Anda di halaman 1dari 4

El Wits de la salud mental Lic Gabriela Rodríguez

Miembro de la Asociación de Psicoanálisis de La Plata (APLP).


Docente del Seminario de Investigación Analítica y Coordinadora
del Escritorio Clínico “Psicoanálisis y Salud Mental” en la APLP.
E-mail: magabrielar@speedy.com.ar

Resumen Abstrac
Este articulo se detiene en un Witz empleado This article it’s about a Witz that Eric Laurent
por Eric Laurent a propósito de la salud mental. used to talk about mental health. It’s because of
Es por el despliegue de su potencia evocadora its unfolding evocative power that we will be con-
que se irán considerando los diversos modos en sidering the diverse ways in which the Witz, be-
los que éste toma cuerpo, en consonancia con la came present in accordance with the appearance
aparición de la nueva ley de salud mental. of the new mental health law.

Palabras clave: Salud mental - Witz- Psicoanálisis Key Word: - Mental Health - Witz- Psychoanalysis

“La salud mental es lo que nos permite permane- El Witz: un pobre judío sin boleto, es bajado del
cer en el tren” o bien, para ajustarse a los tiempos tren una y otra vez por el guarda, quien ya fasti-
relativistas que corren, habría que decir, lo que diado por la insistencia del judío de querer per-
con suerte nos aligera la estancia en él, a riesgo manecer colado en el tren, en una de esas veces
de volverla insípida cuando se confunde con la termina por hacerlo descender a los golpes. Lo
mera preservación de una cierta norma. Resulta que hasta aquí no suena a chiste, en una Europa
válido todavía, por paradójico que suene en un que dejó correr el tren que conducía a los judíos
país marcado en sus últimos años por las trage- a los campos de concentración, desplaza el acen-
dias ferroviarias, referirse a aquella editorial que to en el relato del Witz hacia el encuentro del ju-
Eric Laurent escribiera para el primer número de dío con otro, también judío, que sí había logrado
la Revista Mental Revue de psychanalyse appli- burlar al guarda para permanecer en el tren. A
quée et santé mentale, publicada por la Escuela la inocente pregunta hecha por el judío colado
Europea de Psicoanálisis en junio de 1995, donde al pobre judío por el destino de aquel viaje, que
leemos la afirmación inicial. Allí, un Witz freu- será un viaje compartido hacia las termas de
diano extraído de El chiste y su relación con el in- Karlsbad, responde la irónica judía: ¡si la salud
consciente, ponía las cosas en su punto en cuanto me lo permite! -queda sobreentendido perma-
a lo que se refiere a la salud mental. necer en el tren tras la golpiza del guarda-.
La cosa ya venía trazada por Jacques Alain Desmontar la composición de aquel Witz, per-
Miller -finales de los 80´-, en términos de una mite la puesta en perspectiva del tópico que se
feliz confluencia entre la salud mental y el or- propone puntuar. El tren, que es aquí metáfora
den público, debido a que la pérdida eventual del lazo social de rumbo incierto, porque aun-
de la primera, comporta siempre cierto grado que planificado por diversos protocolos pro-
de perturbación del segundo. Tal confluencia vengan éstos del derecho, de la ciencia o de los
justificaba el desprecio del psicoanálisis por el programas de evaluación, está signado por la
ideal de salud mental, cuando este se revelaba contingencia que hace entrar en él una y otra
sin más como exigencia adaptativa al servicio vez lo rechazado, aporta la cifra del tiempo his-
de la armonía de la comunidad. Ese trazado se tórico-social que es un orden de determinación,
precipita en el Witz aprovechado por Laurent en aunque no el único, considerado por los espe-
el editorial mencionado. cialistas sociales según sea su ideología.

59
La tensión entre el pobre judío y el guarda, que E incluso que una vez identificado el agente, el
figura las relaciones disimétricas entre el poder significante que produce la voz cantante, en ese
de policía de quien representa el orden público aparatito de cuatro patas, pongamos por caso,
y quien ha de consentirlo, es una relación que se el orden médico instituido por la psiquiatría en
encarna más allá de las retóricas humanistas que materia de salud mental, se sale de la situación
buscan edulcorarla o diluirla en los democrati- creada evaporando el efecto de alienación. Lo
zados comités de evaluación, esos dispositivos social ilusorio confundido con el discurso amo
que en lo actual toman el lugar de la pulveriza- engendra el fantasma de una cierta unidad de lo
da dimensión de la autoridad, sea ésta religio- social, la misma que se transforma en una evi-
sa, médica y/o jurídica. Esta relación aparece dencia cotidiana que nos permite tomar el tren a
mediatizada en el Witz por un pequeño trozo determinada hora, descender en la estación pre-
de papel, el boleto, resto material que habilita la fijada. Pero el lazo social que instituye el discur-
posibilidad de permanecer o no en el tren, bajo so no es equivalente de la sociedad considerara
ciertas condiciones. También es de suponer por globalmente, requiere ser explicitado en cada
la entrada en escena del segundo judío, que se caso, atendiendo a la fragmentación contempo-
puede permanecer en el tren por otros medios ránea de lo social. El derecho en tanto discurso,
– tal vez menos lícitos, quizás faltos de una le- un lugar donde se palpa de manera indiscuti-
gitimidad siempre condicionada -, pero que no ble de qué modo es el discurso el que estructura
obstante obligan a decir en cada caso, que esos el mundo real que habitamos y no a la inversa,
otros medios ponen en juego la porción de chi- viene aquí a contribuir con su apuesta universal
fladura propia de cada uno en el sentido de la a la ilusoria unidad de lo social, así como a ga-
astucia y no necesariamente del disimulo. rantizar por su intervención cierta armonía del
Se extrae hasta aquí de la composición del Witz, funcionamiento en la comunidad. Consecuente
la impresión de que habría más de un modo de con el empuje de la época, también el derecho
permanecer en el tren, los que viajan con bole- se despoja de su ineliminable carga prescripti-
to, los que desafían al guarda con obstinación, va, adjura por así decir de su efecto-mando para
los que burlan al guarda sin ser sorprendidos, asumir retóricas más afines con la procuración
y todavía más por fuera del chiste, colgados del de derechos.
estribo, entre los vagones etc. Los modos de per- Es una perspectiva actual que configura la es-
manecer en el tren podrían multiplicarse así has- cena del tren, reflejada tanto en la nueva ley
ta el punto de declarar que cada quién encuentra de salud mental como en el psicologismo am-
su propio modo, más allá de los previstos por biente propio de cierto triunfo de las ideas anti-
protocolos de usuarios, gobernados por la uti- psiquiátricas, que se busque conjurar el carácter
lidad, por nomenclaturas varias, consensuadas coercitivo propio del discurso con el desuso o
por especialistas, por legislaciones a la carta que la des-recomendación de las etiquetas - juicios
protegen la permanencia. Finalmente es la iro- diagnósticos -, que están ausentes del Witz to-
nía puesta en boca del judío con la que el Witz se mado hábilmente por Eric Laurent, que se aspi-
resuelve, la que se convertirá en el estilete con el re a reducir el tiempo de internación que ponía
que se ataca al Otro que configura la escena del al pasajero fuera del tren hasta tanto diera prue-
tren -lazo social- al mostrar la ficción de sus fi- ba de su aptitud para viajar sin causar revuelo,
guras, pues la “mentada salud” es puesta en ries- que se multipliquen las voces dispuestas en el
go paradójicamente en algunas ocasiones por las arbitraje de aquella peripecia en la vida de un
propias condiciones de permanencia en el tren. pasajero, disolviendo las jerarquías en procura
Se podrá decir que el guarda no es aquí más de una aspiración igualitaria.
que el ejecutante de un discurso, el del amo, que Sin embargo, delante o detrás de esa conjura,
como apuntara Michel Foucault, sin contrade- existen las diversas teorías acerca de las causas
cir a Jacques Lacan quien lo escribe en su Se- por las que se pierde la salud mental, cuando
minario que abre la década del 70, legitima una ya no se puede permanecer en el tren, anima-
práctica independientemente de sus intérpretes. das según las épocas por aquello que se erija en

60
discurso amo, así como antaño la salud mental toxicómanos y, la nueva ley que descansa en la
era mayormente un asunto de psiquiatras, hoy atribución de derechos y avanza en materia de
lo es de unos equipos que integran más de una control y evaluación de los equipos interdisci-
disciplina, en los que indudablemente la hege- plinarios encargados de la ejecución de la ley,
monía psiquiátrica ha cedido su lugar en favor tuvieron lugar acontecimientos históricos, con-
del papel de otros expertos que aparecen en pie solidación de la democracia, y decisiones polí-
de igualdad. Terreno ganado por las teorías am- ticas, poner en agenda los derechos humanos.
bientales por sobre las organicistas, se dirá, y de La nueva ley de salud mental se organiza a par-
los tratamientos tendientes a producir la rein- tir de la consideración fundamental de la salud
serción en el tren –en tanto la salud mental se mental como un derecho humano, tal aspira-
ha convertido entretanto en un asunto de de- ción supone la construcción social de eso que se
recho–, a distancia del restablecimiento más o llama “salud mental”, vinculada ahora a la con-
menos integral de un estado previo a la irrup- creción y el ejercicio de los derechos humanos y
ción de la enfermedad, que ocasiona la desin- sociales, consideración que armoniza con cierto
serción y no a la inversa. Un cambio de paradig- relativismo cultural y que propicia un cambio
ma que no obstante, en su oscilación pendular de paradigma en el que se quiere ubicar el de-
sigue dejando fuera, lo que decididamente está recho como principal referencia, circunstancia
afuera, el psicoanálisis que no sostiene ni una ni celebrada seguramente en un país donde los de-
otra de las teorías mencionadas. rechos humanos fueran desconocidos consue-
Como acentuaba Eric Laurent en la editorial re- tudinariamente. Un cambio que ensaya fundar
ferida, “el mejor aliado del psicoanálisis es sin una nueva clínica asentada en la trasformación
duda el psicoanálisis mismo” y lejos de cual- de los sujetos afectados por la ley, los que ahora
quier complacencia pactista que busque hacerse pasan de objeto de asistencia a sujetos de dere-
un lugar entre los especialistas, su lugar estará cho. En esta dirección la razón que incorpora el
determinado por la lectura de la interfaz sinto- derecho disuelve la dimensión antaño llamada
mática -puntuación de Enrique Acuña que se psicopatológica de la enfermedad mental que
podrá leer en esta misma Revista- , generada queda subsumida bajo la forma de un padeci-
en los entrecruzamientos paradojales efecto del miento inespecífico, en el que se apuntan ade-
nuevo escenario creado por clasificaciones y le- más diversas formas de un mal-vivir, para usar
yes. Seriar, diferenciar e interpretar las parado- un término propuesto por Jean Claude Milner,
jas actuales, presentadas como neo-situaciones, en la nueva esfera de los derechos. Tomará una
que se originan tanto por relativismos como mayor relevancia la apuesta de inserción social
por intervenciones de la ciencia, las mismas como punto de mira en desmedro de cualquier
que ambicionan ser moderadas con nuevas fic- ideal de curación que oblitere la dimensión so-
ciones jurídicas, obliga, para el psicoanálisis, a cial de lo que se llama cura.
considerar la incidencia inconsciente, las condi- Esta cuestión no es mera petición de principio,
ciones de goce y lo incurable a lo que dan lugar. se plasma de manera directa en la nueva ley con
Que cada quien ocupe su sitio en el tren y tenga la denominación “padecimiento” que sustituye,
a su momento el boleto, el pase o el abono ha amplifica y reconfigura a la antigua trilogía: en-
sido una preocupación cercana a las bio-polí- fermedad mental, alcoholismo crónico, toxico-
ticas de los gobiernos. Una preocupación que manías, sustitución que desató el pataleo de la
no es ajena a la disputa del mercado de la salud institución psiquiátrica en pleno. Ahora bien no
mental que históricamente fue un asunto de la está demás advertir que el mentado cambio de
psiquiatría, en sus conexiones con otras ins- paradigma ocurre en el marco de la avanzada
tancias como la jurídica. La nueva ley de salud constructivista, la que simpatiza con un cierto
mental y sus efectos intervendrá también junto ideario libertario, en cuya base frecuentemen-
a otros actores en esta disputa. Entre la vieja ley, te despunta la idea bucólica del hombre libre
que era una ley de internación que afectaba a y auto-determinado, una vez despojado de sus
enfermos mentales, alcohólicos crónicos y /o determinaciones sociales, que son determina-

61
ciones del lenguaje. De allí que al sujeto que a contrapelo de la ciencia con su sustitución es-
se pretende usuario de la ley, se le hace dispo- céptica de la causa por la ley, de su consecuencia
ner de un tropel informativo - variadas figuras inmediata el despotismo del universal que fa-
del consentimiento informado – con el que se brica ficciones jurídicas, de su implementación
busca asegurar una base firme sobre la cual se pragmático utilitarista y del lastre pos-freudia-
podrán tomar decisiones eminentemente libres no con su psicologismo, atento a la dimensión
y voluntarias. Este marco ideológico es el que pulsional que hace fracasar cualquier intento
produce la sustitución de una serie de térmi- psicoterapéutico y al tanto de que en cada eta-
nos por otro desplazando un paradigma clínico pa de la aplicación de una regla, se esconde una
psiquiátrico. “Padecimiento mental” resulta un elección de goce de quién se afana en su aplica-
término inespecífico aunque suficientemente ción, para parafrasear, enumerando otra de las
abarcador con el que se avanza sabiéndolo o intervenciones clásicas de Eric Laurent en esta
no, a tono con la época, sobre la patologización intersección sintomática.
de conductas y estilos de vida no acordes con De regreso al Witz que consigue hacer pasar a lo
el ideal de adaptación social -hoy vectorizado social, un elemento asocial, porque nadie caería
por el ejercicio libre de los derechos-. Una vez bajo el golpe de un Witz si no tocara de manera
disuelta toda especificidad clínico psicopatoló- sutil algo de lo que se vela, cuando no se rechaza
gica se produce un desplazamiento en la consi- en beneficio de la armonía, cabe no ignorar que
deración de la causalidad del padecimiento en luego de su efecto hilarante la represión vuelve a
favor de hipótesis de corte ambientalistas, así la caer en el mismo lugar y puede dejar todo como
salida del reduccionismo biologicista en la con- estaba. Hacer existir por un desvío eso incon-
cepción de la enfermedad mental desemboca gruente, disparatado e inclasificable en el mo-
sin solución de continuidad en una perspectiva mento oportuno, revela ese plus que la norma
ambiental que siempre ha abrevado en el expe- borra, generando con esa pequeña fricción en
diente psicogenético, donde el vapuleado psicó- la escena del tren, un vacío para que exista el
logo le ha ganado terreno al médico en las dis- Witz con el que cada uno ha podido sobrevivir
putas de competencia. Si bien se refuerza la idea a la salud mental.
de una reinserción del sujeto en el lazo social,
que nadie quede fuera del tren, esto se produce
a expensas de saber situar convenientemente las
determinaciones del lenguaje, que no son solo
determinaciones sociales, y el sujeto del cual se
trata, que no es un mero usuario de la ley.
El psicoanálisis serpentea en esta nueva confi-
guración de la escena del tren, sin desconocer
que el horizonte de su intervención se plantea

Bibliografìa - Musachi, Graciela: “Ficciones jurídicas”, Revista Conceptual. Estu-


- Laurent, Eric: “¿Mental?”. Psicoanálisis y salud mental. Editorial Tres dios de Psicoanálsis. Nº 10. Ediciones de la Asociación de Psicoanáli-
Haches. 2000. sis de La Plata. 2009.
- Miller, Jacques-Alain: “Salud Mental y orden público”. Introducción - García, Germán: “La disputa del mercado de la salud mental”. Publi-
a la clínica lacaniana. Conferencias en España. ELP. cación online. Suplemento Cultura. Diario Clarín – 19/9/2005.
- Acuña, Enrique: “Un inconsciente entre leyes y clases”. Escrito a - Jacques Alain Miller, “Psicoanálisis y sociedad”. Publicación online.
partir de un clase dictadas en el Colegio de Psicólogos de La Plata, Escuela de Orientación lacaniana.
en el marco del Seminario “Psicoanálisis, Clínica y Actualidad” de la - Laurent, Eric: “El deliro de normalidad”. Publicación online. Virtualia
Carrera de especialización en psicología jurídica. Remito al lector al nº 19. Noviembre 2009.
texto que esta publicado en esta misma Revista. Versión completa - Laurent, Eric: “El psicoanálisis, el ámbito de las Instituciones de
en: www.apmweb.org.ar Salud Mental y sus reglas”. Psicoanálisis y salud mental. Editorial Tres
Haches. 2000.

62

Anda mungkin juga menyukai