Anda di halaman 1dari 25

“Demos su valor a la naturaleza”.

Meditando yo pensaba.
en silencio de madrugada,
una llovizna tenue,
se escuchaba desde mi cama,
y así como de repente,
un gallo cantaba,
unos pajaritos chiflaban,
dejo de llover,
el sol hermoso brillaba,
era el inicio de una bella mañana,
al pie de mi cabecera yo rezaba,
agradeciendo a DIOS,
por tanto que me daba,
familia, trabajo, el campo y la flor,
cada paso que por la vida doy,
todo vivido con alegría es mejor,
y, así otro día más para para mi comenzó,
salí a la calle vi un maravilloso paisaje,
todo era para mi por amor,
en la bella naturaleza me hablaba el Señor:
aprende a amarla y sabrás que aquí estoy,
solo te pido que la respetes y le des su valor.
Jorge Díaz Duarte.
Puebla, México

Al caer la tarde".
Gracias Señor te doy,
por todo este día, hoy,
al caer la tarde me entrego en tus brazos, l
llenos de amor.
Recibe, ¡oh!, Padre,
todo lo que viví, en este día, en tú hermoso corazón,
te dejo, mis actos, dolores y mi alegría.
Si, ¡oh!, padre, mis actos, para que los bendigas,
mis dolores, para ponerlos, en la Cruz de Jesús,
y, mi alegría, por haber vivido, contigo todo el día.
Padre, ¡oh!, padre, lleno de bondad y misericordia,
perdona mis errores, que por mi necedad recibiste, en este día.
Toma en tus brazos, a mi familia y amigos,
llénalos de bendiciones, al caer la tarde, yo te lo ruego.
Contigo me entrego al descanso,
Vela mis sueños, te suplico, Señor, manifiéstate en ellos.
Jorge Díaz Duarte
Puebla, México.

“Hoy que salí”.


No es por presumir, pero hoy que salí,
con ese sólo hecho, yo me sentí muy feliz,
feliz porque respiro, feliz porque de amor suspiro,
y, entre suspiro y suspiro,
dando gracias al cielo porque yo vivo,
vivir es un maravilloso destino,
por eso, hoy que salí,
a, DIOS, le quiero decir,
gracias por el don de existir.
Jorge Díaz Duarte.
Puebla, México

La mano que detiene el arma no dispara,


el niño no se cansa en su sonrisa
el dictador pierde la fuerza en el dictado
la voz que debe hablar nadie la calla
el mapa es un dibujo y no una guerra
la paz no solamente está en Bolivia
todo esto que escribí puede ser cierto…
PACO RUBÍN
Publicista y Poeta de tiempo completo
Puebla, México

¿Cruzan las nubes


el sol del crepúsculo
o me miraste?
Alberto Peralta de Legarreta
Comunicólogo, Etnohistoriador y escritor

PAZ
Yo pido paz en el mundo, tal vez es mucho pedir y no se llegue a
cumplir este deseo tan profundo. El mundo, tan iracundo: entre los
hombres se matan, tantas guerras se desatan. Sin alas una paloma.
Ojalá fueran de goma las balas que nos maltratan.
PACO RUBÍN
Publicista y Poeta de tiempo completo
Puebla, México

El cantar de los pájaros es el arrullo de tu mirada, cristales volando en


mis sueños te cobijo entre fuegos obscuros cada amanecer, sueño,
suspiros, pálpitos brillantes plumas de cristal frágiles van cobijando el
cielo de tu mirar
Iordanny Guzmán Hernández
Escritor
Puebla, México

Juegos violentos
Unos mueren. Quizá no deberían todavía. No por esa epidemia que se
llama violencia y que hasta hoy no encuentra cura. O tal vez ya se
encontró, pero la esconden bien escondida, como el que juega a las
escondidillas.
PACO RUBÍN
Publicista y Poeta de tiempo completo
Puebla, México

Haikú

Tu piel dormida
Mecida por mi ardor
Amanecía
Alberto Peralta de Legarreta
Comunicólogo, Ectnohistoriador y escritor
Cd. De México

Llovió

Cuántos caracoles trajo la lluvia


Tan solos
Trazando su tristeza

Alberto Peralta de Legarreta


Comunicólogo, Etnohistoriador y escritor
Cd. De México

Hay que bonita la luna, resplandeciente y blanca, con su singular


belleza, belleza cara de plata es una mujer coqueta, misteriosa como
rara, luminosa en esta noche, hay luna, luna plateada
Iordanny Guzmán Hernández
Escritor
Puebla, México

Morir de pie
Morir de pie
como árbol de Casona.
Serenos. Latido y mirada
a un compás
de luna y de sal,
sombra / camino / galope /
con lo que ya no es
y lo que seremos.

De pie.
Oxígeno y cobijo.
Disimulando soledades
-una taza de café tibio
a medio tomar-.

Y si ni siquiera podemos,
si estamos talados,
si nos derriban…
Morir de pie.

Redimiendo la savia entre las ramas.

Verónica Toller - Argentina

Haikú

Sin tu caminar
¿Qué altura presume
Esta montaña?
Alberto Peralta de Legarreta
Comunicólogo, Etnohistoriador y escritor
Cd. De México

La tormenta”.
Era de noche, de bajo de una fuerte tormenta,
un niño rezaba, al pie de una hermosa higuera,
Señor y DIOS mío, en tus manos pongo mi familia y hogar,
te imploro déjame a casa llegar, y aquel niño sollozando de miedo,
en ese momento escuchó un trueno,
pues DIOS, escuchó sus ruegos, aquella tormenta se empezó a calmar,
y corriendo se fue a su hogar,
alegre, feliz y contento, llegó a su casa y se puso a orar,
dando las gracias, por haber llegado, sano y salvo de aquel lugar.
Jorge Díaz Duarte.
Puebla, México
La mujer. Fresca coqueta frágil e irresistible que capta miradas de
propios y extraños con su vestido blanco que refleja pureza es la flor
que crece en el jardín.

Iordanny Guzmán Hernández


Escritor
Puebla, México

Es tarde
El viento mece el aire
Y los cielos oceánicos
Se revuelven en calma
Para anegar esta miseria
Esta marea de insomnios
De palabras no dichas
De extravío inminente
De pasos apagados que se alejan
Bajo lágrimas aprisionadas
Por pura obstinación
Tardía
Alberto Peralta de Legarreta
Comunicólogo, Etnohistoriador y escritor
Cd. De México

Haikú

Estás ausente
Bella como una flor
Tras la ventana

Alberto Peralta de Legarreta


Comunicólogo, Etnohistoriador y escritor
Cd. De México

Haikú
Entre las flores
Desnudas de mis sueños
No te distingo

Alberto Peralta de Legarreta


Comunicólogo, Etnohistoriador y escritor
Cd. De México

Hubo un tiempo
en que mi fe en una sonrisa
estaba perdida sin remedio
dejé de creer en la alegría de unos ojos
no quise volver a adivinar
el lenguaje de una piel prohibida
había caído en una red
de interminables noches de vacío y ceguera
de haberlo querido, aquel silencio
me habría hablado del prodigio cercano
Pero llegó sin aviso
y en un segundo que sólo tú podrías
haber soñado
Apareciste.
Alberto Peralta de Legarreta
Comunicólogo, Etnohistoriador y escritor
Cd. De México
Tu amor es mágico
Eres como un vaso lleno de agua
Con cada trago calmo mi sed
Pero conlleva un misterio
Al despegar mis labios del vaso
Vuelvo a tener sed
La magia reside en que el vaso nunca se vacía
Y mi sed nunca se llena
Alberto Beltrán Narváez
Coaching, escritor
Veracruz, México

La biblioteca. Mientras el iba a la sección de libros de historia ella iba a


la de cuentos se encontraban todos los días e intercambiaban sonrisas
su amor escribía día con día una página nueva.

Iordanny Guzmán Hernández


Escritor
Puebla, México

Sobre rieles. El tren en cada vagón una poesía, el sonido el humo, sus
historias de enamorados, sus colores sus paisajes, son por si mismos
poesía sobre rieles.

Iordanny Guzmán Hernández


Escritor
Puebla, México

Soledad
Siempre se estaba yendo.
Él la esperaba cada día. Preparaba la mesa
y tendía mantel blanco.
Ella se sentaba, ausente. Con su voz delgada y esa
mirada color pastel.
Él la siguió aguardando.
Pensaba que alguna vez dejaría de irse.
Ella simplemente dejó de llegar.
Verónica Toller
Periodista y Escritora
Argentina

DESPEDIDA
Él la ayudó a sentarse. “Vine para vos”, le dijo.
Ella lo acurrucó en su mirada.
Él le ahuecó la almohada y recostó levemente su cabeza.
Ella no habló más. Él la siguió escuchando.
La tarde empezó a alejarse, añilsedosa.

Por la ventana del fondo, la última aguja de luz


desdibujaba el silencio a hurtadillas.
Lo vio abrazarla por interminable vez.

Ella dejó sus manos destendidas sobre el borde.

Verónica Toller
Periodista y Escritora
Argentina

Un agujero en la noche
Súbitamente invadido por un ángel.
A Pizarnik
Existe una memoria de cada amor
No sucedido
Una presencia fabricada en silencio
Con fragilidad de lluvia y caladura de cárcel,
Caminos sólo andados
por dentro.
Existe una memoria que es tuya y mía
Y sólo yo conozco.
Sensaciones de alma orillándote,
Alma sabiéndote.
Memorias de pasos no trazados
Y palabras no dichas.
Memoria de la espera.
Verónica Toller
Periodista y Escritora
– Argentina

Gota de rocio.

Trocito de lluvia
brillo del jardín
tranquilidad en el trazo

Camino hacia abajo.


Resbalan sin fin.
Incierto y algarabía.

Detiene el paso,
y en un rincón
el dintel te cobija.

Un instante
Reflejo del silencio
desbordante final,
hojarasca que cae

Flor Romero
Maestra en Educación
Puebla, México

A vuelo de colibrí

De tu vuelo
Frágil aleteo
Instante de emoción
Esmeralda, salpicado añil
Ojos pequeños
Volar el vaivén
Rasgando el cielo
Hacia otro lugar
Tu instante,
Mi sonrisa
Y la paz.
Mi pensamiento
Vuela contigo,
A otro lugar
Donde está su mirada
Que te encuentra,
Desprendes su sonrisa.
Dos corazones
Enlazados por tu vuelo
Bello colibrí
Flor Romero
Maestra en Educación
Puebla, México

***
Marea anhelante de ti
Aire, viento indomable
Caricia del mar ante la roca
Incesante golpe, te vuele arena.
Nada resiste
es instinto saberte mío y saberme tuya.
Juego interminable de caricias entre noche y día.
Plena luz incandescente,
Miradas, de pálida luna
Quédate a mis manos como enredaderas
Y al roce de mi cuerpo.
Flor Romero
Maestra en Educación
Puebla, México

***
Crujiente hojarasca bajo mi paso
Amarillas desesperanzas,
Lágrimas de un rey deshojado
Amor vencido?
Mis pasos me llevan a abrazarte
Y siento tu frío y la tristeza,
Tras un instante, mi calor se vuelve tuyo
Tu sobra me abraza y permanezco contigo al caer la noche.

Flor Romero
Maestra en Educación
Puebla, México

***
Que hoy te regalo un trocito de mi alma compartida,
que te regalo la vista de un amanecer nublado,
con niebla adormecida,
encanto,
que puedo regalarte más lo que queda en este cuerpo adormecido,
el corazón, el milagro que le anima,
las caminata segura hacia donde nos lleven los pasos.
Flor Romero
Maestra en Educación
Puebla, México

Caminar en charcos de lluvia


Nítida melodía
Ligereza del viento
Tintinar sobre piedra
Hojas que detienen la borrasca
Lento goteo sobre el suelo
Pisadas en la tierra húmeda,
Sereno olor a tu recuerdo
Tu abrazo y respirar
Camino junto a ti al cerrar los ojos
Los pasos van trazando una historia de dos.
Al voltear la mirada, las huellas
Sólo son un par.
Me detengo, la lluvia terminó,
Sólo queda el frío
Y la pálida luna que acompaña mi soledad.
Flor Romero
Maestra en Educación
Puebla, México

Incandescente amor.
Esta tarde, Jaime regresa con pasos cansados,
arrastrando olvidos.
Cruje la puerta ante el frío de la noche,
afuera las estrellas tintinean.
Es la leña el refugio de la llama que alimenta,
esa llama tiene un nombre, quizá Quimera.
Las palabras dichas con amor pueden
ser quemadas en la hoguera, un amor quemado.
Es tabaco y vino quien a Jaime acompaña;
acompañando, soledad eterna sin quimera.
Luego de un rato la llama que alimenta,
el fuego no puede dejar de arder, irradiando chispeantes senderos,
caminos iluminados, sudores de luz.
Jaime tras el sorbo de vino, se da cuenta que no hay obscuridad
cuando la leña enamorada arde en el corazón.
Sus ojos cierran lentamente,
pronunciando ante el vino: “en mis labios te sé, te reconozco”.
“No hay soledad cuando se ama, y te amo tanto”.
Lengua de la noche, camino de palabras,
un poema escrito, que al piso cae,
chispas que caen, fuego, in-candescente amor.
Flor Romero
Maestra en Educación
Puebla, México

Reacciones racionales
Reacciones torpes que de amargos tragos atiborran al incauto y
timorato.
Tontos e insensatos vagamos por la vida, esclavos de lo efímero que
yace en emociones, ajenas en diversas ocasiones.
Caminamos, tropezamos, caemos, levantamos, perdemos, buscamos,
encontramos o extrañamos...

Somos seres que caminan en continuo debate interno, aparentamos


premura,desatención,desinterés,desesperación,desolación,desgracia,de
sanimo,desamparo,desapego,desgarro

Cuestionamos la vida, omitimos la obviedad de la misma ¿por qué nos


tocó tropezar? cuando es que solo caminamos con el mentón en alto;
causa, efecto, caos y defecto palabras que explican cada instante y
cada recuerdo nuestro...
Mónica Centeno
Escritora
Puebla, México
Los colores del amor
Nuestro romance no surgió a primera vista, pero sin darnos cuenta
algo sucedió desde aquella vez que nos vimos cara a cara. Estuve a
punto dejarlo pasar Pero él estaba firme a hacer la diferencia. Logro
hacerlo de tal forma me hace amarlo con una forma infinita, bonita,
extraña, telaraña, para muchos y uno que otro me podría quizás
comprender. Jamás dejaré de manifestar este amor para siempre.,
aceptándolo con sus imperfecciones totalmente pues eso es el amor.
(Para mi sentir lo es así) Mi pasión por el se convierte en locura, cura
todo, también me dibuja sonrisas, risas en lágrimas, rimas, algunas
son de felicidad. Cuando converso de EL Subo y bajo en desfile de
emociones. Hoy mi VOZ en eco se manifieste, esto que susurrando
ando en el tambor una melodía el anhelo, de niña que ahora siendo
adulta mantiene una misma ilusión desde el día lo elegí. YO soñando,
ando con la misma ilusión de verle Siempre C A M P E Ó N Y seré fiel
en el Azul del cielo y el blanco de las nubes infinitamente...
Mónica Centeno
Escritora
Puebla, México

La Cienega

Una vez más aquí donde recuerdos acuden a mí ,tan abandonado y al


mismo tiempo tan habitado, cada que recorro su terreno me acompaña
un suave susurro y una caricia que me hiela hasta los huesos Continuo
mi andar a través de la ciénaga, los escasos montículos de tierra firme
son mi único alivio del temor de caer y hundirme, sus aguas, tan
quietas, tan repletas de cuerpos, cuyos semblantes reflejan gritos de
silencio, miradas muertas pero aún intimidantes, me hacen
estremecer, rostros deformados de una naturaleza tan inquietante ¡Oh
por favor, les ruego me dejen de atormentar! Imploró por su perdón,
lo juro, sus caras tienen algo tan familiar, al igual este perturbador
lugar, siento que reconozco hasta el más mínimo cambio, pero de
alguna extraña manera lo desconozco del todo Quiero huir de aquí, así
que corro, sin precaución alguna, tropiezo, caigo, me hundo, casi de
inmediato la luz se extingue, de ella no hay rastro alguno, desciendo
debajo de ellos, cierro los ojos, consiente que solo más oscuridad me
aguarda al tocar fondo y entonces aparece una vez más la caricia;
despierto bañado en sudor, tembloroso, solo y confundido ¿que ha
sido? me pregunto ¿ una pesadilla o un augurio ?

Mónica Centeno
Escritora
Puebla, México

Soy ese punto de ayuda, esa brillante y distante luz, aquella que
esperas encontrar cuando todo lo demás no da esperanza alguna.

No hay necesidad de agradecer cuando solo he cumplido con mi


deber, te he guiado a tu hogar, alegre de observar que te llenas de
regocijo, pues a tus seres más queridos les has devuelto el tan
esperado alivio.

He visto navíos ser tragados por las imponentes olas que azotan sus
costados, tormentas que cubren hasta el último haz de luz que el cielo
pueda regalar, sin poder auxiliarlos, solo me quedó observar cómo
eran devorados por el insaciable mar.

Al igual que ellos he pasado por muchas tempestades, incapaz de


contrarrestar sus dañinas consecuencias, tratar de mantenerme
erguido en esta abatida bahía es lo que me resta.

Llegará el infortunado día en que la tormenta perfecta por fin logre


derribarme, sin inmutarme aceptaré mi destino y desapareceré dentro
de aquellas aguas, cuyas profundidades guardan celosamente los
navíos a los cuales les fallé.

Podría ser mañana mismo, o quizás en la primavera o tal vez en


otoño, lo ignoro, pero llegará, y entonces ¿de verdad estaré preparado
para el fin?, ¿alguien me recordará como su única luz de esperanza?,
la única que estuvo ahí cuando la resignación a la muerte fue lo único
que acecho sus mentes, ¿ellos vendrán a mi ayuda?.
Mónica Centeno
Escritora
Puebla, México

Quiero ser la letra que hace verso en tu mirada... Quiero ser la tinta
que hace rimas en tu vida... Quiero ser el tambor en tu despertar...
Quiero ser la sonrisa en tu rostro... Quiero ser las manos entrelazadas
abrigando tu cuerpo...

Y así nuestra alma para solo SER...


Mónica Centeno
Escritora
Puebla, México



Limpio el balcón, el piso, el páncreas.


Limpio la tina, el lavabo, el bazo.
Enjugo mis pómulos con la última meditación de Skywalker.
¿A dónde van los que se van a solas?
¿A dónde despertará Leia Organa?
¿En qué páramos nos sembrarán la fuerza?
¿Será en inglés, en español o en klingon?
¿Serán las órdenes de quiénes?
Aprietas mi mano.
Enjugas tus pómulos sin palomitas.
Fe en la fe.
Gusto en el gusto.
Conrado Zepeda-Pallares (Puebla, 1980)
Reside en San Juan de Puerto Rico desde 2016. Vivió los
huracanes Irma y María; y tembló
en México.
La memoria no es basura.
Y la reinventan.
Aquí nos la han roto.
Puerto Rico.
Aquí.
Aquí, en el cuerpo.
La memoria no se crea ni se destruye, sólo se recicla.
El tiempo es un sorbo; una taza de café; una rebanada de pan y una
cajita de cartón que será
algún día un baúl, un alhajero o una orquesta filarmónica.
¿De dónde salió tanta basura?
Los espectadores convirtieron el agua en coca-cola y los aplausos en
palomitas de brea.
Leia Organa ha caído en coma.
Lady Olena ha bebido la copa.
¿A quien acudiremos en el reciclaje del mundo?
La niña ha visitado al monje.
El niño ya no quiere ser bueno.
¿De dónde salió tanta basura?
¿Aplaudir en el cine?
¿Hemos llegado a San Juan?
¿Aplaudiremos en el aterrizaje a Viena?
Fe a la fe.
Gusto en el gusto.
Conrado Zepeda-Pallares (Puebla, 1980)
Reside en San Juan de Puerto Rico desde 2016. Vivió los
huracanes Irma y María; y tembló
en México.

No sé qué significa esperar.


Siempre quise un tatuaje, pero el sonido de las navajas lacerando mis
brazos me entumece
la piel antes de planearlo.
Y así, caminando, han pasado ya cuatro horas.
Tenemos una confirmación que tiene que ser confirmada para que la
pre-confirmación se
confirme del todo.
En persona es mejor.
No sé qué significa esperar.
Quiero un botón que automatice la calma.
¿Qué dicen las pocas plantas plantadas que sobrevivieron después de
María?
¿Cuándo se sabe que se ha esperado?
Tenemos un número de orden en un recibo que no lleva (sin) mi
nombre.
Quiero saber a jengibre.
Quiero un tatuaje en la raíz de la ceiba que miro en la entrada del
macdonald.
Conrado Zepeda-Pallares (Puebla, 1980)
Reside en San Juan de Puerto Rico desde 2016. Vivió los
huracanes Irma y María; y tembló
en México.

La fila del cine es tan larga como la soledad de las cajeras.


¿Alguna vez han ido al cine?
¿Ellas saben esperar?
¿Qué esperan?
¿La salida?
¿La vida?
¿Una mueca de amabilidad?
¿Recuerdan la espera?
Un hombre moreno y mustio le pide a la mujer que parece su novia
que espere.
Las cajeras repiten “siguiente” como si su plumaje fuera de otros lares.
Hay misterios de doble espera en la repetición.
La espera vuelve autómatas a los amantes: siguiente, siguiente,
siguiente.
Memoria rota es la dicha de los desconocidos.
Ellos no esperan porque saben que no hallarán repeticiones: ni del
cuerpo, ni del agua, ni de
las espirales cromáticas del tiempo.
Las cajeras del cine son pájaros que han olvidado todo.
Conrado Zepeda-Pallares (Puebla, 1980)
Reside en San Juan de Puerto Rico desde 2016. Vivió los
huracanes Irma y María; y tembló
en México.

Hacer haciendo se pasan las esperas.


Ser diligente contigo y tus desvelos.
Ser a un tiempo valquiria y dios del frío.
Escaparse del brusco empujón de las metáforas.
Aliarse en las mañanas del lenguaje.
Quiéreme con mi espera.
Rómpeme las semillas del próximo verano,
que en invierno vendrás para abrazarme.
Líbame el fresco estupor de mis jugos biliares.
Aquí en mi hígado hay esperas de sobra.
 Ser diligente para la incompatibilidad de los horarios.
Unir a un mismo tiempo las infructuosas tretas patronales.
¿Quién soy si no tengo patrono en el imperio?
¿Quién, si yo no quiero esperar las esperanzas?
Yo no sé qué significa esperar.
Conrado Zepeda-Pallares (Puebla, 1980)
Reside en San Juan de Puerto Rico desde 2016. Vivió los
huracanes Irma y María; y tembló
en México.

Reflexión

Como las hojas que caen en el verano


Así cayó mi vanidad… por mi cansada vida.
Muy tarde veo la verdad y me resisto en vano,
Pues la sentencia, está ya decidida.

Soy el culpable del destrozo originado


por confundir los términos marcados,
pues no es lo mismo sentirse enamorado,
Que el amorío que das por todos lados.

¿Y qué ha pasado?… ¿por qué es tanta desdicha?


¿Por qué lastiman los actos que uno asume?
El que no piensa, se enamora, o se encapricha
Y va olvidando el amor que si te une.

Cuantos enredos provocan tantos años


No se siquiera decirte que te amo.
¿Es la soberbia que finge desengaños?
O es que, ¿es más fuerte el egoísmo del humano?

Veo la tristeza que con nada llenas.


En esos ojos de la amada incierta,
la que paciente soportó las penas
que provocó el engaño, por mi actitud inquieta.

Cansado estoy y comprensión quisiera,


y a mi conciencia arrancarle esta amargura
Estoy perdido sin sospechar siquiera
Que no floté entre nubes de dulzura.

¡Calla¡… solo esta vez… no me reproches.


Déjame sentirte enamorada
Como quizás un día tú te sentiste,
Aunque tú fueras por otro idolatrada.

Y por si acaso el tiempo permitiera


en el final de este árbol que se seca
Tú me miraras como antes y quisiera
Que tú supieras, que, por no amar, también se peca.

Y en ese corazón que es tan inmenso,


dieras cobijo a un pobre solitario,
al que ahora miro y que por ello pienso
¿Qué habría pasado si fuera lo contrario?

Si hubiera rechazado liviandades,


y hubiera acariciado los prodigios.
Y sin embargo las únicas verdades
son mis recuerdos y el amor que siento por ti y por mis hijos.

René Martínez F.
Poblano
Diciembre de 2005

Destierro
Hoy amanecí sobre mi lápida
Sin alas
Sin aureola,
Con los dedos enterrados
En la orilla de la tumba.
No sé si lo que está aquí
Es un fantasma callejero
Que tomó la forma de mi cuerpo,
O me echaron del mundo de los muertos
Porque allá,
Abajo
Veo mis alas silenciosas.
NINFA FARRACH
Escritora
Nicaragua

Lo que deje no puede seguirme


Otro invierno,
Atrás mis huellas
El húmedo peso de las trenzas.
La insignia del colegio.
Cambié de ropa y abandone la casa.
Desde este balcón miro lo que dejé atrás
Y no puede seguirme
Arrullo el dolor entre los dedos
Y mis lágrimas se confunden con la lluvia
Que se estrella en mi rostro.
NINFA FARRACH
Escritora
Nicaragua

Yo me entretengo con la lluvia

En los charcos de ayer


cae la lluvia y empaña los espejos.
El humo del tren se moja
Suspendido en la distancia
Marcando el camino de la huida

Mis huellas
A solas con la lluvia
A la intemperie
Tristes,
Petrificadas
Lamidas por el tiempo
Por ahora no iré a otra parte,
Ni quiero caminar sobre mis hhuellas:
Que el humo continúe tiritando,
Yo me entretengo con la lluvia.
NINFA FARRACH
Escritora
Nicaragua

Poema suspendido
La tristeza me arrincona
Me cuelga de incoloras telarañas:

Desde ahí veo el horizonte de papeles viejos.


Este es un poema como otros,
Y queda suspendida
En la red que tejió
La tristeza esta mañana.
NINFA FARRACH
Escritora
Nicaragua

Una niña es mi tristeza


Algo perdí este día
Una mañana
Unos ojos
Una mirada.
El aire decembrino me atormenta
Esta no soy yo
No me parezco
Y los pies no los tengo
Han huido.
NINFA FARRACH
Escritora
Nicaragua

Ultima campanada
En ese baile perdí mis zapatillas:
Todo lo que tenía puesto se ha esfumado;
Quedé con mis andrajos nuevamente;
He vuelto a las cenizas, a los rincones.
Ya no hay príncipe que busque mi presencia,
Ni hadas, ni bailes, ni palacios;
Sólo castillos dibujados en el polvo,
Sin palabras, sin risas, sin ventanas.
NINFA FARRACH
Escritora
Nicaragua
Agua tu boca
cuerpo a tierra
preticor tu sexo
Arraigo.

Patricia Flores Castillo (Flowers)


Monclova Coahuila, México

Las manos del viento


peinan pensamientos
combinan olas y olvido.
Llueve.
Patricia Flores Castillo (Flowers)
Monclova Coahuila, México

Anda mungkin juga menyukai