PRINCIPIOS DEL SERVICIO

I. INTRODUCCIÓN

Una actitud de servicio es contraria a todo lo que nuestra naturaleza, y en muchos casos,
nuestros antecedentes y educación.

II. NUESTRO EJEMPLO

“Si no que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre
que es sobre todo nombre”. Filipenses 2. 7-9.

Ser un sirviente es un negocio humilde. Casi siempre disminuye nuestro orgullo. Allí es donde
se asienta el problema, orgullo fue el problema de Lucifer, orgullo fue el problema de Adán y la
mayor parte de las veces nuestro problema.
III. TIPOS DE ORGULLO
1. ORGULLO ESPIRITUAL:
Es dicho con aquel viejo fariseo, “Dios, te doy gracias por no ser como otros hombres
son”. Lucas 18:11

a. Esto es notable cuando la gente piensa que tienen un rincón en el evangelio y

están ‘más arriba en la escalera de espiritualidad’ en comparación con otros.
b. Esto es notable cuando la gente se glorifica en su propia justicia. Una actitud e ‘Yo
no hago esto, yo no hago aquello’ está presente.
c. Esto es notable en aquellos que se sienten que están dotados con el don del
espíritu de discernimiento, que va sacando la paja en el ojo de otros sin darse
cuenta de la viga en sus propios ojos.
d. Esto se demuestra en una actitud altiva, y superior.

2. ORGULLO INTELECTUAL
1 de Corintios 8: 1-2 dice “... el conocimiento envanece, pero el amor edifica. Y si
alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo”.
Este tipo de orgullo siempre se nota en una actitud arrogante en comparación con
aquellos que no tienen tanta educación y se olvidan de nuestra capacidad mental fue
dad por Dios. Puede ser evidente también por medio de una actitud de confianza en sí
mismo en lugar de confiar en Dios.
Dios odia el orgullo intelectual de acuerdo a
Proverbios 26:12, “¿Has visto un hombre sabio en su propia opinión? Más esperanza
hay del necio que de él”.

3. ORGULLO MATERIAL
Posesiones materiales, como cualquier otra bendición, provienen de Dios.
 Deuteronomio 8:18 “Si no acuérdate de Jehová tu Dios, porque Él te da el poder para
hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como este día”.

En el orgullo material, el Yo es puesto en el trono en lugar de Dios y tiende a convertir

al hombre en codicioso. El amor al dinero puede convertirse en un hábito más grande
que el de estar sediento por licor. Las cosas se convierten más importantes y la
persona empieza a concentrarse en lo que tiene o quiere en lugar de cuál es su
relación con Dios.
No hay los llamados ‘Hombres hechos por sí mismos’ como nos enseña:
Santiago 1:17 “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del padre
de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.
Un hombre no tiene nada que no haya recibido de la mano de Dios, labilidad de
trabajar, una mente para pensar y la libertad de oportunidad.

4. ORGULLO SOCIAL
Este tipo de orgullo se manifiesta en clases, razas y arrogancia de castas. De cualquier
manera, Dios no hace las distinciones en el hombre que los hombres hacen entre ellos.
Una evidencia del orgullo social son aquellos que buscan una situación social como
una meta importante en sus vidas. Ser el N° 1... aún encima de Dios, como Lucifer hizo
en Isaías 14: 12-15, pero mayormente encima del hombre.

5. ORGULLO FÍSICO
Hay una diferencia entre la estimación propia, la cual es saludable y aceptable delante
de Dios, y el problema del orgullo físico. Es algunas veces evidente al dedicar mucho
tiempo a nuestra apariencia y olvidar la relación con el Señor.
¿Pasas el mismo tiempo en la palabra de Dios como lo pasas cuidando tus uñas, tu
pelo (para las señoritas), o en levantamiento de pesas (para los hombres, esperamos)
y deportes?
Algunas de estas cosas están fuera de balance, absorbiendo nuestro tiempo porque las
ponemos encima de las cosas del Señor en importancia. El Señor nos hará vernos de lo
mejor porque somos sus embajadores y debemos querer ser testigos vivientes al estar
representándolo a Él. Traer honor y gloria a su nombre debe ser nuestro factor para
motivarnos a hacerlo.

6. ORGULLO EN NUESTRA HUMILDAD

Uno de los tipos de orgullo más engañoso, es el de estar orgulloso de cuan humildes
somos. ¿Has conocido alguien que se considere orgullosos de estar harapiento? Hoyos
en los calcetines, ropa que no le viene, tal vez sucio. Es tan pecaminoso estar orgulloso
de ser humilde, pero aparentemente más engañoso.
“Abominación es a Jehová todo altivo de corazón”. Proverbios 16:5.
Después de aceptar y reconocer el orgullo en nuestras vidas, entonces podemos tratar
de ser un sirviente.

IV. ¿CUÁL ES NUESTRO MOTIVO PARA SER UN SIRVIENTE?

 En algunos casos, tal vez parezcamos especialmente espirituales si tenemos una actitud de
sirvientes. Es bueno tener a otros que piensen que tenemos un espíritu de caridad y
servicio, y que nos dejen saber que ellos lo piensan así, pero si ese es nuestro motivo, ya
obtuvimos nuestra recompensa. ¿Si vamos a través del día con un semblante de sacrificio,
oscuro y adolorido, sin alegría en nuestra experiencia, crees que tenemos los buenos
motivos?

V. ALGUNAS EVIDENCIAS BÁSICAS DE SERVICIOS

Estamos dispuestos a:
 Dejar nuestra privacidad. Casi cualquier clase de ministerio espiritual requiere el
involucrarse con la gente.
 Aceptar mil clases de pequeñas imposiciones en nuestro horario
 Negarnos la satisfacción de estar disgustados con la gente quienes están
aparentemente consentidos y critican a otros. Aprender a amarlos de cualquier
manera.
 Darle a otros lo que se nos pida
 Aplastar la tentación natural de cuidar nuestros propios dolores y hacer hincapié en
nuestras incomodidades
 Encomendar nuestras imperfecciones al Señor
 Practicar una actitud de fe aun si no siento esta profunda fe.
 Seguir haciendo el trabajo que Dios ha dado aun si encontramos oposición, somos
ridiculizados, desalentados y parezca que fracasamos
 Buscar el poder del Espíritu Santo aun si esto significa dejar algunas de las cosas que
sentía que eran de gran importancia en mi vida.