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PERSONAS IMPEDIDAS PARA SER TUTORES...............................................................2


ARTíCULO 515..................................................................................................................2
CONCORDANCIAS:.........................................................................................................2
Comentario..........................................................................................................................2
DOCTRINA........................................................................................................................5
EXCUSA AL CARGO DE TUTOR.......................................................................................6
ARTICULO 518.................................................................................................................6
Comentario..........................................................................................................................6
DOCTRINA........................................................................................................................8
PLAZO PARA PROPONER EXCUSA..................................................................................9
ARTICULO.........................................................................................................................9
Comentario..........................................................................................................................9
DOCTRINA......................................................................................................................10
PERSONAS IMPEDIDAS PARA SER TUTORES

ARTíCULO 515

No pueden ser tutores:

1.- Los menores de edad. Si fueran nombrados en testamento o por escritura


pública, ejercerán el cargo cuando lleguen a la mayoría.
2.- Los sujetos a curatela.
3.- Los deudores o acreedores del menor, por cantidades de consideración, ni los
fiadores de los primeros, a no ser que los padres los hubiesen nombrado sabiendo
esta circunstancia.
4.- Los que tengan en un pleito propio, o de sus ascendientes, descendientes o
cónyuge, interés contrario al del menor, a menos que con conocimiento de ello
hubiesen sido nombrados por los padres.
5.- Los enemigos del menor o de sus ascendientes o hermanos.
6.- Los excluidos expresamente de la tutela por el padre o por la madre.
7.- Los quebrados y quienes están sujetos a un procedimiento de quiebra.
8.- Los condenados por homicidio, lesiones dolosas, riña, aborto, exposición o
abandono de personas en peligro, supresión o alteración del estado civil, o por
delitos contra el patrimonio o contra las buenas costumbres.
9.- Las personas de mala conducta notoria o que no tuvieren manera de vivir
conocida.
10.-Los que fueron destituidos de la patria potestad.
11.-Los que fueron removidos de otra tutela.

CONCORDANCIAS:

C.C. arts. 43, 463, 516, 554, 564


C.P. arts. 106, 114, 121, 125, 179, 192

Comentario

María Teresa Cornejo Pava

Es pertinente considerar que no todas las personas están en aptitud de asumir la


responsabilidad que implican la tutela y su ejercicio. Es preciso que la persona a
quien la ley señale o reconozca como tutor reúna determinadas condiciones sin
las cuales la persona y los bienes del menor, sea éste niño o adolescente,
quedarían expuestos a toda clase de peligros. Por ello, el artículo 515 establece
taxativamente las personas que no pueden ser tutores:
a) Los menores de edad. Si fueran nombrados en testamento o por escritura
pública, ejercerán el cargo cuando lleguen a la mayoría de edad.
Ahora bien, como quiera que el inciso se refiere al menor de edad, debe
entenderse que tal nombramiento puede recaer en un niño o en un adolescente.
El inciso 1 determina que, en tanto los tutores nombrados sean menores de edad,
la tutela deberá ser ejercida por un tutor legítimo o, a falta de éste, por un tutor
dativo. La mayoría de edad del tutor menor nombrado en testamento o por
escritura pública pone fin a la tutela que, durante su minoridad, ha ejercido dicho
tutor legítimo o dativo, según haya sido el caso.

Como se advierte de la propia norma, se trata del cese del cargo de tutor,
producido por la mayoría de edad alcanzada por quien fue nombrado tutor
testamentario o escriturario, no obstante ser menor de edad, y que ejercerá tal
cargo al haber alcanzado dicha mayoría de edad.

En consecuencia, la hipótesis de la parte final del inciso 1° del artículo 515 debe
adicionarse a las cinco que, para efectos del cese del cargo de tutor, enumera
taxativamente el artículo 550 toda vez que ella no está comprendida en ninguna
de las situaciones previstas en él.

Podría eventualmente pensarse en la remoción del tutor legítimo o dativo que


venía ejerciendo dicho cargo. Sin embargo, esta figura se da solamente en las
hipótesis previstas en los dos incisos del artículo 554, las mismas que se refieren
a la existencia de impedimento para el ejercicio del cargo y al perjuicio causado al
menor en su persona o en sus intereses, situaciones que no se dan en la hipótesis
bajo comentario.

Es suficiente para la aplicación de la parte final del inciso 1° en comentario que


dicho menor alcance la mayoría de edad. Evidentemente, se trata de que este
adolescente llegue a dicha edad siendo sujeto capaz. Si, no obstante haber
alcanzado la mayoría de edad, adoleciera de alguna incapacidad, no podrá ejercer
la tutela para la que fue nombrado testamentaria o escriturariamente.

Ante esta situación cabe preguntarse quién ejercerá la tutela. El Código no ha


contemplado esta hipótesis. Por tanto, podría entenderse que, en aplicación de la
parte final del inciso 1 Q precedente, ella continuará a cargo de la persona que la
ejerció durante la minoridad del tutor designado. Si dicha persona fuere tutor
dativo, podrá renunciar el cargo luego de haberlo desempeñado seis años.

Se plantea la interrogante de si, en la hipótesis que hemos planteado, podría


nombrarse tutor, no a quien vino ejerciendo la tutela durante la minoridad de dicho
tutor designado, sino al curador del menor que, no obstante haber alcanzado la
mayoría de edad, no puede ejercer la tutela para la que fue nombrado por
adolecer de alguna incapacidad que determina su interdicción y sometimiento a
curatela.
Considerando que la tutela reemplaza a la patria potestad ¿podría estimarse de
aplicación por analogía el artículo 580 en cuya virtud el curador de un incapaz que
tiene hijos menores, será tutor de éstos?

b) Los sujetos a curatela.

El fundamento del impedimento es obvio: un incapaz no puede guardar de la


persona y de los bienes de un incapaz menor de edad.

En este orden de ideas, como ya se dijo antes, si el menor de edad a que se


contrae el inciso precedente ya comentado alcanza su mayoría de edad pero
ocurre que, no obstante ello, adolece de alguna incapacidad y requiere de un
curador, no podrá ejercer la tutela para la que fue nombrado.

c) Los deudores o acreedores del menor, por cantidades de consideración, ni los


fiadores de los primeros a no ser que los padres los hubiesen nombrado sabiendo
esta circunstancia.

Aquí se plantean varias interrogantes:


1. ¿Qué debe entenderse por "cantidades de consideración"?; ¿quién decide qué
se entiende por ellas?
2. Con relación a los fiadores de los deudores, ¿rige también lo relativo a dichas
"cantidades de consideración" o es suficiente que sea fiador del deudor del menor,
cualquiera sea el monto de la deuda, para que no pueda ser tutor del mismo?
3. ¿Qué ocurriría si -no obstante que los padres hubiesen nombrado como tutor a
un deudor, acreedor o fiador del menor sabiendo esta circunstanciael propio
menor, algún pariente de éste, el Ministerio Público, o el juez, estimaran que el
ejercicio de la tutela por dichas personas no es conveniente para la guarda de la
persona y/o de los bienes de dicho menor?

De acuerdo con el numeral 2 del artículo 554 del Código, cabría la remoción del
tutor si causa perjuicio al menor en su persona o intereses.

Los artículos 557, 558, 559,560 Y 555 establecen las siguientes normas: a) el
menor que ha cumplido la edad de catorce años puede pedir al juez la remoción
de su tutor; b) los parientes del menor y el Ministerio Público están obligados a
pedir dicha remoción; c) cualquiera puede denunciar al tutor por causas que den
lugar a su remoción; d) si el juez tiene conocimiento de algún perjuicio que el tutor
cause al menor, convocará de oficio al consejo de familia para que proceda, según
las circunstancias, a usar sus facultades en beneficio de aquél; e) después de
presentada la demanda de remoción, el juez puede suspender provisionalmente al
tutor, si existe peligro en la demora.

Bajo el epígrafe "Impugnación de los actos del tutor" el artículo 99 del Código de
los Niños y Adolescentes vigente dispone que UEI adolescente puede recurrir ante
el juez contra los actos de su tutor, así como pedir la remoción del mismo".
De conformidad con su artículo 100, el mismo Código hace referencia al juez
especializado como la autoridad u... competente para nombrartutor... "y como u...
responsable de supervisar periódicamente el cumplimiento de su labor".
d) Los que tengan en un pleito propio o de sus ascendientes, descendientes o
cónyuge, interés contrario al del menor, a menos que con conocimiento de ello
hubieren sido nombrados por los padres.

Respecto de este supuesto se plantea la interrogante relativa a qué ocurriría si -no


obstante el nombramiento efectuado por los padres- el propio menor, algún
pariente de éste, el Ministerio Público, o el juez, estimaran que el ejercicio de la
tutela por dichas personas no es conveniente para la guarda de la persona y/o de
los bienes de dicho menor.

En esta hipótesis cabe también la referencia al numeral 2 del artículo 554 y a los
artículos 557, 558, 559, 560 Y 555 del Código, citados en el supuesto precedente.

DOCTRINA

ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERO, Ángela y


PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984.
Tomo VII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 1997; BORDA, Guillermo A.
Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT,
Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires,
Astrea, 1996; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos.
Lima, Gaceta Jurídica, 1998; DiEZ-PICAZa, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de
Derecho Civil, Vol. IV. Madrid, 1986; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de Familia
en el Código Civil. Lima, Editorial Idemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F. Manual de
Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001.
EXCUSA AL CARGO DE TUTOR

ARTICULO 518

Pueden excusarse del cargo de tutor:


1.- Los extraños, si hay en el lugar pariente consanguíneo idóneo.
2.- Los analfabetos.
3.- Los que por enfermedad crónica no pueden cumplir los deberes del cargo.
4.- Los mayores de sesenta años.
5.- Los que no tienen domicilio fijo, por razón de sus actividades.
6.- Los que habitan lejos del lugar donde ha de ejercerse la tutela.
7.- Los que tienen más de cuatro hijos bajo su patria potestad.
8.- Los que sean o hayan sido tutores o curadores de otra persona.
9.- Los que desempeñan función pública que consideren incompatible con el
ejercicio de la tutela.

Comentario

Ricardo Valverde Morante

El tutor nombrado que no esté impedido de ejercer el cargo, está obligado a


aceptarlo. Sin embargo, puede proponer su excusa de encontrarse en alguno de
los supuestos contemplados en el artículo 518 del Código Civil vigente. Las
causales de excusa del cargo de tutor se sustentan en supuestos de
incompatibilidad del nombrado para su ejercicio.

En el derecho comparado, el Código Civil argentino, a diferencia de otros que fijan


expresamente las causas de excusación, ha preferido con muy buen criterio dejar
librada a la apreciación judicial la importancia de los motivos invocados. En la
práctica, los jueces suelen admitir la excusación aunque los fundamentos no
parezcan importantes, pues una persona que sin motivos valederos se niega a
desempeñar la tutela, revela un desgano que hace presumir que no ha de cumplir
satisfactoriamente sus deberes. Insistir en su designación importaría en definitiva
un perjuicio para el menor (BORDA, p. 349).

Asimismo, el artículo 251 del Código Civil español señala que será excusable el
desempeño de la tutela cuando por razones de edad, de enfermedad,
ocupaciones personales o profesionales, por falta de vínculos de cualquier clase
entre tutor y tutelado, o por cualquier otra causa, resulte excesivamente gravoso el
ejercicio del cargo. Dispone además que las personas jurídicas podrán excusarse
cuando carezcan de medios suficientes para el adecuado desempeño de la tutela.
La diferencia entre las causas de incapacidad para la tutela y las de excusa de la
misma radica en que las primeras obligan al llamado o designado a no asumir o
apartarse del ejercicio del cargo, porque no conviene a los intereses del menor
que aquél asuma su guarda; mientras que las de excusa, teniendo en cuenta las
justas razones del llamado o designado, lo faculta para no aceptar el cargo. Las
primeras imponen una obligación de apartarse, las segundas, una facultad de
hacerlo.

En general, las causal es de excusa suelen referirse unas al desempeño de


determinadas funciones, cargos o empleos que por su naturaleza, o
trascendencia, responsabilidad, complejidad o exigencia de dedicación puedan
colocar al llamado o designado en el caso de desatenderlas para ocuparse
eficazmente de la tutela o viceversa.

Otras, a limitaciones de la aptitud del llamado o designado derivadas de la edad,


de enfermedad u otras semejantes, o de la disponibilidad del llamado o designado
para afrontar las labores de la guarda, como por ejemplo, la pobreza, que obligue
a dedicar toda la energía y el tiempo a procurar la subsistencia propia o de la
familia más cercana, o que se acentúe a raíz del ejercicio de la tutela, o como el
hecho de tener ya, el llamado o designado, otros menores bajo su guarda, o de la
preparación insuficiente para asumir la responsabilidad, como ocurre o puede
ocurrir con el analfabeto (CORNEJO CHÁVEZ, p. 712).

En este contexto legal, cuando una persona llamada al ejercicio de la tutela se


halla incursa en alguna de las causales antes indicadas, tiene el derecho de
proponer su excusa, tal como lo establece el artículo 518 del Código Civil.

Asimismo, el Código Civil vigente suscita sobre el tema algunas dudas que deben
ser esclarecidas, las mismas que versan sobre:
1) Si las causas enumeradas son taxativas o enunciativas, pensamos que son
meramente enunciativas.
2) Si desaparecida la causal de excusa se puede obligar al llamado a asumir el
cargo, creemos que sí es posible.
3) Si quien se excusa falsamente o sin causa legítima se hace pasible de alguna
sanción, estimamos que se hace indigno de suceder al testador.
4) Si iniciada las funciones podrían invocarse las causales para apartarse del
cargo, lo cual suponemos factible (PERALTA ANDIA, p. 559).

Debemos destacar que el antecedente legislativo del artículo bajo comentario lo


encontramos en el artículo 333 del Código Civil de 1852 y en el artículo 497 del
Código Civil de 1936.

DOCTRINA
ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y
PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984.
Tomo VII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 1997; BORDA, Guillermo A.
Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT,
Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires,
Astrea, 1996; CORNEJO CHÁVEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos.
Lima, Gaceta Jurídica, 1998; DíEZ-PICAZO, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de
Derecho Civil, Vol. IV. Madrid, 1986; MESSINEO, Francesco. Manual de Derecho
Civil y Comercial. Buenos Aires, Ejea, 1971; PERALTA ANDIA, Javier. Derecho de
Familia en el Código Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002; PLÁCIDO V., Alex F.
Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001.
PLAZO PARA PROPONER EXCUSA

ARTICULO

El tutor debe proponer su excusa dentro del plazo de quince días desde que tuvo
noticia del nombramiento o desde que sobrevino la causal si está ejerciendo el
cargo. No puede proponerla vencido ese plazo.

Comentario

Ricardo Valverde Morante

Podemos establecer como axioma que la finalidad de la figura jurídica del tutor es
llenar el vacío dejado por los padres. Es por eso que sus atributos y deberes sean
similares, pero no iguales, porque la relación paterno-filial surge de la sangre
respecto de la existente entre un tutor y un pupilo que es una creación del hombre,
por lo tanto sujeta a márgenes de error.

Por ello, si bien se tiene presente la imagen de la patria potestad, los poderes de
los tutores son menores y en ese sentido mayor es la fiscalización a la que están
sometidos. Así por ejemplo, el Código Civil reconoce que el tutor debe alimentar y
educar al menor de acuerdo con la condición de éste y proteger, defender y
representar a su persona, según las disposiciones relativas a la patria potestad y
bajo la supervisión del consejo de familia.

En el presente artículo se regula el tiempo en que el tutor puede excusarse del


cargo, debiendo recordar que la excusa depende de la voluntad del tutor,
estableciendo la ley un plazo de 15 días para plantearla desde que se tuvo noticia
del nombramiento o desde que sobrevino la causal si estuviera ejerciendo el
cargo. No pudiendo proponerla si el plazo se ha vencido.

La excusa y la renuncia se siguen como proceso abreviado; el guardador debe


presentar su excusa ante el consejo de familia si el tutor es dativo, o ante el propio
juez si es de otra clase. Presentada la excusa, el juez manda que el consejo de
familia nombre un defensor. En cuanto a la renuncia el tutor dativo que ejerce el
cargo durante seis años puede renunciar al mismo. Los demás tutores pueden
renunciar al cargo en cualquier momento por alguna causal que hubiese impedido
su nombramiento. La sentencia es factible de ser contradicha en el proceso de
conocimiento (MALLQUI REYNOSO y MOMETHIANO ZUMAETA, p. 1169).

Es importante destacar que el Código Civil español en su artículo 252 regula que
el interesado que alegue causa de excusa, deberá hacerlo dentro del plazo de
quince días a contar desde que tuviera conocimiento del nombramiento. El tutor
podrá excusarse de continuar ejerciendo la tutela, siempre que hubiera persona de
parecidas condiciones para sustituirle, cuando durante el desempeño de aquella le
sobrevenga cualquiera de los motivos de excusa contemplados en la ley.
Cuando una persona llamada al ejercicio de la tutela se halla incursa en alguna de
las causal es indicadas en el artículo 518 de nuestro Código Civil vigente, tiene el
derecho de proponer su excusa.

Así lo establecía también el Código Civil derogado, pero lo hacía en términos a


nuestro juicio inconvenientes en cuanto al plazo del que el llamado disponía para
tal fin: quince días después de que tuvo conocimiento de su nombramiento, si
fuese tutor dativo, o del hecho que originó la tutela, si fuese testamentario,
escriturario o legítimo.

No nos parecía equitativo, que tratándose de tutor testamentario, escriturario o


legítimo, el plazo se le cuente desde que ocurrió el hecho que origina la
guardaduría, esto es, la muerte de los padres que ejercen la patria potestad, por
ejemplo si el llamado o designado no se enteró de tal hecho. Para todo tutor
debería, a nuestro juicio, contarse el plazo desde que se enteró del nombramiento
o llamado. Ésta es precisamente la fórmula del artículo 519 del Código Civil de
1984 (CORNEJO CHÁVEZ, p. 714).

El antecedente legislativo del citado artículo lo encontramos en el artículo 337 del


Código Civil de 1852 y en el artículo 498 del Código Civil de 1936.

DOCTRINA

ARIAS-SCHREIBER PEZET, Max, ARIAS-SCHREIBER MONTERa, Ángela y


PLÁCIDO VILCACHAGUA, Alex. Exégesis del Código Civil peruano de 1984.
Tomo VII. Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 1997; BORDA, Guillermo A.
Tratado de Derecho Civil. Familia. Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1984; BOSSERT,
Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de Familia. Buenos Aires,
Astrea, 1996; CORNEJO CHÁ VEZ, Héctor. Derecho Familiar Peruano. 2 Tomos.
Lima, Gaceta Jurídica, 1998; DiEZ-PICAZa, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de
Derecho Civil, Vol. IV. Madrid, 1986; MALLQUI, Max y MOMETHIANO, Eloy.
Derecho de Familia. Lima, Ed. San Marcos, 2002; MESSINEO, Francesco. Manual
de Derecho Civil y Comercial. Buenos Aires, Ejea, 1971; PERALTA ANDIA, Javier.
Derecho de Familia en el Código Civil. Lima, Editorialldemsa, 2002; PLÁCIDO V.,
Alex F. Manual de Derecho de Familia. Lima, Gaceta Jurídica, 2001.

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