que tienen lugar dentro del organismo y de sus interacciones con otros
organismos y sustancias externas encaminado a colaborar de forma primordial
en su desarrollo embrionario, en el mantenimiento de su homeostasis, en el
establecimiento de su identidad individual y en su integración en el ecosistema.
Entre todas estas acciones, la más conocida ha sido y es la de la defensa frente
a las infecciones, y será este el aspecto en que se centre este artículo. La
inmunidad, entendida así como mecanismo de defensa, involucra tanto a
componentes específicos como inespecíficos. Los componentes inespecíficos,
más antiguos en la filogenia, actúan como barreras o como mecanismos innatos
y fijos de detección y eliminación de los microorganismos patógenos para
detener la infección antes de que puedan causar la enfermedad. Otros
componentes más modernos en la evolución del sistema inmunitario se adaptan
a cada nuevo microorganismo encontrado, se especializan en su detección y
generan una memoria para posibles futuros contactos.
Los mecanismos de defensa son una parte íntegra del funcionamiento psíquico
de todo individuo y sólo se les considera patológicos cuando se abusa de ellos
o cuando son demasiado rígidos. Existen mucha clasificaciones de los
mecanismos de defensa, aquí nos basaremos en el libro de diagnóstico
psicoanalítico de McWilliams (2011)
Enfermedades tumorales
Si los mecanismos de control responsables de la división, el crecimiento y la
diferenciación de las células se descontrolan se forma un tumor (tumor,
neoplasia). Las células tumorales crecen independiente y constantemente. No
ajustan su crecimiento ellas mismas y dejan de reaccionar a las señales de
control del organismo. Por su posición en el cuerpo (desplazamiento de órganos
sanos), su comportamiento de crecimiento (crecimiento penetrante) o por sus
productos metabólicos (hormonas, toxinas, antígenos) dañan al conjunto del
organismo.
Sólo muy poca agua es utilizada para el consumo del hombre, ya que: el 90 %
es agua de mar y tiene sal, el 2 % es hielo y está en los polos, y sólo el 1 % de
toda el agua del planeta es dulce, encontrándose en ríos, lagos y mantos
subterráneos. Además el agua tal como se encuentra en la naturaleza, para ser
utilizada sin riesgo para el consumo humano requiere ser tratada, para eliminar
las partículas y organismos que pueden ser dañinos para la salud. Y finalmente
debe ser distribuida a través de tuberías hasta tu casa, para que puedas
consumirla sin ningún problema ni riesgo alguno.
La mala noticia es que los suelos están en peligro, cada minuto que pasa a nivel
mundial dos hectáreas de suelo son selladas por crecimiento urbano, esto es,
hacer carreteras, casas, edificios.