La Programación Neuro-Lingüística es un sistema de formación para la

modificación de conductas, que nos permite alcanzar el éxito en todo

aquello donde consideramos aplicarla. Requiere trabajo de nuestra parte y
sobretodo, conocimiento. El primer punto de partida para construir el
éxito es la disposición a aprender y a cambiar. Nuestro cerebro tiene lo
que los especialistas llaman plasticidad, dependiendo de los estímulos y el
trabajo que hacemos para ello. Esto se refiere a la capacidad adaptativa y a
la posibilidad de generar cambios. Pero el cerebro también puede perder
la plasticidad de acuerdo a nuestras creencias y actitudes. Un cerebro con
mayor plasticidad es más adaptativo y, en consecuencia, mucho más
dinámico.
Veamos el concepto de plasticidad.

«La plasticidad cerebral se refiere a la

capacidad del sistema nervioso para
cambiar su estructura y su
funcionamiento a lo largo de su vida,
como reacción a la diversidad del
entorno. Aunque este término se
utiliza hoy día en psicología y
neurociencia, no es fácil de definir.
Se utiliza para referirse a la los
cambios que se dan a diferentes
niveles en el sistema nervioso:
Estructuras moleculares, cambios en
la expresión genética y
comportamiento.»

Si nuestro cerebro es anatómica y https://www.cognifit.com/es/plasticidad-cerebral

fisiológicamente flexible, nuestras ideas no deben ser menos. Al contrario,

cuando tenemos ideas que se adaptan a las circunstancias, pero no desde
una visión conformista, que eso es más bien estático, estamos en las
puertas de poder generar cambios y sacar el mejor provecho a cada
momento de nuestra vida, para poder alcanzar el éxito en cualquier plano
que deseemos.
10 Claves de PNL para inspirar el éxito en tu vida

1. El mapa no es el territorio
Aunque el mundo que te rodea sea real, no operamos sobre esa realidad,
sino que cada uno de nosotros construye su VISIÓN del mundo. En este
sentido, debes comenzar plantearte que tienes la posibilidad de actuar
sobre el mapa mental que tienes de tu mundo. Cuando logras cambiar tu
mapa mental de las cosas, puedes conseguir resultados más eficaces.

2. Elección
Cada persona realiza la mejor elección entre todas aquellas de las cuales
tiene conciencia. Es por ello que necesitas tener la disposición de ver qué
otras opciones pueden aportar mayores beneficios para alcanzar tus
metas. En este sentido, es necesario combinar muy bien la razón y la
emoción. Muchas veces tomamos decisiones basados solamente en la
emocionalidad, olvidando aspectos de la razón. Por ejemplo, cuando
alguien nos gusta o nos sentimos atraídos por esa persona, nos enfocamos
en un solo aspecto de la relación. Idealizamos a la persona y perdemos la
objetividad, dejamos verla en toda su dimensión y obviamos las amenazas
que están latentes en una posible relación. Por ello es importante conocer
bien el territorio donde queremos caminar y analizar todos los factores
que pueden potenciar el éxito y enfrentar las amenazas.

3. Maneja diversas opciones

Cuando una persona tiene mayores opciones para tomar una decisión, sus
posibilidades de éxito se amplían. Es por eso que cuando estés frente al
desarrollo de un plan, debes incorporar la mayor cantidad de opciones
para decidir cuál es la manera que puedes alcanzar las metas que te has
planteado. Las mentes flexibles saben que no hay un solo camino para
alcanzar el éxito. Muchas veces la que parece más fácil, no es la más
 adecuada. Ten en cuenta que del mismo modo que una opción sea más
trabajosa no significa que será más duradera. La idea es que puedas ver
cuál de todas las opciones que tienes sobre la mesa te aporta mayores
beneficios, cuál de ellas puede ayudarte a alcanzar de la mejor manera
aquello que te propones.
Supongamos que quieres conquistar a alguien. ¿Qué te propones a ti para
hacer que esa persona se fije en ti? En principio deberías pararte frente a
un espejo y preguntarte qué es lo mejor que tienes para ofrecer, es decir,
qué cosa de ti suele ser la que más agrada a las personas. Ves todas tus
opciones y una vez que determinas cuál es tu potencial más destacado,
úsalo. En nuestra propia naturaleza como personas están los talentos o
potencialidades que nos pueden encaminar al éxito. Lo importantes es
saber aprovechar los recursos con los que cuentas.
4. Maximiza tus recursos
Si ya identificaste cuál es tu mejor opción o cuáles es el mayor potencial
que tienes para lograr un objetivo, pues es hora de sacarle brillo a tu
talento. Si eres un experto en trabajar la madera, pero hacer pasteles te
sale mal, entonces no te pongas a hacer pasteles. Eso no quiere decir que
no puedas aprender a preparar pasteles, porque todo en la vida se puede
aprender. Simplemente se trata de que si quieres ganar dinero y la madera
se lleva bien con tus manos, pues destácate en ello. Estudia el mercado y
aprende de conceptos e ideas innovadoras que se apliquen en otras partes,
especialmente en ideas de otros países que tal vez no sean muy comunes
en las tuyas. Trata de ser vanguardista en tu entorno. A veces basta un
pequeño plus, algo que marque la diferencia con el resto de los
emprendimientos similares al tuyo que hay en tu zona.
5. Trabaja más allá de tu zona de confort
El éxito no se alcanza sin trabajo, de hecho, se construye. ¿Y cómo
construyes una casa para que sea sólida? Recuerda la historia de los tres
cerditos. Esta historia resume varios de los puntos que hemos visto hasta
ahora. Ante la AMENAZA de un ataque inminente de un lobo, cada
cerdito levantó una casa. El primero optó por lo más cómodo, recogió un
poco de paja acá y allá y construyó su casa. El segundo se esforzó un poco
más y la hizo de madera. El tercero supo que el lobo feroz tenía mucha
fuerza, así que decidió hacer una casa mucho más sólida. La construyó con
bloques de cemento. El lobo derribó las dos primeras casas, pero no pudo
con la tercera. Entonces, si quieres emprender el camino al éxito y quieres
alcanzar una determinada meta, debes identificar la fuerza de aquello que se
convierte en amenaza y trabaja con más esfuerzo para minimizar. Recuerda
que mientras más exijas a tu cerebro, estarás trabajando su plasticidad y éste
te responderá de mejor manera y te vendrán a ti ideas luminosas, al
contrario si te mantienes en tu zona de confort y no tomas riesgos. Para
ganar hay que correr riesgos, las personas conformistas que no salen de
aquello que conocen no llegan a ninguna parte.

6. Hazle caso a Rudyar Kipling

En su poema «Si», el escritor Rudyar Kipling decía que “Si puedes apilar
todas tus ganancias y arriesgarlas a una sola jugada; y perder, y empezar de
nuevo desde el principio y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida”. Lo
que quiero decirte es que si en el camino a tus metas tienes algún “fracaso”,
debes aprender a convertir en aprendizaje, la experiencia es el bien más
preciado de los triunfadores. La propia y la ajena. Asumir los fracasos es
una de las clave del éxito. Ninguno de los empresarios exitosos que
conoces o los más grandes seductores ganó siempre. Todos en algún
momento tuvieron sus retrocesos. ¿Sabes que la autora de la saga Harry
Potter recibió varios rechazos editoriales antes de publicar su obra, que
terminó convirtiéndola en una de las mujeres más ricas de Reino Unido? ¿o
que la banda The Beatles también fue rechazada por productores musicales
antes de poder grabar un disco? Lo importante es que un fracaso no es una
derrota total. Aprende de los retrocesos, reorganiza tus fuerzas y sigue
adelante. Tu objetivo está siempre más allá de la circunstancia actual. En la
PNL (y en la mente de las personas exitosas) no existen fracasos ni errores,
solo resultados.
7. La comunicación es clave de éxito
En PNL la respuesta que recibes es el significado de la comunicación. Ella
determina elementos que te enseñan el camino a seguir en tu relación
dialógica con el mundo y tu objetivo. Si quieres ser una persona popular,
aprende a analizar la respuesta de aquellos a quien te diriges. Si estás
conquistando a una persona, mira las respuestas que obtienes. A partir de
eso, mejora tus mensajes. La manera en que te comunicas te dará la
retroalimentación esperada. Aprende a determinar cuáles son los intereses
del público que te diriges para que tus mensajes despierten su interés.

8. Eres el creador de tus experiencias

En muchos lugares has leído o escuchado esa expresión de que eres el
creador tu destino. En esta ocasión quiero que lo veas no como una frase
motivadora, sino como un hecho concreto. Eres el dios de tu mundo. Tú
creas el ambiente a tu alrededor y los efectos que eso produce. Solo
observa. Cuando estás molesto, todo tu entorno se vuelve hostil, cualquier
cosa agrava tu irritación. Cuando vas a un lugar determinado, tú decides
qué camino tomar. Eso te hace creador de tus experiencias. No vas a vivir
lo mismo si decides tomar el metro o caminar. La decisión te hará vivir las
cosas de manera distinta, aunque tengas en mente el mismo destino.
Procura entonces que tu tránsito hacia el objetivo que te planteas sea
gratificante.

9. Todo en ti comunica
Somos una entidad constructora de mensaje. Ya mencionamos algo sobre
la importancia de la comunicación, pero quiero decirte que la comunicación
es clave en el éxito. Toda relación humana, afectiva, comercial, se basa en la
comunicación. Así que tu mente y tu cuerpo forman parte de un solo
sistema, así que tus gestos, tus expresiones y tus acciones comunican tanto
como tus palabras, incluso, a veces mucho más.
10. Trabaja todos los días
El éxito es un edificio que se construye bloque a bloque. Cada día debes
aportar algo. Un día mezcla el cemento, el otro levanta las columnas, luego
las paredes y así sucesivamente, pero no dejes un solo día de aportar algo a
la construcción de tu éxito. Eso no quiere decir que te hagas esclavo de tu
proyecto, sino que sepas que cualquier cosa en tu entorno, por simple que
sea, puede ayudarte a crecer y alcanzar todo lo que te propones.

Un regalo más
Para terminar, te dejo el poema completo de Rudyard Kipling. Este poema
siempre fue para mí muy inspirador, cada vez que pasé pruebas difíciles,
como la muerte de mi padre, lo leía y me ayudaba a seguir adelante.

Si...
Si puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor
la pierdan y te culpen a ti.
Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero también aceptas que tengan dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no incurres en el odio.
Y aun así no te las das de bueno ni de sabio.

Si puedes soñar sin que los sueños te dominen;

Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso,
y tratar a esos dos impostores de la misma manera.
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho,
tergiversada por villanos para engañar a los necios.
O ver cómo se destruye todo aquello por lo que has dado la vida,
y remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.

Si puedes apilar todas tus ganancias

y arriesgarlas a una sola jugada;
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y nunca decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón, y tus nervios y tendones,
a cumplir con tus objetivos mucho después de que estén agotados,
y así resistir cuando ya no te queda nada
salvo la Voluntad, que les dice: "¡Resistid!".

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.

O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el implacable minuto,
con sesenta segundos de diligente labor
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y —lo que es más—: ¡serás un Hombre, hijo mío!