La inferior, el quitón, era una túnica, por lo común, sin mangas que llegaba hasta
las rodillas y se ceñía a la cintura.
La superior, el himatión, consistía en una especie de manto rectangular que se
echaba sobre el hombro izquierdo y se recogía por el lado opuesto, dejando
ordinariamente libre en sus movimientos el brazo de esta parte; y cuando se iba
de viaje o de guerra se cambiaba el himatión por la clámide, capa rectangular en
tres de sus lados y algo circular en la parte que rodeaba el cuello, más corta que
el manto y abrochada con fíbula sobre el hombro derecho.
La túnica o quitón sufrió muchas variaciones siendo una de ellas el exomis, propio de
obreros o esclavos que dejaba al descubierto el hombro derecho con todo el brazo.
Asimismo, la túnica larga, propia de nobles, de filósofos y de mujeres y el diploide o
doble quitón, formado por una túnica larguísima que se redoblaba hacia la cintura.
Dichas piezas se hacían de lino, de lana o de biso y más delante de seda y se adornaban
con franjas a modo de galones y con otros bordados, siempre con sobriedad y buen
gusto, dando preferencia a los colores blanco y verde.
Solían ir los griegos con la cabeza descubierta pero cuando era necesario resguardarla
de la intemperie, llevaban el píleo, gorro semiovoideo de piel o la mitra a modo de
turbante oriental o el pétaso que era un sombrero de fieltro y con alas. Para calzado (que
ordinariamente, no se usaba dentro de casa) se servían de la crépida, especie de sandalia
o de la carbatina semejante a la abarca de los pueblos montañeses, o bien del coturno,
parecido a un borceguí el cual servía especialmente para los actores de la tragedia,
dándole entonces gran altura con una suela de madera muy gruesa. Las mujeres griegas
usaban larga túnica a veces en forma de diploide y sobre ella, el himatión o peplos; esta
última pieza, amplia y de forma rectangular, se llevaba unas veces a modo de túnica
ceñida y otras como manto, considerándose siempre como la túnica superior de
Minerva. Se cubrían la cabeza con un velo llamado calyptra, cuando no llevaban el
manto de modo que bajase desde ella.
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El quitón (en griego χιτών) es una prenda de vestir de la antigua Grecia . Es una túnica
llevada tanto por los hombres como por las mujeres. En primer lugar fue confeccionado
en lana en los períodos más antiguos, siendo fabricado a continuación en lino. Gana
entonces en amplitud para llevarse con un cinturón a la cintura.
En los hombres puede cubrir la pierna hasta mitad del muslo o descender hasta el pie.
Puede adornarse con dibujos geométricos para los días festivos y puede ser llevarse con
un pallium (un tipo de abrigo).
Las mujeres lo llevan largo. Se habla a veces de quitón jónico. Con la aparición del lino,
sustituye progresivamente al peplo del que se diferencia que no vuelve a caer en
pliegues sobre el pecho y se lleva ahuecado sobre la cintura gracias a un cinturón.
Cuando el himatión se llevaba sólo (sin quitón) y servía tanto como quitón y como
manto, se le llamaba aquitón.
Recrear una clámide es relativamente sencillo usando una sábana de cama individual o
trozo de tela de dimensiones similares o algo más pequeño. Para ello basta con doblar a
lo ancho la tela, y en el lado derecho fijar los dos extremos a un tercio desde el doblez
mediante un imperdible o broche. La forma de colocarse la clámide era introduciendo la
cabeza por la abertura quedando el broche sobre el hombro derecho.
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La ropa interior femenina en época clásica no sólo cubría las partes más
íntimas de la mujer, sino que determinaba su estado civil y también su
posición social.
Con el transcurrir de los siglos la ropa interior se ha convertido en una
refinada arma de seducción y de fantasía erótica.
Aunque esta antigua prenda interpretada tambien por algunos, como sujetador
no llegaba a cubrir los senos.
Al ver a su esposa ataviada con esta prenda, Zeus loco de amor, cayó rendido
ante el erotismo de su esposa.
El zóster, fue usado, sobre todo por las jóvenes y solteras mujeres griegas y
consistió en una larga banda de paño bordado y confeccionado generalmente
en lino blanco, que se ceñía en la cintura.
Estas prendas tenian un esspecial valor tanto simbólico,- una vez casadas estas
bandas eran desatadas por sus esposos como símbolo de unión-, como
social, siendo tejidos más ricos en complementos, dependiendo del poder
adquisitivo de quien los portaba.
Piezas de ropa interior femenina que son un claro presagio tanto del sostén o
sujetador- que luego imitaron las romanas con el strophium-, como del corsé
para modelar la silueta femenina.
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Indumentaria
La mayoría de las prendas se obtenía de un rectángulo de tela.
El cosido era mínimo por que las prendas solían llevarse envueltas
o drapeadas.
La prenda indispensable del vestuario griego era el chiton o túnica.
El chiton
La prenda indispensable del vestuario griego era el chiton o túnica.
Rectángulo de lana de gran tamaño, envuelta sobre el cuerpo. Se
sujetaba en hombros mediante alfileres o fíbulas.
El largo podía variar.
Podían teñirse o bordar o llevar un ribete adornado.
Prendas Femeninas
Chiton femenino
Se confeccionaba en telas mas finas que el de los hombres.
Dentro del dobladillo colocaban pesos ovalados.
Algunas se envolvían el pecho con vendas de tela a modo de
sostén.
Peplo Dórico
Rectángulo de tela que envolvía el cuerpo con sobrantes de largo
que se doblaban en la parte superior y caían a manera de capa,
sostenido por fíbulas en los hombros
Una variación era el efecto blusa y falda.
Palla
Prenda Externa
Prendas Masculinas
Chiton Masculino
Era mucho mas ancho que el de las mujeres.
Con el tiempo se fue acortando.
Y las mangas se cerraron.
Himation
Se colocaba alrededor de la espalda, de manera que los extremos
sueltos cayeran por el antebrazo.
Clamide
Prenda rectangular que se sujetaba sobre el hombro derecho.
Tejidos
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ÍNDICE
Llevaban una túnica que era corta si con ella se iban a realizar
trabajos pero era larga si se iba a utilizar para una ocasión especial.
Mujeres
Al final de la época griega, los niños eran los únicos que llevaban el
pelo largo, luego se lo cortaban u lo consagraban a los dioses, las
mujeres libres tampoco se cortaban el pelo, solo en ciertas
ocasiones, como cuando estaban de luto.
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El traje en la Edad Antigua, (III) El traje drapeado (Egipto,
Grecia y Roma)
2. Tumba de Memna.
3. Tumba de Memna.
4. Nefertiti y Ajenatón.
5. Hathor y Seti I.
IMÁGENES
1. Rameses IV como aparece en Medinet Habu (siglo XIII AEC) vestido con la falda
plisada de los faraones, constatada desde el IV milenio, así como una especie de
coselete o banda de pecho. La cabeza se cubre siempre con peluca.
2. Vestido o túnica estrecha. Pintura de la tumna de Memna (Tebas, siglo XV AEC).
3. De la misma tumba, pintura representando a un señor y distintos trabajadores
agrícolas. El traje del señor es equivalente al de la joven de la figura 2, o una túnica con
un hombro desnudo. Viste igualmente peluca, aunque más corta que las femeninas.
4. Nefertiti con "vestido de honor" finamente plisado y su esposo el rey Ajenatón con
falda del mismo material y bulbosa corona. Figura del Louvre. La gorguera amplia y
colorida distingue fácilmente al traje egipcio del de sus vecinos.
5. La diosa Hathor con el faraón Seti I, relieve conservado en el Louvre. La diosa parece
ataviada con un vestido bordado (la decoración superficial del tejido es rara en Egipto).
El rey, bajo un "vestido de dignidad" traslúcido, nos muestra su falda plisada y el
cinturón-echarpe.
A
2. EL TRAJE CLÁSICO se inaugura a mediados del siglo VI a.C., cuando la indumentaria
griega abandona definitivamente la influencias del traje minoico y mesopotámico,
todavía visibles en la falda acampanada y decoración abigarrada de la Dama de Auxerre
(véase capítulo 1B), y asimila el drapeado egipcio como estética fundamental de su
indumentaria.
Desde el siglo V a.C. el traje grecolatino se limitó a un sistema combinatorio de túnicas
y mantos donde cada prenda de vestir carecía de forma por sí misma, pues se trataba de
rectángulos de tejido tal como salían del telar y sostenidos al cuerpo por broches,
cinturones o su propio replegado; o bien, como mucho, algunos puntos de costura, pero
siempre tan escasos que no existen en los textos antiguos alusiones a profesionales del
tipo sastre o costurero. Lógicamente, un atuendo de tales características no precisaba
de dichos artesanos sino de una cierta pericia, inculcada desde la infancia, para colocar
las telas sobre el cuerpo.
A
2.1. GRECIA
No se tiene noticia de prendas interiores en Grecia.
La túnica de los humildes se denomina exomide porque deja al descubierto un hombro;
se trata de un simple rectángulo de tejido anudado sobre el hombros izquierdo de modo
que el brazo derecho disponga de toda la movilidad que precisa el trabajo (salvo en el
caso de los zurdos) y con el vuelo recogido por medio de un cinturón.
Mayor categoría revelan las túnicas llamadas peplo y jitón. La primera se confeccionaba
con tejido de lana y se relaciona con las mujeres. Túnica talar, consistía igualmente en
un rectángulo de tejido doblado por la mitad y sujeto a los hombros con fíbulas y al talle
con cinturón. Una estudiada colocación sobre el cuerpo producía hermosos efectos
ablusados. Por su parte el jitón se relaciona con la túnica de lino, más ligera y adecuada
para los meses de calor, procedente de las tierras de la Jonia, antigua Anatolia y hoy
Turquía. No podemos hablar con certeza de túnicas masculinas o femeninas, salvo en el
largo: talares para ellas, hasta la rodilla para ellos.
Sobre la túnica el único tipo manto de que disponía una mujer griega era el himation,
manto diagonal. Su marido también la vestía. La dignidad militar se distinguía con la
clámide o capa de caballero.
Los griegos rara vez se tocaban salvo para evitar el sol (pétaso o sombrero con ala) y
solo se calzaban dentro de casa.
Con todo lo más sorprendente del traje griego no es el vestido, sino que el desnudo
masculina alcanzara entre ellos la consideración de “traje nacional”. Auspiciado por la
alta consideración de que gozaba la belleza masculina, el desnudo suponía para los
griegos, además, un signo de civilización que oponían al pudor de sus vecinos y
enemigos, los persas.
IMÁGENES
6. Mercurio (con jitón y clámide), Eudídice (peplo) y Orfeo (jitón y clámide) en
una estel del siglo V AEC (Louvre) exhiben la belleza del drapeado clásico.
7. Dibujo de Carl Heinrich Stratz (1856) mostrando la colocación del jitón.
8. El orador Demóstenes retratado por Poliucto en el siglo III AEC (Gliptoteca
de Copenhagen) luciendo un palio o himation, manto fundamental de los
griegos y de aquellos romanos particularmente amantes de lo griego, así como
profesores, sabios, filósofos y dioses.
7. Jitón
A
2.2. ROMA
Los romanos, poseedores de un vasto imperio bien comunicado, legan para la Historia
una cultura de síntesis que combina rasgos mediterráneos, nórdicos y orientales. No
obstante, como el arte helenístico era el que gozaba de mayor prestigio entre nuestros
antepasados latinos, también el vestir romano se relaciona mayormente con el griego
que con el de sus vecinos bárbaros.
El guardarropa de los romanos pudientes ha crecido considerablemente comparado
con el griego. La ropa interior, aunque muy simple, meras fajas de tejido que sujetan el
pecho o protegen el sexo, dio lugar a un número sorprendente de términos: mamillare
y fascia pectoralis (literalmente, faja de pecho), licinium (calzoncillo), interula y
subligaculum (túnicas interiores, predecesoras de las camisas). Las túnicas son
igualmente diversas, aunque siempre más cortas para el hombre que para la mujer.
Ésta, cuando se trata de una verdadera dama, se caracteriza por los tirantes que rodean
el cuello (stola con institae). Los mantos romanos son todos parientes de los griegos: el
himation se denomina palio (palla para las mujeres) y la clámide, paludamento o
sagum.
Con todo, el manto más famoso de los romanos, y quizás de todos los tiempos, era la
toga, símbolo de la ciudadanía masculina. Inmenso y pesado chal, siempre de lana y
blanco, daba trabajo al gremio más próspero de las ciudades romanas: el gremio de los
lavanderos de togas, que las blanqueaban con orines y otros productos repelentes. La
toga era forzosa vestirla con la ayuda de una mujer o un esclavo y las estatuas de los
emperadores servían de modelo para ajustarla con propiedad. No obstante, a partir del
siglo III EC comienza su declive en favor de una toga menos pesada y ajustada al torso
con un procedimiento aún desconocido (toga contabulata) y sobre todo del palio
griego, de lejos más ligero y manejable.
En los siglos finales del Imperio el traje romano revela un estilo sincrético, mezcla de
caracteres mediterráneos y bárbaros. Paulatinamente se han ido adoptando numerosas
prendas extraídas de las provincias: los pantalones (femoralia, feminalia, tibialia,
braccae), la túnica de mangas largas (dalmática), el manto tipo poncho pero abierto a
los lagos y con capucha (paenula) y el manto tipo poncho cerrado (casula, luego la
casulla esclesiástica).
No se asumió el cabello largo de los bárbaros del norte, pero la barba y el bigote
regresaron después del siglo II EC. Durante la República las mujeres romanas se
peinaban afectando modestia con un moño en la parte posterior del cogote. En la época
imperial, sin embargo, los arreglos peluqueros alcanzaron una complejidad inusitada y
el peinado se convirtió en el elemento del traje latino más sometido a la volubilidad de
la moda.
9. Dama del Museo del Prado (siglo I EC) vestida con peplo, túnica ablusada, y
el manto diagonal o palio.
10. Tiberio (siglo I EC) con amplia toga (Museos Vaticanos), distintivo del
ciudadano romano, como se vestía en los siglos I y II de la Era Común.
11. Díptico de Probiano, hacia el año 400 (Museo Estatal de Berlín), donde un
masgitrado viste toga contabulata ("toga con tabla", reducción de la vieja toga,
moda de los siglos III a V de nuestra era). Los amanuenses lucen casullas,
seguramente manto de origen bárbaro.
12. Retrato mortuorio del siglo II EC conservado en el Museo Getty. En Grecia,
y la Roma republicana, así como numerosas mujeres conseradoras, se peinaban
discretamente con pequeños moños o rizos.
13. Durante el Imperio, no obstante, estuvieron de moda los peinados
voluminosos e incluso las pelucas de formas escultóricas (dama del Museo de
Estambul).
9. Prado.
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1. Vestimentas Griegas
2. Introducción Los griegos confeccionaban sus vestidos con, el lino,
la lana y las pieles. Las prendas del vestido de los hombres y de las
mujeres se llamaban, chitón o himatión , (túnica y capa). Los
guerreros llevaban pantalones y otros jalecos con medias mangas,
parecidos a las camisetas interiores de hoy y a los jubones; pero hoy
los griegos usan faldellin .
3. El traje civil parece que se simplificó en tiempo de las guerras
médicas. El chitón era una especie de blusa larga, sin mangas,
recogida en la cintura por medio de un cinturón, que llegaba sin
embargo a la rodilla y muy a menudo a los pies. El himatión era una
larga capa formada de una sola pieza de tela que se envolvía al
cuerpo.
4. EL TRAJE PREHELÉNICO traje masculino: El taparrabo, es de
tela ligera, tejido espeso o incluso cuero. Rodea las piernas formando
una falda corta o fuertemente sesgado en las caderas, cae en dos
delantales. Se reemplaza por un calzón cortó, a menudo adornado.
Generalmente el torso está desnudo, excepto en las escenas
religiosas, en que se cubre con una especie de casaca. A veces se
encuentra, echada sobre los hombros, una capa de piel de animal.
5. Llevan unos borceguíes muy altos, especie de medias botas que
suben hasta las pantorrillas, de cuero blanco o gamuza y otros, de
cuero rojo, están provistos de correas dando siete vueltas a la pierna.
Los hombres no empezaron a afeitarse la barba y el bigote hasta
después de Alejandro. Sobre los cabellos largos, se colocan gorros de
lana y un gran sombrero plano y redondo.
6. Traje femenino: El traje femenino es como el de nuestros días.
Llevaban trajes complicados, cuerpos de vestido ajustados, con
mangas huecas y faldas plegadas, los pliegues eran pequeños,
abultados a veces y a veces adornados con volantes realzados con
dibujos o con bordados. El corpiño, abierto hasta el talle, no disimula
el pecho y se ata debajo de los senos y a veces se compone de una
camisola transparente sobre la que se ensarta un corto bolero. Los
antebrazos están siempre desnudos y las mangas son, unas veces,
ceñidas, y otras veces, ahuecadas.
7. El chitón de las mujeres formaba, por lo largo y ancho que era,
una verdadera falda flotante ceñida en la cintura. Esa falda era unas
veces de lana y caía formando grandes pliegues, otras de lino. Para
salir, se envolvía la mujer en un himatión, más amplío y de tela más
flexible. Los trajes más comunes eran de lana blanca con franjas de
color. Las joyas son muy lujosas: anillos, pulseras y collares llevan
indistintamente hombres y mujeres, que usan, además, alfileres para
los cabellos, espirales en filigrana de oro que se mezclan con los
rizos, peines, afeites, cabellos postizos, anillos de oro por los que se
pasan las trenzas, diademas y pendientes. Las mujeres se depilaban
con el candil o por medio de pastas especiales, también utilizaban
navajas.
8. Traje clásico Traje masculino: Los campesinos usaban pieles
curtidas o gruesas vestiduras de lana, que acompañaban con un gorro
de cuero o de piel áspera: la kyné. Los artesanos y los esclavos
preferían la exomis, vestido de trabajo de lana natural sin ningún
adorno de color. Puede ser abierta y sin costura, va cosida hasta el
talle. La túnica o quitón puede ser de lino o de lana. Tiene parecido
al exomis cosida. La túnica se adorna con un segundo cinturón
colocado sobre el pliegue. La túnica larga es un traje de ceremonia.
9. Lo llevan los que ejercen una alta función civil o sacerdotal. La
capa es un vestido civil. Es posible asociarlo con la túnica larga y
finalmente, se lleva sólo sobre el cuerpo desnudo: hay que tener en
cuenta el culto a la forma humana, ley del arte griego. La clámide es
un vestido de lana que se da a los soldados de caballería, a los
militares y a los efebos. es un atuendo de jefe o de rey que puede
recibir una decoración muy brillante.
10. Traje militar: Los hoplitas, que llevan una coraza de escamas
metálicas, cosidas o recamadas. Esta coraza se detiene en el cinturón
y se prolonga con lambrequines. Las piernas se protegen con los
cnémides, de bronce y los pies se calzan con crépides. La espada de
dos filos, provista de una empuñadura de bronce se acompaña con
una vaina de madera forrada de cuero y reforzada con armazones de
bronce; se cuelga de un tahalí de cuero pasado debajo del cinturón.
11. El casco beocio tiene mejillas fijas, un nasal y una cimera con
penacho; el escudo redondo, realzado con placas de bronce, es de un
peso considerable. El soldado de caballería, sobre la túnica de lana
viste un jubón de cuero prolongado por una doble fila de
lambrequines, unas hombreras de cuero cubren el nacimiento de los
brazos. El casco dorio se caracteriza por una gran visera que des-
ciende muy baja, el casco ático lleva guarda-mejillas, y un nasal, el
casco corintio se baja sobre la cara a excepción de los ojos.
12. Traje femenino: Hay que distinguir el traje dorio, hecho con
tejidos de lana atados por fuertes fíbulas, y la túnica de lino, de
origen jonio. El peplo caracteriza la indumentaria dórica. Es el
vestido, más antiguo, de las muchachas espartanas La túnica de lino
se compone de un rectángulo cuyos bordes laterales se reúnen por
una costura. El talle se señala con un cinturón que puede decorarse
con flecos, borlas o campanillas.