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Actividad 3 Registro de lectura

El surgimiento de las teorías no euclidianas y su influencia en la filosofía de la ciencia


del siglo XX. Autor: Jorge Enrique Senior Martinez

CLAUDIA LILIANA ROLDAN MEJIA

CATEDRÁTICO

CESAR AUGUSTO AGUIRRE LEÓN

ASIGNATURA

FILOSOFÍA DE LA CIENCIA

UNIVERSIDAD DE BAJA CALIFORNIA

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

TULUA – VALLE -COLOMBIA

NOVIEMBRE, 2018
Reporte de lectura: El surgimiento de las teorías no euclidianas y su influencia en
la filosofía de la ciencia del siglo XX. Autor: Jorge Enrique Senior Martinez

Al tratar de comprender, cuestionar, conservar y/o refrendar la teoría euclidiana se


da apertura a nuevas presunciones que generan la postulación de teorías no euclidianas
como nos documenta Senior Martinez en su artículo, describiendo las aportaciones qe
sirven para la construcción del nuevo modelo, describiendo el intrincado recorrido, sea
por hallazgo valioso e inesperado, reducción del absurdo, rigurosidad de procedimientos,
axiomatización, deducción o método de sustituciones, entre muchos otros empleados, se
va desarrollando la ciencia para dar respuesta a situaciones que la teoría euclidiana no
logra resolver, generando nuevas alternativas que den explicación a los fenómenos que
superan los límites de la geometría plana.

El presente informe de lectura se enfoca en identificar los aportes de las teorías no


euclidianas a la filosofía de la ciencia, al considerar la decantación que sufre los supuestos
de una geometría “sin defectos” que perduró más de dos mil años y que aún hoy, siguen
vigentes bajo ciertas condiciones, utilizados en la enseñanza escolar, con aplicabilidad
exitosa en obras ingenieriles y posicionada como el gran paradigma de la época (año 300
a.C). Dada por Euclides en su obra Elementos, cuyo método axiomático permitió el
razonamiento geométrico al recopilar y sistematizar definiciones, postulados y nociones
comunes o axiomas. Esta obra permitió el desarrollo no sólo de la geometría o las
matemáticas al constituirse en un libro de enseñanza, sino que además ejerció una enorme
influencia en el pensamiento científico. Dicho método se constituye en un proceso y
manera de presentar una teoría, es decir, permitió dar una estructura organizada que
consistía en deducir proposiciones de otras, siendo su criterio de validez la coherencia
formal, tal como lo planteó Euclides en su teoría, y así como bien lo definió Weyl (1945,
p. 635), donde explica que:

El método axiomático consiste sencillamente en coleccionar todos aquellos


conceptos básicos así como, todos aquellos hechos básicos a partir de los
cuales se han de derivar por definición y deducción respectivamente todos
los conceptos y teoremas de una ciencia.

A condición de demostrar que la geometría euclidiana se desarrolló bajo una lógica


válida, Saccheri propone usar un enunciado “falso” (trato de usar como fuente de error el
enunciado base), que a partir de un punto exterior a una recta pueden pasar muchas
paralelas, al demostrar su teorema y no entrar en contradicción, su objetivo fracasa, no
consigue llegar a error alguno y por tanto su método de reducir al absurdo lo llevó a
postular teoremas que denominaron “anti-intuitivos”, convirtiéndose silenciosamente en
aporte importante para la construcción de la geometría no euclidiana.

Dicho lo anterior vale la pena retomar que Euclides lleva a cabo una forma
demostrativa de presentar sus primeros principios bajo la categoría de indemostrables y
sobre los cuales se respalda la sucesión de demostraciones o razones que se sustentaban
unas a otras, por tanto sus primeros principios se debían considerar como “verdades
evidentes o inmediatamente ciertas” (Nagel, 1970). De este modo la verdad de los
teoremas se garantizaba en la demostración, aunque con los primeros principios se
cuestionaba la validez del quinto postulado debido a presentar inconsistencias y es que
Euclides introduce en él la noción de infinitud, al decir:

Si una línea recta incidente sobre dos líneas rectas hace ángulos
internos por un mismo lado menores que dos ángulos rectos, las dos
líneas rectas, prolongadas indefinidamente, se encuentran por el lado
en que están los ángulos menores que dos ángulos rectos.

A partir de este enunciado se cuestiona y requiere demostración, dicho sea de paso


sin que su respaldo sea un principio indemostrable, en ello radica la dificultad y es este
precisamente el inicio de las geometrías no euclidianas que alternan posibilidades para
demostrar este quinto postulado tomando dos disyuntivas al concebir que puede existir
más de una paralela por un punto exterior a una recta o no existe ninguna paralela por un
punto exterior a una recta dada. Lobachevsky y Bolyai (1829 y 1832 respectivamente)
publican sus trabajos a partir de la primera alternativa, en ella encuentran diferencias con
la geometría plana al expresar que la suma de los ángulos interiores de un triángulo es
menor a 180 grados (dos ángulos rectos) y dependen del tamaño del área del triángulo.
De igual modo Riemann (1850) logra desarrollar otra geometría no euclidiana partiendo
de la segunda alternativa, en esta geometría no se da cabida a líneas infinitas y por dos
puntos pueden determinarse más de una recta, así mismo asevera que una figura se puede
formar con dos líneas rectas.

Siendo más específicos encontramos que Ivanovic. N. (1792-1856) considera que


“no existen paralelas porque todas las líneas rectas se intersectan y la extensión de cada
línea es finita”, logrando vincular al concepto tradicional de línea recta: el espacio más
cercano entre dos puntos, la posibilidad de ser aplicada a los segmentos de la
circunferencia y como consecuencia integrando el concepto de línea curva al análisis de
la geometría euclidiana.

Por otra parte, Bernhard. G. (1826-1866) sostiene que “no existen paralelas, pues
todas las líneas rectas se intersectan y la extensión es finita”, infiriendo que dos rectas
pueden encerrar un área, logrando la construcción de la geodesia, “la trayectoria más corta
entre dos punto en cualquiera de las geometrías”; llegándose a inferir que la suma de los
ángulos de un triángulo pueden ser mayores o menores a 180 grados según se den en plano
cóncavo o convexo.

Los aportes que traen consigo estas nuevas teorías a la filosofía de la ciencia se
concretan en el establecimiento del método de demostración a partir de pruebas de
“consistencia relativa”, al demostrar que si un axioma fuese consistente con otro, se
pueden establecer correlaciones de tal modo que si surge alguna contradicción en el
primero, necesariamente aparece en el segundo. Siendo paradójico que su demostración
pudiese a la vez partir de métodos que tuviesen su cimiente en la geometría euclidiana.
Por consiguiente la geometría no euclidiana incide en el lenguaje de la lógica matemática,
llegando a concebir la semántica, la sintaxis y la pragmática como “los tres componentes
del análisis lingüístico, pero también sirven en la perspectiva histórica para caracterizar
etapas”, enfatizando en la pragmática, entendida como el estudio del lenguaje en relación
a los usuarios y los contextos en que se da la comunicación, enfatizando en el
metalenguaje, en el significado existente más allá de las palabras o de la construcción
gramatical.

Otro aporte interesante en el proceso de elaboración de teorías referido al lenguaje


usado y el proceso de definición, tal como lo concibe Hilbert (1970) al mencionar que
para lograr el entendimiento y rigurosidad exigido, se regulan los axiomas otorgándoles
la categoría de leyes sintácticas para la construcción de enunciados válidos en una
estructura, con el fin de controlar los denominados términos iniciales o primitivos, y
usando estos para definir todos los demás partiendo de los axiomas que debían ser
suficientes para sustentar todos los teoremas y las relaciones proporcionadas desde los
términos primitivos.

No obstante, Poincaré. H. (1909), reflexiona en torno a si los axiomas son apriori


o aposteriori, concluyendo que si son a priori no podría darse cabida a la geometría no
euclidiana y si son producto de la experiencia se enfatiza en que “nosotros no hacemos
experimentos sobre líneas ideales o círculos ideales, solo hacemos experimentos sobre
objetos materiales”.

Finalmente, la aparición de la geometría euclidiana ofrece modelos de pensar


el mundo, las matemáticas y la lógica del lenguaje, no desde la geometría clásica, sino
desde una geometría en situaciones de contexto llegando a concebir las figuras
geométricas como figuras en contextos de curvas y formas irregulares, pensamiento que
se viene utilizando en la tecnología y programación para que las máquinas se adapten a
necesidades de los usuarios.
CONCLUSION

El método axiomático evoluciona, aquel usado desde la concepción griega que


describe una parte de la realidad a la concepción de un sistema lógico deductivo, cuyos
teoremas dependen exclusivamente de los axiomas y de las leyes lógicas.

Aun no se logra encontrar métodos que demuestren la consistencia absoluta de una


teoría axiomática, siendo importante la exigencia del principio de evidencia que era una
característica de la Ciencia deductiva griega, hoy se considera que un axioma, es
simplemente una proposición, base de la teoría y que no se demuestra en la teoría,
pudiendo ser deducible, es decir teoremas, en otro sistema deductivo.

El problema del V postulado de Euclides y su estudio de independencia del sistema


ha dado origen a las Geometrías no Euclidianas, y a otras ramas de la matemática, cuyos
sistemas son lógicos y no descripciones de una parte de la realidad, aunque no se
desestima, que puedan ser útiles al hombre, en algún momento.

La filosofía a través de la historia ha pretendido establecer una lógica como


garantía en los procesos de consecución de la verdad, logrando tener claridad entre lo
verdadero y lo falso; con la geometría no euclidiana se tienen que buscar referentes desde
los cuales se puedan validar sus juicios.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Senior, J. (2001). El surgimiento de las teorías no euclidianas y su influencia en la filosofía


de la ciencia del siglo XX. Bogotá. Colombia: Universidad el Bosque. En: Revista
Colombiana de Filosofía de la Ciencia, año/vol.2, número 4-5, pp. 45-63.

Nagel, E., La estructura de la ciencia, Madrid, Tecnos, 1970

Poincaré, H., La ciencia y la hipótesis, Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1944

https://www.researchgate.net/publication/318872543_La_axiomatica

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