Hay seres que seducen a alguien, dispuestos a ser seducidos, y de igual forma
otra persona busca ser seducida y seducir, causando entre ellos un problema no
tan grave. Otras que han sido seducidas y mueren por seducir a quienes les
causaron estar en este trance, pero los responsables simplemente se reúsan por
el miedo de terminar seducidos, poniendo como pretexto que no creen en los
vínculos afectivos; o hasta pueden llegar a ser disuadidos de la idea de seducción,
“No habiendo sabido seducir a una mujer, ni hacerse amar por ella, pero ¿desea
una seducción, desea una espontaneidad amorosa? Desde luego que no: quiere
forzar el amor, forzar la seducción”, gracias al personaje que se encarga de llevar
a cabo un “ruego incesante”, para que estos acepten. Como en el caso de muchas
películas románticas en la actualidad, dado el caso de 500 días con ella, donde
Tom está locamente seducido por Summer, quien no cree en las relaciones serias,
pero a tanto ruego de parte de él, termina accediendo y al final dejándolo gracias a
la inestabilidad de tener todo en sus manos. También la serie How I Met Your
Mother, donde Ted un enamoradizo empedernido, es seducido por Robin, con
quien se obsesiona por conseguir, pero ella de nuevo no gusta de las relaciones
serias, además de poseer una actitud de: “no me seducirás, te desafío a
seducirme”. Haciendo locuras cada vez mayores para que esta acepte estar con
él, y cada vez que lo logra y comienza a existir más compromiso en ambos, ella se
aleja por el motivo inicial. Puede darse muchas veces el caso del ser seducido,
con el mayor empeño de seducir, hacer todo lo posible por lograrlo y cuando lo
consiguió, mágicamente despertar del trance dejando al otro en el mismo estado
en el que lo traía al inicio. Como varias veces muestra Charles Bukowski, como en
su libro de cuentos Música de Cañerías, en el cuento “El enamorado de los
ascensores”, donde uno de sus muchos alter egos Harry, comparte el ascensor
con una mujer sexy, con quien tiene relaciones sexuales durante dos días
seguidos, y al tercero al conseguir seducirla, ella lo lleva a su departamento para
poder disfrutar más, pero este al conseguirlo, le es aburrido y se marcha. En otro
cuento, pero del libro Erecciones, Eyaculaciones, Exhibiciones, “¡Violación,
violación! Bukowski se encuentra del otro lado de la moneda, al encontrar a una
mujer en la parada del bus y seguirla hasta donde se encontraba su casa,
entrando en su departamento comenzó a complacerla pero esta al principio se
niega, pero un rato más tarde muere por ser complacida y tras un buen rato de
placer, él se mete a bañar y al salir dos policías lo esperan, siendo acusado de
cometer una violación, en la cárcel él se pregunta ¿la violé o ella me violó a mí? Y
al final resulta que ella retiró los cargos.