta situación, con variantes y altibajos se mantuvo
durante décadas, hasta que el dos de enero de 1988 se hace efectiva la decisión que
nadie podía creer que se llegaría a tomar, a partir de ese día se suspenderían los
servicios de pasajeros en todo el país, lo cual alteraría la rutina de todas aquellas
localidades que durante décadas tuvieron al ferrocarril como un aliado que las
comunicaba con el resto del territorio.
Es así que los pobladores tuvieron que resignarse a la ausencia, apelar a otros
medios de transporte y añorar aquello que había sido, y que ya no era.
En la década de los 90 sólo se vieron en la línea trenes de carga, los cuales comenzaron
a desaparecer a fines de la misma, hasta el punto que en determinado momento se había
hecho casi imposible ver vehículo ferroviario alguno por el ramal. También circuló
algún esporádico tren de pasajeros especial, lo que servía para añorar más aún las
épocas en que el silbato de locomotora era lo más normal del mundo.
Y efectivamente fue así, luego de salir del puente y al cruzar el primer paso a
nivel se comenzó a divisar que la bienvenida sería impresionante, cientos de personas
con banderas se agolpaban en los pasos a nivel, y la estación rebosaba de personas que
querían formar parte de ese retorno tan ansiado, aún tengo en la retina los gritos de
“viva el tren” que retumbaban por todas partes, la gente tomando fotos, los largos
bocinazos de la 820 agradeciendo el recibimiento y una imagen que me quedó grabada,
un edificio de apartamentos lindero a la vía embanderado con pabellones nacionales y
con gente saludando desde los balcones y haciendo flamear banderas. Este era el estado
de euforia que había generado el retorno, durante un mes el servicio se mantuvo los días
sábados.
Las unidades que se utilizaron en este servicio de combinación fueron los coches 162 y
155, su duración fue efímera. En mayo de 2012 asume como presidente de AFE Jorge
Setelich, desde ese momento comienzan los rumores de posibles supresiones de
servicios, lo cual parecía poco real porque constituía un sinsentido y un retroceso, los
avances habían sido modestos, pero carecía de lógica hacer desaparecer lo poco que se
había logrado, y más desde la premisa “va a haber ferrocarril” tantas veces repetida por
el poder político de turno. Aparte de que un servicio diario a San José y otro a Florida
no insumían un gasto oneroso, y más cuando bien gestionados podían cubrir sus costos.
Pero lamentablemente el nuevo director venía convencido que el servicio de pasajeros
era deficitario y no tuvo mejor idea que suprimir los servicios a Sudriers, Florida y San
José, por lo tanto, desde el 1º de junio de 2012 nuevamente el ferrocarril debe pagar el
precio de ser dirigido por neófitos.
Debido a esta
medida, totalmente
errada, el ramal se ha venido deteriorando, la vegetación ha vuelto a apoderarse de las
vías, la estación de San José ha sido vandalizada y un sector está ocupados por intrusos,
hay barrearas rotas o con faltantes, han comenzado a desaparecer durmientes del puente
sobre el río San José, la señalización eléctrica también sufre el abandono y cientos de
usuarios que podrían ver mejorada su calidad de vida aprovechando las ventajas que
sólo el ferrocarril puede brindar, se ven nuevamente privados de esta posibilidad. Cabe
acotar que el director Setelich cedió a la Intendencia de San José parte de las
instalaciones de estación San José para que el gobierno departamental instale su
“Oficina de la Juventud”. Evidentemente luego de este hecho quien escribe no volvió a
escuchar sobre pedido de informes o reclamos de reinstalación de servicios desde el
gobierno departamental, tal vez sea sólo una casualidad.
¿Volverán aquí en algún momento los trenes? Nadie lo sabe, pero en Uruguay… todo puede pasar…
ya que, son decisiones políticas y no sociales, estas, obras de bien. (Fotografía de Mauro Basignani)
Circulo de Estudios Ferroviarios del Uruguay (CEFU)
Conocida popularmente como “CEFU”, documentos, fotografías, películas,
se trata de una institución que nació en anécdotas, datos y también objetos. En
1986, con el fin de desarrollar de forma 1991, la institución logró obtener su
ordenada y amena, la práctica del personería jurídica pasando a regirse
Ferromodelismo como hobbie y detener por un estatuto, celebrando elecciones y
el avanzado proceso de deterioro y contento con una directiva; y desde ese
destrucción de la historia de los momento en adelante, la historia de la
ferrocarriles Uruguayos, tanto fuere en institución fue muy ajetreada y no ha
cuanto a material rodante real parado de crecer con el correr de los
(Locomotoras, Coches, Salones, años.
vagones etc) como también en cuanto a