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Funciones más conocidas de un director

financiero
El director financiero es, sin ninguna duda, una de las figuras clave para la buena marcha de
cualquier empresa. Su mente funciona bajo una sola premisa: rentabilidad. Por ello, debe
buscar las oportunidades más propicias que le ofrece cada contexto para garantizar la
sostenibilidad y el posicionamiento de la compañía.
Antes de explorar a fondo el nuevo perfil de este profesional y los distintos retos a los que se
enfrenta en el siglo XXI, repasemos las funciones más características de un director
financiero en el ejercicio diario:

 Gestionar la liquidez de las empresas:

La liquidez no sólo tiene que ver con créditos o ventas. Es todo aquello que permite a las
empresas atender sus necesidades de caja más prioritarias y realizar buenas previsiones de
tesorería. Sin liquidez suficiente no se pueden atender compromisos monetarios ni elaborar
planes a medio o largo plazo. El director financiero realiza una minuciosa evaluación de sus
clientes y del mercado en el que opera la empresa, y a partir de ahí toma decisiones en un
sentido u otro.

 Poner en marcha un sistema para el control de costes:

Eso sí, hay que dejar claro que no sólo se trata de conseguir liquidez para gastar el dinero en
cualquier cosa; mucho menos para invertirlo en áreas que están fuera de nuestras posibilidades
financieras. Un buen director aplica criterios de eficiencia, control y responsabilidad para saber
en qué se invierten los recursos y cuál es el valor que cada acción supone para la compañía.

 Analizar las posibilidades de inversión:

La lógica habla de que se invierte para obtener un beneficio. Sin embargo, antes de cualquier
decisión al respecto, el director financiero debe realizar un análisis previo sobre la necesidad
real de hacerlo, la rentabilidad, las posibilidades de éxito y, claro, la forma de financiación. En
lo posible, debe elaborar un plan de inversión en cada caso y hacerlo extensivo a la dirección o
la gerencia.

 Conseguir financiación bancaria:

Muchas empresas dependen del capital que les proporcionan los bancos o entidades de crédito.
El director financiero debe liderar este proceso en los mejores términos, argumentar el por qué
su empresa merece el crédito que solicita y justificar que sí está capacitada para cubrir las
exigencias que esto conlleva. Lo más importante es velar para que la financiación cubra las
necesidades a corto, medio y largo plazo de la compañía y que se ajuste a los plazos en temas
de intereses y pagos.

 Impulsar proyectos de mercados alternativos:


Otra forma de asegurar la liquidez de una empresa consiste en volver la vista hacia otros
mercados o escenarios. Al director financiero también le corresponde estar al tanto de los
movimientos más representativos de su entorno comercial y tener la visión suficiente para saber
cuándo apostar por un nuevo nicho de mercado o una vía que antes no se había contemplado.
La incursión en mercados alternativos está ligada, por lo general, al proceso
de internacionalización.

Siglo XXI: nuevas habilidades del director


financiero
El escenario actual, marcado por el uso de las nuevas tecnologías y la velocidad de los procesos
y la información, no sólo exige que un director financiero adquiera mayor preparación y
formación técnica, sino también competencias transversales propias de los modelos de gestión
y dirección del siglo XXI.
El de ahora es un perfil más amplio. Se alimenta de competencias que hasta hace poco nada
tenían que ver con la gestión financiera de las compañías o que se delegaban en otros cargos.
Cuatro de las más significativas son las siguientes:
1) Dominio de idiomas:
No es que antes no se hablara inglés, francés, alemán o chino en el área de los negocios. El
asunto es que nunca antes como ahora habíamos asistido a un intercambio comercial y cultural
tan ferviente. Esto obliga a que los directores financieros que se quieran mover en dicho
escenario tengan un buen nivel de comunicación en una segunda y hasta una tercera o cuarta
lengua.
2) Gestión y liderazgo:
Los planes financieros no se aplican por sí solos. Necesitan de una persona que sea capaz de
movilizar a los distintos departamentos de la compañía para que los apoyen y secunden. Es
decir, además de buen gestor, el director financiero debe desarrollar habilidades de líder.
3) Comunicación y trato intrapersonal:
Negociar o el solo hecho de moverse en determinados mercados ya no se realiza de la misma
forma que hace unas décadas. Las comunicaciones son ahora más ágiles y los códigos han
variado. De hecho, ya no dependen de si está o no presente. En este sentido, el reto del director
financiero es doble: ponerse al día tanto en las formas propias de la negociación del siglo XXI
como en las herramientas digitales que tenemos a mano para ello.
4) Filosofía corporativa:
Durante mucho tiempo se pensó que las finanzas y la cultura corporativa eran dos esferas
independientes. Sin embargo, ahora esto es impensable; lo uno debe ir ligado a lo otro. Es
decir, el director financiero debe saber tanto de finanzas e inversión como de valores y
principios corporativos: lo segundo es, al fin y al cabo, una especie de marco para sus distintas
actuaciones.
Las opciones laborales de un director financiero son numerosas, independiente de las
limitaciones que suponga el área específica en la que se desenvuelva cada uno. En cuanto al
salario, recientes encuestas señalan que el promedio está entre los 60.000 y los 80.000 euros
anuales, cifras que hablan de la buena aceptación de esta profesión.

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