Recientemente y refiriéndose a la disrupción que implica un liderazgo, Juan Carlos Garavito, CEO
de INNpulsa Colombia, daba cuenta de la urgente necesidad de transformarlo: “implica adaptarse
a nuevas economías (la digital es una de ellas) a nuevas culturas, a las ideas y expectativas de
los millenials, a todo un ecosistema”.
Bajo dicho contexto, el neuroliderazgo aparece como un componente medular que puede otorgar
las bases para lograr de la mejor manera posible esa conexión.
En efecto, además de la disrupción, el liderazgo implica conducir, guiar, orientar y motivar a unas
generaciones menos formadas por un discurso u orientación racional (las antiguas) y más por un
contexto sensorial que les permita actuar y construir colectivamente (las de hoy). Las
neurociencias, por su parte, dan cuenta de razones, emociones y acciones del ser humano que
antes no podían explicarse. Así las cosas, de lo que se trata, en esencia, es de saber cómo un
líder puede conectar con esas emociones y saber enfocar a su equipo para alcanzar los objetivos
y metas propuestas.
Si bien la innovación es fundamental en un mundo tan cambiante, esta no surge, afirma Huertas,
de la lluvia de ideas. Surge en realidad de proponerse un foco y aprovechar las competencias de
los equipos. Grandes líderes o genios de la humanidad han sido innovadores porque todo lo que
aparece alrededor del mundo lo van orientando a ese punto.
Un líder que no conozca su conducta, sus emociones, sus reacciones, sus limitaciones,
difícilmente puede ser guía de su equipo de trabajo. Al descifrarse y ser consciente de ello, cuenta
con las herramientas para identificar no cómo piensan, pero sí cómo actúan los miembros de su
equipo de trabajo. Termina por saber leer “cómo esas actuaciones los hacen sentir y cómo, esas
acciones y sentimientos (emociones), terminan dándole significado a su vida. A su proyecto
empresarial”, explica Mario Huertas. Y agrega que quienes hoy manejan grupos se están
enfrentando a generaciones que comunican muy fácilmente sus emociones, y “a veces los líderes
COMUNICADO DE PRENSA
no están en capacidad de entenderlas y de orientarlos”. El desafío está es entonces en saber
cómo gestionar esas otredades.
Un ‘neurolider’ logra resultados óptimos en tanto pueda potenciar cinco aspectos: atención,
percepción, memoria, pensamiento y lenguaje. Los resultados se alcanzan en tanto exista
concentración, una convergencia en los imaginarios, el aprovechamiento del conocimiento (que es
aquello que está en la memoria de los miembros de su equipo), y a partir de allí generar
conocimiento y nuevos lenguajes.